- Resumen
- Introducción
- La filosofía natural
newtoniana - La nueva
física: la revolución einsteniana - Bibliografía
RESUMEN
Albert Einstein se ha constituido, desde hace poco más
de un siglo, como el pensador más prolífico y
polémico que en el campo de la física se tenga
noticia. Sus ideas constituyen el mayor salto que ha dado la
humanidad en el campo científico y aún hoy siguen
siendo objeto de discusiones en congresos, foros, simposios y
toda clase de
eventos
internacionales donde se debata sobre ciencia y
filosofía. El presente escrito intenta
presentar el carácter innovador y revolucionario de las
ideas científicas de Einstein, mostrando la evolución desde su pasado más
inmediato: el newtonianismo.
INTRODUCCIÓN
"En mi larga vida he aprendido una cosa: que
toda nuestra ciencia, comparada con la realidad,
es primitiva e infantil, y que, a pesar de todo,
es lo más valioso que tenemos."
Albert
Einstein.
En el año 1905, el 17 de marzo, un joven de tan solo 26
años presentó a la revista
alemana Annalen der Physik el primero de cinco trabajos
que, además de constituirlo como uno de los
científicos y pensadores más famosos e influyentes
en la historia de
las ciencias, lo
hacen reconocer como uno de los genios que sacudieron los
cimientos de la llamada física clásica: ese joven
fue Albert Einstein.
En el presente escrito pretendo realizar un análisis conceptual (no matemático)
de lo que hoy conocemos como la revolución
einsteniana esbozando, primero -a manera de resumen- el estado de
la ciencia física en los tiempos de Newton, para
luego analizar en el segundo apartado, cómo y por
qué pueden ser consideradas las ideas de Einstein como
verdaderas revoluciones científicas. No
intentaré explicar la teoría
de la relatividad, sino más bien, ocuparme de los puntos
álgidos en que las ideas einstenianas tocan las nociones
referentes a la manera como vemos el mundo.
Este paralelo entre las ideas de Newton y Einstein, puede
arrojar luz sobre lo
expertos que deben los científicos en el arte de cambiar
de opinión, sobre lo preparado que deben estar para
abandonar o reformular una idea. Las teorías
de las ciencias no son fijas, evolucionan a medida que pasan por
etapas de redefinición y refinamiento. Precisamente se
atribuye a Einstein la frase: "Una infinidad de experimentos no
bastan para probar que estoy en lo cierto; uno sólo puede
demostrar que me equivoco".
1. LA FILOSOFÍA
NATURAL NEWTONIANA
"La Naturaleza y
sus leyes estaban
envueltas
por
tinieblas, dijo Dios: ¡Sea Newton!, y todo
cobró luz y claridad".
Alexander Pope.
Es común, desde el siglo pasado, la utilización
del adjetivo "clásica" cuando en física queremos
contraponer las viejas teorías con las nuevas. Ahora bien,
si el representante más significativo de la Nueva
Física lo es Albert Einstein, el de la Física
Clásica o Vieja Física lo es, sin lugar a dudas,
Isaac
Newton.
Fue Sir Isaac Newton quien, con la publicación en 1687
de sus Principios matemáticos de la Filosofía
Natural proporcionó respuestas a los interrogantes de
la física de su tiempo y a su
vez sentó las bases para el futuro desarrollo de
esta ciencia hasta finales del siglo XIX.
En la mecánica encontramos el primer terreno en
el que históricamente ha conseguido sus triunfos el
pensamiento
científico, en el que la
investigación de la naturaleza arrojó luz sobre
los rasgos fundamentales de los fenómenos naturales. Otros
campos del estudio de la naturaleza como por ejemplo la química,
permanecían abrazados por un manto de oscuridad y
misticismo.
Fue de los aportes de Copérnico, Kepler, Galileo y
Newton de donde surgió el osado constructor teórico
de la mecánica, que abarcaba tanto las leyes de
los movimientos de la tierra y
demás cuerpos celestes como las correspondientes a las
máquinas y aparatos mecánicos
creados por el hombre.
En Newton encontramos al verdadero continuador y
perfeccionador de lo que Galileo había iniciado. Las
mediciones de éste último sirvieron de base a
Newton para obtener sus tres leyes del movimiento.
Veamos brevemente cada una de estas tres
leyes:[1]
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