- Antecedentes
Históricos. - Objetivos
Nacionales del Paro Petrolero. - Objetivos
Extranjeros del Paro Petrolero. - Consideraciones
finales. - Bibliografía.
Introducción.
La presente investigación está orientada a
conocer los Objetivos
Nacionales y Extranjeros del Paro Petrolero
que se desarrolló en Venezuela
durante los meses de diciembre del 2002 y febrero del 2003. Por
esta razón, tal conflicto lo
abordamos en ésta investigación como un suceso
histórico, donde se relacionan las formas y función de
sus estructuras
políticas-económicas, sus instituciones
tanto gubernamentales como civiles, las relaciones
sistémicas y su concordancia con el sistema
capitalista mundial, sus efectos sobre la población, las masas y los grupos,
así como otros aspectos propios de los sistemas de
valores
autóctonos y foráneos que ejercen gran influencia
en los ethos y mapas imaginarios
de asociaciones específicas y generales que participaron
en tales acciones,
siendo todos estos objetivos alcanzables con la
orientación teórica marxista.
Como vemos, ésta primera noción obedece al
Materialismo
Histórico y por ello, de manera muy breve, presentamos
en este sentido un esbozo de los últimos años del
desarrollo
capitalista en Venezuela, el cual versa sobre las funciones del
Estado y de
PDVSA, siendo estos dos organismos las principales instituciones
involucradas en los hechos –– aunque no los
únicos ––, pues el Paro Petrolero involucra a
otros actores e instituciones nacionales e internacionales que
accionaban detrás del escenario. Por esto resulta
importante resaltar el papel protagónico de las clases
menos favorecidas, pues en ellos radica el triunfo de los
colectivos sobre las pretensiones de unos cuantos en mantener un
sistema de exclusión que era parte del problema mismo,
donde nuevos niveles de conciencia se
hacen presentes para librar una batalla de grandes consecuencias
sociales y políticas en el país.
Posteriormente discurrimos y revisamos mediante toda la
investigación sobre las leyes de
correspondencia entre la base económica y la
superestructura sobre ella edificada, previendo que aunque
la
República Bolivariana de Venezuela era o es una
sociedad
capitalista, ésta tiene diferencias notables con lo
conocido como capitalismo
europeo[1]y de ahí necesario reconocer que
a pesar de las llamadas leyes de igualación se generen
grandes analogías pero también grandes diferencias,
por ello el Estado
aunque funciona en relación con la economía, su formación no obedece a
un consenso político autóctono sino externo, y sus
timoneles tantos económicos como políticos nos
indican que son formaciones ajenas a nuestra cultura; pero
que aún así las leyes de correspondencia entre uno
y el otro producen luchas en su interior y entre ellos. En este
sentido, la relación de correspondencia existente explica
en un primer momentum las causas del conflicto y lo
enmarca inmediatamente como un desfase entre la estructura
política y
la base económica, debido que al ser tomado por asalto el
Estado[2]se rompen los nudos del dominio exterior
y la dominación ejecutada desde él mismo hace que
se desfasen los actores que maniobraron en él por mucho
tiempo. Sin
embargo, aunque dichas estructuras son impuestas desde el
exterior, su contenido estaba y está conformado
generalmente por actores nacionales, aunque exista la
excepción en PDVSA donde durante mucho tiempo trabajaron
profesionales extranjeros con objetivos políticos bien
definidos.
En sus consecuencias, el Paro Petrolero fue considerado como
un efecto y no como una causa en sí, por lo que de
antemano es un suceso político encuadrado como parte de la
lucha de clases o el reacomodo de las fuerzas políticas
sujetas a los cambios materiales de
la evolución social[3]cambios
inherentes al paso irrevocable del tiempo y de los desfases
propios de nuevas formas de organización política que reemplazan
las viejas relaciones caducas y disfuncionales y su colapso, pues
todo el escenario que lo contiene es un escenario repleto de
crisis social,
económica, cultural y política en todos sus
aspectos e incluso rebasa otros escenarios que por razones de
espacio no mencionamos aquí.
Estos cambios a su vez fueron tratados como
hechos que obedecen a relaciones sistémicas propias de
la
globalización y a la función de dependencia
donde Venezuela participa a partir del siglo XX como surtidor de
materias primas, el cual explica la inherencia en todas sus
estructuras por parte de potencias internacionales quienes tienen
gran interés en
materia
energética y en los inmensos recursos
naturales localizados en el
país[4]así como también forma
parte del debilitamiento del sistema capitalista mundial y la
crisis hegemónica de EE.UU., el cual al ocuparse de otros
escenarios e intereses en otras latitudes fuera de América
Latina descuidan su dominio en nuestro país y con ello
dan la oportunidad certera de zafar los lazos de dependencia
mantenidos por largos años[5]
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