Cómo viven y
cómo se alimentan…
La mayoría cultiva maíz y
frijol, y cuenta con un poco de ganado. Debido a lo precario de
su economía
algunos buscan trabajo en los
aserraderos cercanos, lo que hacen sin mucho entusiasmo ya que
los aparta de su existencia habitual. La vida de este grupo ha
cambiado; el antiguo rarámuri tenía una dieta bien
balanceada, pues además de consumir los productos
agrícolas de la región, comía carne de
animales
silvestres que él mismo cazaba. En la actualidad, y por
necesidad, eso ha variado ya que han incorporado a su alimentación
productos industrializados, que, como a todos quienes los
consumen, envenenan.
Poesía
"Héroe de la sierra, con
fuerza de
hierro,
voluntad indomable y la palabra de vate. Levantó a sus
hermanos e incendió la sierra con su oratoria. Hizo
renacer el alma
indígena en el coraje y orgullo de su casta. El alma
fuerte y misteriosa de los rarámuri sigue viva
después de siglos, como la voz del guerrero poeta
Teporaca, que aún resuena en las
montañas".
Sus creencias místicas
Durante la Colonia, los misioneros jesuitas
lograron llegar hasta lo alto de la sierra a inculcar a los
indios la religión y costumbres
cristianas. Sin embargo, hoy en día los tarahumaras viven
y dominan esa sierra magnífica manteniendo una mezcla de
creencias entre su religión y la que antaño
predicaron los misioneros. Este sistema
religioso, es espiritualista en su celebración y
liturgia.
Las características de su gente
Los hombres son esbeltos, delgados, ágiles y de
músculos fuertes. Ellos han sido reconocidos como los
mejores corredores de resistencia, por
toda la faz del mundo. Las mujeres son de apariencia delicada, su
faz es ovalada, los ojos negros y oblicuos y la nariz es recta.
Ambos sexos lucen cabellera color azabache,
lacia y espesa.
El vestido
El hombre lleva
un taparrabo sujeto a la cintura con un triángulo largo de
tela hacia atrás, camisa suelta, huaraches y la frente
ceñida con una tira o
Las mujeres usan falda ampona y blusa suelta, casi
siempre cubren su cabeza con una pañoleta, llevan una faja
de lana tejida, "pukara", alrededor de la
cintura.
El idioma
Su lengua es
dulce y predominan los vocablos referentes a sus costumbres y su
entorno, con palabras corteses como "te saludo, como la paloma
gorjea", "te deseo dicha y felicidad con la paz que nos da el
susurrar de los vientos" — indicando, con elocuencia, su
sinceridad natural.
Los cambios del tiempo
El clima les
marca su lugar
de vivienda: durante primavera, verano y principios de
otoño, viven en los altos valles, sembrando y cosechando;
al llegar el frío invierno, bajan la sierra hasta llegar a
sus aldeas, a casitas de madera o a sus
amplias cuevas. Cada casa tiene fogón y en las cazuelas
que, ellos mismos, fabrican cocinan los granos de maíz y
frijol que cosecharon en la temporada.
Entre los tarahumaras todo pertenece a
todos, no existe la propiedad
privada, todos comparten techo y comida. (Véase mis
artículos acerca de las Economías
Naturales).
Gobierno
Entre todos eligen un gobernador — un hombre que se
destaca por sus servicios e
inteligencia
—, que a su vez elige gobernadorcillos: sacerdotes, curanderos
y sabios. Estos recorren las aldeas que supervisan, predicando el
orgullo de ser rarámuri, las costumbres y moral que
deben observar; fungiendo como jueces en problemas
locales, mientras supervisan los ritos.
Sus protocolares, música, manjares y
conservación de bebidas
Para preparar su bebida litúrgica: "el
tesgüino", usan ollas de barro donde se fermenta el
maíz con que éste se elabora. Para almacenar
agua utilizan
medias calabazas, y para efectuar sus largos recorridos cargan
pinole — polvo de maíz endulzado — en sus guajes.
Fabrican violines y grandes tambores para tocar en sus
ceremonias. De sus tradiciones culinarias todavía
conservan un platillo que se prepara en distintos sitios del
estado:
"chacales", delicioso caldo preparado con maíz desmenuzado
y cocido.
Su importancia de
estudio para nosotros
Los indios tarahumara nos interesan porque en medio de
la sencillez de sus existencias han esculpido un sistema de vida
que prohíbe que emerja entre ellos, el flageo de la
obesidad.
Génesis,
distribución y vestimenta
De acuerdo a la leyenda de los ancestrales habitantes de
la Sierra, el mundo fue creado por Rayenari —Dios
Sol— y Metzaka —Diosa Luna. En su honor, en el
presente, ellos bailan, sacrifican animales y beben
"tesgüino" (o pulque) — libación de los
dioses.
En la actualidad, los Tarahumara constituyen el grupo
indígena más grande del Estado de Chihuahua. Su
número varía de 50,000 a 75,000 ya que es
difícil determinarlo de manera precisa, debido a la
inaccesibilidad de las montañas y los deficientes medios de
comunicación.
Los Tarahumara están distribuidos en las
municipalidades de Guerrero, Bocoyna, Ocampo, Uruachi, Chinipas,
Guazapares, Urique, Morelos, Batopilas, Guadalupe y Calvo,
Balleza, Rosario, Nonoava, San Francisco de Borja y
Carichi.
Morelos es una comunidad digna
de visitarse.
Las regiones montañosas se dividen en dos grandes
regiones llamadas Alta y Baja Tarahumara. A la primera
corresponden las partes dominadas por la Sierra Madre Occidental,
y a la segunda, la parte oeste de la misma Sierra, incluyendo la
zona de los cañones en las tierras calientes del
estado.
Hit and run… Not! Eat and
run…
En cuanto a la ropa, existen una gran variedad de
"sarapes" de bellas texturas y sencillos diseños, que
sólo son vistos en las espaldas de los nativos.
Los sarapes Tarahumara son pesados y de tejido
áspero, en colores
naturales, la mayoría de ellos sin adornos y que poseen la
belleza particular derivada de su textura y
simplicidad.
Las relaciones
sociales e interpersonales
Una relación similar a la de los "compadres"
existe entre los Tarahumara, pero los participantes son llamados
«morawas» en lugar de "compadres", lo que en
su idioma significa la unión de dos personas que han
establecido un pacto de moralidad
entre ellos.
Cuando los bienes son el
ganado, el "comprador" y el "vendedor" se tocan mutuamente el
hombro diciendo "Dios cuida morawa". Y cuando un
morawa visita a otro, el invitado recibirá el honor
de sentarse en un taburete de piel de cabra,
en el lugar preferente junto al fuego.
La relación entre los sexos
Siempre existe un enorme grado de reserva entre los
sexos.
Entre los Tarahumara, un hombre que hace una visita a la
casa de un amigo deberá anunciar su presencia antes de
llegar hasta la puerta de la casa, y si la mujer
está sola, él no entrará sino que
permanecerá a la distancia. A menos que exista una
relación muy cercana, los hombres y las mujeres
sólo se hablan unos a otros cuando es estrictamente
necesario, siempre a un intervalo respetuoso y sin mirarse los
rostros.
Correr y
comer…
"Come y calla" dicen algunos padres a
sus hijos muy jóvenes dominicanos… ¡No!: come
y ¡corre! (Eat and run!) — enseñan a sus
descendientes los rarámuri…
Para los Tarahumaras, correr es deporte, forma de vida,
hábito y necesidad.
El rarjíparo es una bola pequeña de
madera que, en competencia, los
equipos persiguen corriendo por días. En esa actividad las
tribus se destacan y son victoriosas, a pesar de que su equipo
sea primitivo y sus sandalias ordinarias.
Profundamente religiosos, los miembros de estas tribus
prefieren la vida apartada del mundanal ruido, en la
paz y tranquilidad de sus moradas, que ellos construyen en las
alturas inaccesibles.
En
resumen
Los indios Tarahumaras pueden enseñarnos a vivir
mejor…
Bibliografía
Suministrada por solicitud, aunque no sustituye por
haberlos visitado y haber compartido su vida, como con tantas
tribus primitivas hemos hecho.
Dr. Félix E. F. Larocca
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |