El progreso
en comunidades andinas
Dentro las comunidades andinas no existe el
término progreso tal como lo comprenden las
culturas occidentales. "No se trataba de circular o responder
cultural y llanamente al concepto de
progreso como vocablo, sino como contenido cultural,
político y social,…" (Laguna, 2004:111). Pretender
considerarlo como parte de ellas sería simplemente buscar
una traducción entre términos de un
lenguaje a
otro. Haciendo de lado la esencia y representatividad de la
palabra. Sin embargo, puede hacerse un acercamiento a la
composición y contenido de la misma desde un punto de
vista andino.
Recuperando las concepciones de Cajías, quien
afirma: "En otras cosmovisiones, la idea de "progreso" no se
relaciona necesariamente con la producción y el consumo de
mercaderías sino con la felicidad" (Cajías,
2004:20). Claramente notamos la relación encontrada entre
progreso y felicidad. Por un lado en el occidente
el progreso está basado en la acción
de fabricar y adquirir maquinarias. Lo cual representa el alcance
de la felicidad para esa sociedad.
Ahora; ya dentro del contexto andino, es importante encontrar los
aspectos a través de los cuales las personas llegan a ser
felices o pueden considerarse así.
Entonces, si para los andinos el hecho de acumular
riquezas materiales no
es sinónimo de bienestar o felicidad, ¿Qué
lo es? Para tratar de comprender mejor esta concepción,
nos apoyaremos en algunas afirmaciones referidas a este aspecto.
Sin duda alguna las mismas aportaran a la ampliación y
desarrollo de
un mejor entendimiento de los factores generadores de felicidad.
En un contexto distante y en muchos aspectos diverso en cuanto a
la lengua,
cultura e
historia.
Ya se dijo en anterioridad: el progreso se asemeja a
la felicidad de las personas. Y en el occidente es la
acumulación de bienes
materiales para facilitar la vida. Otorgando mayor comodidad a
las personas quienes pueden contar con estos artefactos. Pero si
bien difieren con estas otras comunidades –las andinas- en
el hecho de contar con la mayor cantidad de cosas materiales,
ambos convergen en: la búsqueda de la felicidad a
través de medios propios
a su realidad. Las comunidades andinas tienen una visión
distinta para el alcance de ese anhelo. Va más apegada a
la buena convivencia con la familia y
entre los vecinos. Compartiendo y sobrellevando las situaciones
presentes en la vida.
Vivir bien y a gusto en una comunidad no
siempre es acumulando riquezas, como tener una buena casa,
tener carros y muchas otras cosas, sino, estar bien con todos,
ayudándose, compartiendo con todos y en
todo…(CHUYMA ARU, 2002:22).
Aún estando carentes de aquellos bienes
materiales considerados importantes para otras personas. Se da
más valor al vivir
en la comunidad como se lo hace en el seno familiar. Donde existe
una colaboración y empatía ante la desventura del
prójimo. Sin importar mucho el reunir lo no utilizado.
Porque en algún momento a ellos puede llegarles la
escasez de
alimento. Pero tendrán la tranquilidad del apoyo solidario
incondicional de sus vecinos dentro su comunidad.
A lo mejor pueda considerarse este tipo de felicidad
como una actitud
conformista y carente de energía en la lucha del
día a día. Pero esa es una percepción
ajena, externa a la realidad vivida dentro del contexto real. No
tomando en cuenta los principios
ideológicos ni las bases sobre las cuales está
construida cada sociedad. Porque no es lo mismo vivir una vida
desde adentro; con todos las características de una
cultura –idioma, costumbres-, comparada con aquella
vissión desde el exterior, con nociones y valoraciones
descontextualizadas. Influenciadas por aquellos aspectos
completamente ajenos a cierta realidad, dificultando estos una
comprensión real y adecuada del concepto, la
apreciación a todo lo considerado como felicidad
para cada comunidad.
…cada sociedad ha creado, con sus grandes
distancias culturales, sus percepciones de lo que es "estar
bien", "vivir bien" o "bienestar" como sinónimos de
progreso,… (Laguna, 2004:113).
No cabe duda, si bien el término progreso puede
ser utilizado dentro de varios contextos. Eso no implica una
representatividad común del mismo para todos.
Requerirá necesariamente realizar un análisis de las realidades y principios
específicos propios de cada grupo
social.
Lo importante ahora es recalcar: Sea cual sea la
concepción de progreso dentro de cualquier cultura. Todas
apuntan a la búsqueda y alcance del buen vivir o
una buena vida en la comunidad. Haciendo de lado un poco
ciertas acciones
marcadoras de una pequeña o mediana diferencia entre las
sociedades.
Con la intención de profundizar un poco
más el pensamiento
andino a cerca de la existencia o no de la palabra progreso
dentro su propia cosmovisión. Encontramos la posible
relación de dicho término con el alcance de la
felicidad según otras formas de vida. A
continuación se rescatan expresiones referidas a este
tema, vertidas por distintos representantes. Ya sean estos
intelectuales;
con conocimientos letrados, o personas campesinas; quienes
cuentan con una amplia experiencia en lo referente a la vida
comunitaria del campo. Pertenecientes ambos a las culturas
andino-amazónicas:
Cultura
Aymara
Esta cultura, al formar parte de las comunidades
campesinas andinas, comparte la ideología de: tener una vida feliz no es
necesariamente por la acumulación de instrumentos
tecnológicos muy avanzados. Más al contrario, dan
valor a otras cosas; de las cuales hablaremos más
adelante, por las que sienten un cariño parecido a aquel
demostrado hacia un compañero.
Los aymaras le dan más importancia al estar bien
consigo mismos y con los demás. Mantener la armonía
con el resto de los hombres, dentro y fuera de sus hogares. Ven
como una riqueza el tener buena salud, contar con el
alimento suficiente para satisfacer las necesidades del conjunto.
No mantener riñas ni desagrados con ningún otro
aymara. En fin, sentirse a gusto con todo lo circundante a su
persona y a su
familia.
Desconocen la existencia del término progreso
dentro su vocabulario. Pero sí viven aquellas sensaciones
que hacen agradable la estadía en la tierra. A
todos estos sentires le asignaron nombres propios de su cultura,
acordes con su realidad y cotidianeidad. Valorando más lo
construido y producido dentro sus regiones.
Suma sarnaqaña o suma jakaña, son
frases que expresan el sentimiento de vivir a
gusto en el campo, porque de todo a la mano…En
el mundo andino si uno está bien comido, con una buena
salud, siempre decimos este es vivir bien, alegre,
contento, pero en familia con todos, con toda nuestra comunidad
o con nuestro ayllu. (CHUYMA ARU, 2002:20).
En efecto, vemos cómo cambia la estructura del
término, e incluso sus características de acuerdo a
cada realidad. Pero la finalidad es la misma, llegar a satisfacer
los deseos tan anhelados en bien de ellos y el de sus
familias.
Se va haciendo más clara la ideología de
los aymaras. Quienes se esfuerzan por encontrar la armonía
con su entorno natural. Manteniendo una igualdad de
derechos y
responsabilidades por parte de todos los habitantes, dentro un
mismo espacio físico. Sin incurrir en esa idea de
dominación o superioridad, generadora de sometimiento a
los menos afortunados. A quienes les tocó sobrellevar una
existencia tal vez un poco más difícil. Como
consecuencia de distintas situaciones presentes en la vida
cotidiana. Comparada con la de otros hombres y mujeres a quienes
les va –si vale el término- "mejor".
En la actualidad; dentro las comunidades campesinas
aymaras, el problema no es tanto la desigualdad de condiciones
económicas entre sus integrantes. Sino la introducción de nuevas formas de vida no
adecuadas a la realidad regional. Desde el simple consumo de
alimentos
hasta el cambio de
pensamientos y principios descontextualizados. Haciendo parecer
al hombre blanco
o adinerado como al único capaz de acceder a ciertos
servicios.
Manejados por la gente considerada inferior, –trabajo de la
tierra,
transporte-.
El progreso estuvo acompañado de una fuerte
carga racista, ya que con esta idea se formo la
concepción de que el hombre
blanco sería el encargado de llevar adelante el proyecto de
civilización y el colonizado aparece, así, como
lo "otro de la razón". (Patzi, 2004:60).
Solamente el hombre blanco podía acceder a las
comodidades brindadas por la tecnología. Contrario
a ello, el rol del campesino era
simplemente el de producir ganancias para el patrón a
cambio de una baja o casi nula remuneración. Siendo por la
forma de cómo se manipula del progreso y todos sus
componentes, la mala aplicación de ellos.
Utilizándolos más como una herramienta de
sometimiento y no como una nueva opción de
vivencia.
En todo caso, al no poder ser
concebida la palabra progreso dentro la concepción aymara.
Primeramente por las consecuencias acarreadas desde su
introducción a estas comunidades. Y segundo porque los
elementos formadores y generadores de esta forma habitual no
corresponden a su naturaleza
generacional. La inclusión de este término
implicará un cambio de ideologías, actitudes y
deslindamientos de todos aquellos principios referidos a: la idea
de conservar sólo los recursos
necesarios para vivir. Siendo el excedente de la
producción destinado para compartirlo con los menos
afortunados de la comunidad. Pero; contrario a lo anterior, se
decide convertir esos excedentes en capital
financiero para la adquisición de más bienes
materiales.
…progreso se limita a la ideologización
de ver el factor de crecimiento material como bienestar humano.
(Yampara, 2004:87).
Debido a estos cambios dados en las comunidades aymaras.
Surgen manifestaciones de rechazo a las opciones brindadas por el
progreso occidental. Vertidas por las personas mayores
pertenecientes a estos pueblos originarios. Consideran a estos
cambios de conducta como una
falta de compromiso en beneficio de la comunidad. Saliendo a la
luz la
inevitable actitud de preservar lo obtenido sólo para
mí y para mi familia. No siendo practicada dentro las
relaciones sociales realizadas muchos años atrás,
por parte de los pobladores de ese entonces.
Sin embargo, sea o no admisible la particularidad del
progreso occidental como una opción de vida en
contextos andinos. Está clara la importancia de la
búsqueda de una estabilidad y un agrado hacia el vivir con
tranquilidad y bienestar. Sea el modelo de vida
europeo aceptando o no en la cultura aymara, existe un fin
común entre ambos. El suma
jakaña.
Cultura
quechua
Otra de las culturas andinas es la de los quechuas.
Ubicada geográficamente en las regiones bajas o de los
valles dentro el territorio boliviano. Dicha comunidad coincide
en muchas concepciones a cerca de la vida con sus hermanos
aymaras. Estas similitudes de pensamiento y costumbres apuntan a
la forma de ver y apreciar su vivencia con los principios de
dualidad, reciprocidad y complementariedad en la búsqueda
del bien común.
Para los quechuas estar en equilibrio con
su entorno natural y social es muy importante. Porque mantienen
un principio de bienestar mutuo, no estando tranquilos cuando un
hermano o compañero se encuentra en desventura. Ni tampoco
viendo a la Pachamama descuidada o maltratada. Siendo el
compartir con los demás una parte importante de la esencia
de su cultura. Son considerados más cálidos y
afectos frente a la condición ajena a veces desaventajada.
Un poco distinta en comparación a la actitud desconfiada
característica de los aymaras.
De igual manera, los quechuas no cuentan; dentro su
vocabulario, con el término progreso. Engloban a
las características similares; en significado, de esta
palabra con otras propias a su cosmovisión. No
apropiándose necesariamente de algo ajeno para poder
apreciar lo bueno de su entorno. Simplemente es entender a
qué tipo de cosas o actitudes le dan más valor. Una
parte fundamental dentro la estructuración de una sociedad
bien organizada; como lo es esta, es la de contar con un
vocabulario propio a través del cual expresan ideas y
sentimientos.
…si en la cultura quechua está ausente
la palabra o palabras que podrían corresponder a otras
castellanas –como el caso de progreso– no
significa déficit, ni un vació que hay que llenar
trasladando términos de otro lado, de otra cultura. Esa
ausencia significa una visión diferente y propia del
mundo y la vida de la cultura que nos ocupa. (Rojas,
2004:73).
Esto refleja una vez más cuan equivocadas
están aquellas personas quienes consideran a las culturas
vernáculas como grupos
sociales con muchas necesidades insatisfechas. Porque no
comprenden sus formas de vida, aquellas si bien son diferentes,
no necesariamente han de expresar carencia. Probablemente no
cuenten con algunos componentes ajenos a su esencia; pero poseen
otros, útiles y completos tal como lo es su existencia.
Llena de satisfacciones y alegrías, logrando así la
tan deseada felicidad.
Habiendo ya aclarado la existencia o no del
término dentro la lengua quechua. Veremos otras
expresiones propias y representativas de su cultura. Éstas
sin duda encierran; dentro su contenido, la satisfacción y
la valoración de la vida. Por tener su origen en el seno
mismo de la convivencia. Tan dulce y agradable como lo es la
hospitalidad expresada en sus relaciones sociales, su idioma no
ha de estar al margen. Llamativo y agradable cualquier oído a
pesar de no conocer muy bien el significado. Expresan una
cálida hermandad con su medio social y un claro apego a su
medio
ambiente. Característico del campesino, amante de la
tierra de donde cultiva el sustento propio y el de su
familia.
En un mundo vivo como el andino, donde el valor
supremo de todo existe es el afianzamiento de la vida misma, el
estar bien o sentirse bien no esta parcelado en componentes.
Allin kawsay (buen vivir), sumaq kawsay (lindo
vivir), misk´i kawsay (dulce vivir) etc, son
nociones que tienen una connotación holístia.
Todos los habitantes del pacha debemos vivir bien,…
(ASAP, 2002:103).
La valoración dada de los quechuas hacia el resto
de los habitantes de su entorno social y su medio ambiente
–animales,
plantas y
deidades- es inmensa. No los ven como simples elementos
individuales convergentes en un mismo tiempo y
espacio. Consideran a todos ellos como seres importantes para la
existencia común. Irremplazables en todo aspecto, siendo
merecedores del mayor respeto posible.
Para mantener la relación armoniosa característica
de toda familia, en el presente caso una gran familia.
Una vez más, la diferencia entre la cultura
occidental y las culturas andinas no sólo es el idioma.
Gracias a la contrastación de las ideologías tanto
andinas como europeas. Porque para poder entender el mundo
andino-amazónico primero se debe conocer, escuchar y no
ser euro céntrico –hablando de la cultura europea-.
Pues es muy cierto el hecho de la presencia de varias formas de
vida habitantes incluso en un mismo espacio geográfico. No
implicando esto una necesaria igualdad, simplemente por creer a
lo propio como "lo mejor", lo irremplazable, lo
mínimamente indispensable para estar bien.
Los quechuas tenemos otros valores,
otros motivos, otro sentido de vida, así como los amigos
europeos tienen el progreso. (Rojas,
2004:73).
Cada grupo social; con el pasar de los años, ha
desarrollado estilos de vida, buscando siempre su bienestar. Y si
bien en contextos distintos se fueron estructurando sociedades
diversas, aparentemente con mejores condiciones de habitabilidad,
éstas no necesariamente han de ser adecuadas o
imprescindibles para otros pueblos. Porque las condiciones y los
intereses no son los mismos.
Existir de manera plena y placentera dentro de la
cosmovisión quechua requiere mantener un estado
armónico entre todos los habitantes. Tal como uno recibe
la cooperación, las bendiciones y los buenos deseos, debe
retribuirlos en beneficio del resto. A esta dinámica favorable de compartir todo con
todos, ellos lo llaman ayni. Consistente en la ayuda mutua
entre co-habitantes. Cuando una persona o familia de la comunidad
necesita ayuda; ya sea con la mano de obra en el trabajo, el
distribuir alimentos en tiempo de escasez, etc. El resto acude en
pos de contribuir en la mejora de estas personas. Pero lo
más apreciable de estas actitudes es el motivo por el cual
lo realizan. Actúan con la conciencia de
algún día poder pasar por la misma necesidad y de
la misma forma necesitaran ayuda. Cooperan porque así les
dicta su aprecio y cariño por los demás, o hacia la
misma naturaleza. Encontrándose ésta última
a veces afectada por plagas o sequías, no optan por
abandonarla; más al contrario, se quedan para cuidarla y
devolverle de alguna forma todas las bondades recibidas tiempo
atrás.
Es así cómo forman un círculo de
crianza, donde todos aportan con su esfuerzo de manera
desinteresada. Siendo retribuidos de la misma manera en momentos
de necesidad aunque así no lo pidan. Y esto se da entre
personas, animales y con la misma naturaleza junto a todas sus
deidades. A la armoniosa relación de cuando "Al criar se
es al mismo tiempo criado" (Rengifo, 2007: 129).
En ningún momento fue necesario incluir la
adquisición de objetos caros y ostentosos para hablar de
una vida feliz dentro esta sociedad. Estar bien con su tierra,
poder trabajarla con cariño y agradecimiento en
épocas de abundancia o de escasez. Convivir con sus
animales, criarlos dentro la familia, considerarlos no como
recursos alimenticios, sino más bien compañeros
habitantes del llamado Pacha. Con todos estos elementos
ellos viven el día a día de manera placentera. Van
hacia delante en el tiempo construyendo su propia sociedad. No
quedándose estáticos en la historia, soportando
hasta más no poder. Más por el contrario, disfrutan
a bien las buenas y no tan buenas circunstancias de la vida en
compañía de la pachamama y las deidades.
Cultura
Guaraní
La última cultura de aquellas pertenecientes a la
región andino-amazónicas del territorio boliviano
sobre las cual hemos hablado es la cultura de los pueblos
guaraní. Estas personas ocupan el lado este de nuestro
país, es decir la parte de las tierras bajas de Bolivia y
América
Latina, mejor conocida como amazónica. Caracterizada
por tener un clima
cálido, húmedo y a veces seco en las parte del
chaco. Además de contar con una diversidad extensa de
flora y fauna
silvestre.
Es por la inmensa variedad vegetal y animal;
característica de este espacio geográfico, que
estructuraron un estilo de vida
ajeno al de los aymaras y quechuas. Las cuales se mantienen en un
determinado territorio para trabajarlo y cuidarlo. Viviendo del
cultivo de la tierra. Los guaranís por su parte recorren
el territorio aprovechando los alimentos provenientes de la
naturaleza. Y según la historia, van cambiando
constantemente de lugar hacia otros espacios de donde puedan
proveerse de alimento.
Tal vez esta forma de vida pueda considerarse parecida
al de aquellas plagas devoradoras de alimento. Conocidas por
abandonar el terreno cuando ya no se puede aprovechar más.
Pero la realidad –aparentemente similar- es
otra.
"Ellos realizan estas pequeñas migraciones
dentro la amazonía para mantener el equilibrio entre el
resto de los seres vivos habitantes de la selva. Porque
recolectan frutos, cazan mamíferos y aves,
además de pescar en los ríos sólo cuando
la comunidad requiere alimento. Una vez consumido este recurso
vuelven a buscar otro sustento; para así no
desperdiciarlo, demostrando respeto por la naturaleza."
(Arratia, 2007)
Si ya dentro el espacio de recolección, caza y
pesca la
cantidad de alimento va disminuyendo; no al extremo de su
agotamiento, se trasladan a otro sitio. Dejando el anterior libre
durante algún tiempo, para poder este volver a ser
abundante tras haber transcurrido cierto lapso. Es así
cómo ellos aman y respetan su medio ambiente y llevan una
vida placentera. Cumpliendo con muchos de sus anhelos
característicos de su cultura.
La dinámica en la provisión alimentaria de
estas comunidades es la siguiente: Los varones adultos -y
jóvenes más hábiles- se internan en la selva
de noche provistos de flechas y lanzas construidos por ellos
mismos para poder sorprender a los animales atareados con el
sueño y así cazarlos. Tras esa actividad de
búsqueda, habilidad y paciencia, retornan la aldea de
madrugada con la carne conseguida. Para entregárselo a las
mujeres, quienes han de prepararla y compartirla entre todas
las familias.
Luego de las faenas de caza o pesca, el varón
se dispone a reposar durante casi todo el día recostado
en su hamaca. Interrumpiendo su descanso sólo cuando se
acaban las provisiones. Esta es la estampa
característica del hombre oriental, verlo descansando
por muchas horas a la sombra de su techo sin más otro
afán. Mientras los niños
y jóvenes varones van aprendiendo las técnicas
y secretos de caza, pesca y recolección desarrolladas
por ellos desde hace muchos años atrás. A
través de las charlas realizadas con los más
ancianos de la comunidad. En cambio las mujeres dedicadas
netamente a la labor culinaria, crianza de los más
pequeños, confección de ropa con materiales de su
entorno, y la atención a los hombres de la aldea.
(Arratia, 2007)
Lo mucho o poco obtenido en la búsqueda del
sustento diario son en beneficio del conjunto. Sin importar la
desventura de no haber logrado traer alimento al retorno de la
caza. No siendo este un motivo para no poder recibir su
ración a la hora de la cena. Al ser demostrada esta
actitud de compartimiento por parte de todos los componentes de
cada tribu. Se ve claramente cuán felices se sienten estas
personas al ver beneficiados a todos los del grupo. No relegando
a las personas quienes tuvieron dificultad para conseguir el
sustento nutritivo. Es más importante para ellos verse
reunidos, estar juntos disfrutando del esfuerzo de todos.
Así lo manifiesta Camargo, un representante proveniente de
esta cultura. "Para que un guaraní se sienta plenamente
feliz, primeramente debe estar seguro que sus
semejantes están felices." (Camargo, 2004: 26).
Otro aspecto importante para la existencia plena de los
amazónicos es el logro de la verdadera libertad o
yeyora katuete –palabras propias de su idioma-.
Comparándose con el resto de los habitantes de la
naturaleza. Incapaces de vivir encerrados o con limitaciones de
espacio. Enalteciendo además el principio de poder
favorecer al prójimo, imitando el rol otorgado a la
inmensa flora y fauna proveedores
del sustento diario. Considerando al hecho de dar como un
don favorable para el conjunto. Este privilegio de poder dar lo
denomina ellos como mborerekua. Así los
guaranís tampoco reconocen la existencia del concepto
progreso dentro su cosmovisión. Ellos
también valoran a aquellas cosas tan preciosas y
codiciadas por cada comunidad.
Esta sociedad está más alejada –en
comparación a las dos anteriores- de vivir preocupada por
la acumulación de riquezas económicas u objetos
materiales. Viven el día a día como criaturas
libres en armonía con su medio circundante.
Paradójicamente Camargo; el autor mencionado con
anterioridad, introduce el término "económico"
dentro la concepción guaraní. Comparándolo
con el tan mencionado progreso dentro el presente ensayo.
El concepto de progreso en la cultura guaraní
se entiende como el equilibrio perfecto entre el
bienestar social (de las personas, familia, comunidad y
del pueblo en su conjunto) y el bienestar
económico;… (Camargo, 2004:25).
Sin embargo, no se pierde la visión de bienestar
en armonía con sus allegados. Como lo es el estado de
sobre vivencia, tan anhelado dentro de cualquier grupo
social.
Durante el transcurso del presente semestre, muy poco se
converso a cerca de la forma de vida propia de la cultura
guaraní. Siendo esta tal vez distinta a la aymara y
quechua, pero no menos importante. Si bien no se habla de
reciprocidad, sí se practica el esfuerzo común. Sea
mucho o poco lo conseguido, es en beneficio de todos. El conjunto
busca el sustento para toda la comunidad. Siendo la felicidad del
resto lo más importante para cada individuo.
Al momento de concluir es importante rescatar; en vez de
parcializar, todas y cada una de las visiones a cerca de la
búsqueda de la felicidad. Independientemente de la
existencia o no de un término dentro de los ya mencionados
contextos sociales.
La acumulación de instrumentos
tecnológicos es quiérase o no una forma de mejorar
la calidad de
vida para muchas sociedades. Incluso puede ser beneficiosa
dentro de las concepciones andinas, las mismas mantenidas hasta
nuestros días como parte de la naturaleza, sostenidas
gracias a sus bondades. Siendo estas aprovechadas sin necesidad
de transformarlas o alterar su curso natural.
Por otro lado las culturas andinas y amazónicas
no dan tanta importancia al progreso como una adquisición
de bienes materiales. Si bien admiten las facilidades en el
trabajo que brinda la tecnología y su producción.
Prefieren estar bien con su comunidad a pesar de no contar con
los recursos para adquirir artefactos y maquinarias.
Preponderando la suficiencia alimenticia y bendiciones dadas por
sus deidades.
La tecnología ya sea a nivel de consumo o
producción puede encajar a las ideologías
andino-amazónicas. Pero con el principio de utilizarlas en
beneficio conjunto de la comunidad. O por lo menos puesta a
disposición como una forma de ayuda ante algunas
necesidades de la población. Además es importante
hacer hincapié en la actitud de no anteponer el conseguir
riquezas materiales, frente a la estabilidad o bienestar del
prójimo. No sobrepasar los derechos ajenos con tal de
satisfacer algunos deseos superficiales de ostentosidad
material.
Si bien progreso es ir hacia adelante, hay muchas
formas de hacerlo. Dependerá esto mucho del tiempo y
espacio. Aquellos factores proporcionantes de una vida más
placentera son innegablemente diversos. Y claro no aplicables o
adecuados para todos los contextos del país.
Sea cual sea la visión de progreso, siempre
implicará la búsqueda de la felicidad. A
través de la adquisición de bienes materiales o el
mantenimiento
de los placeres espirituales. Pero lo importante es mantener un
equilibrio de respeto con la sociedad y la naturaleza.
Será necesario antes de verter opiniones o
juicios comunes como: "pobre gente", "carecen de tantas cosas",
o, "tienen una vida muy incompleta", ver la realidad desde
adentro. Tomando en cuenta todos sus componentes y causas, y no
en forma superficial como se lo viene haciendo.
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