El atractivo del tiempo
moderno
He aquí el gran atractivo
Del tiempo moderno:
Sumirse en la más alta
contemplacióny permanecer mezclado con todos,
Hombre entre los hombres.
Diría más aún:
perderse en la muchedumbre para informarla de lo divino,como se
empapauna migaja de pan en el vino.
Diría más aún:hechos
partícipes de los designios de Diossobre la
humanidad,
trazar sobre la multitud estelas de luzy,
al mismo tiempo,
compartir con el prójimola deshonra,
el hambre, los golpes,las breves alegrías.
Porque el atractivode nuestro tiempo,como
el de todos los tiempos,
es lo más humano y lo más
divinoque se pueda pensar:Jesús y María,
El Verbo de Dios, hijo de un carpintero,la
Sede de la Sabiduría, ama de casa.
Chiara Lubich
Introducción
El mundo de hoy en su pluralidad le ofrece al hombre
posibilidades de desarrollo, de
ciencia, de
técnica, de avances.
También de deshumanización.
Tan preocupado de este avance y de "su" avance se olvida
de sus pares y hasta a veces parece generar una ruptura
irremediable. No encuentra un fundamento, más allá
de un simple altruismo o actitudes
filantrópicas para la vida común, para la solidaridad, para
la atención humana y humanizante, en lo social
y civil, en lo moral, en lo
político, en lo cultural, en las relaciones familiares y
cotidianas.
Al hombre de hoy se le va desdibujando la imagen del mismo
hombre, de su valor
ontológico, de su sentido de trascendencia, a tal punto de
no reconocerlo ya como "hermano". El hombre se
ha olvidado de su relación con el Absoluto y hay que
reestablecerla para reestablecer la relación con los
demás hombres. El hombre de hoy necesita volver a creer,
en sí mismo, en los otros hombres, en Dios.
También se puede ver que muchas cosas que antes
significaban algo, hoy ya no; o cambiaron su significado o
dejaron de significar. Y se lo puede ver de una manera particular
en las comunidades religiosas; antes cumplían en la
sociedad una
función
simbólica que hoy día quedó bastante
distorsionada o se perdió.
Los cristianos de hoy tienen la urgencia de devolverle a
Dios al hombre para renovarlo. Y una comunidad
religiosa con más razón.
Cuando digo comunidad religiosa digo comunidad de
hombres o mujeres consagrados en la situación que sea;
vida activa, vida contemplativa, de vida secular, comunidades de
formación…
Son varias cosas las que me hacen pensar que este tema
es importante. Hoy hay más necesidad de testigos que de
maestros, de testimonios que de discursos (no
quiero decir que los segundos no sean necesarios). El anuncio del
Evangelio no ha de ser sólo verbal. A los cristianos se
los debe ver vivir, y pensar y creer que se puede vivir de otra
manera. Aquí me atrevo a citar las palabras de
Jesús: "Que todos sean uno… para que el mundo crea…"
(Jn17, 21). Este es el mejor signo, el mejor símbolo que
se puede ofrecer.
Propongo que la comunidad religiosa cumple esta
importante función simbólica y en muchos casos no
se da de manifiesto, aparece como algo extraño a la vida
de los hombres de hoy.
Así como los símbolos brotan del seno de una comunidad,
de una sociedad, pienso que de la misma manera, la comunidad
religiosa, inmersa en una sociedad, tiene igual función
simbólica: ser identidad de
los pueblos, de las sociedades,
encarnándose en ellos, devolviéndoles su identidad
de hijos de Dios.
Lo que me inquieta es cómo una comunidad
religiosa puede vivir su verdadera y esencial identidad siendo
signo (del Reino) en la sociedad de hoy.
Mi objetivo es
describir la situación en general, analizar y determinar
cuál es el valor y la función simbólicos de
la comunidad religiosa en la sociedad de hoy y buscar de
qué manera cumple o ha de cumplir esta
función.
Me encuentro con la dificultad de ir "caminando por una
cornisa". Este tema, en muchos aspectos toca la frontera de lo
teológico; por eso elegí el enfoque desde lo
simbólico. Parte de la bibliografía habla de lo
litúrgico, lo sacramental, pero la elijo simplemente
porque habla del proceso del
símbolo en estos aspectos y es una apreciación
valorable. Lo demás está en el ámbito de la
fenomenología, de la filosofía de la religión y algunos
aspectos antropológicos.
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