Estados Unidos. 1929: La crisis
bursátil repercute en la economía de ese
país. El alcance que esta tiene es catastrófica. La
miseria que se instala en la vida cotidiana de la
población hace que muchos habitantes tomen medidas
desesperadas. Los documentos de
aquella época son varios, entre ellos una gran novela escrita
algunos años después de aquellos años. Se
supone que cuando uno termina de leer A sangre
fría, esa gran obra de Truman Capote, se le puede dar
por escribir, por ejemplo, una nota sobre asesinos.
En la segunda mitad de esta novela, aparecen algunos nombres
que el autor menciona: Alvin "Old Creepy" Karpis, Charles "Pretty
Boy" Floyd, y la pareja de asesinos Clyde Barrow y Bonnie Parker.
Demás está decirlo: la originalidad de Capote se
asienta en que, cada personaje, realmente existió. Este
escritor glamoroso, homosexual confeso, adicto a las drogas,
frecuentador de la farándula norteamericana de los
años sesenta, se anticipó a la estética de
muchas películas del cine
hollywoodense. En estas dos razones radica la causa del presente
artículo. Un motivo de ello aunque no una
justificación, puede ser la que sostiene Joseph Geringer,
en un extenso artículo llamado "Bonnie and Clyde: un dueto
en la época de la depresión": "Todos ellos
[también] fueron chicos en una nación que
atravesaba una gran depresión económica, que no
era como la que Francia tuvo a
fines del siglo XVIII. Que tuvo sus sacudidas, y que hubo quienes
trataron de sortearla de alguna manera."
Para darle un contexto más ideológico, citemos a
Carolina Barranco en Los Crímenes del Capitalismo
(I): La gran Depresión "Las condiciones de vida de
los jornaleros en la California de la Gran Depresión
incluían agotadoras jornadas, rechazo social, condiciones
infrahumanas y míseros salarios, eso
siempre que se tuviera la suerte de ser aceptado como recolector.
Lo cual, como explica John Steinbeck en su novela Las uvas de
la ira" (que fue llevada al cine por John Ford), no era nada
fácil una vez que el número de pobres de solemnidad
llegó a extremos intolerables, y muchos de ellos buscaron
desesperadamente trabajo en la
soleada California".
Así y todo, los asesinos mencionados
fueron llamados Enemigos públicos. Aquellos años
eran años difíciles, para Estados Unidos y
para el mundo: eran los años treinta. La depresión
económica era en aquel entonces una justificación
para este tipo de empresas llevada
a cabo por esta gente. Revivieron los viejos tiempos del viejo y
famoso Far West. Todos ellos sabían que iban a morir,
quizás la semana siguiente, el mes siguiente. Puede que a
la mañana. Ninguno de ellos fue lo suficientemente iluso
como para pensar que el crimen no se paga. Todo lo que
estos malvivientes hacían era documentado tanto en las
noticias de
los diarios como en las revistas del policial negro como por
ejemplo The Scartling Detective. La inseguridad
era un tema de todos los días en aquel país de los
años treinta. Cuatro de aquellos criminales son conocidos
aun hoy, aunque se pueden sumar a la lista algunos otros no menos
pintorescos: Dillinger, "Baby Face" Nelson, "Machine Gun" Kelly.
Representantes culturales del país del norte, pero tambien
de otras latitudes del planeta, han homenajeado a estos
personajes como por ejemplo Woodie Guthrie. En un libro llamado
Joe Klein y Woodie Guthrie: una vida: dice que "escribió
una serie de baladas acerca de bandido, homenajeándolos
como los héroes más populares (…) como gente
pobre que robaba a los ricos. Escribió sobre los Dalton,
también sobre la audaz Belle Starr".
Se puede agregar algo más sobre lo que
despierta en el imaginario colectivo este tipo de personajes, los
outlaws. Algunos artistas como Woodie Guthrie le dieron
a esta gente un aura de mártires, de chivos expiatorios a
toda la desigualdad
social que hubo y que hay en el país de la libertad. En
una canción llamada "Balada para Pretty Boy" dice:
"Pretty Boy tomó los pesados grilletes/ y el asistente
su arma (…); /cada crimen en Oklahoma fue sumado a su
causa. Pero para muchos campesinos hambrientos/era la misma vieja
historia/ De
cómo el bandido les paga la hipoteca/ Y salva sus pobres
hogares." Son muchas las encarnaciones de Robin Hood a lo
largo de la historia.
El periodista Richard Kudisch nos cuenta en un artículo
llamado "La persecución del último enemigo
público" que en algún lugar de Nueva Orleans aun se
encuentran, entre modernas edificaciones y una playa de
estacionamiento, dos monumentos que conmemoran aquellas viejas
épocas.
En el caso de Alvin "Old Creepy" Karpis (acompañado por
"Ma" Barker), fue un asesino que, se crió en Topeka,
Kansas. Desde muy pequeño frecuentaba gente que iban desde
jugadores, falsificadores hasta contrabandistas. "Naturalmente me
gustaba la acción", eso dijo cuando su carrera delictiva
terminó, a los treinta y tres años de edad.
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