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Perón, su Vida Política Relacionada a los Hechos de la Historia
Argentina




Enviado por dariojavier



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    Indice
    1.
    Introducción

    2.
    Objetivos

    3. Situación Del País
    (1943)


    5. Doctrina
    Justicialista

    6. Eva
    Perón

    7. La Caída De
    Perón

    8. El Regreso Del
    Exilio

    9.
    Bibliografía

    1. Introducción
    Resumen
    General de Temas Relacionados con este Trabajo
    Monográfico: (indicando con ""
    -comillas- las palabras resaltantes del mismo)
    Antes de las elecciones de 1946, varios postulaban la
    unión de todas las fuerzas democráticas para
    enfrentar al gobierno
    militar.
    Perón
    se movió con toda la relativa independencia
    que le permitían las relaciones coyunturales del mundo,
    "guerra
    fría", manteniendo el principio de
    autodeterminación de los pueblos y la solidaridad con
    los pequeños países.
    Entre sus obras más descollantes están el "estatuto
    del peón", "los derechos del trabajador",
    "los derechos de la
    ancianidad", "los convenios colectivos de trabajo", "la ley de
    previsión social", "la ley de accidentes de
    trabajo", "la ley de vivienda obrera", "sueldo anual
    complementario", "la mutualidad sindical", "las escuelas
    sindicales", "la ley de creación de la justicia del
    trabajo", "los regímenes de jubilación", "las
    reglamentaciones de las condiciones del trabajo y del descanso",
    "las proveedurías sindicales".

    Además, un sueldo anual complementario se dispone
    a los sindicatos
    ofrecidos por la "Fundación Eva
    Perón".
    Y algo fundamental en la historia de nuestro
    país, que llegó de la mano de Evita, fue el "voto
    femenino".
    La fórmula presidencial postulada para la segunda
    presidencia fue el binomio: "Perón
    – Evita".
    Al morir ésta, hombres y mujeres extrañaron a
    su"compañera Evita".

    En su relación con la Iglesia,
    ésta "ordenó" a los creyentes que votaran por la
    fórmula que integraba Perón, quien otorgó
    privilegios a la Iglesia
    durante su gobierno.
    Más tarde, por entredichos entre los sectores Perón
    ordenó que se suprimieran feriados correspondientes a
    celebraciones litúrgicas, aprobara la apertura de
    "prostíbulos" realizara un acto en contra de la
    posición de la Iglesia, que fuera espiritista y
    anticatólico. La definitiva ruptura entre Perón y
    la Iglesia se dio cuando esta última dispuso finalmente la
    excomunión mayor de Perón, luego de que dignatarios
    eclesiásticos fueran expulsados del
    país.

    Allí se incluían a comunistas y
    socialistas que oportunamente se escudarán bajo el lema
    "Cristo Vence", que enarbolará la contrarrevolución
    del ’55 y a manifestantes del "Corpus Christi" que quemaran
    la bandera argentina.
    Como consecuencia, suprime la Dirección General de Enseñanza Religiosa "por orden
    técnico-administrativo inadecuado, ineficaz y
    oneroso".

    La gente apoya "un movimiento
    nacional" con el peronismo.
    La Junta de Comandantes pretende proscribir al FREJULI, del cual
    fue su manifiesto "Cámpora al gobierno –
    Perón al Poder",
    prohibiendo su regreso.
    En su mandato implementó los "Cursos de
    Doctrina Justicialista".
    Cuando Perón muere lo sucede su esposa "Isabelita", quien
    al estallar el llamado "Rodrigazo" (impuestazo) e iniciado el
    "Proceso de
    Reorganización Nacional", es detenida.

    Transcripción a cargo de: María de los
    Ángeles Navarro.
    Elaborado por los Estudiantes de Derecho Provincial y Municipal
    de la Universidad
    Nacional del Nordeste (U.N.N.E.): Srta. Natalia Lovey y Sr.
    Gastón Marcelo Navarro. Residentes en Resistencia,
    Chaco, Argentina.Índice

    2. Objetivos
    Conocer cómo llega al país, qué medios
    utiliza, con qué costos.
    Trazar un paralelo con la realidad en el plano internacional, lo
    que puede darnos una visión más completa de los
    hechos y a veces hasta justificar ciertas determinaciones y
    decisiones tomadas por Perón en su momento.
    Ver los diferentes factores que influyeron a lo largo de sus
    mandatos, a favor, como la ventajosa situación
    económica al asumir su primer mandato, como en contra, su
    enfrentamiento con la Iglesia.
    Nombrar los aspectos oscuros de su política, cómo
    fueron los actos represivos, las persecuciones a opositores,
    intelectuales, etcétera.
    Para al final, poder dar una
    conclusión personal, lo
    más fundada posible.

    3. Situación Del
    País (1943)

    Los programas y los
    dirigentes de los partidos
    políticos existentes no eran capaces de ofrecer nada
    de valor a la
    clase trabajadora. Hasta 1940 el Congreso estuvo dominado por los
    conservadores, que parecían totalmente indiferentes a los
    problemas de
    los trabajadores.

    Éste era el escenario en 1943 cuando los jefes de
    las fuerzas armadas asumieron nuevamente el papel
    protagónico y depusieron al gobierno conservador. En el
    gobierno militar que surgió del golpe, el poder se fue
    concentrando gradualmente en las manos de un coronel destinado a
    dominar el curso de la política argentina durante los 30
    años siguientes.

    Perón fue uno de los pocos hombres de la revolución
    que percibió que había algo que satisfacer en el
    pueblo y que hacerlo iba a ser el elemento legitimador de la
    revolución. Perón fue uno de los
    hombres del G.O.U. (Grupo de
    Oficiales Unidos) quien desde los cargos que ocuparía en
    progresivo ascenso sabría "oír" las necesidades del
    pueblo argentino y comenzar a planear un movimiento de
    opinión.

    Perón fue el único dirigente militar que
    pareció haber visto el potencial político del
    movimiento obrero, algo que lo ayudó a descubrirlo fue su
    relación con los gremialistas. Apoyó la
    formación de nuevos sindicatos y
    una gran expansión de los que ya existían le eran
    favorables. Promovió una serie de medidas laborales y
    previsionales tendientes a satisfacer reclamos y necesidades de
    los trabajadores.

    Perón fue nombrado ministro de Guerra y
    Secretario de Trabajo. El control del
    ejército y de la fuerza obrera
    quedaban en sus manos.

    La Vicepresidencia de la Nación
    estaba vacante y por este motivo la oficialidad del
    ejército, puesta en asamblea, votó a los candidatos
    y ganó, por escaso margen, Perón designado
    vicepresidente con retención de sus dos cargos anteriores.
    La suma del poder se encontraba en sus manos.

    En 1945, el gobierno peronista se veía cercado
    por una conjura vigorosa y audaz, que reunía en un solo
    impulso opositor a fuerzas tan diferentes como las grandes
    empresas, el
    estudiantado, la influencia de la embajada norteamericana, los
    partidos tradicionales, las asociaciones de comerciantes y
    ganaderos, los sindicatos ajenos a la órbita oficialista,
    la burocracia
    estatal, la marina, un sector no despreciable del
    Ejército, los intelectuales, la justicia, la
    inmensa mayoría de los diarios… Frente a esta
    avalancha de fuerzas, sólo restaba a Perón el
    manejo del aparato represivo del Estado y sus
    propias huestes.

    El panorama político las dos grandes alternativas
    que habían de plantearse los argentinos en términos
    electorales redondeaban sus respectivas propuestas. De un lado,
    la democracia
    liberal, políticamente formalista y convencional, deseosa
    de retornar al sistema anterior
    a la revolución del ’43 con las correcciones
    debidas. Del otro lado, fervoroso caos popular que tenía a
    Perón por líder
    indiscutido y se abrigaba un profundo contenido nacional y una
    adelantada actitud en el
    campo social.

    Varios de los partidos
    políticos y diversas agrupaciones cívicas
    postulaban desde tiempo
    atrás la unión de todas las fuerzas
    democráticas para enfrentar al gobierno militar:
    "Unión Democrática de Fuerzas
    Opositoras".

    Las elecciones de 1946 habían dejado sorprendido
    a los partidos tradicionales. Las elecciones fueron, desde el
    punto de vista de la libre emisión del voto, las
    más impecables de cuantas se habían realizado en el
    país.

    Ningún presidente había llegado al poder
    en condiciones tan favorables como las de ese momento. Argentina
    era un país acreedor. Solamente Gran Bretaña le
    debía 1.700 millones de dólares, la hambreada
    Europa de
    posguerra aseguraba la colocación de nuestra carne y
    nuestro trigo durante varios años, la producción industrial improvisada en la
    Argentina durante el conflicto no
    sentiría a corto plazo el impacto de la competencia
    extranjera, puesto que el proceso de
    transformación de la industria de
    guerra a la de
    paz iba a requerir un lapso de razonable duración. Por
    consiguiente, estaba asegurada la plena ocupación, los
    altos salarios la
    inversión del ahorro
    nacional en prioridades que el nuevo gobierno podía
    determinar con toda generosidad. Más importante que esto
    era el tono general del país, optimista, eufórico.
    La guerra había sido pasada sin mayores perjuicios, por lo
    menos en esos momentos se lo veía así, con una
    posición que mantuvo durante 5 años una
    singularidad; la neutralidad argentina, que recién se
    interrumpe en marzo de 1945 cuando la guerra está
    terminada.

    El sistema de
    Perón debía basarse obligatoriamente en condiciones
    de abundancia, de alto consumo, de
    plena ocupación y de gruesos saldos exportables. Cuando
    este contexto –que no tenía posibilidades de
    prolongarse mucho– se resquebraja, la política de
    Perón se haría sinuosa, contradictoria y brutal,
    aplastada por una realidad mucho más poderosa que su
    personal
    optimismo. Las condiciones que marcaban el comienzo de la
    gestión
    de Perón le permitían un plazo justo para intentar
    una trasformación total o un cambio que
    liberara a la Argentina de su tradicional condición agro
    exportadora.

    4. Marco
    Internacional

    Se desarrollaba la Guerra
    Fría y sus participantes eran Estados Unidos y
    la Unión Soviética. La Argentina no quería
    estar en ninguno de ambos bandos, por eso Perón lanza la
    denominada Tercera Posición o Tercer Mundo.

    Cosa retórica ya que en los grandes foros
    internacionales, la delegación Argentina votó casi
    siempre junto con los Estados Unidos,
    pero se mantuvo aislada de organizaciones
    como el F.M.I., la UNESCO y la FOA, respondiendo así
    solamente a la política
    económica que Perón llevaba a cabo.

    Esta idea de la Tercera Posición hizo que el
    pueblo se sintiese más nacionalista que nunca,
    dándoles la idea de que nuestro país podía
    ponerse a la altura de las economías internacionales y
    mantener una posición neutral.

    La Tercera Posición era respaldada por la Tercera
    Guerra
    Mundial, que no se concretó.

    Política Internacional

    El triunfo de 1946 había sido la victoria del
    sentimiento nacional herido por la intromisión del
    Departamento de Estado en
    nuestra política interna.

    Perón se movió con toda la relativa
    independencia
    que le permitían las relaciones coyunturales del mundo,
    "guerra fría", manteniendo el principio de
    autodeterminación de los pueblos y la solidaridad con
    los pequeños países.

    Política Económica

    La Economía del sistema
    peronista fue en un primer momento, nacionalista, estatista y
    autarquizante. Nacionalista porque se traspasó al
    país una serie de actividades o servicios que
    hasta ese momento se encontraban en manos de países o
    empresas
    extranjeras.

    La Argentina, durante la Segunda Guerra
    Mundial había venido acumulando reservas de dinero
    importantes en Gran Bretaña lo cual la convertía de
    país deudor a acreedor. Se encontraba en una
    posición muy especial reforzada por el hecho de ser
    proveedora de materias primas en un mundo que recién
    empezaba a construir sus economías y sus sistemas
    productivos después de la guerra.

    Es decir que el Estado tuvo
    una enorme ingerencia en la vida económica del
    país. El número de agentes públicos
    aumentó considerablemente y las regulaciones se fueron
    tornando más pesadas a medida que la política
    económica sufría algunos tropiezos. Se
    comenzaron a hacer campañas de abaratamiento del costo de vida, de
    regulación de los precios y de
    una política netamente estatista.

    Y con respecto al carácter
    autarquizante de la economía se
    debía a la idea de que la Argentina tenía entidad
    suficiente y un tipo de producción tan variada como para poder
    autoabastecerse.

    Pero también tenía la contra de que en
    algún momento tenía que terminarse,
    rápidamente se encontraría con que su
    política era cada vez más difícil de
    mantener. Esta política que sostenía la Argentina
    de estatista, autarquizante y nacionalista, no podía en
    efecto seguir durante mucho tiempo.

    La política económica es lo que define la
    filosofía general del régimen peronista, mucho
    más que el régimen represivo que monta Perón
    y que es posiblemente el que muchos argentinos recuerdan
    más. Tiene una primera etapa de realizaciones muy
    espectaculares. Con la nacionalización del Banco Central y
    la subsiguiente creación del IAPI, el nuevo gobierno
    tomaba firmemente el control del
    sistema crediticio, los tipos de cambio y el
    comercio
    exterior, actividad en la que era un virtual comprador de la
    producción de cereales y de oleaginosos y encargado
    además de su colocación en los mercados
    exteriores El IAPI además llegó más tarde a
    encargarse de las operaciones
    financieras del Estado Argentino, con la compra de materias
    primas o de bienes de
    capital. Era
    una política estatizante y nacionalista y en ese
    particular momento del país y del mundo parecía la
    única posible. No hay que olvidar que en el 45 se
    vivía todavía ideológicamente en todo el
    mundo bajo el signo del new deal rooselveltiano y bajo el signo
    del triunfo laborista en Gran Bretaña. Esas características se afirmaron con medidas de
    parejo significado, como la repatriación de la deuda externa, la
    creación de las empresas de Gas del Estado y
    Flota Aérea Mercante Argentina, la expropiación de
    elevadores de granos de propiedad
    privada, la compra de la Unión Telefónica, la
    compra de los ferrocarriles de capital
    francés. Luego uno de los actos más espectaculares
    discutidos del gobierno de Perón, la adquisición de
    los ferrocarriles ingleses.

    El análisis frío de la política
    económica durante los 3 ó 4 primeros años de
    su presidencia puede hacer parecer descabellada la
    política de Perón, puesto que a fines de 1947 ya se
    había evaporado el 32% de las reservas de divisas
    acumuladas durante la guerra. Recordaremos la frase jactanciosa
    de Perón de que no se podía caminar por el Banco Central de
    tan abarrotado que estaba de lingotes de oro. Tres años
    después el país estaba en una virtual
    cesación de pagos. La política peronista no
    sólo condenaba a la liquidación de las reservas,
    sino que tenía una secuela inevitable que era el aumento
    de la tendencia inflacionaria. Y, en última instancia,
    también el refuerzo del vasallaje de nuestra
    economía al depender, cada vez más, la industria
    liviana de importaciones de
    materias primas y combustibles. Una política de subsidios
    a la industria liviana, una política impositiva y salarial
    tendiente a mantener altos niveles de consumo
    popular, por supuesto, no podía caminar mucho
    tiempo.

    Dijimos que el análisis de esta política puede
    hacerla parecer como descabellada; sin embargo no lo era si se
    aceptaba la premisa que Perón sostenía como de
    cumplimiento inevitable: la próxima guerra mundial.
    Perón estaba convencido que en 1950 o 1952
    estallaría una tercera guerra mundial no atómica,
    entre Estados Unidos y la Unión Soviética, en el
    año 1950, no solamente hablaba de la próxima guerra
    como inevitable, sino que se permitía dar algunos consejos
    a los estrategas yanquis sobre cómo ganar la guerra. De
    modo que la premisa sobre la cual basaba su política
    económica podía o no ser equivocada, pero
    indudablemente, si se aceptaba ese prerrequisito, la
    política económica de Perón era la del
    hombre al que
    se le va agotando el dinero pero
    que está seguro que en la
    próxima lotería va a ganar mucho y entonces sigue
    gastando. ¡Lo que pasó es que no se dio la
    lotería!

    Política Social

    Con la intención de realizar una más
    equitativa redistribución del ingreso se planearon mejoras
    sociales que implicaron mejores salarios y
    legislación laboral,
    indemnizaciones por despido, salario familiar,
    vacaciones pagas, etc.

    Uno de los más importantes méritos del
    peronismo
    reside justamente en estas medidas. El gobierno insistió
    con su política de reformas sociales (sobre todo en la
    primera presidencia) constituyéndose en un verdadero
    portavoz y defensor de la clase obrera.

    Diez años de intensa obra social cambió la
    Argentina de la explotación y la esclavitud de
    1945 en la comunidad justa y
    solidaria de la Argentina del ’55. Esta
    transformación es ya suficientemente conocida en el mundo.
    De una carencia absoluta de leyes de trabajo
    y previsión social que nos colocaba en el último
    lugar, hemos pasado en sólo 10 años a estar a la
    cabeza del mundo en la materia.

    El "estatuto del peón", "los derechos del
    trabajador", "los derechos de la ancianidad", "los convenios
    colectivos de trabajo", "la ley de previsión social", "la
    ley de accidentes de
    trabajo", "la ley de vivienda obrera", "sueldo anual
    complementario", "la mutualidad sindical", "las escuelas
    sindicales", "la ley de creación de la justicia del
    trabajo", "los regímenes de jubilación", "las
    reglamentaciones de las condiciones del trabajo y del descanso",
    "las proveedurías sindicales", etcétera,
    etcétera.

    Son sólo una pequeña parte de la enorme
    legislación promovida.

    En la Argentina estas leyes se cumplen
    en su totalidad bajo el control de las propias organizaciones
    profesionales. Algunas cifras darán una idea sobre la
    forma de su cumplimiento. Los salarios de 1945 a 1955 subieron el
    500%; el salario real se
    mantuvo en un mejoramiento del 50% pues el costo de vida
    sólo llegó, con el control de precios de
    primera necesidad, a un aumento de 250%. Así el costo de
    la vida en la Argentina se mantuvo en un nivel medio
    correspondiente a la mitad de la mayor parte del
    mundo.

    Mediante el estatuto del peón y sus sucesivos
    ajustes entre 1945 y 1955 los sueldos de estos trabajadores
    aumentaron el 1000% término medio.

    En 1945 las leyes de jubilación no amparaban sino
    a medio millón de habitantes. En 1955 puede considerarse
    que todo el que trabaja de obrero, profesional y empresario tiene
    asegurado su régimen jubilatorio, amparo que cubre
    a más de 15 millones de habitantes en la vejez y la
    invalidez.

    Un sistema de pensiones a la vejez cubre
    asimismo la imprevisión y el olvido en que vivieron los
    trabajadores en los regímenes pasados, gobernados por los
    mismos que hoy quieren asumir el papel de
    libertadores sin que nadie los tome en serio.

    Sólo durante el primer plan quinquenal
    (1946 – 1951) se construyeron 350 mil viviendas para
    empleados para obreros en toda la república. En el segundo
    plan
    quinquenal hasta el ’55 se llevan construidas más de
    150 mil. Así los trabajadores que antes vivían en
    conventillos sucios y hasta de 10 en cada pieza, comienzan hoy a
    ser propietarios de su casa y vivir decentemente.

    Más de 10 millones de trabajadores argentinos
    reciben un sueldo anual complementario que les permite disfrutar
    de un mes de vacaciones en las sierras, en el mar o en los buenos
    hoteles de que
    disponen los sindicatos o les ofrece la "Fundación Eva
    Perón".

    Más del 25% de los trabajadores tienen
    participación en las ganancias de las empresas, ya sea
    porque son ellos mismos los dueños, por sistema
    cooperativo o porque patrones inteligentes y justos así lo
    han dispuesto.

    El sistema mutual de los sindicatos ofrece asimismo la
    provisión barata de cooperativa
    para los artículos de primera necesidad, como asimismo un
    servicio
    asistencial completo mediante modernos policlínicos,
    maternidades, consultorios externos, odontológicos,
    etcétera.

    Además para la elevación cultural y social
    de la masa, una verdadera red de escuelas sindicales
    se extiende hacia todos los sindicatos. En ellas se imparten
    enseñanzas de todo orden y se forman dirigentes
    capacitados.

    Al establecer nuestro gobierno la absoluta gratuidad de
    toda la enseñanza, abrimos las puertas de la
    instrucción y la cultura a
    todos los hijos del pueblo. Se terminó así con la
    odiosa discriminación y se dio acceso a todos por
    igual, para que de acuerdo con sus aptitudes, pudieran labrarse
    su porvenir.

    La creación del Ministerio de Educación de la
    Nación posibilitó dedicar una gran actividad y los
    fondos necesarios, para encaminar y costear las diversas
    disciplinas escolásticas, científicas y técnicas.

    En cuanto a la
    organización sindical diremos simplemente que en 1945
    existían 500 sindicatos agrupados en 3 centrales obreras
    (Unión Sindical Argentina, C.G.T. Nº 1 y C.G.T.
    Nº 2) con 1 millón de afiliados. En 1955 existe una
    sola central obrera (C.G.T.), 2500 sindicatos, con más de
    6 millones de afiliados.

    Los trabajadores argentinos bien se lo merecen porque es
    lo mejor que el país tiene y precisamente por eso, porque
    son buenos y porque son los que todo lo producen. (Juan Domingo
    Perón).

    Reforma Constitucional De 1949

    En 1948, Perón señala la necesidad de
    reformar la Constitución Nacional a fin de adecuarla a
    los nuevos tiempos.

    En enero de 1949 se reúne, en sesión
    preparatoria, la Convención Nacional Constituyente, por lo
    que Perón expresa: "lo que quiere el pueblo es eliminar
    injusticias sociales."

    En marzo queda sancionada la nueva Constitución Nacional, cuyo texto incluye
    importantes modificaciones al espíritu liberal de 1853; se
    integran los Derechos del Trabajador, de la Familia, de
    la Ancianidad y de la Educación y la
    Cultura; se
    estipula que "la propiedad
    privada tiene una función
    social, y, en consecuencia, estará sometida a las obligaciones
    que establezca la ley con fines de bien común. Incumbe al
    Estado fiscalizador la distribución y la utilización del
    campo, e intervenir con el objeto de desarrollar e incrementar su
    rendimiento en interés de
    la comunidad,
    procurando a cada labriego o familia labriega
    la posibilidad de convertirse en propietario de la tierra que
    cultiva.

    El artículo 39, sostiene que "El capital debe
    estar al servicio de la
    economía nacional y tiene como principal objeto el
    bienestar social".

    El artículo 40 garantiza que "los minerales, las
    caídas de agua, los
    yacimientos de petróleo,
    de carbón, de gas y las
    demás fuentes
    naturales de energía, con excepción de los
    vegetales son propiedades imprescriptibles e inalienables de la
    Nación".

    En otro de sus artículos se posibilita la segunda
    presidencia de Perón, estableciendo la reelección
    presidencial".

    5. Doctrina
    Justicialista

    Las veinte verdades del justicialismo

    Como un catecismo justicialista se extractaron las
    verdades esenciales de nuestra doctrina, las que fueron
    leídas personalmente por mí el 17 de octubre del
    año 1950 desde los balcones de la Casa de Gobierno. Ellas
    son las siguientes:
    La verdadera democracia es
    aquella donde el gobierno hace lo que el Pueblo quiere y defiende
    un solo interés:
    el del Pueblo.
    El justicialismo es esencialmente popular. Todo círculo
    político es anti popular y, por lo tanto, no es
    justicialista.
    El justicialista trabaja para el movimiento. El que en su nombre
    sirve a un círculo o a un hombre o
    caudillo, lo es sólo de nombre.
    No existe para el justicialismo más que una sola clase de
    hombres: los que trabajan.
    En la Nueva Argentina el trabajo es
    un derecho, que crea la dignidad del hombre y, es un deber,
    porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que
    consume.
    Para un justicialista no puede haber nada mejor que otro
    justicialista.
    Ningún justicialista debe sentirse más de lo que es
    ni menos de lo que debe ser. Cuando un justicialista comienza a
    sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en
    oligarca.
    En la acción política de escala de
    valores de
    todo justicialista es la siguiente: primero la Patria,
    después el movimiento y luego los hombres.
    La política no es para nosotros un fin, sino sólo
    el medio para el bien de la Patria que es la felicidad de los
    hijos y la grandeza nacional.
    Los dos brazos del justicialismo son la justicia social y la
    ayuda social. Con ellos damos al Pueblo un abrazo de justicia y
    de amor.
    El justicialismo anhela la unidad nacional y no la lucha. Desea
    héroes, pero no mártires.
    En la Nueva Argentina los únicos privilegiados son los
    niños.
    Un gobierno sin doctrina es un cuerpo sin alma. Por eso el
    peronismo tiene su propia doctrina política,
    económica y social: el Justicialismo.
    El justicialismo es una nueva filosofía de la vida,
    simple, práctica, popular, profundamente cristiana y
    profundamente humana.
    Como doctrina política, el justicialismo realiza el
    equilibrio del
    derecho del individuo con el de la comunidad.
    Como doctrina económica, el justicialismo realiza la
    economía social, poniendo el capital al servicio de la
    economía y ésta al servicio del bienestar
    social.
    Como doctrina social, el justicialismo realiza la justicia
    social, que da a cada persona su
    derecho en función social.
    Queremos una Argentina socialmente justa, económicamente
    libre y políticamente soberana.
    Constituimos un gobierno centralizado, un Estado organizado y un
    pueblo libre.
    En esta tierra, lo
    mejor que tenemos es el Pueblo.

    La Tercera Posición Doctrinaria
    Para nosotros los justicialistas el mundo se divide hoy en
    capitalistas y comunistas en pugna: nosotros no somos ni lo uno,
    ni lo otro. Pretendemos ideológicamente estar fuera de ese
    conflicto de
    intereses mundiales. Ello no implica de manera alguna que seamos
    en el campo internacional, prescindentes del problema.

    Pensamos que tanto el capitalismo
    como el comunismo son
    sistemas ya
    superados por el tiempo. Consideramos al capitalismo
    como la explotación del hombre por el capital y al
    comunismo como
    la explotación del individuo por el Estado.
    Ambos "insectifican" a la persona mediante
    sistemas distintos. Creemos más; pensamos que los abusos
    del capitalismo son la causa y el comunismo el efecto. Sin
    capitalismo el comunismo no tendría razón de ser,
    creemos igualmente que, desaparecida la causa, se entraría
    en el comienzo de la desaparición del efecto.

    Esto lo hemos probado nosotros durante los ocho
    años de nuestro gobierno en que, el Partido Comunista en
    nuestro país, alcanzó su mínima
    expresión. Para ellos nos bastó suprimir los abusos
    del capitalismo procediendo por evolución en los sistemas económicos
    y sociales.

    Es indudable también que esta revolución
    reaccionaria, al destruir parte de nuestras conquistas y volver a
    los viejos sistemas, traerá consigo un recrudecimiento del
    comunismo en la Argentina. El comunismo es una doctrina y las
    doctrinas sólo se destruyen con otra doctrina mejor. La
    dictadura militar
    con su sistema de fuerza y
    arbitrariedad pretenderá destruir con la fuerza lo que es
    necesario tratar con inteligencia.
    Ni la policía, ni el ejército son eficaces en este
    caso. Una justicia social racionalmente aplicada es el
    único remedio eficaz y, los militares, entienden muy poco
    de esto. Menos entenderán aún estando como
    están en manos del más crudo reaccionarismo
    conservador y clerical.

    Nuestra doctrina ha elaborado consecuentemente con la
    concepción ideológica toda una técnica de lo
    económico y lo social, como asimismo en lo
    político.

    En lo económico abandonamos los viejos moldes de
    la "economía
    política" y los reemplazamos por la "economía
    social" donde el capital está al servicio de la
    economía y ésta al del bienestar social. En lo
    social el justicialismo se basa en la justicia social a base de
    dar a cada individuo la posibilidad de afirmar su derecho en
    función social. Se capitaliza al Pueblo y se da a cada uno
    la posibilidad de realizar su destino, de acuerdo a sus calidades
    y cualidades, dentro de una comunidad que realiza a sí
    mismo por la acción de todos. En lo político
    buscamos congruentemente, el equilibrio
    entre el derecho del individuo y el de la comunidad.

    Yo puedo afirmar que el pueblo Argentino es
    justicialista y que las conquistas alcanzadas no pueden ser
    destruidas por la reacción. Nuestra doctrina sólo
    podría ser superada por otra doctrina mejor y, en la
    reacción, no veo hombres capaces de construir nada
    permanente.

    En cambio creo que la lucha se ha desencadenado en el
    Pueblo argentino, a raíz del establecimiento de la
    dictadura
    militar oligarca clerical, será una tonificación
    para nuestro movimiento justicialista. La historia prueba que las
    doctrinas, para triunfar, necesitan ser combatidas. Ello las
    fortalece y las extiende. Si los cristianos no hubieran sido
    arrojados al circo, quizá el cristianismo
    no habría llegado al siglo XX.

    Nuestro movimiento es doctrinario. Podrán
    destruir nuestras estatuas y aun nuestras instituciones,
    pero, no lograrán neutralizar los sentimientos y la
    convicción de muchos millones de justicialistas
    convencidos, místicos y aun fanáticos.

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