- Definición
- Funcionamiento
del sistema - Cilindro
maestro - Cilindro de
ruedas - Carrera de
retorno - Cilindros de
ruedas dobles - Chupas o
sellos - Procedimientos
para la inspección del sistema - Cambio
líquido sistema de frenos - Tubería
en un sistema hidráulico - Desperfectos
más comunes, causas y soluciones más
comunes - Preguntas de
control - Bibliografía
PRINCIPIOS
HIDRÁULICOS
En virtud de que la mayoría de los frenos son
accionados hidráulicamente, es conveniente que repasemos
brevemente los principios
hidráulicos que los hacen funcionar.
Puesto que los líquidos no son compresibles, la
presión
sobre ellos los forzará a pasar, a través de un
tubo, al interior de unas cámaras o cilindros, donde
harán que unos pistones entren en movimiento
dentro de un cilindro a presión de 100 libras por pulgada
cuadrada (7,032 Kg/cm2).
El líquido es obligado a correr a través de
tubos o conductos hacia otros tres cilindros. La fuerza que el
cilindro aplica a los pistones de los tres cilindros es
proporcional al tamaño de los pistones. Cuando el
pistón posee un área de 1 pulgada cuadrada
habrá una fuerza de 100 libras sobre el mismo, o sea, 100
libras por pulgada cuadrada (7,032 Kg/cm2).
Si el pistón tiene un área de 0,5 pulgadas
cuadradas, la fuerza sobre el mismo será de 50 libras (100
x 0,5), o sea, 3,516 Kg/cm2. Si el pistón tiene un
área de 2 pulgadas cuadradas, la fuerza sobre el mismo
será de 200 libras (100 X 2 pulgadas cuadradas), es decir,
14, 06 Kg/cm2.
DEFINICIÓN
El sistema de frenos
es básicamente un amplificador de la fuerza que el
conductor aplica sobre el pedal, transmitiéndola a los
frenos para detener las ruedas.
El primer amplificador que se encuentra es el pedal y
dependiendo de su mayor o menor longitud amplifica la fuerza. El
segundo elemento amplificador es el servofreno, el cual ayudado
por el motor crea una
diferencia de presiones, vacío en un lado y presión
atmosférica al otro; al accionar el freno colabora con el
esfuerzo del conductor. Entre mayor sea el diámetro mayor
será la amplificación. Como tercera ayuda
está el sistema hidráulico comprendido entre el
cilindro maestro (Bomba) y los cilindros receptores (De rueda), a
mayor diferencia entre las áreas de los pistones del
cilindro maestro y de los pistones del cilindro de rueda, mayor
amplificación se obtendrá.
Entre más grande sea el diámetro de los
cilindros en las ruedas y más pequeño el de la
bomba, la amplificación de la fuerza de frenado es mayor.
Al llegar al final del sistema encontramos que las zapatas son
otro amplificador que actúan como una palanca mecánica y su efecto es directamente
proporcional a la longitud, entre el punto de apoyo (anclaje) y
el punto en que se aplica la fuerza (del pistón). El
elemento que se encuentra en movimiento es la campana en conjunto
con la rueda y sobre aquella actuaran las zapatas para detener el
movimiento (Freno de tambor). A mayor diámetro de campana
mayor potencia. En el
freno de disco, el elemento que gira es el rotor (Disco) y contra
el se apoyarán las pastillas para inmovilizarlo.
FUNCIONAMIENTO
DEL SISTEMA
Los frenos hidráulicos utilizan la presión de un
líquido (presión hidráulica) para forzar las
zapatas de freno hacia fuera, contra las tamboras. La Fig.
1 presenta esquemáticamente un sistema típico
de frenos hidráulicos. El sistema consta esencialmente de
dos componentes: el pedal del freno con un cilindro maestro y el
mecanismo de freno de ruedas, junto con los tubos o conductos
correspondientes y las piezas de sujeción.
Al funcionar, el movimiento del pedal del freno fuerza a un
pistón para que se mueva en el cilindro maestro. Esto
aplica presión a un líquido delante del
pistón. Obligándolo a pasar – bajo
presión – a través de los conductos de freno
hacia los cilindros de ruedas (Fig. 2). Cada cilindro de
rueda tiene dos pistones, como se aprecia. Cada pistón
está acoplado a una de las zapatas de freno mediante un
pasador accionador. Por tanto, cuando el líquido es
forzado al interior de los cilindros de ruedas, los pistones
resultan empujados hacia fuera. Este movimiento fuerza las
zapatas también hacia fuera, poniéndolas en
contacto con la tambora (Fig. 3).
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