- Resumen
- La visión de Ben
Jonson - La
prensa a principios del siglo XX. Lima Barreto, Recuerdos del
escribano Isaías Caminha - El
periodismo desde el punto de vista de un magnate. Ciudadano
Kane, de Orson Welles - El
buen periodismo de investigación. Todos los hombres del
presidente, de Alan J. Pakula - Bibliografía
Estudio de: Jonson, Ben: El
comercio de
noticias
Barreto, Lima: Recuerdos del
escribano Isaías Caminha
Welles, Orson: Ciudadano
Kane
Paluka, Allan J.: Todos los
hombres del Presidente
Resumen
El periodismo ha
sido un oficio polémico desde sus orígenes. Ha
sufrido acusaciones, en muchos casos acertadas, de acercamientos
excesivos al poder y
corrupción. En otras ocasiones, ha servido
para destapar los abusos de los políticos. En cualquier
caso, el periodismo es necesario para que todos los ciudadanos
vean cumplido su derecho fundamental a estar
informados.
En este trabajo, se
analizará la visión del periodismo en épocas
y lugares diferentes a través de las obras de Ben Jonson
(Noticias del Nuevo Mundo descubierto en la Luna y
El Comercio de Noticias); de Lima Barreto (Recuerdos
del escribano Isaías Caminha); y las películas
Ciudadano Kane de Orson Welles y Todos los hombres
del presidente, de Alan J. Pakula.
La visión
de Ben Jonson
A comienzos del siglo XVII, Londres ya se siente
ávida de recibir noticias. Las
imprentas dan el salto al periodismo, publicando hojas
informativas dirigidas al gran público y no sólo a
las elites intelectuales,
como los libros.
Ben Jonson supo adelantarse a su época a la hora
de observar que quienes se encargaban de vender noticias eran
fácilmente corruptibles. Por eso creó estas dos
obras, como crítica
ácida de la avaricia de los agentes (o
factor) de la época.
Noticias del Nuevo Mundo descubierto en la
luna:
En esta breve mascarada, Ben Jonson nos presenta como
personajes a los artífices de la venta de
noticias: el impresor, el agente (periodista) y el
cronista.
El primero es el que posee mayor iniciativa comercial:
«Por supuesto, yo me dedico a la venta, caballeros, a
decir verdad soy un impresor, un impresor de noticias, y les
presto atención donde quiera que se encuentren, a
cualquier precio.
Daría ahora cualquier cosa por una buena copia, sea
verdadera o falsa, con tal de que sean nuevas». Esta
figura ha evolucionado históricamente hacia la figura de
los editores, cuyos intereses siempre son el aumento de los
ingresos por
encima de la calidad de la
información. A este personaje, en realidad,
no le importa la veracidad de las informaciones, siempre y cuando
éstas se vayan a vender.
El cronista, a quien pagaba el ayuntamiento para que
recogiera en un libro los
hechos acontecidos en la ciudad durante un año,
también aparece en Noticias del Nuevo Mundo.
Así, Jonson entiende que esta figura (que había
formado parte de las instituciones
durante siglos) también trabaja para conocer los hechos
noticiosos, aunque sea con el fin de crear una
recopilación anual, y por lo tanto, también es
fácilmente corruptible. En la obra, el Cronista se
presenta así: «Yo voy por cuenta del Estado, en
consecuencia historio mi crónica para llenar mi gran libro
(…) He convenido de antemano con mi editor hacerla así
de grande, y sólo me restan diez
cuadernillos.»
Como vemos, el cronista se muestra
preocupado porque tiene que llenar su libro y le faltan
informaciones, por eso, acude al comercio de noticias para
obtenerlas (aun sabiendo que puedan ser inventadas) y finalizar
su trabajo: «He estado aquí desde las diez de
esta mañana para obtener material para una página,
y creo que la he completado, porque he anotado tanto el
número como la capacidad de los grados, y he contado dos
veces cuántas velas encendidas hay en cada estancia, que
rápidamente reduciré a cabos, porque me
gustaría iluminar la posteridad a la luz de la
verdad». Este es otro punto muy importante de la
visión que Ben Jonson tiene de los informadores de la
época: el cronista exagera todo aquello que escribe. Por
eso, el autor ironiza sobre la descripción de las velas, convenientemente
hiperbolizada, y la luz de la verdad.
Ben Jonson nos presenta al agente como un joven con
vocación de crear el comercio de noticias verdaderas (y no
las relaciones que por entonces se imprimían y no siempre
eran hechos ciertos). Pero, además, destaca la necesidad
de que el agente tenga contactos: «Tengo amigos de todo
rango, de toda religión, con los que
despacho habitualmente; dispongo por tanto de mis noticias
puritanas, mis noticias protestantes y mis noticias
pontificias».
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