La importancia del material didáctico en el proceso de enseñanza-aprendizaje (Un acercamiento)
Introducción
Al haber una conciencia
generalizada sobre el valor de
la
educación, habrá exigencia por aspirar a una
enseñanza de calidad como meta
optima para alcanzar el desarrollo
sustentable y lograr una sociedad
justa.
Una educación de calidad requiere, por ende,
cambios sustanciales a las formas convencionales de cómo
se ha venido abordando ésta y tendrá que hacerse
desde metodologías pedagógicas que hayan demostrado
su eficacia;
así vemos como en estas prácticas educativas
también ha habido la necesidad de adecuar estrategias
facilitadoras del proceso
enseñanza-aprendizaje y
entre éstas, tenemos la creación de materiales
educativos para facilitar los medios que
permitirán al maestro, saber que va enseñar o como
fijar la intencionalidad pedagógica y los materiales
didácticos que empleará como instrumento mediador,
facilitador y potencializador para incidir en la educación
del alumno.
Objetivos/Desarrollo
Lograr un aprendizaje
significativo en el alumno requiere de docentes
altamente capacitados que no sólo impartan clases, sino
que también contribuyan a la creación de nuevas
metodologías, materiales y técnicas,
que haga más sencillo a los alumnos la adquisición
de conocimientos y habilidades que les sean útiles y
aplicables en su vida personal,
académica y profesional. De ahí la importancia de
estas herramientas
cuyos objetivos
primordiales serán fungir como facilitadores y
potencializadores de la enseñanza que se quiere
significar.
Independientemente de lo motivacional que pueda resultar para
el alumno el empleo de
materiales didácticos en el proceso de
enseñanza/aprendizaje, tener conciencia de que
éstas herramientas o medios adquieren un protagonismo
fundamental al generar una materialización de la construcción abstracta y la
generalización a través de la experiencia
individual o grupal (Carpio y Col., 2005.), será
determinante para emplearlos recurrentemente en nuestras
prácticas docentes.
Estrategias didácticas que para Díaz-Barriga y
Hernández Rojas (1998), pueden ser de apoyo porque
consiguen optimizar la concentración del alumno, reducir
la ansiedad ante situaciones de aprendizaje y evaluación, dirigir la atención, organizar las actividades y
tiempo de
estudio, etcétera, o pueden ser igualmente de
enseñanza porque les permite realizar manipulaciones o
modificaciones en el contenido o estructura de
los materiales de aprendizaje, o por extensión dentro de
un curso o una clase, con el
objeto de facilitar el aprendizaje y
comprensión de los alumnos. Se entiende, por tanto, que
toda práctica educativa se verá enriquecida cuando
existe una estrategia que la
soporte.
Las innovaciones tanto metodológicas como
tecnológicas dirigidas a una educación de calidad,
han recurrido a una serie de estrategias que han facilitado
lograr los objetivos y reconocemos que los progresos
tecnológicos han aportado una rica variedad de
herramientas audiovisuales que han favorecido a la
educación presencial, como también estamos de
acuerdo que los materiales didácticos son el elemento
más visible de un programa
abierto.
Las ventajas que aportan los materiales didácticos los
hacen instrumentos indispensables en la formación
académica: Proporcionan información y guían el aprendizaje,
es decir, aportan una base concreta para el pensamiento
conceptual y contribuye en el aumento de los significados (Ogalde
C. y Bardavid N., 2007); desarrollan la continuidad de
pensamiento, hace que el aprendizaje sea más duradero y
brindan una experiencia real que estimula, la actividad de los
alumnos; proporcionan, además, experiencias que se
obtienen fácilmente mediante diversos materiales y medios
y ello ofrece un alto grado de interés
para los alumnos; evalúan conocimientos y habilidades,
así como proveen entornos para la expresión y la
creación. Vemos pues, que no sólo transmiten
información sino que actúan como mediadores entre
la realidad y el estudiante.
Aunque existen una gran variedad de categorizaciones de los
materiales didácticos la mayoría de los autores
coinciden en clasificarlos -en términos generales-, de
acuerdo a la percepción
de éstos por nuestros sentidos: Auditivos, y Visuales y/o
audiovisuales, (aunque podrían, del mismo modo,
considerarse algunos olfativos, gustativos y táctiles).
Ejemplos de los primeros serían: Auditivos: radios,
discos, casettes, CDs, Mp3,
etcétera. Visuales: fotografías, transparencias,
Imágenes electrónicas, acetatos,
carteles, diagramas,
gráficas, mapas,
ilustraciones, Los materiales impresos: fotocopias, libros,
revistas, etcétera. Audiovisuales: Videos,
películas, multimedia,
Internet y otros
más y finalmente los materiales tridimensionales: objetos
en general. Diversidad de materiales que, como ha de entenderse,
nos permiten adecuarlos a nuestras necesidades y coadyuvar los
procesos de
enseñanza-aprendizaje.
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