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Evaluación del proceso formativo del profesional en la nueva universidad cubana (página 2)



Partes: 1, 2

Definimos la calidad de la Educación en la siguiente forma:
"La enseñanza es de calidad
en la medida en que se logran los objetivos previstos y estos
son adecuados a las necesidades de la Sociedad y de los individuos
que se benefician de ella"
. (González -Tirados,
1998)

Esta definición plantea dos problemas a la hora de
intentar evaluar o controlar la calidad de la enseñanza. El
primero es averiguar en qué medida los objetivos formativos
previstos interpretan adecuadamente las necesidades de la
Sociedad e individuos a los que la Universidad trata de servir, de
acuerdo con su propia misión, objetivos y medios. El segundo es valorar
en qué forma la estrategia educativa establecida
para lograr tales objetivos (medios, métodos, sistema de control de resultados) asegura
dicho logro y con qué eficacia y eficiencia lo hace.

La calidad educativa se puede
resumir, por tanto, en una serie de elementos con los cuales es
preciso cuente la institución educativa como ente particular
y como parte importante de un sistema educativo estatal y
nacional. Es el conjunto de los procesos que, de manera
natural, efectúan y que repercuten en los resultados de los
alumnos, tangibles a través de sus evaluaciones
académicas, así como el hecho de una accesible
incorporación al siguiente ciclo escolar o al siguiente
nivel académico. Estos elementos son de carácter
meramente administrativo, considerando que los procesos
académicos son apoyados por la calidad, desde una
perspectiva de organización escolar.

El concepto de  Garantía
de Calidad, definida como "Conjunto de estrategias y actividades que
tienen por fin salvaguardar, mantener y promover la calidad de
los servicios que se prestan"
(Donabedian, 1980) se ha ido implementando, con las debidas
adecuaciones y modificaciones, en diversos países, en las
instituciones de educación superior, desde
hace aproximadamente más de 20 años. 

En  estudios que se han desarrollado en los
diferentes  países en América Latina, (OPS/OMS,
1998; OPS/OMS 1999; OPS/OMS 1999a)  sobre las diferentes
maneras de poner en práctica  la garantía de la
calidad en las instituciones de Educación Superior, se observa que se
ha  escogido, avanzado e implementado como  estrategias
principales las de: evaluación, el
licenciamiento, la acreditación en el ámbito
institucional y la certificación y re-certificación en
el ámbito de individual.

Ruelas y Frenk (1989)  dicen que Gestión de calidad "es un
proceso sistemático de
cubrir la brecha entre el desempeño real y los
resultados ideales esperados, de acuerdo con el conjunto de
límites tecnológicos
en cualquier sistema en particular".  Según Diprete
et al. (1992) "es el conjunto de actividades que se llevan
a cabo para fijar normas, vigilar y mejorar el
desempeño, de tal manera que los resultados obtenidos sean
los más eficaces y seguros posibles."

La Gestión de calidad se
fundamenta en los siguientes principios (Berwick, 1991):

-    El trabajo productivo se
alcanza a través de la sumatoria de los procesos.

-    La comprensión de la variabilidad de
los procesos de trabajo es la clave para
mejorar la calidad.

-    La principal fuente de los defectos de la
calidad son los problemas en el proceso de trabajo.

-    Las relaciones estrechas entre los
proveedores y los clientes, y entre los clientes
internos que trabajan en los procesos y los clientes externos son
absolutamente necesarias para una gestión de calidad basada
en la satisfacción del usuario.

La calidad de la oferta docente de las
instituciones de Educación Superior, más que un simple
discurso, en la
actualidad se convierte en un imperativo. No es suficiente hablar
de calidad institucional y calidad en la docencia, se requiere dar
muestra objetiva de dicha
calidad. La responsabilidad social que tienen
las universidades exige a estas evidenciar  su calidad, dar
cuenta de la calidad de su aporte a la sociedad. Es en este marco
en donde la autoevaluación con fines de mejoramiento y
acreditación resulta ser un  instrumento útil de
medición y
manifestación de dicha calidad.

 En esta búsqueda de la calidad se entrelazan los
conceptos de evaluación y autoevaluación como
instrumentos que, a la vez que miden la calidad de acuerdo a como
se le haya definido en cada institución, trazan el camino
para el mejoramiento institucional. En este caso se ubica la
autoevaluación como fase de un proceso mayor de
evaluación externa que culmina con la acreditación de
las asignaturas, carreras e instituciones.

Es de amplia aceptación que contar con mejores niveles de
calidad es una prioridad y normalmente entendemos que calidad es
brindar un servicio que satisface las
necesidades de  los actores que requieren dicho servicio. En
la docencia, esto se traduce en  estudiantes satisfechos de
cursar una carrera en la Universidad, que no se retiran de la
misma antes de concluirla, egresados ubicados en el mercado laboral trabajando en campos
relacionados con su formación  y empleadores
satisfechos con el desempeño de estos egresados.

En general en los servicios de apoyo, consideramos que se
trabaja con niveles de calidad superiores cuando brindamos
respuestas efectivas, oportunas y el usuario se considera
satisfecho con el servicio y atención recibida. Para
la investigación y
extensión la calidad esta relacionada normalmente con los
resultados de  proyectos, medidos a través
del éxito de sus
publicaciones científicas (cantidad de publicaciones,
prestigio de la revista, etc.). No obstante
por la proyección social de la Universidad como
institución, se tiene en cuenta que la calidad en la
investigación y la
extensión universitaria se da también en términos
del aporte que se brinda en la solución de problemas
prácticos de los diferentes sectores sociales.

Según Serrano (1977) en general los autores hacen
referencia a dos grandes aspectos de las dimensiones de calidad:
aquellas características al interior de las instituciones de
educación superior y aquellas condiciones que tienen que ver
con las relaciones de las instituciones de educación
superior con su contexto.

Las dimensiones referidas a la relación de las
instituciones con el contexto  y a su compromiso social
son:

-         
Pertinencia y relevancia social de los procesos
universitarios

-         
Satisfacción de los usuarios o clientes

-         
Satisfacción de los estudiantes

-         
Relevancia profesional

-         
Eficacia  del proceso de formación (Competencias de los
egresados.)

-         
Eficiencia del proceso de formación, en relación con
los recursos recibidos. 

-         
Satisfacción de los clientes internos, alumnos, personal docente y
directivos.

-         
Satisfacción de las instituciones, empresas y de la sociedad.

Algunas dimensiones al interior de las instituciones tienen
que ver con:

-         
Excelencia en el saber especializado.

-         
Organización e infraestructura de la institución.

-         
Disponibilidad de recursos.

-         
Condiciones de excelencia de los subprocesos: decisión
política, planeación, programación, ejecución
y monitoreo, evaluación y retroalimentación.

-         
Seguridad y comodidades en el
proceso de formación.

Competencia del personal docente,
técnico, gerencial y administrativo.

-          Logro
de resultados como el alcance de los objetivos, economía en la producción, eficiencia en
el gasto.

La calidad es, en sí misma, un concepto integral y
multidimensional.  Tiene muchas facetas que son consideradas
con mayor o menor importancia dependiendo de la óptica de cada uno de los
actores que intervienen en los procesos de aprendizaje, investigación y
cooperación técnica.   Tienen, en fin, mucha
influencia también en la consideración de estas
dimensiones, las características y condiciones de los
contextos en los cuales se insertan los procesos evaluados.

Concepto de
Evaluación

Se entiende por Evaluación un proceso participativo,
sistemático y ordenado que se inicia en el momento del
diagnóstico y que se da
de manera paralela a la planeación y ejecución de un
proyecto. Va acompañado
de un sistema de recolección y análisis de información que
retroalimente los procesos de toma de decisiones, incremente
los conocimientos sobre los temas del proyecto y facilite la
recuperación permanente de la memoria del mismo y su
sistematización. En consecuencia, se concibe a la
evaluación como un medio para el aprendizaje, la
retroalimentación permanente y la cualificación de los
procesos de toma de decisiones.

Evaluar, según Pérez y García (1989) "es un
acto de valorar una realidad, que forma parte de un proceso cuyos
momentos previos son los de fijación de características
de la realidad a valorar, y de recogida de información sobre
las mismas, y cuyas etapas posteriores son la información y
la toma de decisiones en función del juicio emitido".
Como se observa, la evaluación, según este autor, es un
proceso continuo de la evaluación educativa en el que se
identifican tres etapas o momentos y que son:

a) una obtención o recogida de información.

b) la valoración de esta información mediante la
formulación de juicios, y

c) una toma o adopción de decisiones.

Hay numerosas formas de mirar a la evaluación, derivadas  de las
conceptualizaciones que se tienen de ella. Varios son los autores
que tratan el tema y muchos de ellos establecen la postura de que
la evaluación debe estar asociada a la idea de
valoración. Así Pérez Juste y Martínez
Aragón (1992), Stuffebeam (1993), Barbier (1993) o, House
(1994), entre otros, miran a la evaluación como la
valoración de algo o el establecimiento del valor o mérito de algo en
una realidad determinada. Ardoino (1996) la ve como una "actitud filosófica basada
en la cuestión del valor".

Para Barbier (1993) la evaluación es "un acto deliberado
y socialmente organizado dirigido a la producción de un
juicio de valor" agregando más adelante, "la evaluación
se manifiesta social e históricamente, como un conjunto de
actos, de prácticas, de formas variadas pero dirigidas todas
a la producción de juicios de valor". Y para Sancho (1990)
la evaluación es "la emisión de un juicio sobre el
valor de algo proyectado o realizado por algún individuo o grupo y presupone un proceso
de recogida de información sistemática y relevante que
garantice la "calidad" del juicio formulado".

Como ya lo han dicho muchos especialistas, la evaluación
es una tarea de emisión de juicios de valor en torno a un programa, un sujeto o un
proyecto, en este caso, educativo. Si alguien está tratando
de enseñar, de aprender, de difundir o de producir conocimiento, lo anterior debe
someterse a juicios de valor en cuanto al acierto, la eficacia,
la calidad, etcétera, de lo que se está haciendo. 
Existen múltiples teorías, manifestaciones
y formas de evaluación educativa. Muchas maneras de evaluar
están ligadas a los objetivos, dicho en otros términos,
para algunos la evaluación implica una revisión de lo
que se ha logrado y de cómo se ha logrado esto, en
relación con lo que se había pretendido hacer.
(Glazman, 2001)

Todos estos autores y muchos otros conceptualizan a la
evaluación como un proceso de conocimiento, de
análisis, de interpretación, de
explicación de tipo valorativa. Es decir no sólo se
describe la situación, o se diagnostica, sino que se
producen juicios críticos sobre los distintos aspectos y
situaciones evaluadas. Si bien la evaluación no habilita
para dar un juicio categórico y global sobre la calidad del
objeto de evaluación, da elementos para expresar juicios
críticos sobre distintos aspectos evaluados. Juicios de
valor orientados por los criterios fijados por la propia
institución que guíen el proceso de evaluación y
las recomendaciones de acción futuras.

La evaluación es esencial a la educación, es
inherente a la misma en cuanto es concebida como
problematización, cuestionamiento y reflexión sobre las
acciones que se llevan a cabo
en el proceso de enseñanza- aprendizaje. Evaluar es
interpretar la adecuación de un conjunto de información
que se obtiene en el desarrollo de las
prácticas y un conjunto de criterios adecuados a un objetivo fijado, con el fin de
tomar una decisión pedagógica.

La tarea de evaluar se puede concebir desde distintos paradigmas y actuar de acuerdo
ellos, lo cual también tiene una coherencia y una
continuidad con la concepción de educación que
tengamos. (Sardiña, 2002)

Paradigma cuantitativo: la
evaluación es neutral, objetiva, se interesa por la
eficiencia y se evalúan los productos obtenidos.

• Paradigma cualitativo: se interesa por comprender que
está sucediendo y que significado tiene esto para los
distintos actores involucrados, con el fin de evaluar procesos y
productos.

• Paradigma crítico: la evaluación recoge
información acerca del proceso que se esta dando pero
además genera diálogo y
autorreflexión.

Para Valle (2002) la evaluación consiste en un proceso
sistemático y metódico mediante el cual se recopila
información cuantitativa y cualitativa sobre un objeto
determinado con el fin de juzgar su mérito, valor o
significado.  En el campo de la educación el objeto que
se evalúa puede ser una institución, un programa
académico, los individuos que intervienen en el proceso
educativo, procesos como la enseñanza, la investigación
o la gestión académico-administrativa o resultados.

Si consideramos los tres ejes fundamentales donde se sustenta
el
proceso educativo (ingreso-permanencia-egreso) la
evaluación se concibe como un medio esencial para conocer la
relevancia social de las metas institucionales que se plantean,
el grado de avance académico con respecto a las mismas,
así como la eficacia,
el impacto y eficiencia de las líneas de acción que se
realizan para alcanzarlas. La evaluación se identifica como
un proceso que conduce a la emisión de juicios de
valor sobre el estado que guardan las
instituciones de
enseñanza superior, así como el impacto social que
producen.

Según Anónimo (2003) la evaluación de las
Instituciones de Educación Superior debe atender a un
sinnúmero de elementos que son todos importantes en la
pretendida obtención de la calidad educativa. De esta
manera, el proceso evaluativo de la calidad en una
Institución de Educación Superior tendrá que ser
un proceso muy amplio que deberá abarcar evaluaciones tanto
de carácter interno como
externo.  La mejor forma de evaluación de las
Instituciones de Educación Superior será tanto de
carácter interno, realizando un proceso de
Autoevaluación Institucional que mejor se adapte a sus
propósitos y al mismo tiempo de carácter
externo, a realizarse por un grupo colegiado de expertos en
educación, administración y
evaluación de la calidad.

En este contexto, dentro de la Universidad, habría que
dar seguimiento a los procesos utilizados para alcanzar los
productos educativos, de manera periódica y
sistemática, teniendo como base la misión
y visión, con marcos de referencia de pares. Un
verdadero trabajo de evaluación de una institución no
debe circunscribirse al análisis de su trabajo interno, sino
a investigar en qué medida ésta favorece y responde a
las necesidades presentes y futuras de la economía y de la
sociedad; y cómo puede ayudar en la búsqueda del avance
económico y del progreso social.

Stufflebeam y SHINKFIELD (1993) y House (1994).visualizan a la
evaluación como un proceso mediante el cual se proporcionan
informaciones útiles para la toma de decisiones", avanzando
más adelante hacía una definición que enmarca su
modelo de evaluación: "La
evaluación es el proceso de identificar, obtener y
proporcionar información útil y descriptiva acerca del
valor y el mérito de las metas, la planificación, la
realización y el impacto de un objetivo determinado, con el
fin de servir de guía para la toma de decisiones, solucionar
los problemas de responsabilidad y promover
la  comprensión de los fenómenos implicados".

House (1994) también afirma que la evaluación es
orientadora para tomar decisiones y rescata el "enfoque de la
decisión" sosteniendo "que la evaluación ha de
estructurarse a partir de las decisiones reales que haya que
tomar".

De lo dicho anteriormente se podría desprender una
concepción de evaluación como el proceso que sirve por
un lado para conocer y valorar algo a partir de las estimaciones,
apreciaciones, interpretaciones y explicaciones necesarias y por
otro, para favorecer y orientar la toma de decisiones y
producir  innovaciones que representen mejoras en la
realidad encontrada. Expresado de otro modo, la evaluación
institucional es el proceso por medio del cual se realiza una
valoración de la realidad estudiada, basada en un
análisis e interpretación de la información
significativa, proveniente de campos cuantitativos o
cualitativos, a fin de producir un cambio favorable en la
institución.

Es decir evaluar una institución es, según NAVARRO
(1998), desarrollar una estrategia teórica y
metodológica que permita analizar científicamente,
desde un marco de referencia sobre la institución y sobre la
evaluación, lo que hace esa institución y como lo hace
a fin de obtener evidencias fundadas que
permitan la construcción individual y
colectiva de juicios valorativos que lleven al cambio, la
transformación y la mejora.

Tejedor y Blanco (1997) expresan en tal sentido que "La
evaluación institucional plantea y analiza la relación
existente entre los objetivos deseados, los medios de los que se
dispone para alcanzarlos y los resultados que definitivamente se
han obtenido. El objetivo esencial de la evaluación
institucional es la mejora de la institución evaluada".

Díaz (1997) afirma que "no es posible llevar a cabo una
evaluación orientada hacia la mejora que no parta de un
análisis  minucioso de todos los factores implicados en
la organización,
funcionamiento y resultados de las instituciones ya que de lo
contrario las propuestas de mejora podrían considerarse
como  descontextualizadas". De igual modo, también "es
impensable que un proceso evaluativo se establezca
únicamente para rendir cuentas y no genere procesos de
toma de decisiones que impliquen propuestas de mejora de las
instituciones".

Díaz (1997) manifiesta "como condición inexcusable
que sean los miembros de un centro quienes decidan establecer un
proceso evaluativo como estrategia para incidir sobre la calidad
de los procesos y resultados" y  afirma que "la
responsabilidad, la iniciativa y la ejecución de la tarea
evaluativa debe recaer sobre la propia institución. Son los
propios miembros de una institución quienes deben tomar
conciencia de que necesitan
mejorar su organización y proponer las medidas adecuadas
para ello" 

Cualquiera que sea la intencionalidad, toda evaluación
debería estar enmarcada en las cuatro condiciones
principales que Stufflebeam y Shinkfield (1993) destacan de las
Normas del Joint Committee:

·   Una evaluación debe ser útil
(detectar las cuestiones de mayor importancia, lo bueno y lo
malo, las virtudes y defectos y soluciones para mejorar).

·   Debe ser factible (emplear  procedimientos fáciles de
usar y que sean dirigidos de un modo eficiente).

·   Debe ser ética (asegurar la
cooperación, la honradez y la protección de los
derechos).

·   Debe ser exacta (describir con claridad,
libre de influencias y proporcionar conclusiones válidas y
fidedignas).

Santos Guerra (1993) dice que para
que la evaluación produzca mejora no debe ser "vivida como
una amenaza, como un juicio, como una intromisión", más
bien debería ser entendida como una ayuda, como un medio de
perfeccionamiento. Dice más adelante "las malas experiencias
ponen en guardia a los profesionales. De ahí la necesidad de
extremar los cuidados, de cuidar los principios éticos y de
mantener una actitud de respeto hacia las personas en el
proceso de evaluación".

En el mismo sentido Barbier (1993) afirma que pareciera "que
en torno a la idea de  evaluación se hubiese construido
un espacio ideológico, estructurado por dos polos: un polo
negativo organizado alrededor de las ideas de represión, de
selección , de
sanción, de control, y un polo positivo organizado alrededor
de las ideas de progreso, de cambio, de adaptación, de
racionalización … Para un buen número de autores y de
prácticos, todo el problema consiste en minimizar el primer
tipo de función y maximizar el segundo, con el
propósito de hacer de la evaluación una nueva
práctica al servicio del sujeto en formación".

Se advierte pues la importancia de generar ciertas condiciones
que atenúen o ataquen las debilidades o eviten ciertas
situaciones que pueden llevar al fracaso. Entre ellas se puede
mencionar la importancia de lograr un claro apoyo político
al proceso de autoevaluación; de desmitificar el
carácter sancionador y punitivo del proceso en función
de una nueva consideración en términos de herramienta
para conocer, comprender, interpretar y mejorar procesos y
procedimientos institucionales; de rescatar la necesidad de
evaluar sobre todo en contextos complejos y de recursos escasos
como una forma de racionalizar y apoyar sobre bases
científicas la toma de decisiones; y de demostrar la
conveniencia de que la experiencia sea efectuada primero por los
propios actores, que fijan sus objetivos, sus criterios, sus
metodologías y explicitan su contexto y en segundo
término sea valorada por expertos ajenos a la
institución. En definitiva de lo que se trata es de tomar
las decisiones desde adentro de la institución y no
impuestas desde afuera de ella. Todo lo cual, como dice Díaz
(1996) "genera confianza sobre el proceso y aporta credibilidad a
los resultados".

En el plano institucional la EVALUACIÓN, con sus
componentes de AUTO-EVALUACIÓN y de EVALUACIÓN EXTERNA
por pares o por otras instituciones estatales,  se basa en
la presunción de que se podrían mejorar los indicadores de calidad y de
productividad en las
universidades, mediante la utilización de la inspección
de calidad en momentos definidos y  al final de los
procesos. Si bien avanza sobre la identificación de
áreas deficitarias que necesitan mejoramiento, no
resulta,  en una fuerza  necesaria y
suficiente para la remoción de  barreras y 
destrucción de obstáculos para garantizar el
mejoramiento de la calidad. (Serrano, 1977)

En el proceso de construcción de una definición de
evaluación que resulte más comprensiva es posible
enumerar una serie de características que siempre están
presenten en un proceso de evaluación y que sin duda
amplían el horizonte de su aplicación.

En primer lugar se puede afirmar según Elola y Toranzos
(2000) que toda evaluación es un proceso que genera
información y en este sentido siempre implica un esfuerzo
sistemático de aproximación sucesiva al objeto de
evaluación. Pero esta información no es casual o
accesoria sino que la información que se produce a
través de la evaluación genera conocimiento de
carácter retroalimentador, es decir significa o representa
un incremento progresivo de conocimiento sobre el objeto
evaluado. Desde esta perspectiva la evaluación permite poner
de manifiesto aspectos o procesos que de otra manera permanecen
ocultos, posibilita una aproximación en forma más
precisa a la naturaleza de ciertos
procesos, las formas de organización de los mismos, los
efectos, las consecuencias, los elementos que intervienen,
etc.

En síntesis es posible afirmar
que en todo proceso de evaluación reconocemos la presencia
de ciertos componentes:

1. Búsqueda de indicios: ya sea a través de la
observación o de ciertas
formas de medición se obtiene información, esa
información constituyen los indicios visibles de aquellos
procesos o elementos más complejos que son objeto de nuestra
evaluación. En este sentido siempre hay que tener presente
que toda acción de evaluación finalmente se lleva a
cabo sobre un conjunto de indicios que se seleccionan de modo no
caprichoso sino sistemático y planificado, pero no por ello
dejan de ser indicios. Por ejemplo la indagación sobre la
adquisición de determinadas competencias por parte de un
grupo de alumno requiere de la búsqueda de indicios, de
pistas que nos permitan estimar la presencia o ausencia de dichas
competencias.

2. Forma de registro y análisis: a
través de un conjunto variado de instrumentos se registran
estos indicios, este conjunto de información que
permitirá llevar a cabo la tarea de evaluación. En este
sentido resulta positivo recurrir a la mayor variedad posible de
instrumentos y técnicas de análisis
con carácter complementario ya que en todos los casos se
cuentan con ventajas y desventajas en el proceso de registro y
análisis de la información.

3. Criterios: un componente central en toda acción de
evaluación es la presencia de criterios, es decir de
elementos a partir de los cuales se puede establecer la
comparación respecto del objeto de evaluación o algunas
de sus características. Este es uno de los elementos de
más dificultosa construcción metodológica y a la
vez más objetable en los procesos de evaluación. Por
una parte se corre el riesgo que se planteaba
inicialmente de reducir toda la evaluación a una acción
de carácter normativo en el cual solo se intenta establecer
el grado de satisfacción o insatisfacción de
determinadas normas. Por otra parte se puede caer en la
tentación de eludir la búsqueda o construcción de
criterios con lo cual toda acción de evaluación resulta
estéril ya que solo es posible hacer una descripción más o menos
completa del objeto de estudio pero no resulta factible realizar
un análisis comparativo. La mayor discusión en materia de evaluación se
platea alrededor de la legitimidad de los criterios adoptados en
una determinada acción evaluativa, es decir quién y
cómo se definen estos criterios. Esto se incrementa teniendo
en cuenta lo que se planteaba inicialmente de la débil
cultura evaluativa de nuestra
práctica pedagógica.

4. Juicio de valor: íntimamente vinculado con el anterior
pero constituyendo el componente distintivo de todo proceso de
evaluación se encuentra la acción de juzgar, de emitir
o formular juicios de valor, este es el elemento que diferencia
la evaluación de una descripción detallada, o de una
propuesta de investigación que no necesariamente debe contar
con un juicio de valor. Este es un elemento central de toda
acción evaluativa y el que articula y otorga sentido a los
componentes definidos anteriormente por lo que tanto la
búsqueda de indicios, las diferentes formas de registro y
análisis y la construcción de criterios estarán
orientadas hacia la formulación de juicios de valor.

5. Toma de decisiones: por último la toma de decisiones
es un componente inherente al proceso de evaluación y que lo
diferencia de otro tipo de indagación sistemática. Las
acciones evaluativas cobran sentido en tanto son soporte para la
toma de decisiones. Este es un elemento que adquiere importancia
central y no siempre es tenido en cuenta por quienes llevan a
cabo los procesos de evaluación y/o quienes lo demandan.
Volver la mirada sobre el componente de toma decisión
significa reconocer que toda acción de evaluación es
una forma de intervención que trae aparejada la toma de
decisiones en algún sentido, aún cuando la
decisión sea la inacción y por lo tanto los procesos o
fenómenos objetos de evaluación sufren algún tipo
de modificación como consecuencia de las acciones de
evaluación. Por ello se vuelve imprescindible tener presente
con anterioridad cuáles son él/los propósitos o
finalidades que se persiguen con la evaluación
propuesta.

Concepto de Evaluación
Institucional.  (Martínez, 2000)

Son muchas las connotaciones para este término, aceptemos
de primera mano que la evaluación institucional es un
instrumento de gran potencia que permite el
desarrollo de la institución y el fortalecimiento de los
procesos de calidad al interior de la Institución y permite
detectar aspectos consolidados en la Institución y aspectos
en desarrollo y proporcionar información para reorientar la
acción.

La calidad y contundencia de la evaluación institucional
se deriva de la forma como la institución concibe y
desarrolla la evaluación institucional y estas concepciones
dan cuenta de la forma en que se obtiene la información, los
procesos de participación, los niveles de reflexión y
la forma de tomar las decisiones, entre otras cosas.

¿Qué se evalúa?

Considerando que la evaluación institucional constituye
una dimensión inherente a la naturaleza de la
institución, en forma general se evalúa: las funciones docentes, investigativas, de
gestión y planeación propias de la
institución.

En forma más particular se evalúan: los
aprendizajes, los ambientes de aprendizaje, el currículo, el plan de estudios, la forma de
evaluación, los métodos de enseñanza, la
organización, el desarrollo institucional. Las condiciones
infraestructurales y de dotación, las relaciones entre los
diferentes sujetos de la educación, el impacto sobre la
comunidad educativa, la
producción de materiales educativos, los
egresados, las relaciones con otros sectores, entre otros
aspectos.

¿Por qué es necesario hacer la evaluación
institucional?

Una posible aproximación a esta pregunta se relaciona con
las potencialidades de la evaluación. En efecto, se hace
necesario adelantar de manera conciente, sistemática,
permanente articulada y coherente con el Proceso de
Evaluación Institucional, por cuanto los procesos de
evaluación permean las dinámicas institucionales en su
totalidad y permiten el desarrollo y avance de la
institución.

En la misma dirección, si se logra
configurar la evaluación institucional como un sistema y
componente del Proceso de Evaluación Institucional, puede
configurarse como un proceso colectivo y participativo de
construcción de sentido hacia la transformación del ser
y el quehacer institucional.  Por lo tanto, la
evaluación institucional implica la transformación de
las perspectivas y visiones del imaginario institucional.

¿Para que sirve la evaluación institucional?

Nuevamente esta pregunta orienta la reflexión en
concordancia con los imaginarios construidos en el Proceso de
Evaluación Institucional. Algunas justificaciones pueden
acentuar el énfasis en la exigencia legal y otras pueden
tenerlo como un medio para el desarrollo institucional. No
obstante lo anterior, es posible plantear algunos elementos que
ameritan ser tenidos en cuenta frente a la pregunta del para
qué de la evaluación institucional.

La evaluación institucional es un medio para:

1.       Indagar sobre el avance
en las metas y objetivos propuestos por la institución.

2.       Lograr aproximaciones a
los factores que han movilizado el avance en las metas y
objetivos.

3.       Configurar de manera
cercana la capacidad real y potencial de de la
institución.

4.       Obtener y utilizar
información confiable a partir de la cual reorientar las
acciones.

5.       Prever y anticiparse
para actuar frente a posibles factores de riesgo.

6.       Ofrecer
información confiable a los miembros de la comunidad
educativa y a las autoridades como una forma de dar cuenta sobre
la responsabilidad social frente al servicio publico ofrecido por
la institución.

7.       Elaborar proyectos de inversión a
corto, mediano y largo plazo.

8.       Proyectar el servicio
educativo ofrecido acorde con la demanda y las exigencias de la
sociedad actual.

¿Cómo hacer la evaluación institucional?

Bajo el entendido que la evaluación institucional es a la
vez un proceso mediante el cual se logra la cualificación de
la institución y un instrumento para acceder a
información de buena calidad que permite orientar la
acción, resulta importante aceptar por lo menos dos formas
para realizarla:

·   En forma no estructurada, es decir,
como una acción derivada de la cotidianidad de la
institución. Son fuentes para esta alternativa
de indagación sobre el diario vivir de la institución
elementos tales como: las apreciaciones de la comunidad
educativa, el ambiente institucional, las
formas de relación entre los sujetos, las observaciones
libres que se realizan en el diario vivir de la institución
y que son registradas la mayoría de las veces con el
propósito de seguimiento y control, las formas de comunicación entre los
diferentes grupos que conforman la comunidad
educativa. Tal forma de acceder a información puede ser
considerada como no intencionada y de poco impacto global, es
decir se hace como parte de una rutina institucional y
generalmente los propósitos no se hacen explícitos.

·   En forma estructurada, es decir
intencionada y dirigida a la reorientación de acciones. Se
pretende fundamentalmente con esta forma de acceso a la
información de la institución, comprender la
situación en la que se encuentra e indagar sobre los
aspectos positivos y negativos que inciden en el desarrollo del
Proyecto Educativo institucional.

El propósito en este caso es de tipo reflexivo e
investigativo y desde esta perspectiva las fuentes con la cuales
cuenta la institución para reflexión e indagación,
son variadas y no necesariamente construidas por la
institución.

Características y principios a tenerse en cuenta para la
evaluación, particularmente para la evaluación
institucional, algunas de los cuales son considerados como claves
en los procesos de acreditación institucional:

1.       Transparencia:
Capacidad de la institución para explicitar las condiciones
internas de operación y sus resultados, en concordancia con
la realidad.

2.       Coherencia:
Relación entre lo que se plantea que es la organización
(proyecto educativo) y lo que efectivamente realiza.

3.       Universalidad:
Hace referencia a la universalidad del conocimiento que
fundamenta la acción académica, en la docencia, la
investigación y la proyección social.

4.       Integridad:
Manera como la Institución asume los valores universales
relativos al conocimiento, al servicio educativo de la
educación y al cumplimiento de sus objetivos.

5.       Responsabilidad:
Capacidad para asumir de manera responsable el proceso educativo
y dar respuesta a las exigencias de una institución que
ofrece educación para la población de jóvenes
y adultos.

6.       Idoneidad:
Capacidad que tiene la Institución de cumplir a cabalidad
con las tareas específicas que se desprenden de su
misión, de sus propósitos, de su proyecto educativo y
de las características de la educación para la
población adulta.

7.       Pertinencia:
Capacidad de la Institución para responder a las necesidades
sociales en el marco de los valores que la inspiran y
definen.

8.       Equidad: Sentido
de justicia que inspira la toma
de decisiones, los sistemas de evaluación y las
formas de reconocimiento del mérito académico. En otro
sentido se refiere a la no discriminación de las
personas y la aceptación de la diversidad cultural.

9.      
Participación: Condición que garantiza que todos
las voces del contexto
institucional son tenidas en cuenta y aportan para el desarrollo
de la institución.

El siguiente cuadro ilustra aspectos relacionados con dos
formas complementarias de evaluación de la institución
y se señalan algunas ventajas y desventajas de las
mismas:

TIPO DE EVALUACIÓN

VENTAJAS

DESVENTAJAS

 

 

 

Evaluación interna

·   Fuente natural y próxima de la
información.

·   Conocimiento directo de la
institución.

·   Puede desarrollarse en forma
permanente y articulada, en razón de las condiciones
de tiempo y espacio de indagación

Por la fuerza de la costumbre algunos aspectos
débiles de la institución pueden ser considerados
como poco importante y/o ignorados.

Se tiende a justificar los aspectos débiles y a
defender paradigmas de continuidad.

En ocasiones prevalece la fuerza de grupos internos y de
intereses particulares.

 

Evaluación externa

·   Menores niveles de compromiso frente
a los criterios de evaluación.

·   Mayores niveles de imparcialidad

La tendencia se puede orientar más a las
debilidades que a los aspectos significativos.

Puede resultar sesgada por el propósito de la
evaluación.

Evaluación de pares

·   Los referentes son compartidos y
matizados por los contextos diferentes en que se
desarrollan.

Poco reconocimiento por parte de los sujetos de la
acción positiva de este tipo de evaluación.

Autoevaluación

·   Cada área o persona logra evaluarse
a partir de su propia acción.

Tendencia a ocultar las variables que resultan
débiles y de impacto negativo.

Finalmente, es importante señalar que los procesos de
evaluación institucional configura un eje fundamental del
Proyecto Educativo Institucional, en la medida que logren dar
respuesta a las expectativas y necesidades de la población
adulta que busca alternativas educativas de calidad.

CONCLUSIONES

·   Generalmente el concepto de calidad en el
proceso formativo del estudiante en la Educación Superior
Cubana está ligado al logro, con eficacia y eficiencia, de
los objetivos previstos y a que la formación esté
adecuada a las necesidades de la Sociedad y las expectativas de
los estudiantes.

·   La evaluación institucional se concibe
como un medio esencial para conocer la relevancia social de las
metas institucionales que se plantean, el grado de avance
académico con respecto a las mismas, así como la
eficacia,
el impacto y eficiencia de las líneas de acción que se
realizan para alcanzarlas e implica una revisión de lo que
se ha logrado y cómo se ha logrado , en relación con lo
que se había pretendido. Es un proceso mediante el cual se
proporcionan informaciones útiles para la toma de
decisiones

·   Se debe ver a la autoevaluación como
una fase inicial o interna de un proceso mayor de evaluación
externa que culmina con la acreditación de las asignaturas,
carreras e instituciones.

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de México.

 


 

        Curriculum Vitae

1. Actuación Profesional/Local de
Trabajo

nombre Carlos Alberto Hernández Medina

e-mail cahm862[arroba]uclv.edu.cu

Sede Universitaria Municipal Camajuaní Universidad
Central "Martha Abreu" de Las Villas

cargo/función Subdirector Invest. y Postgrado

dirección profesional Independencia # 126-B.
entre Andrés Cuevas y Joaquín Paneca.

casilla de correo –

Ciudad Camajuaní.

pcia. Villa Clara.

País CUBA.

C.P. 52500

2. Titulación/Formación
Académica

grado

 Ingeniero Agrónomo. Esp. San. Vegetal

Período 01/09/1979 – 12/07/1985

grado

Master en Agricultura
Sostenible.

Período 01/01/1995 – 12/12/1997

3. Área de Actuación

Gestión del Conocimiento para la Innovación en
función del Desarrollo Local

 

Proyección Estratégica Gubernamental en el
Municipio

 

Sistema de Innovación Local en el Municipio

 

Evaluación de la Calidad de la Formación del
Estudiante en la Nueva Universidad Cubana

 

Formación de Recursos Humanos en Pregrado y
Postgrado

 

4. Actividad actual

dirección y administración

 

Organización de la ciencia, los
impactos científico técnicos y la
implementación del Sistema de Ciencia e
Innovación Tecnológica

Asesoría al Gobierno en la
preparación y control de la Proyección
Estratégica 2006 – 2010

Asesoría al especialista de Cuadros del
Gobierno en la preparación y control de la
Proyección Estratégica de la Capacitación
y Superación de los Cuadros y sus Reservas.

Proceso de capacitación del personal y
asesoría en la introducción
y la aplicación del Sistema de Gestión
Total de la Energía en el Municipio

investigación y desarrollo

 

Impacto en función del Medio Ambiente a
través del trabajo de Investigación y
docente, la Extensión Universitaria, el
Postgrado y la Ciencia e Innovación
Tecnológica.

Impacto en el desarrollo económico social del
municipio en  preparación de 
cuadros,   educación ambiental, 
desarrollo de cultura general integral, 
formación de valores y auge del postgrado 
a través del Proyecto de Desarrollo Local
mediante la Gestión del
Conocimiento.

Trabajo técnico especialización

Participación activa en el Consejo Científico
Asesor de la Asamblea Municipal del Poder Popular (Gobierno
) y el Consejo de Administración Municipal.

Creación del Grupo Gestor del Desarrollo Local
mediante la Gestión del Conocimiento

5. Experiencia profesional

Estación de Investigaciones de la
Caña de Azúcar Ciego de
Ávila.

24/02/86 – 12/03/89

Estación de Investigaciones de la Caña de
Azúcar Villa Clara

13/03/89 – 21/11/94

Centro de Investigac. Agropecuarias. Univ. Central de
Las Villas.

22/11/94 – 07/12/03

Profesor de Informática. en la
Carrera de Contabilidad

20/07/03 – 13/09/05

Subdirector de Investigación, Postgrado y
Capacitación de Cuadros.

14/09/05 – hasta hoy

6. Producción Científica, Tecnológica
y Artística Complementaria

1. artículos científicos en periódicos
especializados nacionales

22

6. comunicación en congresos, seminarios, charlas,
etc.

 

76

2. artículos científicos en periódicos
especializados extranjeros

 

35

7. participación en exposiciones, presentaciones,
etc.

84

3. artículos de divulgación
científica

12

8. películas, videos, audiovisuales realizados

3

4. tesis defendidas

2

9. patentes obtenidas

5. tesis dirigidas

28

10. libros publicados

1

7. Principales publicaciones:

Título

Fecha

Revista, Libro o
Folleto

 

 

 


La Universalización de la Enseñanza
Superior en Cuba. Criterios de un soldado de
filas.

2005

Rev. "PEDAG UNIVERSITARIA"

 

 

 

Influencia de la asignatura Informática sobre
la actitud de los estudiantes de la SUM
Camajuaní hacia las Nuevas
Tecnologías de la Información y la
Comunicación

2005

CD Memorias Evento
"Universidad 2006"

 

 

 

Sistema de trabajo para lograr la integración
de las SUM y las Instituciones que realizan la
actividad de Ciencia e Innovación
Tecnológica en el Municipio de
Camajuaní

2005

CD  Memorias  Evento
"Universidad 2006"

 

 

 

Diseño básico de una Intranet para la
Sede Universitaria de Camajuaní.

2005

CD    "Univers.
2006"

 

 

Diseño de una Red Local de
Información Científica y Académica
para el Territorio aledaño a la Sede
Universitaria Municipal de Camajuaní.

2006

CD. Memorias Evento 
"Universalización 2006".

 

 

Experiencias de dos Proyectos GUCID en el trabajo
por proyectos para el Diseño de una
Red Local de
Gestión del Conocimiento tributaria al
Desarrollo Local en el Territorio aledaño a la
SUM de Camajuaní

2007

CD de Memorias Evento "Universidad
2006"

 

 

Diseño de nuevos instrumentos para la
evaluación de la calidad de las asignaturas en
las sedes universitarias municipales

2008

CD  Memorias  Evento
"Universidad 2008"

 

 

Diseño de una Red Local de Gestión del
Conocimiento tributaria al Desarrollo Local en el
Territorio aledaño a la SUM Camajuaní

2008

Memoria SINCO 2008. Guanajuato.
Mexico.

 

 

 

 

 

Autor:

M. Sc. Carlos Alberto Hernández Medina

Profesional en la Nueva Universidad Cubana.

Institución: Sede Universitaria Municipal
Camajuaní.

Partes: 1, 2
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