10. Las Pruebas de la
Libertad y el
Determinismo
Una vez que se ha estudiado a libertad en su
esencia, en sus diferentes tipos y en su realización
limitada, es necesario reflexionar sobre el fenómeno y
obtener cuáles son las razones por las que afirmamos que
el hombre es
libre. Estas razones son las siguientes:
- Cada persona tiene
conciencia
de su propia libertad. En cualquier momento puede verificar
experimentalmente que en realidad posee la capacidad de escoger
una dirección u otra, y que de hecho escoge
una de ellas por propia determinación. Este hecho es
innegable. - Si se reflexiona sobre los obstáculos de la
libertad ¿sería posible que se experimentaran
obstáculos y limitaciones de la propia libertad, si
ésta en realidad no existiera?. Una persona se
puede experimentar en sí misma en dos situaciones
diferentes: en la primera se capta con el poder de
autodeterminarse, pero en la segunda se capta limitada por los
obstáculos ya descritos. En el primer caso experimenta
un cierto poder de
elección, y en el segundo no, pues se siente dominado,
determinado, por fuerzas que en ese momento son invencibles. Es
por eso, que esa diferencia, ese poder, que es innegable,
constatable, limitable, y que no es el producto de
ninguna teoría abstracta, es justamente la
libertad o poder de autodeterminación.
Contradiciendo todo lo relacionado a la existencia de la
libertad está el fenómeno del determinismo, el cual
niega la existencia de la libertad como tal, ya que aunque los
hechos no se pueden negar, el hombre ha
sufrido una ilusión desde el momento en que ignora las
causas ocultas de su propia conducta.
Ingenuamente, aseguran pensadores de ésta corriente, se
cree que elegimos libremente cuando no se tiene conciencia de las
causas más profundas de nuestra conducta.
La tesis central
del determinismo es la de que el hombre ya
está fijado o "determinado" en cierta dirección por diferentes causas que
desconoce en el momento mismo y que, por tanto, su
decisión "libre" sólo sigue siendo de nombre. Los
principales expositores de esta corriente fueron: Leibniz,
Spinoza, Freud y Skinner. Cada
uno con su tesis sobre el
comportamiento
del hombre.
Existen otros tipos de determinismo además de los
expuestos por los pensadores mencionados anteriormente,
éstos son el Determinismo Biológico y el
Sociológico, que sostienen la existencia de otras fuerzas
rectoras de la conducta humana
como pueden ser la programación genética y
la coerción social.
Según hemos visto la Libertad es una de las
principales condiciones para que un acto pueda ser calificado
como un acto humano propiamente dicho (ya que solo en los actos
humanos interviene la inteligencia y
la voluntad). También la Libertad ha quedado definida como
una "autodeterminación axiológica", o sea, que los
valores
morales sólo son alcanzados cuando una persona ejecuta
su conducta en pleno uso de sus facultades de conocimiento y
de voluntad. El ejercicio de la Libertad, en la medida en que
incorpora valores en el
momento de la elección, es la raíz de la
superioridad de un acto humano y de su valor moral.
11. El Valor
Moral
En los capítulos anteriores se han analizado los
actos humanos desde el punto de vista de su libertad, ahora se
verá el aspecto de la bondad o maldad de ellos que es el
objeto formal de estudio de la Ética.
- La Esencia de la Bondad en general. Podemos
aproximarnos a la esencia de la bondad por su paralelismo con
la verdad Así como la inteligencia
está hecha para la verdad, la voluntad está hecha
para la bondad. Es por esto qué se dice que el objeto
propio de la inteligencia es la verdad y que, similarmente, el
objeto propio de la voluntad es la bondad. Se trata de las dos
tendencias fundamentales del ser humano (inteligencia y
voluntad); cada una de ellas está dirigida a estos dos
valores en
particular (verdad y bondad). Existen dos tipos de
bondad.
- La bondad ontológica, que existe en cualquier
objeto en tanto que se presenta como atractivo para la
voluntad. - La bondad moral es un
calificativo referido a los actos humanos cuando éstos
llenan las condiciones especificadas por la Ética. A
esta ciencia le
compete el estudio de las cualidades requeridas para que un
actos pueda ser considerado poseedor del valor moral, es decir,
como bueno o como malo moralmente hablando.
- La esencia del Valor en general. La esencia del valor
está en la preferibilidad de un objeto, es decir, en una
cualidad que logra atraer la atención y la inclinación de las
personas que lo perciben, es pues, una especie de imán
que poseen algunos entes, gracias al cual una persona dice
preferir ese objeto. Tenemos pues, Valor es todo ente en cuanto
que guarda relaciones de adecuación con otro ente (en
este caso el ser humano) . El valor reside en las cosas, y
consiste en una cualidad por la cual esas cosas son preferibles
al hombre, a sus facultades, a su naturaleza.
Los valores
son tales porque guardan una relación armoniosa con el
ser humano. El valor es todo ente en cuanto qué guarda
una relación armoniosa con el ser humano. La diferencia
principal entre bien y valor está en la mayor
extensión de este último. El bien es un valor, al
igual que la verdad, la belleza y la virtud. Y el
término valor es un género
donde entran las especies antes mencionadas. - La Esencia del Valor Moral. Una de las respuestas
más claras y prácticas es la que propone a la
naturaleza
humana como el fundamento de la moralidad. Ser moral significa
actuar conforme a las exigencias de la naturaleza humana. Quien
reflexione sobre la naturaleza humana, descubrirá
allí algunas exigencias, que son la base de los derechos y las obligaciones
de todo hombre, tales como el derecho a la vida, a la verdad, a
sus propiedades, etc. Uno de los criterios fundamentales en lo
que a moralidad se refiere es la recta razón. Se
entiende por recta razón como la inteligencia humana en
tanto que actúa por sí misma, sin desviaciones
provocadas por las pasiones, los instintos o algún
interés personal. Quien
actúa conforme a la recta razón, determina
cuáles son sus exigencias propias de la naturaleza
humana que en ese momento le conciernen. De acuerdo con lo
anterior, una persona con valor moral es aquella que
actúa en la misma línea de sus tendencias y
exigencias como ser humano. Ser moral es equivalente a ser
más hombre (independientemente del sexo), ser
más humano, apropiarse de las cualidades que pertenecen
por esencia a su propia naturaleza humana. El valor moral lo
puede adquirir una persona cuando realiza una norma moral y
mejor también, cuando ejerce una norme ética. Lo
esencial en la conducta moral está en la libertad guiada
por valores superiores. - Descripción del Valor Moral. La Esencia del
valor moral es la congruencia de la conducta con la naturaleza
humana, pero esta esencia resulta muy general y poco aplicable
así que es conveniente mencionar algunas características propias de este
valor:
- El valor moral perfecciona a las personas en cuanto a
tal, en tanto que los demás valores perfeccionan al
individuo en aspectos parciales o periféricos, el valor moral se enclava en
el núcleo de la identidad
personal. - La persona con valor moral es todo lo contrario al
sujeto mezquino, egocéntrico interesado exclusivamente
en su propio bienestar. - La Persona con moral manifiesta y contagia una
felicidad que surge de su propia interioridad, del
núcleo de su identidad
personal. - La persona con valor moral manifiesta una triple
armonía: Su conducta es congruente con lo que piensa y
lo que dice. No hay autoengaño ni falsas posturas hacia
los demás. Y los tres niveles: pensamiento,
palabras y acciones,
expresan lo mismo, la naturaleza que se está realizando
en forma armoniosa. - La Persona que actúa con un nivel moral
positivo tiene puesta su atención en valor moral
intrínseco del acto que ejecuta y no del beneficio
personal que le traerá este. - Un acto honesto es una acción que posee un
valor intrínseco y, además, se ejecutan dentro de
una actitud de
benevolencia, desinterés y generosidad que procede del
núcleo de identidad personal del individuo.
- El Relativismo Moral. Es la postura moral que
sostiene la falta de objetividad de los valores
y, por lo tanto, la ausencia de un fundamento objetivo y
universal de sostener un criterio moral determinado.
Según esto cada persona crea sus propios valores y, en
consecuencia, es imposible hablar de un criterio moral
único que rija por igual a todos los seres
humanos. - El Amoralismo. El sentido correcto de la palabra
amoral es le etimológico; sin moral, independiente de
la moral,
carente de valor moral. A este plano corresponden los actos del
hombre que permanecen en un plano inferior al de los actos
humanos. Pero en la actualidad se ha tergiversado, ya que basta
que una persona se declare autónoma o indiferente a las
leyes morales
para que indebidamente se calique a si misma como amoral. El
calificativo obviamente es incorrecto, ya que sigue ejecutando
actos humanos (utiliza la inteligencia y la voluntad), por lo
tanto no son actos amorales, sino morales, ya sean con signo
positivo o negativo. En si el término amoral corresponde
a los actos del hombre y a las ciencias y
técnicas que ha creado. Por ejemplo:
la ciencia
en cuanto a ciencia es
amoral ya que la ciencia
es un conjunto de verdades objetivas, frías y racionales
acerca de la naturaleza de las cosas y las personas, permanece
en un plano que no toca lo moral.¿qué valor se le
puede asignar a la ley general del
estado
gaseoso?. Sin embargo en el caso del científico,
él y su conducta, aunque son libres, son susceptibles de
los cánones de la Ética. Este científico
puede alcanzar un enorme valor moral en sus investigaciones, aun cuando la ciencia en
sí misma sea amoral.
El valor se puede referir como todo objeto en cuanto
qué guarda relaciones de adecuación con otro
objeto. Esto significa que cualquier objeto puede ser valioso,
todo depende de su armonización con otras cosas. Dicha
armonía o integración no depende de que el sujeto la
capte o no; el sujeto no crea esa armonía, sino que se da
mucho antes de que el sujeto la descubra y la observe. Esa es la
base de la objetividad de los valores. Además, un valor
tiende siempre hacia dos polos,, dado que la adecuación o
armonía entre dos cosas puede tener, incluso grados o
gamas entre los dos polos que suelen considerarse, esta es la
base de la bipolaridad. Además los valores poseen otra
característica, son preferibles, es decir,
muestran un cierto atractivo a las facultades humanas. Los valore
también son trascendentes, es decir, los objetivos
valiosos no agotan el concepto o
esencia del valor que entrañan, esta es la diferencia
entre valor y bien. Una última característica de
los valores es que son jerarquizables , es decir, todos ellos,
guardan entre sí un cierto orden en relación con
las preferencias y características del ser
humano.
Decir que los valores son objetivos
equivale a decir que éstos existen en la realidad
independientemente de que éstos sean conocidos o no. En
cambio afirmar
la subjetividad de un valor quiere decir que los valores son
creados por el sujeto. Esta objetividad y subjetividad son
mutuamente excluyentes sino que normalmente se complementa ya que
puede ser que mientras existe una relación de
adecuación entre dos cosas (la objetividad del valor), en
este caso la persona y el objeto, es también posible que
esta persona añada por su cuenta (subjetividad) un
elemento de preferibilidad al mismo objeto. Normalmente a esa
parte subjetiva del valor se le conoce como valorización,
que muchas veces es confundida con el valor. El valor es objetivo, ya
que se da independiente del conocimiento
que se tenga o no de él, en cambio la
valorización es subjetiva ya que depende de las personas
que juzgan; aún así para que una
valorización sea valiosa, debe tener un poco de
objetividad, es decir, necesita basarse efectivamente en los
hechos reales que se están juzgando y no ser un producto de
conductas viciosas o circunstancias desfavorables del que
juzga.
13. La Bipolaridad de los
Valores
Cuando hablamos de valores se puede notar una
característica peculiar, siempre se consideran en pares,
por ejemplo: belleza y fealdad, verdad y falsedad, bondad y
maldad. Ahora bien en la mente humana podemos detectar varias
escalas que utiliza ésta para referirse al tema de los
valores, aun cuando siempre van de un polo superior hasta otro
inferior y viceversa, en el fondo se vislumbran diversas estructuras
noéticas con las cuales nosotros catalogamos y damos peso
a esos dos polos y además ordenamos los valores
intermedios entre los dos puntos extremos.
Estas escalas, por su parecido con las escalas
numéricas, se denominan de la siguiente manera:
- La Escala Bipolar.
Es la más sencilla de todas. Esta escala
considera solo dos calificativos, dos extremos opuestos, uno
positivo y otro negativo, por ejemplo: verdadero y falso, vida
y muerte,
aceptado o no aceptado, etc. - La Escala de múltiples valores positivos y
negativos. Esta escala considera además de los dos
polos, la posibilidad de que existan matrices
entre los dos extremos. Se puede comparar con la escala
algebraica que utiliza el cero y a partir del cual se dan
números positivos hacia arriba y números
negativos hacia abajo. Esta escala siempre promueve el nivel
positivo, más y más cualidades, más
riqueza, más belleza. La ventaja enorme de esta escala
con respecto a la primera consiste en que en esta si se admiten
matrices, lo
cual proporciona a la mente una facilidad para emitir sus
juicios de valor y se sale del encasillamiento de la
bipolaridad pura. - La Escala de la normalidad central. Esta escala es un
poco más sofisticada, ya qu además de considerar
los dos polos y las matrices de valores, pone el peso
axiológico en el centro de dicha escala, es como la
campana de Gauss, esta es como una parábola, por lo
tanto en su extremo más alto se expresa el mejor valor y
así va decreciendo hacia la izquierda y a la derecha, es
ahí donde se manejan los número negativos y
positivos. Entonces tenemos que se concibe lo normal como un
valor en el centro y lo anormal como valores hacia la derecha y
hacia la izquierda. Hay que recordar que en caso de los valores
en estas escalas, estos no se tratan de números, esta
escala es una simple analogía, pero muestra con
claridad de que manera se conciben algunos valores. - La Escala del cero absoluto. Esta es la más
difícil de captar y de aceptar, proviene de la
Filosofía escolástica, y es comprable a la escala
termométrica de Kelvin que considera el cero absoluto en
el punto inferior, de tal manera que toda graduación es
de números positivos. En esta escala no hay
números negativos y ésta es la tésis que
sostiene esta Filosofía, tesis que normalmente produce
un fuerte rechazo cuando se oye por primera vez. A la gente le
cuesta entender que alguien sostenga la no existencia de
valores negativos y la inexistencia del mal. Para la
Filosofía escolástica el mal es una
privación del bien, es decir, el mal como tal no existe,
sino lo que existe es una ausencia del bien. La
privación es eso, la ausencia de algo que debería
existir.
14. La Preferibilidad de
los Valores
Esta propiedad es
el mismo corazón
del valor. Consiste principalmente en esa particularidad por lo
cual los valores atraen la atención hacia sí mismos
la atención, las facultades y, en especial, la voluntad
del hombre que los capta. Cuando el hombre se encuentra enfrente
de varias cosas, este prefiere las que encierran un
valor.
Esta característica de atracción surge
ante la imperfección que muestra el ser
humano y la necesidad que tiene éste de eliminarla,
complementándose con otros objetos, otros entes que de
alguna manera llenan o satisfacen su hambre de desarrollo y
de plenitud. A partir de esta polarización: el atractivo
de los valores por un lado y l precariedad humana por el otros,
el valor se ha convertido en el satisfactor normal de la
naturaleza humana imperfecta y necesitada. El valor es le
alimento del ser humano como tal, es el ente que se adecua a la
naturaleza humana dada su calidad de ente
en desarrollo y
evolución. Captar los valores es lo mismo
que reconocer el alimento adecuado la propia naturaleza, a las
propias facultades necesitadas de algún complemento que
las satisfaga.
Pero existe una situación precaria en la
naturaleza humana, la ceguera axiológica, es decir la
incapacidad para reconocer por sí mismo cierto tipo de
valores. Nos muestra que el hombre requiere un desarrollo
especial para poder captar ciertos valores. Cuando se nace se
tienen instintos y necesidades, por lo la persona busca
instintivamente los bienes que lo
satisfacen, pero con el tiempo se va
desarrollando y empieza a encontrar y apreciar poco a poco otros
valores, que antes le eran indiferentes. Con la educación y la
cultura, un
individuo aprende a reconocer y apreciar valores cada vez
más refinados. Pero sin esa educación y cultura, el
horizonte axiológico del individuo se queda limitado, y
aunque él quiera no podrá aprecia cierto tipo de
valores como por ejemplo la belleza artística, ya sea en
la música,
en la pintura o en
la literatura.
Esto tiene mucho que ver con la situación en que se
encuentre cada individuo, no todos nos cultivamos por
igual.
Pero es peor la ceguera axiológica en el plano de
lo moral, ya que el adulto que no tiene la capacidad de captar y
apreciar el valor de la virtud, que no encuentre la diferencia
entre lo malo y lo bueno, sufre de una verdadera privación
y no de una simple negación. Es por ello que debe existir
una educación axiológica en el que al niño
se len todos los elementos para crearle un ambiente en
donde pueda asomarse a los valores que le van a proporcionar la
satisfacción de una naturaleza normalmente en crecimiento
y en busca de plenitud. Es importante orientar su motivación
axiológica hacia los valores que lo motiven sin perjudicar
a nadie más.
Otros de los aspectos por los cuales los valores son
preferibles es por su trascendencia, trascender significa estar
mas allá; por lo tanto; este término nos indica que
los valores sólo e dan con perfección mas
allá de este mundo, no aquí. Y al buscarlos
nosotros y aceptarlos como una guía en nuestros actos,
nosotros trascendemos con ellos.
15. La Jerarquización
de Valores
Existe una gran cantidad de valores, pero pueden ser
ordenado dentro de una jerarquía que muestra la mayor o
menor calidad de dichos
valores comparados entre sí. Es claro que no es igual lo
material que lo espiritual, lo animal o lo intelectual, lo humano
o lo divino, lo estético o lo moral.
Por lo tanto para dicha clasificación
utilizaremos el criterio de que el valor será más
importante y ocupará una categoría más
levedad en cuanto perfeccione al hombre en un estrato cada vez
más íntimamente humano. Entonces de acuerdo con
este criterio tenemos que los valore se pueden clasificar
en:
- Valores Infrahumanos. Son aquellos que perfeccionan
al hombre en sus estratos inferiores, en lo que tienen en
común todos los seres, aquí se encuentran valores
como son el placer, la fuerza la
agilidad, la salud, etc. Todos estos
pueden ser poseídos por las mismos seres. - Valores Humanos Inframorales. Son todos los valores
humanos, aquellos que son exclusivos del hombre, que
perfeccionan los estratos que sólo posee un ser humano,
como lo son:
- Valores económicos. como la riqueza, el
éxito, todo lo que expansione la propia
personalidad (valores
eudemónicos) - Valores noéticos. Son los valores referentes
al conocimiento, como la verdad, la inteligencia, la
ciencia. - Valores Estéticos. Como la belleza, la
gracia, el arte, el buen
gusto. - Valores sociales: como la cooperación y
cohesión social, la prosperidad, el poder de la
nación, el prestigio, la autoridad,
etc.
- Valores Morales. Son las virtudes como la prudencia,
justicia,
fortaleza y templanza. Estos valore son superiores a los
anteriores debido a que los valores
morales dependen exclusivamente del libre albedrío,
en cambio los otros dependen además del libre
albedrío de otros factor, por ejemplo la riqueza (puede
heredarse), así como el grado de inteligencia y buen
gusto. Además los valores morales al hombre de tal modo
que lo hacen más hombre, en cambio los inframorales solo
perfeccionan al hombre en cierto aspecto, por ejemplo, como
profesionista, sabio, artista, etc. - Valores Religiosos. Son los valores sobrehumanos,
sobrenaturales. Son una participación de Dios que
está en un nivel superior a las potencias naturales del
hombre. Son pues la santidad, la amistad divina
(gracia), la caridad y en general las virtudes teologales.
Estos valores perfeccionan al hombre de un modo superior, ya no
solo de lo que tiene más íntimo como persona,
sino en un plano en un plano que no está dentro de los
moldes naturales de lo humano. Aquí se deja la puerta
abierta a todo lo sobrenatural que provenga de Dios. Su estudio
corresponde más bien a la teología. - La Jerarquía de Max Scheler. Normalmente
cuando se estudian las jerarquías d valores de los
principales axiólogos, se nota un cierto paralelismo
dentro de sus diferentes categorías como es este tipo de
jerarquía propuesta por Max Scheler:
- Valores de lo agradable y lo
desagradable - Valores de lo noble y de lo vulgar
- Valores espirituales
- Valores de lo santo
La importancia de una correcta jerarquía de
valores reside, sobre todo, en la facilidad que puede
proporcionar para una eficaz orientación de la vida
entera. Quien no tenga clara la jerarquía de valores
normalmente se encontrará perplejo frente a una
decisión que tenga que tomar.
Con respecto al orden de los valores podemos utilizar
ciertos criterios propuestos por Max Scheler:
- Duración. Es superior un valor que dure
más que otro. Esto se refiere a la duración del
bien en donde está encarnado un valor - Divisibilidad. Es superior un valor cuanto menos
pueda dividirse. Una obra de arte no se
puede dividir, en cambio los alimentos
sí. - Fundamentación. Es superior el valor
fundamentalmente con respecto al valor fundamentado. Por
ejemplo: la inteligencia fundamenta el conocimiento
científico. - Satisfacción. Es superior el valor que
satisface más. No debe confundirse satisfacción
con placer, la satisfacción puede ser intelectual y
espiritual. - Relatividad. Es superior el valor que se relaciona
con los niveles superiores del objeto o la persona que
está complementado.
A partir de dichos criterios cada persona puede
organizar su propia jerarquía de valores. El máximo
inconveniente consiste en la facilidad de ese orden. Ya que una
cosa es lo que un sujeto dice acerca d su jerarquía de
valores y otra cosa es lo que de hecho realiza a lo largo de su
vida.
La existencia del mal ha constituido un fuerte problema
debido a que no sabemos cuál es su esencia, que actitud se
debe de tomar frente al mal.
Además partimos del hecho de que existen
situaciones nefastas, tales como asesinatos, el secuestro, la
violación, la guerra, la
infinidad de víctimas de un terremoto o de una
inundación, el nacimiento de un niño sin brazos,
enfermedades
incurables como el cáncer
y el SIDA. A
continuación veremos cuáles son las diferentes
posturas que debemos tomar frente a tales desgracias.
- La Postura del Maniqueísmo frente al mal. Es
una postura (tachada como herética dentro de la
Teología católica) que sostiene la existencia de
dos principios
opuestos, dos dioses, el dios del bien y el dios del mal. El
primero se llama Ormuz y el segundo Ahrimán. Estos dos
dioses luchan entre sí y tratan de conquistar al mundo
para su propio reino. En otras palabras, esta postura consiste
en atribuir consistencia positiva al mal, como si el bien y el
mal fueran dos enemigos (dos poderosos dioses) que luchan entre
sí para apoderarse del mundo. El uso de un lenguaje
plagado de términos negativos ha originado una verdadera
tragedia en la Filosofía de la vida, pues nos hace creer
en la existencia de gigantes peligrosos cuando sólo
existen molinos que ejecutan su trabajo cotidiano. - La Postura de la Filosofía Aristotélico
– Tomista. De acuerdo con esta postura el mal es la
privación de un bien. Es decir, que el mal en sí,
a secas, no se da. El mal no tiene una consistencia
independiente del bien, sólo se entiende en función
del bien. Entonces el mal es un término que sirve para
referirse a un faltante, a algo que de hecho no se da. Por
ejemplo cuando existe un objeto que tiene noventa cualidades y
debería tener cien, decimos entonces que el mal
está en esas diez cualidades que faltan. Con esto
podemos insistir que, en el fondo, no hay valores negativos,
sólo hay valores positivos, y cuando hablamos de valores
negativos, lo que se da a entender es la privación del
correspondiente valor positivo. Así pues la fealdad es
una privación de la belleza; la pobreza es
la privación del valor riqueza; la falsedad es la
privación del valor verdad. - La Positividad del Ser. Una de las principales
enseñanzas de la metafísica tomista es la positividad, la
bondad del ser, y en la medida en que participa de él es
positivo, es bueno. Si algo existe algo en el ser, es que no
existe. No existe lo negativo, o mejor dicho, el no ser no
existe. Por lo tanto, a lo que llamamos "malo" es tan
sólo una privación de un bien, es decir, lo que
falta a un ente bueno para ser plenamente bueno, conforme a su
esencia. Para ilustrar más esta definición se
puede citar a la energía térmica. Cuando un
objeto tiene mucha energía térmica podemos decir
que está caliente, pero cuando no tiene casi o es nula
decimos que está frío, sería absurdo
afirmar que el frío existe, así es, el
frío no existe, lo que si existe es la ausencia de
energía térmica. - Diferentes escalas para referirse al mal. De acuerdo
con las cuatro escalas del sistema
axiológico se pueden obtener algunas conclusiones acerca
del problema del mal.
- La primera escala, la bipolaridad exclusiva, no
sproporciona una visión del mal sumamente pesimista ya
que lo que no es bueno, es malo definitivamente. Y como no
hay muchas cosas buenas.. el hombre con esta escala entra en
angustia con mucha facilidad. - En cambio la escala del cero absoluto logra
abstenerse del empleo de
dos términos diferentes para señalar los
extremos opuestos. Así, por ejemplo, la energía
calorífica es una buena
expresión para indicar cualquier grado de calor.
Cuando se da poca energía calorífica, el
sistema
bipolar empieza a utilizar el término
frío. - El uso del sistema bipolar de categorías
para referirse al mal ha dado origen a una teoría en la historia del
pensamiento la cual ha recibido el nombre de
maniqueísmo. Aunque esta teoría es propia de la
Teología, no deja de abarcar una vertiente
filosófica.
- La Postura de Pierre Teilhard De Chardin. Este autor
nos proporciona una pista para comprender la existencia de
cosas y personas malas, según el, el universo
está en constante evolución y todo tiende hacia un estado de
perfección que llama el Punto Omega. A partir de esto se
infiere que, mientras estemos en evolución, lo normal es
encontrar muchos grados de imperfección, y esto es
precisamente a lo que nosotros llamamos mal. En otras palabras
el mal es nuestro modo de percibir y catalogar el estado
imperfecto de las cosas que aún no llegan a su etapa
definitiva de evolución, el mal es lo que nos falta para
llegar a la perfección, la cual, obviamente no es lo que
abunda. Una consecuencia que se obtiene a partir de esta
postura es que no habría que escandalizarse por tantos
sucesos negativos que están pasando en nuestra realidad
ya que no son sino la expresión de una etapa intermedia
en el proceso
evolutivo del universo. Pero
este modo de ver las cosas no tiene porqué llevarnos a
tomar una postura de indiferencia o de apatía ante los
males que se constatan. Al contrario, el incremento de la
bondad es precisamente la responsabilidad de la persona que toma
conciencia de las etapas de evolución del mundo en que
vive. - El conocimiento holístico frente al mal. Trata
de referirse al bien y al mal de otra manera, esta prescinde de
estructuras
noéticas, aun cuando no sea en forma total. Si
prescindimos de las estructuras noéticas del bien y el
mal, podemos establecer una tesis que no deja de ser
extraña en el mundo occidental: Las cosas simplemente
son. El calificativo de bueno o malo es un añadido que
hacemos en función de una comparación con un
criterio dado. Los orientales sostienen por medio de un famoso
aforismo: El bien y el mal son una enfermedad de la
mente. - La Existencia del mal y la bondad de Dios. Esta
postura nos dice que no existe un Dios malo como lo dice el
maniqueísmo, sino lo que ocurre es que Dios ha creado un
mundo en evolución y, por tanto, un mundo que
necesariamente implica etapas de imperfección y de
acercamiento al ideal que todos asumen como perfecto. Hace
énfasis en que no debemos lamentarnos por lo malo que
ocurre ya en sí el mal no existe, solo existe un
faltante de perfección en las cosas que para nosotros
son malas, y debemos de tratar de sacarle provecho a todo lo
que ocurra ya que como dice el dicho "no hay mal que por bien
no venga" o no hay nada tan malo que no nos pueda proporcionar
algún beneficio. - La Responsabilidad del Hombre frente al mal. Los
que nos dice esta postura es que aunque el mal es la
imperfección la cual no se ha logrado eliminar del todo
debido a que estamos en un proceso de
evolución y no tenemos por que alarmarnos, no debemos de
tener una actitud de irresponsabilidad ante nuestros actos.
Debemos ser responsables con nosotros y no convertirnos en
personas apáticas, tratar de ampliar nuestro horizonte
axiológico mediante el estudio. Pero existen situaciones
en las que no todos los seres humanos podrán
desarrollarse correctamente como individuos ya que aunque
quieran asumir la responsabilidad de ser individuos mejores
pudiera ser que la situación en que se encuentren,
económica, emocional, física, etc. No les
permita desarrollarse como personas, pero al fin y al cabo es
el costo de la
evolución. - La actitud Positiva frente al mal. La humanidad en su
evolución llega a capta ciertos valores y realiza la
comparación con los hechos que le rodean. El resultado
de dicha comparación es deprimente por lo que se llega a
una etapa de "conciencia infeliz", y es que en efecto, cuando
más claro aparece el horizonte de los valores,
más fácil surge el juicio negativo hacia la
realidad que nos rodea. El error no está en el juicio de
evaluación, sino en la pretensión
de que ese juicio es completamente objetivo. En contrate lo que
se propone es la de ser que "el ser es lo que es" sin mayor
calificación. El calificativo de bueno o malo
está en nuestra mente, cualquier situación
podría considerarse como buena o mala según el
criterio que se utilice para emitir el juicio evaluatorio. Lo
que se deriva entonces es una actitud de obtener provecho aun
de aquello que se considera negativo y que deprime a la
mayoría de gente. Ahora bien, la actitud positiva frente
al mal no está en pugna con la compasión frente a
las personas que padecen alguna enfermedad, una injusticia o
la muerte de
un ser querido. La empatía y la compasión son
virtudes propias de aquellas personas que saben desprenderse de
sus propias categorías y comparten con los demás
sus propias situaciones. Este criterio se puede aplicar
también ante lo que se llama "el mal moral, el acto
deshonesto, el pecado, el acto humano malo". Por supuesto que
existen actos humanos malos, es decir, que no están de
acuerdo con los valores morales, con las exigencias de la
naturaleza humana. La perspectiva que acabamos de mencionar se
puede aplicar de la siguiente manera: la persona que ejecuta un
acto humano malo de todas maneras ha elegido un bien, algo que
atare su voluntad, a su naturaleza; de no ser por esto el
sujeto no elegiría tal conducta. El que roba quiere
el dinero
del Banco, lo cual
e su bien. El que fornica quiere el placer sexual, que
también un bien. El mal moral está en desorden
con respecto a las normas morales,
o mejor dicho, con respecto a las exigencias de la naturaleza
humana. Podemos concluir, pues que aun en el hecho del mal
moral existe un bien. Así se explica que de hecho
existan personas adictas a esos bienes. Lo
cual no impide la reprobación de dichos actos por parte
de las normas morales
y de una sana actitud Ética.
Definición y División de la Ley
Moral
Además de las leyes
físicas que gobiernan a los seres materiales
no encontramos con las leyes morales que gobiernan al hombre en
su conducta libre. Santo Tomás d Aquino definió
la ley de la siguiente manera "Es una ordenación de la
razón, promulgada para el común por quien tiene
el cuidado de la comunidad".
Dicha definición tiene un contenido intrínseco en
ella:
- "Ordenación…": Una ley es una orden o
mandato, la palabra orden significa en general la correcta
disposición de las partes en el todo. - "…de la razón…": Significa que la fuente o
el origen de la ley es la razón. Solamente así se
garantiza la correcta legislación, con carácter
universal. - "…promulgada…": Significa dictaminada o
publicada. Esta promulgación puede ser explícita
(en el caso de las leyes positivas) o implícita (en el
caso de las leyes naturales), de tal modo que el hombre tiene
que descubrirla tal como está inscrita en la misma
naturaleza humana. - "…para el bien común": Esta es la finalidad
de la ley moral. No se trata de beneficiar solamente a la
autoridad o
aun sector, sino a la comunidad en
general, aun cuando esto implique el sacrificio de ciertos
bienes particulares. - "…por quien tiene el cuidado de la comunidad": Nos
indica quién es la persona que debe dictar las leyes.
Efectivamente, es la autoridad, el jefe de la comunidad, aquel
que ha asumido la responsabilidad de preocuparse por el
bienestar de la sociedad,
ése es el más indicado para dictar las leyes
correctas, en función del conocimiento que debe adquirir
acerca de las necesidades de los súbditos.
En sí, estas son las cualidades que debe tener
una ley moral. En la medida en que llegue a carecer de alguna
de ellas pierde su validez como ley moral. No hay que olvidar
que el núcleo o esencia de la ley moral está en
ser una expresión de la razón, de la recta
razón, que trasciende los intereses inmediatos, y
dispone las cosas en el puesto que les corresponde.
Una vez definida la ley moral es importante saber su
división, normalmente se dividen de esta manera
según sus carácterísticas:
- Por su naturaleza. La ley moral puede ser imperativa
(manda hacer algo), prohibitiva (lo impide) y permisiva
(solamente dice lo que es lícito). - Por su promulgación. La ley moral puede ser
natural (está escrita en la propia naturaleza y debe ser
descubierta por el hombre y no es el producto de la inventiva
de éste) o positiva (está escrita materialmente
en un código). - Por su duración. La ley es eterna (siempre ha
tenido y tendrá vigencia, sólo se concibe en la
mente de Dios) y temporal (tiene una vigencia
transitoria). - Por su autor. La ley es divina o humana. Hay que
decir que la ley natural sólo puede ser divina (es
decir, procede de Dios, creador de la naturaleza). En cambio,
la ley positiva puede ser divina o humana, pues tanto el hombre
como Dios pueden dictar leyes que expliquen la ley
natural.
De todos estos tipos de leyes destacan: ley eterna,
ley natural, ley positiva en ese orden.
Jerarquía de la Leyes
Como ya se mencionó, las leyes manifiestan una
ordenación de mayor a menor importancia, en vista de su
origen y su contenido. A continuación se mencionan y
explican cada una de estas jerarquías.
- La Ley Eterna. Entre todas las leyes, ésta es
la primera, la ley eterna. Es decir la ley que está,
desde siempre, en la mente de Dios y que rige el Universo en
todos sus aspectos).. Puesto que no conocemos directamente a
Dios, tampoco tenemos conocimiento directo de la ley eterna.
Sin embargo, se demuestra que existe esa ley, desde el momento
en que notamos el orden y la armonía del Universo. Para
poder, entonces, explicar ese orden y armonía, se
necesita admitir la existencia de leyes que lo rigen, este es
el caso de las leyes eternas. - La Ley Natural. Es una participación de la ley
eterna, está inscrita en la naturaleza humana, y tiene
como finalidad, regir los actos libres del hombre; esta ley
tiene la propiedad de
ser universal e inmutable. Es universal (válida para
todos los hombres, de cualquier raza, época y lugar), ya
que está inscrita en la naturaleza humana que es la
misma en todos los hombres, por lo tanto, todo hombre, por el
hecho de serlo, tiene grabada, en sí mismo, esa ley
natural, a la cual debe someterse. La ley natural es
además inmutable, es decir, con cambia con el tiempo, puesto
que la naturaleza humana no cambia. Pero aunque la ley natural
no cambie, el
conocimiento que tenga los hombres acerca de ella si puede
cambiar en las diferentes épocas y culturas. - La ley Positiva. Es la que se promulga
explícitamente en un código, y sirve como
complemento a la ley natural, pues desarrolla y explica
cómo debe actuar el hombre en situaciones más
concretas. Estas leyes pueden ser divinas o humanas. El
decálogo del Sinaí es un ejemplo de una ley
positiva divina. Las leyes positivas humanas abarcan todo lo
que se llama derecho
positivo, incluyen las Constituciones, los Códigos
Civiles, etc. Las leyes positivas deben de ser justas (que
esté de acuerdo con la ley natural), útiles (que
no se multiplicaran en exceso, pues darían lugar a una
opresión) y estables (aunque no posea la inmutabilidad
de la ley natural, por lo menos, tenga cierto lapso razonable
de vigencia, para que coopere efectivamente al bien de la
comunidad).
En resumen:
- Las Leyes eternas rigen el universo desde la mente
divina. - Las Leyes naturales son una participación de
las leyes eternas y rige a los hombres en sus actos
libres. - Las Leyes positivas son un complemento de las Leyes
naturales, y en ellas deben basarse para que sean
justas.
Una vez explicados los temas de la noción, clases
y jerarquía de ley, podemos ahora enfocarnos al problema
de la fundamentación moral, ¿realmente obligan las
leyes?, ¿Qué se entiende por obligación
moral?. Para esto tendremos que definir primero lo que es en
realidad la Obligación Moral.
La auténtica Obligación Moral no s la
obligación que se siente por la presión
externa, ni el temor al castigo, tampoco es la acción del
Super Yo, que desde el inconsciente impulsa el cumplimiento de
las normas inflexibles y, la mayoría de las veces
inadecuadas. No es mucho menos ese tipo de acción
psíquica originada por el inconsciente. La
Auténtica Obligación Moral lejos de ser una
presión originada en la autoridad, o en la sociedad, o en el
inconsciente, o en el miedo al castigo, es de tipo racional. Se
define así "Es la presión que ejerce la
razón sobre la voluntad, enfrente de un valor".
Cuando una persona capta un valor con su inteligencia,
se ve solicitada por dicho valor, y entonces la inteligencia
propone a la voluntad la realización de tal valor. Pero la
inteligencia presiona suavemente, sin suprimir el libre
albedrío; simplemente ve una necesidad objetiva y como tal
la propone a la voluntad para su realización. Se trata
pues, de una exigencia propia de la razón, fundamentada en
un valor objetivo, pero nacida en lo más íntimo y
elevado de cada hombre: su propia razón. Por lo tanto la
Obligación Moral es autónoma y no incompatible con
el libre albedrío.
Una vez definida la obligación moral lo que sigue
es fundamentarla. La base de la obligación, tal como se
explicó, es la razón frente a un valor. Por estos e
dice que el fundamento próximo de la obligación
moral es el valor. Y no solo en el plano subjetivo, sino que
también en el plano objetivo, ya que, la ley es la
expresión de un valor originada en la razón. Esta
misma ley la cualidad de producir en el sujeto, que se
guía por su recta razón, el sentimiento de
obligación. A esto se le llama "obligatoriedad de la ley",
propiedad típica y que se deduce a partir del valor
expresado por ella. En otras palabras: el hombre, con su
razón, trasciende al plano de los hechos y percibe el
valor de las leyes, con esto el mismo se impone una
obligación o exigencia de tipo racional, sin menospreciar
su libre albedrío y su autonomía. Esta es la
fundamentación de la Obligación Moral.
Existe además una fundamentación superior
de la obligatoriedad de la ley natural. Puesto que su origen
está en la mente divina, se dice que el fundamento
último de su obligación es Dios. Por consiguiente,
quien obedece una ley impersonal por propio convencimiento, ha
logrado ya bastante; pero quien obedece la misma ley en
atención a si origen (Dios), alcanza un nivel superior, no
sólo en la eficacia de su
actuación, sino en la elevación de su
intención, y en la valoración moral de su conducta.
No es lo mismo obedecer un reglamento frío que actuar por
amor a Dios.
En conclusión, el fundamento próximo de la
obligación es el valor; y el fundamento último es
Dios.
Propiedades del Acto Honesto
La Ética es una ciencia práctica, por lo
tanto, está hecha para ser encarnada en la conducta humana.
Lo normal de derecho pide su realización hasta convertirse
en lo normal de hecho. La obligatoriedad de esa presión
por parte de la razón, para que la voluntad escoja el
valor propuesto. La realización de la moral se
puede estudiar bajo varios aspectos. El principal es la serie de
deberes que en concreto se
imponen a cada persona en relación con los demás
hombres, consigo misma, con Dios, con la sociedad, como
profesional, etc. Pero antes de estudiar los deberes del hombre
debemos mencionar y describir las propiedades de un acto honesto
que forma parte de la conducta humana.
- Responsabilidad. Es la propiedad del acto humano por
la cual el sujeto que lo ejecuta debe dar cuenta de él,
es decir, debe participar de los beneficios, si el acto es
honesto o reparar los perjuicios si el acto es deshonesto. La
responsabilidad está en función de la libertad
del sujeto. La razón de la responsabilidad que recae
sobre él está justamente en el hecho de que ese
acto se ha originado en una elección libre del
sujeto. - El Mérito. Es el derecho a una recompensa por
haber actuado bien. Lo contrario sería el
demérito. Este derecho a la recompensa tiene su base en
el hecho de que un acto honesto produce beneficios a otras
personas. Esas personas, por lo tanto, deben de recompensar el
beneficio recibido. En la Filosofía escolástica,
a este mérito se le conoce como de condigno o de
estricta justicia.
Además, existe el mérito de congruo, y es el
derecho a una recompensa en virtud de una recompensa. Este es
el tipo de mérito que tiene el hombre respecto a los
premios otorgados por Dios. Existe un segundo concepto de
mérito: es el incremento de valor moral, en virtud de
los actos honestos ejecutados. Esta clase de método
está relacionado con la bondad y el beneficio del
acto. - La Sanción. Es el correspondiente premio o
castigo que se merece por el cumplimiento o violación de
la ley. Se consideran dos tipos de sanción: la
intrínseca que es la consecuencia natural de la misma
conducta humana, por ejemplo, la satisfacción o el
reproche de la propia conciencia. Y la extrínseca que es
el premio o castigo expresamente señalados por el
legislador, a aparte de la sanción intrínseca o
natural. Es necesario evitar dos extremos opuestos respecto a
la sanción. Ya que algunos abusan de los premios, de tal
manera que, llegan a deformar la conciencia del educando de
modo que el acto honesto se convierte para ellos en el premio
que les dan por hacerlo. Tampoco hay que exagerar en los
castigos ya pueden causar que los educandos se conviertan en
sujetos tímidos y apocados o en su caso, rebeldes. La
sanción correcta tiene como finalidad inclinar a los
hombres hacia el bien y apartarlos del mal. Tiene una
función preventiva y además trata de corregir al
que ejecuta actos deshonestos procurando que no reincida;
ésta es la función medicinal. - El Progreso moral. Consiste en el mejor conocimiento
y aplicación de las normas morales. Puede registrarse
tanto individual como colectivamente. Independientemente del
juicio que se haga con relación a la moral de la
humanidad es necesario evitar el optimismo y pesimismo
exagerados. Ni es cierto que el pasado fue mejor, ni tampoco es
cierto que sólo lo moderno tiene valor. En todo caso el
progreso moral, tanto individual como colectivo, suele
manifestarse en función de estas dos cualidades, por lo
menos:
- en el plano intelectual, la tolerancia
(respeto a
las ideas de otros) - en la línea de la voluntad, la tendencia a
la unidad (es decir, a la solidaridad y cohesión entre los
diferentes estratos o miembros de una sociedad).
La Esencia de la Virtud
La virtud es otra propiedad de los actos, honestos, en
cuanto que se repiten y dejan en el sujeto una huella que
facilita la buena conducta. Sin embargo, no todos aprecian la
virtud como un valor moral positivo.
Por eso es necesario definir con mayor precisión
la esencia de la virtud, aclarar los malentendido y describir las
principales virtudes concretas que el hombre de hecho
posee.
- La virtud es una cualidad. En primer lugar, no deben
confundirse la virtud y el acto honesto. Una persona puede
realizar actos honestos son tener virtud. Ésta es una
cualidad que inclina y facilita la realización de dichos
actos. - Cualidad adquirida. Este dato es muy importante ya
que no hay virtudes innatas. Todas deben adquirirse
basándose en un esfuerzo y repetición. La virtud,
como todo valor moral, depende de la actuación
voluntaria y libre del sujeto. Otros valores pueden heredarse,
mas la virtud no. - Es una cualidad estable. Las virtudes son
hábitos buenos, se adquieren y poseen cierta estabilidad
en la persona, son, además, susceptibles de
incrementarse lentamente de modo positivo o
negativo. - Facilita el acto honesto. Ese es el efecto de la
virtud. Quien la posee tiene mayor facilidad para actuar bien;
lo hace con agrado y, además, puede realizar actos que,
sin ella, sería imposible.
De todo lo anterior podemos sacar la siguiente
definición de la virtud: Es una cualidad estable y
adquirida que facilita el acto honesto.
Las virtudes pueden ser naturales (prudencia, justicia,
fortaleza y templanza) o sobrenaturales (fe, esperanza y
caridad), según que corresponda al nivel humano o
estén por encima de las capacidades propias de la
naturaleza del hombre. También se dividen en intelectuales
(prudencia, ciencia, arte, sabiduría e intuición) y
morales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza),
según residan ya sea en los apetitos o en la
inteligencia.
Las virtudes morales hacen al hombre bueno. No es
posible usarlas mal. En cambio las virtudes intelectuales
sólo hacen bueno al hombre en cierto aspecto, y, en
algunos casos, podrían estar en contra del valor moral.
Por ejemplo: la justicia siempre es un valor moral positivo. En
cambio, el arte o la ciencia podrían utilizarse
incorrectamente (crimen, guerra,
pornografía), proporcionando al sujeto
valores morales negativos. Solamente la prudencia es al mismo
tiempo intelectual y moral.
- Prudencia. Es la virtud de la razón, por la
que el hombre sabe lo que hay que hacer o evitar en momento
presente. - Justicia. Consiste en dar a cada uno lo que le
corresponde. Una persona que de modo contante, respeta los
derechos ajenos
y le da a cada uno lo que se le debe, tiene la virtud de la
justicia. Se pueden considerar tres clases de justicia:
conmutativa, distributiva y legal o social.
- La justicia conmutativa rige las relaciones entre
personas particulares - La justicia distributiva rige las relaciones entre
la sociedad y el súbdito - La justicia legal o social rige las relaciones del
individuo con respecto a la sociedad es la voluntad de actuar
en atención al bien común.
- Fortaleza. Es la firmeza del alma, capaz de vencer
las dificultades propias de la vida. - Templanza. Es la virtud cuyo objeto consiste en
moderar los placeres sensibles. Puede tomar la forma de
sobriedad, en lo que se refiere al gusto por los alimentos y la
bebida; o bien, castidad, cuando modera el instinto sexual. La
humildad es también una forma de templanza, puesto que
modera el gusto excesivo por la propia fama y
gloria.
El hombre vive en sociedad, y por lo tanto recibe la
influencia de los estatutos y realización de sus instituciones.
Como son la Familia, la
Escuela, el estado y la
Iglesia.
Ya definimos a la Ética como la ciencia que
estudia la bondad o maldad de los actos humanos ahora nos toca
definir lo que es la Profesión. La profesión puede
definir como "la actividad personal, puesta de una manera estable
y honrada al servicio de
los demás y en beneficio propio, a impulsos de la propia
vocación y con la dignidad que corresponde a la persona
humana".
En un sentido estricto esta palabra designa solamente
las carreras universitarias. En sentido amplio, abarca
también los oficios y trabajos permanentes y remunerados,
aunque no requieran un título universitario.
En virtud de su profesión, el sujeto ocupa una
situación que le confiere deberes y derechos especiales,
como se verá:
- La Vocación. La elección de la
profesión debe ser completamente libre. La
vocación debe entenderse como la disposición que
hace al sujeto especialmente apto para una determinada
actividad profesional. Quien elige de acuerdo a su propia
vocación tiene garantizada ya la mitad de su
éxito en su trabajo. En cambio, la elección de
una carera profesional sin tomar en cuenta las cualidades y
preferencias, sino, por ejemplo, exclusivamente los gustos de
los padres, o los intereses de la familia,
fácilmente puede traducirse en un fracaso que, en el
mejor de los casos, consistiría en un cambio de carrera
en el primero o segundo año, con la consiguiente
pérdida de tiempo y esfuerzo. - Finalidad de la Profesión. La finalidad del
trabajo profesional es el bien común. La capacitación que se requiere para ejercer
este trabajo, está siempre orientada a un mejor
rendimiento dentro de las actividades especializadas para el
beneficio de la sociedad. Sin este horizonte y finalidad, una
profesión se convierte en un medio de lucro o de honor,
o simplemente, en el instrumento de la degradación moral
del propio sujeto. - El Propio beneficio. Lo ideal es tomar en cuenta el
agrado y utilidad de la
profesión; y si no se insiste tanto en este aspecto, es
porque todo el mundo se inclina por naturaleza a la
consideración de su provecho personal, gracias a su
profesión. No está de más mencionar el
sacrificio que entrañan casi todas las profesiones: el
médico, levantándose a media noche para asistir a
un paciente grave; el ingeniero, con fuertes responsabilidades
frente a la obra, etc. La profesión también
gracias a esos mismos trabajos, deja, a l final de cuentas, una
de las satisfacciones más hondas. - Capacidad profesional. Un profesional debe ofrecer
una preparación especial en triple sentido: capacidad
intelectual, capacidad moral y capacidad física.
- La capacidad intelectual consiste en el conjunto de
conocimientos que dentro de su profesión, lo hacen
apto para desarrollar trabajos especializados. Estos
conocimientos se adquieren básicamente durante los
estudios universitarios, pero se deben actualizar mediante
las revistas, conferencias y las consultas a bibliotecas. - La capacidad moral es el valor del profesional como
persona, lo cual da una dignidad, seriedad y nobleza a su
trabajo, digna del aprecio de todo el que encuentra. Abarca
no sólo la honestidad
en l trato y en los negocios,
no sólo en el sentido de responsabilidad en el
cumplimiento de lo pactado, sino además la capacidad
para abarcar y traspasar su propia esfera profesional en un
horizonte mucho más amplio. - La capacidad física se refiere
principalmente a la salud y a las cualidades
corpóreas, que siempre es necesario cultivar, como
buenos instrumentos de la actividad humana.
- Los Deberes Profesionales. Es bueno considerar
ciertos deberes típicos en todo profesional. El secreto
profesional es uno de estos, este le dice al profesionista que
no tiene derecho de divulgar información que le fue confiada para
poder llevar a cabo su labor, esto se hace con el fin de no
perjudicar al cliente o para
evitar graves daños a terceros. El profesional
también debe propiciar la asociación de los
miembros de su especialidad. La solidaridad es
uno de los medios
más eficaces para incrementar la calidad del nivel
intelectual y moral de los asociados. En fin al profesional se
le exige especialmente actuar de acuerdo con la moral
establecida. Por tanto, debe evitar defender causas injustas,
usar sus conocimientos como instrumento de crimen y del vicio,
producir artículos o dar servicios de
mala calidad, hacer presupuestos
para su exclusivo beneficio, proporcionar falso informes,
etc. Cuando un profesional tiene una conducta honesta, dentro y
fuera del ejercicio de su profesión, le atraerá
confianza y prestigio, lo cual no deja de ser un
estímulo que lo impulsará con más certeza
en el recto ejercicio de su carrera.
Trabajo enviado y realizado por:
Francisco Armando Dueñas
Rodríguez
Edad: 23 años
Universidad La
Salle
Cancún Quintana Roo México
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