Balzac, uno de los grandes novelistas de todos los tiempos,
cuyos temas abordados han causado y causan una profunda
admiración tanto por su importancia como por su vigencia
permite en su reflexión no sólo conocer el arte sino
también al artista.
Balzac enfoca su reflexión en la Francia de su
tiempo y su
percepción crítica
es dura y contundente. La sociedad tiene
la mente puesta en otras cosas menos en el arte que para Balzac
es una manifestación natural del ser humano; sin embargo,
la población no lo asimila en su real
dimensión, esa crítica a la sociedad despreocupada
se da en la no valorización del arte como tal, por ende lo
que se llamaría arte se convierte en un objeto vulgar.
La Francia de esa época vive a espaldas de ese elemento
que vivifica y honra a los pueblos, por ende no pasa de ser un
pueblo con características aún bárbaras, el
espíritu vicioso del conformismo y pusilanimidad reducen
toda forma de expresión, la producción artística simplemente no
vale nada.
Toda manifestación artística no pasa mas
allá de un simple bosquejo, la superficialidad de los
comentarios denota crisis en la
construcción de discursos que
analicen a profundidad el acontecimiento estético, esta
pérdida de sentido crítico lleva a la
desvalorización de las obras como tal.
La moda es terrible,
la gente se deja llevar por comentarios y llama arte a aquello
que no a visto ni tocado nunca, esta falta de espíritu
crítico es lo que en realidad hace daño a
creatividad,
la imposición de la moda en ese sentido es atroz.
Balzac critica la falta total de ese espíritu
crítico, el poco rigor en el análisis empobrece tanto al arte como al
artista. Se toma al arte como un objeto de lujo cuya presencia no
perturba ni complace, simplemente es un objeto más. Esta
falta de compromiso y entrega denota grandes falencias con
respeto a
la
educación, Balzac esta convencido, el artista
aún no ha llegado a realizar su tarea que es la de
sensibilizar las conciencias.
En su análisis intenta encontrar razones del por
qué de esas circunstancias; es un acontecimiento
difícil de comprender que incluso puede tener su origen en
el rápido paso del tiempo, las cosas llegan a cambiar muy
rápidamente como la forma en que aparecieron, en el camino
se desencadena tantas cosas que no hay lugar para la
reflexión, sólo el consumo y el
análisis superficial es admitido en ese mundo que ve con
sorpresa cómo cambia todo de noche a la mañana.
Es un momento caótico en donde la representación
tanto del arte como del artista van a formar parte de lo
innecesario, se cuestiona tanto el momento como las
circunstancias, un país cuyo valor de
reconocimiento se plasma en las obras pero que al no ser tomadas
en cuenta señala la profunda falencia por la que se
está atravesando, la tradición cultural ha llevado
a un punto de quiebre. Se ve que impera lo mundano y superficial,
un pueblo donde el poder de
desvalorización del arte es total, no tiene la capacidad
de trascender y esa será también la
preocupación de los artistas; el ser humano y su
degradación irremediable.
La obra de arte es tomada como un objeto que carece totalmente
de valor, pero ello señala una gran contradicción
en el sentido que esa obra de arte desvalorizada por el propio
individuo, del
cual no se dice nada, es la que a fin y al cabo sustenta a una
nación.
Balzac siente un profundo desaliento con respecto al lector
que no está a la altura de su propia realidad, esta
deficiencia lo convierte en un ser fácilmente
maleable. El artista es llamado para cumplir su rol, su
papel en la sociedad es de vital importancia, se pueden dar
sucesivamente muchos acontecimientos negativos pero está
en la integridad del artista la superación de estos, el
reconocerse como tal lo lleva a enfrentarse a un sin
número de batallas en las que está obligado a
demostrar su entereza artística y moral. Balzac
sabe y reconoce la importancia del artista, puede haber
dictámenes de un gobierno dado,
pero su rol en la sociedad transciende el tiempo y espacio, el
artista no puede ser víctima del mundo ni de sí
mismo, de su desempeño dependerá la
configuración de toda una nación,
en ese sentido el escritor francés señala que el
artista no debe ni puede desvincularse del medio en que
está, al contrario debe saber canalizar todo ese mundo
complejo para comprender al propio ser humano, su compromiso es
con la sociedad y Balzac entiende muy bien este punto y si
los problemas son
propios de una sociedad se debe empezar por resolverlas, el
graficar ese instante de vida inmortaliza al ser humano.
La independencia
de este es necesaria, no se puede estar vinculado a lo
contradictorio cuando se tiene intenciones de perdurar, el
creador tiene un compromiso para con su sociedad, de su
desenvolvimiento dependerán criterios favorables o
contradictorios.
Pero en esta sociedad tan cambiante, donde todo ocurre
vertiginosamente se cree que no hay necesidad del artista, que su
lápiz o pincel simplemente están para distraer un
momento cuando en realidad se está escribiendo la historia de toda una
generación, ese desprecio se generaliza y extiende hasta
tornarse una realidad, por eso para muchos el papel del artista
es vana e insignificante. En ese universo
múltiple y complejo el artista no puede dejarse llevar por
la inmediatez, sabe que su papel es fundamental y Balzac lo cree
aún más, dicho artista apela a un razonamiento
lógico que va más allá que la simple
preocupación de su cuerpo por eso el artista no puede
pecar de ambicioso ni avaro, porque sus leyes escapan al
valor convencional, su razón de ser se debe a un
ideal.
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