Las Cookies: ¿amenaza a la privacidad de información en la Internet?
- Abstract
- Informática y el flujo
de información - Privacidad
en el acceso a la información y derecho a la
intimidad - Conclusiones
- Bibliografía
Abstract:
Estas nuevas situaciones que están
convirtiendose en parte de la cotidianeidad del S. XXI merecen
una reflexión jurídica y en este capítulo
nos dedicaremos a explicar los elementos principales del problema
que abordamos; es decir, la proliferación de bases de datos,
la aparición de la internet y los cookies,
aspecto que motiva este trabajo el
cual es sólo uno de los nuevos riesgos que
enfrenta el hombre
moderno. En el próximo capítulo intentaremos
delimitar una noción de intimidad que sirva como
herramienta a nuestro trabajo; por ahora, nos dedicaremos a
plantear la realidad del fenómeno, a fin de dejar
establecido el problema, antes de describir el estado de
la cuestión en la doctrina jurídica.
"HAMLET: No
entiendo bien eso. ¿Quieres tocar esta
flauta?
GUILLERMO: Yo no puedo, señor.
(…)
HAMLET: Pues mira tú en qué
opinión tan baja me tienes. Tú me quieres tocar,
presumes conocer mis registros,
pretendes extraer lo más íntimo de mis secretos,
quieres hacer que suene desde el más grave al más
agudo de mis tonos; y ve aquí éste pequeño
órgano, capaz de excelentes voces y de armonía, que
tú no puedes hacer sonar. ¿Y juzgas que se me
tañe a mí con más facilidad que a una
flauta?. No, dame el nombre del instrumento que quieras; por
más que le manejes y te fatigues, jamás
conseguirás hacerle producir el menor sonido."
SHAKESPEARE, William. HAMLET (Acto III, Escena
XVI)
1.
INFORMÁTICA Y EL FLUJO DE
INFORMACIÓN
Desde sus remotos orígenes, la sociedad
humana ha experimentado diversas formas de integración y organización, así encontramos una
primera etapa en que la riqueza era constituída por
la tierra,
más exactamente aún, por la posesión de
esta. Luego; con la revolución
industrial, la sociedad se organiza de acuerdo a la producción industrial, aparece la
producción en masa y ciudades industriales que en su
momento, inspiraron algunas de las obras de Dickens.
Actualmente, la riqueza es constituida por la
sistematización de la información(1) , la cual empieza a tener
valor
económico y tener grandes consecuencias sobre las comunicaciones, el trabajo y
la vida diaria en general. Uno de los aspectos más
relevantes de esta etapa es la aparición de la Internet,
la cual permite acceder a través de una computadora a
sitios remotos que en vida tal vez nunca podríamos
visitar; asimismo permite relacionarse con personas cuya
lejanía espacial es reemplazada por una cercanía
virtual. De esta manera, es posible comunicarse con varias
personas distantes a la vez y acceder a información remota
mediante newsgroup, sin limitaciones. Al respecto Bill Gates
comenta: "Cualquier persona puede
enviar ya un mensaje a otra, mediante la Internet, tanto para
asuntos de negocios como
de educación
o formación o simplemente por diversión. Los
estudiantes de todo el mundo se pueden enviar mensajes. Los
presidiarios pueden entablar animadas conversaciones con amigos
con los que nunca se podrán reunir."(2)
Sin embargo, la internet tiene sus riesgos, no siempre
sabemos si la persona con quien nos comunicamos es verdaderamente
quien dice ser(3) . y mucho menos podemos estar seguros que
nuestra relación con la Red sea totalmente inocente,
en realidad, podríamos dar más información
personal de la
que quisieramos ofrecer. Es algo que caracteriza a estos tiempos
modernos, en que los satélites
son capaces de fotografiar el interior de nuestras casas,
minúsculas cámaras pueden ser introducidas en
nuestros cuerpos, o que de un momento a otro una amable
señorita, muy al tanto de varios detalles personales, a
quien no conocemos nos llame para vendernos un seguro de vida
mediante la modalidad del Marketing
Directo.
"En etapas anteriores el respeto a la vida
privada podía realizarse mediante el uso de los sentidos
tales como la vista y el oído. Se
permanecía así dentro de los límites de
las relaciones naturales. Los muros de una casa, la soledad de un
lugar desierto, incluso el tono expresivo oral de un susurro,
eran suficientes para asegurar la protección de la
intimidad y para excluir el
conocimiento y la difusión de las acciones y de
las palabras de un individuo o de
varias personas unidas entre sí por el vínculo de
la confidencia. Hoy es posible observar y escuchar a distancia,
sin límites de tiempo, de
espacio o de modo; se pueden realizar fotografías en la
noche, establecer comunicación simultánea de imagen y sonido
con distintos lugares gracias a los circuitos
televisivos, dejar involuntariamente el testimonio registrado de
la propia imagen o de las conversaciones mantenidas e, incluso,
se pueden confesar los propios pensamientos sin el uso de la
tortura física
y casi inadvertidamente". (4)
Estas nuevas situaciones que están convirtiendose
en parte de la cotidianidad del S. XXI merecen una
reflexión jurídica y en este capítulo nos
dedicaremos a explicar los elementos principales del problema que
abordamos; es decir, la proliferación de bases de datos, la
aparición de la internet y los cookies, aspecto que motiva
este trabajo el cual es sólo uno de los nuevos riesgos que
enfrenta el hombre
moderno. En el próximo capítulo intentaremos
delimitar una noción de intimidad que sirva como
herramienta a nuestro trabajo; por ahora, nos dedicaremos a
plantear la realidad del fenómeno, a fin de dejar
establecido el problema, antes de describir el estado de la
cuestión en la doctrina jurídica.
1.1- Uso de bancos de
datos
Cabe distinguir entre las bases de datos y los bancos de
datos. En primer lugar, la base de datos
es el almacenamiento de
datos referidos al aspecto informático; es decir, a la
estructuración de los datos memorizados, los lenguajes de
programación, etc. En tanto que los bancos de datos se
relacionan con informaciones referentes a un sector particular
del conocimiento,
siendo un término más apropiado para ser utilizado
en el almacenamiento de información en el campo social.(5)
Nuestra investigación se orienta a los bancos de
datos por la relevancia jurídica y social que tienen, la
cual explicaremos en este sub capítulo.
Una vez aclarados estos términos, sería
interesante hacer unas reflexiones sobre el mundo previo a la
aparición de las bases de datos. Posiblemente nos
encontremos con más de una sorpresa que nos ayuden a
entender la magnitud del problema.
Philippe Lemoine nos llama la atención sobre un interesante hecho: hasta
hace relativamente poco tiempo atrás ciertas personas no
eran nombradas más que por su pequeño circulo de
amigos durante toda su vida. "Su nombre era inscrito
posiblemente, en un registro; era
conocido si pertenecía a una familia o a un
clan; era dado a leer a los viandantes, sobre la lápida
sepulcral. Pero a nivel nacional ¿Quién se
preocupaba por nombrarle?".(6) En nuestro mundo actual somos
llamados constantemente, todos los ciudadanos somos conocidos por
la RENIEC, la SUNAT y las municipalidades a quienes pagamos
tributos
tienen registrados nuestros nombres, los bancos conocen nuestros
nombres y cuentas de
ahorros, la policía nos registra por nuestros antecedentes
(o la falta de estos), ESSALUD o una AFP nos registra en su base
de datos, la compañía de teléfonos
también y si lamentablemente somos malos pagadores podemos
aparecer entre los registros de una central de riesgo privado de
alguna empresa(7) o de
la Cámara de
Comercio.
Múltiples registros nos arrebatan nuestro
apacible anonimato, ¿en cuántos ficheros más
tendremos registrados nuestros nombres?. Ciertamente es
difícil decirlo porque constantemente los registros
públicos y privados se reproducen como las cabezas de la
medusa. Aparentemente, en cada actividad que realicemos nuestro
nombre será registrado y además otros datos que nos
conciernen, como la edad, sexo,
ocupación, lugar de estudios, etc.
Es posible que revelar algunos datos básicos no
nos moleste en algunos casos, pero en otros si sería
inconveniente. Lo más interesante de todo es que reunida
la información de cada fichero público y privado y
realizando un "cruce" de información se arroje
una orwelliana descripción de nosotros, incluyendo
detalles que hubieramos preferido mantener en reserva o
sólo para unos pocos oídos. En 1986 Philippe
Lemoine escribía:
"Se dice que hay ya en Francia
100,000 ficheros automatizados de personas y que se prevé
que el número de ordenadores instalados se triplique en
los cinco próximos años. Según
cálculos realizados en el extranjero, cada ciudadano tiene
inscrito su nombre, por término medio, en más de
500 ficheros. Habida cuenta de las actualizaciones y de los
procedimientos
que se realizan de una forma contínua en estos ficheros,
se puede decir que cada uno de nosotros es "nombrado" cuatro o
cinco veces al día, por alguien que es desconocido o
simplemente por una máquina"(8)
Seguramente la situación en Perú a inicios
del siglo XXI debe ser similar. La técnica informática es capaz de convertir el
aparentemente inocuo dato de nuestro nombre en valiosa
información que puede tener uso comercial u otros fines.
Nuestros nombres clasificados en múltiples registros
arrojan información completa sobre nuestra personalidad y
así como nosotros, de otras personas ya no tan
"anónimas" como quisieran; peor aún, somos
etiquetados sin siquiera saberlo o desearlo.
"Daniel Bel ponía de manifiesto los peligros
que la informática hace correr a las libertades, al
considerar el ordenador como una temible amenaza para el
ciudadano, pues al agrupar todas las informaciones , que, tomadas
por separado, apenas presentan interés
por sí mismas, se puede llegar a conocer a un individuo de
manera muy completa, conocimiento que facilita todos los
controles y todas las manipulaciones, ya que cualquier oficinista
sentado ante un terminal podría saber más de
nosotros que nuestros más íntimos y viejos
amigos(…) La utilización de la electrónica permite conservar, en ficheros
separados, prácticamente todos los datos sobre una
persona, y además poderlos conectar de forma inmediata con
otros ficheros aunque estén físicamente muy
distantes"(9)
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