Resumen
En el trabajo se
aborda el problema de la relación que guarda la conciencia
individual estética con lo estético
objetivamente existente, declarándose que existen tres
problemas a
tratar en este entorno: 1) de si lo estético existe fuera
de la conciencia individual, 2) de cuál determina a
cuál; la conciencia estética individual a la social
o viceversa, y 3) si hay identidad
entre la conciencia estética individual y la conciencia
estética social. Además, se aborda el problema de
la propuesta estética que hace toda filosofía.
Introducción
El término "estética", como
denominación de una disciplina
filosófica fue introducido por primera vez en 1752 por
Baumgarten. Deriva de las voces griegas
"aisthetis" e "ica", que significan "sensación" y
"relativo a" respectivamente. No es que con Baumgarten surgiera
la estética, desde antes (desde la antigüedad, el
medio evo y el renacimiento)
se encuentran escritos y tratados sobre
problema estéticos (recordemos el Hipias el Grande de
Platón,
la Poética de Aristóteles, el Tratado sobre la pintura de
Leonardo de Vinci, etc.); sino que Baumgarten introduce el
término en la acepción de ciencia de la
belleza (y el arte
también), que es la más difundida. Con Kant el
término "estética" toma un sentido más
amplio. Se toma aquí en el sentido de ciencia de la
sensibilidad (como teoría
de la percepción). Pero entre Baumgarten y Kant
hay puntos comunes, pues en ambos la estética tiene que
ver con la facultad de la sensibilidad. Baumgarten llamó
al estudio de lo bello "teoría de la percepción
sensible". El problema estriba en que no es posible sentir la
naturaleza y
esencia de lo bello sin descubrir lo que llamamos placer sensible
estético. Lo bello y, en general, lo estético (lo
que comprende también lo artístico) nos es dado,
fundamentalmente, por medio de la sensibilidad. Según A.
Zis lo que caracteriza la naturaleza de la creación
artística no es que lo emotivo – lo sensible,
decimos nosotros- siga a lo racional, el sentimiento al pensamiento;
sino el descubrimiento de lo racional a través de lo
emocional, el pensamiento a través del sentimiento (1), o
lo que es lo mismo -decimos nosotros- lo racional a través
de la sensibilidad.
La captación de la belleza en la realidad, su
producción en el arte y todos los procesos
relacionados con la bellaza (en general, con lo estético)
están entrelazados con la facultad de la sensibilidad. La
primera determinación de la sensibilidad está
asociada a los órganos de los sentidos (la
vista, el oído, el
tacto, el gusto, el olfato), fundamentalmente los externos. Pero
sabemos que la sensibilidad por sí sólo no
actúa en la facultad estética del hombre.
Sabemos que al lado de la sensibilidad y entrelazada con ella
encontramos otras facultades intelectuales,
como por ejemplo la razón. Ya Leibniz destacaba que
el hombre
posee tres facultades intelectuales: la razón, la voluntad
y la sensibilidad. A esta lista se pueden añadir
más, lo que no es significativo aquí. Lo que hay
que destacar es que la sensibilidad es la facultad de lo
estético en unión con las otras facultades. Pero,
aún más, la sensibilidad no es pura sensibilidad
"exterior" (asociación a los órganos de los
sentidos exteriores), es sensibilidad interior, es decir acto
conciente. Detrás de la retina del ojo está el ojo
que ve, es decir el contenido de conciencia, que integra la
excitación de la energía exterior en hecho
psíquico. Es que en el contenido de conciencia, que
integra la sensibilidad, se encuentra el sistema de
categorías estéticas, propias de la conciencia del
individuo. Por
ello, el ojo ve estéticamente. El oído oye de una
forma estética, etc. De este modo, la sensibilidad es una
sensibilidad racionalizada y entrelazada con el sistema de
categoría estéticas (que no se reducen a lo bello,
sino que entran además: lo feo, lo trágico y lo
cómico, lo sublime y lo ridículo, lo heroico y lo
vil, etc.).
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