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Sistema nervioso vegetativo




Enviado por luciadg



Partes: 1, 2

    1.
    Introducción

    2. Embriogenesis
    3. Centros Neurovegetativos
    Superiores (corticales y diencefálicos)

    4. Centros neurovegetativos
    intermedio

    5. Sistema
    Parasimpático

    1.
    Introducción

    Denominado también sistema
    neurovegetativo, o nervioso autónomo, o involuntario, o
    visceral, o gran simpático, es aquella parte del sistema
    nervioso que regula las funciones vitales
    fundamentales que son en gran parte independientes de la conciencia y
    relativamente autónomas, es decir, las funciones
    vegetativas (aparato cardiorrespiratorio, glándulas
    endocrinas, musculatura lisa, aparato pilo sebáceo y
    sudoríparo, etc.).

    2.
    Embriogenesis

    En el curso de la quinta semana del desarrollo del
    embrión algunas células
    derivadas de la
    porción torácica de la cresta neural emigran a cada
    lado hacia la región colocada inmediatamente por
    detrás de la aorta. Estas células, denominadas
    neuroblastos simpáticos o simpatoblastos, van a constituir
    los dos cordones simpáticos primitivos. Algunos elementos
    de estos cordones emigran luego hacia el punto de reunión
    de las raíces dorsal y ventral de los nervios espinales,
    donde se forman los cordones simpáticos secundarios, de
    los cuales se originan las cadenas de los ganglios del
    simpático torácico. Los cordones simpáticos
    primitivos forman, por el contrario, los ganglios prevertebrales
    y preaórticos o periaórticos, los cuales se
    desplazan de su posición original para tener por
    detrás a los esbozos de la localización de las
    vísceras a las cuales deberán dar
    inervación. De una sucesiva prolongación hacia
    arriba y hacia abajo se originan, respectivamente, los cordones
    del simpático cervical y la porción lumbosacra, con
    los respectivos ganglios.

    Por lo que concierne al para simpático, los
    ganglios situados a lo largo de los nervios oculomotor, facial,
    glosofaríngeo y vago derivan de las células
    emigradas del sistema nervioso
    central o de neuroblastos diferenciados en los ganglios
    sensitivos del V, VII, y IX par de los nervios
    craneales.

    El S.N.A. está estrechamente unido con el sistema
    nervioso relación, con el cual tiene en común
    estructuras
    centrales y periféricas. Tiene un significado particular y
    una gran importancia las relaciones que éste posee con el
    aparato endocrino.

    Morfología: Para la descripción
    anatómica, el sistema nervioso vegetativo se subdivide en
    tres partes, estrechamente unidas entre sí por numerosas
    fibras aferentes y eferentes:

    3. Centros
    Neurovegetativos Superiores (corticales y
    diencefálicos)

    Sistema Neurovegetativo Cortical: Además
    de a nivel del hipotálamo, la integración más elevada de las
    diferentes actividades vegetativas tiene lugar también en
    zonas determinadas de la corteza cerebral, de las cuales las
    más importantes son la parte del lóbulo frontal,
    colocada por delante de la zona cortical motora, y el denominado
    sistema límbico. La primera regula las funciones
    vegetativas (vasomotoras, sudorales, etc.) que acompañan a
    la actividad motora de los músculos esqueléticos y
    toma parte incluso en los procesos de
    integración recíproca entre actividad vegetativa y
    psíquica. En el sistema límbico tiene lugar una
    integración entre el estado
    emocional y las determinadas funciones vegetativas (motilidad
    gástrica, emisión de orina y heces, constancia en
    la presión arterial, etc.).

    Sistema Neurovegetativo Diencefálico: En
    el diencéfalo se encuentran numerosos agregados celulares
    o núcleos hipotalámicos, en relación con
    determinadas funciones metabólicas y con el sistema
    endocrino, esencialmente la hipófisis. Existen luego otras
    formaciones, representadas por el sistema reticular
    hipotalámico y subtalámico, continuación del
    bulbar y del mesencefálico, que, además de
    constituir un centro integrativo para las emociones,
    presiden algunas manifestaciones fundamentales de la vida, como
    el sueño, la vigilia, el hambre y la sed.

    El Sistema Reticular del Tronco Encefálico es un
    complejo anatomofuncional que se extiende desde el bulbo hasta el
    diencéfalo, estando formado por una trama de sustancia
    gris (que en algunos puntos se reúne en núcleos:
    núcleo reticular lateral de la oliva inferior,
    núcleo reticular caudal y oral del puente, núcleos
    reticulares gigantocelulares y de sustancia blanca formada por
    fibras nerviosas. Son muy amplias las conexiones con las otras
    secciones del sistema nervioso central, a través de fibra
    aferentes (vías espinoreticulares, corticoreticulares,
    cerebeloreticulares, estriado – pálido –
    reticulares y septoreticulares) y fibras eferentes (vías
    reticulares descendentes, vías reticulares eferentes
    cortas, vías reticulares ascendentes y vías
    reticulocerebelosas). En consideración a estas relaciones,
    desde el punto de vista funcional se distinguen un sistema
    reticular ascendente y un sistema reticular descendente, cuyas
    funciones para la homeostasis
    del organismo son de gran importancia. De hecho, el primero
    controla el estado de
    vigilia y el comportamiento; el segundo armoniza las
    actividades circulatorias y respiratorias, además de las
    reacciones tónicas musculares posturales y algunas
    reacciones en relación a determinados estados afectivos
    (vómito,
    reacción de alarma o de fuga o de defensa).

    4. Centros
    neurovegetativos intermedio

    Se presentan en aquella parte del S.N.A., del
    simpático y parasimpático. Comprende tanto centros
    nerviosos vegetativos situados en el eje cerebroespinal como
    fibras nerviosas aferentes y eferentes en relación con
    ellos. Ente ambos sistemas,
    simpático y parasimpático las fibras eferentes son
    sustancialmente de dos tipos: preganglionares, que se originan a
    nivel de la sustancia gris del tronco cerebral o de la
    médula y terminan en un ganglio, y postganglionares, que
    se originan de las neuronas ganglionares en contacto
    sináptico con las primeras y alcanzan al órgano
    efector. Ya que la distribución anatómica de los
    ganglios periféricos es notablemente diferente en
    los dos sistemas, las fibras pre y postganglionares
    simpáticas y respectivamente parasimpáticas, tienen
    diferentes longitudes. Los ganglios parasimpáticos
    están, de hecho, situados en las cercanías del
    órgano efector o, por añadidura, en el espesor de
    la pared de este último: las fibras parasimpáticas
    preganglionares son, por lo tanto, mucho más largas y las
    postganglionares mucho más cortas. Los ganglios
    simpáticos, por el contrario, constituyen una doble cadena
    (cadena del simpático) que se extiende en posición
    laterovertebral, desde la base del cráneo hasta el
    cóccix: las fibras preganglionares tienen, pues, un curso
    muy corto y las postganglionares muy largo.

    Sistema Ortosimpático: El sistema
    simpático u ortosimpático está compuesto, en
    los dos lados del cuerpo, por una cadena de ganglios, ganglios
    simpáticos vertebrales, reunidos entre sí por
    cordones longitudinales intermedios de fibras nerviosas, formando
    dos troncos (cadena del simpático) que tienen su curso
    desde la base del cráneo hasta el cóccix,
    disponiéndose antero – lateralmente respecto a la
    columna vertebral. Los ganglios vertebrales, con relación
    a su localización, se distinguen en cervicales,
    torácicos, lumbares, sacros y coccígeos. Para cada
    lado, los ganglios cervicales son tres (de los cuales el superior
    es mucho más grueso), los torácicos once, los
    lumbares cinco y los sacros cuatro. Sus dimensiones
    varían, oscilando, por lo general, alrededor de un cm de
    diámetro; tienen aspecto fusiforme u ovoidal; son
    consistentes y aparecen de un color gris
    rosáceo. También los cordones intermedios que unen
    los ganglios vertebrales entre sí, tienen un color gris
    rosáceo, siendo, por lo demás, simples, a veces
    dobles, y estando constituidos principalmente por fibras
    nerviosas amielínicas. Todos los ganglios vertebrales
    están en conexión con los nervios espinales
    mediante las ramas comunicantes, que se originan del tronco del
    nervio espinal apenas constituido o de la rama anterior del
    mismo. Las ramas comunicantes con los nervios torácicos y
    con los primeros dos o tres nervios lumbares dan como resultado
    una rama comunicante blanca, formada esencialmente por fibras
    mielínicas, y una rama comunicante gris, formada
    preferentemente por fibras amielínicas; las cervicales,
    las últimas dos o tres lumbares y los nervios sacro y
    coccígeo poseen ramas comunicantes grises solamente. De
    los troncos del simpático se originan las ramas
    periféricas, constituidas preferentemente por fibras
    amielínicas, la mayor parte de las cuales siguen el curso
    de los vasos arteriales. Antes de distribuirse por los
    órganos, muchas ramas se ponen en relación con los
    ganglios situados por delante de la aorta torácica y
    abdominal (ganglios preaórticos o prevertebrales) y luego,
    en su curso último, se disponen en forma de plexo
    alrededor de los vasos arteriales terminales, siguiéndolos
    en su distribución entre los órganos. A lo largo de
    estos plexos se encuentran ganglios periféricos y
    terminales, que a veces, especialmente en la cercanía de
    los órganos, pueden estar representados sólo por
    células aisladas (metasimpáticos).

    Las ramas periféricas del simpático
    contienen fibras eferentes y aferentes:

    Las fibras eferentes preganglionares se originan de las
    células de pequeñas dimensiones y de aspecto
    estrellado que se sitúa en la sustancia gris del asta
    lateral de la médula espinal en el tramo comprendido entre
    el primer segmento torácico y el segundo o tercer segmento
    lumbar (células radiculares viscerales). Los axones de
    estas células (fibras preganglionares mielínicas)
    salen de la médula con las fibras somatomotoras, es decir,
    con las raíces anteriores de los relativos nervios
    periféricos torácicos y lumbares, pasando al
    respectivo ramo comunicante blanco y alcanzando el tronco del
    simpático, y terminan en un ganglio vertebral, que puede
    ser aquel del nivel correspondiente, o superior (hasta el ganglio
    cervical), o inferior (hasta el ganglio coccígeo); a la
    vez, atravesando el tronco del simpático, o recorriendo en
    un ramo periférico que emana del tronco, se sitúan
    más lejos, hasta llegar a un ganglio prevertebral o
    peraórtico o a un ganglio todavía más
    distal. En este caso la rama periférica que él
    contiene debe ser considerada como la continuación de la
    rama comunicante, alargándose considerablemente: los
    nervios esplácnicos son el ejemplo más
    significativo. Las fibras preganglionares llegan al ganglio
    simpático, arborizándose alrededor de las
    células, originándose de estas arborizaciones las
    fibras postganglionares, generalmente amielínicas,
    destinadas a los órganos periféricos. Algunas de
    estas fibras, a través del ramo comunicante gris, pasan a
    los nervios espinales y se distribuyen a la musculatura lisa, a
    las glándulas de la piel y a los
    vasos de los miembros, de la pared del dorso, de las meninges y
    del raquís; las otras, que pueden nacer también de
    ganglios más periféricos, siguen el curso de los
    vasos sanguíneos, inervando las vísceras del
    tórax y del abdomen y diferentes estructuras de la cabeza.
    Reciben fibras de los nervios periféricos del
    simpático al ojo, los vasos y las glándulas
    endocrinas, el corazón,
    los pulmones, el aparato digestivo
    y las glándulas anexas y el aparato urogenital.

    Las fibras aferentes o sensitivas se originan de una
    célula en
    T situada en los ganglios espinales, no diferenciable
    histológicamente de las neuronas sensitivas de los nervios
    cerebroespinales. La prolongación periférica de
    esta célula se inicia en una terminación nerviosa
    situada periféricamente o en los músculos lisos, o
    en las paredes de los vasos, o en un órgano
    periférico del sentido, y corre por los troncos nerviosos
    junto con las fibras eferentes y las fibras somáticas. Las
    prolongaciones del cuerpo y de los miembros llegan a la
    médula, pasando directamente al nervio correspondiente
    raíz posterior. Los que, por el contrario, derivan de los
    órganos viscerales torácicos y abdominales y de las
    paredes de los vasos recorren en las ramas periféricas del
    simpático, alcanzando un ganglio de la cadena y de
    allí, pasan a la raíz posterior del nervio espinal.
    Las prolongaciones proximales de la célula
    en T penetran en la médula de la raíz posterior,
    poniéndose en relación, directamente o mediante
    neuronas asociativas, con las células de origen de las
    fibras preganglionares, e integran así los arcos reflejos
    del sistema autónomo y de los centros vegetativos
    superior, Diencefálico y cortical.

    Las dos cadenas del simpático, compuestas, por
    los ganglios vertebrales y por los cordones intermedios que les
    unen, están extendidas en toda la longitud de la columna
    vertebral, desde la base del cráneo hasta el
    cóccix, de manera continua. Las dividiremos en cuatro
    segmentos: cervical – torácico – lumbar
    – pélvico:

    Simpático Cervical: Esta formación
    nerviosa se apoya sobre la aponeurosis prevertebral, que la
    separa de los músculos largos del cuello y largo de la
    cabeza, por delante de las apófisis transversas de las
    vértebras cervicales. En su curso descendente se encuentra
    colocada por detrás e internamente al fascículo
    vasculonervioso del cuello, más exactamente por
    detrás de la vena yugular interna: cerca de la apertura
    superior del tórax se desplaza lateralmente y cruza la
    cara posterior de la arteria subclavia, en las cercanías
    del origen de la arteria vertebral. Las neuronas preganglionares
    están en el segmento torácico y cervical de la
    médula, de donde las fibras preganglionares salen por la
    vía de los ramos comunicantes blancos torácicos,
    para unirse con las neuronas postganglionares de los ganglios
    cervicales; de hecho, estos últimos están unidos a
    los nervios espinales por ramos comunicantes grises, que no
    contienen fibras preganglionares, sino blancas. A lo largo del
    tronco simpático cervical se intercalan tres ganglios, en
    parte fusionados entre sí: cervical superior, cervical
    medio y cervical inferior. El ganglio cervical superior, que es
    el más voluminoso, se encuentra a la altura de la
    apófisis transversa de la II y III vértebras
    cervicales y está en relación con el
    fascículo neurovascular del cuello y con los nervios
    glosofaríngeo, hipogloso y vago, con los cuales
    también tiene anastomosis. Recibe fibras preganglionares
    de los primeros cuatro nervios torácicos. De las fibras
    postganglionares algunas pasan a través de los ramos
    comunes grises y alcanzan los primeros tres o cuatro nervios
    cervicales para inervar los vasos, folículos
    pilíferos y glándulas sudoríparas de las
    regiones correspondientes; otras se unen con los ganglios
    situados en las cercanías; otras, por último, van a
    constituir las ramas periféricas. De éstas, algunas
    revisten particular importancia:

    El nervio carotídeo interno, que se desplaza de
    la extremidad superior y se coloca por arriba con la arteria
    carótida interna, alrededor de la cual forma primero, a la
    altura del canal carotídeo, el plexo pericarotídeo
    (del cual derivan los nervios carotidotimpánicos), y, a la
    altura del seno cavernoso, el plexo cavernoso. Este último
    da lugar a otros plexos alrededor de las ramas que salen de la
    carótida interna, como el plexo oftálmico y los
    plexos de la arteria cerebral anterior y media; se une
    además, mediante el nervio petroso profundo, con el
    ganglio esfenopalatino; da ramas que, a través del ganglio
    ciliar, se distribuyen en el iris, y otras para los
    músculos del ojo, hipófisis y meninges.

    El nervio cardíaco superior.

    Las ramas vasculares viscerales que van a constituir los
    plexos carotídeos común, carotídeo externo,
    tiroideo superior, submaxilar, faríngeo, laríngeo,
    etc.

    El ganglio cervical medio, situado a la altura de la V
    – VI vértebras cervicales, es el más
    pequeño e inconstante; da fibras a través de los
    ramos comunicantes grises al V y a veces también al IV y
    al VI nervios cervicales, ramas para las arterias tiroideas y da
    origen al nervio cardíaco medio.

    El ganglio cervical inferior, situado a la altura de la
    primera costilla, a veces se fusiona con el primer ganglio
    torácico, constituyendo el ganglio estrellado o
    cervicotorácico. Está unido, a través de los
    ramos comunicantes grises, con los últimos nervios
    cervicales y con el primer torácico; da ramas vasculares
    que forman los plexos subclavio, tiroideo inferior, mamario
    interno y vértebra; de él se origina el nervio
    cardíaco inferior.

    Simpático Torácico: En la
    región torácica el tronco simpático
    desciende verticalmente sobre cada lado de la columna vertebral,
    por delante de las articulaciones
    costovertebrales; pasa delante, cruzando los vasos y nervios
    intercostales y está cubierto por la pleura parietal. El
    de la derecha recorre desde la IV hasta la X vértebras,
    por detrás de la vena ácigos, y el de la izquierda,
    en la parte más alta, corre por detrás del arco y
    la porción descendente de la aorta; atraviesa el diafragma
    por una fisura colocada entre el pilar anterior y el intermedio,
    alcanzando así la cavidad abdominal. Por lo general, los
    ganglios torácicos son doce, pero suelen, de hecho, ser
    once, ya que el primero está unido al último
    cervical, formando el ganglio estrellado. Tienen una
    disposición aproximadamente segmentaria y, en general, son
    de pequeño volumen. Cada
    ganglio torácico está unido con el respectivo
    nervio espinal torácico por medio de los ramos
    comunicantes blancos (a través de los cuales pasan las
    fibras preganglionares y las fibras aferentes viscerales) y por
    los ramos comunicantes grises (a través de los cuales
    pasan las fibras preganglionares y las fibras aferentes
    viscerales) y por los ramos comunicantes grises (a través
    de los cuales pasan las fibras postganglionares, que alcanzan
    así las raíces posteriores). De las ramas
    periféricas que parten de los ganglios, algunas se
    distribuyen a lo largo de las arterias intercostales; la mayor
    parte, por el contrario, tiene una distribución diferente,
    según que deriven de los ganglios superiores o de los
    inferiores. Las superiores provienen de los primeros cinco o seis
    ganglios torácicos, permaneciendo en la cavidad
    torácica, constituyendo los plexos pulmonares,
    aorticotorácico y esofágico. Los inferiores,
    formados todos ellos por fibras preganglionares, no paran en los
    ganglios vertebrales, constituyendo los nervios
    esplácnicos. El nervio esplácnico mayor se forma a
    la altura de la XI vértebra torácica, por la
    unión de las ramas que se desplazan del VI al IX – X
    ganglios torácicos; atraviesa el diafragma, en general
    junto al interior del nervio esplácnico menor, entre el
    pilar anterior y el intermedio, y tiene su curso en el abdomen,
    cubierto por el peritoneo, entre la aorta, en su lado interno, y
    la suprarrenal, en su lado externo. A la derecha, tiene por
    delante, y lateralmente, la vena cava inferior; llega al
    correspondiente ganglio celíaco a nivel de la arteria
    celíaca. Las ramas que provienen del 10 – 12º
    ganglios torácicos se unen en las proximidades del
    diafragma, constituyendo el nervio esplácnico menor (que
    se abre en dos ramas, el esplácnico mínimo), y que
    da ramas superiores al ganglio celíaco y ramas inferiores
    al plexo renal.

    Simpático Lumbar: La parte lumbar del
    tronco simpático corre sobre la superficie anterolateral
    simpático corre sobre la superficie anterolateral de la
    columna lumbar, medialmente en los orígenes del
    músculo psoas mayor; a la derecha está la vena cava
    inferior, que lo recubre durante toda su extensión; a la
    izquierda está la aorta, que lo recubre parcialmente. Esta
    sección contiene, en general, cinco ganglios, a veces
    cuatro, unidos entre sí por cordones intermedios y con los
    nervios espinales mediante los ramos comunicantes. De ellos se
    originan fibras nerviosas que se ramifican a lo largo de las
    arterias lumbares y ramas directas que van al plexo
    celíaco y al plexo aorticoabdominal.

    El Plexo Celíaco o Solar es un plexo de gran
    importancia, dependiente principalmente de la parte
    torácica y lumbar del simpático y del vago. Es un
    plexo impar, situado en la parte profunda de la región
    epigástrica, por delante de la aorta abdominal y de los
    pilares del diafragma, y por encima del páncreas, bajo la
    bolsa del omento, alrededor del origen de la arteria
    celíaca y de la arteria mesentérica superior. En su
    parte superior, a través del orificio aórtico del
    diafragma, se continúa con el plexo
    aorticotorácico; en su parte inferior se extiende hasta
    las glándulas suprarrenales y hasta el origen de las
    arterias renales. Está formado por algunos ganglios y por
    un fino entrecruzado de fibras aferentes y eferentes. Las ramas
    aferentes están formadas a su vez por nervios
    esplácnicos, por fibras del simpático lumbar, por
    ramas celíacas del vago derecho y ramas musculares que
    provienen de los nervios frénicos. Las ramas eferentes se
    ramifican en diferentes direcciones y participan en la
    formación del plexo celíaco y de los plexos
    secundarios. Los ganglios principales del plexo celíaco,
    ganglios celíacos, son, por lo general, dos, del volumen
    de una habichuela, situados sobre cada lado de la aorta
    abdominal, sobre los pilares del diafragma, por encima del
    páncreas e internamente de las suprarrenales. Por su forma
    han sido denominados también ganglios semilunares. El de
    la derecha recibe en su extremo lateral al nervio
    esplácnico mayor y en su extremo interno las ramas
    celíacas del nervio vago; estos nervios se unen entre
    sí con el intermedio del ganglio, formando el asa
    memorable de Wrisberg. El de la izquierda, unido al de la derecha
    por ramas que se entrecruzan alrededor del origen de la arteria
    celíaca, recibe ramas del esplácnico mayor, del
    esplácnico menor y del frénico, sin por ello entrar
    en conexión en correspondencia con el vago. Junto a estos
    dos ganglios principales, unidos a ellos y entre ellos, se
    encuentran los dos ganglios aórtico renales, a nivel del
    origen de la arteria renal, y los dos ganglios
    mesentéricos superiores, en las proximidades del origen de
    la arteria mesentérica superior. Del plexo celíaco
    se originan los plexos secundarios, a veces provistos de
    pequeños ganglios, que siguen, por lo general, las
    arterias y que se pueden distinguir en plexos pares
    (frénico, suprarrenal, renal, espermático o
    útero-ovárico en la mujer) y
    plexos impares (esplénico o lineal, hepático,
    gástrico superior, mesentérico superior,
    aórtico abdominal, hipogástrico, pancreático
    e iliaco).

    El plexo aorticoabdominal representa la
    continuación inferior del plexo celíaco y se
    extiende por delante de la aorta hasta su bifurcación.
    Está constituido esencialmente por dos cordones, uno por
    cada lado, unidos por filamentos transversales. Da varias ramas,
    entre las cuales las más importantes son aquellas que
    forman el plexo mesentérico inferior.

    Simpático Pélvico: La parte
    pélvica del simpático, que continúa la parte
    lumbar, corre sobre la cara anterior del sacro, internamente a
    los orificios sacros, por detrás y lateralmente al recto.
    A la altura de la I vértebra coccígea las dos
    cadenas se unen mediante una simple asa o con la
    interposición de un pequeño ganglio mediano, el
    ganglio coccígeo. Los ganglios pélvicos o sacros
    son generalmente cuatro; de ellos parten ramas mediales
    anteriores que siguen el curso de las arterias y entran
    principalmente en la formación de los dos plexos
    pélvicos, situados medialmente a la arteria
    hipogástrica, a los lados del recto y de la vejiga. El
    plexo pélvico es el más conspicuo de los plexos que
    da el simpático y tiene una gran analogía con el
    plexo celíaco, y con éste recibe fibras
    parasimpáticas, exactamente del parasimpático
    sacro. De los plexos pélvicos salen numerosos plexos
    secundarios: hemorroidal medio, vesical, deferencial,
    prostático, cavernoso del pene, útero-vaginal y
    cavernoso del clítoris.

    Partes: 1, 2

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