{Original de agosto 1999,
revisión mayo 2008}
¡Que cosas pasan! Jerónimo
andaba buscando unos papeles, y sin proponérselo,
encontró una copia medio "diluida" del ensayo de Don
Daniel Cosio Villegas titulado "La Crisis en
México"
que se publicó en una revista, que
no sabe si aún existe, llamada Cuadernos
Americanos.
Por curiosidad, más que por otra cosa,
Jerónimo la sacó y al hacerlo,
encontró muy "archivadita", una fotostática de un
artículo de Carlos Fuentes sobre
el mismo tema, publicado en quien sabe donde, artículo del
que por quien sabe que razón,
Jerónimo había sacado copia y la
había guardado.
Como siempre pasa, por inexorable ley no escrita,
los papeles que estaba buscando no fueron encontrados, pero su
curiosidad le llevó a sentarse cómodamente y releer
esos viejos escritos que encontró. Aunque ya los
había leído anteriormente, pues tienen las marcas y señales
que Jerónimo utiliza para indicar lo que le
llama la atención, de muchas cosas ya ni se
acordaba, y con lo que está pasando, hoy, de cara al
próximo milenio, Jerónimo
comprobó que, sobre todo el ensayo de
Cosío Villegas, tiene mucha validez, aún y cuando
fue escrito en 1946 hace ya más de 60
años.
No obstante, Jerónimo "siente"
tristeza al ver cómo una personalidad
tan celebrada como Don Daniel Cosio Villegas, insigne fundador de
El Colegio de México y del Fondo de Cultura
Económica no fue "escuchado" en su tiempo pues lo
escrito por él en ese ensayo, parece haber sido "oído" por
sordos ya que los directamente afectados nada han hecho para
remediar las situaciones descritas. Y de lo mencionado por Carlos
Fuentes, ex embajador en España y
quien sabe que méritos más, aparte de ser un
magnífico y entretenido escritor,
Jerónimo aún no sabe la
"reacción" que ha provocado lo que Fuentes
escribió, y supone, que aparte de críticas de
periodistas, literatos y escritores diversos, los involucrados
tampoco "respondieron" al reto que representa corregir errores
manifiestos… que ‘al gobierno’
le importa muy poco ‘lo que digan’.
Con ese sentimiento "encontrado",
Jerónimo piensa que este artículo
igualmente se va a ver olvidado en muy poco tiempo, pero, sin
embargo, quiere escribirlo, pues es un "vicio" que se le ha
arraigado, el escribir sus opiniones, con la esperanza que a
"alguien" le lleve a meditar y sea en contra o a favor, y las
ideas e interpretaciones "jeronimenses" originen una
reacción y causen, cuando menos, que alguna persona haga
"algo".
Por supuesto, Jerónimo no se
considera "ensayista" o "conocedor", es sólo un ciudadano
común y corriente que quiere expresar por escrito sus
opiniones, por aquello de que "las palabras habladas, se las
lleva el viento" y además, porque luego se le olvida que
fue lo que dijo, o cómo lo dijo. Lo escrito tiene cierta
permanencia. Y a Jerónimo le gusta leer y le
gusta escribir. Y mucho le gustaría que otros lo leyeran.
Y ‘ahoy’ tiene el Internet… lo que no
tuvo Don Daniel.
Así que perdonen ustedes, amables lectores que
nos distinguen con el favor de su atención.
Como ya se podrán imaginar, el tema habla de
política y
lo que es lo mismo, de historia de nuestro
país. La crisis a que Don Daniel, y Carlos Fuentes se
refieren, es a la crisis político-económica del
sistema mexicano
emanado de la Revolución
y "continuado" por los discípulos del muy discutible
Plutarco. (No el griego, el de Homero u Horacio,
sino el nuestro: Plutarco Elías Calles).
Jerónimo considera que es necesario
dar una repasadita, hacer una especie de crónica
histórica para poder
situarnos, desde la perspectiva de 1999, en los sucesos que se
originan en la época de Antonio López de Santa Ana,
y que nos llevan hasta lo que hoy está
sucediendo.
Santa Ana "anduvo" en el poder entre los años
1823 y 1835, y Jerónimo dice "anduvo" porque
entraba y salía de la Presidencia, como se entra y sale
del baño. Empezando porque fue uno de los que
"derrocó" a Iturbide, más por envidia y ganancia
personal que
por otra cosa, Santa Ana es una figura pintoresca y bastante
contradictoria de nuestra historia.
Inició la maldita costumbre de "vender "el
territorio nacional, desgraciadamente, a los gringos, con lo que
éstos, forman parte importante de nuestro devenir, no
solamente por la cercanía geográfica (inevitable)
sino por la dependencia que desde Santa Ana se ha establecido
como un principio de sobrevivencia del gobierno mexicano del
momento, y ni los "próceres" se salvan de lo mismo. Baste
revisar los tratados Mc Lane
/ Ocampo, para sentir "feo"… aunque estos por azares del
destino no se hallan llevado a cabo.
Página siguiente |