- El saber es una cuestión
de estudio - La probabilidad de ocurrencia de
un hecho - La fe como
consecuencia de la razón - Acontecimientos
requieren de razón para creerlos - Creacionismo y
Evolucionismo - La
creación es un asunto de
razón - El
estudio para alcanzar la Fe - El
concepto racional del Dios creador - Conclusión
1.-
Introducción
Casi en todas las conversaciones que he mantenido, ya
sea con familiares, amigos y vecinos e incluso con visitantes
religiosos, me han dicho que la creencia en Dios es un asunto de
fe y no hay cabida, en asuntos religiosos, la razón. La
Biblia define de manera muy precisa lo qué es la fe. Nos
dice: "Es la certeza de lo que se espera, la convicción de
lo que no se ve." Aunque no es mi propósito realizar un
análisis de esta definición, si
saltan a luz algunas
reflexiones de este mismo concepto: Certeza
es la confianza que un hecho tiene que ocurrir y
convicción es la seguridad que lo
que tiene que suceder sucederá. Ante la creencia
convencida de que mediante la razón no se puede llegar a
Dios, tengo algunos reparos al respecto que vale la pena ponernos
a reflexionar.
2.-
El saber es una cuestión de estudio
Empezaré con un ejemplo sencillo: Estoy
convencido de que, si suelto una piedra que soporta mi mano
ésta inevitablemente irá a parar al suelo. El efecto
de soltar la piedra hará que actúe la gravedad (que
siempre está presente en todos los cuerpos que existen en
la tierra) y
el objeto caerá en el sitio donde me encuentre situado.
Según la física, todos los
parámetros que encierra la caída de un cuerpo se la
puede calcular (que también se puede decir: predecir); es
decir, si mido (conozco) la altura desde mi mano al piso puedo
determinar el tiempo que
durará la caída, la velocidad con
que golpeará el objeto al suelo, verificare que la
gravedad sigue actuando, etc. El efecto de que un objeto caiga al
suelo es de alguna manera cotidiano, común y hasta vulgar.
No se requiere de ningún conocimiento
para saber lo que pasará cuando dicho objeto pierda el
sostén. El estudio de éste fenómeno
físico y el
conocimiento de todos los parámetros (misterios) que
la envuelven no se hubieran sabido o conocido si Don Sir I.
Newton no los
hubiera estudiado. Comparar con fe el saber de que un objeto
caerá cuando lo soltamos; y con la razón, el
conocimiento de los parámetros que hicieron que el objeto
caiga, puede no ser aceptado por muchos y puede resultar ofensivo
para otros. Sin embargo, con o sin conocimiento de las leyes naturales
que gobiernan la caída de un cuerpo, el cuerpo se
comportará de manera que se encuentra establecida en la
naturaleza; es
decir, si lo suelto se caerá. Para llegar a ésta
conclusión no se requiere de sabios, pero siendo sabios
sabré exactamente (o casi) qué es lo que
está sucediendo.
3.-
La probabilidad de
ocurrencia de un hecho.
Ahora bien, qué sucede con un hecho dónde
no se puede saber su comportamiento; digamos: el futuro de una persona. Existen
muchos charlatanes que nos pueden engañar (de hecho ya
engañan a muchos incautos) manifestando que pueden
adivinar lo que nos va a suceder en el futuro y nos predicen
fortuna, amores, éxitos, etc., de acuerdo con lo que
nosotros queramos oír. Para saber el futuro de una persona
deberíamos asociar un sinnúmero (casi infinito) de
probabilidades de ocurrencia; la gran cantidad de
parámetros que influyen directamente e indirectamente en
la ocurrencia de un acto vuelven difícil la
predicción de un hecho futuro; la probabilidad de
ocurrencia disminuye a medida que aumentan los parámetros.
Una moneda tiene dos probabilidades de ocurrencia (una cara y
otra sello) la probabilidad de ocurrencia al lanzar una moneda,
de que ésta caiga en sello o cara es del 50 %. La
probabilidad de que un dado caiga en cualquiera de sus
números es de 1/6, debido al número de caras de un
dado (cubo); mientras más sean los parámetros,
menor será la probabilidad de ocurrencia. De hecho que se
pueden asociar ciertos hechos significativos y despreciar los no
tan significativos e influyentes y, en base de los cuales,
realizar una predicción más acertada. Si deseamos
saber si el día de mañana será un día
soleado o lluvioso, los factores más influyentes que
pueden intervenir serán: la estación del año
(ubicación de la Tierra
respecto al Sol), posición del lugar en el Planeta,
altitud, humedad del ambiente,
velocidad de los vientos, etc.; los menos influyentes pueden ser:
Densidad
poblacional, densidad hidrográfica, etc.; conjugando los
factores influyentes en base de experiencias pasadas se puede
predecir (dar una probabilidad) lo que puede suceder con el
clima en el
día de mañana. La fórmula que se
emplearía sería única para cada sitio de
investigación y no sería útil
para otra zona. Predecir, por ejemplo que yo me gane la
lotería estará en función
del número de boletos emitidos y del número de
guachitos que compre, por lo tanto mi probabilidad de que resulte
ganador será; número de guachitos comprados
dividido para el número de boletos emitidos. Entonces si
tengo un guachito (un número) comprado y se han emitido
10.000 números, mi probabilidad será de 0.0001 o
del 0.01 %; o sea, si existe probabilidad que me gane la
lotería, aunque mínima puedo ganar. Sin embargo la
probabilidad no se incrementará por más "limpias" o
"embrujos" que realice.
Veamos otro ejemplo, aunque burdo, me parece apropiado.
¿Cuál es la probabilidad que caminando por la calle
nos encontremos con un billete tirado en el suelo? La ocurrencia
de éste hecho (que no dejaría de alegrarme)
estaría en función de un número muy grande
de parámetros para que suceda realmente: Tomando como
protagonistas solo a las dos personas: La que perdió el
billete y él que lo encontró, las probabilidades de
ocurrencia son extremadamente altas, ni se diga si involucramos a
todas las personas las que instantes antes de la pérdida o
del encuentro se cruzaron por sus vidas. Adicionalmente, sin
tomar en cuenta de todo lo que involucraría cómo
llego el billete a las manos del descuidado transeúnte
hasta que lo perdió, sino solamente desde el instante en
que ya no lo tuvo en sus manos y el momento en que lo
encontré, las probabilidades aumenta pero no en mucho. Sin
embargo, la ocurrencia del hecho existe, pero la probabilidad es
pequeña a pesar que muchos podemos perder un billete y
otros tantos la pueden encontrar.
Página siguiente |