(Investigación realizada en Pinar del
Río, Cuba)
Resumen
Se realizó un estudio longitudinal analítico
tipo caso-control en la
provincia de Pinar del Río como culminación
de una investigación que abarcó un período
de 10 años. Se evaluó el efecto de la exposición
a los pesticidas sobre la fertilidad masculina y con ese
propósito se describieron los principales tipos de
exposiciones así como el ambiente
laboral
relacionado con las mismas, se precisó el efecto de estos químicos agrícolas
sobre las principales hormonas que
regulan la función
reproductiva y se valoró
si el contacto con estas sustancias incrementa la
aparición de alteraciones seminales y constituye por
tanto un factor de riesgo de
infertilidad masculina. Predominaron en el estudio la
combinación de exposición ocupacional y no
ocupacional a los pesticidas, vinculadas en la
mayoría de los casos al sector tabacalero.Quedó
demostrado el efecto deletéreo de los pesticidas sobre los
principales parámetros seminales y el funcionamiento
del sistema
endocrino, expresado esto por el incremento en la
aparición de oligozoospermia, teratozoospermia y
astenozoospermia, así como una elevación de los
niveles sanguíneos de la hormona estimulante de los
folículos (FSH).
Introducción
Concebir ha sido una cuestión de
suma importancia desde los orígenes mismos de la
humanidad. Se trata este tema desde las primeras civilizaciones
como: la egipcia, la mesopotámica, la hindú y la
hebrea, así como en libros
sagrados como la Biblia, el Corán, etc.. En la antigua
Grecia y
también en Roma se invocaban
numerosos dioses para aumentar la fertilidad, tal es el caso de
Afrodita (Venus), Príapo y Dionisio (Baco), entre
otro1.
Alrededor del 10-15 % de las
parejas tienen dificultad en llegar a tener hijos, en
estas, el factor masculino se ve afectado en la mitad de los
casos 2,3.
La prevalencia de la infertilidad
es de 9%, aunque esta varía de un país a otro y
entre grupos de un
mismo país debido a las condiciones de vida, alimentación,
atención sanitaria, educación, herencia genética y
uso de medicamentos. En los Estados Unidos de
Norteamérica se diagnostican 3 casos por minuto, 228
por hora, 5479 por día, 38461 por semana, 166 666 por mes
y 2 millones por año.Se gastan en su tratamiento 18
billones de dólares anualmente 4-6
Entre sus principales causas se encuentra el
varicocele, entidad presente en el 15 % de la población masculina y es diagnosticado en
el 35 % de los hombres con infertilidad primaria y en un 75-85 %
de aquellos con infertilidad secundaria. Respecto a éste
se ha establecido claramente que provoca un daño
progresivo y dependiente del tiempo en los
testículos, además, puede conducir a
una disminución en los niveles séricos de
testosterona y a un aumento en las cifras de FSH. Esto
constituye un claro reflejo del daño en la
espermatogénesis 7,8
También se han invocado en su
origen la criptorquídia, los traumatismos testiculares,
las enfermedades
sistémicas, las infecciones genitales y las alteraciones
genéticas
9-12
La infertilidad masculina ha ido en
aumento durante los últimos 50 años en los
países occidentales. De eso, ya no hay dudas. Estudios
efectuados por organismos internacionales de salud, por ejemplo, indican
que en 1940 los hombres eran capaces de producir, en promedio,
113 millones de espermios por milímetro cúbico,
cifra que decae estrepitosamente a 66 millones en 1990
13,14.
En la actualidad muchos estudios
han mostrado un declinar en la calidad del semen
humano y un riesgo incrementado de subfertilidad masculina. Se ha
planteado como probable causa de este fenómeno, la posible
acción
nociva que sobre los órganos reproductores parecen tener
algunos factores ambientales como: las radiaciones
ionizantes, la temperatura
elevada, el tabaco, el
alcohol, el
uso de pesticidas, solventes, y otros.
15,16
Se discute hoy en día si muchas
sustancias químicas producidas por la humanidad, en
especial, los pesticidas, que tienen un amplio uso en
la agricultura,
pueden ser dañinos para la salud reproductiva. Los mismos
pueden dañar directamente los espermatozoides, alterar las
funciones de
las células de
Leydig y de Sertoli o provocar una disrrupción endocrina
en cualquier etapa de la regulación hormonal (síntesis,
liberación, transporte,
almacenamiento y
eliminación). Pueden también perturbar el
reconocimiento y la unión de las hormonas a sus receptores
, así como la función tiroidea y del sistema nervioso
central 17,18
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