- Longinos
- La
colección de José de
Arimatea - Un
talismán poderoso - La
visión de Hitler - Hitler y
el encuentro con la lanza - El impacto
a Hitler - Walter
Stein - El
destino de Hitler - Conclusión
- Bibliografía
Longinos
La lanza sagrada de longinos cuyo nombre
proviene del soldado Cayo Casio Longinos, quien atravesó el
costado de Cristo en su crucifixión, llego a manos de los
guerreros teutónicos, quienes la convirtieron en su
talismán y le dieron un significado de poder místico.
La leyenda se origina en el evangelio
según San Juan. 19:33-37: Cundo lo vieron muerto, no le
rompieron las piernas si no que uno de los soldados atravesó
el costado de Jesús con su lanza, para asegurar que estaba
muerto.
La colección de José de
Arimatea
Se dice que había un coleccionista que
se llamaba José de Arimatea, un adinerado que siempre
se preocupo por guardar objetos valiosos al paso de Jesús,
se dice que fue el quien obtuvo permiso para llevarse el cuerpo
de Jesús y, ayudado por Nicodemo, lo coloco e la tumba en la
noche del viernes Santo, y que el guardo en su poder la cruz, los
clavos, la corona de espinas, y el sudario.
Pero algunos dicen que el había
empezado su colección desde antes de la muerte de Cristo: y que
después de la última cena también guardo la copa e
la que Jesús había consagrado el pan y el vino para los
12 apóstoles y que José Arimatea conservó la copa
Junto a la lanza citada
En el evangelillo llamados así
"EL SANTO GRIAL Y LA SANTA LANZA".
Un talismán
poderoso
Por medio de las claves que dejo en rico
Judío José Arimatea, Helena, la adre del 1er Emperador
Cristiano Constantino pudo redescubrir estas reliquias la cual
fue un talismán muy poderoso para Constantino el grande,
para Franco Carlos Martel, que expulso de Francia a los Árabes
VIII; para Carlo Magno que la recibió en Roma como regalo de el Papa y
después también estuvo en poder de el sacro Emperador
Romano Federico Barbarroja. Según la tradición, todos
los que la habían poseído habían resultado
guerras victoriosas y fueron
esas cualidades místicas, en especial as que fascinaron el
1909 a un joven en le museo Hofburg. De Viena, llamado Adolfo Hitler.
La visión de Hitler
Desde que Hitler tenía 15 años,
Hitler tenía la idea y el convencimiento de que algún
día el destino del mundo recaería en sus
manos.
Cuando era un poco más que un
vagabundo que dormía en los parques de Viena, esas visiones
parecían muy lejos de cumplirse. El era el elegido y lo
sabía, todo su tiempo lo empleaba en estudiar
en la biblioteca de Hof ocultismo,
mitología nórdica, y
germana, filosofía y política.
Su pasión llegaba a tal extremo que su
evidente mal nutrición se debía, sobre todo, a
las veces que embebido en sus estudios se olvidaba hasta de
comer.
La culminación e este proceso llego cierto día
que se encontraba dibujando en el museo Holfurg, la casa de
Habsburgo. En su miseria, odiaba profundamente a toda aquella
dinastía que públicamente mostraba sus riquezas a quien
quisiera contemplarlas
Hitler y el encuentro con la
lanza
En aquella tarde en 1909 Hitler ese
hombre delgado pálido y
zarrapastroso, se detuvo largo rato frente a los tesoros de la
casa de Habsburgo en el museo de Hofburg, de Viena, dentro de los
estuches brillaban coronas enjoyadas, pero lo que acaparaba la
atención del joven y lo
mantenía como hipnotizado era un objeto pequeño: los
restos de una lanza sin filo oxidada y ennegrecida por el tiempo
el poco agraciado visitante era nada mas y nada menos que Adolfo
Hitler y el objeto que contemplaba era la laza de
Longinos.
La misma con la que un centurión
romano había clavado la lanza en el costado de Cristo y ala
que las antiguas leyendas asociaban con el
destino del mundo.
El impacto a
Hitler
Como dijo el propio Hitler: "Supe de
inmediato que aquel día era el momento mas importante de mi
vida. Pero sin embargo no podía adivinar por que un
símbolo cristiano me causaba semejante impresión, me
quede muy quieto durante unos minutos contemplando la lanza y me
olvide completamente del lugar en el que me
encontraba.
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