Una flor eshi, by Jennifer Schell.
"En el mundo existen padres maravillosos,
de eso no cabe duda,
aunque ninguno es capaz de criar como una mujer".
Ami Hall
Escritora.
Las palabras cambian vidas. Y eso me había pasado,
muchos consejos de parte de diversas personas habían de
cierta forma cambiado mi perspectiva y mi punto de vista con
respecto a mi propia vida, pero lo mejor estaba por llegar, el
verdadero cambio radical
estaba allí en ese viaje.
El concurso no trajo en sí ninguna ganancia ni
beneficio monetario en mi vida, mi padre costeó el viaje a
África, y
aunque me sentí incómoda por tal
suceso, no me negué la posibilidad de ir, era más
orgullo que otra cosa, sin embargo me dije a mí misma que
éste sería mi primer y último viaje costeado
por mis padres, más que orgullo algo de honor.
Era la primera vez que salía del país, realmente
no sentía miedo, más bien las ansias, y lo
desconocido embargaban con emoción mis miedos, el viaje
era largo lo sabía, me enfrentaría a la realidad de
un continente cara a cara. Un continente del que sólo
sabía lo que decían los libros, lo que
había visto en documentales, y lo que la gente opinaba, a
ciencia cierta
no sabía exactamente a dónde iba, y cómo
esta experiencia iba a marcar mi vida para siempre…
África es un continente conformado por 54
países. Naciones con características diversas en
tamaño, población, sistema
político, raza y religión. En
relación al tamaño territorial y
proporción poblacional, puede ilustrarse este
contraste con Nigeria, inmenso país de 924.000 Km2, con
una población de 120 millones de habitantes y Swazilandia,
un pequeño reinado con 17.000 Km2 que no tiene más
de 900.000 habitantes. En este continente coexiste una amplia
diversidad de sistemas
políticos, entre los cuales se evidencian sistemas
democráticos, dictaduras, reinados. Tal diversidad no
sólo se hace patente en la política, sino
también en la raza y grupos
étnicos de los pobladores en contraste con las religiones que
se profesan; en relación a estos aspectos se observa que
la raza negra es la dominante, seguida de la árabe (la
islámica) concentrada en algunos países y la blanca
europea la cual es una minoría, poco significativa en
cantidad pero muy significativa en lo que respecta al poder
político, es decir, el poder capaz de transformar las
realidades.
El continente africano es el más subdesarrollado del
Planeta, en él se presenta una gama sorprendente de
problemáticas, carencias y necesidades. Entre los problemas
más relevantes se puede hacer referencia a: la pobreza
crónica, economías vulnerables al control externo,
el abandono de la democracia
como sistema
político y el retorno a sistemas dictatoriales de fuerza,
provocando esta última circunstancia altos niveles de
violencia
política, violación a los derechos humanos
(masacres producidas por gobiernos), guerras
civiles, etc., hecho que a su vez origina poca inversión
extranjera.
En relación a las carencias, las más relevantes
son las médicas, sanitarias y educativas, sectores que
presentan las cifras más negativas en los siguientes
índices de desarrollo: la
tasa de natalidad no controlada ni planificada incrementada
sistemáticamente, una escasa expectativa de vida, altos
niveles de mortalidad infantil, problemas incalculables con la
extensión del Sida, altos
niveles de analfabetismo,
entre muchos otros.
La situación es realmente delicada en ese continente y
a pesar de todos los problemas que aquejan, agobian e impiden el
desarrollo en África, hay innumerables personas trabajando
para transformar esta realidad, uno de estos grupos de persona iba a ser
la delegación de la universidad,
aunque íbamos con las mejores intenciones, y llenos de
ilusiones por querer transformar una realidad de la noche a la
mañana nos encontramos, con el difícil reto de
trabajar en un continente donde la mujer apenas a
comenzando a hacerse sentir en la sociedad,
nuestro aporte por más pequeño que fuese
tenía todas las ganas de ser significativo.
El viaje fue agotador, con dos escalas, la diferencia de horas
nos tenía agotados al grupo, sin
embargo no había tiempo
suficiente para recuperarse, afortunadamente teníamos todo
listo para la ponencia que defenderíamos en el auditorio
central de la Universidad de Addis Abeba, capital de
Etiopía.
Hablar de Etiopía es hablar de un país,
milenario, con una civilización armada de valor y que
jamás se ha dejado conquistar por parte de potencias ni
grandes civilizaciones, su historia se remonta hasta
incluso antes de cristo, hallazgos prehistóricos confirman
la permanencia y la existencia del hombre en esas
tierras, de hecho los restos fósiles del humano
considerado más viejo del mundo fueron hallados en
Etiopía, y por cosas del destino tal vez, corresponde al
cuerpo de una mujer.
En Etiopía la mayoría de las mujeres no tienen
empleo ni
acceso a la educación, a la
formación, a los servicios de
salud, a una
existencia decente, al agua, a la
cultura, a la
información. Sus derechos son violados con
frecuencia y muchas leyes y
prácticas discriminatorias limitan los derechos civiles y
políticos de la mujer, al igual que sus derechos
económicos, culturales y sociales.
Lamentablemente, en algunas tribus etíopes, que
todavía permanecen fuertemente arraigadas en el interior
del país, los varones todavía consideran a sus
esposas como "esclavas", dado al arraigamiento que poseen los
etíopes con su cultura y sus costumbres, ha sido muy poco
lo que se ha logrado cambiar de esta situación. En algunas
tribus las mujeres no poseen el derecho a escoger con quien se
casan por el contrario, ellas son escogidas como se escoge al
ganado para ser pareja de un hombre que tal vez no ama, pero al
que debe servir porque así lo dictan sus costumbres y
tradiciones, las leyes maritales son impuestas a las mujeres,
quienes están dominadas peor que las bestias de carga. Las
esposas están sometidas a ritos, creencias y tabúes
por los que se guían, observan, respetan y creen. Los
esposos no hacen nada para que tomen conciencia y
así elevarlas hacia la razón, un ideal o un nivel
de vida más alto.
Página siguiente |