- Introducción
- La
radiación solar - Efectos de la
radiación solar sobre los gases
atmosféricos - Efectos
sobre la salud - Dirección de incidencia
de la irradiación solar - Radiación
ultravioleta - Luz
visible - Radiación
infrarroja. Radiación recibida y absorbida por la
Tierra - Comportamiento
de la atmósfera y el suelo frente a la
radiación - Aumento de la
Temperatura Global - Aplicaciones de
la energía solar - Tormenta
geomagnética - Anexos
- Conclusión
- Bibliografía
Introducción
Se conoce por radiación solar al conjunto de
radiaciones electromagnéticas emitidas por el Sol. El Sol
se comporta prácticamente como un cuerpo negro que emite
energía siguiendo la ley de Planck a una temperatura de
unos 6000 K. La radiación solar se distribuye desde el
infrarrojo hasta el ultravioleta. No toda la radiación
alcanza la superficie de la Tierra, pues las ondas ultravioletas,
más cortas, son absorbidas por los gases de la
atmósfera fundamentalmente por el ozono. La magnitud que
mide la radiación solar que llega a la Tierra es la
irradiancia, que mide la energía que, por unidad de tiempo
y área, alcanza a la Tierra. Su unidad es el W/m²
(vatio por metro cuadrado).
El Sol es la estrella más cercana a la Tierra y
está catalogada como una estrella enana amarilla. Sus
regiones interiores son totalmente inaccesibles a la
observación directa y es allí donde ocurren
temperaturas de unos 20 millones de grados necesarios para
producir las reacciones nucleares que producen su
energía.
La capa más externa que es la que produce casi toda la
radiación observada se llama fotosfera y tiene una
temperatura de unos 6000 K. Tiene sólo una anchura de
entre 200 y 300 km. Por encima de ella está la cromosfera
con una anchura de unos 15000 km. Más exterior aún
es la corona solar una parte muy tenue y caliente que se extiende
varios millones de kilómetros y que sólo es visible
durante los eclipses solares totales.
La superficie de la fotosfera aparece conformada de un gran
número de gránulos brillantes producidos por las
células de convección. También aparecen
fenómenos cíclicos que conforman la actividad solar
como manchas solares, fáculas, protuberancias solares,
etc. Estos procesos que tienen lugar a diferentes profundidades,
van acompañados siempre de emisión de
energía que se superpone a la principal emisión de
la fotosfera y que hace que el Sol se aleje ligeramente en su
emisión de energía del cuerpo negro a cortas
longitudes de onda por la emisión de rayos X y a largas
longitudes por los fenómenos nombrados, destacando que no
es la emisión igual cuando el Sol está en calma que
activo. Además la cromosfera y corona absorben y emiten
radiación que se superpone a la principal fuente que es la
fotosfera.
La
radiación solar
Es el flujo de energía que recibimos del Sol en forma
de ondas electromagnéticas de diferentes frecuencias (luz
visible, infrarroja y ultravioleta). Aproximadamente la mitad de
las que recibimos, comprendidas entre 0.4μm y 0.7μm,
pueden ser detectadas por el ojo humano, constituyendo lo que
conocemos como luz visible. De la otra mitad, la
mayoría se sitúa en la parte infrarroja del
espectro y una pequeña parte en la ultravioleta. La
porción de esta radiación que no es absorbida por
la atmósfera, es la que produce quemaduras en la piel a la
gente que se expone muchas horas al sol sin protección. La
radiación solar se mide normalmente con un instrumento
denominado piranómetro.
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