- La naturaleza real del
hombre - ¿Quién es un verdadero
maestro espiritual? - Parentesco de
todos los que buscan lo espiritual - Algunos
obstáculos en la vida espiritual - Máximas de
significado ético - Reunión de
demonios - Lo que damos
regresa - Cuentos del
Mulla Nasrudin - Avisos y
sentencias - Esto
también pasará - La recompensa
del desierto - La historia del
fuego - Meditaciones de
un devoto - La
historia de las arenas - En
búsqueda de Buda - Corazón de
Atisha - El dormir, el
soñar y la muerte - Clave del Mantram
Faraon
Puedes ver muchas estrellas en el cielo durante la noche, pero
no cuando sale el sol.
¿Puedes, por eso, decir que no hay estrellas en el
firmamento durante el día? ¡Oh hombre!,
porque no ves a Dios en los días de tu ignorancia, no
digas que Dios no existe.
Ha nacido en vano el hombre que,
habiendo logrado el nacimiento humano, tan difícil de
obtener, no trata de realizar a Dios en esta misma
vida.
Primero gana a Dios y luego las riquezas; pero no trates
de hacer lo contrario. Si después de adquirir la
espiritualidad, vives en el mundo, nunca perderás tu paz
mental. ¿Verán todos los hombres a Dios? Nadie se
quedará en ayunas durante el día entero; algunos
consiguen la comida a las nueve de la mañana; otros a
mediodía; y otros, en cambio, por la
tarde o cuando baja el sol. En forma similar, tarde o temprano,
en esta misma vida, o después de muchas otras vidas, todos
deben ver y verán a Dios. Medita en el Conocimiento y
la Bienaventuranza Eterna y tendrás dicha. La Dicha es en
verdad eterna, sólo que está cubierta y oscurecida
por la ignorancia. Cuanto menos apego tengas a los objetos
sensorios, tanto más crecerá tu amor a Dios.
La naturaleza
real del hombre
Como una lámpara no puede arder sin aceite,
así el hombre no puede vivir sin Dios.
El alma
encadenada es el hombre, pero cuando está libre de las
cadenas (maya) es el Señor.
La idea del ego individual es como si se cercara una
porción del agua del
río Ganga (Ganges) y se le llamara "mi Ganga".
La verdadera finalidad del saber
Los libros
sagrados sólo indican el camino que conduce a Dios. Cuando
se conoce el camino, ¿de qué sirven los libros?
Viene entonces el tiempo de
entregarse a la comunión con Dios en la soledad. Una
persona
recibió de su casa de campo una carta, en la cual
sus parientes le pedían ciertas cosas. En el momento de
hacer las compras,
buscó la carta para ver
cuáles eran los artículos pedidos. Al hacerlo,
comprobó que la había extraviado. La buscó
afanosamente por todas partes, hasta que la encontró.
Volvió a leerla con gran cuidado. La carta decía:
"Por favor, manda cinco quilos de dulce, cien naranjas y ocho
metros de tela". Una vez enterado de su contenido, tiró la
carta y se apresuró a buscar las cosas pedidas. Del mismo
modo, los libros sagrados sólo nos señalan los
medios para
realizar a Dios. Conocidos los medios, el próximo paso es
abrirse camino hacia la meta. La
Realización es la meta.
Para-vidya o conocimiento supremo, es aquel por el cual
realizamos a Dios. Todo lo demás, las escrituras, la
filosofía, la lógica
o gramática, en sí, son
únicamente un fardo y sirven de confusión para la
mente. Los granthas (libros) son, a veces, granthis (nudos).
Sólo son buenos cuando nos conducen al supremo
conocimiento.
¿Quién es
un verdadero maestro espiritual?
Sólo aquel que ha sido iluminado por la Luz del
Conocimiento Supremo, es un verdadero Maestro.
Mucha gente ha oído
hablar de la nieve pero no la ha visto; del mismo modo, muchos
predicadores religiosos han leído en los libros sobre los
atributos de Dios, pero no los han realizado en sí mismos.
Otros han visto la nieve, pero no la han probado; así,
muchos maestros religiosos han tenido solamente una vislumbre de
la Divina gloria, pero no han comprendido su verdadera esencia.
Solamente aquel que ha gustado la nieve puede decir cómo
es. En forma similar, sólo puede describir los atributos
de Dios aquel que ha tenido con El las distintas relaciones de
amigo, servidor, amante
y también ha realizado su unidad con El en el estado de
completa absorción.
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