Introducción
Constructivismo
Aprendizajes
Significativos
Ideas fundamentales de la concepción
constructivista
Los procesos
de construcción de
conocimientos
Condiciones necesarias para que el alumno construya
aprendizajes significativos
Guía para el aprendizaje significativo de
determinados contenidos
Diseño y planificación de la
enseñanza
Rol del
aprendizaje del adulto en la construcción de aprendizajes
significativos.
El aprendizaje ha
orientado el trabajo de
investigación e intervención de
numerosos científicos sociales desde hace muchos
años, por lo que han sido construidas muchas teorías
que pretenden explicar dicho fenómeno social.
Destaca dentro de esta gama de tendencias explicativas
el constructivismo
como una de las tendencias que ha logrado establecer espacios en
la investigación e intervención en
educación,
por su sistematicidad y sus resultados en el área del
aprendizaje, a
diferencia de otros enfoques, que plantean explicaciones
acercadas solo al objeto de estudio y otras que solo acuden al
sujeto cognoscente como razón última del aprendizaje, el
constructivismo propone la interacción de ambos factores
en el proceso social
de la construcción del Aprendizaje
significativo.
Un enfoque que sostiene que el individuo -tanto en los
aspectos cognoscitivos y sociales del comportamiento
como en los afectivos- no es un mero producto del
ambiente ni un
simple resultado de sus disposiciones internas, sino una construcción propia que se va produciendo
día a día como resultado de la interacción
entre esos dos factores. El
conocimiento no es una copia de la realidad, sino una
construcción del ser humano, que se realiza con los
esquemas que ya posee, con lo que ya construyó en su
relación con el medio que la rodea.
El aprendizaje
significativo surge cuando el alumno, como constructor de su
propio conocimiento,
relaciona los conceptos a aprender y les da un sentido a partir
de la estructura
conceptual que ya posee. Dicho de otro modo, construye nuevos
conocimientos a partir de los conocimientos que ha adquirido
anteriormente. Este puede ser por descubrimiento o receptivo.
Pero además construye su propio conocimiento
porque quiere y está interesado en ello. El aprendizaje
significativo a veces se construye al relacionar los conceptos
nuevos con los conceptos que ya posee y otras al relacionar los
conceptos nuevos con la experiencia que ya se tiene.
El aprendizaje significativo se da cuando las tareas
están relacionadas de manera congruente y el sujeto decide
aprenderlas.
Ideas fundamentales de la
concepción constructivista
La concepción constructivista del aprendizaje y
de la enseñanza se organiza en torno a tres
ideas fundamentales:
1. El alumno es el responsable último de su
propio proceso de
aprendizaje. Es él quien construye el
conocimiento y nadie puede sustituirle en esa tarea. La
importancia prestada a la actividad del alumno no debe
interpretarse en el sentido de un acto de descubrimiento o de
invención sino en el sentido de que es él quien
aprende y, si él no lo hace, nadie, ni siquiera el
facilitador, puede hacerlo en su lugar. La enseñanza está totalmente
mediatizada por la actividad mental constructiva del alumno. El
alumno no es sólo activo cuando manipula, explora,
descubre o inventa, sino también cuando lee o escucha las
explicaciones del facilitador.
2. La actividad mental constructiva del alumno se
aplica a contenidos que ya poseen un grado considerable de
elaboración, es decir, que es el resultado de un cierto
proceso de construcción a nivel social.
Los alumnos construyen o reconstruyen objetos de
conocimiento que de hecho están construidos. Los alumnos
construyen el sistema de la
lengua
escrita, pero este sistema ya
está elaborado; los alumnos construyen las operaciones
aritméticas elementales, pero estas operaciones ya
están definidas; los alumnos construyen el concepto de
tiempo
histórico, pero este concepto forma
parte del bagaje cultural existente; los alumnos construyen las
normas de
relación social, pero estas normas son las
que regulan normalmente las relaciones entre las
personas.
3. El hecho de que la actividad constructiva del
alumno se aplique a unos contenidos de aprendizaje preexistente
condiciona el papel que
está llamado a desempeñar el facilitador. Su
función
no puede limitarse únicamente a crear las condiciones
óptimas para que el alumno despliegue una actividad mental
constructiva rica y diversa; el facilitador ha de intentar,
además, orientar esta actividad con el fin de que la
construcción del alumno se acerque de forma progresiva a
lo que significan y representan los contenidos como saberes
culturales.
Los procesos de
construcción del conocimiento
Aprender un contenido implica atribuirle un significado,
construir una representación o un "modelo mental"
del mismo. La construcción del conocimiento supone un
proceso de "elaboración" en el sentido que el alumno
selecciona y organiza las informaciones que le llegan por
diferentes medios, el
facilitador entre otros, estableciendo relaciones entre los
mismos.
En esta selección
y organización de la información y en el establecimiento de la
relaciones hay un elemento que ocupa un lugar privilegiado: el
conocimiento previo pertinente que posee el alumno en el momento
de iniciar el aprendizaje.
El alumno viene "armado" con una serie de conceptos,
concepciones, representaciones y conocimientos, adquiridos en el
transcurso de sus experiencias previas, que utiliza como
instrumento de lectura e
interpretación y que determinan qué informaciones
seleccionará, cómo las organizará y
qué tipos de relaciones establecerá entre ellas. Si
el alumno consigue establecer relaciones sustantivas y no
arbitrarias entre el nuevo material de aprendizaje y sus
conocimientos previos, es decir, si lo integra en su estructura
cognoscitiva, será capaz de atribuirle significados, de
construirse una representación o modelo mental
del mismo y, en consecuencia, habrá llevado a cabo un
aprendizaje significativo.
Condiciones necesarias para
que el alumno pueda llevar a cabo aprendizajes
significativos:
El contenido debe ser potencialmente
significativo, tanto desde el punto de vista de su estructura
interna (es la llamada significatividad lógica,
que exige que el material de aprendizaje sea relevante y tenga
una organización clara) como desde el punto de
vista de la posibilidad de asimilarlo (es la significabilidad
psicológica, que requiere la existencia en la estructura
cognoscitiva del alumno, de elementos pertinentes y relacionables
con el material de aprendizaje)
El alumno debe tener una disposición
favorable para aprender significativamente, es decir, debe
estar motivado para relacionar el nuevo material de aprendizaje
con lo que ya sabe. Se subraya la importancia de los factores
motivacionales.
Estas condiciones hacen intervenir elementos que
corresponden no sólo a los alumnos – el
conocimiento previo – sino también al contenido del
aprendizaje- su organización interna y su relevancia- y al
facilitador – que tiene la responsabilidad de ayudar con su
intervención al establecimiento de relaciones entre el
conocimiento previo de los alumnos y el nuevo material de
aprendizaje.
El aprendizaje del alumno va a ser más o menos
significativo en función de
las interrelaciones que se establezcan entre estos tres elementos
y de lo que aporta cada uno de ellos al proceso de
aprendizaje.
El énfasis en las interrelaciones y no
sólo en cada uno de los elementos por separado, aparece
como uno de los rasgos distintivos de la concepción
constructivista del aprendizaje y de la
enseñanza.
El análisis de lo que aporta inicialmente el
alumno al proceso de aprendizaje se hará
básicamente en términos de las "representaciones,
concepciones, ideas previas, esquemas de conocimiento, modelos
mentales o ideas espontáneas" del alumno a
propósito del contenido concreto a
aprender, puesto que son estos esquemas de conocimiento iniciales
los que el facilitador va a intentar movilizar con el fin de que
sean cada vez verdaderos y potentes. Del mismo modo, el análisis de lo que aporta el facilitador al
proceso de aprendizaje se hará esencialmente en
términos de su capacidad para movilizar estos esquemas de
conocimiento iniciales, forzando su revisión y su
acercamiento progresivo a lo que significan y representan los
contenidos de la enseñanza como saberes
culturales.
El acto mismo de aprendizaje se entenderá como
un proceso de revisión, modificación,
diversificación, coordinación y construcción de
esquemas de conocimiento.
Disposición para el aprendizaje:
lo que un alumno es capaz de aprender, en un momento determinado,
depende tanto de su nivel de competencia
cognoscitiva general como de los conocimientos que ha podido
construir en el transcurso de sus experiencias
previas.
Son estos esquemas, su disponibilidad y sus características, los que van a determinar
los posibles efectos de la enseñanza y deben revisarse y
enriquecerse. La revisión no se limita al tema de la
madurez o disposición para el aprendizaje. Otros aspectos,
como el papel de
la memoria, la
mayor o menor funcionalidad de lo aprendido y la insistencia en
el aprendizaje de "procesos" o
"estrategias" por
oposición al aprendizaje de contenidos, se ven igualmente
afectados.
La idea clave es que la memorización comprensiva
– por oposición a la memorización mecánica o repetitiva- es un componente
básico del aprendizaje significativo. La
memorización es comprensiva porque los significados
construidos se incorporan a los esquemas de conocimiento,
modificándolos y enriqueciéndolos.
La modificación de los esquemas de conocimiento,
producida por la realización de aprendizajes
significativos, se relaciona directamente con la funcionalidad
del aprendizaje realizado, es decir, con la posibilidad de
utilizar lo aprendido para afrontar situaciones nuevas y realizar
nuevos aprendizajes. Cuanto más complejas y numerosas sean
las conexiones establecidas entre el material de aprendizaje y
los esquemas de conocimiento del alumno y cuanto más
profunda sea su asimilación y memorización
comprensiva y cuanto más sea el grado de significabilidad
del aprendizaje realizado, tanto mayor será su impacto
sobre la estructura cognoscitiva del alumno y, en consecuencia,
tanto mayor será la probabilidad de
que los significados construidos puedan ser utilizados en la
realización de nuevos aprendizajes.
Aprendizajes de procesos o estrategias:
para que los alumnos alcancen el objetivo
irrenunciable de aprender a aprender es necesario que desarrollen
y aprendan a utilizar estrategias de exploración y
descubrimiento, así como de planificación y control de la
propia actividad.
La aportación del alumno al proceso de
aprendizaje no se limita a un conjunto de conocimientos precisos,
incluye también actitudes,
motivaciones, expectativas, atribuciones, etc. cuyo origen hay
que buscar, al igual que en el caso de los conocimientos previos,
en las experiencias que constituyen su propia historia.
Los significados que el alumno construye a partir de la
enseñanza, no dependen sólo de sus conocimientos
previos pertinentes y de su puesta en relación con el
nuevo material de aprendizaje, sino también del sentido
que atribuye a este material y a la propia actividad del
aprendizaje.
¡Como guiar la
actividad constructiva del alumno hacia el aprendizaje de
determinados contenidos!
La construcción del conocimiento entiende la
influencia educativa en términos de ayuda prestada a la
actividad constructiva del alumno y la influencia educativa
eficaz en términos de un ajuste constante y sostenido de
esta ayuda. Es una ayuda porque el verdadero artífice del
proceso de aprendizaje es el propio alumno: es él quien va
a construir los significados. La función del facilitador
es ayudarle en ese cometido. Una ayuda, sin cuyo concurso es
altamente improbable que se produzca la aproximación
deseada entre los significados que construye el alumno y los
significados que representan y vehiculan los
contenidos.
En la medida que la construcción del
conocimiento, que lleva a cabo el alumno, es un proceso en que
los avances se entremezclan con dificultades, bloqueos e incluso,
a menudo, retrocesos, cabe suponer que la ayuda requerida en cada
momento será variable en forma y cantidad. En ocasiones,
se dará al alumno una información organizada y estructurada; en
otras, modelos de
acción a imitar; en otras, formulando indicaciones y
sugerencias más o menos detalladas para abordar las
tareas; en otras, permitiéndole que elija y desarrolle las
actividades de aprendizaje, de forma totalmente
autónoma.
Los ambientes educativos, que mejor andamian o sostienen
el proceso de construcción del conocimiento, son los que
ajustan continuamente el tipo y la cantidad de ayuda
pedagógica a los procesos y dificultades que encuentra el
alumno en el transcurso de las actividades de aprendizaje. Cuando
se analiza la actividad constructiva del alumno en su desarrollo y
evolución, es decir, como un proceso
constante de revisión, modificación,
diversificación, coordinación y construcción de
esquemas de conocimiento, es igualmente necesario analizar la
influencia educativa en su desarrollo y
evolución. De ahí el símil de
"andamiaje" que llama la atención sobre el carácter
cambiante y transitorio de la ayuda pedagógica
eficaz.
El facilitador y el alumno gestionan conjuntamente la
enseñanza y el aprendizaje en un "proceso de
participación guiada". La gestión
conjunta del aprendizaje y la enseñanza es un reflejo de
la necesidad de tener siempre en cuenta las interrelaciones
entre lo que aportan el profesor, el alumno y el contenido. Pero
la gestión
conjunta no implica simetría de las aportaciones: en la
interacción educativa, el profesor y el alumno
desempeñan papeles distintos, aunque igualmente
imprescindibles y totalmente interconectados. El profesor
gradúa la dificultad de las tareas y proporciona al alumno
los apoyos necesarios para afrontarlas, pero esto sólo es
posible porque el alumno, con sus reacciones, indica
continuamente al profesor sus necesidades y su comprensión
de la situación.
Cinco son los principios
generales que caracterizan las situaciones de enseñanza y
aprendizaje en las que se da un proceso de participación
guiada (Rogoff, 1984)
1. Proporcionan al alumno un puente entre la
información disponible – el conocimiento previo- y el
conocimiento nuevo necesario para afrontar la
situación.
2. Ofrecen una estructura de conjunto para el desarrollo
de la actividad o la realización de la tarea.
3. Implican un traspaso progresivo del control, que pasa
de ser ejercido casi exlusivamente por el facilitador a ser
asumido por el alumno.
4. Hacen intervenir activamente al facilitador y al
alumno.
5. Pueden aparecer tanto de forma explícita como
implícita en las interacciones habituales entre los
adultos en los diferentes contextos.
Diseño y planificación de la
enseñanza
En una perspectiva constructivista, el diseño
y la planificación de la enseñanza debería
prestar atención simultáneamente a cuatro
dimensiones:
1. Los contenidos de la enseñanza: Se
sugiere que un ambiente de
aprendizaje ideal debería contemplar no sólo
factual, conceptual y procedimental del ámbito en
cuestión sino también las estrategias de
planificación, de control y de aprendizaje que
caracterizan el conocimiento de los expertos en dicho
ámbito.
2. Los métodos y
estrategias de enseñanza: La idea clave que debe
presidir su elección y articulación es la de
ofrecer a los alumnos la oportunidad de adquirir el conocimiento
y de practicarlo en un contexto de uso lo más realista
posible.
3. La secuencia de los contenidos: De acuerdo con
los principios que se
derivan del aprendizaje significativo, se comienza por los
elementos más generales y simples para ir introduciendo,
progresivamente, los más detallados y
complejos.
La organización social: Explotando
adecuadamente los efectos positivos que pueden tener las
relaciones entre los alumnos sobre la construcción del
conocimiento, especialmente las relaciones de cooperación
y de colaboración.
Rol del aprendizaje del
adulto en la construcción de aprendizajes
significativos
La mediación es una intervención que hace
el adulto o sus compañeros cercanos para enriquecer la
relación del alumno con su medio
ambiente. Cuando le ofrecen variedad de situaciones, le
comunican sus significados y le muestran maneras de proceder, lo
ayudan a comprender y actuar en el medio.
Para que la ayuda de los mediadores sea efectiva,
provocando desarrollo, es necesario que exista:
Intencionalidad por parte del
facilitador (mediador) de comunicar y enseñar con claridad
lo que se quiere transmitir, produciendo un estado de
alerta en el alumno.
Reciprocidad. Se produce un aprendizaje
más efectivo cuando hay un lazo de comunicación fuerte entre el facilitador y
alumno.
Trascendencia. La experiencia del alumno
debe ir más allá de una situación de
"aquí y ahora". El alumno puede anticipar situaciones,
relacionar experiencias, tomar decisiones según lo vivido
anteriormente, aplicar los conocimientos a otras
problemáticas, sin requerir la actuación directa
del adulto.
Mediación del significado. Cuando
los facilitadores construyen conceptos con los alumnos, los
acostumbran a que ellos sigan haciéndolo en distintas
situaciones. El facilitador debe invitar a poner en acción
el pensamiento y
la inteligencia,
estableciendo relaciones o elaborando hipótesis.
Mediación de los sentimientos de
competencia y
logro. Es fundamental que el alumno se sienta capaz y
reconozca que este proceso le sirve para alcanzar el éxito.
Esto asegura una disposición positiva para el aprendizaje
y aceptación de nuevos desafíos, así
tendrá confianza en que puede hacerlo bien. Afianzar sus
sentimientos de seguridad y
entusiasmo por aprender, es la base sobre la que se construye su
autoimagen.
El reconocimiento positivo de los logros y las
habilidades que han puesto en juego para
realizar la actividad con éxito,
aumenta la autoestima, se
facilita el sentimiento de logro personal y de
cooperación con otros.
Autor:
Raymundo Calderón Sánchez