El azúcar y sus efectos (no tan dulces) en la salud, tanto emocional como física
Hay un enemigo de nuestra salud que nos aguarda en
todo instante. Es un disacárido, de color blanco, que
se desdobla por hidrólisis en dos monosacáridos y
que además de ser dulce, es soluble en agua y
escasamente soluble en alcohol: Lo
conocemos como el azúcar
— nuestro "amigo" y el "amigo" de todos los niños.
El azúcar, que constituye más de una sexta
parte de nuestra dieta normal, se empezó a utilizar hace
unos 300 años.
Su aceptación fue lenta y pausada, desde que la
caña de azúcar se trasplantara a Europa desde el
Oriente. A nuestro continente hizo su llegada en el siglo XVI,
traída (entre otras plagas) por los conquistadores
españoles.
Como todos sabemos, el cultivo de la caña de
azúcar, estuvo por muchos siglos asociado a la esclavitud y la
explotación del hombre blanco
hacia el negro. Los conquistadores ingleses, franceses y
españoles, por medio de la fuerza y la
tortura, aceleraban la producción en los cañaverales, para
consolidar sus fortunas.
La costumbre anticuada, de edulcorar los alimentos con
miel fue substituida por el uso del azúcar, la cual, por
su facilidad de obtener, está presente hoy en una
exagerada selección
de productos:
golosinas, refrescos, salsas, bebidas alcohólicas,
chocolates, sal de dieta, tabaco, medicinas
y otros. Todos consumen hoy más azúcar de lo que
les conviene — pero, no consumir azúcar ninguno,
es la única solución saludable.
El azúcar carece en sí de todo
valor
nutritivo, aportando a la dieta nada de importancia, e
interfiriendo con la asimilación de algunas sustancias que
nos son indispensables.
Los dentistas (muchos de los cuales "premian" los
niños con chupetas) son testigos del efecto
deletéreo del consumo de
dextrosa (componte de la sacarosa) en la formación de las
caries dentales.
El azúcar contribuye a la indigestión y al
desarrollo de
las úlceras pépticas.
Los dermatólogos, también atestiguan (en
sus pacientes) del efecto que ésta tiene en producir
trastornos de la piel.
El azúcar, la obesidad y sus
trastornos derivados son plagas de nuestra civilización
— desenfrenada, cuando tiene que ver con el placer, libidinoso
y erótico de comer.
Del azúcar
proviene y (a veces) se origina la diabetes, mal que
padecen millones de personas y cuyas consecuencias funestas
incluyen: las gangrenas, la arteriosclerosis, algunas formas de
la ceguera, las cataratas y algunos trastornos de la
coagulación sanguínea.
El azúcar, por sus efectos metabólicos y
glandulares se considera "enemigo del sexo". Tarde o
temprano el diabético desarrolla la impotencia genital y
la mujer
diabética sufre infecciones recurrentes de la vagina y sus
estructuras.
El azúcar (en forma de melazas) se añade
al tabaco que se usa
en la manufactura
del cigarrillo, incrementando sus potenciales deletéreos y
dañinos.
Aquí se presentan algunos factores adaptados del
libro Sugar
Blues acerca de los efectos del azúcar en el ser
humano:
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