La educación a través de la instrucción. Experiencias
- Resumen
- Desarrollo
- Los componentes del plan de
estudio - Objeto
- Formación
de actitudes en algunas actividades
docentes - Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
Resumen:
La Universidad de
cara al siglo XXI reclama las exigencias de una sólida
formación integral como fundamento de la
comprensión global de la época en que se vive. El
proceso
formativo debe orientarse hacia una amplia y profunda
visión determinada por el impetuoso desarrollo de
la ciencia y
la tecnología en estrecha interconexión
con las diferentes esferas del saber, así como por su
repercusión en toda la vida de la sociedad.
En el presente trabajo se
muestran reflexiones y experiencias relacionadas con este enfoque
formativo, tiene el interés de
crear en los profesores motivaciones para educar a través
de la propia instrucción. Se patentiza que todas las
formas de enseñanza son propicias para lograrlo, con
un proceso consciente, creativo, flexible, en el cual se
conjuguen armónicamente tanto lo profesional como lo
ético, estético, ideológico e intelectual,
capaces de incidir positivamente en los modos de actuación
del futuro profesional.
Se presenta como ejemplificación, la carrera de
Geología
que se estudia en la Universidad de Pinar del Río,
Cuba.
INTRODUCCIÓN.
En el proceso educativo intervienen la escuela, la familia y
las organizaciones
sociales, esa influencia se lleva a cabo con un mayor o menor
grado de fundamento teórico y de sistematicidad. La
escuela desempeña el papel rector de la educación de las
nuevas generaciones y es el centro de su ejecución. La
concepción social de una escuela productiva y formadora
alcanza su plena realización en el proceso
docente-educativo, bajo la conducción del profesor se
desarrollan los métodos y
formas de enseñanza y aprendizaje que
motiven e interesen al estudiante a una participación
activa, planificada y creadora en la práctica social, en
la vida.
La misma es la institución social por excelencia
en la que entran en acción
los protagonistas principales de la práctica educativa:
docentes y
alumnos, quienes contribuyen y se apropian del conocimiento
científico, sentimientos patrióticos,
políticos, de amor a la
naturaleza y
la comunidad, el
medio
ambiente, de lo ético, estético, solidario.
Cada profesor y alumno forman parte de este contexto, desde lo
que cada uno es y trae consigo, se encuentran en un espacio y
tiempo
común (el aula) y allí se genera una trama propicia
para facilitar o entorpecer su misión.
La ausencia de un enfoque dialéctico ha implicado
que, en ocasiones, el resultado inmediato del proceso
docente-educativo: la instrucción y la educación se vean
como fenómenos dados de un modo aislado. Hablar de una
apropiación de conocimientos, de actitudes en
los alumnos implica hablar del saber hacer del docente, quien
establece una particular relación posible del alumno con
esos conocimientos. Una relación facilitadora del
aprendizaje conlleva a encontrar el modo afectivo entre
profesor-alumno (sujetos de la práctica educativa),
quienes mediatizados por el saber y saber hacer dan sentido y
significado a esta relación, movilizan afectos que
también se trasmiten y sienten, los cuales pueden o no ser
positivos para el aprendizaje, o
para la enseñanza. Esto supone un análisis crítico permanente y la
reflexión de la trama y vínculos generados en todo
centro escolar y en cada aula en particular.
En el presente trabajo se muestran reflexiones y
experiencias en relación con este enfoque formativo, tiene
el interés de crear en los profesores motivaciones para
educar a través de la propia instrucción y se
ilustran las experiencias obtenidas durante varios años
consecutivos con ejemplos relacionados con la Carrera de
Geología, Universidad de Pinar del Río.
DESARROLLO
Guyot y Neme (1997) indican con mucha razón: "el
edificio social reposa sobre la educación", la sociedad
actual requiere otro tipo de formación para las nuevas
generaciones. Necesita personas (profesionales) no sólo
con un alto conocimiento
científico considerado socialmente valioso, sino
además apropiados de un conjunto de actitudes para un
adecuado desempeño social. Los científicos
concuerdan en que el desarrollo tecnológico mundial, y la
destrucción del medio ambiente son
retos para las ciencias, las
cuales continuarán al servicio de la
sociedad, por ello es imprescindible un profesional integral con
sólida formación básica. Esto es un
desafío para el profesorado unido a la necesidad creciente
de códigos educativos capaces de fortalecer la
integralidad del futuro profesional. Como se desprende el papel
del docente es vital, porque éste posee saberes y
creencias adquiridas durante su formación que le permite
orientar las acciones en el
desempeño de la actividad con mayor o menor éxito;
también a esto se le suman otros elementos, como
son:
1-La formación previa de los alumnos, lograda en
la propia escuela, la sociedad y entorno familiar.
2-Ambiente institucional adecuado para favorecer la
labor de los sujetos (alumnos y docentes) que intervienen en el
proceso docente-educativo.
3-Los componentes del Plan de
Estudio.
4-Grado de motivación
y concienciación de los docentes acerca de su rol en la
formación integral de las nuevas generaciones.
Deval (en Savatier, 1997) señala: "una
reflexión sobre los fines de la educación es una
reflexión sobre el destino del hombre".
Motivados en esta afirmación es que se pretende tratar en
el trabajo los
elementos 3 y 4 referidos anteriormente.
LOS COMPONENTES
DEL PLAN DE ESTUDIO.
Los principios en que
se sustenta la formación de los estudiantes están
dados en los planes de estudio de cada nivel educativo,
particularmente en el nivel universitario en los curriculum de
cada carrera; estos contemplan un sinnúmero de disciplinas
y asignaturas con sus contenidos científicos. Las
asignaturas son impartidas por un conjunto de profesores que por
lo general son especialistas en temáticas
específicas, ello facilita el logro de hábitos y
habilidades profesionales que demanda la
sociedad.
Es una realidad, Rabadán y Martínez (1999)
lo señalan, a lo largo de los últimos años
son muchos los estudios realizados en torno a las
actitudes en la enseñanza de las ciencias. Son trabajos
dedicados a intentar clarificar cuáles actitudes deben
potenciarse en las clases de ciencias, cómo deben
enseñarse y aprenderse, cuándo deben
enseñarse y cómo deben evaluarse. La presencia de
los contenidos actitudinales, de forma explícita, en los
diferentes currículos es un hecho, pero también
está constatado que estos contenidos no se trabajan de
forma adecuada en las aulas y el proceso docente-educativo sigue
centrado en la transmisión verbal de los contenidos de
tipo conceptual como conocimientos elaborados.
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