Racismo y discriminación a bolivianos en fábricas textiles en Argentina (página 2)
SUPERIORIDAD E INFERIORIDAD
RACIAL: La
repulsión innata no existe.
Las diferencias que pueden observarse en el aspecto
físico de los hombres que pertenecen a las diferentes
razas no autorizan a prejuzgar la existencia de formas de ser o
de obrar propias de los miembros de cada una de las variedades
humanas, sin olvidar, además, que las únicas
diferencias físicas que los antropólogos han podido
adoptar como medios
prácticos de discriminación se refiere a detalles
superficiales; color de la
piel, color y
forma de ojos y del pelo, forma del cráneo, de los labios
y de la nariz, estatura, etc. El prejuicio
racial no es hereditario, ni espontáneo; es un
prejuicio, es decir un juicio sin base objetiva y de
origen cultural; forma parte de los mitos
originados por una propaganda
interesada, mucho más que basado en una tradición
secular. Puesto que está ligado esencialmente a
antagonismos basados en la estructura
económica de sociedades
modernas, no desaparecerá mientras los pueblos no
transformen esta estructura.
Aquí podemos distinguir 4 tipos de
prejuicios:
- Prejuicio de Raza: definido por caracteres
sociales ya que es de carácter sociológico. Es el origen
étnico el que define la raza. Es un prejuicio muy fuerte
que se manifiesta en medidas institucionales. Por ejemplo:
basta con tener un abuelo o bisabuelo de color, aunque todas
los demás miembros de la parentela sean blancos, para
ser considerado negro. - Prejuicio de color: consiste en que por
ejemplo, cuánto más negro es alguien, mayores las
posibilidades habrá de que sea un proletario, pertenezca
a las capas bajas de la población, le falte educación y sobre todo sea pobre. Por
ejemplo: la discriminación recae en Brasil sobre
los negros más oscuros. - Prejuicio de clase:
está vinculado con el de color; lo encontramos en todos
los países donde hay clases
sociales, por lo tanto no depende del problema de las
razas; pero no hay duda de que ambas nociones están
ligadas y siempre que se vea a alguien muy negro, muy oscuro,
se lo creerá a priori miembro de la clase baja y,
en consecuencia, se lo evitará o se lo tratará
con cierto rechazo. - Prejuicio cultural: es el que más
difundido se encuentra en Francia. Se
caracteriza por querer imponer una civilización a todos
los pueblos de la tierra.
Por ejemplo: cuando estamos en contacto con los pueblos
africanos y asiáticos. Los consideramos como pueblos
inferiores al nuestro y los tratamos como salvajes o
bárbaros.
PREJUICIOS Y
DISCRIMINACIÓN.
- Discriminación: distinguir una cosa de
la otra, sin reducirse solo a un aspecto, como es el caso del
racismo.
- Racismo: supone únicamente la
superioridad de ciertas razas sobre otras. Éste procura
justificar la segregación.
El racismo como doctrina nace en el Siglo XIX. Este
racismo se desarrolló sobre todo fuera de Francia:
inicialmente entre los ingleses y los alemanes.
Originariamente se trataba de una doctrina
aristocrática destinada a racionalizar prejuicios de
clase, más que pejuicios de raza, y su meta
consistía en dar un justificativo a la separación
de las clases sociales dentro de Europa. Pero el
racismo siempre procura justificar la separación,
segregación y la explotación. Por eso, pudo ser
utilizado después para justificar la esclavitud, y
más tarde la colonización.
- Segregación: acción de apartar una cosa de la
otra.
- Prejuicio: acción y efecto de juzgar
las cosas antes de tiempo, o
sin tener conocimiento
de ellas.
La incomprensión entre los distintos grupos humanos,
que lleva implícita casi siempre la discriminación,
es un fenómeno que se basa en el llamado "prejuicio
racial" que es una forma desfavorable del prejuicio en general.
Por prejuicio entendemos la acción y efecto de prejuzgar,
es decir, de juzgar las cosas antes del tiempo oportuno, o sin
tener conocimiento de ellas. El prejuicio racial es una actitud social
realizada entre la gente por una clase explotadora, a fin de
estigmatizar a algún grupo como
inferior.
El prejuicio se acentúa en las sociedades donde
los sectores dominantes o privilegiados se sienten amenazados;
los prejuicios se aprenden; no son innatos; los niños
en un principio no los comparten con los adultos con quienes
conviven; les son transmitidos por las actitudes
familiares y del ambiente
(amigos, periódicos, cine, libros, etc.);
un prejuicio originado por irreflexión, sin mala fe,
puede, sin embargo, ser utilizado (y lo es de hecho) por ciertos
sectores sociales que persigan fines egoístas e
interesados; la educación
está en posibilidad de luchar contra los prejuicios y
puede en consecuencia destruirlos.
Diferentes Teorías
acerca del Origen del Prejuicio Racial:
La ignorancia interviene en el nacimiento del
prejuicio; esto quiere decir que en la mayoría de los
casos las personas discriminan ignorando este hecho y negando
que lo hacen; pero a la hora de hacer un autoanálisis
confirman que en realidad en varios aspectos de su vida son
racistas. Por ejemplo: un hombre
ignora que discrimina pero, cuando su hija se quiere casar
con un africano, él se niega fundamentando que no es
de su misma raza.- La teoría según la cual el prejuicio
proviene de la ignorancia: Esto parte del hecho de que
debemos hacer a cada momento nuestra autocrítica, un
psicoanálisis de nosotros
mismos. - Teoría de Adorno:
que vincula al prejuicio con cierto tipo constitucional. Dentro
de esta teoría, existen dos tipos de origen del
prejuicio racial. Una de ellas, es el tipo autoritario, quien
tiene una personalidad
rígida y carece de flexibilidad de espíritu. Es
el hombre de
los prejuicios, quien corresponde a un tipo cultural. El otro
tipo, es el de democrático, quien por el contrario es
mucho más tolerante y mucho más flexible. Esta
teoría de Adorno se refiere, precisamente, al
área cultural del puritanismo y del tradicionalismo
anglosajón. - Teoría que explica el origen del racismo
por el Horror ante las diferencias: ésta
teoría se refiere a que sentimos mayor simpatía
por quienes se nos asemejan que por aquellos que se encuentran
exterior y visiblemente muy lejos de nosotros. No es el caso
del color del cabello o de los ojos, sino que es el caso del
color de la piel. Las personas muestran sus argumentos mediante
justificaciones contradictorias, con el fin de esconder lo que
realmente no aceptan de los otros. Ya que por ejemplo, entre
los judíos hay ricos y pobres, pero el hecho
de que se los acuse por esto y por aquello se debe a que en
fin, no se los quiere. Esto demuestra que el prejuicio es ajeno
a las diferencias de color. La causa de que siempre les
hallemos algo criticable, está en que sentimos
hostilidad hacia ellos. - Teoría del origen Psicológico:
se trata de la teoría psicoanalítica de Dollard,
la teoría de la Frustración- Agresión. Las
personas desean ciertas cosas, pero al no lograr concretar todo
aquello que desean, se frustran y esta frustración se
traduce naturalmente en agresión. Al querer luchar
contra los obstáculos que se le presentan, evitan
confesar que la verdadera causa de los fracasos reside a ellos
mismos, y ahí es cuando culpan a los otros. - Teoría Económica: explica, por
ejemplo, que la raza judía se convierte en destinatario
del odio. Esto pasó cuando Alemania,
tras su derrota en la Primera Guerra
Mundial se hundió en el desastre. Pero ellos, los
alemanes, no eran culpables, sino que otros tenían la
culpa. Se arrojó el pecado de Alemania sobre los
judíos.
- Raza: (humana) grupos de seres humanos que por
el color de su piel, su estructura y otros caracteres, se
dividen en blancos, amarillos, negros, pobres, ricos,
etc.
Estos conceptos, discriminación, racismo y
prejuicio, se los puede relacionar con un hecho importante que
pasó en la Argentina: la explotación a bolivianos
en fábricas textiles de bajo Flores.
Nosotras nos preguntamos: ¿Cómo puede ser
que exista la discriminación, violación a los
derechos
humanos y prejuicio racial? En un país como Argentina,
formado en su mayoría por inmigrantes, entre ellos
bolivianos, sigue existiendo la discriminación, la
esclavitud y la violación de los derechos humanos para todos
ellos. Un ejemplo muy reciente es el de esta fábrica
textil, en la cual vivían seres humanos, a quienes no se
los respetaba como tales.
Tuvo que pasar una gran desgracia para que los
políticos y la sociedad en
general, tomen este tema con la seriedad que se merece y
realmente le den importancia, y no sigan negando lo que pasa a
diario en muchas partes de nuestro país.
Las condiciones en las que viven miles de inmigrantes es
inhumana, se los explota con salarios
mínimos en lugares, como por ejemplo, fábricas
textiles. En muchos casos no tienen una vivienda propia y tienen
que vivir en los mismos lugares de trabajo, los
cuales no están preparados para albergar a las familias,
ni siquiera sólo a los trabajadores. Trabajan más
de 12 horas diarias y en situaciones precarias, no reciben la
alimentación necesaria para poder
subsistir y no le pueden permitir, a sus hijos uno de los
más importantes derechos, el Derecho a Estudiar, ya que no
se les permite ni siquiera salir por indicaciones de los jefes,
quienes los amenazan con perder todo y quedar en la calle. Es
así, como tratan a miles de personas extranjeras que
vienen a este país con la idea de vivir mejor y tener una
vida más confortable para sus familias.
Llegan a la Argentina en su mayoría contratados
por personas que hacen publicaciones en los países de
origen de los inmigrantes, prometiendo buenos salarios, vivienda
propia y una buena educación para sus hijos, entre otras
cosas más. Los mismo jefes, evaden los contratos legales
y se encargan de pagar el traslado de su país al nuestro
para luego poder tener en su poder a las personas y así
disponer de ellos para lo que quieran. En las fronteras pagan una
coima que permite el traslado de estos inmigrantes a las diversas
localidades en las que son contratados, sin la necesidad de hacer
los respectivos trámites legales. Está confirmado
que estos jefes forman parte de mafias que trafican a miles de
inmigrantes de forma ilegal. Las mismas evaden leyes que rigen
en nuestro país, como el de trabajo en blanco.
Es algo muy impactante y lamentable que, estando en esta
época, ocurran estos hechos tan deshonestos. Pero eso no
es lo más preocupante, lo que es peor es la pérdida
de valores que
tiene la gente, si así se la puede llamar, que trafica a
estas personas para que trabajen en pésimas condiciones. Y
lo que es en verdad indignante es que políticos,
cónsules y la sociedad haga vista gorda a estos hechos y
no luchen por la igualdad entre
todos los seres humanos.
Somos una sociedad muy prejuiciosa que no valora a las
personas, etiquetándolas según su color de su piel,
en la religión, en las clases sociales en las
cuales están inmersos. No somos capaces de valorar a los
individuos por lo que realmente son, seres iguales a nosotros,
que merecen y deberían tener los mismos derechos. No
tenemos que permitir que siga ocurriendo esto en ningún
lugar del mundo, pero como habitantes de nuestro país
tendríamos que empezar a luchar nosotros para cambiar, al
menos, la situación que se vive aquí. No podemos
seguir pensando sólo en uno mismo, sino, pensar en el
prójimo que está sufriendo a diario y que tiene el
derecho de vivir con dignidad, no
siendo siempre desvalorizado.
Lo que queremos transmitir mediante este trabajo es que
deberíamos luchar para que los derechos humanos se
cumplan, no sólo los nuestros sino que también los
de las personas que vienen de otros países a buscar
trabajo y pretenden tener un futuro mejor y que confían en
nuestra sociedad.
CONCLUSIÓN
Estos acontecimientos en Buenos Aires, de
los cuales es protagonista la comunidad
boliviana, nos remite nuevamente a la cuestión migratoria.
Y por lo tanto es necesario recordar las causas de los
desplazamientos de millones de personas que dejan atrás su
tierra, sus
gentes, sus formas de vida. La miseria, la marginación, la
falta de acceso a la educación y a la sanidad, o la
desocupación, son algunos de los flagelos
constantes que castigan grandes sectores de población. Y
no constituyen una fatalidad irremediable. Suelen ser
consecuencia de sistemas socio-
económicos asentados sobre una injusticia estructural. Esa
es la cuestión fundamental, de la que nadie, o casi nadie
quiere hacerse cargo en los países "desarrollados". El
proceso de
"globalización" ha evolucionado dentro de
las líneas y conveniencias de quienes detentan el poder
económico y político en el planeta. Eso significa
una permanente transferencia de riqueza hacia las
metrópolis y un creciente empobrecimiento de gran parte de
la población mundial. El diferencial de precio entre
las materias primas y los productos
elaborados a partir de ellas; la venta dolosa
(entrega) de recursos o las
fugas de capital, son
algunos de los elementos de la interminable sangría que
deja sin recursos para educación, sanidad e
infraestructuras básicas a casi dos tercios de la
población del planeta.
Mientras la injusticia sea la forma dominante de
la
globalización, solo cabe esperar más miseria y
más violencia. Y
en la medida que aumenta la pobreza y
disminuyen las posibilidades de trabajo y de una vida digna,
hombres y mujeres seguirán emigrando buscando en otras
tierras el futuro que no tienen en la suya. Nuestra América
es un ejemplo claro de lo que afirmamos. Y esa emigración,
suele convertirse en un engranaje más de la maquinaria
perversa del capitalismo,
que encuentra mano de obra barata y sumisa allí donde la
necesita.
Es imposible revertir esta situación en
términos inmediatos, pero es imprescindible definir
estrategias ya y
ponerlas en marcha cuanto antes. Cuanto más tiempo pase,
más serán los perjuicios para nuestras patrias, que
están enajenando sus recursos
humanos, su potencial de futuro por remesas de dinero. Y el
único camino para cambiar ese rumbo suicida es promover
formas de desarrollo
independiente, tener el control y la
soberanía de los servicios
estratégicos, crear condiciones dignas de vida con acceso
a la educación y a la sanidad. Intentarlo es un gran
desafío, pero también lo es la encrucijada de
nuestra Argentina.
BIBLIOGRAFÍA
- www.lanación.com.ar/informaciongeneral
- Apuntes de Antropología Cultural, año 2006,
Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad
Católica de Córdoba
ANEXOS
Lunes 3 de abril, 10:45 AM
Denuncian "trabajo esclavo" de bolivianos en
Argentina
BUENOS AIRES (AP) – En la capital argentina existen unos
1.600 talleres y fábricas textiles que emplean a no menos
de 4.000 trabajadores bolivianos en condiciones de "mano de obra
esclava", según Enrique Rodríguez, ministro de
producción del gobierno
autónomo (municipio) de la ciudad de Buenos
Aires.
Rodríguez dijo también que hay otros
15.000 inmigrantes bolivianos que trabajan en esta capital en
condiciones de ilegalidad, es decir, sin estar registrados como
establecen las leyes laborales.
"Sabemos que de los 1.600 talleres que emplean a
bolivianos en la ciudad, 160 funcionan en forma clandestina",
dijo Rodríguez.
En declaraciones que reproduce el lunes el diario La
Nación,
Rodríguez se refirió a la conmoción que
provocó el pasado jueves el incendio de un taller textil
en el que murieron seis inmigrantes bolivianos que trabajaban
hasta 16 horas diarias, eran obligados a dormir hacinados en el
lugar y recibían salarios muy magros.
En su mayor parte, esos trabajadores son contratados en
la propia Bolivia, con
promesas de trabajos normales y buenos salarios. Pero una vez en
la Argentina, sus empleadores los extorsionan por su
condición de trabajadores ilegales, obligándolos a
aceptar condiciones de virtual esclavitud.
"Muchos bolivianos provienen del campo y aquí son
explotados. Nosotros queremos regularizar su situación,
así que después de censar los talleres, los
propietarios tendrán 15 días para poner todo en
regla. Si no, serán cerrados", agregó el ministro
de producción.
Un portavoz del ministerio de La Nación,
a su vez, declaró al diario que el propósito del
gobierno es comprobar si los inmigrantes ilegales tienen
antecedentes penales. "La idea es tratar de blanquear su
situación, no de expulsarlos", afirmó.
En declaraciones a la agencia noticiosa gubernamental
Telam, el cónsul adjunto de Bolivia, Alvaro
González Quint, dijo que la servidumbre laboral de sus
compatriotas "es una práctica utilizada
sistemáticamente. En algunos talleres trabajan
niños de 12 a 14 años y viven varias familias con
sus niños, en un solo ambiente en el que trabajan todo el
día".
La prensa local ha
venido denunciando últimamente que los propietarios de los
talleres textiles que funcionan ilegalmente, o emplean personal en
condiciones de esclavitud, suelen sobornar a policías e
inspectores municipales.
Clausuraron 18 fábricas
clandestinas
Durante los procedimientos,
en los talleres textiles fueron encontrados 300 bolivianos que
eran reducidos a la esclavitud
Tras la primera serie de inspecciones en talleres
textiles situados en distintas zonas de la Capital, el gobierno
porteño clausuró 18 fábricas clandestinas de
costura, donde fueron encontrados más de 300 bolivianos
que eran reducidos a condiciones de esclavitud.
Así, lo reveló a LA NACION el
ministro de Producción porteña, Enrique
Rodríguez. "Se han encontrado muchas familias que viven en
condiciones infrahumanas. La mayoría estaba alojada en
cuartos de dos por dos metros y dormía junto a las
máquinas de coser", dijo el
funcionario.
Los operativos, que se extenderán durante toda la
semana, comenzaron ayer a las 10 de la mañana en Floresta
y en La Paternal. En esos barrios se labraron 24 actas y se
clausuraron 12 fábricas. Además, los inspectores
controlaron las condiciones laborales, impositivas, de seguridad e
higiene y los
pasaportes de los trabajadores afectados. En todos los casos, los
bolivianos que trabajaban en esos lugares clandestinos no
contaban con documentación.
Las inspecciones habían sido programadas por el
gobierno porteño tras la muerte de
seis bolivianos, durante un incendio registrado el jueves
último en un taller textil de Caballito. "Durante los
procedimientos, en por lo menos tres talleres clausurados
descubrimos que muchos bolivianos trabajaban en las mismas
condiciones de precariedad que en el establecimiento situado en
Caballito, donde murieron sus seis compatriotas",
señaló el ministro Rodríguez.
Por la tarde, las inspecciones continuaron en otros 10
establecimientos textiles y hasta el cierre de esta edición
se habían inspeccionado otros diez talleres de los cuales
seis eran clandestinos, por lo que fueron cerrados.
Red ilegal de trabajo
El ministro Rodríguez dijo que durante esta
semana intensificará los operativos para terminar con las
redes ilegales de
trabajo. Y es que si bien los inspectores porteños, con
apoyo de la Policía Federal y funcionarios de Migración,
hallaron a unos 300 bolivianos que eran reducidos a la
esclavitud, la cifra apenas representa el 7,5 % de los 4000
bolivianos que serían esclavizados en 1600 talleres
textiles que hay en la ciudad, según datos
oficiales.
Tras la clausura de los talleres, las familias de
inmigrantes ilegales fueron atendidas por personal del Ministerio
de Derechos Humanos y Sociales de la ciudad. Fuentes del
área aseguraron que en total se trabajó con 46
grupos familiares más unas 15 personas.
"Se les brindó orientación acerca de
trámites de documentación, acceso a recursos
sociales con que la Ciudad cuenta y se confeccionaron informes
sociales de cada una de las familias. Finalmente se brindó
orientación acerca de las distintas alternativas
habitacionales", dijo un vocero del gobierno
porteño.
Ninguna de las familias relevadas accedió a
trasladarse a los centros de contención que había
previsto instalar el Ministerio de Derecho Humanos en los
polideportivos de la Defensa
Civil.
Mientras los inspectores continuaban con los
procedimientos en los talleres textiles, ayer, unos 2000
bolivianos cortaron calles céntricas y solicitaron al
gobierno porteño un plazo de seis meses para regularizar
la situación laboral y legal de miles de inmigrantes que
viven en la Argentina (ver aparte).
Durante la marcha, un grupo de organizaciones
bolivianas anunció un paro en todos
los talleres textiles hasta tanto se aclare el motivo de las
inspecciones. "No nos negamos a las inspecciones, pero nosotros
queremos trabajar y sabemos de talleres de donde se han llevado
máquinas", dijo Rolando Nogalesa la agencia Télam,
durante una conferencia de
prensa improvisada en medio de la
concentración.
Denuncia y observatorio
Por su parte, el titular de la Secretaría de
Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde,
presentó ayer una denuncia penal contra los "responsables"
y "beneficiarios" de la
organización que favorece la "reducción a
servidumbre" de ciudadanos bolivianos.
El funcionario elevó la presentación ante
la fiscalía en lo Criminal de
Instrucción N° 38 y en conferencia de prensa
anunció la puesta en marcha del un observatorio para la
inmigración boliviana.
"La idea es que estos inmigrantes conozcan sus derechos.
Que no sean engañados por redes de trabajo ilegal. Por
eso, primero vamos a realizar una especie de censo para saber
cuantos bolivianos hay en el país. Luego llevaremos
adelante una campaña de difusión", dijo Duhalde a
LA NACION.
El observatorio será una herramienta "de investigación y acción" para hacer
un "riguroso" diagnóstico de situaciones "graves y
conflictivas" y proyectar soluciones de
impacto inmediato, concluyó el secretario de Derechos
Humanos.
Por Jesús A. Cornejo De la Redacción de LA NACION
Telerman, con los bloques legislativos
Dicen que esclavizan a 4000
bolivianos
El gobierno porteño agregó que hay
otras 11.000 personas que trabajan en negro o cuya
situación todavía no está
clara
Es un dato alarmante, que surge tras la muerte de seis
extranjeros ilegales durante un incendio registrado el jueves
último en un taller textil de Caballito: en la ciudad, hay
unos 4000 bolivianos que son reducidos a esclavitud en por lo
menos 1600 talleres y fábricas situados en distintos
barrios de la Capital. Además, otros 11.000 inmigrantes de
ese país trabajan en negro o tienen una condición
laboral que no está clara ante las leyes.
El dato fue confiado a LA NACION por el ministro
porteño de Producción, Enrique Rodríguez,
que afirmó que esas cifras son el resultado de un análisis realizado por su área en
las últimas 72 horas.
El funcionario dirigirá hoy una serie de
inspecciones sorpresa por lo menos en 270 talleres textiles. En
esos operativos se buscará a extranjeros sin
documentación, que serán derivados a centros de
contención donde se tratará de encontrar una
solución para su ilegalidad (ver aparte).
"En el fin de semana, a raíz de lo ocurrido en
Caballito, algunos empresarios se han comunicado para ver
cómo pueden solucionar el problema con la mano de obra
extranjera, que en muchos casos se trata de inmigrantes ilegales.
Calculamos que de los 1600 talleres, donde hay mano de obra
boliviana, unos 160 son fábricas textiles clandestinas",
dijo Rodríguez a LA NACION.
Según el funcionario, de los 15.000 bolivianos
que trabajan en los talleres, unos 4000 son utilizados como mano
de obra esclava; otros 6000 cobran en negro y el resto tiene una
situación laboral irregular.
"Muchos bolivianos provienen del campo y aquí son
explotados. Nosotros queremos regularizar la situación,
así que, tras censar los talleres, los propietarios
tendrán 15 días para poner todo en regla; si no,
serán cerrados", aseguró el ministro.
"Sabemos -añadió- que a este tipo de
talleres se los mimetiza con casas de familia y que
están manejados por mafias que contratan a los
trabajadores en la frontera, los
traen y los tienen absolutamente atemorizados."
Lanzan operativos
Los operativos comenzarán a las 10.30 y
además participarán los responsables de
Producción, personal de la Policía Federal, de la
AFIP, de Migraciones, de la Secretaría de Derechos Humanos
de la Nación, del Ministerio de Derechos Humanos
porteño y de la cartera de Trabajo.
Anoche, una fuente del Ministerio de Gobierno de la
ciudad, a cargo de Diego Gorgal, dijo a LA NACION que desde
agosto último hasta ahora se clausuraron 180 talleres.
"Más de la mitad de las fábricas textiles cerradas
reabrieron en menos de tres días. La mayoría
reabrió en casas o galpones de la zona",
señaló el informante.
La fuente dijo, además, que luego de trascender
la noticia de la muerte de los seis bolivianos en Caballito, la
cartera de Gobierno recibió 43 llamadas telefónicas
de vecinos que denunciaron la existencia de presuntos talleres
textiles clandestinos.
Durante el fin de semana, el jefe del gobierno
porteño, Jorge Telerman, se reunió con la
secretaria de Trabajo, Noemí Rial; el jefe de la
Policía Federal, Néstor Valleca; el director de
Migraciones, Ricardo Rodríguez, y el subdirector de la
AFIP, Marcelo Costa, para discutir estrategias para erradicar los
talleres clandestinos en la Capital. "El plan es atacar
por todos los frentes de la
administración a este tipo de prácticas", dijo
Telerman a la agencia Télam.
Ayer, un vocero del Ministerio del Interior dijo que la
policía se encargará de comprobar si los
inmigrantes ilegales tienen antecedentes penales. "La idea es
tratar de blanquear su situación, no de expulsarlos",
comentó el informante.
En diciembre último, LA NACION había
participado de un operativo de control y clausura de talleres
textiles clandestinos en distintas zonas de la ciudad. Por aquel
entonces, el gobierno porteño clausuró 17 talleres
de los 58 inspeccionados y reveló las condiciones
denigrantes en las que trabajan los extranjeros
ilegales.
Suciedad, hacinamiento y manejo de sustancias
tóxicas fue el ambiente que se repitió durante los
operativos. En las casas y galpones donde funcionaban estas
fábricas clandestinas, decenas de trabajadores eran
explotados donde apenas cobran entre 30 centavos y 1,40 pesos por
prenda terminada, en extensas jornadas laborales que nunca bajan
de las diez horas.
El cónsul adjunto de Bolivia, Albaro Gonzales
Quint, dijo a Télam que la servidumbre laboral es "una
práctica utilizada sistemáticamente" y que "en
algunos talleres trabajan niños de 12 a 14 años y
viven varias familias, con sus niños, en un solo ambiente,
en el que trabajan casi todo el día".
Trabajo ilegal en números
Unos 15.000 bolivianos
Ese es el número total de inmigrantes
que, en su mayoría, trabajaría en negro, unos 4000
serían mano de obra esclava en los 1600 talleres textiles
que son investigados hoy en la ciudad.
Se hicieron 180 clausuras
Esa es la cifra de talleres cerrados desde
agosto último. Sin embargo, en menos de 72 horas
más de la mitad reabrió sus puertas.
Se harán 270 inspecciones
El gobierno porteño realizará hoy
la inspección de unos 270 talleres en la ciudad.
Participará en el operativo, entre otros, el Ministerio de
Trabajo de la Nación.
Más denuncias vecinales
Entre el viernes último y anteayer, se
registraron 43 denuncias de porteños, que alertaron a las
autoridades sobre la existencia de talleres presuntamente
ilegales.
- El caso testigo, llevado a la Justicia por la Defensoría del
Pueblo, muestra la magnitud del horror de la
explotación laboral de bolivianos.
Página/12 revela los testimonios de las
víctimas, que fundamentan la
presentación: cómo fueron traídos
al país, los engaños que sufren, los
abusos de todo tipo, incluido el
sexual.
- El caso testigo, llevado a la Justicia por la Defensoría del
- Como presos en talleres de baja
costura
En la Cooperativa La
Alameda se brinda ayuda y protección a inmigrantes
bolivianos que pudieron salir del horror de los
talleres.
Por Eduardo Videla y Sebastián
Ochoa
La Defensoría del Pueblo porteña
presentó ayer una denuncia ante la Justicia Federal para
que se investigue si en talleres de costura clandestinos de la
ciudad se cometen abusos contra ciudadanos bolivianos, en su gran
mayoría inmigrantes ilegales que viven con sus hijos en
los mismos talleres donde trabajan, sometidos a condiciones de
servidumbre. Sobre la base de denuncias realizadas por ex
empleados y vecinos, la titular de la defensoría, Alicia
Pierini, presentó una denuncia contra el propietario de
dos talleres ubicados en el barrio de Parque Avellaneda. Pide que
se investiguen los delitos de
tráfico ilegal de personas, reducción a la
servidumbre y violación de la ley de trabajo a
domicilio. La denuncia ingresó al juzgado federal de
Norberto Oyarbide.
"No es el único caso, pero es el primero del que
hemos colectado pruebas,
certificadas con fotografías. Hemos ido a ver el lugar",
dijo Pierini a Página/12. A la denuncia se sumará
el titular de la Oficina de
Asistencia Integral a Víctimas de Delitos, Eugenio
Freixas, quien es el responsable a nivel local del cumplimiento
de la Convención Internacional contra la Trata de
Personas, suscripta por la Argentina en 2001 (ver aparte). De
comprobarse esta denuncia, sería el primer caso de trata
de personas con fines de explotación laboral en la
Argentina. "Hasta ahora se habían detectado casos de trata
con fines de explotación sexual", explicó Freixas a
Página/12.
En su presentación judicial, Pierini pidió
que se aplicaran medidas de protección y asistencia por
parte del Estado a las
víctimas y denunciantes de estos delitos. Según el
Consulado de Bolivia, que apoya la presentación, este tipo
de delitos afecta a centenares de ciudadanos bolivianos en la
Argentina. Por lo pronto, la Cooperativa La Alameda, de Parque
Avellaneda, ya tiene testimonios sobre otros 15 talleres
clandestinos donde se explota a inmigrantes ilegales.
El caso testigo presentado por la defensoría se
refiere a Juan Carlos Salazar Nina, el patrón nacido en
Bolivia, dueño de los talleres que funcionan en
Garzón 3853 y Laguna 940. Ocho testimonios de ex empleados
y vecinos dan cuenta de los métodos
con que el patrón sostiene su inmensa producción de
ropa. Según los testimonios a los que accedió
Página/12, los padeceres de quienes compartieron techo con
el emprendedor incluyen jornadas de trabajo de 17 horas, obreros
que se quedan dormidos sobre las máquinas, niños
mal alimentados que no van a la escuela "para no
entorpecer la producción" y los fines de semana, fiestas
regadas con vino barato y cerveza, que el
jefe hace tomar a sus empleados "para que no sean tan
infelices".
El mismo Salazar Mina busca a su personal en Bolivia,
donde los recluta con anuncios laborales emitidos por radios y
diarios de ese país. Una vez en el taller, dicen los
denunciantes, les quita los documentos de
identidad
"para que no se escapen". Desde que esto se conoce
públicamente –Página/12 lo denunció
hace tres semanas–, dicen que los patrulleros van de taller
en taller para avisar a los dueños que "les quitan la
protección".
Se calcula que en quince cuadras de Parque Avellaneda
hay 40 talleres como éste. Pero otros funcionan en Lomas
de Zamora, Lanús,
Avellaneda y Laferrère. En la Defensoría estiman
que pueden ser 150 mil las personas recluidas en
ellos.
En los últimos días un par de combis se
dedicaron a llevar las máquinas del taller ubicado en la
calle Laguna 940. Se presume que el empresario
textil, ante la inminencia de borrascas sobre él, las
lleva a otras propiedades que tiene en Buenos Aires. De prosperar
el pedido de los trabajadores que se organizan, las herramientas
de los talleres pasarían a sus manos en forma de
cooperativa.
Parte de la ropa colorida y de moda que se vende
en ferias suburbanas y locales céntricos fue fabricada en
el infierno. Eso dan a entender los relatos de quienes pasaron
por talleres clandestinos. Tienen hacia el patrón un temor
sagrado. Aseguran que la policía pasa por semana para
llevarse un porcentaje de las ganancias. En ciertos casos, los
servicios van más allá. Para que a nadie se le
ocurra rebelarse, cada tanto los uniformados realizan una especie
de pantomima de requisa, aseguran los denunciantes. Entonces el
patrón saca un rato a la luz los
documentos bolivianos de sus empleados.
Lentamente, los trabajadores de Salazar Nina se animan a
contar lo sufrido. Según sus declaraciones, en el taller
de Laguna 940 estaban encerrados. La puerta de entrada
tenía una reja. El cancerbero es Sonia, sobrina del
patrón, en cuyo bolsillo está la llave. Quien
custodia la puerta de Garzón 3853 es el propio Salazar
Nina. Un mal día vino a pasar que allí se
originó un incendio en las telas. Los 12 obreros y los 12
chicos que habitan ese taller estaban apresados. Salvaron su vida
con baldes y agua.
Según la denuncia, los talleres "no cuentan con
habilitación, marca
individualizadora, libros autorizados y rubricados, libreta de
los obreros, condiciones básicas de higiene y
seguridad violando los artículos 5, 6, 7, 8 y 9 de la
ley 12.713 de régimen de trabajo a domicilio por cuenta
ajena". La nómina
de artículos que despreciaría el empleador se
extiende hasta el hartazgo.
"El taller de Laguna fue clausurado hace meses por la
AFIP. No obstante, se rompió la faja de clausura y se
continuó el trabajo
como si nada hubiera pasado. Ex empleados y vecinos aseguran
haber visto mudar máquinas del taller de Garzón al
de Laguna o viceversa, cada vez que era inminente una
inspección", dice la denuncia. Estos mismos movimientos se
registran en los días actuales. Al parecer, el
patrón presiente que su reino de tela se termina. Si le
llegara una inspección en el taller de Garzón,
quizás ejecute su táctica habitual. Hacer saltar la
medianera a su tropa indocumentada para refugiarlos en lo de una
vecina que, suponen, recibe remuneración por su
hospitalidad.
Vecinos del taller de Laguna se quejaron ante la
comisaría y a escala judicial
por ruidos molestos. De acuerdo con los testimonios, los
sábados a la noche Salazar Nina auspicia fiestas entre las
máquinas. Para que nadie diga que es un mal amo, compra
cantidades extraordinarias de vino y cerveza. Como es de esperar,
la celebración se solventa con "los miserables salarios"
de los empleados, cuentan ellos mismos en la denuncia. El
patrón les dice que beban, se enoja con quien no lo hace.
Ese ejercicio decadente termina con "la mayoría de los
empleados completamente alcoholizados delante de sus hijos",
según el texto
presentado ante Oyarbide. Cuando Salazar Nina se emborracha,
sostienen que se pone romántico y se arroja sobre las
mujeres. Insulta a la que lo rechaza y llega a pegarles. Los
ruidos molestos no se oyen sólo los sábados. Son
habituales las peleas entre los trabajadores
recluidos.
Son hábito los golpes en todo sentido.
Según consta en la defensoría, Salazar Nina arenga
a los hijos de los obreros para que peleen, incluso con los
propios: según los testimonios, el espectáculo lo
divierte. Acusan al patrón de no permitirles llevar sus
hijos al médico "porque entorpece la producción".
Por el mismo argumento no le gusta que vayan a la
escuela.
El menú está a la altura de las
circunstancias. Reducidas porciones de arroz, papa, salchichas,
fideos. Los chicos no pueden gozar del té con pan que
sirve a los trabajadores de desayuno. Algunos se guardan el pan
para hacer al almuerzo más voluminoso.
- Bolivianos en Argentina piden trabajo
digno
La Paz y Buenos Aires | Agencias y Vocero
Boliviano.- Unos 1.500 bolivianos reanudaron ayer sus
protestas en Buenos Aires para exigir "un trabajo digno" y
rechazar la "explotación" que sufren, en momentos en que
se suceden las clausuras de talleres textiles que les dan
empleo
"esclavo". Las autoridades argentinas iniciaron esos operativos
para combatir la "explotación laboral", luego de la muerte
de seis bolivianos, el jueves pasado, en un incendio que
arrasó un taller textil.
Bajo pancartas con la consigna de "no robar, queremos
trabajar", los trabajadores bolivianos manifestaron a los gritos
que "coreanos y judíos son explotadores", en
alusión a los dueños de las pequeñas
fábricas de vestimentas.
Jorge Kim representante de la Asociación Coreana
de Empresarios en la Argentina, en entrevista al
Vocero Boliviano, calificó de injustos los reclamos de los
bolivianos y dijo que tanto talleristas como empresarios
están en un mismo barco y navegan juntos.
Los manifestantes, que reclaman que se les restituyan
los empleos perdidos a causa de las clausuras, se reunieron ayer
en el barrio de Flores, una de las zonas de la capital argentina
donde se concentran los comercios de ropa fabricada en los
talleres donde trabajan.
En los últimos dos días, el municipio de
Buenos Aires ha clausurado 42 talleres de costura por dar
"trabajo esclavo" y otras irregularidades, entre ellas la
contratación de extranjeros indocumentados.
Las protestas son organizadas por 10 asociaciones de
residentes bolivianos cuyos dirigentes afirman que buena parte de
las factorías clausuradas son locales alquilados por
familias de bolivianos que los usan también como vivienda
debido a la escasez de
recursos.
Mientras esto sucede en Argentina, una comisión
integrada por representantes de los ministerios de
Relaciones Exteriores, Trabajo y Justicia, y un grupo de
parlamentarios bolivianos se apresta a trasladarse el lunes a la
capital argentina para verificar las condiciones laborales en
esos talleres textiles.
"Queremos abordar esa situación lamentable que se
ha producido con nuestros compatriotas y sobre todo para
preservar su dignidad y derechos humanos para evitar que ese tipo
de situaciones se pueda replicar", dijo ayer el vicecanciller,
Mauricio Dorfler en el informe que
brindó a la Comisión de Política
Internacional del Congreso, que indagó sobre los esfuerzos
que realiza el Gobierno para apoyar a los ciudadanos que viven en
Argentina y a las familias de las víctimas del incendio de
la fábrica textil.
Los pobladores de Cohana, municipio de Pucarani, de
donde eran originarios las víctimas del incendio, llegaron
ayer hasta la Cancillería para pedir al Gobierno nacional
y al argentino, agilizar la repatriación de los restos de
sus familiares y amigos fallecidos en el trágico incendio
en un taller textil.
El ministro de Relaciones Exteriores, David
Choquehuanca, informó que la cartera de Estado a su cargo,
a través de la Embajada en Argentina, harán los
esfuerzos necesarios para atender el pedido de toda esta
comunidad, sin embargo aclaró que esto requiere de una
serie de trámites.
Gabriela Mokorel
Lugar de nacimiento: Neuquén, Marzo de
1986
Profesión: estudiante de Psicología en 2do
año en la Universidad Católica de
Córdoba
Argentina, Córdoba, Julio de 2006
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