A manera de
introducción
· Nada
de lo que se avecina está escrito, todo está por
construir.
Varias fábulas y
calificativos se han erigido en torno a la
prospectiva. En el presente ensayo se
esbozan las auténticas premisas que el doctorante
considera como las señales
de esta disciplina, al
igual que su provecho en un marco donde lo acelerado
del cambio hace
cada vez más ineludible el uso de la herramienta que
representa la prospectiva.
Para Godet, "Todos los que pretenden predecir o prever el
futuro son unos impostores, ya que el futuro no está
escrito en ninguna parte: está por hacer. Felizmente el
futuro está por hacerse, puesto que sin esta incertidumbre
la acción
humana perdería sus grados de libertad y su
sentido: la esperanza de un futuro deseado."
En sí, la prospectiva parte de esta deducción donde el futuro no es algo
único y previsible, sino paradójicamente, es un
espacio abierto donde se puede construir la voluntad o el deseo
del hombre. De
esta manera se rompe con otras creencias de ver al futuro como
algo determinado en donde la acción del individuo no
tiene mayor influencia para cambiarlo, y por lo tanto es
predecible, tal como lo establece la adivinación, la
profecía, la astrología, e incluso, la ciencia
ficción que son estudios del futuro que no pretenden
construirlo, sino en contra parte, adivinarlo, predecirlo,
imaginarlo o, en todo caso, soñarlo desde el punto de
vista de la utopía.
En este sentido, Gabiña establece que, "más que
considerar al futuro como algo decidido de antemano, y que por
consiguiente a quienes lo estudian solamente les queda el
aliciente de poder develar
aquello que guarda de misterio, el futuro es, en una
grandísima parte, fruto de nuestro esfuerzo y de nuestro
sacrificio. En definitiva, de nuestra ambición y de
nuestra voluntad."
Así pues, Godet sostiene que, "la actitud
prospectiva nace de una rebelión del espíritu
contra el yugo del determinismo y el juego del
azar." planteando que el futuro no está dado, que
está por hacerse. Por lo tanto el futuro no es
determinista, como lo establece la mitología
griega y las tendencias, sino voluntarista, tal como lo
plantea la Escuela de
Pensamiento
Prospectivista (francesa) que tiene su iniciación en la
obra de Gastón Berger, Bertrand y Hugues de Jouvenel
en la primera mitad del siglo XX. Aunado esto a que, en
Estados Unidos
se funda la Escuela norteamericana sobre Estudios del Futuro
(futurología), de la mano de Ged Davis y Herman Kahn como
tácticas de guerra durante
la Segunda Guerra
Mundial en el MIT y la Rand Corporation.
La contradicción principal entre las dos escuelas es
que mientras, para la Escuela Francesa el estudio de lo que puede
suceder sirve para actuar en consecuencia conforme a nuestro
escenario deseado, para la Escuela Norteamericana el estudio del
futuro sirve sencillamente como un referente para conocerle
mejor, sin algún deseo de llevar acabo una acción
secundaría que lleve a edificarlo o poder intervenir
en él. Por ello, se dice que esta Escuela de pensamiento
sobre el futuro está al mismo nivel de la ciencia
ficción, la predicción, la astrología, los
pronósticos, la profecía, la
adivinación, etc. Todas ellas diferentes formas de
estudiar el futuro.
Como comparación para el análisis y el
conocimiento del futuro se puede decir que la
futurología es la prevención que se toma frente
a los acontecimientos de acuerdo con la previsión que se
hace de lo que puede ocurrir, tratando de adaptarse a los mismos
y sin poder implantar las estrategias para
cambiarlos, pues el construir un futuro a imagen del pasado
le impide ver más opciones que la simple
extrapolación de tendencias. En cambio, la
prospectiva no contempla un futuro único que salga de
la prolongación e imagen del pasado, sino la posibilidad
de futuros diversos y posibles (futuribles) dentro de un espacio
libre e indeterminado donde la acción humana puede influir
en él, por ello plantea que "el futuro no se
prevé, sino se construye". Así, la prospectiva
apunta por un futuro diferente del pasado, ya que las situaciones
cambian con mayor premura de lo que se tarda en resolverlos, y
prever estos cambios es más importante que hallar soluciones que
se aplicarían a problemas
pasados.
·
Razón de Ser del Presente: El Futuro
Durante un largo periodo de tiempo los
seres humanos dejaron que las cosas se fueran presentando
por sí solas y poco o nada cometía para modificar
su presente, mucho menos su futuro. De igual modo, se
satisfacía con tener conocimiento
de su pasado y en la misma medida, comprender su presente para
ejecutar los mismos errores. Actualmente, el individuo no
se circunscribe al conocimiento de su pasado, tampoco de su
presente. La expectación de ver un poco más
allá de lo acostumbrado, lo han llevado a delinear
técnicas, instrumentos y herramientas
que le faciliten entrever su futuro, lo que representa andar el
pesado telón del presente y procurar ver lo que coexiste
detrás de la realidad que lo rodea.
Para lograr esto se han determinado varias metodologías
teórico-conceptuales que, partiendo del momento en que
vive y de las condiciones imperantes, le facilitan adelantarse a
su presente. Esta evolución es producto del
constante interés de
ir más allá de donde sus sentidos lo pueden llevar,
es la inquietud de vislumbrar lo que existe detrás del
horizonte, para no perderse de esa sensación sublime,
agradable y confortable.
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