Indice:
1.
Introducción
2. Reino Precolonial
3. Política Colonial y
Nacionalismo
4. La política
inglesa
5. Colonialismo y
Nacionalismo
6. Hacia la
independencia
7.
Conclusión
8.
Bibliografía
Este trabajo tratara de dar a conocer las características de Uganda en primer lugar,
luego demostrar los paso que siguieron los intelectuales
africanos para adquirir la independencia
de su país y como reaccionaron frente al colonialismo
europeo y a sus forma de sometimiento. A continuación
daremos una mínima descripción de las
características geográficas de dicho país
para entender mejor su contexto y la forma que adoptaron los
europeos para ejercer su control en
este.
En los 1500 años anteriores a la llegada de los
europeos, la región de los lagos de África, con sus
climas templados y buenos suelos fue una
encrucijada de invasiones de pueblos bantúes
agrícolas y milotas ganaderos. Tuvo lugar una fusión de
estos pueblos y hacia el siglo XV se creo Bonyoro, el primero de
los grandes reinos. Durante los siguientes dos siglos sus
ejércitos controlaron una gran parte del centro de Uganda.
Estas áreas estuvieron gobernadas por subordinados al rey
de Bunyoro. A finales de siglo XVIII, durante un periodo de
conflictos, el
gobernador de Buganda declaró su independencia y el nuevo
reino se convirtió rápidamente en el mayor estado de la
zona de los lagos. Otro de los reinos más pequeños,
Ankole, y Toro, también se hicieron independientes de
Bunyoro, cada uno de estos, con variaciones, modelo su
propia organización social t política. Buganda
estaba gobernada por un rey semidivino (kabaca) que estaba
aconsejado por un concejo de grandes nobles (Lukico). La tierra
estaba dividida entre la nobleza y era cultivada por los
campesinos; poseer ganado vacuno era un símbolo de
poder de la
naturaleza.
El Estado
estaba defendido por un ejercito permanente totalmente sometido a
la voluntad del rey. Aunque poderosos, Buganda nunca domino por
completo los demás reinos y grupos
bantúes dispersos.
"Este país se encuentra enclavado en el
África oriental subsahariana. Su territorio tiene una
extensión de 326.036 Km y posee una población de más de 14 millones de
habitantes (99% de origen subsahariano) . Aunque en Uganda hay un
25% de católicos y protestantes, y una fuerte
minoría musulmana (10%), predominan las regiones animitas
locales". De la población podemos decir que se divide en
diferente grupos étnicos, con diversos estados de desarrollo, y
utiliza lenguas diferentes. La división territorial de
Uganda, se realizo sobre la base de las estructuras
feudales del imperio Buganda.
La división administrativa de Uganda consta de 18
distritos, establecidos sobre la base de existencia de grupos
étnicos y de las antiguas fronteras de los diversos reinos
que coexistían en el país.
En cuanto a la economía ugandesa,
esta se sustenta fundamentalmente de la producción y exportación de café y
algodón. Además, existe una minería de
escaso desarrollo, dedicada a la extracción de cobre y
fosfatos. La ganadería también tiene cierto
desarrollo. La capital del
país es Kampala, la moneda nacional es la libra ugandesa.
Este Estado es miembro de la Comunidad
Británica, por lo que la lengua oficial
es la inglesa. Con respecto a la educación, su
índice de analfabetismo
es de un 80%.
Las tribus de origen nilótico y camítico
precedente del norte africano determinaron la
diferenciación económico-cultural del país.
Hasta mediados del siglo pasado existieron en Uganda dos sistemas
socioeconómicos diferentes. El norte y el este se
caracterizaban por una organización social basada en
pequeñas aldeas y canales; en el sur crecieron 4 reinos
feudales: Buganda, Ankele, Bunyoro y Toro.
Buganda llego a ser el más poderoso. El imperio
bugandes comerció en gran escala con los
pueblos de habla suahilí y árabe. A partir de 1844
los árabes comenzaron a penetrar en estas tierras,
mediante el comercio de
intercambios de telas y armas de fuego
por esclavos y marfil.
Los alemanes comenzaron a colonizar el país a
finales del siglo XVIII. Sin embargo, a finales del siglo pasado
(1894) sobre la base de un acuerdo con Inglaterra y
Alemania,
Uganda fue reconocida como zona de interés
por la Corona Británica, y después como colonia
inglesa, aunque con gran autonomía.
Hacia 1896 se estableció un protectorado
británico sobre la mayor parte de la región que
adoptó el nombre de Uganda. Una serie de acuerdos que
tuvieron lugar en 1900 establecieron los detalle finales respecto
a la administración de Uganda, garantizando el
mantenimiento
del sistema social y
político del país. La hegemonía
británica en este, durante casi 70 años, se
basó en un sistema administrativo centralizado superpuesto
a una federación de reinos y tribus.
3. Politica colonial y
nacionalismo
La política colonial de las potencias
europeas no se oriento deliberadamente hacia la
emancipación, incluso cuando parecía que se
ponía a toda evolución o que reforzaba la servidumbre,
la presencia de los europeos llevaba a sí misma el germen
de la liberación. Determinaba el desarrollo de un
sentimiento de comunidad que se afirmaba dentro de los limites trazados
por la separación europea, y no de la identidad
étnica o de las corrientes históricas
tradicionales. Fueron los europeos los que, concientemente o no,
proporcionaron fronteras políticas a los
frutos nacionales.
El establecimiento de la metrópolis en los
países colonizadores es una tradición
británica unida a los aborígenes de la
colonización. En el siglo XIX este sistema
consiguió que dichas colonias alcanzaran la
autonomía interna y el Estatuto de dominio sin
serios incidentes y por medio de desarrollo institucionales
sucesivos: en una ultima etapa, reconocida oficialmente por medio
del ESTATUTO de Westminter (1931), las citadas colonias se
convirtieron en Estados soberanos independientes en el seno de la
Comunidad Británica,
En todas las colonias los ingleses se apresuraron a
distribuir las responsabilidades entre los elementos de la
población que consideraban aptos para la tarea. Crearon
junto a los gobernadores un organismo con un carácter cada
ves más representativo, destinado a convertirse
progresivamente en un parlamento local. Era el camino hacia la
autonomía. Esas demoras venían impuestas por el
estado mismos de las colonias. La mayoría de ellas estaban
lejos de haber alcanzado el nivel cultural y económico
indispensable para el normal funcionamiento de las instituciones
de la democracia
política, la "pax británica" evitaba los
enfrentamientos sangrientos entre razas y religiones rivales o
protegía a las minorías contra las vejaciones de
una sociedad
mayoritaria. Con frecuencias esas colonias eran posiciones que el
expansionismo imperialista había creado para defender
intereses económicos o políticos. Mucho más
que el prestigio eran los recursos del
suelo o del
subsuelo o la situación estratégica, lo que
explicaba la presencia británica. Por consiguiente, la
marcha hacia la autonomía debía ser prudente
controlada y desembocar en una solución final que pudiera
satisfacer los principios (la
autodeterminación) y los intereses de la metrópoli.
Gran Bretaña sería el único juez de las
modalidades de la evolución y la duración de las
etapas, quedando claro que la emancipación no
significaría una ruptura total de los vínculos con
el imperio.
Pero en la atmósfera del
colonialismo, falta de tierra,
miseria, opresión y occidentalización, la
mayoría de los africanos llegaron a creer, que tal como
hicieron los xhozas, que el hombre
blanco era la causa de todos los problemas. El
resentimiento contra la dominación extranjera engendro una
creciente actitud de
resistencia hacia
los blancos y un fuerte sentimiento de unidad entre los lideres
políticos, seguidores, sacerdotes e inclusos grupos que
anteriormente eran hostiles; la rebelión bambata o
zulú en 1906 son ejemplos de tales respuestas, cuyos
objetivos eran
derivar al sistema colonial a causa de su insoportable
explotación.
La minoría europea reclamaba un auto gobierno en el
que la dirección le correspondiera por completo,
Londres se negó a desarrollarla totalmente por temor a
someter a las poblaciones negras y asiáticas a la autoridad
arbitraria de los blancos.
Las cuestiones relativas a las poblaciones de color se
reservaron a la competencia de
los funcionarios británicos.
En las regiones del África Occidental y Uganda se
instaló, el Indirect Rule, elaborada por Frederic Lugard:
esta política se basaba en la opinión de que las
instituciones indígenas podían asegurar la
estabilidad y de que no era aconsejable en muchos años la
introducción de los métodos
europeos en aquellos países retrasados. Representante
supremo del poder en nombre de la Corona, el gobernador lo
ejercía a través de los jefes de distinta
importancia, sultanes, emires o reyes de tribu. Todos ellos
estaban muy discretamente controlados por funcionarios
británicos, cuyo papel aparente
era de consejeros. Parecía más fácil
conseguir una obediencia aceptada si el súbdito se la
debía no a la autoridad extranjera, sino al jefe
natural.
A pesar de ello, la Indirect Rule creó algunas
condiciones favorables para la evolución política.
Por un lado, limitó la inmigración europea de los "pequeños
blancos" y el desarrollo del landlordismo de los particulares o
de las grandes sociedades
propietarias de bienes
raíces, cuya presencia habría sido un
obstáculo para la emancipación posterior. Por otro
lado, este sistema de administración recibió
críticas cada vez más intensas a medida que se
desarrollaron las elites africanas excluidas de él. Esos
evolucionados aspiraban a desempeñar un papel más
activos en los
asuntos públicos. Culpaban a los jefes tradicionales, a
los que consideraban marionetas manejadas por los
británicos, y reivindicaban la creación de
organismos representativos dotados de poderes reales. No se
trataba verdaderamente de una reivindicación nacionalista,
ya que el marco nacional tenía una existencia demasiado
corta para representar algo más que entidad
geográfica que los acuerdos entre Inglaterra y sus rivales
europeos habían delimitado en la masa del continente
africano. A los africanos les resultaba difícil concebir
una nación que no existía, ni siquiera el recuerdo
histórico; su mente se concentraba en los marcos
conocidos: la raza, la tribu, la comunidad
lingüística. Ese nacionalismo
era africanísimo o tribalismo. Sin embargo, a partir de
comienzos de la década de 1920, los ingleses estaban
construyendo esa marca nacional,
al darle, además de una frontera exterior, una alengua
común (el ingles) y una comunidad administrativa. Se
convertiría en los creadores del nacionalismo.
El desarrollo
económico de la posguerra y la integración de un número cada vez
mayor de productores negros en la economía comerciante
hicieron madurar el nacionalismo y le dieron una visión
mas precisa y amplia de problemas comunes a todos los
indígenas. En 1937, sin abandonar sus objetivos
políticos, el movimiento
orienta su principal reivindicación hacia el terreno
económico.
"Cuando se presenta este problema a los africanos, la
administración inglesa adopta una posición neutra;
se limita a permitir, de modo muy liberal, la creación de
organización juveniles y sindicatos en
los que el nacionalismo encontrara sus mejores militantes; sin
embrago, su influencia sobre la dirección del país
es bastante escasa. Pero la evolución esta en
marcha"
5. Colonialismo y
nacionalismo
En 1860 algunos africanos marcharon a estudiar a Gran
Bretaña. Convivían con los europeos,
absorbían las mismas influencias y eran sensibles a las
controversias de las ideologías políticas
de este país, por lo cual mostraron una saludable
reacción. Pero con respecto a la de los que no estudiaron
en el viejo continente, Europa ante esta
ridícula tendencia a la "europeización", negadora
de su propia idiosincrasia, surgió una forma de
nacionalismo de tipo cultural que se enorgulleció de la
propia civilización y las formas de vida autóctonas
y alcanzo una dimensión considerable que se fue
fortaleciendo a medida que transcurría el tiempo. Entre
1820 y 1835 llegaron a Gran Bretaña algunos africanos a
dar a conocer sus respectivas culturas.
En 1920, África estaba en poder de las naciones
europeas, eran administradas contemplando los intereses de los
habitantes nativos, pero el progreso dependía de los
gobernadores. Ninguna decisión importante podía ser
tomado por el pueblo y hasta había menos africanos
destacados que antes de 1914, cuando todavía
sobrevivían algunos antiguos lideres del periodo
precolonial. En el campo de las ideas políticas
panafricanas, las organizaciones
estudiantiles en Gran Bretaña y Francia fueron
los principales vínculos para dar a los agravios locales e
individuales un sentido nacionalista. Gran parte de su
inspiración vino de los escritores y actividades de negros
norteamericanos y de las Indias Occidentales, como Edward Blyden,
Marcus Garvey W.E. Dubois.
Bajo su influencia los africanos empezaron a pensar en
asumir el control de las unidades políticas que
habían creado las potencias coloniales y en reunirlas como
en los Estados Unidos de
América
o en la URSS.
El explorador sir Henry Morton Stanly, quien
había sido recibido por Kabaka Mutesa (reino desde 1852
hasta 1884), informó del interés del rey hacia el
cristianismo,
a lo que hizo que llegaron a Buganda numerosas misioneros, tanto
protestantes como católicos; la región se
convirtió en escenario del enfrentamiento de las potencias
europeas por el territorio africano hacia 1890.
Tanto el cristianismo misionero como la educación
fueron también factores importantes que determinaron el
curso y la naturaleza de las respuestas africanas a la conquista
colonial. Los misioneros habían creado una clase africana
de evangelizadores, maestros, periodistas, hombres de negocios,
abogados y oficinistas, que con frecuencia, parecían
aceptar la supuesta inferioridad cultural de los africanos,
acataban el colonialismo europeo como un hecho normal y admiraban
a los hombres blancos por su poder, su riqueza y su tecnología.
Entre 1920 y 1940, aquel movimiento se difundió
desde las elites a otros estratos sociales.
Las reivindicaciones de libertad
encontraron, además, eco en el marco de las misiones
cristianos, católicos y protestantes, cuyo cometido
conlleva los gérmenes de una esperanza, de una
visión igualitaria de un mundo en el que también el
hombre negro
ocupa un lugar.
El mensaje cristiano introdujo al africano en una
comunidad sin diferencias, que trascendía todas las
barreras del color. En 1982 surge una nueva secta "el etilismo",
que representaba una especie de nacionalismo africano.
Estos movimientos proféticos religiosos se han
dirigido contra las ideas y costumbres europeas.
La invasión italiana a Etiopía en 1935
avivó el fuego de los sentimientos nacionalistas, pero el
hecho decisivo en África Occidental fue el indudablemente
el regreso en ese mismo año de Nnamdi Azikiwa de sus
estudios en Norteamérica y su iniciativa de lanzar primero
en la Costa de Oro y luego en su nativa Nigeria una
publicación popular. Este fue el paso fundamental para
lograr que las ideas del panafricanismo fueron conocidas por una
audiencia mayor.
La mayoría de las políticas africanas
occidentales se habían ido liberado de sus tradiciones
ancestrales y organizaron sus actividades a la manera europea,
valiéndose de la prensa y de la
agitación popular en coacciones causando motines, peor sin
recurrir a la violencia,
esto asumió en cambio una
forma tribal. El proceso
cultural, social, político, que ha hecho triunfar el
nacionalismo africano, no es tanto un fenómeno imprevisto
como un sentimiento lentamente madurado.
La situación particular de Uganda se debía
principalmente a que sobrevivían pequeños reinos
vinculados a Inglaterra por acuerdos especiales y sus soberanos
insistían en el mantenimiento de instituciones
típicamente africanas cuyo poder estaba en sus manos,
mientras que el resto del territorio, administrado con los
métodos habituales, tendía a evolucionar hacia la
autonomía y la independencia.
En el año 1952 se formo el partido de los grandes
propietarios terratenientes en la región de los bugandas.
La pequeña burguesía no podía hacer otra
cosa que explotar los sentimientos anticolonialistas de las masas
ugandesas y las posiciones antifeudales republicanas que nacen en
los reinos interlacustres de Buganda, Ankole, Toro y
Bunyoro.
Los ingleses se apoyaron principalmente en Buganda, fue
el reino que más reticente a la hora de afrontar la
independencia, pretendía introducir unas series de
reformas como la creación de una asamblea (Lukiro)
representativa y la creación de nuevos ministerios. El rey
Mutesa alarma, pide la vuelta de la administración del
Colonial Office y la
independencia separada para este reino.
En 1958, el problema del desarrollo constitucional era,
conciliar las aspiraciones de los partidos nacionalistas en favor
de un Estado autónomo, y él particularizó de
los monarcas, deseosos sin duda de obtener la independencia, pero
en el marco de su propio reino.
Hasta 1960, la política de Uganda estaba dominada
por las organizaciones tribales o religiosas, pero la
acción del African National Congres –ANC- (Congreso
Nacional Africano), movimiento nacionalista que expresa la toma
de conciencia de la
elite pequeño burguesa, la modifica
profundamente.
En ese mismo año, vemos a Milton Obote aparece a
la cabeza de un movimiento nacionalista, el Uganda
Peoople´s Congres –UPC- (Congreso Popular de Uganda),
que reagrupaba a la pequeña burguesía hasta
entonces desmembrada. Apoyándose en los elementos
más radicales ANC, lanza la ofensiva en contra de la
administración inglesa y reclama una independencia
inmediata.
El gobierno ingles procedió por etapas. De entre
las proposiciones de la comisión, que creaba la
autonomía sin utilizar esta palabra, el gobierno inglés
no aceptó el sufragio universal directo ni el gobierno
parlamentario dirigido por un Chief Minister, que reducía
a nada el papel del gobernador, declaró estar dispuesto a
acelerar la marcha hacia la autonomía y la independencia
si las elecciones demostraban que ese era el deseo de las
poblaciones.
Las elecciones se celebraron en Marzo de 1961, a pesar
de la violenta oposición de los reyes de Toro y Buganda,
los dos partidos vencedores (Democartic Party y UPC) eran
partidiarios de la independencia. Quedaba por resolver la
estructura del
Estado. Con bastantes dificultades, un comité
constitucional consiguió poner en pie un proyecto de
constitución federal, que los reyes
rechazaron. En la conferencia de
septiembre de 1961 el Colonial Secretary, Maudling, los presionó
suavemente, dando a entender que sus acuerdos con Londres
prescribirían el día de la independencia de Uganda,
por lo que les interesaba integrarse en el nuevo Estado y
renunciar al componente despótico de su autoridad,
convirtiéndose en soberanos constitucionales.
Comsiguió de los jefes nacionalista que el gobernador
conservara en la nueva constitución poder reales (asuntos
exteriores, defensa, seguridad, aunque
actuaría recavando la opinion de los
ministros).
De este modo se eliminaron los principales
obstáculos en la vía de la
independencia.
El partido de Obote forma una coalición
política con el partido de Mutesa II (Kabaka de Buganda) y
el Kabaka Yeka ("Kabaka el unico"), a la vez contra la
administración inglesa y el Democratic Party, y el partido
católico de Ben Kiwanuka.
La coalición Obote –Mutesa II saldra
vicotiosa en las elecciones legislativas de Abril de 1962. Con
esta dirección feudal pequeño burguesa de Milton
Obotey Mutesaii, Uganda consigue la independencia el 9 de Octubre
de 1962. Sir Frederic Mutesa II, se convierte en presidente y
Milton Obote en primer ministro de la Uganda
semifederal.
En Mayo de 1966 Obote ocupó militarmente Buganda,
mandó al exilio al kabaka y proclamó una nueva
Constitución republicana que abolía formalmente la
monarquía; se convirtió en el primer presidente de
un gobierno unitario de Uganda. La resistencia de Buganda, un
empeoramiento de la economía de acusaciones de corrupción
llevó a un golpe militar en Enero de 1971. El poder
recayó en el comandante, quien comenzó ocho
años de gobierno en los que apoyado en el Ejército,
elimino a sus oponentes políticos, y desarrolló un
reinado de terror contra la población de Buganda, la tribu
Lango a la que pertenecía Obote y sus vecinos Acholi;
también expulsó del país a 60.000
asiáticos.
Hacia 1978 Uganda estaba en bancarrota y el gobierno
dependía de los préstamos de los estados
árabes que apoyaban a Amin. Uganda entró en
guerra con su
vecino Tanzania a finales de 1978 y las fuerzas tanzanias aliadas
con los rebeldes de Uganda expulsaron a Amin del país a
comienzo del siguiente año. Hubo tres presidentes
provisionales antes de que en diciembre de 1980 tuvieron lugar
elecciones bajo una nueva constitución, que dieron el
triunfo a Obote, que nuevamente se hizo con la presidencia del
país, que se encontraba en un autentico caos
económicos, con una taza de inflación de mas del
200%, sin bienes de consumos, pocos puestos de trabajos, miseria
en el norte y sin un gobierno efectivo en las zonas rurales. En
1982, después de que las tropas tanzanias se hubieran
retirado, aparecieron varias guerrillas antigubernamentales, lo
que hizo que el gobierno aumentara la represión; mas de
100.000 ugandeses fueron asesinados o murieron de hambre. Un
golpe de
estado en julio de 1985 expulsó a Obote del
país.
Hasta la segunda guerra
mundial; todo lo que consiguió el pueblo
ugandés de una idiosincrasia tribal a una idiosincrasia
nacional, que dicho en otras palabras, es el nacionalismo,
gracias a la educación y política brindada por el
europeo.
Estos movimientos trajeron aparejadas la
liberación de los nativos de África ante el
sometimiento de estos extranjero, este sometimiento se ajusto a
todo el modelo impuesto por el
europeo, cultura,
economía, vida política y social.
Este modelo se fue debilitando con el regreso del
contingente africano que fue a estudiar a Europa donde conocieron
el sistema político y social de sus colonizadores, que
luego inculcaron en su tierra y que fueron las bases
en
que se fundaron los proceso anteriores a la
independencia.
Olivar, Roland, Atmore, Anthony, África
desde 1800, Editorial. Francisco De aguirre, Bs.As, 1977, pp.
442.
Grimal, Henri, Historia de las
descolonizaciones del siglo XX Ed. Iepala, Madrid, 1985, pp.
418.
Mestre, Tomás, África como conflicto,
Editorial. Cuadernos para el dialogo, S.A,
Madrid, 1968, pp. 571
Valdés Bernal, Sergio, Visión
lingüística de África al sur del Shara,
Editorial de Sc. Sociales, La Habana, 1990, pp. 311.
Coquery- Vidrovitch- Moniot; África negra de 1800
a nuestros días, Editorial, Labor, Barcelona, 1985, pp.
390
Autor:
Christian Jalil