- Clasificación de los elementos
químicos - Por su reactividad
- Por su
utilidad - Por su
impacto económico - Por su
impacto ambiental - Residuos
químicos tóxicos - Tierras
forestales se convirtieron en pastizales y
ciudades - Bibliografía
Clasificación de los elementos químicos: Por su
reactividad; por su utilidad; por su
impacto económico; y por su impacto
ambiental.
Clasificación de los elementos
químicos
De acuerdo con
la Tabla del Sistema Periódico
los elementos químicos se clasifican de la siguiente forma
según sus propiedades físicas:
§
Metales
§
Metales de transición.
§
Metaloides
§
No metales
§
Gases Nobles
§
Lactínidos y Actínidos
Metales:
Son elementos químicos que generalmente
contienen entre uno y tres electrones en la última
órbita, que pueden ceder con facilidad, lo que los
convierte en conductores del calor y la
electricidad.
Los metales, en
líneas generales, son maleables y dúctiles, con un
brillo característico, cuya mayor o menor intensidad
depende del movimiento de
los electrones que componen sus moléculas.
El oro y la
plata, por ejemplo, poseen mucho brillo y debido a sus
características físicas constituyen
magníficos conductores de la electricidad, aunque por su
alto precio en el
mercado se
prefiere emplear, como sustitutos, el cobre y el
aluminio,
metales más baratos e igualmente buenos conductores.
Un 75% de los elementos químicos
existentes en la naturaleza son
metales y el resto no metales gases nobles,
de transición interna y metaloides.
Metaloides:
Son elementos que poseen, generalmente, cuatro electrones en su
última órbita, por lo que poseen propiedades
intermedias entre los metales y los no metales. Esos elementos
conducen la electricidad solamente en un sentido, no permitiendo
hacerlo en sentido contrario como ocurre en los metales. El
silicio (Si), por ejemplo, es un metaloide ampliamente utilizado
en la fabricación de elementos semiconductores
para la industria
electrónica, como rectificadores diodos, transistores,
circuitos
integrados, microprocesadores, etc.
No metales: Poseen, generalmente, entre
cinco y siete electrones en su última órbita.
Debido a esa propiedad, en
lugar de ceder electrones su tendencia es ganarlos para poder
completar ocho en su última órbita. Los no metales
son malos conductores del calor y la electricidad, no poseen
brillo, no son maleables ni dúctiles y, en estado
sólido, son frágiles.
Gases nobles: Son elementos
químicos inertes, es decir, no reaccionan frente a otros
elementos, pues en su última órbita contienen el
máximo de electrones posibles para ese nivel de
energía (ocho en total). El argón (Ar), por
ejemplo, es un gas noble
ampliamente utilizado en el interior de las lámparas
incandescentes y fluorescentes. El neón es también
otro gas noble o inerte, muy utilizado en textos y ornamentos
lumínicos de anuncios y vallas publicitarias
extremadamente oxidante y forma cloruros con la mayoría de
los elementos.
Por su
reactividad
En los siguientes resúmenes hablaremos de la reactivada
de algunos elementos al mezclarse con otro o solo su gran
impacto.
Cuando se combina con el hidrógeno para dar cloruro de
hidrógeno en presencia de luz difusa se
produce una reacción lenta pero si se combinan bajo luz
solar directa se produce una explosión y se desprende una
gran cantidad de calor.
El cloro también se combina con los compuestos
hidrogenados como amoníaco y ácido
sulfhídrico formando ácido clorhídrico con
el hidrógeno de éstos.
Descompone muchos hidrocarburos
pero si se controlan las condiciones de la reacción se
consigue la sustitución parcial del hidrógeno por
el cloro.
Al rojo reacciona reversiblemente con el vapor de agua formando
ácido clorhídrico y liberando oxígeno:
Cl2 + H2 O = 2HCl +
½O2
En frío y en presencia de la luz, reacciona lentamente
con el agua dando
ácido clorhídrico y ácido hipocloroso HClO,
que se descompone a su vez para formar oxígeno. A ello se
debe el poder oxidante del agua de cloro.
Puede formar cloruros con la mayor parte de los metales aunque
en diferentes condiciones y con distinta intensidad. Por ejemplo,
con el sodio en frio reacciona lentamente, pero si se calienta
arde con llama muy brillante formándose cloruro de
sodio.
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