1-
2- Del '55 en adelante: lucha y
recomposición sindical
3- El pacto Social
4- Ley de Asociaciones
Profesionales
5- Ley de Contrato de
Trabajo
6- Huelgas
7- Relación (Gobierno –
CGT.)
8- Conclusiones
9- Bibliografía
El gobierno surgido
del golpe militar de 1943, cuyo nacimiento había tenido un
rol preponderante en la logia del Grupo de
Oficiales Unidos (GOU) dirigido por el Coronel Perón,
mostró al principio cierta ambivalencia frente a los
sindicatos.
Como uno de los objetivos del
golpe había sido detener el avance, nacional e
internacional del comunismo, la CGT
2, en la que tenía presencia esa corriente sindical, fue
intervenida. Al mismo tiempo varias de
las normas laborales
fueron cuestionadas y se dictó una ley de
asociaciones profesionales que imponía la prescindencia de
toda actividad partidista, y , concretamente, la comunista dentro
de los sindicatos. También fueron intervenidos varios
sindicatos, entre ellos, el principal, la Unión
Ferroviaria, que significó un golpe importante para la CGT
2 que era controlada por dirigentes de ese gremio. Pero la
actividad del nuevo régimen hacia los sindicatos no se
limitó a una política represiva,
sino que en el propio seno del movimiento
militar comenzaron a surgir tendencias de acercamiento hacia las
asociaciones gremiales. En el centro de esta tendencia se ubicaba
el Coronel Juan Domingo Perón, nombrado a pocos meses del
golpe, Director General del Trabajo y Previsión, organismo
creado precisamente para tratar la cuestión
sindical.
La actividad del Coronel Perón al frente de la
secretaría de trabajo constituyó la base de la
adhesión posterior para la conquista de las bases obreras.
Al dar curso y otorgar beneficios reclamados durante largo tiempo
por los sindicatos, al crear tribunales de trabajo, al establecer
pautas para la confección de convenios colectivos, al
establecer legislaciones sindicales y previsionales progresistas,
Juan. D. Perón fue conquistando el favor de varias capas
de dirigentes sindicales. Los principios que
aplicó fueron los de Colaboración y armonía
entre capital y
trabajo, nacionalismo e
integración a la comunidad
nacional de los obreros, como medio de alejarlos de
ideologías "extranjerizantes". Las propuestas de
Perón hallaron eco en numerosos sindicatos atraídos
por esta renovada forma de acercamiento del Estado, que
prometía resolver una serie de demandas acumuladas por los
gremios obreros. La política del Gral. Perón
halló fuerte resistencia en
sectores empresarios que sentían cercenados privilegios
que se arrogaron durante mucho tiempo. Si bien al principio
aceptaron las propuestas de colaboración de clases
propuesta por sectores del régimen militar, pronto
comenzaron a acusar de favoritismo a Perón en su
relación con los sindicatos. Luego se acentuaron los
enfrentamientos acerca del rumbo de la política interior
manifestados en movilizaciones callejeras. Más tarde todo
concluía en Octubre de 1945 con el encarcelamiento de
Perón y su traslado a la Isla Martín García.
La movilización obrera del 17 de Octubre de 1945, en la
cual, decenas de miles de trabajadores marcharon hacia la Plaza
de Mayo para manifestar el reclamo de liberación de
Perón, se convirtió en un hito de la historia social y
política del país, y el acto de nacimiento del
movimiento peronista que, luego, sería hegemónico
en las conducciones sindicales. El discurso de
Perón en la Plaza de Mayo en la noche de su
liberación inauguraría, además, la intensa
relación de liderazgo en
las bases obreras que conservaría en el exilio (1955-1973)
y hasta su muerte. En
Febrero de 1946 el bloque nacional – popular liderado por
Perón triunfa sobre sus adversarios de la Unión
Cívica Democrática; este enfrentamiento electoral
realizado bajo la consigna "Braden-Perón", que
oponía la figura del embajador norteamericano al líder
político local, se constituiría así en un
hito del nacionalismo de la clase obrera. Los partidos Socialista
y Comunista, alineados junto a las fuerzas conservadoras y el
radicalismo en la Unión Democrática,
perderían a partir de allí la fuerte incidencia
sindical que habían tenido durante toda la década
anterior. La política del nuevo gobierno peronista
orientada hacia el reconocimiento de los sindicatos, mediante una
política redistributiva, lograría a la vez la
adhesión de los trabajadores y sus dirigentes. El cambio
institucional de los sindicatos durante los gobiernos peronistas
de 1946 – 1955 fue apreciable. La base de la incorporación
de los sindicatos al sistema
institucional fue la Ley de Asociaciones Profesionales 23.852,
dictada en 1945. Allí se reconocía al sindicato mas
representativo por rama como entidad autorizada para entablar
negociaciones con los empresarios y el Estado, al
tiempo que como el único que podía percibir
cotizaciones. El número de afiliados sindicales
registrará un aumento decisivo pasando de 600.000
afiliados a 3.000.000 durante el régimen peronista. Esta
expansión instaló a los sindicatos en la vida
política y social argentina. Para
las relaciones obreros patronales esta época
marcará también fuertes transformaciones; la
máxima expresión de ello será la
sanción de la ley 14.250 de Convenciones colectivas de
trabajo de 1953, que inaugurará la homologación
masiva de estos convenios por el Estado como requisito para su
vigencia. Las modificaciones e innovaciones legales
instituías por el peronismo
serán consideradas; desde las jubilaciones hasta las
prestaciones
sociales, desde la protección hasta el trabajo
infantil y femenino hasta el derecho a las vacaciones pagas,
transformarán de raíz el lugar de trabajo en la
vida social y política del país. Esto
provocará la adhesión al peronismo como su
ideología predominante por cuatro décadas. Luego,
implicarán una reformulación del rol del Estado en
la conciencia
política de la clase obrera. De ser considerado organismo
de dominación y represión, el Estado pasará
a ser concebido como un Estado paternalista por otorgar
beneficios apreciables. De allí que el sindicalismo
buscará algún tipo de tutela estatal. Desde el
punto de vista de la relación entre sindicatos y
política, el régimen peronista instituirá
también modificaciones perdurables. Posteriormente, los
sindicatos se convertirán en la columna vertebral del
movimiento peronista. Por otro, se plantearán ser actores
políticos respetados entre regímenes partidarios y
militar corporativos, que seguirán luego del derrocamiento
de Perón.
lucha y recomposición sindical
El derrocamiento de Perón en 1955,
afectará gravemente la estructura
sindical. La intervención de la CGT, originada en la
famosa "Revolución
Libertadora", marcará un profundo cambio en el liderazgo
sindical. Un grupo de nuevos dirigentes tendrá hasta ahora
una influencia perdurable.
En los primeros meses posteriores al golpe de estado
de 1955, el régimen militar intentó establecer
canales de negociación con los sindicatos. Luego,
éstos fueron reprimidos y la CGT fue intervenida al igual
que numerosos sindicatos junto a varios dirigentes encarcelados.
El régimen militar intentó modificar la estructura
sindical por medio del pluralismo de asociación y el
establecimiento de un sector de dirigentes independientes y de
corrientes no peronistas en la conducción sindical. Estos
intentos fracasaron y no hicieron más que mostrar la
vigencia del sindicalismo peronista que, con la adhesión
de las bases obreras se dio una nueva dirección, las "62 Organizaciones"
concebida como la
organización política gremial del peronismo. La
alternancia de regímenes civiles y militares que se
sucedió luego de 1955 tuvo como uno de sus ejes
políticos la exclusión del peronismo y los
sucesivos fracasos : los militares realizaron golpes para
frustrar el retorno del peronismo al poder. Por
ésto, los sindicatos peronistas fueron sustituyendo la
acción política partidaria, y es aquí donde
debe ubicarse el rol político del sindicalismo. Las "62
Organizaciones" , bajo la conducción personalizada de
Augusto Vandor, secretario Gral. de los metalúrgicos,
jugaron un papel clave en
los conflictos
sociales y políticos de toda la década del '60.
Más allá de las disputas y divisiones internas,
logró conquistar el predominio del movimiento sindical.
Algunas estimaciones dan cuenta que si en 1957, año de la
formación de las "62", ésta agrupaba alrededor del
40% de los trabajadores sindicalizados, en 1963, en los comienzos
del gobierno radical del Dr. Illia esta proporción
reunía ya el 60% y, por último, en 1972, año
previo al retorno del peronismo, el total de los afiliados
sindicales ascendía al 90%. Durante la década del
'60, durante la inestabilidad política, los sindicatos
jugarán el papel de opositores a ultranza y de apoyo
condicionado a los diversos gobiernos, políticos y
militares que se sucedieron. Frente a gobiernos civiles
intentarán la legalización del peronismo y ante el
fracaso se opondrán a ellos. Los métodos de
acción utilizados irán desde la negociación
hasta los planes de lucha que incluían ocupaciones de
fábricas y movilizaciones callejeras. Aquí fueron
delineándose diferentes tendencias que acentuaban sus
vías negociadoras para pactar con los gobiernos de turno,
o bien tendencias de confrontación con estos gobiernos, y
también, por último, nucleamientos que utilizaban
alternativamente ambas vías. La actitud de los
dirigentes sindicales frente al golpe de Estado del General
Onganía en 1966 dramatizarán estos conflictos. El
sector adicto a Vandor, las "62 Leales a Perón",
apoyará el golpe. En cambio otros nucleamientos como las
'62 de Pie junto a Perón, se mostrarán
imprescindibles en el momento del golpe y rechazarán la
hipótesis de un "peronismo sin
Perón". Lo que un momento fue un apoyo al régimen
militar que parecía otorgar un lugar privilegiado al
sindicalismo , se trastocó luego en oposición
cuando ese gobierno adoptó la política
económica de Krieger Vasena (descendiente del
dueño de los talleres Vasena donde medio siglo antes se
había desencadenado la Semana Trágica), y
tendió a enfrentar a los sindicatos. Las diferencias en el
seno del sindicalismo dieron lugar a varias rupturas, la
más notoria fue en 1968 cuando un Congreso de la CGT ,
asistió al inesperado triunfo de Raimundo Ongaro. El
rechazo de los derrotados a esta conducción
precipitó una división, y Ongaro se vio obligado a
constituir una central, la CGT de los Argentinos, con el apoyo de
dirigentes que cuestionaban el liderazgo de Vandor, y numerosas
regionales del interior del país que habían crecido
considerablemente durante la década como consecuencia de
las nuevas tendencias de localización de la gran industria
siderúrgica y mecánica. Nace así "el Sindicalismo
de Liberación". Luego de la recesión
económica de 1962/ 63 nace una reactivación
industrial considerable que señalará uno de los
períodos de mayor crecimiento de la producción manufacturera y que se
prolongará hasta mediados de la década de los '70.
Este crecimiento de la producción industrial tendrá
como base el desarrollo de
ramas orientadas a la elaboración de insumos para la
propia industria, como el acero y de
bienes
consumo
durables, como electrodomésticos y automotores. Las nuevas
plantas se
localizarán en el interior del país,
particularmente en Córdoba y el litoral del Río
Paraná, desde Buenos Aires
hasta Rosario. Por esto, la CGT será la fuerte
concentración obrera en grandes establecimientos de
cientos y miles de operarios cada uno, y con una capacidad
tecnológica considerablemente más moderna que la
predominante en el sector hasta entonces. Estos nuevos
requerimientos tecnológicos darán lugar a la
generación de capas obreras con niveles de
formación, calificación y salarios elevados
que los obreros de las industrias
tradicionales. Estas características darán lugar al
desarrollo de nuevas formas de organización con diferentes bases
sindicales en distintas partes del país, más
allá de las sedes tradicionales de Buenos Aires.
Testimonio de esto será el Cordobazo de 1969, en el que
durante varias jornadas de obreros y estudiantes de
Córdoba mantendrán prácticamente ocupada la
ciudad de Córdoba, en protesta a la política
represiva del régimen militar de Onganía. Esto dio
lugar a la aparición de otros sindicalistas como
Agustín Tosco, dirigente del sindicato de Luz y Fuerza de
Córdoba. El Cordobazo fue el inicio de la caída del
régimen de Onganía, aunque éste
intentó llegar a ciertos acuerdos con los mencionados
sindicatos como La Nueva Legislación de Obras Sociales,
que otorgaba a los sindicatos el control de los
recursos del
nuevo sistema. Es aquí donde aparecen los primeros signos
de violencia y el
surgimientos de las primeras organizaciones guerrilleras que
iniciarán la época sangrienta del país. Los
asesinatos de Vandor y Alonso, las máximas figuras del
sindicalismo peronistas de la época, y luego el Gral.
Aramburu, marcarán para el régimen militar la
necesidad de un recambio gubernamental. Posteriormente aparece el
Gral. Lanusse, quien intentará acordar, a través de
un entendimiento posible, con el peronismo. Asume en 1973,
nuevamente, Juan D. Perón, quien se apoyó de
inmediato en el sindicalismo peronista tradicional. Éste
acordó un Pacto Social con obreros y empresarios como
vía de ordenamiento socioeconómico del país,
y fue facilitando la recomposición legal y jurídica
de los sindicatos, a través de la aprobación
parlamentaria de normas refrendando los regímenes de obras
sociales y de asociaciones profesionales, aunque la muerte de
Perón, desencadenó la lucha por el poder entre los
distintos grupos en pugna
dentro del movimiento que habían ido ocupando varias
posiciones dentro del Estado.
El objetivo de la
gestación justicialista fue superar las diferencias
existentes entre grupos
sociales a través de una política de ingresos
más equitativa. Esto asumió la forma de acuerdo
tripartito mediante el acuerdo de los sectores obrero y
empresario con la intervención del Ministro de Economía. El acuerdo
se llamó Acuerdo Nacional para la Reconstrucción,
la liberación nacional y la Justicia
Social", se originó el 30 de Mayo de 1973 y se
elevó a la Asamblea Legislativa el 8 de Junio. Éste
apuntaba a implantar como sistema de política salarial
todas las medidas destinadas a una justa distribución del ingreso para que la
finalidad superior determine la confrontación de salarios
con creciente poder adquisitivo; eliminar la marginalidad
social mediante la acción del Estado con respecto a la
vivienda, educación, salud y asistencia, absorber
en forma total y absoluta la desocupación y el desempleo de los
trabajadores argentinos: mejorar en forma irreversible la
asignación regional del ingreso y terminar con el proceso
inflacionario y la fuga de capitales. Con respecto a esto, se
ponía en marcha un plan de
congelamiento de precios y
salarios. Este congelamiento incluía una reducción
de los mismos en un período de dos años, luego de
un incremento que equivaldría a un 20% del sueldo
mínimo, y un porcentaje menor para los salario
más elevados. De esta forma se acortaría la brecha
entre los salarios y se obtendría una distribución
más equitativa y un aumento del poder adquisitivo.
También se preveía la modificación de
precios y servicios, la
creación de la Comisión Nacional de Precios,
Ingresos y Nivel de Vida.
4- Ley de Asociaciones
Profesionales
Aquí el Congreso Nacional sancionó una
nueva ley de Asociaciones Profesionales, la 20.615 que
sustituyó a la 14.455, dictada durante la presidencia de
Frondizi. Ésta reconocía a los trabajadores el
derecho de constituir libremente y sin necesidad de
autorización previa, asociaciones profesionales,
sindicatos o uniones o, también, el de afiliarse a estas
organizaciones.
Se consideraban asociaciones profesionales a aquellas a
los que los obreros constituyeran en carácter permanente,
para la defensa de sus propios intereses profesionales y que
encuadraren en algunos de los siguientes tipos de
organización:
- Los constituidos por trabajadores que
desempeñaren en una misma actividad o en actividades que
revistieran carácter afines por comunidad de
intereses.
b) Los que agrupaban a trabajadores del mismo oficio,
profesión o categoría, aunque se
desempeñaran en actividades distintas. Con èsto se
tendía a impedir la atomización sindical,
permitiendo la constitución de un gremio por cada rama de
industria.
- Fuero Sindical .- La ley de Asociaciones
reconocía el fuero sindical, las garantías sobre
la estabilidad en su empleos, a los trabajadores
que:
- Ocuparan cargos electivos o
representativos. - Se desempeñaran como delegados o subdelegados
del personal,
delegados de sección, miembros de comisiones internas o
actuaran en cargos representativos similares. - Representaran a las asociaciones profesionales en
organismos creados por normas legales o convencionales
colectivas o pactos colectivos. - Representaran a las asociaciones profesionales en las
comisiones tripartitas, que tuvieran a cargo la
concertación o interpretación de convenciones
colectivas de trabajo. - Participaran como candidatos en una elección
sindical aún cuando no fueran electos. A través
del fuero sindical los trabajadores antes mencionados
entrarían en uso de licencia en forma automática,
debiendo el empleador reservarles el empleo.
- Fuero Sindical Especial.- Significaba que los
miembros de las comisiones directivas o de los consejos
directivos no podían ser procesados en sede penal, sin
que previamente se hubiera pronunciado un Tribunal Nacional de
Relaciones Profesionales. Además, no podían ser
arrestados sin que mediara decisión del juez competente,
salvo que fueran sorprendidos in franganti en la
ejecución de un delito
sancionado con pena de reclusión o prisión. A su
vez, ninguna autoridad
policial podía allanar, requisar o inspeccionar los
locales pertenecientes a una asociación profesional con
personería gremial, si no mediara orden de juez
competente, fundada en una prueba de delito que mereciera pena
de reclusión o prisión En síntesis, el
fuero sindical establecía dos inmunidades:
- A los miembros de las comisiones directivas,
y - A los locales comerciales, y un antejuicio para
juzgar en sede penal a sus miembros.
3- Participación Sindical en actividades
políticas.-
La ley 20.615 reconoció a las asociaciones
profesionales con personería gremial el derecho
a:
- Fijar su posición en materia
política. - Dar su apoyo a los partidos
políticos o candidatos o cargos
electorales.)
Propiciar a personas determinadas para que partidos
políticos les atribuyeran carácter de
candidatos.
- Reglamentación de la ley 20.615.-
Establecía que el Ministerio de Trabajo ejercía
el controlador de los recursos económico-financieros de
los sindicatos, a través de inspecciones y pedidos de
informes.
Además indicaba que el "poder administrador
no podrá intervenir en la dirección y administración de las asociaciones
profesionales… y en especial restringir el manejo de los
fondos sindicales".
5- Ley de
Contrato de
Trabajo
El 11 de Septiembre de 1974 fue sancionada la ley 20.744
de contrato de
trabajo. Establecía los requisitos esenciales y formales
de contrato del trabajo; los derechos y deberes de las
partes; protegía el trabajo de
las mujeres y la maternidad al igual que el trabajo de menores,
perfeccionaba la regulación de la jornada de trabajo, al
disponer la obligatoriedad de un lapso mínimo de 12 horas
entre el fin de una jornada y el comienzo de la siguiente.
También se protegía la estabilidad en el empleo,
ampliándose los plazos de preaviso e
incrementándose de manera moderada los montos de las
indemnizaciones por despido. Además se incrementaba el
descanso anual y se disponía, por parte del empleador, el
financiamiento
de las vacaciones. En cuanto a las enfermedades del trabajador,
se establecía un mecanismo por el cual se aseguraba al
empleador controlar el diagnóstico. En realidad, se le daba
libertad al
empleado para hacerse atender por su propio médico o el de
la obra social. En caso de discrepancia o duda, una autoridad
médica de la Administración
Pública, decidía si el trabajador estaba o no
enfermo. De este modo, la ley introducía importantes
innovaciones en relación con el derecho de los
trabajadores, impidiendo prácticas fraudulentas y abusos
que pudieran cometerse en la relación laboral.
Al mes siguiente de instalado el gobierno de
Cámpora comenzaron a producirse conflictos laborales. La
mayoría de ellos se produjo en empresas
privadas, a raíz de demoras en el pago de los salarios y
de los aumentos. Cuando asume Perón la presidencia se
evidencia en poner bajo control a las movilizaciones obreras.
Pero a comienzos de 1974 se origina en Córdoba un conflicto
laboral con connotaciones políticas. La Unión
Tranviarios Automotor de la Ciudad de Córdoba dispone la
concreción de un paro, dejando a la ciudad sin transportes
durante cuatro días. Posteriormente se produce el cese de
actividades en diferentes gremios del interior del país.
Pese al Pacto Social, la escalada de los precios
acompañada del avance del mercado negro
preocupaba a la dirigencia sindical, al sentirse presionada por
las huelgas y paros en pos de aumentos salariales. La muerte de
Perón en Julio hace rever a los sindicatos las medidas de
fuerza, que son dejadas sin efecto; al poco tiempo se suceden sin
solución de continuidad ocupaciones de fábricas,
abandono de tareas, paros alternados y sorpresivos, quite de
colaboración, etc.
La cuestión de las candidaturas presidenciales
para Marzo de 1973, desembocó en negociaciones a nivel
nacional y provincial entre las ramas política, sindical y
juvenil del Partido Justicialista. A nivel provincial, tuvieron
acceso al poder político, a través de las
vicegobernaciones. Ejemplo, en Mendoza, Buenos Aires, Santa Fe,
San Luis, Salta, Corrientes y Córdoba. Los
vicegobernadores sindicalistas electos presionaron a los jefes de
los ejecutivos locales a fin de modificar los gabinetes y en
general cambiar las orientaciones que les estaban imponiendo a
sus administraciones, por entender que existía una
preocupante "infiltración comunista". Estos desacuerdos y
enfrentamientos produjo la destitución de los mandatarios.
A nivel nacional, la designación de Cámpora para la
presidencia provocó el rechazo de los sindicalistas, sobre
todo los de la rama política del movimiento obrero, la "62
Organizaciones" al mando de Rogelio Coria y Lorenzo Miguel. Ellos
entendían que debía ser Perón el candidato a
cubrir el primer término de la presidencia. Finalmente se
acepta la fórmula Héctor Cámpora- Solano
Lima. Desde el primer momento que Cámpora asume la
presidencia, la CGT no abandona la idea que Perón debe
regresar y así ocurre el 20 de Junio. Dos días
después de su llegada al gobierno, Ignacio Rucci es
asesinado. Dicho incidente fue el puntapié inicial de la
lucha entre los sectores denominados "Patria Sindical" y "Patria
Socialista". El 1 de Julio Perón moría. Cuando
María Estela Martínez de Perón asumió
su gobierno intentó la adhesión y sometimiento de
los dirigentes sindicales, designando nuevo líderes que
obedecieran a esta política. Varios sindicatos
independientes o disidentes fueron eliminados, como
ocurrió con la Federación Gráfica Bonaerense
dirigida por Raimundo Ongaro, que fue reemplazada por el
Sindicato Gráfico Argentino. En el mes de Julio el
Congreso reunió a la CGT a efectos de renovar autoridades.
En el Congreso se evidenció la influencia de las "62". El
Congreso finalizó con el triunfo de Lorenzo Miguel. En
Agosto, el Comité Confederal de la central obrera
designó secretario adjunto a Casildo Herreras, tesorero de
la Asociación Obrera Textil y miembro de la mesa directiva
de las" 62", en reemplazo de Palma quien asumía a su vez
el cargo de secretario general al morir Romero. De esta forma la
CGT lograba un mayor espacio político. A comienzo de 1975,
Palma solicita licencia por razones de enfermedad. Ocupando
Casildo Herreras la dirección cegetista. A partir de este
hecho, la CGT y las "62" prestaron un apoyo parcial a la
presidente, que algunos consideraron que no pasaba más
allá de las meras declaraciones. En Julio la CGT, ante la
caótica situación económica, preparó
una paro de 48 hs, con el objetivo de presionar a la presidente
para la homologación de los convenios. Se estaba
cumpliendo el día del paro, y el gobierno cedió.
Celestino Rodrigo y López Rega debieron renunciar y
abandonar el país. El grave deterioro salarial y las
peligrosas consecuencias de la escalada inflacionaria, sumadas a
la crisis
política, provocaron una ola de protesta de las bases que
presionaron a la CGT. En Agosto comenzaron a hablarse de las
desavenencias entre Lorenzo Miguel y Casildo Herreras, tanto que
este último presenta su renuncia, la que no es aceptada
por el Consejo Directivo de la CGT. Más tarde los dos son
designados en el Consejo Superior del Movimiento Nacional
Justicialista, adquiriendo el apoyo incondicional de María
Estela Martínez de Perón hacia Lorenzo Miguel. En
contraposición estaba el antiverticalismo en el Grupo de
los 8, liderado por Victorio Calabró, de la UOM,
acompañado por otros gremios: molineros, Federación
de la Carne, trabajadores navales, etc. En ausencia de la
presidenta de la nación, Calabró manifestó
la necesidad de que el Ministro de Bienestar Social regresara al
país para "rendir cuentas" y
acusó al gobierno de provocar un "vacío
político" . La pugna entre Miguel y Calabró
llevará a la expulsión del último del gremio
y a la ruptura de la UOM. Para Marzo de 1976, el clima de
tensión era insoportable, el golpe deja de ser rumor para
irse convirtiendo en una irreversible realidad. Miguel declara
que no hay golpe ni ultimátum, entiende que en el caso de
que existiera, habrá que salir en apoyo de María
Estela Martínez de Perón; Casildo Herrera viaja
sorpresivamente el 22 a Montevideo. Las 62 Organizaciones y la
CGT reafirman la defensa del orden institucional, pero se niegan
a movilizar a los obreros.
Si bien, los sindicatos que se gestaron en nuestro
país, intentaron ser abolidos por ciertas corrientes
gubernamentales, que sintieron su papel preponderante como un
sistema amenazante, no concluyeron su misión
pues a base de lucha interpretaron su protagonismo a
través de organizaciones poderosas, a veces aliados con el
oficialismo y otras con la oposición pero hicieron , con
su voz, el arma fundamental para hacer justicia por el derecho de
los trabajadores.
Su misión, desde los orígenes, como es el
caso de la CGT1 y CGT2, con influencia de corrientes europeas,
frente a la posición de la Guerra Mundial y
sus repercusiones en la Argentina, supo encontrar la fuerza
fundamental para aliarse con los obreros y proyectar la manera de
hacer realidad sus propias leyes. El pacto
social , por un sistema mucho más equitativo, ante las
diferencias sociales traídas de años atrás,
marca un hito
en las historia pues hay un preocupación evidente en
combatir la desocupación, la marginalidad y el proceso
inflacionario.
El derecho a huelga, la Ley
de Contrato de Trabajo, por la regulación en las jornadas
laborales y un sistema de derechos, que comienzan a respaldar al
hombre
desprotegido, ponen en la sociedad un
proceso más equiparado al de las diferencias
acostumbradas. Poco a poco, la mujer
también comienza a insertarse en la sociedad común
y los fueros sindicales a representar las angustias e inquietudes
del hombre corriente. Pero si bien surgen desavenencias entre los
mismos grupos, que se constituyeron para luchar por una misma
causa, esos grupos formaran otros que se propagarán hacia
un largo camino de lucha.
El sindicato en sus orígenes se gestó
desde los pequeños grupos movilizados desde lugares claves
, sin embrago, hoy en día, la situación ha cambiado
y tanto, los sindicatos como el sector empresarial, luchan por
intereses comunes dentro de un sistema perverso que olvida al
trabajador y sus necesidades.
El material fue extraído de la Biblioteca
Nacional de Buenos Aires: Argentina.
"HISTORIA POLÍTICA ARGENTINA" (1955 – 1988) de
Marìa Laura San Martino de Dromi. Editorial ASTREA. "JUAN
DOMINGO PERÒN". Diario La Nación "Artículos
sobre su vida".
(17/ 05/ 98.) "HISTORIA DE LA CGT" (1930 – 1983). S/d.
Sobre un compendio realizado por:
Autor:
Ana Legrameau
Estudiante en Ciencias de
la
Comunicación de la Universidad de
Buenos Aires (U.B.A.)
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