En este trabajo
reúno comentarios bibliográficos publicados en
diversos diarios de la Argentina. Los comentarios tratan acerca
de libros que nos
ayudan a superarnos como seres humanos, como padres y como
educadores. Lógicamente, la división que
realicé es sólo a los efectos de una mayor
comodidad para el lector, ya que muchos de estos libros
podrían ser incluidos en dos o mas
categorías.
Para uno
mismo
TODO LO QUE REALMENTE NECESITO SABER LO APRENDI EN EL
PARVULARIO, por Robert Fulghum. Plaza & Janes Editores.
Barcelona, 141 paginas.
Robert Fulghum escribió el texto que da
titulo al volumen,
ése que nos entregan las maestras jardineras y que
salió publicado en El Tiempo:
"Siendo ya anciano me di cuenta que ya se la mayor parte
de lo que hace falta para vivir una vida plena, que no es tan
complicado. Lo sé. Y lo he sabido desde hace mucho,
muchísimo tiempo. Aquí está mi credo
:
Todo lo que hay que saber sobre cómo vivir y que
hacer y cómo debo ser lo aprendí en el
jardín de infantes.
La sabiduría no estaba en la cima de la
montaña de la universidad, sino
allí, en la arenera. Estas son las cosas que
aprendí :
Compártelo todo.
Juega limpio.
No le pegues a la gente.
Vuelve a poner las cosas donde las
encontraste.
Limpia siempre lo que ensucies.
Pide perdón cuando lastimes a alguien.
Lávate las manos antes de comer.
Sonrójate.
Las galletas calientes y la leche
fría son buenas.
Vive una vida equilibrada.
Aprende algo y piensa en algo.
Dibuja, pinta, canta, baila, juega y trabaja cada
día un poco.
Duerme la siesta.
Cuando salgas al mundo, ten cuidado con el
tráfico.
Tómate de las manos y no te alejes.
Permanece atento a lo maravilloso.
Recuerda la pequeña semilla en el vaso, las
raíces bajan y la planta sube y nadie sabe realmente
cómo ni por qué, pero todos somos
así.
Los peces de
colores, los
ratones blancos e incluso la pequeña semilla del vaso,
todos mueren y nosotros también.
Recuerdo una de las primeras palabras que me
enseñaron, una muy grande : mira.
Todo lo que necesitas saber está allí, en
alguna parte. La regla de oro, el amor y la
higiene
básica. La ecología y la
política,
la igualdad y la
vida sana.
Toma cualquiera de estos ítems y tradúcelo
en términos adultos sofisticados y aplícalo a tu
vida familiar o a tu trabajo, a tu gobierno o a tu
mundo y se mantendrá verdadero, claro y firme. Y
aún es verdad, no importa cuan viejo seas, que al salir al
mundo es mejor tomarse de las manos y no alejarse
demasiado".
Un dia esa pagina, tan sabia y emotiva, llegó a
manos de una agente literaria, quien la encontró en la
mochila de su hijo, y ella le preguntó al autor si tenia
escrito algo mas. De esa petición surgió el
libro que nos
ocupa, que es tan interesante y aleccionador como el breve texto
que conocemos, un «libro dirigido a levantar el animo y
calentar el corazón».
De su obra dice Fulghum: «Lo que vas a leer se
escribió a lo largo de muchos años, a trozos y poco
a poco, y esta dirigido a amigos, familiares, a una comunidad
religiosa y a mi mismo, sin pensar en publicarlo en forma de
libro. No sé cómo llamaras tú a esto. Yo
pienso en ello como ‘mis materiales’, un informe escrito
sobre lo que pasa por mi cabeza y en mi vida».
Se autodefine como filósofo, y ha trabajado como
cowboy activo, interprete de canciones populares, vendedor de
computadoras,
pastor de una parroquia, camarero de bar, profesor de
dibujo y
pintura. En su
libro se encuentran alusiones a varias de estas facetas de su
vida, vistas siempre desde la perspectiva analítica de un
hombre que no
se conforma con la apariencia de los seres y cosas que lo
rodean.
Y, como era de esperar, en esta obra tiene papel
preponderante la infancia: la
suya –que recuerda con nostalgia- y la de otros, incluidos
sus hijos.
Cuando de niños y
adolescentes
se trata, opina acerca de la forma en que deben ser educados,
pero no con frialidad academica, como un estudioso de la
cuestion, sino como un padre y maestro que ha vivido experiencias
singulares a lo largo de su existencia. Dice por ejemplo:
«Al salir del instituto, de la universidad, del nido de los
padres. ¿Qué les daremos en estas ocasiones?
�ituación�i. Un empujón hacia arriba, una
bendición».
Asi,escribe: «Gritarles a cosas vivas puede hacer
que muera el espiritu que hay en ellas. Los palos y las piedras
pueden romper nuestros huesos, pero las
palabras rompen nuestros corazones», o si no «Los
adultos no juegan al escondite. Al menos, no para divertirse. Es
una lastima».
Como éstas, muchas otras frases nos hablan de la
posibilidad de recuperar el estado de
gracia que caracteriza a los pequeños y a quienes, aunque
adultos, no han perdido la capacidad de mirar el mundo con otros
ojos.
(EL TIEMPO, Azul, 22 de abril de 2001)
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