- Hablemos entonces, del envejecer
y de la vejez - El
ejercicio físico regular y
metódico - El
secreto de la longevidad - La
verdad acerca del envejecimiento normal
Ayer recibí una carta que me
enviara un colaborador y amigo, quien reside en la Carolina del
Norte.
Me dice: "Querido amigo: Cuán malo y cuán
difícil es envejecer. Yo aun recuerdo aquéllos
días cuando las nevadas me parecían
bellísimas y cuando el tiempo de
tormentas no me atemorizaba. Hoy, me da miedo tan solo el pensar,
que yo pudiera sufrir una caída si resbalo; y aun, me
preocupa más el hecho de que no puedo casi recordarme de
las cosas sin inusitado esfuerzo.
Desde la semana pasada cargo en mis bolsillos papelitos
de notas para recordar los nombres de personas a quien me
presentaran el día antes.
Mujer – Max Beckman
(1884-1950)
"Cuando me miro en los espejos, mis arrugas me
atemorizan. Oír se me está volviendo más
duro cada día que pasa, y estoy muy olvidadizo… por
ejemplo, ayer llegué tarde a mi trabajo,
porque no podía encontrar la llave de mi carro, la cual
había dejado colgada con el llavero en la puerta de la
casa.
Frecuentemente traspongo los dígitos de
números de teléfono con la consternación
consecuente… y me canso, me canso muy fácilmente. Y
duermo, duermo mucho.
"La comida no la apetezco, pero el peso lo gano
fácilmente, resultándome difícil el perderlo
de nuevo.
"Mi esposa y yo hace muchos meses que no hemos
compartido el lecho nupcial. Yo he inventado un dolor de espalda
ficticio para dormir en otra cama y en otra habitación —
¡Qué cosa más terrible es
envejecer!"
Yo me puse a cavilar con el contenido de esta carta tan
extraña. Ray, mi amigo, sólo tiene 66 años
siendo más joven que yo. Y, yo… yo no me siento
mal…
No es una depresión
en este caso, es una crisis
existencial, de las que hemos hablado en otras ponencias ya
publicadas.
Hablemos
entonces, del envejecer y de la vejez
Solamente en tiempos recientes a la vejez se la ha
considerado anatema —a pesar de que la juventud se ha
codiciado como el oro, a
través de toda nuestra historia.
Ponce de León fue guiado por la ambición
de encontrar la Fuente de la Eterna Juventud, con las aguas de la
cual él trataría de prolongar las vidas
jóvenes de quienes las bebiesen.
Narciso, el héroe mitológico, de sí
mismo enamorado, encontró su muerte cuando
no podía dejar de admirar su reflexión en las aguas
de un estanque. (Véase mi ponencia: El
Narcisismo).
Dorian Gray hizo un pacto satánico que le
permitió permanecer como hombre muy
joven mientras que su retrato, escondido en las penumbras de un
ático, envejecía y exhibía los estigmas de
su malevolencia. (Véase mi ponencia: El Retrato de
Dorian Gray).
El Retrato de Dorian Gray. Ivan
Albright (1897-1983)
Uno de los seres mitológicos más
desafortunados, fue quien a los dioses pidiera que le
garantizaran el deseo de nunca morir, sin haber perdido que se le
garantizara simultáneamente el de nunca envejecer…
así que vivía y vivía y envejecía y
envejecía.
En nuestra situación actual. Con los avances
médicos logrados, con la eliminación y control de
algunas enfermedades y
con el tratamiento efectivo de tantas otras; el resultado ha sido
que, en muchos países, la vejez se prolonga, a veces de
modo inútil y penoso.
Página siguiente |