1.
Introducción
2. La interpretación dualista
del hombre
3. La interpretación
hilemórfica del hombre
4. El misterio de la
persona
5. Individualismo y
colectivismo
6. Personalismo
dialogal
7.
Conclusión
¿Qué es el hombre?
¿Quién soy yo? ¿Cuál es el sentido de
la existencia humana?. Estos y otros interrogantes por el estilo
dominan todo el campo de la antropología filosófica.
Han sido en todas las épocas y en todos los
niveles de cultura, bajo
formas y medidas diversas, las inseparables preguntas del
hombre; y yo
no he sido la excepción a este tipo de
cuestionamientos.
Esta razón y por un afán de investigación que se abrió en mi
persona al
tocar este tema de la antropología, me han llevado a optar por
profundizarlo y presentar a continuación una exposición
de dicho tema que es el resultado de una exhaustiva investigación que he llevado a
cabo.
Principalmente he comenzado esclareciendo algunos
conceptos acerca de la antropología filosófica y de
la génesis del problema, y posteriormente he efectuado una
reseña sobre las interpretaciones de los distintos
pensadores, con sus ideologías y creencias sobre el hombre
concluyendo con el personalismo dialogal.
Antropología Filosófica
¿Qué es la antropología
filosófica?
Es todo intento de asumir la problemática
específica del hombre.
Se trata de intentos que pretenden aclarar, según
una reflexión metódica filosófica, el gran
interrogante que el hombre se plantea a si mismo:
¿qué significa ser hombre?.
En otras palabras es la disciplina que
toma al hombre como objeto de su investigación, en el
intento de aclarar y establecer en cierto modo su ser, los
aspectos fundamentales de su esencia o naturaleza.
También se le llama filosofía del hombre
ya que lo estudia desde el punto de vista del hombre, para
enunciar en que consiste el misterio del "ser hombre".
En este sentido la antropología se distingue
fundamentalmente de las diversas ciencias
humanas, ya que estas examinan al hombre sobre todo como objeto;
lo estudia además desde puntos de vista relativos o
sectoriales.
La filosofía antropológica, a diferencia
de las demás disciplinas estudia al hombre como sujeto
personal y en
su globalidad.
"Estudio global" significa que el hombre se presenta
como unidad original, de la que todos en cierto modo tienen
conciencia y que
se expresa en el interrogante ¿quién soy yo?
¿qué significa ser hombre? No se trata de fabricar
una fórmula en la que se encuentre enteramente encerrado
el misterio del hombre.
La intención general que caracteriza a la
antropología filosófica tiene múltiples
consideraciones:
El primer tipo de antropología tiene como punto
de apoyo el tema del animal racional. Considera al hombre como un
ser objetivo
perteneciente al mundo de la materia de la
naturaleza,
emergiendo de ella mediante su racionalidad.
Estas antropologías intentan comprender el
misterio del hombre partiendo de la vida
biológica.
Formas típicas de esta concepción
antropológica son por ejemplo la psicología de
Aristóteles.
El segundo tipo de filosofía antropológica
podría calificarse como antropología del
espíritu encarnado. El hombre es considerado como sujeto
personal que
toma conciencia de
sí mismo en el encuentro con los demás y con el
mundo de la naturaleza. Hace descubrir las raíces
corporales y encarnadas de la existencia.
Estos tipos son complementarios entre
sí.
Génesis del problema filosófico del
hombre:
Los interrogantes sobre la esencia del hombre y sobre el
significado de su existencia, tanto hoy como ayer, no nacen
primeramente de una curiosidad científica encaminada al
aumento del saber.
Los problemas
antropológicos se imponen por sí mismos y se
plantean por su propio peso. La antropología
filosófica no crea ni inventa los problemas del
hombre. Se los encuentra, los reconoce, los asume, los examina, e
intenta dar una respuesta que pueda iluminar la
problemática.
La problemática antropológica se asoma a
la vida de maneras muy distintas, que a continuación
agruparemos en torno a tres
temas:
Admiración y maravilla.
Frustración y desilusión.
Experiencia de lo negativo.
Admiración y maravilla:
La reflexión sobre las dimensiones fundamentales
del hombre pueden hacer de la maravilla y admiración
frente al universo o bien
frente al hombre y sus creaciones: por ejemplo admiración
ante la naturaleza, los mares, el genio artístico que los
hombres expresan en la música, la poesía,
la pintura, etc.;
admiración ante la amistad y
el amor, ante
una acción noble, etc.
También la experiencia religiosa puede abrir
horizontes de maravilla, ante el valor y el
misterio que se revela en la existencia humana y búsqueda
del centro misterioso.
La admiración expresa una actitud
contemplativa, orientada hacia el reconocimiento de la grandeza y
el misterio que hay en el hombre.
Frustración y desilución:
Algunas veces la problemática
antropológica no surge ante una contemplación
serena. Muchos viven absortos en sus empresas o en la
superficialidad de una vida de masa poco inclinada a la
reflexión. Solamente entran en sí en el choque con
la realidad, en la experiencia de la frustración, fracaso
o derrota.
El infortunio, un accidente, la muerte, la
guerra, el
genocidio…nos arrancan de la dispersión para ponernos
frente al problema del significado de mi propia
existencia.
El contraste entre lo que uno es y lo que le
gustaría o debería ser para ser plenamente hombre,
es una experiencia que nos invita a reflexionar y suscitar los
interrogantes de siempre:
¿Quién es el hombre?, ¿Quién
soy yo?, ¿Para que he nacido?…
Lo negativo y el vacío:
Muchos hombres intentan un planteamiento de la vida en
conformidad con una filosofía o una visión del
mundo y del hombre sin tener en cuenta las dimensiones profundas
y personales del hombre.
Esto, se verifica especialmente en las culturas
industrializadas. El hombre vive alienado como un numero de una
masa impersonal que lo explota sin tener en cuenta sus problemas
personales.
O bien corre detrás de valores
engañosos por una pérfida publicidad,
olvidándose de los verdaderos problemas.
Esto hunde al hombre dejando aparecer el vacío y
la nada.
La experiencia del vacío y la nada no es mas que
un modo negativo de protesta y de repulsa de una
civilización que debería servir al hombre , pero
que lo ahoga en sus aspiraciones mas profundas y
personales.
Albert Camus nos da una descripción cuando habla del hombre moderno
y dice:
"Resulta que todos los decorados se vienen abajo.
Levantarse, tranvía, 4 hs. De oficina o de
taller, comida, tranvía, 4 hs. De trabajo, descanso,
dormir, y el lunes-martes-miercoles-jueves-viernes-sabado siempre
al mismo ritmo, siguiendo fácilmente el mismo camino casi
siempre. Pero un día surge el ´¿por
qué?´ y todo vuelve a comenzar en medio de ese
cansancio teñido de admiración.
Comenzar, eso es importante. El cansancio esta al final
de los actos de una vida mecánica, pero inaugura al mismo tiempo el
movimiento de
la conciencia." *
2. La
interpretación dualista del hombre
Antropologías De Carácter
Dualista
Son antropologías que simpatizan con una
interpretación dualista mas o menos acentuada.
No se trata quizás de sistemas
antropológicos bien delineados, sino, mas bien de una
tendencia fuerte y persistente a minimizar y arrinconar los
aspectos unitarios. Mas que la unidad, es la dualidad lo que en
ello se pone en relieve.
El dualismo de platón:
El afirma que la autentica realidad del hombre es su
alma espiritual, divina e inmortal, que por una falla se encarna
como castigo en el cuerpo (cárcel, tumba). Ella transmigra
por diversos cuerpos hasta purificarse.
El alma se libera del cuerpo y retorna a su
prístino estado por
el
conocimiento.
"El alma es el hombre", como podemos comprobar con esa
afirmación, el cuerpo queda muy desvalorizado.
El hombre es por esencia una planta celestial, preexiste
al cuerpo, que se encuentra ahora, debido a una especie de culpa
original, desterrada y alienada en el cuerpo, de naturaleza
divina e inmortal, el alma espiritual tendrá que
purificarse y liberarse del cuerpo. Tendrá que
reencarnarse hasta que la purificación sea
total.
El acento principal en el dualismo platónico no
se encuentra en la división ontológica entre cuerpo
y alma, sino en el significado del cuerpo y de la materia en la
realización del hombre.
Platon recurre para indicar el puesto del alma
espiritual respecto al cuerpo y para subrayar la primacía
del espíritu y de los valores
espirituales, a la imagen del
barquero y la barca, en la cual el cuerpo aparece como una
prisión del alma.
No solo es necesario librarse de la cárcel de las
pasiones, sino incluso del conocimiento
sensitivo, ya que ambos nos impiden llegar a la verdad autentica.
Solo cuando la inteligencia
se separe del cuerpo podrá llegar a la
contemplación de la verdad.
El hombre será pleno al conseguir la
liberación del cuerpo.
Así, pues, el cuerpo y el alma son para Platon
dos realidades profundamente diversas, pero de hecho,
interdependientes.
Su preocupación consiste en subrayar que la
realización autentica del hombre no esta en el cuerpo, ni
pasa a través del cuerpo.
Plotino y los neoplatónicos están en la
misma línea pero con ciertos variantes. La biografía de Plotino,
comienza con la siguiente oración: "Plotino parecía
un hombre que se avergonzaba de existir en su cuerpo."
Descartes:
El ha influido mas que Platón en
la antropología moderna, con su dualismo "alma-pensamiento" y
"cuerpo-objeto".
Nos habla de un cuerpo regido por las leyes de la
mecánica, y un alma traducida y manifestada
en la conciencia y en el pensamiento.
Asimismo para el, el hombre es alma, la conciencia. En
ella la inteligencia
trabaja autónoma, partiendo de las "ideas innatas" que
descubre en si misma.
El cuerpo, radicalmente diverso, existe y funciona por
el movimiento
mecánico de los átomos. El cuerpo es la maquina del
alma.
Descartes, como punto de enganche entre la mente y el
cerebro, ubica el
alma en la glándula pineal, como en un puesto de comando
desde donde envía sus influjos al cuerpo.
Este dualismo cartesiano nos da una dualidad radical, un
cuerpo y alma. Descartes esta
mas bien preocupado del problema de las ciencias.
El cuerpo, radicalmente diverso del alma, es una
realidad que existe y funciona en virtud de unos principios
organizativos propios y puramente materiales. No
se necesita ningún alma para explicar el funcionamiento
del cuerpo. El cuerpo se explica sin el alma, sobre la base del
movimiento mecánico de los átomos, ya que el cuerpo
en el fondo no es mas que una realidad atómica, física,
extensa.
El alma espiritual llamada conciencia es una realidad
totalmente diversa del cuerpo.
Descartes afirma que el vinculo entre el cuerpo y la
conciencia no es ni mucho menos accidental, sino esencial, sin el
cual el hombre, no seria verdaderamente hombre.
Pero a esta conclusión llega Descartes al
final de su vida, ya que sintió una especie de necesidad
de una autocrítica con respecto a su dualismo.
Después de Descartes, el dualismo fue defendido
de forma mas explícita y rigurosa por Malebranche y
Leibniz:
Malebranche: intente absolutizar la distinción
entre cuerpo y conciencia. Intenta concebir el dualismo de una
forma radical.
Por un lado atribuye a los efectos del pecado original
ese poco de unidad que existe entre cuerpo y alma, por otro lado
nos da una teoría
poco filosófica como es el ocasionalismo: dado que el
pensamiento y la voluntad no pueden dominar directamente los
movimientos del cuerpo, es preciso apelar a Dios, que mueve el
cuerpo con ocasión de los pensamientos y de los actos de
la voluntad.
Leibniz: le va a reprochar el que exija un continuo
milagro.
El propone la teoría
de la armonía praestabilita, propone una armonía
que esta en la naturaleza misma sobre la base del acto creador,
propone un acuerdo natural entre dos sustancias como sería
el de dos relojes exactos, mientras que el ocasionalismo de
Malebranche sería un sistema de un
continuo vigilante que representa en el uno lo que pasa en el
otro, poco mas o menos como lo haría el hombre encargado
de poner continuamente de acuerdo dos malos relojes que por si
mismos fueron incapaces de ponerse de acuerdo uno con el
otro.
Pensadores dualistas modernos:
Hoy sostienen una concepción dualista
personalidades científicas como: J. Eccles, K.R. Popper,
W. Penfield, R. Sperry…
John Eccles (neurólogo y premio Nobel), reafirmo el
dualismo dando dos razones principales:
1° Es imposible hallar los soportes
biológico-neurológicos que servirían de
estructura
básica a ciertas actividades (conciencia, libertad).
Tampoco hay mecanismos cerebrales que expliquen la
interacción entre cuerpo y cerebro.
2° Es imposible justificar neurológicamente
la unicidad, identidad y
continuidad de la autoexperiencia del yo personal humano, desde
el principio al fin de sus días, toda vez que el cuerpo
cambia continuamente. Hay que admitir heterogéneo, la
mente autoconciente, creada directamente por Dios. Esta es la que
integra las señales que emiten los órganos
sensoriales en una percepción
consciente unitaria, en una imagen coherente,
y es también la única capaz de tomar una
decisión.Así se justifica la dignidad humana (la
libertad y la
responsabilidad personal en el comportamiento), la religiosidad y la creencia en
la mortalidad.
W. Penfield: también es dualista, y nos habla de
"la doble conciencia". Y nos dice que cuando el electrodo del
neurocirujano lo estimula, el paciente puede vivenciar un doble
flujo de conciencia: es consciente de estar en un
quirófano y a la ves de una secuencia retrospectiva de su
pasado. Puede además comentar con el cirujano la
yuxtaposición de ambos flujos. La mente del paciente en
esa situación solo puede ser una cosa enteramente aparte
de la acción neural refleja.
No existe una porción de cerebro que perciba y
distinga ambos procesos.
Los dualistas más radicales consideran el cuerpo
y el alma como dos realidades: la materia que esta al alcance de
las ciencias
naturales, y el espíritu, que es fuente de los hechos
y procesos
reales que experimentamos por introspección en nuestra
vida síquica específicamente humana. Son dos
sustancias heterogéneas, irreductibles la una a la otra:
el espíritu no puede surgir de la materia por evolución. Dos realidades que están
vinculadas exteriormente por el tiempo que dura
la existencia humana: unión accidental como la del
barquero con su barca; se unen en la "acción", que es un
"accidente".
Estas antropologías son numerosas y han influido
en toda la historia de la
Antropología occidental. El dualismo ha fascinado a muchos
por su sencillez esquematizante… Con todo a veces es
cuestión de acento: se insiste mas en la dualidad que en
los aspectos unitarios del hombre.
Dificultades Del Dualismo
Argumentos de dualistas tan serios como Penfield, Eccles
y Sperry, nos obligan por lo menos a admitir que hay en el hombre
algo cualitativamente distinto de la materia. Solo queda
averiguar si la lectura del
hombre que hace el dualismo responde a la realidad.
Descripción y análisis de los hechos.
Testiminio De La Conciencia
Tenemos certeza experimental inmediata, sin
razonamientos, de nuestra unidad sicofísica. Nadie acepta
"de hecho" que el otro, de carne y hueso, no sea realmente
él, persona
responsable, sino un cuerpo orgánico objetivo,
privado de humanidad, que lleva encerrado dentro un
espíritu (como un robot manejado).
No tenemos la experiencia de ser una conciencia
pensante, sino que nos percibimos espontáneamente como un
yo encarnado.
Si cada uno puede decir: "Yo pienso, yo estudio, yo
quiero"… la misma verdad puede afirmar: "yo camino, yo como, yo
oigo, yo aspiro un perfume".
Son funciones
distintas, unas espirituales y otras corpóreas; las
atribuyo al mismo y único yo,
intrínsecamente.
Esto no puede ser interpretado como si existiese en el
hombre una serie de actividades puramente corporales, y otra
serie puramente espiritual, unidas por el yo, que haría
como de puente. No se puede hacer una tabicación entre
actos que serían específicamente espirituales, y
otros que pertenecerían a una zona puramente sensible.
Todos nuestros actos están orgánicamente fusionados
en un único movimiento, a la vez sicológico y
fisiológico.
La cólera, por ejemplo, no es exclusivamente un
movimiento de la adrenalina o de la sangre, ni
solamente el deseo de venganza por el honor herido, sino ambas
cosas.
Nuestro pensamiento siempre va acompañado de
imágenes, y las imágenes
tienen un sustrato orgánico.
Insuficiencia Del Dualismo
La tesis del
dualismo rígido que pone en el hombre dos seres diversos
(materia-espíritu) no encuentra un fundamento suficiente
en la experiencia.
Ya Aristóteles observó que el dualismo
no explica nunca porque en el fondo el cuerpo y el
espíritu, dos realidades diversas y opuestas entre
sí quedan unidas en el mismo destino. ¿Por
qué el espíritu ha sido desterrado al cuerpo?. La
falta de fundamento de las interpretaciones estrictamente
dualistas aparece por otra parte en la confrontación con
la vida concreta. En la práctica no hay ningún
hombre que pueda poner radicalmente en duda la presencia del
otro. En el campo social y moral nadie
acepta de hecho que el otro en carne y hueso no sea
verdaderamente alguien, una persona responsable, sino solo un
cuerpo orgánico objetivo privado de humanidad.
Todo el orden cultural, social, político,
jurídico, esta basado en la aceptación concreta del
hecho de que ese ser orgánico en carne y hueso es real y
hombre.
Pero se supone que a pesar de estos defectos, el
dualismo seguirá fascinando a muchas personas por su
sencillez esquemática.
Hechos concretos:
Series de hechos que nos inclinan a rechazar el
dualismo.
"Las funciones
mentales parecen consumir más energías que
cualquier otra función
del cuerpo". El cerebro "solo pesa el 2% del total, la cantidad
de sangre que
necesita es del 15% y la de oxígeno
es del 20% del total.
Nuestro rendimiento mental es muy sensible a los cambios
metabólicos y hormonales. Una producción insuficiente de hormonas por
la glándula tiroides produce cretinismo. Hay drogas que
producen amnesia, otras facilitan el recuerdo. En situaciones de
"stress" no
podemos pensar correctamente.
Las lesiones cerebrales producen trastornos mentales. Si
resulta destruido el lóbulo frontal de un hombre, pierde
la capacidad de prever, quedando a merced de las
circunstancias.
"Si destruimos el área de Broca no podemos
articular el habla".Los estados de ánimo influyen en las
funciones biológicas. Las heridas de guerra curan
mas rápidamente en el ejército vencedor que en el
ejército vencido, y tarda aún mas su
curación en los prisioneros, por mas cuidados que se les
prodigue. Muchas enfermedades, la
hipertensión, el infarto de miocardio, el asma bronquial,
etc., tienen su origen en estados síquicos de ansiedad. No
se puede curar una depresión
o un malestar de origen sicológico sin tratar de recrear
un equilibrio
físico, practicando el Yoga, por ejemplo.
Como conclusión:
Lo innegable es que hay en el hombre una única
actividad humana, la cual es "unitariamente sico-orgánica
en todos, absolutamente en todos sus actos".
No es el alma sola la que piensa, ni solo el cuerpo el
que siente. El hombre es el que piensa, quiere, ama, siente, obra
y trabaja.
X. Zubiri, define al hombre como "inteligencia
sentiente", para indicar que su modo de ser se manifiesta
intelectivo y sensitivo al mismo tiempo, unitaria y
totalmente.
El hombre no "tiene" psique y organismo, sino que "es"
sico-orgánico. Tanto que es erróneo hablar de una
acción de lo síquico sobre lo orgánico y
viceversa.
Si hay una sola actividad humana, hay un solo ser
humano, porque el obrar es una manifestación.
Aún la expresión "tengo cuerpo", resulta
cuestionada." En cierto sentido, dice, es evidente que no "tengo"
cuerpo y alma, como quien tiene un reloj o una camisa, sino que
soy realmente somático y síquico. Porque mi "yo" es
un yo "corporizado".
No es la mano la que toma los objetos: yo tomo. No es el
ojo el que ve: yo veo.
3. La interpretación
hilemórfica del hombre
El dualismo no está equivocado por postular la
existencia del "alma", de la "mente" o del "espíritu",
sino por la forma en que concibe la relación
"alma-cuerpo", "mente-cerebro", "espíritu-materia". Ni
Popper, ni Eccles, ni Penfield yerran poe defender la realidad de
la mente, sino por su modo de entender la polaridad
"mente-cerebro".
A nivel filosófico, ya desde la antigüedad,
el dualismo fue combatido por figuras de primer plano, como
Aristóteles y Santo Tomás de
Aquino. Ambos proponen un "monismo sustancial": una sola
sustancia, pero dos principios. Ambos
afirman una dualidad no dualista y una unidad no
monista.
Aristóteles
Elaboró el "hilemorfismo", según el cual
todo ser material esta compuesto de materia primera y forma
sustancial, dos "principios" correlativos, que son distintas pero
no existen separadamente (co-existen).
Aristóteles figura entre los grandes difusores de
la unidad del hombre sobre su propio cuerpo.
Al principio se inclinaba hacia el dualismo,
compartiendo las tesis
antropológicas de Platón; así lo atestiguan
ciertos trozos de sus obras perdidas y los estudios
hechos.
Mas tarde, sobre todo en el "De ánima", ha
intentado elaborar una filosofía del hombre que superase
fundamentalmente al dualismo.
El hecho central es la comprobación de que el
hombre es un organismo viviente que lo tiene todo en común
con los demás vivientes. Respecto al gran reino de la vida
y del psiquismo, la vida humana no tiene que explicarse ante todo
como una realidad particular consistente en sí misma y
divina, sino como parte del propio psiquismo que esta difundido
por doquier fuera del hombre. Por lo tanto, el problema
tradicional de cuerpo y alma tendrá que ser considerado
ante todo a la luz de una
explicación general de los organismos vivientes. La
acusación fundamental que dirige Aristóteles a los
defensores del dualismo es que no han ofrecido nunca una
explicación del cuerpo, del organismo vivo, y que no han
aclarado porque un alma tiene que estar unida a un
cuerpo.
Los organismos vivos pueden explicarse
filosóficamente mediante la teoría general del
hilemorfismo: todo ser material esta compuesto de materia y de
forma. La materia no existe nunca sin una forma determinada; la
forma no existe mas que como forma de un determinado ser
material. Este esquema vale también para los seres vivos.
En vez de hablar de materia y de forma, él acude a hablar
de cuerpo y alma. La forma substancial de un organismo vivo se
llama psiche o alma; el cuerpo es la materia viva e informada por
la psiche.
El término cuerpo puede tener dos significados en
Aristóteles:
A veces el cuerpo indica propiamente la materia que
entra en el organismo y es informado por el alma(forma del
viviente);
otras veces por el contrario, indica con la palabra
cuerpo directamente el organismo vivo (materia mas
forma).
Para ser lógico, Aristóteles
debería haber hablado de materia y alma: el alma informa a
la materia y da de este modo origen a la existencia de un cuerpo;
el cuerpo es materia informada.
Vemos que la palabra cuerpo, soma, va a designar dos
cosas diferentes:
Individuo concreto
existente a quien se puede señalar con un dedo, es un
cuerpo, una sustancia.
Materia que entra en la composición o constitución de ese compuesto que es el
organismo o cuerpo vivo.
En esta interpretación de las cosas el problema
de las relaciones entre cuerpo y alma queda totalmente eliminado,
ya que la materia y el alma no existen nunca como seres
independientes. No son cosas ni seres, sino aspectos de un mismo
compuesto viviente. Aristóteles nos dice con esto que un
cuerpo organizado esta compuesto por una materia y por un alma
que informa esa materia.
Aristóteles quiso explicar así los cambios
sustanciales:
El maíz que
un pollo come se convierte en su carne, el maíz no se
aniquila para dar paso a la carne, sino que se trans-forma, es
decir cambia de "forma sustancial". A través de los
cambios algo permanece: es la "materia primera", indeterminada,
va adquiriendo sucesivas determinaciones, diversas
"formas".
Esta interpretación no hay que entenderla como
materialista. Aristóteles rechaza el materialismo
atomista de su época. El alma no puede reducirse a la
armonía entre las partículas de la materia. Sin
embargo en lo que respecta al hombre, la estrechísima
unidad e inseparabilidad del cuerpo y alma ha sido para los
discípulos de Aristóteles el motivo de la
negación de la inmortalidad del alma.
Por llegar a una explicación suficiente de la
unidad del hombre, Aristóteles no logró nunca
concebir radicalmente hasta el fondo la unidad del hombre. En su
análisis de la existencia él
encuentra al nous, a la inteligencia activa. Para actuar no tiene
necesidad del cuerpo ni de las funciones corporales. Por lo
tanto, no es posible considerar al nous como simple
expresión de las funciones orgánicas o como una
parte del alma. El nous parece ser distinto del alma, ya que
viene al hombre de fuera, "de la puerta", tiene un
carácter divino. El nous puede existir sin cuerpo, por lo
tanto es inmortal, mientras que el alma ligada al cuerpo no puede
existir separadamente.
Santo Tomás de Aquino, recogiendo la
visión Aristotélica, insiste en el hecho de que hay
en el hombre una doble unidad de cuerpo y alma: unidad de
naturaleza y unidad de ser.
Unidad de naturaleza en cuanto que el hombre
actúa como una sola naturaleza humana.
Unidad de ser en cuanto que cada hombre es solamente un
ser singular.
Por lo tanto, el cuerpo y el alma espiritual no existen
como dos seres, ni el hombre puede concebirse como la
unión de dos seres que existen en un primer instante por
cuenta propia.
Hay en el hombre una sola alma, una forma substancial
responsable de todas las perfecciones que se manifiestan en el
hombre, desde los deseos elementales de comer hasta el amor mas
sublime. Por eso, el cuerpo humano
existe como cuerpo humano
recibiendo tanto la existencia como la dignidad del alma
espiritual.
Tampoco aquí, como en la filosofía de
Aristóteles, llega a concebirse siempre radicalmente la
unión del hombre. Tanto en el campo de la moral como
de los textos mas específicamente teológicos, el
dualismo sigue estando presente y se hace sentir.
Esto se debe al hecho de que en muchos textos se
presenta al alma espiritual en primer lugar como un
espíritu de orden inferior, creado directamente por Dios y
que necesita apoyarse en una realidad corpórea.
Después de la muerte ese
alma espiritual puede existir como alma separada, ya que es
incorruptible. De todas formas esa existencia es contraria a su
naturaleza, ya que el alma humana ha sido creada para animar a un
cuerpo.
Santo Tomás De Aquino
Tomás de Aquino, retomando la visión
aristotélica, insiste en que hay en el hombre una unidad
en la acción y en el ser, unidad que exige que concibamos
"cuerpo" y "alma" no como dos seres, sino dos principios
correlativos: "materia primera y forma sustancial", dos
principios internos de la unidad y totalidad humana.
No hay en el hombre mas que una forma sustancial, "alma
espiritual", fuente de todas las perfecciones y de todo el
dinamismo humano.
Diríamos que el alma comunica a la materia el
poder de
participar en las actividades espirituales.
El Argumento De Aristóteles
El argumento de Aristóteles, el de los cambios
sustanciales, entró en crisis. Hoy
sabemos que las diversas sustancias resultan de una diferente
disposición de los elementos últimos
(átomos-moléculas). Se prefiere partir de otra base
para afirmar la composición "hilemórfica" de los
cuerpos: se parte de la multiplicación de individuos
idénticos en el seno de una misma estructura
específica o genérica.
Todo individuo tiene algo que lo hace "este", lo
aísla, lo separa, localizándolo en el espacio y en
el tiempo.
También tiene aquello que lo define, que lo que
hace ser "tal": su "estructura profunda".
Pues bien, lo que hace que dos objetos, que en su
estructura son idénticos, sean dos, sin confundirse, es la
"materia primera".
La estructura es siempre universal, repetible, es la
"forma sustancial".
El ser físico es un ser compuesto de dos
principios, dos raíces metafísicas: el principio
que lo hace ser "este" es distinto del que lo hace ser
"tal".
Materia primera y forma sustancial no existen
separadamente, son co-principios, co-existen.
En el hombre el cuerpo vivo es un compuesto de "materia
primera" y "forma sustancial". La "materia primera" es la
raíz metafísica
de su materialidad espacio-temporal y de la materialidad de todas
sus actividades; la "forma sustancial" es el alma, el
"ánima" que "anima" la materia primera, le comunica el
"ser", y es la razón última de todas sus
perfecciones y actividades.
El alma no es el motor del cuerpo,
es el factor estructural del hombre.
¿A que llamamos "cuerpo" en
filosofía?
El hilemorfismo que admite la dimensión
espiritual del hombre, nos invita a no identificar cuerpo con
materia, y alma con espíritu, como si fueran dos
realidades que tuvieran consistencia en sí, aisladamente.
No son dos cosas o seres yuxtapuestos, sino dos principios o
raíces metafísicas del ser humano
único.
"Lo que llamamos "cuerpo" es ya materia animada.
Considerar el cuerpo como una realidad física, de
consistencia propia, como un conglomerado de moléculas
puestas al servicio de un
alma invisible, oculta dentro de el, es hacer una mezcla de
dualismo y biología, y convertir
el cuerpo en una cosa, en un elemento puramente pasivo, en una
maquina manejada por el ángel."*
Nuestro cuerpo vivo no es pura materia, sino materia
primera informada por la forma sustancial espiritual, por el
alma. Esta, a su vez, no es puro espíritu, sino
espíritu destinado a "animar" la materia
primera.
*Gastaldi Italo, "El hombre un misterio".
El alma, por ser forma hace surgir al hombre, lo que le
hace ser lo que es y por eso se expresa en el cuerpo del
hombre.
El cuerpo para existir y vivir, exige el alma, y el
alma, para ejercer sus funciones, exige del cuerpo ya que tiene
que "in-corporarse".
La teoría de la unión sustancial, explica
el carácter "bifaz" de todas las vivencias del hombre,
ningún fenómeno espiritual se puede producir
naturalmente sin la mediación de los sentidos y el
cerebro.
También anula el problema planteado por Descartes
de cuestionar ¿Cómo puede un ser espiritual actuar
sobre la materia? Porque el alma, por naturaleza , esta unida a
la materia primera, constituyendo así el cuerpo humano, no
hay un ser del alma independiente del cuerpo que influya en el,
ni un ser del cuerpo dotado de consistencia al margen del
alma.
Por no haber entendido esto dicho, es que muchos cayeron
en el dualismo, convirtiendo en un ser o una cosa visible
(cuerpo), lo que solo es raíz metafísica invisible
del ser (materia primera). A su vez, cosificaron el alma y hasta
hacerle posible una existencia separada, cuando en realidad solo
existe el hombre, que es todo alma y todo cuerpo, ya que la
distinción es solo de orden metafísico.
Hoy en día, ha surgido una concepción
análoga al hilemorfismo: el funcionalismo o
isomorfismo funcional.
Nos dice que la forma en que actúa un determinado
sistema no
depende tanto del "barro con el que esta hecho" (células
vivas, energía espiritual…), como del modo como ese
material básico está estructurado, organizado, lo
que importa es la estructura, la forma de esa materia. Un ejemplo
sería: en los vivientes no son los materiales
bioquímicos los productores de novedad, sino su diversa
distribución y organización. La relación entre
cuerpo-mente es similar a la que existe entre soporte material
(hardware) y
organización sistemática o lógica
(software).
¿A qué llamamos
espíritu?
Lo percibimos como un principio de acción, como
la fuente de nuestras actividades superiores.
Podemos ver en el hombre la unificación de
diversos niveles, estructurados y centralizados.
Diversos niveles de los seres vivientes:
En las plantas, las
partes integrantes están al servicio del
todo, hay una especie de con-centración;
En los animales, hay una
mayor concentración y almacenamiento de
impresiones. A esto lo denominamos "acción inmanente", una
acción que parte del sujeto y permanece en él
perfeccionándolo;
En el hombre, se llega a la reflexión, a la
autoconciencia: es un ser que goza de autopresencia y
autodeterminación o libertad del propio obrar.
El nivel superior integra los inferiores. Este ultimo es
el espíritu, el yo, el centro consciente coordinador de la
actividad humana. En el residen los valores
artísticos, éticos y religiosos que llamamos
espirituales y que son objeto de intuición mas que de
razonamiento.
El hecho de estar en si no convierte al espíritu
en una conciencia cerrada, la persona es la única para la
creación, es un ser abierto a los demás seres y a
las demás personas.
Esta realidad hace que el hombre no se sienta una cosa
mas entre las cosas, sino que se considere a si mismo como ser
inteligente y libre, como centro de perspectiva al que
están referidas las cosas.
Cuerpo Y Alma
Podemos hablar de alma y cuerpo, sin entender
éstos términos en un sentido dualista.
Tanto el alma como el cuerpo indican a todo
hombre.
"El cuerpo" expresa que la persona humana es
también realmente organismo vivo, que realiza su propia
existencia a partir del organismo, revistiéndolo de
significado humano. El término "alma" indica que todo el
hombre en cuanto que, realizándose en el cuerpo, no se
identifica con él.
Sin embargo el concepto "alma"
requiere una explicación ulterior, dada la multiplicidad
de significados con que se utiliza.. El antiguo significado de
alma indicaba el principio de animación, esto es, el
principio formal (forma sustancial) que determina la finalidad
biológica. Los viejos filósofos hablaban del alma de las plantas y del
alma de los animales,
así como del alma humana. El alma sería pues el
principio no-material (lo cual no quiere decir espiritual o
inmortal) de las diversas manifestaciones de la vida (considerada
como realidad única articulada).
Hoy la biología no usa ya
este concepto. Los
filósofos tampoco hablan ya
específicamente del alma de las plantas o de los animales.
Pero puede seguir diciéndose que el cuerpo está
"animado" en el sentido de que el organismo humano no existe mas
que como parte del ser personal, y que la persona se expresa y se
realiza en el cuerpo y a través de él.
En la psicología
empírica el término alma indica con frecuencia el
conjunto de manifestaciones y de fenómenos
psíquicos. Entonces el concepto pasa a ser operativo y
práctico, sin ningún contenido específico
filosófico, aunque originalmente relacionado con una
visión filosófica que reducía el alma humana
a la suma de sus expresiones (psicología sin
alma).
Muchas veces el término alma se usa como
indicación del hombre en cuanto yo inobjetivable, fuente
de pensamientos y de acciones
personales. Preguntar si el hombre tiene un alma significa
preguntar si las diversas manifestaciones psíquicas son
simplemente un aglomerado de fenómenos concretos e
impersonales (Locke, Hume), o bien la expresión de un
sujeto personal, permanente e idéntico a si mismo en la
multiplicidad de sus expresiones.
Finalmente el término alma, sobre todo en
el lenguaje
teológico y religioso, indica la relación
constitutiva entre el hombre y Dios. No se detienen entonces los
autores a afirmar la no-reductibilidad de la persona al cuerpo,
sino que subrayan que cada persona ha sido creada directamente
por Dios. Decir que el hombre "tiene un alma" equivale a decir
que toda persona es alguien frente a Dios creador; se expresa
entonces su carácter creatural. O bien, la
expresión "tener un alma" (expresión criticable por
otra parte, ya que el término "tener" no se aplica de
ninguna forma al alma) indica la inmortalidad personal. "Pensar
en el alma" significa pensar en la dimensión religiosa,
esto es, en la relación con el Dios creador y salvador.
"Salvar el alma" es poner en primer lugar la relación
concreta y religiosa con Dios.
El sentido mas adecuado y mas conforme con la
antropología es el que se le da al alma como
indicación del hombre en cuanto ego irreductible que se
expresa y se realiza en el cuerpo; el hombre en cuanto fuente de
actividades libres y personales.
Página siguiente |