La expresión oral puede ser espontánea,
pero también producto de
una preparación rigurosa. En la escuela se
debe promover las dos formas de expresión, de acuerdo al
grado en que se ubiquen los estudiantes. En los primeros grados
se sugiere dar preferencia a la expresión
espontánea para "romper el hielo" y habituar la
participación de los alumnos. En cambio, en
los últimos grados será preferible dar prioridad
a la exposición preparada, especialmente sobre
asuntos académicos.
En el caso de una exposición preparada se
sugiere seguir las siguientes etapas:
Actividades previas
- Generar ideas
- Seleccionar temas adecuados
- Elaborar esquemas previos
- Emplear técnicas
para recoger y organizar información - Preparar la intervención oral
- Usar soportes para preparar la
intervención - Preparar estrategias de
interacción
Producción real del discurso
- Conducir el discurso
- Controlar la voz
- Controlar la mirada
- Emplear gestos y movimientos corporales
- Presentar argumentos
- Emplear recursos de
persuasión - Presentar ideas en forma coherente
- Otorgar originalidad al discurso
- Hablar con corrección y fluidez.
- Emplear recursos tecnológicos de
apoyo
Actividades de control y
metacognición
- Dosificar el tiempo
destinado a las exposiciones - Autorregular el discurso
- Negociar el significado
- Ofrecer canales de
retroinformación - Adecuar el mensaje al contexto y a los
interlocutores - Reflexionar sobre el proceso de
preparación y producción del discurso.
El desarrollo
de la expresión oral requiere constante práctica,
por eso es que las actividades que la estimulen deben ser
frecuentes y variadas, fijando el propósito en forma
clara para que el estudiante sepa qué es lo que se
espera de él.
El aprendizaje de
la expresión oral se puede realizar mediante varias
opciones, como las siguientes:
Son aquellas que tienen una corta duración,
entre cinco o diez minutos, y que se insertan en las sesiones
de aprendizaje destinadas a otros propósitos. El
objetivo
de esta estrategia
es dirigir la atención a capacidades
específicas de la expresión oral, de tal manera
que se vaya reforzando progresivamente cada una de ellas.
Esto requiere que el alumno sepa con claridad lo que va a
realizar (identificar partes importantes, identificar el
propósito del emisor, inferir datos,
controlar la voz, seleccionar el turno de
participación, etc.). Es preferible desarrollar estas
actividades cortas antes que las aburridas tareas de llenar
fichas de
comprensión, con la única finalidad de detectar
errores. Lo que debe importar, en todo caso, es cómo
el alumno expresa o comprende el texto.- Actividades de microaprendizaje
- Actividades totalizadoras.
Son actividades más extensas y complejas,
preparadas intencionalmente para desarrollar los distintos
procedimientos
de la expresión oral. Se emplea variedad de recursos y
técnicas y, aun cuando se desarrollen articuladamente
con la
comunicación escrita o audiovisual, el
énfasis está puesto en la expresión
oral.
En ambos casos, se necesita seguir una ruta que
oriente el trabajo,
y que podría constar de los siguientes pasos:
- Determinación de propósitos.
Constituye lo que se logrará al finalizar la
actividad. Los propósitos se deben expresar en forma
clara para que los estudiantes se involucren en el trabajo. - Formulación de indicaciones.
También es importante que los alumnos sepan con
precisión las tareas que van a realizar (buscar
palabras o frases clave, identificar la intención del
emisor, etc.) - Exposición del material. Consiste en
la presentación del motivo que dará lugar a la
participación oral o del texto que comprenderán
los alumnos. Puede ser una lectura,
un discurso, parte de una conferencia,
etc. El material debe dar oportunidad para apreciar los
elementos del contexto y los recursos no verbales que otorgan
sentido al texto (miradas, gestos, movimientos bruscos, entre
otros.) - Ejecución de la tarea. Los alumnos
desarrollan los distintos procedimientos de la
expresión oral previstos en la actividad. - Contrastación de productos. En pares o en grupos, los
estudiantes comparan sus productos, intercambian opiniones,
proponen formas de mejoramiento. - Reflexión sobre la actividad. Los
alumnos y el profesor
dialogan sobre el proceso realizado, las dificultades que
tuvieron, los logros alcanzados y la manera de mejorarlos
(metacognición). Si se trata de una
actividad para comprender textos orales, se puede hacer una
nueva exposición del material para verificar si las
tareas ejecutadas por los alumnos han permitido desarrollar
los procedimientos de comprensión oral
previstos.
La secuencia propuesta puede ser modificada o
enriquecida. No se pretende, de ningún modo, convertirla
en modelo
rígido. Algunas etapas podrían repetirse una o
más veces, usualmente sucede así. Incluso, el
docente puede encontrar caminos mucho más funcionales,
de acuerdo con su experiencia y la realidad del centro
educativo
- Descubriendo intenciones
La finalidad de esta actividad es
ejercitar la capacidad para identificar la intención del
emisor. Consiste en hacer escuchar textos orales expresados con
diferentes estados de ánimo (tristeza, alegría,
cólera, desaire, etc.). Los alumnos deben
descubrir qué pretende el emisor y por qué
consideran que es así.
TEXTO | Intención del |
¡Señor policía!, ¡yo | El conductor pretende atemorizar al |
Jefecito, yo estoy cumpliendo con las normas, | El conductor pretende conmover al |
Oiga Jefe, esto podemos arreglarlo, usted | El conductor pretende sobornar al |
¿Qué dice usted, señor | El conductor llama la atención sobre la |
Se puede dialogar sobre qué indicios permiten
descubrir la intención del emisor (fuerza
expresiva, palabras empleadas, velocidad
con que se expresan las ideas, etc.) Se puede, igualmente,
permutar los roles. Es decir, hacer hablar al policía en
lugar del conductor.
- Anticipando respuestas
Consiste en presentar una entrevista
por partes. Primero se deja escuchar la pregunta, y se solicita
que los alumnos hagan una lluvia de ideas sobre las posibles
respuestas del entrevistado. La finalidad es que los alumnos
desarrollen la habilidad para activar sus conocimientos y
experiencias previas necesarias para la comprensión de
los textos. A continuación se deja escuchar la respuesta
que dio el entrevistado y se dialoga sobre los aciertos de los
alumnos. Finalmente se reflexiona acerca de las razones que
motivaron las respuestas anticipadas.
- Juego de roles
Se pide a los alumnos que asuman diferentes roles
(empleados públicos, periodistas, amigos, etc.) y que
intercambien opiniones tratando de emplear el lenguaje
que más se aproxime a los roles asumidos. La finalidad
es comprender que debemos adecuar nuestro lenguaje a
las características de los interlocutores y a la
situación comunicativa. Además, es importante que
el alumno se ponga en el lugar del otro, para darse
cuenta de que debe respetar las ideas y el modo como se
expresan los demás. Ej. Un alumno desempeña el
rol de profesor y otro de alumno irresponsable. Después
de 2 minutos, se cambia de roles y vuelven a sustentar sus
posiciones.
- La controversia
Se presenta un tema que genere opiniones divergentes
(la
clonación, las barras bravas, el pandillaje, la
eutanasia,
etc.). El profesor puede sugerir algunas posiciones
discrepantes sobre el tema, y dejar que los alumnos manifiesten
la propia. El alumno deberá expresar oralmente lo que
piensa sobre el tema, presentando argumentos que sustenten su
posición en base a valores. La
finalidad es desarrollar las habilidades de
argumentación y persuasión, así como
fomentar actitudes de
respeto
hacia los demás y sus ideas. Esta actividad debe ser
ágil y dinámica, para que no cause aburrimiento.
Los alumnos asumirán libremente su posición, y si
estuvieran indecisos, también expondrán los
motivos de ello.
- Conversaciones
Esta es una técnica muy sencilla, y a la vez
soslayada. Toda la actividad escolar debe estar regida por
conversaciones constantes sobre temas diversos. Como motivación, al inicio de las clases, son
muy efectivas para crear un clima de
confianza. Los temas deben ser interesantes para el
alumno y la participación será
espontánea. El docente anima permanentemente a los
más callados y orienta la conversación. En grados
avanzados, este rol puede asumirlo un alumno cada vez, de tal
forma que se desarrollen habilidades para iniciar, reorientar y
culminar una conversación, respetar los turnos,
aprovechar el tiempo concedido , etc.
Quispe Figueroa, Juvenal
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