Introducción
Las palabras todo y nada son dos de
los vocablos más utilizados en castellano, sin embargo
presentados con carácter literario y sobre todo
filosófico como el todo o la nada,
adquieren la categoría de conceptos de especial relevancia,
de los cuales se ocupan no sólo literatos y filósofos,
sino también la ciencia. Del todo y la nada nos ocupamos en
el presente trabajo, preferentemente desde la ciencia, pero
también estarán presentes la literatura y la
filosofía.
El todo
En el 2004, el físico y filósofo David Bohm
publicó un libro cuyo título traducido al español
es "Totalidad y Orden Implicito", donde el autor expone con
amplitud su tesis en la cual los conceptos de Todo y Totalidad se
revisten de profundo y peculiar significado.
Conocida es la trascendencia que connotados escritores
le han concedido a la palabra "todo", al concepto de "totalidad"
y a objetos o entes que en su limitación espacial encierran
real o metafóricamente una totalidad y a veces el "Todo
absoluto".
Así tenemos a Jorge Luis Borges narrándonos
que en el Aleph estaba "todo el espacio cósmico" y José
Lezama Lima diciendo "bendito sea Dios que resguarda el "todo" en
potencia haciendo de cada corpúsculo una volante esfera de
creación".
Pero no sólo en literatura, en las ciencias
principalmente en la física, también encontramos el
tratamiento de objetos que en cada una de sus partes se observan
las propiedades de la totalidad del mismo. Un ejemplo, al
estudiar el imán vemos que si se fragmenta , cada uno de los
fragmentos es un imán. Otro caso similar es el del
holograma, especie de placa fotográfica que capta una imagen
tomada con luz láser y que también mediante luz
láser puede verse en su total tridimensionalidad. La placa
del holograma tiene la curiosa propiedad que un fragmento de la
misma al ser iluminada con láser reproduce la totalidad de
la imagen .Las matemáticas presentan la totalidad
representada en las partes a una escala menor en las figuras
geométricas llamadas fractales.
Quizás meditando sobre hechos como los descritos,
David Bohm en su libro sobre la Totalidad, propone su original
tesis según la cual la división, la fragmentación
de la realidad para su análisis, que efectúa el
científico, es artificial ya que según su criterio, la
realidad, la naturaleza es una totalidad indivisible.
Al igual que sucede con el imán, el holograma y el
fractal, cada parte que el científico crea artificialmente
de la realidad contiene implícitas, todas las propiedades de
la realidad en su totalidad. Según Bohm, cada porción
de realidad que se toma como separada, es una "proyección"
de la total realidad, algo como lo que se entiende por
singularidad en la Teoría General de la
Relatividad.
En su libro "Versos del Pluriverso", dice Ernesto
Cardenal:
"Los cuerpos son partículas elementales y campos de
energía /pero las almas no existen solas /sino sólo
como partes de una cosa mayor. /Toda la materia está unida
según Bohm. /¿Y las almas no estarán más?".Y
mas adelante:"todas las cosas se tocan/todo conectado con todo/y
es instantáneo todo./La separación es
aparente."
En la tercera década del pasado siglo XX, A.
Einstein, B. Podolsky y N. Rosen propusieron un experimento ideal
que ha pasado a la historia con el nombre de Paradoja EPR, con el
cual sus autores, defensores de la Relatividad trataban de
demostrar inconsistencias en las propuestas teóricas de la
Mecánica Cuántica (MC). A. Aspect y colaboradores lo
llevaron a la práctica años mas tarde.
El experimento ideal se presenta así. Se tiene un
sistema formado por dos partículas a las cuales la MC exige
que sus espines (su virtual comportamiento rotatorio como si
fueran microscópicas peonzas) tienen que ser opuestos, esto
es, una partícula debe tener supuesta rotación
dextrógira (+) y la otra levógira (-). Ambas se separan
y "vuelan" hasta laboratorios lejanos A y B.
En el laboratorio A observan la partícula de
espín + y conocen, sin transmisión de señal alguna
y sin posibilidad de ninguna interacción entre ambas, que la
partícula recibida en B es de espín -. Además si
de alguna forma durante el "vuelo", cambia el signo del
espín de la partícula destinada a A,
instantáneamente cambiará en la de B. Los proponentes
del experimento, aducen que el mismo prueba que lo postulado por
la MC, no presenta las condiciones que los relativistas exigen
para considerarlo racional o sea referirse a algo sensato,
realista y local. Sobre todo la no localidad se muestra,
según los del EPR, en el hecho de que sería necesaria
una señal más veloz que la luz entre las observaciones
en A y B.
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