- La Regla del
DNA - Los
"mártires del 9-11" - Sectas y
grupos destructores de la persona y de la
sociedad… - Cómo
son las sectas - La
tentación - La
metamorfosis - La
Conservación - Bibliografía
Las intuiciones, nuestros instintos como fuentes de
direcciones prodigiosas y otras consideraciones
filosóficas…
A menudo, cuando observamos el comportamiento
de adaptación de algunas especies; como, por ejemplo, las
aves, nos
damos cuenta, de modo sorprendente, de las complejidades pasmosas
que constituyen el repertorio de las capacidades de ajuste de
todos, los animales y de los
seres vivos.
Por ejemplo, podemos preguntarnos:
¿Cuándo, cómo y de qué manera
adquirieron las aves el
conocimiento automático que les hace migrar a otros
climas en el invierno? ¿Cómo saben con
precisión exacta cuáles semillas le suministran
medicación y cuáles alimento, además de
cómo se orientan durante su vuelo a oscuras?
¿Cómo intuyen enemigos potenciales y cómo
seleccionan a quién volará a cabeza de la
formación? ¿Cómo aprenden a seleccionar la
ubicación, la defensa y los materiales
específicos para la construcción de sus nidos? Una vez que
lleguen a su meta final.
Estas reflexiones acerca de seres que carecen de nuestra
inteligencia,
o de inteligencia alguna, se tornan más intrigantes,
cuando ponderamos los cálculos matemáticos que
fueran necesarios para erigir la ciudad andina de Machu Picchu,
las pirámides de Egipto, o para
los habitantes de la Micronesia; lanzarse a la mar en sus
embarcaciones endebles logrando colonizar tierras remotas,
navegando un océano, cuyo sólo atributo
"Pacífico" es el nombre que, erróneamente, le
dieran.
Asimismo, la humanidad ha presenciado con misteriosa
frecuencia histórica lo que yo he llamado "La Regla del
DNA". Ésta última consiste en la tendencia
universal, por la cual fenómenos de naturaleza
idénticas aparecen simultáneamente, en localidades
— entre ellas remotas — sin que hubiese sido posible la
comunicación física entre
ellas.
Es precisamente a esa receptividad y a esa
preparación idiosincrásica, que conlleva a la
acción;
aparentemente inspirada y fortuita, a lo que me referiré
en estas páginas.
Cuando escribiera acerca de la sincronía, hice
referencia a esta noción paradigmática, la cual es
la pieza central de los cambios por antonomasia a que Thomas Kuhn
aludiera en su publicación clásica, Estructura
de las Revoluciones Científicas en
1962.
La Regla del
DNA
Siguiendo la "Regla del DNA". Históricamente,
nuestra especie evolucionó los lenguajes,
desarrolló la agricultura,
inventó la escritura,
fundó las varias monarquías, concibió el
arte y la
música,
hizo los grandes descubrimientos médicos, colonizó
el planeta Tierra,
desarrolló el "Arte de la Guerra", dando
pie a las grandes religiones y a los
movimientos filosóficos, pari pasu, de un modo
coincidente y sorpresivamente
simultáneo.
Pero hay más, ya que lo arriba mencionado, lo
intuimos — sino es que lo sabemos.
Como todos hemos, alguna vez, vivido, enigmas
existenciales. Los que a menudo surgen, afectándonos a
todos simultáneamente — como si, para ello, hubiese
existido una preparación o un ensayo
previo.
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