La noche octosilábica; panorama de la décima escrita en Holguín (1862-2003)
- Palabras de
contracubierta - La
décima, desde su surgimiento hasta el siglo XIX en Cuba
y en Holguin - La
décima cubana (1900-1958) - La
décima en Holguín (1931-1958) - La
décima espinela posterior a 1959 en
Cuba - Conclusiones
- Bibliografía
- Anexos
Edición: Michael Hernández
Ilustración de cubierta: Dayamí Pupo
Avila
Diseño: Roddier Mouso Bahr
Composición: Rebeca Pantoja Alvarez
Corrección: Ileana M. de Vales
Hechavarría
Mayra Guerra
Chacón
Palabras de
contracubierta
Este libro esd el
recorrido por una zona de las más fértiles en
nuestras letras: la décima. Sus páginas remiten a
la posibilidad de historiar el género
desde las primeras huellas de su existencia e periódicos
del siglo XIX hasta los renovadores quehaceres d ela actualidad.
Enjundia y amplitud son dos virtudes fundamentales en esta
investigación, con la ual su auytor oibtuvo
el Premio Meoria Nuetras, en las Romerías de Mayo 2002,
pero no asl únicas. Su amenidad en la escritura y su
raigal vocación crítica
la convierten en una referencia obligada y un hito en los
estudios litearios locales.
Esta investigación debe mucho espiritualmente
a varios poetas y amigos entrañables que, además,
han promovido incansablemente la décima holguinera y, por
esa razón, sus nombres no pueden estar ausentes en estas
páginas. Ellos son: Waldo González López,
Mayra Hernández Menéndez, Virgilio López
Lemus, Jesús Orta Ruiz (El Indio Naborí), Adolfo
Martí
Fuentes,
Nieves Rodríguez Gómez, Pedro Péglez
González y Fredo Arias de la Canal, Presidente del Frente
de Afirmación Hispanista de México.
Por otra parte, sería injusto no mencionar a una persona que
ayudó en la etapa de localización de información, por su paciencia para
transcribir numerosos textos: Nancy Ivette Borrego
Carbonell.
A todos mi incondicional
agradecimiento.
Esta es la noche octosilábica
con sílabas que avanzan hacia la
pulpa
de una fruta.
José Lezama Lima
Introducción
Una de las pocas virtudes de la postmodernidad
ha sido su incapacidad para contener o excomulgar los dictados de
la tradición. Si en otras épocas fue plausible el
permanente enfrentamiento entre lo nuevo y lo viejo y la
discusión rebasó la epidermis circunstancial para
definir actitudes ante
la propia vida, ahora asistimos a una era donde se validan nuevos
códigos y se revitalizan otros, al margen de tradiciones
inexcluíbles que continúan llamando la atención.
Si bien los tópicos de la "confusión", la
"pérdida de valores", la
"muerte de los
paradigmas",
la "caducidad de ciertos discursos",
han ocupado un sitio preponderante en las valoraciones de muchos
teóricos del postmodernismo, en el tema que nos ocupa
hemos podido comprobar la coexistencia de voluntades y de
inquietudes dentro de lo que pudiera considerarse – y de
hecho lo es – una genuina expresión de la
tradición literaria iberoamericana.
La estrofa de los diez versos, con distribución de rimas abbaaccddc,
denominada décima espinela por su supuesto creador el
músico español
Vicente Espinel, después de atravesar distintos
períodos en que fue culta, popular, humorística, de
combate, etc., en el umbral de la centuria XXI aparece empecinada
en perdurar a través de cultores que le garantizan inusual
salud y no
están interesados en separar sus componentes de
tradición y modernidad. O
sea, a la luz de los
estudios literarios, dentro de un molde clásico de cuatro
siglos de existencia, el discurso
tradicional y la renovación se reúnen y la
décima sale airosa, para hacer posible que algunos
especialistas hayan emitido criterios acerca de la apertura e
inclusión de la estrofa en el postmodernismo
poético, categorización que si bien puede llamar a
la polémica no es un argumento desatendible.
Estudiar la décima como complejo cultural,
entendido como la relación existente entre la
décima y el conjunto de elementos culturales con los que
interactúa en sus manifestaciones oral y escrita, durante
un proceso
evolutivo de más tres siglos, es motivo suficiente para
emprender el rastreo bibliográfico y el arribo a
conceptualizaciones en torno a un
fenómeno autóctono que, a pesar de haber sido
minimizado, excluido, menospreciado por diversos investigadores y
poetas a lo largo de nuestra historia literaria, hoy se
erige como uno de los rumbos más auténticos de la
poesía
cubana.
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