Indice
1.
Introducción
2.
Historia
4.
Antropología social y cultural
5. Métodos Y
Aplicaciones
6.
Conclusión
7. Bibliografía
1.
Introducción
Antropología, estudio de los seres humanos
desde una perspectiva biológica, social y humanista. La
antropología se divide en dos grandes campos: la
antropología física, que trata de
la evolución biológica y la
adaptación fisiológica de los seres humanos, y la
antropología social o cultural, que se ocupa de las formas
en que las personas viven en sociedad, es
decir, las formas de evolución de su lengua,
cultura y
costumbres.
La antropología es fundamentalmente multicultural. Los
primeros estudios antropológicos analizaban pueblos y
culturas no occidentales, pero su labor actual se centra, en gran
medida, en las modernas culturas occidentales (las aglomeraciones
urbanas y la sociedad industrial). Los antropólogos
consideran primordial realizar trabajos de campo y dan especial
importancia a las experiencias de primera mano, participando en
las actividades, costumbres y tradiciones de la sociedad a
estudiar.
2. Historia
Desde tiempos remotos, viajeros, historiadores y eruditos han
estudiado y escrito sobre culturas de pueblos lejanos. El
historiador griego Herodoto describió las culturas de
varios pueblos del espacio geográfico conocido en su
tiempo;
interrogó a los informantes clave, observó y
analizó sus formas de vida —al igual que los
antropólogos modernos—, e informó sobre las
diferencias existentes entre ellas, en aspectos tan importantes
como la organización familiar y las
prácticas religiosas. Mucho más tarde, el
historiador romano Tácito, en su libro Germania
(hacia el 98 d.C.), reseñó el carácter, las costumbres y la distribución geográfica de los
pueblos germánicos.
En el siglo XIII, el aventurero italiano Marco Polo
viajó a través de China y otras
zonas de Asia, aportando
con sus escritos una información muy amplia sobre los pueblos y
costumbres del Lejano Oriente.
Durante el siglo XV se exploraron nuevos campos de conocimiento
debido al descubrimiento por los exploradores europeos de los
diferentes pueblos y culturas del Nuevo Mundo, África, el
sur de Asia y los Mares del Sur, que dio como resultado la
introducción de ideas revolucionarias
acerca de la historia cultural y
biológica de la humanidad.
A lo largo del siglo XVIII, los estudiosos de la Ilustración francesa, como Anne Robert
Jacques Turgot y Jean Antoine Condorcet, comenzaron a elaborar
teorías
sobre la evolución y el desarrollo de
la civilización humana desde sus albores. Estos
planteamientos antropológicos y filosóficos
chocaban con el relato bíblico de la creación y con
los dogmas teológicos que afirmaban que determinadas
culturas y pueblos no occidentales habían caído en
desgracia divina y, por ello, habían degenerado hacia una
situación denominada peyorativamente
‘primitiva’.
El hallazgo de un fósil en Neandertal (Alemania) en
1856 y los restos del hombre de
Java (Homo
erectus) en la década de 1890, proporcionaron pruebas
irrefutables del larguísimo proceso de
evolución del hombre. En la abadía Boucher de
Perthes (véase Jacques Boucher), en las proximidades de
París, se descubrieron también diversos utensilios
de piedra que corroboraron que el proceso evolutivo de la
prehistoria
humana tal vez se remontara a cientos de miles de años
atrás. Desde un principio, la arqueología se convirtió en una
compañera inseparable de la emergente disciplina
antropológica.
La antropología surgió como campo diferenciado
de estudio a mediados del siglo pasado. En Estados Unidos,
el fundador de dicha disciplina fue Lewis Henry Morgan, quien
investigó en profundidad la organización social de
la confederación iroquesa (véase
Confederación iroquesa). Morgan elaboró en su
estudio La sociedad primitiva (1877) una teoría
general de la evolución cultural como progresión
gradual desde el estado
salvaje hasta la barbarie (caracterizada por la simple
domesticación de animales y
plantas) y la
civilización (iniciada con la invención del
abecedario). En Europa, su
fundador fue el erudito británico Edward Burnett Tylor,
quien construyó una teoría sobre la
evolución del hombre que prestaba especial atención a los orígenes de la
religión.
Tylor, Morgan y sus contemporáneos resaltaron la
racionalidad de las culturas humanas y argumentaron que en todas
las civilizaciones la cultura humana evoluciona hacia formas
más complejas y desarrolladas.
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