Indice
1.
Prefacio.
2. Evolucion Historica De La
Oratoria
3. Grandes oradores
contemporaneos.
4. Clases de
oratoria.
5. Guión
Bibliográfico
En la presente ocación, abordaremos unos de los
temas más fascinantes de la historia humana.
Consistente en aquel don de la oratoria, que ha
estado sujeto
a transformaciones, desde la Antiguedad, hasta nuestros
días.
La Oratoria ocupa un
lugar especial, en la vida misma.
El poder de la
convicción, de representantes de cada país, es
menester en un mundo de transformación.
Estas transformaciones si fuesen en su totalidad, colmadas de
ética y
moralidad, cuán grande y evolucionado sería la
existencia de cada ser.
La Oratoria, es pues, unos de los elementos fundamentales en la
unificación de criterios, y la comprensión y el
estímulo de masas.
Su íntrinseca facultad de la oratoria, está inmerso
en cada ser humano, aflorarlo y desarrollarlo es una de las metas
de las personas que buscan un bienestar.
Al decir bienestar, no deseamos que se entienda como un bienestar
propio y egoísta, más por el contrario ha de
entenderse, como la busqueda de un real bienestar colectivo y
mancomunado, velando los intereses de los valores
trascendetes de una sociedad y no
simplemente aquellos que constituyen valores
suntuosos y superfluos, de bienes
materiales.
La oratoria, muy bien encaminada, por parte del poseedor, se
beneficiará de grandes satisfacciones para su
realización. La vida tendrá un nuevo sentido si lo
conjuga con lo excelso de la existencia.
Es así, que en la edad contemporánea, se ha dado
mayor soltura al aprendizage de la oratoria, ya se nos es
común apreciar, hoy en días, las infinitas
invitaciones a cursos de
enseñanza mediante folletos, impulsados por
grupos
culturales.
Este factor de soltura, y de nuevas obciones, otorgan mayor
desarrollo al
mismo.
Han quedado olvidadas y en buena horas, aquellas costumbres de
las épocas pasadas, que era requisito fundamental dominar
los gestos pintoréscos, la modulación
estirilizada, la posiciones acomodadas, las miradas precisas,
etc….
Los cuales, el daño que realizaban eran muchas veces
tremendas para el orador, quien se preocupaba más en los
factores externos de visualización, olvidando los internos
que nacen del corazón
del verdadero orador. Estos factores internos deben ser primero
cultivados, los retantes vendrán de añadidura. Si
un orador, debe demostrar sinceridad, antes bien debe ser sincero
consigo mismo y con los demás.
Estas cualidades sólo son obtenidas, en el tiempo; ganadas
por las experiencias objetivas de la vida.
Todos estos aspectos, son tomados en cuenta en la actualidad.
Hoy, no se busca ser engañado sino comprendido, escuchado,
valorado, orientado y legitimado.
Hablaremos de la trilogía de la oratoria y sus
cualidades de cada una de ellas.
Cuando ingresemos en la segunda parte, de este estudio,
correspondientes a los grandes oradores contemporáneos;
hemos querido nombar aquellos más célebres, porque
ciertamente sería imposible hablar de todos, más
aún sabiendo que cada población por muy pequeña que fuese,
siempre posee uno o varios oradores, por supuesto siendo
diferentes unos de otros en calidad pero
similares en el rol que tratan de desempeñar
Entonces, recordaremos a individuos que marcaron época, y
nos interrogaremos ¿Cual fue la clave de su éxito?,
y la respuesta vendrá anexa en sus origenes de cada uno de
ellos, teniendo todos por punto de armonía una cualidad
común: "LA CREENCIA A SU PROPIA CAUSA".
Hablaremos desde los comienzo de la Edad Contemporánea,
fines del siglo XVIII, retomando los hilos de la historia en Robespierre,
posteriormente realizaremos un viaje imaginario a la India, donde
encontramos la figura de la no-violencia,
aquel "Mahatma o alma grande", que lleva por nombre característico Gandhi.
Después iremos a América, encasillandonos en los Estados Unidos,
para recoger de allí a un gran orador y presidente, que
supo cumplir con su misión de
dar libertad a los
negros, y romper las cadenas de la esclavitud y del
abuso, para entonces.
Luego de ello, ingresaremos a nuestro país, y trataremos
de encajar los tiempos a la historia
universal, para extraer de lo recóndito de la historia
nacional, a un gran presidente orador que tuvo nuestra
República, que es reconocido por los especialistas como
"el gran mago de la oratoria", hablamos de don Mariano Baptista
Caserta.
Todo esto ocurrirá en la primera parte, ya en la segunda
parte, nos abocaremos al estudio de las clases de oratoria, en
tres formas: oratoria política, didactica y
forense, dejando esta última para posterior estudio, por
parte de otro componente del tema a tratarse. Ya que como
sabemos, el siguiente punto corresponde a la oratoria forense y
su importancia en el foro.
Con todo ello, hemos deseado haber cumplido con las espectativas
de estudio, pudiendo tomar enfasis en los aspectos más
sobresalientes de la Oratoria.
Recordando siempre que la oratoria, es una virtud trascendente
cuando se lo encamina en conseguir logros de notable reelevancia
en la sociedad, tanto
fuese este para la enseñanza educacional, como para resolver
conflictos
espinudos de la vida civil, y en tanto fuese ella para la vida
política
donde se dirige a una Nación
hacia un fin.
2. Evolución Histórica De La
Oratoria
La oratoria en la edad contemporanea: grandes oradores
contemporaneos.
Si la edad moderna
comprende desde la toma de constantinopla hasta la Revolución
Francesa (Fines del siglo XVIII), entonces diremos que la
edad contemporanea corresponde a lo subsiguiente de la anterior
hasta nuestros días.
Dijimos en anteriores oportunidades que la oratoria es el
arte de hablar
con elocuencia; de deleitar y persuadir por medio de la
palabra.
Para aclarar lo dicho en pocas palabras, diremos que por
elocuencia debemos entender aquella facultad de hablar bien y de
modo convincente, gracias a la fuerza
expresiva poseída por el orador, en todos sus aspectos
tanto internos como externos; ahora bien debemos saber que,
deleitar es causar placer o agrado en el ánimo o los sentidos de
los oyentes y que persuadir significa convencer con razones a
otra persona, es decir
es el hecho de inducir a uno a creer o hacer algo.
En cuanto a estos aspectos diremos que la oratoria, como arte y la
elocuencia como fuerza
expresiva, van juntas, ya que no se posee el arte si no se tiene
la fuerza vital de esta. Referente al deleite y a la
persuación ambos son concecuencias de las primeras, y es
en estas donde estriba el éxito
de los oradores. La causa es la facultad del orador y el efecto
es la atención, entendimiento,
comprensión, convencimiento y los ánimos
conseguidos en los oyentes por parte del orador.
La oratoria se encuentra reflejada en el discurso, y el
discurso en su
conjunto ofrece una trilogía, la cual en el presente
periodo, han sidos tomados con más enfasis, ya que con
ellos se pueden alcanzar los objetivos
trazados y los efectos deseados.
El discurso es el razonamiento extenso dirigido por una persona a otra u
otras, es la exposición
oral de alguna extensión hecha generalmente con el fin de
persuadir, y que ella como dijimos se encuentra conformada por
tres aspectos que son:
Tema o contenido del discurso, Orador y Auditorio.
En primer lugar, tenemos el contenido del discurso, el cual debe
ser tejido en el telar de las experiencias, debe estar copado de
detalles, ilustraciones, personificaciones, dramatismo y ejemplos
en algunos casos; y todos estos expresados con terminos
familiares y concisos los cuales den la comprensión y el
entendimiento adecuado; en donde lo que se quiere decir sea
entendidos por todos.
Luego está el orador, el cual debe reunir los atributos
adecuados (mentales, fisicos y vocales), que contribuyen a
vigorizar el discurso. Para tal cometido debe elejir temas por
los cuales se siente convencido. Su atributo mental se refleja en
copar toda la extensión de su disertación y saber
limitarlo en los aspectos más importantes y
sobresalientes.
En cuanto al factor físico, corresponde el hecho de dar
mayor reelevancia en la acentuación mediante los gestos
correctos, todos ellos diremos nacidos del corazon, los cuales
deben ser realmentes sinceros y no fingidos como algunos lo
tienen por costumbre, para alcanzar sus apetitos propios,
egoistas y vanidosos.
La vocalización es otro atributo, debiendo ser este claro,
seguro,
viváz, determinante y conciso.
Aquí se puede agregar un atributo más, el cual
sería que todo orador debe estar preparado tanto psiquica,
moral y
espiritualmente. No debe poseer en su interior el deseo del
engaño, ni beneficio enteramente propio, sino que debe ser
un interés
colectivo, debe sentir el agrado de dar a sus oyentes, en forma
espontánea y verdadera las investigaciones
realizadas.
Por último nos encontraremos con el auditorio, el objetivo al
que se dirige el discurso y el árbitro desicivo del
éxito o el fracaso del orador.
El fin del orador es que sea entendido en sus anchas todo lo que
desea otorgar al auditorio, para tal cometido los terminos usados
deben ser de interés de
todos los reunidos en dicha oportunidad, debe imperar un ambiente
participativo y leal.
Al margen de esto, es necesario que el orador conozca a quienes
tiene en frente, por tal motivo, a razón de ejemplo, debe
interrogarse ¿cómo es mi auditorio?, ¿el
tema que deseo serles partícipes, llegará a ellos y
comó lograr esto?, dichas interrogantes deben ser
respondidas por él mismo realizando una investigación cuidadosa al respecto, pero
no debiendo caer en una preocupación desmedida al
respecto.
3. Grandes oradores
contemporaneos.
La oratoria es un don especial para el que lo posee, y
un preciado tesoro para quien lo obtuvo, con su gran trabajo.
En esto sabemos que en cada pais del mundo, encontraremos muchos
virtuosos oradores, los cuales nombrarlos y contarlos uno por
uno, sería realmente imposible, ya que muchos seres llevan
en su interior este especial dote, algunos de ellos inhatos en su
ser, más en otros obtenidos por propio esfuerzo, pero
impulsados por la voluntad y tenacidad.
Para hablar de los grandes oradores, nos limitaremos tan solo a
los más conocidos por la historia
universal, a razón de su variedad de los mismos.
Con el objetivo de
copar todas las espectatitivas, nombraremos a oradores
políticos, los cuales marcaron épocas tanto en la
historia del mundo, como en su pais perteneciente. Para lo cual,
serán expuestos un personaje de tres continentes; nos
centraremos en América, en sus tres aspectos: Sud
América, Centro América y North America.
Demos Inicio con:
A.- El Continente Europeo.
Empezamos en Europa, nos
encontramos en la época de la Revolución
Francesa.
Allí está Maximilien de Robespierre, más
conocido como "el Incorruptible", abogado de profesión,
nacido en Arras, 1758. Sufriría la guillotina, conforme a
sus daños causados, dando fin a su existencia el 28 de
julio de 1794.
Robespierre emergió de la oscuridad parlamentaria,
estableció su preponderancia y habría de gobernar a
Francia por
medio de la oratoria. Hablando de sí mismo, decía
que él había sido hecho para la revolución, y luchó por la
revolución casi exclusivamente con palabras. "El amor a la
justicia, a la
humanidad, a la libertad",
dice, definiendo su natural inclinación revolucionaria,
"es una pasión como cualquier otra. Cuando nos domina, la
sacrificamos todo". Sus habilidades oratorias ya eran evidentes
antes de la Revolución, lo mismo que su uso de la oratoria
como un instrumento de agitación popular. Durante los
meses de excitación prerrevolucionaria y actividades en
Arrás había habido quejas de que Robespierre
insultaba directamente a la oligarquía local, dirigiendose
a quienes estaban fuera de su esfera. Y sus métodos de
elección habían de suscitar el mismo cargo. Ya
diputado, iba a ser acusado de Demagogia.
La revolución fue una grán época oratoria y
Robespierre compartía con sus contemporáneos una
excepcional fe en las palabras.
Gozaba leyendo en voz alta a los clásicos franceses, una
afición que revela el amor a la
música de
las palabras y una mentalidad de carácter
oratorio. De cuando en cuando se quejaba de que la oratoria
formal a la cual eran aficionados los diputados, y que imitaba
conscientemente a los modelos
romanos, especialmente Cicerón, erán menos valiosas
que las efusiones espontáneas que nacían de un
corazón
simple y sincero, pero él, por su parte, era autor de esos
discursos
elaborados. Casi siempre leía un texto que ya
estaba preparado. Los pocos manuscritos de propia mano que nos
han llegado muestran docenas de correcciones que prueban esta
actitud. Sus
ideas eran compuestas, peinadas y empolvadas tan meticulosamente
como su persona, antes de ser presentada al mundo. En ambos casos
se dejaba ver el gusto del antiguo régimen, que
persistía.
La oratoria revolucionaria en Francia era el
producto de
modelos
clásicos, que en un tiempo
habían sido modificados para adecuarlos a las necesidades
del púlpito, el tribunal o el salón de
conferencias, y que ahora fueron modificados por la
revolución. Demóstenes y Cicerón, los
máximos oradores de la antigüedad, eran estudiados
minuciosamente, así como a los críticos y
gramáticos que habían analizado y racionalizado lo
que era más escencial en la oratoria. Aparte de estas
preocupaciones puramente técnicas,
tantto Demóstenes como Cicerón habían sido
opositores a los tiranos, el primero a Felipe de Macedonia yu el
segundo a Julio César. Y sus sentimientos y su
pasión republicanos eran más apreciados por lo
oradores revolucionarios. Ahora, por primera vez en la historia
francesa, los temas de la ciudadanía, el patriotismo y el
deber de resistir al rey eran predicados abiertamente. Cuando los
revolucionariosvolvían a las fuentes de la
oratoria antigua, para encontrar en ella inspiración e
instrucción, lo hacían en un nuevo espíritu:
la sustancia era por lo menos tan importante como el
estilo.
Los revoluvionarios eran aficionados a la oratoria como
se puede ser aficionado a la ópera o el teatro.
La carrera de Robespierre era igualmente deudora de la oratotia
y, aunque él distaba de ser uno de los grandes oradores de
su tiempo – sus contemporaneos Danton y Vergniaud, con
temperamentos y carreras muy distintas, compatía ese
honor- era muy admirado por sus colegas y podía sostenerse
que era el orador másd efecaz.
La forma y el fondo son inseparables. Aquí subrayo la
forma, ya que el fondo de Robespierrees la base de todo lo que
sigue. Cuando el joven Robespierre dio los primeros pasos en la
carrera legal, loscríticos de lsa oratoria tribunalicia
distinguían dos clases de discursos: los
de los abogados, que sacrificaban el estilo al deseo de ganar una
causa, y los de los literatos, que utilizaban el estilo para
revelar principios
básicos racionales. Robespierre estaba dentro de estos
últimos. Robespierre estaba entre estos último. Sus
casos legales, por la forma en que los defendió, eran
ejemplos específicos de posiciones generales. El caso
Pagès, que versaba sobre un dinero
prestado, se convirtió en una consideración sobre
la usura; el caso de Mary Somerville, en torno a la
herencia
disputada, se transformó en una exposición
de los derechos de la
mujer; el caso Déteuf, que tenía que ver con
una falsa acusación de robo, hecha por un monje que
quería vengarse de una mujer que
había resistido sus intento de seducción, se
convirtió en un análisis del lugar que debe ocupar el clero
en la sociedad.
Ya hemos visto que el caso pararrayos y el caso Dupond llegaron a
ser respectivamente una confrontación entre ciencia y
superstición y una diatribaen contra de la justicia
arbitraria y el encarcelamiento. Esta costumbre de generalizar
liberó a la oratoria de Robespierre, incluso antes de la
revolución, de buena parte de la jerga legal y la
estrechez profesional que perjudicaba a muchos de sus
contemporaneos, que también habían llegado a la
revolución desde una carrera en la jurisprudencia. Robespierre rara vez opinaba sobre
la oratoria y, cuando lo hacía, no tomaba en cuenta los
aspectos técnicos del arte. El consideraba la
inspiración, para sí mismo y para cualquiera que
hablara con propósito y sentido, como fundamental.
Como orador, Robespierre inició la revolución con
ciertas desventajas técnicas.
hablaba comn un fuerte acento regional artesiano; su voz,
demasiado aguda para ser naturalmente agradable, era debil de
volumen y
carecía de variedad en los tonos. Su presencia física no era
imponente: era un hombre bajo y
delgado, con una cabeza voluminosa. Su mala vista le
exigía usar gafas, que habeces se levantaba sobre la
frente, cuando estaba hablando, para frotrase los ojos. Los
gestos que hacía en la tribuna eran breves, un poco brusco
y crispados. En otras palabras no tenía la presencia de un
orador importante y dominador, y estas insuficiencias estaban
agravadas por la costumbre de leer sus discursos, hundiendo las
narices en el texto
escrito.
Robespierre era perfectamente conscientes de sus falencias, y
procuraba vencerlas o lograr que sus oyentes no las notaran. De
todos modos, su importancia no radicaba en la perfección
técnica de su oratoria, sino en lo que tenía que
decir. Lo que no podía aprenderse era lo que más
importaba, "una elocuencia que brota del corazón y sin la
cual nada es conveniente". Y esta elocuencia él la
poseía y se explayba en la revolución. Incluso era
capáz de improvisar brillantemente, aunque lo hacía
pocas veces, prefiriendo no entregarse a las pasiones del
momento, atento a obtener esa presición que sólo la
da la pluma. En sus manuscritos encontamos dos clases de
correcciones. A veces con la pasión de la
destrucción, tachaba pasajes enteros "con una red de barras
irregulares". En otras ocaciones sustituía una que otra
palabra, buscando cuidadosamente el vocablo justo.
Asimismo, los manuscritos de Robespierre revelan mucha atención a los efectos. Insertaba con todo
cuidado pausas destinadas a impresionar a los oyentes con el
horror o hacer que estallan en aplausos entusiastas. Y como
siempre hablaba para los que estaban más allá de
las paredes de la Asamblea y que tendrían que leer o
escuchar sus discursos dec segunda mano, se tomaba el trabajo de
lograr que sus palabras fueran repetidas exactamente.
Elaboró un estilo que consistía en hacer pausas
frecuentes, como si estuviera dictando su discurso. "Como el
elocuente Robespieerre siempre se interrumpe, para mojarse los
labios", escribe un periodista, "uno tiene tiempo para
escribir".
Estos discursos cuidadosamente preparados, pronunciados
con nitidez, con adecuadas citas de Bacon, Leibniz, Condillac y
Rosseau, entre los escritores modernos, con las alusiones
clásicas favorecidas en esos tiempos, con pausas para
lograr efectos dramáticos y énfasis para obtener
aplausos, era el medio por el cual Robespierre se revelaba,
dictaba una autobiografía revolucionaria al mismo tiempo
que revelaba a la Revolución. Había adquirido ahora
el hábito de pensar en voz alta ante sus oyentes, a menos
esta era la impresión que daba. Y lo lograba haciendo
preguntas retóricas que muchas veces dejaba sin respuesta,
con el propósito de sembrar una idea y también
obtener un efecto retórico. Esta afectación
molestaba e intrigaba a la vez. ¿Que debemos hacer ahora?,
¿Cuál es la mejor manera de asegurar la
supervivencia de la Revolución?,
¿Fortalecerá mi muerte los
fundamentos de la virtud?. Estas y otras preguntas semejantes era
su manera de entablar con sus oyentes un diálogo
moral y
público, compartiendo con ellos sus dudas y
temores.
Robespierre, poseía temores partículares,
los cuales no lo incorporaba a su oratoria, y esto por razones
obvias; ya que unos de sus temores era previo ingreso a la
tribuna, esto por su timidez, y así lo hace saber
él mismo a su amigo Etienne Dumont, pero "cuando empezaba
a hablar" se veía libre de la angustia y "ya no era
consciente de sí mismo".
"La mente de Robespierre tendía a un modo
dialéctico de pensamiento y
expresión. El no buscaba el reposo y la serenidad, aunque
la forma de su discursos expresa orden y equilibrio en
un grado extremo. Buscaba el vigor, el trueno de los anatemas,
como cuando denunció al general Dumouriez o condenó
al despotismo como un mar sin orillas, que inunda al mundo y lo
convierte en "el patrimonio del
crimen". Este estilo tiene sus peligros. Robespierre, como
Rousseau antes
de él, solía ser arrastrado por sus excesos
retóricos, se entregaba al tema rapsódico que
él mismo componía, quedaba hechizado por los
sonidos de las palabras, que rodaban como olas sobre el temsa,
enterrando el sentido bajo el sonido.
Robespierre, cuando pierde el control de su
verborrea, cuando se aleja de lo concreto y los
detalles, flota patéticamente, acumulando imágenes y
abstracciones.
La voz única de Robespierre, tanto tiempo aislada y temida
en la Constituyente, se convirtió en la voz de los
Jacobinos y después en la de Francia
revolucionaria".
B.- Continente Asiatico.
Hablaremos en esta ocación, de un célebre
ser, el cual es recordado muy afectivamente en la India, con el
seudónimo "el Mahatma", es decir, el "Alma Grande".
Debido a su escaza documentación, en cuanto a su oratoria, es
preciso dar una breve reseña bibliográfica de su
persona, para llegar a comprender los alcances de su oratoria y
los frutos conseguidos.
Mohandas Karamchand Gandhi, nació el 2 de octubre de 1869
en Pobandar, capital del
principado independiente del mismo nombre y pequeño puerto
de la casi isla de Kathiyavar, en la costa noreste de la India.
Era el cuarto hijo de Karamchand y Putlibai Gandhi, de la casta
de los vaishya y sub csata de los Modh Baniya. Según la
tradición de los vaishya o vaiçya debían
dedicarse a la agricultura,
la artesanía o al comercio y
durante mucho tiempo los Gandhi, como lo atestigua su
patronímico, que significa "comerciante de especias",
habían mantenido la tradición. Después, por
favor del príncipe o méritos personalse, el abuelo
y el padre de Mohandas fueron diwan (Primer ministro) de
Porbandar. Aunque el título era pomposo, el cargo era
relativamente modesto en tan pequeño estado. Pero
proporcionaba al menos, teniendo en cuenta los hábitos
locales, vida desahogada y consideración.
Gandhi, tuvo una infancia
tranquila; la gran piedad de Putlibai influía vivamente en
el entorno. Esta mujer sencilla e
inteligente, a la que se le pedía consejo incluso para los
asuntos del Estado, era ante todo una ferviente vishnuita. Muy
debota a sus principios,
llevaba con ella a los niños,
al templo, con el nombre de Rama en los labios, cumplía
con los ritos y los severos ayunos a los que ni siquiera por
enfermedad faltaba.
Por su parte su padre, Karamchand, era a pesar de sus errores, un
hombre leal,
generoso y de trato facil a pesar de su temperamento irascible.
Poco instruido como la mayor parte de los indios de aquella
generación, poseía una mericida reputación
por su estricta imparcialidad y su experiencia, que le
permitía resolver con facilidad los problemas
más complejos. Al igual que su esposa era también
vishnuita y un vegetariano consumado.
Es así, que en Mohandas, "empezaba a arraigar, la
convicción de que la moral es el
fundamento de todo y de que la verdad es la sustancia de toda
moral"
Contrajo matrimonio,
conforme a la costumbre, a la edad de 14 años. La cual fue
para él una pesadilla, a tal motivo, años
después, combatiría en contra a dicha
costumbre.
En la escuela su
situación era también tensa. La enseñanza,
en ingles desde la promulgación de la ley Macaulay
(1835), sembraba el desarrollo en
el espíritu de los jóvenes. Se les inculcaba el
dogma de la superioridad absoluta de todo lo que procedía
de Inglaterra, es lo
impregnaba de admiración por la gloria de Inglaterra, por
su alta civilización, sus conquistas científicas,
su organización política, su invencible
poderío. En contrapartida, se trazaba el
cuadro de todas las deficiencias pasadas y presentes de la India.
De forma que ignorando la grandeza de su país, aquellos
adolescentes
estaban persuadidos que no se convertirían en hombres
más que a condición de romper con sus tradiciones,
creencias, costumbre, y copiando civilmente a sus maestros.
Mohandas al igual que sus compatriotas soñaba con sacudir
el yugo: Deseaba ser fuerte y audaz, y quería lo mismo
para sus compatriotas, a fin de poder vencer a Inglaterra y
liberar a la India.
El pensaba muchas cosas, algunas de ellas absurdas
propias de su adolescencia.
Cuando al acabar la High School de Rajkot, se inscribió en
la Universidad de
Bhavnagar descubrió que era extraordinariamente inculto, y
al sentirse incapaz de seguir los cursos, acudió
descorazonado junto a su madre.
Parecía que no tenía solución, ya que su
padre ya había muerto; pero tuvo por fortuna un
brahmán erudito y amigo de la familia,
quien sugirió que le enviasen a Londresa cursar los
estudios de Derecho. Gandhi, pensaba las maravillosas
perspectivas, afirmando: "ver a Inglaterra, la tierra de
los filósofos y los poetas, el corazón
mismo de la civilización" pensaba en ella todo, el tiempo.
Habría partido ese mismo instante si hubiera estado en sus
manos la desición. A pesar de todas las prohiviciones,
Gandhi convenció a su madre, y con desbordante sentimiento
embarcó el 4 de septiembre de 1888, dejando a su hermano
el cuidado de su mujer y a su hijo recién nacido.
Otras dificultades esperaban a Gandhi, en Londres. Aunque
perdidamente admirado de la civilización occidental,
ignoraba todo sobre ella, hasta el uso de la cuchara y el
tenedor.
La pronunciación del inglés
era un suplicio. Para el colmo, estaba él inmerso en
vanidades, nada más al llegar, emprendió una tarea
sobrehumana, desaba convertirse en un ‘Gentleman’. Al
cabo de tres meses, sin embargo, había ya sentado cabeza.
Y se hizo una promesa consigo mismo: no tacaría el vino,
las mujeres, ni la carne.
Terminado su curso, en sus tres años de estadía en
Londres; después de pasar la prueba final en la Universidad, la
cual fue muy dificil, teniendo por logro el dominio de la
lengua
inglesa. Partió de regreso a su tierra natal.
Pero allí se dió cuenta de su situación, una
timidez enfermiza, unida a una ambición sin empleo, le
paralizaba le paralizaba e incapacitaba para hablar en
público e incluso para leer lo que había redactado.
Además ¿qué es lo que había adquirido
en Londres? Unas vagas nociones de derecho inglés,
mientras que carecía de cualquier noción de Derecho
indio o de la práctica procesal.
Abrió, su buffete con la ayuda de su hermano Laxmidas,
pensaba en un exitoso vakîls (abogado) de renombre. Pero no
tuvo éxito en su cometido, cerrando su oficina.
Pero la necesidad le era apremiante debía buscar alimento
para su esposa e hijo. Un día el destino le
concedería una oportunidad, la firma Dada Abdulla y
Cía, le ofreció la propuesta de viajar a Africa del sur,
ya que necesitaban un empleado que supiera inglés
perfectamente.
Aceptó la propuesta, a sus 24 años sin
porvenir aparente.
En Africa del sur,
se había establecido una colonia India de cerca de 10.000
hombres, en virtud del llamado de los residentes ingleses de
Natal, como mano de obra barata, para el cultivo de caña
de azucar,
té y legumbres. Una contrato de
inmigración, cuyas cláusulas
habían sido fijados por la India y la colonia Natal, los
ligaba por cinco años y en condiciones miserables, prestar
servicios con
el mismo patrón.
Aquel lugar estaba colmado de racismo, haciendo
estragos por doquier; eran considerados como "La plaga negra", y
otros como "la basura
asiática". Los códigos los designaban como personas
pertenecientes a las pueblos salvajes, y las constituciones
afirmaban que no serían admitida ningula igualdad
civil, frente a hombres de color.
Por todas partes se aplicaba una segregación brutal: los
indios, cualesquiera fuesen sus méritos o la
situación adquirida, no eran más que
"collies"(criados, mozos de cuerda), un collie no es un hombre.
No podían andar por la noche, si no era con un
salvoconducto.
A Gandhi, se le previno lo dicho, pero no lo creía,
pensaba que tenia una profesión, y que era un ciudadano
británico; pero nada más al llegar aprendió
que solo era un "abogado collie". Se encontró rechazado
por todos, "descubrió que por ser indio, no tenía
ninguno de los derechos
humanos". Con semejante golpe, Gandhi, se puso firme, y
estaba dispuesto a luchar contra el miedo. En Pretoria
realizó su trabajo, y al mismo tiempo se cultivo del
derecho
procesal de su pais. Cambiando sus perspectiva, no
soñaba más que en volver a la India. No veía
ningún futuro en Africa del Sur, en donde vivir le
resultaba intolerable. "Pero el hombre
propone y Dios dispone", porque al leer un periódico
local dias antes de su regreso, leyó la
noticia, de la creación de un proyecto para
suprimir el derecho que tenían ciertos indios de elegir
representantes en la Asamblea legislativa de Natal. A tal motivo
envió información de guardia a los de su
terrunio, pero ellos les pidieron que él se haga cargo, ya
que ellos eran iletrados para esos asuntos, y tan solo miraban,
el
periódico para saber las cotizaciones de la
Bolsa..
Gandhi haciendo gala de una perspicacia, se situó
inmediatamente sobre el sólido terreno de los derechos y deberes que
conferían a los partidos la ciudadanía
británica de los indios. Mediante una petición
dirigida a Lord Ripon, secretario de Estado para las colonias,
para la cual, como demostración de su ascendiente,
recogió en pocos días, diez mil firmas, obtuvo la
suspensión del proyecto.
Pero el gobierno de Natal
por otros medios,
buscaba sus fines. Los cuales también fueron truncados por
la intervención de Gandhi, ya que él aseguró
y concretizó: Asambleas, conferencias, debates, cursos
nocturnos, creación de Asociación de Indios del
Cabo y de Transvaal, Congreso Indio de Natal, Asociación
cultural de indios originarios de la colonia, etc… Por otra
parte, como preludio a sun intensa producción como periodista, Gandhi alertaba
a la opinión
pública, desde el Africa del Sur hasta Inglaterra y la
India, mediante la "Llamada a todos los ingleses" y el "derecho
al voto de los indios", dos folletos repletos de hechos, cifras y
argumentos escrupulasamente expuestos.
En unos pocos meses bajo el peso de la responsabilidad, el futuro jefe de la India es
revelaba como maestro de sus excepcionales dones: jurista tan
sutil en el manejo de las leyes como
consciente de la importancia de los hechos, orador de palabra
clara, convincente(se acabó la timidez balbuciente de
otros tiempos!), habil en el manejo de los hombres, trabajador
infatigable, eficaz en el presente al tiempo que preparaba el
porvenir con un coraje que ninguna vejación
dismuía. Desde un principio se atrajo el respeto. Sus
mismos adversarios, los diarios locales, le rindieron homenaje
alabando su moderación, imparcialidad y entrega
desinteresada.
¡Qué lejos estaban sus primeros días
en Africa del Sur!. El pequeño empleado de Abdulla se
convirtió en un político influyente y en un abogado
extraordinariamente capaz, a que las firmas importantes
musulmanas le retribuyen ampliamente sus servicios. En
Durban ya ganaba la considerble suma de 2.000 libras al
año; en Johannesburg sus ganacias alcanzaron al más
del triple. Siendo para el un resultado no esperado, pero por
supuesto bien recibido.
Es aquí cuando nace en su interior la idea de abocarse
íntegramente a la vida espiritual, ya que él
seguía percibiendo el racismo, la
violencia,
etc., por todas partes. Es así que, se cultiva de
numerosos escritores como Blavatsky, Upanishad, Brahmana,
Bhagavad Gîtâ, Tolstoi, Carlyle, las vida de Mahoma,
Sócrates,
el Coran, los Proverbios de Zaratustra. Consumandose más
trade en un teósofo eminente. Deseando convertirse en un
político esforzado en hacerse santo.
De aquí en adelante será el artífice de la
independencia
de la India que se propuso conseguir pacificamente de Gran
Bretaña, gracias a su formula "la no-violencia";
sería arrestado y perseguido; será artífice
del boicot a los productos
importados de Gran Bretaña, huelga de
hambre, etc. Enemigo de la división de castas; tuvo muchos
atentados contra su integridad física, hasta que fue
asesinado por un fanático, en Nueva Delhi, el 30 de enero
de 1948.
C.- America, nuestro Continente.
Para hablar de los oradores de América, empezaremos por
North América, pasando por centro américa y dando
por broche de oro Sud América, otorgando por exponente a
un representante nuestro.
Al hablar de E.E.U.U., no existe duda de nombrar a su gran
exponente de todos los tiempos, de la historia norteamericana.
Para mejor comprensión nos situaremos en los años
1809, en el estado de
Kentucky ( en una población cerca a Hodgenville),
correspondiente al año y lugar de nacimiento de este
célebre personaje.
Los primeros años de su niñez, estuvo inmerso en la
vida del campo, ya que provenía de una familia que
poseía como fuente de ingreso: la labranza.
Este factor, fue fundamental en su preparación tanto
física, psiquica como moral. Se cultivó de muchos
dones, los cuales dió florecimiento, gracias a su gran
apego a la lectura de
libros.
Alrededor de los doce años de edad, expuso su primer
discurso, en una pequeña parcela, la cual atrajo a los
tranceuntes, a quienes cautivó con sus palabras colmadas
de veracidad y énfasis. Causando gran impacto en los
escuchas, ya que en forma involuntaria dieron a relucir su
aprecio y, comprensión al discurso, proporcionando
aplausos, que en esos momentos era todavía
exteriorización de sentimientos sinceros de un auditorio
que encontró el entendimientos de sus cotianas
actividades, pero más que esto, fué el recibimiento
a un nuevo estandarte de Norteamérica, que
encontrará su realización años más
tardes.
Valga en esta oportunidad, hacer la aclaración, de que el
contenido del discurso expuesto por el personaje en estudio, era
una repetición de un texto que había leido en sus
momentos de osceo, en donde se comentaba la ubicación
fundamental del campesino en la sociedad; llegando a agradar en
demasía a dicho lector, quién no dudo en hacerlo
público, representandolo con palabras entendibles para su
corta edad, con la cual no existió oyente alguno que no
entendiera.
Con el transcurrir del tiempo, fue creciendo en estatura y
conocimiento.
Acabados sus años de estudios básicos en su
terrunio, se decidió ingresar en la profesión de la
abogacía. Aquella profesión que le otorgaría
grandes satisfacciones, llegando a comprender la situación
de los Estados, tanto negociales como políticas.
Dolido por el maltrato, que recibían los esclavos negros,
quienes eran considerados en una escala de
valores
reducidísima, inclusive llegando a la absurdéz de
confundirlos con animales.
Tremendo fue el impacto recibido, más aún cuando se
dió cuenta que también los campesinos, fueron
reducidos a simples productores de la canasta familiar, sin
ninguna intervención en los asuntos del Estado, ya que
pocos eran los privilegiados en poder culminar sus estudios
profesionales debido al desinteres de culturacuión al
campesino, y más aún que los textos de estudios en
las escuelas rurales no eran los apropiados en su totalidad. Por
esto es que se propuso fiacentemente destruir con esas vanas
convicciones, que lo único que causaban eran la
desunión interna de cada Estrado.
Hasta aquí hemos comentado sobre las raices del
célebre personaje de los Estados
Unidos.
Es momento de dar su completa identidad, con
motivo, que desde el momento de su egreso como Abogado en 1837,
empieza su nombre a quedar gravado en el recuerdo, como
aquél quien marcó una época en la historia
universal, llegando a ser conocidos incluisve fuera de sus
latitiues hasta hoy en día, como en esta oportunidad, lo
hacemos nosotros.
Es así, que Abraham Lincoln, posterior a su egreso
profesional, comienza a dar cumplimiento a su promesa realizada
en su fuero interno. Comienza a defender las causas
antiesclavistas.
Ganando, el reconocimiento por parte de los Estados Unidos, por
su preparación tanto jurídica como formativa de su
ser.
En el año 1856, es adhiere al Partido Republicano.
Constituyendo su elección la detonante de la guerra de
Secesión, culminado durante el año 1863, con la
abolición total de la esclavitud.
Abraham Lincoln, fue conocido por todos los de su época,
como un individuo sincero, sencillo, correcto y dotado de
claridad en su expresión.
Todos se preguntaban cual era la formula magica, con la
cual Lincoln convertía o producía un pequeño
discurso en acción. Ciertamente, el poseía el don
de la persuasión, es decir obtener acción por parte
de su auditorio, así como lo consiguió, en los
años de su juventud en
aquel primer auditorio ameno constituídos por
labradores.
Aquella anecdota, era recordado por siempre por Lincoln. En
algunos discursos él comentaba a su auditorio sus propias
experiencias, junto con otras ajenas, nombrando primero al sujeto
que recordaba en ese momento, para luego dar inicio al comentario
del mismo. De esta manera él informaba, convencía e
impresionaba, todo ello como consecuencia a las reales verdades y
sinceras palabras que emergían de su interior, ya que
él vivía el momento de su discurso como si fuese un
pobre, esclavo, negro, campesino, o industrial, dependiendo las
circunstancias en que se encontraba.
Así nos lo demuestra, en su declaración: "Mi modo
de comenzar un alegato y conseguir el triunfo, consiste,
decía Lincoln, primeramente, en hallar un punto de
coincidencia".
Esto lo realizaba siempre, inclusive cuando hiva a abordar el
candente problema de la esclavitud.
"El Espejo", nombre del periódico
neutral, realizó una crónica a una de las charlas
de Lincoln: "sus oponentes no podían estar en desacuerdo
con ninguna de sus palabras. Desde allí comenzó a
conducirlos, poco a poco, apartándose hasta dar la
impresión de que habría logrado convertirlos a
todos en sus partidarios". De esta manera Lincoln, al comenzar su
discurso, no mencionaba o trazaba los desacuerdos de las partes,
sino que buscaba la unidad entre ellas al fin que se deseaba
alcanzar. Si sus discursos fueran a atacar y destruir, no
tendría sentido el consenso al que deseaba llegar.
Lincoln, ante los jurados, trataba de obtener desiciones
favorables. En sus discursos políticos, trataba de obtener
votos. Su propósito por consiguiente se dirigía a
obtener acción.
Antes de proseguir, se debe tener encuenta que la existencia de
Lincoln, como de cualquier otro, no fue un compendio de
éxito por doquier.
Lincoln, tuvo que saborear el fracaso, para conocerse más
a sí mismo, porque gracias a ella, comenzó a
comprender sus cualidades y el enfoque a la que debería
dirigirlas.
Como ejemplo, de caidas, recordemos uno de sus
errores:
"Dos años antes de ser elegido presidente, Lincoln
preparó una conferencia sobre
invenciones. Su propósito era entretener . A menos, ese
había sido su objetivo, pero no tuvo mucho éxito en
este sentido. En realidad su carrera como conferenciante
entretenedor popular fue un fracaso".
Pero en contrapartida, tuvo un éxito extraordinario en sus
otras disertaciones; algunos de ellos han llegado a ser ejemplo
clásico de exclusividad. ¿Por qué? En gran
parte, porque en dichos ejemplos conocía perfectamente su
objetivo, y sabía cómo llevarlo a cabo.
Muchos oradores no logran coordinar sus propósitos con el
de las personas que concurren a escucharlos. Se equivocan y se
afligen profundamente.
Al comprender esto Lincoln, se abocó más a los
asuntos de dominio propio, a
los cuales tenía pasión y sentía
convencimiento por ellos ya que constituían el futuro de
su Nación.
Otras de las cualidades que poseía, era su uso frecuente
de terminos familiares y concisos que creaban imágenes.
Como ejemplo recordemos a Hebert Spencer, en su famoso ensayo
Filosofía del estilo, en donde nos exhorta al uso de
imágenes de la siguiente manera:
"Deberíamos siempre evita (dice Spencer) una frase como
esta:
En la misma medida en que los usos y las costumbres y diversiones
de un pueblo sean crueles y brabaros serán severas las
reglamentaciones de su código
penal"
Y en su lugar, deberíamos escribir:
"En la misma medida en que los hombres gozan con la
batalla, en las corridas de toros y los combates de gladiadores,
castigarán los crimines con la horca, la hoguera y el
tormento.
Todas estas frases de mayor brillo, actualidad y
comprensión son necesarias para que el auditorio no se
torne aburrido y se retire a razón del uso excesivo de
tecnicismos, que no hacen sino otra cosa que confundir y divagar
en asuntos fuera de lugar muchas veces.
Lincoln, utilizaba continuamente terminología visual.
Cuando se aburria de ver llegar extensos y complicados
expedientes a su despacho de la casa blanca, los rechazaba, no
con una descolorída fraseología, sino con una
pintoresca expresión que es imposible olvidar para un
norteamericano lector: CUANDO envió a alguien a comprar
caballo, no quiero que me diga cuántas crines tiene su
cola; solo me interesan sus caracteríticas escenciales".
Definía y especificaba sus observaciones.
Lincoln dibujaba cuadros mentales que se distinguían con
tanta claridad y presición, que sus discursos, eran
comprensibles tanto para un letrado famoso como para un campesino
que lo alcanzaba a escuchar.
Concluiremos diciendo, que Lincoln, tuvo el reconocimiento de sus
tiempos y de hoy en día, gracias a que supo dominar los
detalles, con los cuales fue amoldando sus ideas a su gran
finalidad colectiva, que nació en él, en virtud de
las experiencias vividas, que fueron cimiento para su
inquebrantable ayuda humanitaria.
D.- Sudamérica.
Hablaremos ahora de Sud América, en especial de nuestro
pais, Bolivia.
Bolivia, tuvo
exponentes de gran trascendencia, dentro de la oratoria militar,
como el caso del Gral José Ballivián, quién
es más conocido, por sus monumentales frases, Tomas
Frías y su honestidad
reflejadas en sus discertaciones y vida misma, y otros..
En esta ocación debemos hablar de un célebre
oradore boliviano, a tal motivo, sabiendo conforme al historiador
Mariano Baptista Gumucio, que la historia contemporanea de
Bolivia, arranca de 1930 hasta nuestros días, sería
preciso hablar de esa época. Pero nosotros abocandonos a
la historia universal en donde la edad contemporanea abarca desde
fines de siglo XVIII hasta nuestro días, es que
nombraremos a un personajes que data de fines de 1800 e inicios
de 1900, más aún debido a su renombrada capacidad
de oratoria, que dicho personaje poseía, siendo ella
reconocida por todos los historiadores bolivianos.
Por tanto, estudiaremos a un Presidente nuestro, que
talvés es poco recordado en nuestra memoria, pero a
constituido unos de los valuartes de la oratoria política
boliviana.
Hablamos pues, de don Mariano Baptista Caserta, nacido en
Cochabamba, en la hacienda Calchani, provincia Ayopaya, el 16 de
Julio de 1832.
Realizó sus estudios universitarios en la ciudad de Sucre,
hasta graduarse como abogado; su talento y sus dones como orador
lo distinguieron entre los jovenes de su
época.
Desde su juventud en
las filas del partido rojo, hiva luchando contra el
despostísmo y combatiendo por el imperio de la legalidad,
sin tregua ni descanso.
Al margen de su tendencia política a la que
pertenecía, nuestro interés es su gran
fluidéz oral que poseía, desde las actividades de
su profesión fue renombrada su personalidad.
Pero, será reconocido en la urbe pública mediante
la política, en donde nos enseña sus dones en los
hechos realizados.
Recordemos aquel congreso de 1883, en donde constituyó
aquel evento en un campo en que se libraron los más rudos
combates acerca de la definición de la política
exterior de Bolivia.
Mariano Baptista aún no siendo Presidente en esa
oportunidad, realizó un informe en donde
demostraba su conservadorismo, a tal motivo llegó a
reputarse de traición a la patria el arreglo alcanzado con
Chile. Dicho
informe
dió lugar a un debate que se
ha hecho célebre.
Ante un público excitado y enardecido, en el que abundaban
elementos peruanos, Baptista defendió, con los recursos de su
brillante dialéctica, la necesidad de hablar claro y de
llamar la atención del país sobre sus verdaderas
conveniencias. El examen de la cuestión, enn la forma
empleada por el gran orador, ante un pueblo hostil a su persona y
a sus ideas, analizó los orígenes de la guerra del
Pacífico y buscó en los razonamientos realistas la
causa de los descalabros sufridos por la alianza. Demostró
cómo Perú y Bolivia, naciones nacidas sobre las
ruinas de la civilización incaica, de índole dulce
y pacífica, habían tenido que luchar con los
descendientes de los rudos y aguerridos araucanos; probó
que la formación social de los dos países que,
desde el periodo colonial, sólo se habrían
preocupado de la explotación de la riqueza minera, sin
esforzarse por crear fuentes
permanentes de bienestar, nos les permitía enfrenatrse con
un pueblo que poseía un espíritu retemplado en la
lucha diaria contra factores generalmente adversos a su economía;
censuró la imprevisión de los hombres de estado que
no supieron darse cuenta de que la tendencia expansiva de
Chile
obedecía a una ley natural y que era necesario buscar la
manera de encauzar sus efectos, sin desmedro para la vida y
seguridad de los
vecinos; condenó la mala administración de los territorios
ambicionados por Chile, que no permitió asimilarlos a la
vida nacional; criticó la falta de orden y de dirección inteligente en la marcha del
país, que no dió lugar a que el tratado de 1874,
elaborado con la intención de orillar las dificultades y
de sortear con prudencia los peligros, diera los frutos que se
buscaron con él. Este era, según el abanderado del
partido pacifista, el "criterio sintético de la
situación histórica", que exigía a Bolivia
limitarse a la política defensiva.
La exposición del tribuno fue más que
pieza parlamentaria, demostración de orden
didáctico. Tuvo la suerte de conmover y de convencer, a
pesar de la prevención que se le escuchaba y de las
pasionas exaltadas de combatía. Y si bién Baptista
estaba señalado como presunto candidato a la presidencia
de la República, su triunfo fue tan completo que los
propios adversarios no pudieron menos que admitir sus
conclusiones. La magia de su palabra había calmado la
excitación popular.
Mariano Baptista Caserta, fue ganando prestigio, tanto por sus
altas funciones a las
que representaba, como ser diplomático que realizó
misiones en la República de Argentina,
Paraguay, como
Ministro de Relaciones Exteriores en el Gobierno de Arce,
realizó consideradas representación.
Su fama de gran orador contribuía grandemente a consolidar
su prestigio, en un pais donde las galas verbales lo pueden todo
en la política.
No tardo mucho tiempo en colocarle por parte de sus conversos y
opositores el sobrenombre de "el mago", tanto por el poder
seductor de sus palabras cuanto por su habilidad en el manejo de
las artes políticas.
A tal motivo no era facil medirse en las elecciones con
Baptista.
La violencia desatada por Arce contra los parlamentarios del
Partido Liberal, en las postrimerías se su gobierno,
permitió que el Congreso reunido en oruro, el 5 de agosto
de 1892, eligiera a don Mariano Baptista como presidente
constitucional de la República.
El 10 de agosto de 1892 se produjo la transmisión de
mando, una vez que el Congreso verificó los votos
presidenciales. Aniceto Arce entregó las insignias de la
alta investidura a don Mariano Baptista, mostrando así que
por convenir sus intereses y a los del Partido Conservador
imponía al país este gobernante.
Vendría ha ser correspondientemente, uno de los cuatro
gobiernos conservadores de lña época, denominados
esos años "la edad de la plata", por ser los presidentes
potentados mineros, a excepción de Mariano Baptista, quien
no guardaba relación con ellos. Por tener campos de
acción totalmente distintos a los otros. Baptista era
abogado, y tanto Gregorio Pacheco como Aniceto Arce, eran mineros
y don Severo Fernández Alonso pese a no ser minero
(abogado) sería impulsado por ellos.
Es momento de dejar el relato de Mariano Baptista, ya que desde
el momento de su investidura presidencial, mantiene su dotes de
orador, pero ellos aparentemente no encajan en la práctica
del manejo de un Estado.
Hay quienes afirman: Todos los historiadores coinciden en
señalar que el periódo de gobierno de Baptista no
hizo ningún aporte positivo en beneficio del país.
Al orador de la palabra convincente le faltó sentido
práctico para encarar los diversos problemas.
Pero, antes de dar una crítica debemos remotarnos a los
tiempos de conmoción en que Bolivia vivía en la
post-guerra del Pacífico, ya que en esos momentos el
país buscaba las riendas de la historia para poder
equilibrar tanto su economía como sus
problemas limítrofes que se agravaban más con el
tiempo.
Mariano Baptista, tuvo que luchar contra las adversidades, si
bien no realizó actos de cauntiósa reelevancia
externa, exceptuando los acuerdos conseguidos que en algo
benefició a Bolivia. No es de desmerecer los
pequeños cimientos a los que se centró en edificar,
como ser el impulso en el campo de la educación, las
artes y el conomiento, factores vitales de una República y
más aún si sabemos que para alcanzar la
armonía deseada de un país es absurdo pensar en
conseguirlo en cuatro años de presidencia.
Y la historia así lo demuestra, porque la enfermedad de
Bolivia aún no estaba curada y las combulsiones no
tradarían en llegar, llegando a exteriorizarse lo que se
temía, la funesta Guerra con Paraguay, hecho
que contribuyó en la limpieza de los ojos oscurecidos de
Bolivia. A pensar más en su gente y buscar medidas de
formación a todo nivel, que hoy en día no se ha
concretizado enteramente, sin desmerecer algunos pasos realizados
que ayudan a la mejor visualización de hoy.
Evitando caer en la posición de crítica, la cual es
muy comoda para cualquiera.
A tal motivo recordaremos aquellas composiciones realizada en
1852, 1857, y 1872, por Mariano Baptista Caserta, extractadas de
la biblioteca
pedagógica:
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