Existe una confusión con respecto, a lo que es
alma y
espíritu. Son dos términos, que utilizamos dentro
del código
de palabras, que manejamos quienes estamos en esta, la nueva
forma de obtener conocimientos. Todo ser espiritual o quien
participa en esta línea de pensamiento,
debe conocer y diferenciar ambos términos. Intentaremos
comentar varios ejemplos.
La filosofía de lo rosacruces, dice "el hombre es
un espíritu que habita en un
cuerpo y que tiene un alma.
Espíritu se es, alma se tiene".
El espíritu es la parte divina, inmortal y
eterna, la chispa divina o emanación de Dios, que portamos
en lo más profundo, de nuestro ser.
Esta es la fuerza de
Dios, la luz eterna e
inextinguible, que nos ilumina en los momentos cruciales, de
nuestra vida. Podríamos comparar a Dios, con un gran
dínamo que al girar vertiginosamente, hubiera desprendido
miles de millones de (átomos) electrones
negativos.
Cada uno de esos átomos equivale al
espíritu de un hombre. Por lo
tanto, el hombre es un espíritu encarnado en un
cuerpo.
El alma, es la parte animal inteligente, o sea lo que
llamamos personalidad,
que se forma gradualmente como producto de la
unión espíritu-cuerpo… Que en mi opinión,
ésta se manifiesta en el instante en que el
espíritu energiza la mente y el cuerpo. Cuando un
sujeto tiene pena o sufre un estado de
profunda tristeza, generalmente es el alma la que está
sintiendo esto. En cambio, cuando
alguien dice "yo soy el que soy", es el espíritu el que se
ha manifestado. Lo que indica que nuestro espíritu puede
re-potenciar nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra
alma.
El espíritu es una energía
que está localizada en cada célula y
específicamente en cada átomo y si
somos más rigurosos podemos ir más
allá.
Está compuesta por la bioenergía y la
energía del CEU. Cada átomo ejecuta una labor
energética, por medio de turbinas
electromagnéticas, que giran alrededor del núcleo
(electrones), los cuales se nutren de energía
constantemente, por medio del aire que
respiramos y del sol. La energía da vida a la materia
bioquímica.
El objetivo
máximo del ser humano consiste en realizar la amistad eterna
del alma y espíritu, para lo cual es necesario cultivar el
alma, dándole conciencia e
inteligencia,
actualizando su contenido y sentido de vida. Es como un animalito
o niño pequeño, al cual debemos imponer nuestra
voluntad, para enseñarle a obedecernos en todo momento, y
no ser nosotros los que obedezcamos a la parte animal.
En el ser humano, cuando el alma adquiere conciencia o
inteligencia, podemos actuar a voluntad, con las fuerzas de la
naturaleza. La
ley de la
correspondencia dice, "como es arriba es abajo, como abajo es
arriba" o como dice la iglesia,, "
así como en la tierra es
en el cielo.".
Si aplicamos esta ley universal, a este caso en
particular, podemos afirmar, que todo lo que está dentro
de nosotros, también está fuera y por lo tanto,
aquel que conquiste su naturaleza interna, alcanzará
también el dominio de la
externa.
La alquimia, arte tradicional
del ocultismo, enseña a transmutar los metales viles en
oro. En el
aspecto espiritual, esto simboliza la transmutación de las
bajas pasiones en virtudes.
El alma que se desprende de las escoria de los
sentimientos y pasiones desenfrenadas, es cual refulgente escudo
de oro, que acoraza al individuo, en
contra del mal y la miseria humana.
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