En el origen, este barrio, era zona de grandes quintas y
ranchos, inmensos basurales y gran cantidad de animales sueltos.
La historia se
inicia cuando Don Juan de Garay, en el reparto de tierras, otorga
esta zona, en 1580, a don Rodrigo Ortiz de Zárate, quien
instaló una chacra llamada "De los ombúes".
Hubo varios cambios de propietario, hasta que a comienzos del
siglo XVIII un lote fue donado por un matrimonio a los
padres franciscanos, quienes a partir de 1706 construyen el
Convento y la Iglesia del
Pilar.
Este barrio comenzó a cobrar individualidad hacia fines
del siglo XVIII cuando comenzaron a subdividirse las quintas y
ranchos del lugar. Su nombre proviene del Convento de los Padres
Recoletos (monjes franciscanos) y su iglesia de Nuestra
Señora del Pilar, inaugurada el 12 de octubre de 1732, de
vital importancia para el desarrollo del
lugar.
Era común a las órdenes religiosas poseer un
convento alejado del centro de la ciudad -por esos años
limitada al entorno de la Plaza de Mayo- para las
prácticas de retiro espiritual y contemplación.
Con fecha 8 de julio de 1822 el gobierno de
Martín Rodríguez y su ministro Bernardino Rivadavia
dispusieron la creación del Cementerio del Norte o de la
Recoleta, el cual fue bendecido el 17 de noviembre de ese mismo
año.
En 1830 Nuestra Señora del Pilar fue erigida en
parroquia.
El convento fue luego Hospital Buenos Aires y
después de 1858 Asilo de Mendigos, adoptando
posteriormente el nombre de Asilo de Ancianos General
Viamonte.
Recién hacia 1830 se inició la
remodelación urbana de Recoleta, con la apertura de la
Avenida Callao como camino de circunvalación. Con las
epidemias de cólera,
frecuentes en la ciudad y especialmente con la de fiebre amarilla
de 1871, las familias más ricas del sur se fueron
desplazando al norte y terminaron de imprimir el estilo del
barrio, con la construcción de palacios y palacetes
rodeados de imponentes jardines. Así se pobló el
área.
Dos importantes plazas se encuentran dentro de los límites de
este barrio: las plazas Vicente López y Rodríguez
Peña. La primera nació en el que fuera Hueco de las
Cabecitas, teniendo su origen allí la típica calle
de Chavango, hoy avenida Las Heras. La segunda surgió de
la iniciativa del intendente Torcuato de Alvear en homenaje a don
Nicolás Rodríguez Peña quien tuvo su quinta
ubicada precisamente frente a esta plaza, avenida Callao de por
medio.
Visión actual y
atractivo turístico
Actualmente el barrio posee características
multifacéticas siendo su protagonista principal la
calidad
arquitectónica y el espacio de las plazas que lo
conforman, que conviven con expresiones artísticas de
manera permanente. Se destaca un carácter aristocrático sustentado en
la excelencia del diseño
y construcción de sus residencias y palacios donde
predomina la arquitectura
francesa, mientras que otros edificios dan cuenta de distintas
corrientes arquitectónicas del siglo XX. La Recoleta
ofrece una gran variedad de paseos y atractivos
histórico-culturales:
Frente a la Plaza Torcuato de Alvear se encuentran las Salas
Nacionales de Cultura
(1917), más conocido como Palais de Glace y, cruzando la
Avenida del Libertador, está el Museo Nacional de Bellas Artes
(1933). Más allá, se hallan los impactantes
edificios de la Facultad de Derecho y la Biblioteca
Nacional (1992).
Un paseo por Alvear, Callao, Ayacucho o Vicente López
nos muestran la permanencia de algunos tradicionales y antiguos
edificios simbólicos, tales como el Alvear Palace, el de
La Curia Metropolitana, algunas embajadas y varios edificios de
rentas. La Iglesia, el Cementerio y el actual Centro Cultural
constituyen un conjunto armónico, rico en historia y
acontecimientos.
En el área verde, rica en vegetación y añosos árboles, las actividades desarrolladas se
destacan por su variedad: allí convergen
simultáneamente el quehacer cultural y la recreación
junto a recitales, ferias artesanales donde se venden diversos
objetos y se ofrecen espectáculos callejeros,
exposiciones, la práctica de deportes y el esparcimiento.
En las elegantes avenidas Quintana y Alvear, se encuentran los
más exclusivos negocios y
hoteles de lujo, mientras en los
alrededores de la plaza Alvear se celebra la cultura y la
gastronomía. Numerosos restaurantes, bares,
discotecas, pubs y night clubs y el complejo de cines Village
Recoleta, contribuyen al atractivo de la zona. También
está el Buenos Aires Design, un complejo con locales
especializados en diseño, arquitectura y
decoración. Desde el piso superior se accede al Paseo del
Pilar, una terraza de grandes dimensiones que nuclea a un gran
número de refinados restaurantes y locales de comida
rápida.
Por la noche, allí también se puede disfrutar de
buena música
y shows de bandas en vivo en el Hard Rock café.
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