Todos los años miles y miles de personas,
buscan la posibilidad de conseguir trabajo en fábricas,
empresas,
multinacionales, etc . Esta gente posee derechos laborales que los
protegen. Los sindicatos son los encargados de que se respeten
los mismos. Hay diferentes tipos de sindicatos que plantean
distintas posiciones ideológicas.
El obrero no siempre tuvo la protección de
los sindicatos para hacer valer sus derechos. A través del
tiempo los
trabajadores tuvieron que realizar grandes sacrificios y combatir
ferozmente con sectores de la sociedad que
siempre buscaron el beneficio personal para
hacerse más ricos a costa de los que menos tenían.
Esos combates comienzan en la temprana edad de los esclavos,
sigue por los oficiales, aprendices y vasallos de la Edad Media,
continúa con los operarios de las manufacturas y culmina
con la Revolución
Industrial, de los obreros que trabajan en los modernos
establecimientos fabriles.
Debemos tener en cuenta que la acción de los
sindicatos ha hecho que las voces de la gente más pobre y
desamparada llegue a los oídos del gobierno y de
gente muy poderosa. Podemos decir que más de una vez los
sindicatos han hecho torcer los brazos más poderosos a
favor de los que menos tienen, aunque sabemos muy bien que muchos
sindicatos no siempre acatan a las peticiones del obrero, y
sólo están interesados en el beneficio
personal.
Los sindicatos reiteradas veces participan en la
vida política de un país, influyendo en
varios momentos, ya que ejercen presión para que se
promulguen determinadas leyes , o apoyan
a algún candidato que defienda los intereses de los
trabajadores.
Antes de comenzar a presentar este trabajo escrito,
creemos conveniente realizar una pequeña síntesis
del significado de la palabra sindicato,
para posteriormente estar ambientado de lo que vamos a
desarrollar en esta monografía: podríamos definir al
sindicato como una asociación formada para la defensa de
intereses económicos, sociales y hasta políticos
que tengan en común los trabajadores, y además para
protegerlos de posibles abusos injustos que sufran de sus
"patrones" ante los cuales están indefensos o con miedo de
oponerse y en consecuencia perder sus empleos.
A continuación trataremos de mostrar las
funciones,
tipos y fines de los sindicatos en la República Argentina.
2. El Sindicalismo y
su evolución
Sindicalismo: Significado
ideológico:
Es una doctrina inspirada por George Sorel ( 1847
– 1922 ), que propiciaba un socialismo
sindical en contraposición al socialismo de estado.
El Sindicalismo propone realizar la
socialización, entregando los medios de
producción a los sindicatos en lugar de
nacionalizarlos.
De esta manera se organizará una
Confederación de Sindicatos que tendrá a su cargo
la planificación de la economía.
El Parlamento liberal, en que está
reemplazada la ciudadanía en forma general, será
sustituido por una representación de delegados sindicales.
El Sindicalismo se opone al Estado, en nombre de la libertad
humana.
Sus métodos de
lucha se oponen al parlamento y a las reformas que implican
mejoras salariales y de condiciones de trabajo, propiciando la
acción directa y la huelga
revolucionaria con el fin de lograr el control sindical
de los medios de producción. Estos conceptos acercan el
Sindicalismo al anarquismo.
El Sindicalismo es elitista y voluntarista en la
medida en que propicia la acción directa y la huelga que
desembocara en la "huelga general revolucionaria" que
permitirá a los sindicatos tomar el control de los medios
de producción.
3. Síntesis de
los principios
sindicalistas
1- La implementación de un socialismo donde
los medios de producción estén controlados por los
sindicatos.
2- Organización de una Confederación de
Sindicatos en lugar del Estado.
3- Supresión del Parlamento liberal que debe
ser reemplazado por la representación
sindical.
4- Rechazo de los partidos
políticos.
Significado Actual:
Hoy el término Sindicalismo está
referido a los sindicatos, como organización obrera,
prescindiendo de todo contenido ideológico en el sentido
que tuvo el movimiento
inspirado por Sorel.
4. Evolución histórica y
antecedentes
Desde los tiempos más antiguos el hombre ha
intentado agruparse de acuerdo con sus ocupaciones y en defensa
de sus intereses comunes. Por ejemplo, en el Egipto de 4000
años a. C ya existían diferentes asociaciones de
mercaderes, o febres embalsamadores, etc. También en el
imperio romano
las leyes protegían con privilegios especiales a los
Colegium, uniones de trabajadores de una misma especialidad, bajo
normas de
conducta.
Pero cuando realmente las asociaciones laborales
adquirieron tal grado de organización e importancia fue en
la Edad Media europea, en donde la vida social de los pueblos
giraba alrededor de las mismas.
La adhesión a los gremios medievales era tan
aguda que se asimilaba a la esclavitud, esto
movió a los revolucionarios franceses ( 1789 ) a decretar
la abolición de toda forma de liberalismo.
El resultado de esto dejó al obrero en soledad y con falta
de apoyo frente a la parte patronal.
El desamparo obrero llegó a fondos
críticos cuando llegó la Revolución
Industrial ( siglos XVIII y XIX ) que enfrentó a la clase
obrera con las nuevas máquinas de vapor. Para solucionar
esta injusticia surgieron agrupamientos obreros que serían
los antepasados de los sindicatos actuales. Lamentablemente
éstas asociaciones no eran reconocidas legalmente y fueron
perseguidas por las autoridades, acusadas de fomentar el desorden
y la anarquía.
En el año 1864, Carlos Marx y
Federico Engels impulsaron la creación de la
Asociación Internacional de Obreros, o la Primera
Internacional. Fueron prohibidos por leyes expresas de diferentes
gobiernos y actuaron en la clandestinidad.
La Primera Internacional influyó en la
formación de sindicatos obreros en América
Latina, especialmente en Argentina.
El objetivo del
movimiento obrero en las últimas décadas del S XIX
tenía como fin principal la conquista del poder y su
acción era guiada por el principio de la lucha de
clases.
Además de Francia, los
países industrializados reconocieron el derecho de los
obreros a formar asociaciones en un período de tiempo que
puede situarse entre 1884 y 1930.
La Iglesia
Católica no estuvo ausente del movimiento obrero. En 1891,
el Papa León XIII da a conocer las ancíclicas Rerum
Novarum, que aprueba la
organización obrera en tanto no estén en contra
de la justicia y el
bien del Estado.
5. Los sindicatos en la
Argentina:
Entre 1857 y 1914, en particular durante los
períodos prósperos de la década de 1880 y
1900, se radican en la Argentina más de 2 millones de
inmigrantes.
Para 1914, eran extranjeros 3 de cada 10 individuos
que vivían en Argentina, y la mitad de los que
residían en Buenos
Aires.
El inmigrante típico era el español o
el italiano, de 15 a 64 años. Era un agricultor o un
trabajador especializado o semiespecializado, ocupado en una
pequeña fábrica o taller. La mayoría se
concentraron en las provincias del litoral, principalmente en
Buenos Aires y Rosario.
Una de las necesidades más imperiosas de los
trabajadores inmigrantes, era la de formar lazos comunitarios.
Sus primeras tentativas fueron las sociedades de
socorro mutuo, carente de contenidos políticos y
revolucionarios.
En 1857 se fundaron dos sociedades para
proporcionar a los inmigrantes españoles hospitales,
escuelas y seguros por
accidentes,
enfermad y sepelio. Luego se crearon las italianas. A fines de
siglo había en la Argentina 79 Sociedades Italianas de
Socorros y 57 españolas.
Algunas de estas sociedades se organizaron en
torno a un oficio
en particular, en lugar de la nacionalidad.
Sus actividades se ampliaron para la defensa de los
intereses económicos, así como el socorro
mutuo.
La primera de ellas, la Sociedad Tipográfica
Bonaerense, que fue creada en 1857, luego de 21 años de
limitada actividad sindical, los afiliados a esta sociedad
formaron la Unión Tipográfica, para iniciar una
política más vigorosa. La Unión fue a la
huelga cuando no se satisfacieron por completo sus demandas de
aumento de salarios y
reducción de las horas de labor. El gremio perdió
la huelga y la organización madre la disolvió por
su ineficacia.
Otras sociedades iniciaron actividades gremiales,
pero ningún grupo
resultó efectivo.
El éxito reducido de las sociedades de
socorros mutuos con orientación sindical, y de las
secciones de la Primera Internacional ( dirigentes europeos de
esta sociedad que migraron a la Argentina al ser reprimidos en
sus países de origen ), no restó fuerza a otros
intentos organizativos.
El Vorwärds, fue el primer grupo organizado
importante que difundió el socialismo. Formado en 1882 por
refugiados obreros de Alemania. Si
bien ésta organización ponía énfasis
en los objetivos
políticos, también ayudó a constituir
sindicatos como uno de los medios para organizar la clase
obrera.
Además instó a los trabajadores para
que adoptaran técnicas parlamentarias no revolucionarias
para mejorar la situación económica. Comenzó
una campaña para naturalizar a los inmigrantes europeos,
con el fin de que los trabajadores ejercitaran el sufragio y
obtuvieran el control político del Estado. Este tipo de
programa no
funcionó en nuestro país, debido a
que apenas comenzaba la industrialización y era un
país principalmente agrícola – ganadero
gobernado por una oligarquía
terrateniente.
En 1880 el deterioro de la situación
económica del país produjo una baja de los salarios
reales, la desocupación y una serie de paros y huelgas. En
1887 los zapateros ganaron una huelga a favor de una
reducción de horas de trabajo. En 1888 los obreros de los
talleres del Ferrocarril Sur fueron a la huelga para que sus
salarios se pagasen en oro, en lugar de peso papel que
sufría cada vez más los efectos de la
inflación. Y en 1889, 3000 carpinteros y 6000
albañiles consiguieron un aumento de sueldos del 20%,
porque había escasez de mano de obra en ambos
edificios.
En 1889 el Vowärds convocó a las
organizaciones
obreras de Buenos Aires para constituir el Comité
Internacional Obrero, que señalaba la necesidad de
peticionar al congreso Nacional que aprobase una
legislación laboral
favorable.
En 1890 al caer el presidente Juárez Celman,
el comité consiguió organizar la primera
federación sindical argentina, la Federación de
Trabajadores de la República Argentina ( FTRA
).1
El 1ero de Mayo en nuestro país diferentes
comisiones para lograr que el obrero trabaje 8 horas diarias.
Esta petición tiene antecedentes en Chicago, EE.UU., donde
el 1ero de Mayo de 1886 un grupo de trabajadores fue brutalmente
reprimido por la policía por presenciar una
manifestación en la que pretendían lo mismo que los
trabajadores argentinos. su fin era:
- Crear una reunión el primer día de
Mayo - Formar una organización de
obreros - Confeccionar un informe para
proteger a la clase obrera - Elevar este informe al Congreso de la
Nación solicitando la sanción de leyes
proteccionista para los obreros.
Buenos Aires fue la principal ciudad donde se
realizaron concentraciones. La petición se firmó
por más de 7400 trabajadores e integrantes de los
sindicatos. Se presentó al Congreso Nacional el primero de
Agosto de 1890, este nunca la admitió, al otro año
se remitió el archivo. Los
patricios de la generación del 80 no asumieron los
problemas del
pueblo trabajador, pensaron que la Constitución de 1853 no influía en
los trabajadores considerados de segunda clase.
El FTRA si bien acogió a los socialistas y a
los anarquistas, poseía una evidente orientación
socialista. En su segundo congreso de 1892 los afiliados apoyaron
la politización de la clase obrera, la
nacionalización de las industrias y el
arbitraje de
los conflictos
laborales. En consecuencia, la mayoría anarquista se
retiró, este gesto debilitó a la FTRA, pero fueron
otros los factores que la llevaron a su destrucción, tales
como: no tenía respaldo financiero apropiado, y debido a
la crisis
económica aumentaba la desocupación y muchos de sus
afiliados volvieron a Europa.2
En la misma década los socialistas hicieron
otros intentos, pero no pudieron encuadrar a los trabajadores, y
como su interés
primordial era conseguir el control
Político de la sociedad, se dedicaron a
formar un partido político.
Juan B. Justo fue el creador del partido Socialista
en 1896.3
Pese a la debilidad del movimiento socialista
durante la década de 1889 y 1890, los anarquistas no
lograron competir con él por la dirección de la clase obrera argentina,
porque se hallaban divididos.
En 1900 Pellicer Paraire publicó una serie
de artículos titulados "Organización Obrera", donde
señalaba la ineficiencia de las acciones
individuales, decía: "La mayoría de los anarquistas
se mostraban adversos a toda coordinación permanente de
voluntades, pero la minoría dirigente dominaba por su
organización y, para poder acabar con este gobierno de
minorías, los trabajadores tendrían que organizar
fuerzas superiores.4
Este autor proponía que cada grupo local de
trabajadores del mismo oficio, o cada unidad de fábrica
tendría que organizar una sociedad de resistencia.
Estas sociedades locales deben unirse en una federación de
oficios que luchase por mejorar las condiciones
económicas, sociales, de libertad y existencia,
transformándose así en el núcleo de la
sociedad anarquista futura.
La nueva preocupación de los anarquistas por
la organización y el bienestar económico, los
llevó en 1901, a unirse a los socialistas en la
fundación de la Federación Obrera Argentina ( FOA
).
En 1902 se divide la FOA por problemas de
representación de sus delegados y al final se retira las
19 filiales socialistas.
Los socialistas por un lado crean en 1903 la
Unión General de Trabajadores ( UGT ).
Los anarquistas que quedaron en la FOA,
constituyeron la fracción más poderosa,
utilizándola para difundir sus ideas, su nombre
cambió por el de Federación Obrera Regional
Argentina ( FORA ), en 1905 eliminaría a todos los que no
fueren anarquistas, de la federación. 5
La huelga general revolucionaria fue el método
más importante empleado por los anarquistas para derrocar
al Gobierno y conquistar beneficios para los obreros. En mayo de
1904 entre 20.000 y 30.000 trabajadores de Buenos Aires fueron a
la huelga para protestar contra los asesinatos policiales. La
huelga terminó cuando el Gobierno accedió a muchas
demandas de los obreros. 6
Otra técnica importante introducida por los
anarquistas fue la propaganda de
acción, creían que los actos individuales de
terrorismo se
justificaban cuando fracasaba la acción
conjunta.
El 11 de mayo d 1905 un anarquista trató de
asesinar al presidente Manuel Quintana.
El 14 de Noviembre de 1909 otro anarquista
mató al Coronel Falcón y hubo muchos otros actos de
violencia y
terror.
Esto llevó a la policía a allanar
sedes sindicales, a utilizar informantes en los gremios, a
detener obreros en gran escala y a
prohibir la publicación de periódicos
gremiales.
La participación en una huelga lo
convertía al obrero en un extranjero indeseable, en
agitador profesional o en elemento subversivo, a los cuales los
deportaba o los encarcelaba, aplicando la Ley de Residencia
o la Ley de Defensa Social.
James Bryce, quien visitó a la Argentina
para esa época, comentó lo siguiente para esta
situación paradójica: "Nuestro tiempo ha
presenciado demasiados incidentes raros como para sorprenderse de
que se realicen actos de violencia en un país donde, si
bien existe un despliegue ostentoso de riquezas, el trabajo es
más abundante y los salarios son más elevados que
en cualquier otro país del mundo. Tales actos no se
dirigen contra la opresión, ni a las condiciones
industriales, sino contra el propio Gobierno". 7
Por la misma naturaleza dual
de los anarquistas, o sea una acción militante contra el
Gobierno, también trataban de mejorar la situación
económica del obrero, en lo social y en lo
económico, pudieron dirigir por tiempo más eficaz
el movimiento obrero organizado que los
socialistas.
Entre 1904 y 1909 los salarios de los obreros
especializados y semiespecializados aumentaron con mayor rapidez
que el costo de vida, la
jornada laboral promedio de dichos grupos se redujo
en una o dos horas y se rebajaron los alquileres en ciertos
barrios de Buenos Aires.8 En su mayoría la
Oligarquía terrateniente conservadora se mantuvo en el
poder desde 1880 a 1916, manifestó poca compresión
o simpatía por el movimiento obrero naciente. Pocos
individuos como Carlos Pelegrini, Joaquín Gonzales, Roque
Saenz Peña, reconocieron la necesidad de ayudar a la clase
obrera.
En 1904 el ministro del interior J. V.
Gonzáles, uno de los miembros más progresistas de
la oligarquía, el Congreso un proyecto de Ley
Nacional del Trabajo que establecía la jornada de 8 horas,
reglamentación del trabajo nocturno, el descanso
dominical, el seguro por
accidente, la reglamentación del trabajo femenino y la
prohibición del trabajo a los menores. Al mismo tiempo el
proyecto disponía de una reglamentación oficial
para las actividades sindicales.9
Tanto los empresarios como los sindicatos se
opusieron. Los patrones pensaron que se otorgaban concesiones
inauditas e innecesarias, y los sindicatos creyeron que
pondrían fin a su independencia.
Este proyecto que de haberse sancionado en ley,
hubiese constituido un paso adelante en las relaciones entre el
movimiento obrero y el
Estado.
En 1907 el Congreso creó el Departamento de
Trabajo, invitó a la FORA y a la UGT a participar de un
tribunal que resolvería los conflictos entre patrones y
obreros, pero ambas federaciones gremiales se negaron a apoyar al
Gobierno. 10
El fracaso de estos y otros esfuerzos a cargo de
los elementos más progresistas de la oligarquía por
establecer canales eficaces de comunicación entre los patrones, el
Gobierno y el movimiento obrero, se debía a que ninguna
quería hacer concesiones y como resultado fue la
supresión directa del movimiento obrero en
1910.
6. Segunda etapa del
Sindicalismo en la Argentina ( 1915 – 1930
)
En 1909 para intentar la unidad del movimiento
obrero, los sindicalistas y los gremios autónomos,
constituyeron un nuevo organismo: la Confederación Obrera
de la República Argentina ( CORA ) y en 1915 la
disolvieron para plegarse a la FORA.11
En 1915 la FORA se divide en el Noveno Congreso
pasando a llamarse FORA IX, el mismo repudió a los
anarquistas comunistas, los cuales se concentraron en la FORA V,
por que en este congreso ( 1905 ) la Federación
había adoptado ésta filosofía
política.
La FORA IX sindicalista y apolítica, que
controló el movimiento obrero desde 1915 hasta 1922, fue
la central gremial independiente de mayor eficacia en la
historia del
país. Mientras se recuperaba de los sucesos de 1910 y la
división de 1915, creció de 51 filiales a 734 con
unos 70.000 afiliados. El número anual de huelgas se
quintuplicó , y el número de huelguistas
pasó de 12.000 a 300.000. Pero resultó mucho
más importante para el trabajador el hecho de que los
salarios aumentaron como consecuencia de dicha actividad,
además de la prosperidad acarreada por la 1er. Guerra
Mundial.12
En esta etapa lo más importante fue el
cambio de la
composición de la clase obrera. La FORA contó con
el apoyo de artesanos inmigrantes de Italia y España,
que trabajaban en estrecho contacto con sus patrones, y sus
filiales fueron de oficio: zapateros, panaderos, carpinteros y
albañiles.
La década de 1920, se componía
primordialmente de trabajadores del transporte,
que vivían a lo largo y a lo ancho del país. Este
gremio creció rápidamente debido al gran desarrollo
de la industria
ferroviaria y marítima, para 1920 los trabajadores del
transporte representaban más de la mitad de los obreros
sindicalizados del país.13
Un tercer cambio en la clase obrera fue le
desarrollo de un grupo reducido llamado "cuellos blancos" y
empleados públicos . Durante este período se
organizaron los bancarios, los periodistas, los trabajadores del
telégrafo, los empleados de correo en la Capital
Federal, los maestros de Mendoza y los empleados de comercio en
Rosario.14
Los dirigentes de los gremios ferroviarios y
marítimos que representaban a hombres de todo el
país y que trabajaban cada vez en situación
más impersonal, comenzaron a entender que el Gobierno
local ya no podía resolver sus problemas fundamentales.
Las huelgas locales tenían cada vez menos eficacia, y el
sindicato local nada podía hacer para evitarla discriminación regional de los salarios, el
costo elevado de vida, la especulación y el desempleo. Estos
dirigente sindicales comprendieron que sus problemas eran
problemas nacionales, y se dieron cuenta gradualmente de la
necesidad de adquirir influencia a nivel
nacional.
También la sindicalización de algunos
trabajadores de cuello blanco y empleados públicos
infundió actitudes
nuevas e importantes en el movimiento obrero. Los bancarios, los
maestros y los empleados de correo, no eran revolucionarios,
querían reformar el sistema
capitalista argentino, pero no destruirlo, y por lo tanto
buscaban tener influencia dentro del aparato
gubernativo.
7. Organización
de los sindicatos
El gobierno de Yrigoyen:
Con la elección de Yrigoyen en 1916, el
Gobierno cambió su actitud hacia
el movimiento obrero organizado, los sectores medios
"conquistaron una influencia decisiva en la dirección del
país".15
La política laboral del presidente reflejaba
este hecho: comprendió las necesidades y aspiraciones de
los obreros porque los consideraba un elemento legítimo de
la sociedad, pero dicha comprensión tenía sus
límites. Entre 1916 y 1919, el Estado apoyó muchas
demandas del movimiento obrero pero, a partir de 1919, a medida
que declinaba la prosperidad y se difundía en los sectores
medios, el temor de la revolución social, comenzaron a
restringirse las actividades sindicales.
Yrigoyen insistía en que el Gobierno debe
ser imparcial. Debe actuar, debe poner fin a los "privilegios y
fueros que puedan desvirtuar el principio básico de la
unidad nacional". "Debe amparar a todas las clases y cuidar los
intereses, buscando en le bienestar común la seguridad de cada
uno"…16
También protegió los derechos de
sindicalización y de huelga del movimiento obrero y
comprometió al Estado en las disputas entre el capital y
el trabajo, para asegurar la justicia de ambas
partes.
Como resultado de esto las organizaciones
sindicales, durante los 3 años de su presidencia, pudieron
abarcar nuevas industrias, nuevas zonas geográficas, que
hasta la fecha sólo se hallaban parcialmente
sindicalizadas, por ejemplo: Los obreros de los
frigoríficos de Berisso, los trabajadores textiles y
metalúrgicos de Buenos Aires, los azucareros del norte,
etc.
Además el Gobierno intervino en la
importante huelga marítima de 1916, la huelga ferroviaria
de 1917, para proteger los intereses de los obreros, así
como los de los patrones y del país en su
conjunto.
Si bien varios representantes de la industria y el
comercio, solicitaron al presidente la intervención de la
marina para poner fin a la huelga, el mismo no les
respondió, en cambio dijo: "Entiendan señores, que
los privilegios han concluido en el país y que de hoy en
más, las fuerzas armadas de la Nación, no se
moverán sino en defensa del honor o de su integridad"
17
El fracaso de institucionalizar los derechos del
movimiento obrero, implicaba que los trabajadores sólo se
verían protegidos cuando era presidente un hombre que
comprendía la causa, el movimiento obrero lamentaba que el
Gobierno no se esforzara por aprobar la legislación
laboral protectora de sus intereses por un lado, y por otro no
derogó la Ley de Residencia o Ley de Defensa
Social.
Los sucesos de la Semana Trágica, del 7 al
14 de Enero d 1919, ejemplificaron tanto el temor oficial como el
grado del apoyo gubernativo al movimiento obrero
organizado.
8. Sucesos de la Semana
Trágica:18
El 2 de diciembre d 1918, la mayoría de los
2500 trabajadores de los talleres metalúrgicos Vasena, en
Buenos Aires, fueron a la huelga como protesta frente al despido
de varios de sus compañeros, por realizar actividades
sindicales. Como no obtuvieron resultado decidieron iniciar otra
huelga más prolongada y ampliar sus demandas: a) Exigieron
8 horas de trabajo, b) un aumento en sus salarios del 20% c) la
reincorporación de sus compañeros.
La huelga siguió sin incidentes hasta el 7
de enero de 1919, cuando los huelguistas chocaron con los
"rompehuelgas" llamados por la
empresa.
La policía intervino para sofocar los
conflictos, el resultado, un trabajador muerto y muchos heridos.
A medida que continuaba la huelga, otros sindicatos apoyaron a
los metalúrgicos y la FORA IX, se hizo cargo de la
situación.
Cuando los trabajadores intentaron dar sepelio al
compañero muerto, se desencadenó otro combate con
la policía, que provocó mas muertos y
heridos.
La FORA IX declaró una huelga general y el
jefe de policía de Buenos Aires fue reemplazado por el
ministro de guerra.
El 10 de enero, el conflicto
adquirió aspectos más serios. Un grupo de obreros
pretendió atacar el Correo Central y la Jefatura de
Policía. Organizaciones privadas como la Liga
Patriótica y la Asociación del Trabajo,
representaban ambos a los intereses empresariales conservadores,
se unieron a la policía y al ejército para contener
las manifestaciones.
Los dirigentes de la FORA IX , decidieron poner fin
al conflicto, negando su responsabilidad por estos ataques y presentaron al
Gobierno sus exigencias para llegar a un acuerdo. Se reunieron
con el presidente y sus funcionarios. Se concedió al
gremio las mejoras de salarios y horas de trabajo solicitadas,
aunque no liberó a los presos.
El 12 de enero cuando el conflicto parecía
solucionado, la policía apoyada por la Liga
Patriótica y la Asociación del Trabajo,
incursionó por los barrios de Buenos Aires, alegando una
conspiración para derrocar al Gobierno. El resultado fue
la muerte,
lesiones y cárcel para cientos de personas en especial
judíos y anarquistas.
Con estos sucesos los metalúrgicos de
Vassenna se negaron a volver al trabajo, hasta que todos los
obreros fueran puestos en libertad. Los mismos fueron llamados el
15 de enero, después de una reunión entre una
delegación sindical con Yrigoyen y sus
funcionarios.
La actitud y política laboral de Yrigoyen
eran ambivalentes, como reflejo del respaldo que su
régimen encontraba en los sectores medios. Sin embargo,
sus acciones durante la Semana Trágica y otras crisis
similares, por severas e injustas que le parecieran a muchos, no
podía ocultar el hecho de que el Estado consideraba al
movimiento obrero organizado, como un elemento vital e
incomprendido por la sociedad, con derechos a idénticas
consideraciones, protección y respeto de
acuerdo a la ley.
Las ideas de muchos socialistas como Justo, Ugarte,
Palacio, fueron tan importantes para el desarrollo del nacionalismo
en el movimiento obrero, como lo fue la política de
cooperación con el Estado que había sido implantada
por la FORA IX.19
Con la elección de Alvear en 1922, y sus
ideas más conservadoras, indicaron que el movimiento
obrero iba a recibir menos protección del Gobierno que
antes.
Si bien el movimiento obrero organizado
alcanzó cierto apogeo en 1920, se fragmentó
después. La FORA IX se disolvió en 1922, siendo
reemplazada por la Unión Sindical Argentina ( USA
).
Los gremios ferroviarios controlados por los
socialistas se retiraron de inmediato, y los sindicalistas
apoyados por los comunistas, quedaron al frente de la nueva
federación.
Los dirigentes de la USA interpretaban el
gremialismo apolítico, a diferencia de la FORA IX, de un
modo tal que eliminaba por completo su colaboración con el
Gobierno.20
La USA había calculado mal la naturaleza y
la importancia de los cambios ocurridos en la clase obrera,
aparte de los trabajadores del transporte se retiraron los
municipales en 1924, porque su secretario general Francisco
López Leirós y a la vez diputado nacional por el
partido socialista, fue expulsado por participar en
política.
También se fueron los gráficos de
Buenos Aires por desacuerdos políticos. Los comunistas por
no haber podido controlar la USA para afiliarla a la
Internacional de Moscú.21
La Unión Ferroviaria surgió de la
incorporación de la fraternidad ( que eran los foguistas y
maquinistas ) y otros diferentes gremios que representaban a los
trabajadores del riel, que no se ocupaban de las locomotoras de
todo el país.
Sus dirigentes siguieron la posición de la
FORA IX, que era no revolucionaria y apolítica.
Reconocieron con claridad que debían hacer sentir su
influencia a nivel nacional, para poder actuar dentro de la
estructura
institucional del país y defender la Constitución
de 1853.
Los dirigentes de estos gremios, influenciados por
las ideas de Manuel Ugarte, buscaron unir el nacionalismo para
mejorar su situación económica y elaborar sus
demandas en términos del interés nacional.
Así por ejemplo: en 1928 uno de los ferrocarriles
extranjeros pretendió reducir el número de
operarios que empleaba en sus talleres para la construcción de vagones, con el pretexto de
que no tenían mucho que hacer. Al mismo tiempo la empresa importaba
vagones, violando un acuerdo con el gremio ( 1926 ) en el sentido
que los fabricaría en Argentina en la medida de lo
posible. 22
Conquistaron la opinión pública y el
Gobierno coincidió ampliamente, reconociendo que, en tal
emergencia, la Unión Ferroviaria no estaba inspirada
exclusivamente en propósitos corporativos, sino que
encaraba una cuestión trascendental, con un amplio
criterio de intereses generales.
Resultó eficaz la unión del
nacionalismo para proteger los empleos de los afiliados al
gremio, llegaron al país los vagones que se habían
encargado en el extranjero, pero la empresa también
accedió a construir un mínimo de dos vagones por
mes en sus propios talleres.
En 1926 la Unión ferroviaria, la Fraternidad
y los trabajadores municipales se unieron para formar la
Confederación Obrera Argentina ( COA ) de
orientación socialista. Fue las más importante
entre 1926 y 1930 con cerca de 70.000 afiliados.
El 27 de abril de 1930 por disposición del
presidente Hipólito Yrigoyen, se estableció la
celebración del 1ero. de mayo como Fiesta del Trabajo en
todo el territorio de la Nación. Para los dirigentes de la
época, la fecha había tenido un significado de
lucha y protesta.23
El mes de septiembre de 1930 fue un mes importante
para el movimiento obrero organizado de la República
Argentina, porque tuvo un cambio fundamental de Gobierno ( el 5
de Septiembre el General Uriburu derroco a Yrigoyen e
inauguró un período de 13 años de gobiernos
militares ) y porque la mayoría de las fracciones
sindicales se unieron en una sola
confederación.
Pocas semanas mas tarde, el 27 de septiembre, los
integrantes de la COA controlada por los socialistas, la USA
controlada por los sindicalistas y un grupo de sindicatos
autónomos, se formaron para establecer la
organización que desde entonces ha dominado al movimiento
obrero argentino, la Confederación General del Trabajo (
CGT ).
El acuerdo escrito que unificó a dichos
grupos, estableció que la CGT sería gobernada por
un congreso nacional anual de delegados nombrados por
elección, y por un comité ejecutivo, hasta que
pudieran redactarse y aprobarse los estatutos formales, la CGT
sería gobernada por un Comité Nacional Sindical
provisorio, compuesto por 15 miembros de la COA, 15 de la USA y
10 de los sindicatos autónomos.
La función básica del Comité
Nacional Sindical consistió en redactar los estatutos, y
en convocar a una asamblea constituyente para dar carácter
oficial a la organización. 24
Para conservar la unidad gremial, los dirigentes de
la CGT insistieron en que ésta fuera independiente de
todos los partidos políticos y grupos
ideológicos.
Muchos dirigentes sindicales mostraron
preocupación por las ideas antidemocráticas y
antiliberales de Uriburu ya que éste expresó
simpatía fascista.25
Si bien muchos grupos democráticos en la
Argentina aceptaron el nuevo régimen, y la Corte Suprema
la había otorgado a la CGT reconocimiento legal, , los
dirigentes después de entrevistarse con un representante
de Uriburu, dieron a publicar una declaración que esbozaba
lo que consideraban una postura neutral.
"La Confederación General del Trabajo,
órgano representativo de las fuerzas obreras sanas del
país, está convencida de la obra de
renovación administrativa del Gobierno provisional y
dispuesta a apoyarla… también está convencida
esta confederación de que el Gobierno provisional no
mantiene en vigencia la Ley Marcial, sino para asegurar la
tranquilidad pública"26
Los dirigentes sindicales se daban cuenta de la
importancia de un Gobierno favorable a sus intereses, y a cambio
de apoyar a Uriburu deseaban el mismo tipo de relación que
habían tenido con Yrigoyen.
Pero el movimiento obrero vio frustradas sus
aspiraciones cuando el Gobierno dio a conocer un programa que
abrogaba las garantías constitucionales de muchos
ciudadanos, y que otorgaba privilegios a otros grupos
especiales.
El general Uriburu denunció la Ley de
Salarios Mínimos, dificultó las reuniones
sindicales, estableció un sistema de espías en los
gremios, aplastó huelgas mediante la acción
policial y no se preocupó por hacer cumplir la
legislación laboral existente.27
Los dirigentes de la CGT protestaron con
energía la violación de los derechos legales y
constitucionales, y subrayaron que deseaban disfrutar de los
mismos derechos que todos los ciudadanos. Por ejemplo: de esta
injusticia señalaron que el Gobierno había creado
una Comisión Nacional de Desempleo, integrado por 10
miembros, la cual contaba con un solo representante de la
CGT.28
Otra violación del principio legal de
igualdad de
protección lo constituía la negativa oficial a
restringirlas actividades de grupos armados particulares, como la
"Legión Cívica", que atacaban a obreros, actuaban
como rompe huelgas, a veces asesinaban con
impunidad.
Para complicar la situación, la gran
desocupación y la estabilización de los salarios
reales presionaron de modo particular a los dirigentes de la CGT.
Los dirigentes sindicales querían saber cómo
podía funcionar la CGT, dentro de los límites de su
programa apolítico, para modificar la actitud de un
régimen hostil y para proteger sus derechos
legales.
El dilema produjo un serio conflicto dentro de la
CGT, porque los sindicalistas de la anterior USA y los
socialistas de la ex COA proponían soluciones
diferentes a la cuestión. Los sindicalistas propiciaban la
continuación de programa de gremialismo apolítico,
para concentrarse en problemas económicos
específicos. Los socialistas querían abolir el
gremialismo apolítico para que la CGT se identificara
activamente con los grupos políticos que se oponían
a la oligarquía, el fascismo y el
Gobierno, defendían lo que consideraban amenazas a un
Estado democrático.
La lucha ocurrió dentro del Comité
Nacional Sindical provisorio de la CGT, porque los sindicalistas
( que habían conseguido controlar la organización )
nunca llegaron a convocar a un Congreso Nacional. A medida que se
desarrolló la disputa, los socialistas creyeron que la
oligarquía y el capital extranjero se habían unido
con el fascismo internacional para privar a los trabajadores de
sus derechos constitucionales, y que los sindicalistas al
conservar su neutralidad política estaban brindando apoyo
tácito a la coalición "pro fascista y
antiobrera".
Hacia fines de 1933, el programa apolítico
de los sindicalistas contaba con el apoyo de la mayoría
del Comité Nacional Sindical, pero no pudieron conseguir
la adhesión de los gremios grandes controlados por los
socialistas, tales como los ferroviarios, empleados de comercio,
municipales y gráficos.29
La lucha continuó intensificándose
hasta el 12 de diciembre de 1935 cuando los dirigentes
socialistas de la Unión Ferroviaria, La Fraternidad, la
Confederación General de Empleados de Comercio, la Unidad
Tranviaria, la Unión Obrera Municipal y la
Asociación de Trabajadores del Estado que representaban
una importante mayoría en el movimiento obrero, se
constituyeron en un nuevo comité ejecutivo de la
CGT.
El nuevo cuerpo explicó que se había
hecho cargo de la situación porque el anterior
comité ejecutivo había contrariado la voluntad de
la mayoría de los afiliados a la CGT. Pocos meses
más tarde, convocó a un congreso constituyente que
establecía formalmente a la federación bajo la
dirección de un Comité Central y un congreso
nacional anual.
El triunfo de la rebelión socialista de 1935
se debió a que las ideas de los nuevos dirigentes eran
más adecuadas a la situación política de la
década del 30.
El programa de gremialismo apolítico y
cooperación con el Gobierno estuvo bien con Yrigoyen y los
radicales. Sin embargo, los gobiernos de Uriburu y Justo, que
representaban a diferentes grupos de la sociedad, se mostraron
hostiles al Sindicalismo.
Los nuevos dirigentes socialistas de la CGT, que
creen que los intereses de los trabajadores y del Estado
democrático se hallaban amenazados por la alianza del
fascismo internacional con los intereses conservadores y
antidemocráticos de la Argentina, empezaron un
nacionalismo liberal popular.
En el Congreso Constituyente de la CGT de 1936, sus
dirigentes reafirmaron la independencia absoluta frente a todos
los partidos políticos y grupos ideológicos, pero
al mismo tiempo señalaron que la CGT "intervendrá
constantemente en todos los problemas nacionales que afecten a
los trabajadores".30
En forma dramática la CGT hizo
públicas las consecuencias de su nuevo nacionalismo
liberal al conmemorar el 1º de mayo de 1936, junto a todos
los elementos democráticos de las sociedades organizadas.
En el acto hablaron José Doménech por la CGT,
Arturo Frondizi por la Unión Cívica Radical,
Lisandro de la Torre por el partido Demócrata Progresista
y Mario Bravo por el partido Socialista.
El tema de todos los discursos fue
la defensa de la democracia
argentina contra la creciente amenaza del
fascismo.
Los empleados de comercio expresaron con un
lenguaje
más directo. EL acto del 1º de mayo, evidenció
la independencia política de la CGT, pero sin enajenarla
de las fuerzas que respaldaban propuestas concretas y comunes
para la defensa de la democracia.31
Los dirigentes gremiales, amenazados por las
actividades antihuelguistas del Gobierno, exigían el
reconocimiento del trabajador como un integrante igual de la
sociedad con derechos a respeto y protección plena bajo la
ley.
El autor de un artículo publicado en La
Fraternidad, sostenía que los Unos eran enemigos de la
policía o del Estado. Pero subraya que la policía y
el Gobierno deben reconocer que las huelgas no se dirigían
necesariamente en su contra y también que no eran
ideológicas: las huelgas constituían una simple
tentativa de obtener beneficios
económicos.32
Sin embargo, se continuaron sucediendo actos que el
movimiento obrero consideraba arbitrarios e inconstitucionales.
Como consecuencia de una huelga de albañiles, el Gobierno
arrestó y deportó a cinco dirigentes gremiales de
acuerdo con lo prescripto en la Ley de
Residencia.33
Mediante esta ley, los terratenientes
querían privar a los trabajadores de su
patria.
En 1937 con el ascenso de Roberto M. de Ortiz a la
presidencia, conviniendo que éste parecía
simpatizar con la aspiraciones de las clases populares, los
sindicalistas decidieron reafirmar la necesidad de
cooperación entre el Gobierno y los
gremios.34
Pese a estos deseos del presidente, las mismas
intenciones del mismo eran anuladas por la aposición
existente dentro de su gobierno.
Se ignoraba la legislación laboral existente
y seguían siendo fuertes los sentimientos
antisindicalistas a nivel oficial.
El nacionalismo liberal surgido del movimiento
obrero entre 1935 y 1939, se acentuó durante los cuatro
años siguientes porque se utilizó para nuevos
fines. El nacionalismo de la CGT dirigida por los socialistas
apareció como precursora para defender tanto los intereses
obreros como las instituciones
democráticas amenazadas del país, pero
después de 1939 los socialistas unidos al nacionalismo
para intentar conservar su liderazgo en
el movimiento.
En 1935 los socialistas tuvieron éxito al
enfrentar a los sindicalistas por e control de la CGT, pues
éstos no habían logrado proteger al trabajador
frente a las hostilidades de los gobiernos de Uriburu y Justo,
pero de 1935 en adelante no pudieron mejorar los salarios reales
que desde 1939 declinaban en pequeñas proporciones.
Además muchos obreros no estaban sindicalizados sobre todo
los de las industrias.35
Los sindicatos comunistas de reciente
organización y los gremios sindicalistas desplazados
disputaron a los socialistas la dirección del movimiento
obrero.
El aumento de la influencia comunista en el
movimiento obrero se relacionaba muy de cerca con el aumento de
los sindicatos por industrias, ya que tesoneros y militantes
fueron los únicos que organizaron a estos nuevos
trabajadores industriales.
En 1936 después de la huelga de la
construcción, crearon la Federación Obrera Nacional
de la Construcción ( FONC ) que llegaría a tener
importancia bajo el control comunista. La formación del
FONC y su afiliación a la CGT otorgó a los
comunistas gran influencia dentro del movimiento obrero,
cambiando el equilibrio
sindical de fuerzas. Cuando se reunió en 1939 el primer
Congreso Ordinario de la CGT, la FONC tuvo 19 representantes
sobre un total de 138.36
Los sindicatos industriales con dirección
comunista se unieron a los socialistas para defender las
instituciones democráticas argentinas frente a los ataques
de la alianza "conservadora fascista"
El buen clima
terminó bruscamente cuando en la Argentina para agosto de
1939, cuando Hitler y Stalin
firmaron un pacto de no agresión. Los comunistas y los
socialistas se atacaron con violencia, los socialistas replicaron
con el emblema del nacionalismo liberal para defender su propia
posición y desacreditar a los comunistas.
10. El Sindicalismo
de 1940 a 1945
En la reunión del Comité Central de
la CGT en 1940, el secretario, el general Doménech sostuvo
que el problema actual de la contienda europea era la
opción entre la democracia o el fascismo, y que una
victoria democrática favorecía mejor los intereses
del movimiento obrero.
Pedro Chiaranti, dirigente de la FONC ( comunista )
manifestó entonces que el problema de la guerra era la
rivalidad de los imperialismos, y no la opción entre la
democracia y el fascismo. El Sindicalismo argentino
declaró se declaró neutral.
En realidad las diferencias entre socialistas y
comunistas eran más que nada para lograr el poder de
controlar el movimiento obrero.
Los socialistas controlaban los gremios más
fuertes y grandes como La Fraternidad, la Unión
Ferroviaria, la Unión Tranviaria, los Empleados de
Comercio y los Trabajadores municipales.
Muchos de ellos eran propietarios de sedes
gremiales, colonias de vacaciones y hospitales. Algunos gozaban
de los beneficios jubilatorios y sociales, y otros procuraban
obtenerlos. Los gremios no eran revolucionarios, creían
que para proteger sus intereses era indispensable colaborar con
el Estado, por mas que la misma se hallara temporariamente
frustrada.
Los comunistas representaban sindicatos más
nuevos: Obreros de la Construcción, Textiles,
Metalúrgicos, tenían que proteger pocas sedes
sindicales, colonias de vacaciones, hospitales o jubilaciones.
Tenían poco o nada que proteger y sus dirigentes
provenían de una generación más joven y
agresiva, que no estaban comprometidos con la cooperación
al Estado.
Los dirigentes socialistas de la CGT, concentraron
sus esfuerzos en desacreditar a los comunistas.
En agosto de 1940, la CGT convoca a un acto en el
Luna Park para oponerse a la ocupación de Europa por
Hitler, así como el reemplazo del enfermo Ortiz por el
vicepresidente Castollo, de tendencia favorable al
eje.
La pugna socialistas – comunistas por el control
del movimiento obrero se manifestó otra vez en la
reunión del Comité Central de la CGT en octubre de
1942. El Comité expulsó a un dirigente comunista de
la construcción por haber escrito un artículo que
criticaba a los socialistas, y también censuró el
diario comunista "La Hora" por sus repetidos ataques a la CGT.
37
La formulación del nacionalismo liberal no
pudo oscurecer las divisiones sectarias tan marcadas dentro del
movimiento obrero, y la lucha continua hasta que la CGT se
dividió formalmente en dos organizaciones. Pero, en si
misma, la división de la CGT entre comunista y socialista
no llegó a dividir el movimiento sindical, pues los
socialistas lo controlaban con una mayoría apreciable en
el Comité Central.
A su vez los socialistas se dividen: en un grupo
estaba Doménech con la Unión Ferroviaria, otro
Pérez Leiros de los municipales, 3ro Ángel
Borlenghi de los empleados de comercio. Esto fue causado por
rivalidades personales, y al resentimiento por el predominio de
la Unión Ferroviaria en la CGT. La verdadera razón
de esta división fue que Doménech quería
convertir a la CGT en un partido Laborista o crear un Partido
Laborista Independiente, para que cualquiera de ellos asumiera la
tarea de unir a los elementos de mocráticos del
país.
El grupo de Leiros-Borlenghi deseaba que el PS38
representara los intereses políticos del movimiento obrero
y temí que el de Doménech convirtiera a la CGT en
una organización política rival para reemplazar al
PS. En la reunión del Comité Central de 1942
Doménech renunció a su cargo de secretario general
aparentemente porque el comité había permitido que
la Federación Gráfica Bonaerense continuara en la
CGT, aunque estaba atrasada en el pago de sus cuotas, que de
acuerdo a los estatutos de la CGT, prohibían de modo
específico que una filial siguiera en el Comité
Central si no tenía sus cuotas al
día.
La verdadera escisión ocurrió en la
reunión del Comité Central de marzo de 1943, cuando
sus miembros debían elegir nuevas autoridades. Se
presentaron dos listas: La lista N1 encabezada por
Doménech y la lista N2 por Pérez Leiros, que
recibió el apoyo de los comunistas y del grupo socialista
contrario a Doménech.
Ganó la lista N1 ajustadamente por 23 votos
a 22. 39
Como Doménech y Leiros pertenecían
al PS, su comité ejecutivo intentó resolver el
problema. Pero la división se produjo porque
Doménech y sus seguidores eran más leales al
movimiento obrero que al PS, en consecuencia era imposible
arreglar el diferendo.
Por lo tanto la CGT se dividió en dos
fracciones hostiles de fuerzas numéricas casi
parejas.
La CGT N1 compuesta por los gremios cuya lealtad
se refería al movimiento obrero, más la
Unión Ferroviaria, Unión Tranviaria, y el sindicato
de Cerveceros. La CGT N2, que incluía a los gremios cuya
lealtad básica era para el PS o le comunista, la
Fraternidad, los Empleados de Comercio, los Municipales, los
Gráficos, los trabajadores del Estado y la FONC
40
En víspera de la era Perón la
CGT se encontraba en posición ambigua. Contaba con 331.000
afiliados, sobre un total de 547.000 obreros sindicalizados en le
pías. Por otro lado, estaba sindicalizado menos de un
tercio de los trabajadores de la industria y cerca de la
décima parte de todos los empleados en relación de
dependencia. La mayoría se encontraba en BS. AS. Y
Rosario.
El movimiento obrero organizado había
elaborado un nacionalismo liberal para defender sus intereses,
pero se hallaba dividido, y por cierto, no era un movimiento
auténticamente representativo no
nacional.
12. El movimiento obrero y
el ascenso de Perón
Perón fue el primer dirigente importante en
comprender el significado político potencial, a las
aspiraciones frustradas de los trabajadores. Entre 1943 y 1946
utilizó con habilidad las ideas y los grupos del
movimiento obrero como base para obtener el poder
político.
Por un lado, socavó la influencia de los
partidos Comunistas y Socialistas, afirmando que eran ajenos a la
tradición argentina, y por le otro apoyó a quienes
quería que el movimiento obrero debía constituir
una fuerza política independiente, y estimuló el
desarrollo del nacionalismo criollo entre los trabajadores
migrantes del interior, cuyo número crecía
rápidamente.
El resultado fue que Perón conquistó
el poder político y durante el proceso, el
movimiento obrero logró un nuevo status en la sociedad
argentina.
Perón figuraba entre los coroneles y
generales partidarios del eje, que participaron en el golpe del 4
de junio de 1943, para derrocar a Castillo, e impedir su
reemplazo por Patrón Costa, de tendencia pro-aliada.
Después de varios días de luchas políticas
entre los militares y el general P. Ramirez surgió como
presidente provisional.
Aunque pasajera, la reacción inicial de las
organizaciones obreras fue favorable al Gobierno de Ramirez, pues
cualquier gobierno debió ser mejor que el anterior. A
mediados de julio, el Gobierno disolvió la CGT N2 porque
era un "organismo extremista" y muchas de sus filiales con
reservas se unieron a la CGT N1, hecho que agradó a sus
dirigentes que durante julio y agosto continuó apoyando al
Gobierno.
No cuestionaron el decreto sobre asociaciones
profesionales, que establecía, una reglamentación
oficial para las actividades de los gremios.
Pero, pronto fue evidente que el Gobierno de
Ramirez era favorable al gremialismo.
En agosto la poderosa Unión Ferroviaria y
la fraternidad fueron intervenidas y obligadas a retirarse de la
CGT. En consecuencia Doménech renunció al cargo. El
comité ejecutivo de la CGT trasladó los archivos y los
fondos de la organización a los domicilios particulares de
varios de sus integrantes y el mobiliario a la sede de la
Unión Tranviaria.
Dejó de sesionar hasta que los restantes
miembros del comité decidieran si la confederación
debía continuar sus actividades o no.
Dichos miembros decidieron reestructurar el
comité central de la CGT, a pesar de la ausencia forzosa
de los miembros del riel, y antes de tres semanas eligieron un
nuevo Comité Ejecutivo. Los dirigentes de la CGT
criticaron entonces el decreto de asociaciones profesionales que
muchos habían aceptado con anterioridad. Ahora subrayaban
que la medida legal obligaba a los trabajadores a sindicalizarse,
discriminaba en contra de los inmigrantes, y quitaba a ciertas
personas la libertada de agremiación.
El Gobierno en esa época había
comenzado una campaña ilógica contra el gremialismo
en Tucumán, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y
Corrientes, que permitía a los patrones la libertad de
explotar a los obreros.
Durante el mes de Octubre de 1943 aumentó
la intranquilidad gremial igual que las huelgas. La respuesta
oficial fue el arresto de docenas de dirigentes sindicales. En
Diciembre, el Gobierno contrarió más a los
dirigentes obreros liberales, al implantar la enseñanza
religiosa católica en las escuelas públicas, al
proscribir los partidos políticos y al establecer un
rígido control sobre la prensa.
El Coronel Perón vigilaba muy de cerca el
desarrollo de las relaciones entre los sindicatos y el Estado.
Comprendió que el actual Gobierno no podría
sobrevivir exclusivamente por la fuerza como en
1930.
Entendió que para prolongarse en el tiempo,
debía contar con un amplio apoyo político del
pueblo, y se decidió a emplear al movimiento obrero como
la base de su respaldo, así Perón forjaba
relaciones personales con algunos dirigentes.
El contacto ocurrió en julio de 1943, con
Ángel Brolenghi y José Argaña,
representantes de la fracción Pérez Leirós
de la CGT. Aunque la CGT N2 fue intervenida pocas semanas
más tarde, estos hombres siguieron en contacto con
Perón.
Al grupo le sumaron J. A. Bramuglia, abogado de la
Unión Ferroviaria, F. P. Capozzi de la fraternidad y
otros.
De estas reuniones, Perón extrajo los
deseos de los gremialistas que eran:
La libertad de agremiación en todo el
país.
Un Ministerio de Trabajo eficaz.
Un sistema de jubilaciones y previsiones
sociales.
El fin de la intervención oficial de los gremios
41
Perón deseoso de tenerlos de su lado,
utilizó su influencia dentro del nuevo régimen para
cumplir algunas de estas demandas.
En la huelga de los frigoríficos en
Septiembre de1943, triunfó gracias a Perón, y los
obreros firmaron su convenio Colectivo de Trabajo. Además
Perón recorrió las calles de Berisso del brazo de
Cipriano Reyes dirigente de estos trabajadores.
El 27 de Octubre de1943, el Gobierno de facto
nombró a Perón Director del Departamento de Trabajo
y Previsión Social, cargo en apariencia
insignificante.
En un mes consiguió aumentar la importancia
de su puesto, convirtiéndolo en una secretaria
independiente, cuyo titular poseía el rango
ministerial.
Perón si bien no terminó con la
intervención de los gremios, cambió los inventores,
así por ejemplo en el gremio ferroviario nombró al
Coronel Mercante, hijo de maquinista, que tenía
simpatía entre los dirigentes y los trabajadores y en
Diciembre de 1943 Perón provocó la
suspensión del decreto de Asociaciones
Profesionales.
Perón comprendió que los dirigentes
gremiales deseaban la ayuda oficial para obtener un nuevo status
en la sociedad. En su discurso
inaugural como Secretario de Trabajo, Perón dice: …el
Estado mantease alejado de la población trabajadora, no regularizaba las
actividades sociales como era su deber, solo tomaba contacto…
cuando el temor de ver turbado el orden aparente de la calle le
obligaba a descender de la torre de marfil. Ahora el Gobierno
debe fomentar una organización sindical, con una amor profundo
a la patria y un respeto absoluto por la ley, y en el camino de
la grandeza de la patria a de contar con el fervor y la
adhesión de todos los hombres de trabajo que anhele el
bien supremo del país.
Los dirigentes de la CGT quedaron encantados con
Perón, estaba indicando un papel para el movimiento
obrero, en el que ellos apenas habían
soñado.
Para poder seguir con sus planteos Perón
necesitaba obtener más poder y para ello debía
escalar más puestos en el Gobierno, así en Febrero
de 1944, al renunciar el general Ramirez, el general Farell lo
reemplaza y lleva a Perón como vicepresidente en
julio.
Como Ministro de Trabajo, Ministro de Guerra y
Vicepresidente era el hombre más poderoso del
régimen.
En unos de sus discursos Perón dice: …que
los jefes de la revolución habían dividido al
país en dos grupos. Unos eran los hombres que trabajaban,
otros, los hombres que viven de quienes trabajan. Nos hemos
colocado abiertamente al lado de los hombres que trabajan…
42
Estimuló y colaboró en la
sindicalización de los obreros azucareros del norte, los
trabajadores vitivinícolas de Mendoza, los de la madera y
otros.
Exigió el cumplimiento de las leyes
existentes como lo que establecían vacaciones pagas, la
protección contra despidos arbitrarios y la
restricción de los monopolios. Hizo aprobar una
legislación para crear Tribunales de Trabajo en todo el
país, colaboró con los empleados de comercio para
dar forma a un sistema de jubilaciones y con los ferroviarios
mejorar la recaudación de fondos para una clínica,
obtener aumentos de salarios y poner fin a la intervención
oficial de los gremios.
Una acción estratégica de
Perón fue nombrar a individuos de los gremios para ocupar
cargos importantes en el Gobierno por ejemplo: nombró
interventor nacional a J. A. Bramuglio, ex abogado de la
fraternidad.
Perón para conquistar el apoyo
político de los trabajadores, rechazó la influencia
de los PS y P. Comunista, tratándolos de virus de la peor
enfermedad de la masa obrera. 43
Su política existió en la medida que
ganó el apoyo de la mayoría de los trabajadores
liberales, si bien algunos liberales se identificaron con el PS y
se oponían al Gobierno, pero cuando surgía un
problema específico, la CGT seguía la
orientación de Perón, y estos dirigentes
parecían acercarse a algunos de sus programas.
El apoyo de la CGT a la industria nacional se vio
favorecido al crear Perón el Banco de Crédito
Industrial, la Secretaría de Industria y Comercio, tarifas
protectoras para algunos artículos.
La CGT tradicional orientada al liberalismo,
estuvo de acuerdo con esto. Otro ejemplo del cambio de sus ideas,
fue cuando se declaró neutral en cuanto a la
política exterior del país.
Para fines de 1944 la CGT y muchos de los
principales gremios apoyaban a Perón y al Estado. Al mismo
tiempo que ganaba simpatía de los sindicalistas y en
particular de los liberales en la CGT N1, perón
también buscaba también el apoyo de los
trabajadores no agremiados del interior que constituían
una masa muy importante, ya sea que hayan migrado a Buenos Aires
o permanezcan en sus provincias.
Para lograra su simpatía los ayudó a
organizar sindicatos para proteger sus intereses
económicos, llegaron a considerarlo como una especie de
nuevo Patrón, pero a la vez su jefe sindical, su gobierno
y la encarnación de su Nación.
Ángel Perelman, secretario de la
Unión Obrera Metalúrgica, fundada en 1943,
enunció con claridad éste nacionalismo criollo o
antiliberal. Sostenía que los partido socialistas y
comunistas, junto con la CGT habían traicionado los
intereses de los trabajadores y del país.
Quería saber por qué la CGT no
sindicalizaba a los trabajadores criollos no calificados, que
cubrían las vacantes en la nueva industria argentina.
44
Perelman indicaba que el país
requería un partido laboralista y una Federación
Obrera auténticamente nacionales, actuando de común
acuerdo, debían tratar de incorporar al trabajador
criollo, proteger la industria local y destruir el poder de la
burguesía liberal, los terratenientes y los capitalistas
extranjeros.
Si bien Perón había conquistado el
apoyo de la mayoría de las organizaciones obreras hacia
fines de 1944, el mismo no resultaba tan
absoluto.
A mediados de 1945 con los preparativos para las
elecciones nacionales, provocaron un aflojamiento de las
restricciones oficiales sobre las actividades de los gremios y
los partidos políticos. Como resultado surgió una
considerable oposición sindical. Los socialistas de la CGT
N2 (cada vez más aislados) rompieron con los dirigentes de
la CGT existente, atacando a Perón y al Gobierno por
subvenir el sistema democrático liberal.
Por un lado, había una minoría
socialista y comunista convencidos de que sus partidos
debían representar los intereses políticos del
trabajador y que criticaban a Perón por su fascismo. A
partir de 1945 se los llamó a éstos
liberales.
Por el otro había una gran mayoría
de sindicalistas y socialistas que otorgaban su lealtad primaria
al movimiento obrero, que creían que los obreros
necesitaban un partido político, nuevo e independiente
para representar sus intereses, y que apoyaban a Perón. A
éstos se los llamó "laboristas".
45
Los gremios liberales que se oponían a
Perón eran: La Fraternidad, Los Obreros de Calzado, Los
Textiles, una fracción de los Empleados de Comercio, y una
fracción de la Unidad Tranviaria. Se nuclearon a mediados
de 1945 para protestar contra la política oficial, las
restricciones impuestas por el Gobierno al derecho de huelga, la
intervención de los gremios, municipal y
metalúrgicos, etc.
A mediado de 1945, inseguro de la magnitud de la
oposición sindical al Gobierno, intentó captarlas
haciendo lugar a algunas de sus demandas: el 9 de junio fueron
puestos en libertad los presos políticos de
orientación democrática. El 7 de julio Farell
anunció que en un futuro próximo se
realizarían comicios presidenciales. El 6 de agosto el
régimen levantó el estado de sitio que venía
de 1941.
A pesar de estos esfuerzos, Perón no pudo
satisfacer a sus críticos sindicales liberales, y
decidió poner fin a la misma sin reparar en los
métodos.
Frente a la oposición activa de los
liberales y a la actitud expectante de muchos laboristas
hacía el resultado final de la pugna, Perón se
dispuso a asegurar su control sobre el movimiento obrero. A fines
de febrero, forzó un cambio de dirigentes en la CGT
reemplazando al secretario Alcides Montiel por él
más "seguro" Silverio Pontieri, pocos días
después reimplantó el estado de sitio. El 2 de
Octubre se dictó un nuevo decreto de asociaciones
profesionales, que autorizaba únicamente a los gremios con
personería gremial, a negociar con el estado y la
patronal.
Mientras Perón pretendía consolidar
su poderío gremial se volvió más intensa la
lucha, con el resto de la oposición. El 9 de Octubre la
guarnición de Campo de Mayo se levanta y con el general
Avalos al frente obliga a perón a renunciar a sus
cargos.
Esto confundió tanto a las fuerzas
favorables a Perón como a los opositores, sobre todo
cuando el 10 de Octubre se permitió que Perón
hablara a los trabajadores, ocasión en que este les
recordó que había dejado firmado un decreto de
aumento de salarios, y que esperaba haría efectivo el
nuevo Gobierno.
Una vez alejado Perón del cargo, los
empresarios se negaron a pagar el feriado del 12 de
octubre.
La mayoría de los sindicalistas se unieron
y se organizaron para su propia defensa. Se reunió una
comisión de 5 laboristas formada por: el secretario
general de la CGT Pontieri, A. Borlengui, A. Montiel, Luis Gay y
N. Álvarez para decidir la mejor manera de conservar las
conquistas logradas en los 2 últimos años. Los
citados visitaron a Perón, el cual de acuerdo con Gay, no
los ayudó mucho porque tenía miedo y no
sabía que rumbo tomar.
El 14 de Octubre la CGT declara la huelga, y el
día siguiente Cipriano Reyes, jefe de gremio de la carne
(muy poderoso), exigió que la misma fuera llevada a cabo
de inmediato.
El 16 de octubre sesionó el Comité
Central de CGT. Los representantes de los gráficos y
ferroviarios se negaron a la huelga, porque el general Avalos
controlaba efectivamente el país, y había dado al
movimiento obrero garantías de que se respetarían
las conquistas de los 2 años anteriores. Los
representantes de los gremios Industriales si querían la
huelga porque no confiaban en el general Avalos. Ganó la
huelga. 46
El 17 de Octubre, Eva Duarte, amiga de
Perón, Cipriano Reyes, Coronel Domingo Marcante, Hilario
Salvo, Luis Gay, Ángel Perelman y otros recorrieron la
ciudad y sus alrededores incitando a los trabajadores, cualquiera
fuese su ideología, a reunirse en la Plaza de Mayo antes
de la huelga general. 47
Respondieron una multitud de unas 100.000
personas. Por la tarde una comisión laborista
entrevistó a Ferrell, consiguió que pusieran en
libertad a Perón, y se le permitiera hablar de los
balcones de la Casa Rosada. Al hacer esto la multitud
quedó convencida que había vuelto a su puesto en el
poder, y que se protegerían todas sus
conquistas.
El 17 de Octubre fue importante porque los obreros
fueron consistentes de su propio poder político.
También permitió a Perón consolidar y
reafirmar el control sobre sus partidarios militares y
sindicales.
Los militares enfrentados con la alternativa entre
al guerra civil o Perón y su programa social y
económico eligieron a este último.
Los dirigentes laboristas de la CGT, enfrentados
con la alternativa de los métodos a veces no
democráticos de Perón, junto a su programa social y
económico, también eligieron a
Perón.
Los sucesos del 17 de Octubre de 1945 consolidaron
la nueva distribución de fuerzas en la estructura
del poder sindical. Los dirigentes laboristas se unieron a los
trabajadores antiliberales, para controlar en forma casi absoluta
el movimiento obrero: y los liberales, que no participaron en las
manifestaciones quedaron con un pequeño grupo de
simpatizantes pero sin ninguna influencia.
Finalmente, el 17 de Octubre fue importante porque
consagró el título de "descamisados", a las masas
que apoyaron a Perón. El término había sido
empleado por las clases altas para indicar su repugnancia por las
masas, pero después de esta fecha, estas aceptaron de buen
grado la denominación para indicar de buen grado su
orgullo de trabajador pobre pero esforzado, representantes de la
Nueva Nación.
Poco después del 17 de Octubre, los
dirigentes laboristas de la CGT, conociendo el triunfo del
Partido Laborista Británico, fundaron el Partido Laborista
Argentino. Eligieron a Luis Gay y Cipriano reyes como presidente
y vicepresidente de la agrupación.
Ambos se habían ganado el respeto de los
sectores laboristas y antiliberales del movimiento, habían
apoyado a Perón desde el comienzo. Además Gay
había abogado durante años por la formación
de este tipo de partido laborista independiente y no
sectario.
El 15 de enero de 1946, el Partido Laborista
designó libremente a Perón como su candidato, para
las elecciones de Febrero, en razón que había hecho
más por el movimiento obrero, que cualquier otra persona.
En la campaña política Perón
fue beneficiado principalmente por la poca fuerza y unidad de la
oposición. La misma pretendía desacreditarlo,
llamándolo fascista. Pero él vinculó
hábilmente esta oposición con los elementos
europeizantes y conservadores de la argentina, así
buscó socavar cualquier influencia que pudieran haber
obtenido aun en los trabajadores.
En Noviembre de 1945, los socialistas y comunistas,
junto con sus partidarios de los gremios, se habían unido
a los radicales y ciertos conservadores, para construir la
Unión Democrática Antiperonista.
Perón solo tubo que eludir este hecho para
convencer a muchos trabajadores de que los partidos obreros
tradicionales se encontraban aliados con elementos reaccionarios
tratando de derrocar al régimen de la revolución
social. Los dirigentes laboristas de la CGT criticaban a ambos
partidos por apoyar a la oligarquía.
El principio de la campaña se centró
en el decreto Nº. 33.302 del 20 de Diciembre de 1945, que
disponía de aumentos de sueldos para la mayoría de
los trabajadores y un mes adicional de sueldo como
aguinaldo.
Los empresarios reaccionaron con rapidez y en forma
decisiva ante la situación. La Unión Industrial
Argentina, declaró que el aguinaldo era inconstitucional y
que financieramente era imposible para los empresarios. Los
mismos para hacer sentir con más fuerza sus protestas,
cerraron sus talleres y fábricas por tres días.
48
De inmediato la CGT cursó una nota al
presidente Ferrell expresando que por ningún concepto los
trabajadores permitirían que se violará el
decreto.
En el momento crítico de esta
polémica, la Corte Suprema declaró la
inconstitucionalidad del decreto que autoriza al secretario de
trabajo a designar delegados provisionales y territoriales, con
facultad de aplicar multas a quienes no cumplieran la
Legislación Laboral.
Buena parte de los gremialistas temía el
severo deterioro de la conquista de los últimos
años, si los empleadores podían desobedecer ahora
con impunidad los Decretos de la Secretaría de
Trabajo.
Mucha gente pensaba que la única forma de
proteger sus intereses era elegir a Perón como
presidente.
Una vez en la presidencia Perón dejó
ver su verdadera personalidad
omnipotente y de dictador. Cuando no pudo controlar a los gremios
laboristas, los desacreditó como antes había hecho
con los liberales, y a reemplazarlos por antiliberales adictos a
su persona, cuyo nacionalismo criollo coincidía con sus
propias ideas.
A pesar de esto, Perón prosiguió la
revolución social y económica que había
iniciado dos años antes, para consolidar la lealtad de los
trabajadores. Esta revolución que atraía por igual
a laboristas y antiliberales, mejoró en verdad durante
este período los salarios totales y la posición de
los obreros, pero también los hizo depender
económicamente del Estado y de
Perón.
Por primera vez en el país, los obreros o
sus asesore ocuparon ciertas carteras importantes. Ángel
Borlenghi, secretario general de los Empleados de Comercio, se
convirtió en Ministro de Interior, Juan A. Bramuglia, ex
abogado de la Unión Ferroviaria, fue Ministro de
Relaciones Exteriores, José M. Freire, ex dirigente de los
trabajadores del vidrio, se
desempeño como secretario de los trabajadores y luego
alcanzó rango ministerial.
Mientras Perón llevaba a cabo su
revolución, destruía la vez al poder de los
dirigentes sindicales democráticos y las organizaciones
gremiales autónomas, ya que eran independientes de su
persona y del Gobierno (lo cual le causaba temor), y
ofrecían un gran obstáculo para su control sobre el
movimiento obrero. Su destrucción la llevaba a cabo a
través de su demagogia, haciendo ver que cada problema era
una cuestión de lealtad nacional. En casos concretos,
asociaba a los dirigentes democráticos con fines
foráneos consideraba a las huelgas desautorizadas, como
actos de traición.
El nuevo partido laborista, fue le primer objetivo
de Perón. Si bien sus dirigentes lo apoyaban, pero
pretendía conservar su independencia e insistía en
un Gobierno democrático para el
país.
En mayo de 1946 anunció que
disolvería coalición electoral para reemplazarla
por el partido Único de la Revolución
Nacional.
Los laboristas entendieron que permitiría la
existencia de ningún partido obrero independiente. Gay
renunció, y solo quedó en oposición a
Perón Cipriano reyes, que fue elegido presidente del
partido. 49
El 4 de julio de 1947, se intentó asignar a
Cipriano Reyes, y el 30 de enero de 1948, el Gobierno
retiró la personería jurídica al partido,
impidiendo su participación en los comicios de marzo. Los
pocos dirigentes que quedaron no tardaron en ser arrestados o
exiliados.
El 24 de Septiembre de 1948, el presidente
anunció que se había perpetrado un atentado contra
su persona. Acusó a Cipriano Reyes y a otros dirigente
laboristas, los cuales fueron arrestados ( los que no pudieron
exiliarse), a reyes se lo encarceló sin ordenarse su
procesamiento y permaneció allí hasta la
caída de Perón.
El resultado fue que a fines de 1948,
desaparecía la única organización
política que quedaba en el campo
sindical.
Al mismo tiempo Perón trató de
establecer su control absoluto sobre la CGT.
En Noviembre de 1946, Luis Gay, volvió a
derrotar al candidato apoyado por Perón (Ángel
Borlenghi) en una elección, esta vez la de secretario
general de la CGT.
Gay preocupaba al primer mandatario porque era un
nacionalista liberal, popular entre los obreros, incorruptible e
Independiente. Era presidente de la Caja Nacional de Ahorro Postal,
vicepresidente de la empresa mixta Telefónica Argentina y
secretario general de la CGT, pero solo percibía sueldo
por su primer trabajo. Había llegado a carecer de
intereses personales y repudiar la
ambición.
Como nuevo secretario general habló con
Perón para decirle que la confederación
debía ser independiente del Gobierno, y que sus esfuerzos
se dedicarían a tal fin.
Esto molestó bastante a la presidente,
así que tenía que buscar la forma de destruirlo, ya
que era muy difícil atacar su popularidad e
integridad.
La ocasión se presentó cuando
gremialistas norteamericanos visitaron la Argentina, los cuales
fueron agasajados en la CGT.
Poco después, esa misma noche, se
reunió el Comité Ejecutivo de la CGT a solicitud de
Perón, y destituyó a gay de su cargo por
"colaborar" con los críticos extranjeros del
régimen. Deseaba hacer creer a los trabajadores que era
apoyado por los norteamericanos, que habían venido a su
país y a los trabajadores al imperialismo
yanqui, en consecuencia tuvo que ser
reemplazado.
En su informe los gremialistas norteamericanos
dijeron lo siguiente: …que si bien el Estado había
adoptado muy pocas acciones para suprimir las libertades
públicas, una atmósfera de temor
perturbaba el ejercicio de las mismas, aprovechando la
situación económica favorable del país, la
cual había permito establecer reformas sociales y
económicas reclamadas desde mucho tiempo atrás, las
cuales las empleaba con propósitos políticos. Los
grupos pequeños e independientes de sindicatos opositores,
la CGT, no tenía, libertad para elegir sus propias
autoridades, para participar en convenios colectivos privados con
la patronal, o para administrar sus asuntos internos.
50
Aurelio Fernández, fiel protagonista que
sustituyó a Gay, desarrolló una activa
campaña para terminar con los últimos vestigios de
independencia en la CGT. Pretendiendo aparecer tan fervoroso y
desinteresado como su antecesor, se negó a percibir sueldo
por este último cargo.
Mayores consecuencias tubo otras de sus medidas:
amplió la información del periódico
de la CGT, aumentó su circulación de 10.000
ejemplares a 45.000 y lo convirtió en una hoja de
propaganda oficial, disminuyendo el contenido de gremial y
aumentando su contenido político. 51
El primero de marzo de 1947 apareció el
primer retrato a toda página de Perón y
Evita.
Hernández había servido bien a su
poderoso mentor, para fines de 1947, Perón había
obtenido el control de la CGT y destruido su independencia. Pero
hasta el leal Fernández tenía sus días
contados como dirigente de la CGT a causa de una deferencia de
opinión con Eva, fue reemplazado al poco tiempo por
José Espejo. Su principal antecedente para el cargo
consistía en haber sido portero del edificio donde Eva y
Perón ocuparon en 1944. cumplía ordenes y no
molestaba al presidente y su esposa.
El tercer blanco de Perón fueron los gremios
individuales. Esta fue su tarea más difícil,
existían tantos sindicatos en el país que no era
posible una campaña centralizada o uniforme. Su
técnica para controlarlos varió con cada
organización. La continua revolución social y
económica ganó adherentes, pero no consiguió
la obediencia absoluta. En consecuencia Perón
sobornó a algunos dirigentes gremiales, ofreció
puestos oficiales a otros, intimidó a algunos más y
encarceló o exilió a unos pocos, también
denegó personería gremial a ciertos sindicatos
recalcitrantes, como los textiles y los obreros de calzado.
52
Entre otros un ejemplo de lo anterior los vemos a
través de los gráficos. En 1947 van a alecciones,
si bien los comicios fueron técnicamente libres, no
así las campañas que recibieron dinero del
Gobierno para el candidato peronista, que ganó. Pese a
esto los gráficos conservaron su independencia, y
Perón recurrió una vez más a la
intervención. En febrero de 1949 fueron a la huelga por un
aumento de salarios, el movimiento fue declarado ilegal y el
gremio fue intervenido CGT. Para justificar la medida, las nuevas
autoridades dijeron, que lo hacían para "argentinizar" la
organización del sindicato contaminado por influencias
extrañas a la Patria.53
También para destruir la independencia de los
sindicatos limitó el derecho de huelga; para explicar esto
dijo que constituían actos de traición y que
quiénes lo dirigían eran traidores de la
patria.
Entre los derechos de los trabajadores anunciados
el 24 de febrero de 1947 y luego incorporados a la
constitución, Perón no incluyó el de huelga.
Sostenía que ya no eran necesarias en la Argentina, porque
el Estado protegía los intereses de los trabajadores.
Además tal opción podía desbaratar la
economía y perjudicar el interés
nacional.54
Quien declaraba una huelga no autorizada era
atacado como un comunista o un socialista que cooperaba con los
intereses foráneos.
En noviembre de 1949 los obreros azucareros de
Tucumán fueron a la huelga, en demanda de
aumento salarial, sin contar con la autorización oficial.
Se la declaró ilegal y sus dirigentes fueron arrestados,
pero la única forma de que el Gobierno pudo resolver el
problema fue concediendo un aumento del 60%.
La huelga ferroviaria de fines de 1950 y
principios de 1951, se manejaron de la misma manera, los
trabajadores exigían aumento de salarios y dirigentes
sindicales más capaces, Perón los atacó como
traidores al servicio de
intereses foráneos.
A principios de 1951, la CGT cursó nota a
todos los sindicatos solicitando la designación de 4
delegados, para coordinar los esfuerzos obreros en pro de
reelección de Perón. La Fraternidad se negó
a esto, señalando que sus estatutos le prohibían
todo tipo de participación política. Después
de una serie de notas y críticas violentas procedentes de
la CGT y Eva Perón. La Fraternidad resultó
intervenida porque "no consulta ni refleja el pensamiento y
la voluntad legitima de los trabajadores de riel". Este acto puso
fin repentino a la independencia de la ultima organización
gremial libre de la Argentina.55
Durante los 6 años de su primera
presidencia , Perón destruyo el Partido
Laborista y dominó la CGT los sindicatos
individuales en el movimiento obrero.
Entre 1946 y 1951 la cantidad de reuniones sindicales
por año, realizadas en la zonas de Buenos Aires, bajo de
759.497 a 169.676 lo cual refleja la creciente inutilidad de esas
expresiones de democracia gremial. Hacia1951 no había
sindicatos independientes de Gobierno, y en todos los casos sus
dirigentes eran antiliberales cuya lealtad primaria se brindaba a
Perón.56
La destrucción de los liberales y los
laboristas creó un vacío a nivel dirigente en el
movimiento obrero que se expandía
13. La oposición
sindical a Perón
La oposición se desarrollo cuando ciertos
dirigentes y trabajadores empezaron a comprender que no siempre
eran idénticos los intereses del movimiento obrero, de la
nación y de Perón, como este le había
asegurado en repetidas ocasiones
Los dirigentes liberales, los laboristas y hasta
antiliberales protestaron en varios tonos las renovadas
restricciones a la actividad sindical, e intentaron justificar,
si éxito sus protestas en los términos de
nacionalismo. Los liberales fueron los primeros en oponerse al
régimen. Rompieron con Perón en septiembre de 1945,
cuando la Fraternidad, los obreros del calzado y los textiles se
retiraron de la CGT.57 Dirigidos por Candiso Gregorio de los
textiles, y Alfredo Findanza, del gremio de calzado, se unieron
poco después de la elección de Perón para
construir el Comité Obrero Argentino de Sindicatos
Independientes ( COASI ). Este no tenía peso y tampoco era
muy eficaz pero conseguía irritar al régimen. Por
ejemplo, en 1949 un representante de COASI en lugar de uno de la
CGT, fue admitida la reunión organizativa de la
Confederación Internacional de Sindicatos Libres, ya que
los miembros de la CGT no eran independientes del Gobierno. Poco
después Perón los obligó a exiliarse en
Montevideo a los integrantes de la COASI.
En la Argentina la oposición sindical
más importante en el campo liberal procedía de los
dirigentes de La Fraternidad, el prestigioso sindicato de
maquinistas y foguistas. La Fraternidad apoyó en buena
parte la revolución social y económica de
Perón. Recibió con gran beneplácito los
derechos de los trabajadores, la nacionalización de los
ferrocarriles, la reafirmación oficial de la soberanía argentina sobre las Malvinas y la
Antártida, y los numerosos aumentos de salarios. Sin
embargo, el apoyo sindical al Gobierno era limitado, porque el
gremio no deseaba entregar su independencia a cambio de los
beneficios de la revolución, sus dirigentes creían
que, si se sacrificaba la independencia del movimiento obrero, no
podían conquistarse beneficios permanentes, ni ocurrir una
verdadera revolución.
Los ferroviarios emplearon el nacionalismo liberal
para auspiciar un Sindicalismo independiente y apolítico.
Exigieron la derogación de todas las leyes que
restringían el derecho de huelga, la Ley de Residencia, y
denunciaron las intervenciones a los sindicatos.
Dentro del gremio los liberales exigían la
reimplantación de la enseñanza laica para asegurar
la imparcialidad y la libertad de la educación
pública. Además exigían la libertad de
prensa, ya que era la exteriorización más elocuente
de la democracia.58
La oposición pragmática de los
trabajadores fue bastante amplia después de 1948, y en
cierta medida pero sólo duró mientras el Estado se
negaba a acceder sus demandas. El Gobierno podía detener a
un puñado de dirigentes y llamarlos traidores a la patria
pero no podía detener a miles de obreros que se hallaban
en huelga reclamando aumento de sueldo, y afirmar que todos ello
eran traidores. En consecuencia, echaba la culpa de muchas de las
huelgas a los "agitadores foráneos", arrestaba a unos
pocos socialistas y comunistas para demostrar sus acusaciones y,
cuando la huelga terminaba, concedían a los obreros la
mayoría de las demandas por las cuales había dejado
sus ocupaciones.
En 1950 el Gobierno dio comienzo a una nueva
política salarial, que obligaba a los gremios más
importantes a firmar un convenio por 2 años, en lugar de
1, pero en la mayoría de los casos la inflación
forzó a Perón a conceder aumentos de sueldos antes
del vencimiento de dichos convenios.
Con la intención de hacer
todo lo posible para detener la inflación, el Gobierno
elaboró una fórmula con los patrones, por la cual
éstos concederían a sus obreros una
bonificación por asistencia y rendimiento o mayor
producción, en lugar de un aumento
salarial.59
En 1951 después de la reelección de
Perón, al sentirse fuerte ayudó a la
Constitución de la Confederación General
Económica ( CGE ) para representar los intereses de los
empresarios, y solicitó a la CGE, a la CGT y al Consejo
Económico Nacional, la estabilización de los
precios y
salarios.60
Como era de prever, la denominada CGT apoyó la
campaña antinflacionaria oficial.
Para 1954, los dirigentes instaban a que los
obreros tuvieses un nuevo tipo de moderación. Explicaban
que los sindicatos no solo debían garantizar la unidad y
las disciplinas colectivas, sino asegurar que los trabajadores, "
que han recibido la justicia social lógica
y necesaria, no se extralimiten en sus demandas más
allá de lo razonablemente justo", y debían
comprender que los convenios colectivos tienen la
intención de proteger a ambas partes.61
La nueva política
económica no alcanzó a lograr sus objetivos,
pero sin embargo hizo que buena parte del movimiento obrero
organizado cuestionara que tipos de intereses representaban el
Gobierno y Perón.
Los ataques de Perón a la Iglesia católica
en 1954 y 1955, ofendieron en apariencia a muchos integrantes del
sector antiliberal en el movimiento obrero, pocos trabajadores
eran católicos practicantes, no obstante como la Iglesia
había ejercido considerable influencia entre los peones
rurales, y había sido una de las escasas organizaciones
conocidas y amistosas que los migrantes internos encontraron en
la ciudad.
La posterior actividad oficial en el campo de la
previsión social, y su pretensión de reemplazar la
enseñanza religiosa por la del peronismo,
llevaron a una relación poco cordial con la
Iglesia.62
En Febrero de 1952 se reunieron en asunción
de Paraguay 133
delegados en representación de 19 países, bajo el
patrocinio de Perón, para construir el Comité de la
Unidad Sindical Latinoamericana ( CUSL ). El propósito de
este era luchar contra la miseria, la explotación y el
colonialismo en América
Latina de toda influencia foránea.63
En los meses posteriores a la formación del
CUSL, los dirigentes antiliberales de la CGT expresaron sus
objetivos con más detalles. En la Confederación de
Trabajadores de América Latina ( CTLA ), La
Confederación Interamericana de Trabajadores ( CIT ) y la
Organización Interamericana de Trabajadores ( ORIT ), no
habían podido satisfacer las necesidades de los
trabajadores de América por carecer de autonomía
desde el momento de su fundación. Habían sido
dominados por los comunistas o por el movimiento sindical
norteamericano, siempre complaciente con Wall Street. Los
dirigentes de la CGT afirmaban que la CUSL sería diferente
pues, en el campo del Sindicalismo internacional,
adoptaría la Tercera Posición de Perón entre
el colectivismo y el capitalismo.64
En noviembre de 1952, los integrantes del CUSL se
reunieron en México
para ampliar la organización, hacerla más atractiva
y cambiar su nombre por el de Agrupación de Trabajadores
Latino Americanos Sindicalizados ( ATLAS ). ATLAS fue la criatura
de la CGT argentina y de Perón durante el régimen
de éste. Su primer secretario fue José Espejo, ex
secretario de la CGT. Perón y el movimiento obrero
argentino suministraron la inmensa mayoría de fondos para
el funcionamiento de la organización.
ATLAS tuvo más éxito en las naciones
con regímenes dictatoriales, aunque también
progresó en algunas otras.65
Muchos dictaron vieron con buenos ojos a esta
organización porque les resultaba útil. Pese al
apoyo de éstos y a la creación de filiales en
diversos países, ATLAS nunca resultó una
organización internacional poderosa y representativa.66
Nunca fue rival para la ORIT.
ATLAS se redujo a la nada después de la
caída de Perón.
A partir de 1953 comienza una lucha en el
país, donde los verdaderos dirigentes sindicales, aquellos
que conocían su trabajo, ( los que fueron desplazados del
mismo por Perón para colocar gente que siendo incapaz para
su puesto ya que su función era simplemente de vocero del
presidente ). Comenzaron a hacer una campaña en contra del
mismo. Por un lado los gremios ferroviarios, por otro los
metalúrgicos a través de sus ex dirigentes y
sumando a ellos los obreros que veían que los dirigentes
actuales no respondían a sus reclamos, y que trataban de
dominarlos por la fuerza a través de amenazas con armas de
fuego.67
Entre el 16 de junio y el 16 de septiembre de 1955,
volvieron todos los conflictos desarrollados durante la segunda
presidencia de Perón. La sublevación militar del 16
de junio no llegó a derrocar al Gobierno, pero
aterrorizó lo suficiente a Perón como para permitir
que el ejército redujera todavía más la
influencia y el poder sindical. Los militares se apoderaron de
los restos de un arsenal de 5000 rifles y revólveres que
conservaba la CGT.68
El periódico de la CGT publicó un
editorial instando a los trabajadores a respetar las leyes en
beneficio del Sindicalismo y la Nación. Ángel
Borlenghi y Eduardo Vuletich ( desde la muerte de Eva
los principales agitadores del movimiento obrero ) renunciaron a
sus cargos respectivos de Ministro de lnterior y Secretario de la
CGT, y el 15 de julio Perón anunció el fin de la
revolución.
También se intensificó el conflicto
entre el Estado y la Iglesia. En esta coyuntura comenzó su
ataque al régimen la oposición no peronista.
Concentración Obrera, un minúsculo partido de
izquierda, protestó públicamente por la falta de
libertad en este país. El PS exigió la
eliminación del peronismo, Los escasos restos de la FORA
anarquista, pidieron la independencia y la libertad gremial
,además de la libertad de huelga, de asociación y
de palabra.
Una declaración dada a conocer por 56 ex
dirigentes gremiales de orientación gremial y laborista
constituyó, quizás, el ataque más
perjudicial a régimen procedente de la clase obrera. Entre
otras cosas el documento decía: "Uno de los factores
fundamentales de la actual crisis nacional es la pérdida
de la autonomía del movimiento obrero y la
anulación de los derechos individuales de sus
integrantes… Necesitan para ello de organizaciones cuyo
período no debe medirse por el enriquecimiento y la
fastuosidad de sus dirigentes, sino por su austeridad,
abnegación y ascendiente moral: para
que sean ante los gobiernos y la clase patronal representantes de
los trabajadores y no agentes gubernamentales ante los
trabajadores".69
A medida que aumentaba la oposición dentro y
fuera del movimiento obrero Perón intentó defender
su posición. La CGT comenzó a publicar editoriales
incendiarias combatiendo toda oposición al régimen,
y también desató una intensa campaña para
volver a identificar a Perón con su difunta esposa. Como
prefacio a los cuidadosa puesta escena del espectáculo,
dio a conocer su renuncia.
La CGT y el partido peronista, de acuerdo con el
libreto, rechazaron la renuncia, y para evocar un paralelo
completo con el 17 de octubre de 1945, se llevó en trenes
y ómnibus a los trabajadores para una gran
concentración en la Plaza de Mayo. A "pedido" de la
muchedumbre mucho más reducida, y considerablemente menos
entusiasta que 10 años atrás, Perón
retiró su renuncia y pronunció el discurso
más incendiario de su vida. Entre otras cosas dijo: "Con
nuestra tolerancia
exagerada nos hemos ganado el derecho de reprimirlos
violentamente… Y cuando uno de los nuestros caiga,
caerán cinco de ellos… El dilema es bien claro: o
luchamos y vencemos para consolidara las conquistas alcanzadas, o
la oligarquía las va a destrozar al final…Hoy comienza
para todos nosotros una nueva vigilia en armas".
Poco después de esta arenga se reunió
al Comité Central de la CGT, y aprobó una
moción propuesta por el secretario general Hugo Di Pietro
para colocar las reservas voluntarias de trabajadores a
disposición del ejército.
El ejército, inquieto, desde tiempo
atrás por la perspectiva de milicias obreras,
rechazó la oferta.
El 16 de septiembre de 1955 el General Eduardo Leonardi
inició la Revolución libertadora que
derrocaría a Perón.70 La razón de
esto fue que el movimiento obrero hizo muy poco para defenderlo,
y si bien el secretario general Di Pietro habló por
radio para
pedir a los trabajadores que lucharan por Perón, pero
sólo respondieron al llamado del dirigente grupos aislados
en Buenos Aires, Rosario y unas pocas ciudades más. Esto
se debió a que no había dirigentes capaces de
suministrar una conducción eficaz de las masas. Los
desacreditados lugartenientes de Perón ocupaban las sedes
sindicales, pero los trabajadores no los
seguían.
15.
Después de la caída de
Perón.
El problema más difícil enfrentado por los
jefes de la Revolución libertadora fue el destino de la
CGT.
Los dirigentes militantes de las facciones
antiliberales y liberales, concordaban en poner fin a la
influencia de Perón en el movimiento obrero, pero
diferían en la forma de lograrlo. Los antiliberales
querían apartar a los obreros de Perón
prosiguiendo, bajo su propia dirección, buena parte de la
revolución social y económica. Los liberales
sentían la necesidad de eliminar del movimiento obrero a
quiénes de algún modo estuvieron estrechamente
vinculados con el peronismo.
El General Leonardi, presidente provisional desde
mediados de septiembre de 1955, intentó la neutralidad en
el conflicto desatado entre los dos grupos militantes, utilizando
el lema de Urquiza "Ni vencedores ni vencidos". Leonardi
sabía que le apoyo de la CGT era esencial si se
pretendía entregar al Gobierno a los civiles en un futuro
próximo.71
Tanto el Sindicalismo como los militares se
encontraban divididos.72 Dentro del Sindicalismo estaban los
peronistas que controlaban la mayoría de los gremios y
representaban a un 70% de los trabajadores. Dentro de este sector
existía un pequeño grupo de importantes
gremialistas que insistían en el regreso de
Perón.
Otro grupo de dirigentes peronistas más
jóvenes y menos influyentes, contando con al aparente
apoyo de una gran mayoría de los obreros, se hallaban
más dispuestos a negociar con el Gobierno para proteger
las conquistas laborales de los últimos 12
años.
Un distinto grupo fundamental dentro del
movimiento obrero eran los "independientes", incluían a
todo tipo de antiperonistas, socialistas, comunistas, radicales y
algunos ex miembros del Partido Laborista.
El General Leonardi, tendió a ignorar a los
independientes , atacó a los peronistas intransigentes y
pretendió ganarse a la generación moderada de
jóvenes peronistas.
El problema que preocupaba a los obreros era saber
si se conservarían las conquistas de los últimos 12
años, quién iba a controlar la CGT, los sindicatos
individuales y los diarios obreros.
El 25 de septiembre Leonardi inició una
campaña para conseguir el apoyo de la CGT, conferenciando
con su secretario el General Di Pietro, como resultado de la
reunión, el Estado se comprometió a aceptar toda la
legislación social y los convenios colectivos de trabajo,
a respetar los derechos de la CGT y sus filiales, a prohibir
cualquier medida legal contraria al organismo gremial y a
permitir que la CGT continuara publicando el diario La
Prensa.73
Al día siguiente nombró ministro de
trabajo a Luis B. Cerrutti Costa, un abogado laboral nacionalista
y católico, que había apoyado a Perón en los
primeros años de su régimen.
Sin embargo, en el plazo de una semana,
estalló la primera de las dos crisis más
importantes entres los obreros y el Gobierno. Para empezar la
administración dio comienzo a una
campaña para desacreditar a Perón, a separarlo de
la revolución social y económica de los
trabajadores.
Por otro lado los trabajadores peronistas se
preocuparon más por los grupos armados de independientes
que tomaron por la fuerza muchas sedes sindicales, inclusive la
de la Unión Ferroviaria. El 3 de octubre los dirigentes de
la CGT reclamaron al Gobierno por tales agresiones y el ministro
de Trabajo Cerrutti Costa les aseguró que Leonardi
quería cumplir su promesa.
No obstante, esa misma tarde el Comité Ejecutivo
de la CGT redactó una carta a Leonardi
condenando los ataques violentos a los sindicatos, y exigiendo
protección contra futuros asaltos. La misma aseguraba que
los dirigentes convocarían de inmediato a las elecciones
libres, y declararían una admistía para que
participaran en los comicios todos los trabajadores, sin tener en
cuenta sus afiliaciones ideológicas. También
solicitaban al Gobierno los fondos para financiar esas
elecciones. Leonardi se entrevistó con el Comité
Ejecutivo de la CGT, recivió su carta y volvió a
asegurar a los dirigentes que protegería los intereses
obreros.74
Durante los siguientes días se
desató una importante rebelión peronista en las
bases, que condujo a la exclusión de la generación
más vieja de dirigentes peronistas intransigentes. Era
evidente que los trabajadores ya no querían tolerar a sus
jefes tradicionales, corruptos y serviles. El resultado fue que,
el 5 de octubre dos peronistas jóvenes, Andrés
Framini del gremio textil, y Luis Natalini de Luz y Fuerza
sustituyeron a Di Pietro y su comité ejecutivo como
dirigentes de la CGT.
Este cambio al más alto nivel, que
llevó al poder a los elementos peronistas moderados que el
régimen consideraba capaces de colaborar con él,
significó un triunfo para Leonardi. En consecuencia, el
Ministro de Trabajo se apresuró a reconocer a los nuevos
dirigentes, y en seguida formalizó con ellos un acuerdo
para fortalecerlos en su posición, con fecha 6 de octubre
de 1955.
Según lo establecido, todas las filiales de
la CGT llamarían a elecciones dentro de los 120
días, se dispondría una amnistía general
para que los trabajadores pudieran participar en los comicios.
Las autoridades a elegirse designarían representantes al
Comité Central de la CGT que a su vez debería
elegir al Comité Ejecutivo y al Secretario de la
Confederación; y el Ministro de Trabajo
supervisaría las elecciones a la vez que protegería
a todos loa gremios de nuevos ataques armados por parte de grupos
opositores.75
Una vez conseguido este acuerdo, el Gobierno
intervino en varios sindicatos que habían sido ocupados
por los independientes de modo violento ( incluyendo los
sindicatos ferroviarios, de la carne, telefónicos y
marítimos ) para devolverlos a sus dirigentes
peronistas.
Pero esta tranquilidad duró poco, dado que
el Gobierno volvió con sus pruebas para
desacreditar a Perón y a Eva Perón. El mismo
llamó a peronistas de todo el mundo para que examinen las
joyas, pieles y vestidos que coleccionaba la señora, a la
cual llamaban abanderada de los pobres, o como a ella le gustaba
decir que era una descamisada más, y aparte acusó
al peronismo de fraudes electorales.
Por otro lado, los elementos antiperonostas
volvieron a atacar a varias sedes gremiales, y expulsaron a los
interventores de la CGT.76
Los nuevos dirigentes de la CGT, deseoso de
colaborar con el Gobierno, respondieron al principio con
moderación, pero la crisis creció
rápidamente.
El 19 de octubre se reunió un grupo de
dirigentes gremiales independientes y dio a publicidad una
declaración que criticaba a los peronistas y
también al ministro de trabajo. Los independientes
sostenían que Cerrutti Costa no interpretaba los
principios democráticos de la Revolución
Libertadora, denunciaban las acciones comprometedoras del
funcionario en especial su plan de celebrar
elecciones dentro de 120 días, y exigían el
cumplimiento de los auténticos objetivos de la
revolución.77
En las semanas siguientes continuaron los asaltos
a los gremios, mientras el Gobierno poco hacía para
evitarlos, ya que se hallaba atrapado por las luchas entre las
dos facciones militares y los dos grupos sindicales. De acuerdo
con la CGT, 14 gremios habían sido ocupados por la fuerza.
El 26 de octubre, Framini y Natalini, más unos 300
funcionarios sindicales, solicitaron y consiguieron una entrevista con
Cerrutti Costa dónde insistieron otra vez en sus
reivindicaciones.
Como vocero del grupo, Framini recalcó que
la CGT deseaba colaborar con el Gobierno provisional, y no pagar
obligaciones
políticas, tal como habían acusado ciertos
independientes.
Al día siguiente el Gobierno dio a conocer
el Gobierno de Prebisch.
Los nacionalistas criollos de la CGT recibieron
con mucho desagrado este informe, que además de criticar a
Perón y su época, las soluciones de los economistas
indicaban el deseo oficial de volver a la tradicional
economía exportadora del laisser faire, que los obreros
temían que iban a subordinar sus intereses a los de la
oligarquía terrateniente.
La CGT afirmaba que dicho plan, tendía a
perjudicar a la clase trabajadora, ya que se iba a devaluar el
peso, aumentar el costo de vida y promover el enriquecimiento de
los menos a expensas de las miserias de los
demás.
Las tensiones eran elevadas cuando el Ministro de
Trabajo respondió el 28 de octubre a las demandas
presentadas por la CGT dos días antes. La posición
oficial tomó cuerpo en un decreto que disponía
elecciones en los gremios. El decreto suspendía a todos
los funcionarios de la CGT y sus filiales; autorizaba al Ministro
de Trabajo a designar tres veedores por cada sindicato para
garantizar la calma, asegurar el libre acceso de todos a la
organización e insertarlos a participar en los comicios;
establecía una comisión electoral para llevar a
cabo las elecciones integradas por funcionarios públicos;
permitía que votasen los afiliados de 18 años o
más, disponía el voto directo, secreto y
obligatorio; que permitía que cualquier grupo presentara
candidatos, siempre que contara con las firmas del 5% de los
afiliados al sindicato y recalcaba que las elecciones se
llevarían a cabo dentro de los 120
días.78
Los dirigentes de la CGT se irritaron porque el
Gobierno no los había consultado con anterioridad sobre el
decreto, y porque fueron desplazados del control que
ejercían sobre la Confederación y los gremios
individuales, Framini y Natalini y los secretarios generales de
los principales sindicatos peronistas, llamaron a reunión
y redactaron 3 resoluciones:
a) Establecía el nombramiento de una
comisión de 6 miembros para que se reuniera con los
dirigentes de la CGT a fin de considerar la forma en que
debían responder al nuevo decreto del
régimen.
b) La resolución declaraba una huelga
general, si los dirigentes gremiales no conseguían obtener
garantías adecuadas por parte del
Gobierno.
La comisión especial se entrevistó
varias veces con Cerrutti Costa, pero sin llegar a ningún
acuerdo. Se declara huelga genera el 31 de
octubre.
Leonardi temiendo las consecuencias
políticas de una continua agitación gremial, se
encargó personalmente de las negociaciones, y el 2 de
noviembre llegó a un acuerdo con los dirigentes obreros.
Framini y Natilini no serían removidos de la CGT, y los
interventores designados por la central obrera seguirían
al frente de los sindicatos que no habían sido asaltados,
hasta la fecha de las elecciones. Los gremios asaltados
serían intervenidos por el Ministerio de Trabajo y sus
asuntos quedarían en manos de una comisión conjunta
con representantes peronistas e independientes. Y, finalmente se
pondría en libertad a todos los trabajadores detenidos por
razones políticas.
El acuerdo con el Gobierno fue bien recibido por
la mayoría de los obreros, pero dividió más
a las dos facciones militares de la Revolución
Libertadora, que eran antiliberales y liberales ( mayormente
).
La crisis culminó el 12 de noviembre,
cuando un liberal como Aramburu y antiperonista, reemplazó
a Leonardi.79
Durante sus dos primeros días en el cargo,
Aramburu evidenció claramente su posición frente a
los sindicatos. Permitió que los independientes se
apoderaran por la fuerza de los gremios. Impuso el control del
Estado sobre las editoriales de los diarios obreros "El Líder"
y "La Prensa". Reemplazó a Cerrutti Costa por Raúl
Migone, de firme trayectoria antiperonista.80
El 15 de noviembre, los dirigentes de la CGT
declararon una huelga general como repudio a la nueva
política sindical oficial.
El régimen la consideró un acto de
subversión política y la reprimió con
energía. Efectivos y militares intervinieron en la CGT y
todas sus filiales, un destacamento de infantes de marina se
apoderó del edificio de la CGT, se detuvo a Famini y
Natalini y a muchos otros dirigentes gremiales por haber ordenado
la huelga ilegal, i se estableció una comisión para
investigar la CGT.81
A las intervenciones de los gremios sucedió
el arresto de casi todos los dirigentes sindicales peronistas
fuera de Framini y Natalini, el Gobierno detuvo a José
Espejo, Eduardo Vuletich, Hugo Di Pietro, José Alonso y
muchos otros. Se calcula que 200 dirigentes gremiales fueron
recluidos únicamente en el establecimiento penal de
Ushuaia.82
A la vez que arrestaban a los peronistas, el
régimen estimuló a la minoría de
independientes para que dirigiera el movimiento obrero. Por
ejemplo: formó una junta asesora gremial integrada por
independientes para colaborar con el interventor de la CGT
Capitán de navío Alberto Patrón Laplacette.
Entre los miembros de la junta se hallaba el veterano dirigente
sindicalista Sebastián Martota, y también ciertos
gremialistas antiperonistas muy inflexibles como Cándido
Gregorio.
Se prosiguió con la campaña
difamatoria de Perón, pero a diferencia de Leonardi, la
misma se llevó a cabo en los periódicos oficiales
de la CGT, El Obrero Ferroviario, La Fraternidad y otros. Por
ejemplo en un ejemplar del Obrero Ferroviario un artículo
decía: durante el mes de octubre de 1948 el Comité
Ejecutivo del sindicato había autorizado gastos
equivalentes a $300 para un regalo de bodas a José Espejo,
$4500 para un almuerzo en honor a Eva Perón y $1000 para
un regalo de cumpleaños a la esposa del presidente.
Además había asignado
$1000 para que Pablo López viajara a los
EE.UU para ser intervenido quirúrgicamente, $50.000 para
la campaña de relación de Perón en 1951 y
muchas otras cosas más y finaliza el artículo con
la frase: "Todos con fondos sociales".83
Al intervenirse la CGT se tomaron estas y muchas
pruebas de lo que hizo Perón con la organización
obrera y sus fondos, se publicó un libro llamado
"Libro Negro de la Segunda Tiranía", ya que la primera se
consideraba la de Rosas.
En marzo y abril de 1956 el Gobierno
deterioró más la influencia de los peronistas,
mediante un decreto que estableció que no podrían
ocupar cargos públicos, ni gremiales aquellas personas que
lo hubieran hecho o apoyado a Perón, desde junio de 1946 a
septiembre de 1955.
El 27 de abril de 1956, Aramburu, anuló por
decreto la Constitución peronista de 1949 y
reimplantó la Constitución liberal de 1853. Se
eliminaron los artículos 37 al 40 que establecían
la función social de la propiedad
privada y los derechos del trabajador.
El 1º de mayo de 1956 la tradicional
celebración obrera no fue un momento agradable para los
trabajadores peronistas. Hablaron los militares, Aramburu les
prometió la protección actual y futura de sus
derechos y conquistas. Pero al referirse a la CGT,
advirtió que no se permitiría la existencia de otro
Estado en el Estado argentino. También dijo, que el
Gobierno entregaría los gremios a los trabajadores pero
sin permitir el regreso al poder de los
peronistas.
El 23 de mayo el Gobierno estableció por
decreto un nuevo régimen de asociaciones profesionales,
también la realización de elecciones en los gremios
dentro de 150 días. Reiteraba la proscripción de
los peronistas que hubieran sido dirigentes gremiales durante la
segunda presidencia de Perón, y ajustaba los detalles del
proceso comercial.
También incluía un nuevo
artículo que fijaba la representación de la
minoría en el Comité Ejecutivo de cada sindicato,
lo cual favorecía a los independientes, pues eran
minoritarios en la mayoría de los
casos.84
El movimiento obrero continuó su protesta
acusó a trabajadores peronista de atacar a funcionarios
públicos y de practicar actos de sabotaje en la
fábricas.
Más importante resultó que lo
gremios iniciaron muchas huelgas, sosteniendo que en el medio de
respaldar sus exigencias de aumentos salariales. De este modo
fueron a la huelga por razones económicas los empleados de
comercio, los gráficos y los telefónicos (
considerados independientes ), mientras obedecían a
motivos económicos y políticos, las huelgas de los
textiles y metalúrgicos peronistas.
El Gobierno también pretendió
acceder algunas de las que consideraba demandas legítimas
de los obreros.
Sin derogar el decreto que restringía la
participación peronista, procuró de volver a
normalizar la mayor cantidad posible de los gremios. Así,
para abril de 1957, se habían normalizado 59 de las 119
filiales de la CGT en Buenos Aires. Treinta y cincos se hallaban
en proceso de conseguirlo, y no se proyectaba nada al respecto
para el futuro inmediato de 24 filiales, ya se habían
normalizado 113 de los 159 gremios del interior.
La culminación por devolver los gremios a
los trabajadores no peronistas, consistió en normalizar la
CGT. El 25 de julio de 1957 se dictó un decreto que
facultaba a su interventor para convocar a un Congreso General
extraordinario de la filiales de la CGT que contaran con 1000
afiliados o más. El primer objetivo del Congreso
sería la sanción de nuevos estatutos, la
elección de autoridades y el término de la
intervención.
El Congreso no llego a realizar ninguno de su
fines, después de reunirse durante 5 sesiones violentas,
borrascosas y polémicas, entre el 25 de agosto y el 4 de
septiembre.
El problema fue la validez de la credenciales de
los delegados.
La consecuencia fue que se retiraron los
principales gremios independientes: Unión Ferroviaria,
Empleados de Comercio, trabajadores del vestido, empleados
municipales, Trabajadores del Estado, Bancarios y
gráficos.
Se dio término al congreso por falta de
quórum y la CGT tardó en normalizarse otros cinco
años y medio.85 Otras de las causas del fracaso del
Congreso fue la intransigencia de los sectores
antagónicos: uno el de los peronistas (
metalúrgicos, textiles, transporte, panadero, sanidad,
vitivinícolas, etc)
Y otro el de los socialistas y sindicalistas libres
( mercantiles, ferroviarios, personal civil de la Nación,
vestidos, municipales, gráficos, etc ). Tanto un sector
como el otro procuraron conquistar la hegemonía y aplicar
un criterio excluyente. Los sindicalistas libres se jactaban de
contar con el apoyo del Gobierno y la intervención para
lograr la dirección de la CGT, en tanto el sector
peronista, haciendo gala de un criterio no menos absorcionista,
se consideraba representante la mayoría de los
trabajadores.
Frente a ambas posiciones irreductibles,
surgió un tercer grupo de organizaciones orientadas por
los comunistas, peronistas de izquierda y delegados unitarios (
luz y fuerza, construcción, madera, telefónicos,
telegráficos, químicos, cerveceros, petroleros
privados, etc ). El principal vocero de este núcleo era la
delegación de la Unión de Sindicatos de la
Industria de la Madera, a la que secundaban en sus posiciones
otras 20 delegaciones.
Estas adoptaron un criterio unificador
constructivo y se esforzaron por descongelar los antagonismos
cerrados, por persuadir a las otras delegaciones de la necesidad
de un acuerdo que permitiera recuperar la CGT y darle una
dirección unitaria. Fracasaron al chocar con la
intolerancia de los sectores en pugna y a principios de
septiembre el Congreso quedó roto en la práctica,
al retirarse los sindicalistas libres.
En tales circunstancias, los delegados unitarios
conversaron por separarse con uno y otro sector en pugna, y por
último lograron que se formara una comisión
integrada por 21 delegaciones, a razón de 7 por cada uno
de los tres sectores. Esta comisión se reunió el 16
de septiembre en la sede de La Fraternidad, pero la
delegación del sector peronista no asistió y en
cambio realizaron una reunión separada en el sindicato de
la Sanidad. En ambas reuniones prevalecieron posiciones
irreductibles. En la Fraternidad, los libres adoptaron una
táctica dilatoria, argumentando que no se podía
reiniciar el Congreso hasta tanto se investigasen a fondo las
representaciones actuantes; su propósito era ganar tiempo
para mejorar sus posiciones y asegurarse la mayoría.
Mientras tanto en la Sanidad se resolvió enviar una nota
al interventor Patrón Laplacette, en la cual exigía
la reanudación del Congreso, pero hubo divergencia en la
redacción de la misma y se
suspendió.
Los delegados de la afiliación comunista
realizaron una intensa labor un favor de la unidad, denunciando
la posiciones negativas de unos y otros sectores. La
solución propuesta consistía en dejar de lado todo
intento de utilizar el número de la mayoría para
desplazar al número de la minoría, constituir una
Mesa Directiva unitaria del Congreso con participación de
todos los sectores; de la misma manera, establecer un
dirección provisional de la CGT, constituir en el Congreso
una comisión de proporciones para que produjese despecho
sobre los problemas fundamentales planteados a la clase obrera en
esos momentos, elaborar un proyecto de reforma a los estatutos de
la CGT, para darle un carácter federativo y no
intervencionista y someterlo a consideración de un
próximo Congreso en el plazo de 90 o 120
días.
El Gobierno jamás se reunió, pero la
existencia de conflictos gremiales era un hecho cierto. Los
representantes de 62 sindicatos se reunieron en la sede de la
Federación de Luz y Fuerza, el 23 de septiembre y
resolvieron presentar al Gobierno un petitorio que
contenía 3 puntos: solución satisfactoria de los
conflictos telefónicos y telegráficos,
derogación del decreto 824 que prorrogaba la vigencia de
los convenios, y derogación del decreto 10596, que negaba
el derecho de huelga.
En caso de no satisfacer estas demandas se
resolvía efectuar un paro general de 24 horas en todo el
país para el viernes 27 de septiembre..
No hubo solución de los problemas
planteados y el paro se llevó a cabo. Centenares de miles
de trabajadores paralizaron las actividades industriales,
portuarias, la banca, el
transporte, etc. Como no contaban con la CGT, estructuraban otra
forma de coordinación intersindical. Las 62 organizaciones
que habían exigido la continuación del Congreso de
la CGT y resuelto el paro, constituyeron el nucleamiento de las
"62 organizaciones", integrado por sindicatos constituidos por
los peronistas y los comunistas.
Mientras que los gremios que se habían
retirado del Congreso y se opusieron a la continuación
formaron otro nucleamiento, llamado pomposamente "32 Gremios
Mayoritarios Democráticos", que se enroló en las
posiciones de la ORIT.
EL carácter de éstos grupos que se
hallaba enteramente definido, dado que en cada una de ellas
actuaban fuerzas dispares.
16. La convención
constituyente y el paro general
El 28 de julio de 1957 se realizaron en el país
elecciones nacionales para elegir una convención
constituyente, encargada de reformar la carta magna de
la nación. Los peronistas estaban impedidos de participar
con candidatos propios, se abstuvieron, los frondositas
participaron, Perón en un acto demagógico
presentaron la renuncia de sus candidatos electos. Los comunistas
entendieron que era adoptar una actitud positiva: presentarse al
acto laboral, utilizar la campaña para esclarecer a la
opinión pública y luchar dentro de la
convención a favor de una constitución realmente
democrática, que contuviera sólidas
garantías para los trabajadores y el pueblo.
En la sesión del 18 de octubre, el Sr.
Rodolfo Ghioldi ( comunista), expuso las reformas que
debían hacerse a la constitución: Garantías
personales, eliminación del estado de sitio,
derogación de la ley de Residencia, respeto al federalismo, etc.
También la reforma
agraria y la nacionalización de las empresas
extranjeras.
El tema que más interesaba a la clase obrera
eran los derechos sociales de los trabajadores, que si se lograba
incluir en la constitución, el movimiento sindical
contaría con un importantísimo instrumento legal
para defenderlos y hacerlos valer en la vida
práctica.
Por su parte la gran patronal, en especial los
monopolios, no querían que se discutieran esos derechos,
para poder tener impunidad en su diaria explotación a los
trabajadores y se negara a aceptar los derechos sociales, y se
hiciera eco en cambio, de la campaña conspiradora de
ciertos jefes militares que deseaban impedir el cumplimiento de
la promesa gubernamental, de elecciones para febrero del
año siguiente.
En esas circunstancias las "62" Organizaciones
resolvieron un paro general de 48 horas para los días 22 y
23 de Octubre de 1957. el ejercito rodeo las fábricas y
patrulló las calles, los soldados fueron instruidos en el
manejo de tranvías, se intervino otra vez el Sindicato
Gastronómico de la capital, la Unión Tranviarios
Automotor, la Asociación de Trabajadores del Estado y la
Federación Obrera del Aceite, otros sindicatos fueron
allanados. Durante los días en que se realizaban el paro
hablaron en la Constituyente los diputados comunistas Pedro
Tadioli e Irma Othar, quienes abogaron por los derechos sociales,
que fuesen incluidos en la Constitución Nacional,
también se expuso que se limitasen las ganancias de las
empresas para facilitar la elevación de los salarios y el
consiguiente nivel de vida de los trabajadores, ya que de esta
forma, el aumento salarial no se trasladaría a los
precios.
Después del paro las "62" Organizaciones,
señalaron su exitoso cumplimiento y reiteraron el
petitorio que motivó la lucha:
- Aumento general de emergencia para hacer frente
a la carestía de la vida. - Libertad inmediata de todos los presos gremiales
y levantamiento del estado de sitio. - Derogación de los decretos 824 y 10.596,
de prorroga de los convenios y reglamentación de huelga,
más los 7 decretos de incentivación del trabajo
que anulan las conquistas obreras. - Solución de los conflictos de los gremios
telefónicos, telegrafistas y vestidos. - Reanudación del congreso de la
CGT.
17. La huelga de la
construcción
El gremio de la construcción, donde la influencia
de los militares comunistas era decisiva. El congreso que
sesionó entre el 19 de Octubre y el 5 de Noviembre de 1957
eligió una Comisión Directiva Nacional, de
carácter unitario y combativo, que inmediatamente
incidió sus trabajos para mejorar las condiciones de
trabajo y retribución de éste sufrido
gremio.
Una de las primeras medidas fue presentar a la
patronal un petitorio de aumento de salarios. Ante el silencio de
la Cámara Argentina de la Constitución, se
insistió en el petitorio y se emplazó a la
patronal. Ya en la primera semana se presentaron en el sindicato
ingenieros, arquitectos y directores de empresas para dejar
constancia de que concedían el aumento pedido, pero las
grandes empresas de la Cámara se negaron hasta
último momento, con la intención de vencer la
huelga por el hambre.
Los trabajadores del andamio respondieron con
unanimidad a su dirección: se formaron comités de
huelgas en las obras, y comisiones de recorrida que las
inspeccionaban, asimismo, comisiones de solidaridad, en
que participaron también las esposas de los huelguistas,
quienes se encargaban de conseguir el aporte de la
población y del comercio, destinado a ayudar a las
familias más necesitadas. También se hicieron ollas
populares para darle de comer a los huelguistas y sus familias.
Esta actividad no solamente se vio en la capital, sino
también en el interior.
Frente a la huelga pasiva dirigida desde arriba, la
huelga de la construcción puso en vigencia nuevos
métodos que movieron a familiares de trabajadores,
despertaron las energías y capacidades del gremio, y
elevaron a decenas de militares al rango de cuadros
dirigentes.
Junto con la huelga de la construcción se
desarrolló la del gremio de la madera. Esta huelga
también puso en práctica métodos
democráticos y clasistas, que conquistó igualmente
un notable triunfo como la de
construcción.
Las huelgas y los resultados y los resultados
obtenidos por estos dos gremios estimularon a los demás
gremios a salir a la lucha para vencer sus demandas de salarios,
y tonificaron el movimiento obrero general.
18.
Descomposición de las "62"
Durante su primera época, las "62"
organizaciones, con una dirección compuesta por peronistas
y comunistas, desempeñaron un importante papel en la
organización de la lucha obrera, y en la acción de
recuperar la CGT. Pero algunos dirigentes peronistas sectarios
retomaron las posiciones intransigentes y exclusivistas que
habían adoptado en el congreso de 1957 y quisieron
convertir a las "62" en un nucleamiento partidario. Esto lo
demostraron en el acto llevado a cabo en el Luna Park, donde
convirtieron la asamblea en un acto partidario y en una
demostración de apoyo político al líder
depuesto. Esa actitud produjo malestar en muchos sindicatos de
las "62".
Convocada a elecciones nacionales para el 23 de
Febrero de 1958 los dirigentes peronistas y comunistas de las
"62" resolvieron apoyar a Frondizi, que se presentaba con un
programa democrático y progresista.
Pero las promesas de Frondizi no fueron cumplidas,
ya que se encontraba entre dos presiones: por un lado el
imperialismo y la oligarquía y por el otro los peronistas,
que habían suscrito un pacto secreto con Frondizi, en la
cual esta se comprometía a facilitar la entrega de los
sindicatos a ese sector político a cambio de su apoyo
electoral.
No fue casual que a la Mesa Coordinadora de las
"62" no fueran invitados los dos representantes comunistas. Se
trataba de impedir que su oposición al plan de
intervenciones frustrase las ambiciones de
predominio.
Importantes organizaciones se opusieron
enérgicamente al intervencionismo estatal y se
pronunciaron por la convocatoria de las elecciones
sindicales.
Los 19 sindicatos que se opusieron al plan de
absorción constituyeron en marzo de 1958 el movimiento
Sindical Antintervencionsta. La firme posición de este, y
la fuerza de los gremios que lo componían, frustraron el
plan de intervención de los sindicatos. Impidieron que los
trabajadores fueran divididos en peronistas y anti-peronistas.
Pero el Ministerio de Trabajo, lejos de actuar con la prometida
imparcialidad, trató de contener el avance de esta
línea clasista.
Para defender la unidad, la democracia y la
independencia sindical, el Movimiento Nacional
Antintervencionsta, lejos de disolverse al cumplir su cometido,
resolvió a fines de 1958 convertirse en nucleamiento
permanente, y pasó a denominarse Movimiento de Unidad y
Coordinación Sindical ( MUCS.
Al no existir la CGT como tal, las "62"
también dividida, las huelgas que se hicieron, tanto de
los frigoríficos como la de los bancarios, azucareros,
etc. no tuvieron éxito…
19. El movimiento obrero
unificado (MOU)
El 17 de Agosto el MUCS, las "62" y los gremios
independiente llegaron a un acuerdo para establecer bases de
acción conjunta, mediante la creación del llamado
Movimiento Obrero Unificado. (MOU)
Desde hacía tiempo el MUCS venía
gestionando la formación de un comando único para
una dirección planificada y coordinada de las luchas
obreras. Las "62" se había negado a ello, absorbidas como
estaban por una política exclusivista y exclusionista,
tendiente a copar todas las organizaciones de ayuda del gobierno,
de acuerdo a un pacto secreto preelectoral. Pero antes el giro de
Frondizi, y obligadas por el momentáneo debilitamiento
producido por una división interna, las "62" tuvieron que
acceder, a establecer una dirección
compartida.
La mesa de la "62" se había reorganizado con
la incorporación de representantes de los sindicatos
chicos.
Vandor hostilizó con sus fuerzas a dicha
Mesa y ésta, para ampliar su base de apoyo, acepó
la alianza del MUCS y los independientes.
El MOU tuvo una vida efímera, dado que este
grupo se armó sobre una base no-identificación de
objetivos ideológicos y métodos que trasciendan las
circunstancias inmediatas. Las "62" no luchaba por modificaciones
estructurales, sino por un egoísmo, interés
partidista, eran proclives al pacto y a la maniobra. Mientras que
el MUCS era franco y leal es su gestión
unitaria, se empeñaba en superar el partidismo par unir a
la clase obrera en su lucha inmediata y con vista a objetivos
más altos y avanzados el MOU fracasó, no por el
MUCS, sino por el "62".
Bajo la conducción conjunta del MOU se
realizaron unas pocas acciones, pero que adquirieron una
extraordinaria enverdura. Los días 23 y 24 de Septiembre
de 1959 hubo u formidable paro general de 48 horas, en el que
participaron tres millones y medios de
trabajadores.
El 6 y 7 de Noviembre sesionó el primer y
último plenario nacional del MOU, en la sede del Sindicato
de Trabajadores de Barracas de Lanas, la "62" no se
presentó.
Finalizado el plenario, a las 5,30 horas de la
madrugada, el dirigente José Miguel Zárate, alma y
principal inspirador del MOU, fue detenido por la policía
y liberado en 1969.
Este fue, el último plenario del MOU. Las "62",
en su plenario nacional del 20 de mayo, expresaron que el MOU ya
había cumplido su función y que era totalmente
inoperante y carece de posibilidades de continuación. En
adelante el MOU siguió existiendo de nombre, pues las "62"
de dieron la espalda.
20. Plenario nacional del
MUCS
Los días 24 y 25 de junio de 1960, en el
salón de actos de la Unión Obrera
Gastronómica, sesionó el Plenario Nacional del
MUCS.
Después de entonarse con fervor el himno
nacional, el dirigente de la construcción Antonio Cabrera,
en nombre del Consejo Nacional del MUCS, nombró la
presidencia del plenario y las comisiones de poderes, de
resoluciones, de prensas y actas.
Al tratar sobre la situación
económica-social de la clase obrera éste
señalaba que durante 1959 el costo de la vida había
aumentado un 113,7%, en tanto que los salarios crecieron un
68,3%. Los planes del FMI en el
país llevan a la súper explotación, hasta el
punto de que los frigoríficos, que en 1957 contaban con un
personal de 58.851 trabajadores, ahora realizaban la misma
producción con 20.400. Los despidos habían afectado
asimismo a 50.000 empleados estatales y a 50.000 obreros
textiles. El informe explicó la razón de ser del
MOU. Estando intervenida la CGT, las distintas corrientes que
animan el movimiento sindical se expresan en distintos
nucleamientos.
En este plenario participaron: 586 delegados de 23
regionales de la CGT, 10 federaciones obreras nacionales, 129
sindicatos, 63 movimientos unitarios y 92 comisiones internas y
grupos de trabajadores de empresas.
Luego se expusieron cinco puntos que, a juicio del
MUCS serían sus bases:
- Establecer con claridad las bases de un programa
nacional de lucha de la clase obrera, que contenga las
reivindicaciones fundamentales de los trabajadores de todo el
país. - Constitución de una dirección
única, sin discriminaciones, con representación
proporcional, respetando los métodos y las normas de una
afectiva democracia sindical. - Reconocimiento de las direcciones de las
organizaciones e intervenidas a fin de no legalizar las
intervenciones de Frondizi-Alzogaray-Puente. Reconocimiento de
las direcciones elegidas por los trabajadores hasta la
realización de nuevas elecciones. - Libertad de ideas, de opiniones y de
acción de las organizaciones, para asegurar la lucha por
el programa nacional de la clase obrera, y la justa
posición de las organizaciones sindicales frente a los
problemas de interés general de los trabajadores,
mientras no sea normalizada la CGT. - Plan de acción inmediato en la lucha por
un aumento de salarios, contra la carestía de la vida,
por la conquista de los convenios de trabajo, la libertad de
los presos, contra las torturas, por el levantamiento del
estado de sitio, por la anulación del plan Conintes,
contra las intervenciones estatales en los sindicatos y otras
reivindicaciones.
Estos fueron aprobados en su totalidad y por
unanimidad.
21. La entrega de la
CGT a los "20"
A 5 años de la intervención de la CGT,
Frondizi deseaba desentenderse de ese problema, pero al mismo
tiempo dejar la central obrera en manos de elementos potables
para el capital.
A través de Frigerio, su asesor, el mismo
llamó a las "62" ( los miembros más derechistas) y
a los independientes, sugiriéndoles que cada uno de dichos
nucleamientos nombrase sus representantes y que se entendieran
entre ellos. Sobre esa base, y siempre que supieran excluir al
MUCS y los comunistas, sería posible la normalización de la CGT.
En Octubre de 1960, las "62" designaron 10
representantes, y los independientes otros diez. Unos y otros
entablaron contactos y constituyeron la "comisión de los
20".
El 30 de enero de 1961, el departamento de Prensa
del Ministerio de Trabajo, da a conocer la información, en
la que comunica que " reconoció personería
jurídica para hacerse cargo de la CGT a la comisión
de las 20 organizaciones, y los hizo, no solo por la
representatividad de las distintas entidades que la integran,
sino también por haberse constituido al margen de
intereses extra gremiales, en cuanto participan dirigentes
obreros de las más distintas
ideologías.
El 16 de marzo de 1962 se entrega la CGT a la
comisión de los 20, que en los hechos quedó
convertida en dirección provisional de la CGT, sin
asamblea, congreso, ni plenario que la eligiese.
Entre otras cosas al asumir afirmaron:
…Ajustaremos nuestro accionar en defensa de postulados de
régimen nacional, que den soluciones a los graves
problemas económicos, políticos y sociales que
aquejan a nuestro pueblo, y no admitiremos interferencias
extrañas, sean estas foráneas, gubernamentales, de
los partidos políticos u otros sectores ajenos a la clase
trabajadora…
Quien haya seguido con atención los
acontecimientos posteriores, comprenderá que las altas
jerarquías derechistas adueñadas de la
dirección ex sindicales jamás respetaron la
independencia sindical, y mucho menos la democracia sindical,
proclamad en aquella declaración. El fraude, las
maniobras, el partidismo, la discriminación, se
convirtieron en las normas cotidianas, al amparo de un
estado gobernado por los agentes de los monopolios, la
oligarquía y la burguesía intermediaria. Las altas
jerarquías sindicales, enfrentadas, se mantenían
además divorciadas de las grandes masa
trabajadoras.
Década del 60
22. Nuevas luchas
obreras y tentativas de unidad
La entrega de la CGT a la comisión de los 20 no
provocó entusiasmo en la fila de la clase obrera. Para
todos era claro que ese acto no podía significar la
normalización de la CGT.
Un grupo de dirigentes de las "62" había
recorrido los pasillos de los ministerios e inclusive se
entrevistaron con el general Toranzo Montero, para convencerlo de
que ellos eran el " dique de contención del comunismo" por
eso la CGT debía pasar a sus manos.
Antes las nuevas circunstancias, el MUCS
convocó a una Asamblea Nacional por la unidad de la clase
obrera realizada los días 25 y 26 de marzo de 1961.
sesionó en el salón de la Unidad Obrera
Gastronómica de la capital: concurrieron 861 delegados de
469 sindicatos, federaciones, regionales de la CGT y comisiones
internas, además de 130 movimientos unitarios de gremios.
Las delegaciones provenían de capital, BS. AS. ,Santa Fe,
Córdoba, Mendoza, Santiago del Estero, San Juan, San Luis,
Entre Ríos, Chaco y Tucumán.
Esta asamblea resolvió, en áreas de
la unidad de la clase obrera argentina, volcar todas la fuerzas
unitarias y clasistas en la CGT, y trabajar en un seño por
una efectiva normalización y por una dirección
unitaria y representativa de todos los sectores.
23. Primer plenario de
la CGT "normalizada"
El 20 de abril de 1961, se realizó la primera
reunión de la CGT "normalizada", temas: considerar la
situación financiera de la misma, para lo cual
proponía el aumento de la cuota de los trabajadores, y el
acto del 1ro. De mayo.
Los trabajadores que esperaban que se tratasen sus
problemas, vieron la total falta de sensibilidad de ésta
CGT, frente a la clase obrera.
Los militares del MICS propusieron que se
discutiera la responsabilidad de la clase obrera y su central par
evitar el golpe de Estado
que preparaban el almirante Rojas y el general Toranzo Montero, y
que además de tratarse la solidaridad con Cuba, que
días antes había sido invadida por los Estados Unidos,
esta moción fue aprobada por 66 votos contra 6, por lo que
se pasó a discutir tan importante
asuntos.
Por otro lado, los miembros pertenecientes a las
"62" sostuvieron que a los trabajadores no les importaba lo que
hicieran Rojas y Toranzo Montero, que en definitiva la
responsabilidad caía sobre el gobierno, y que la CGT
debía mantenerse al margen.
Los miembros del MUCS afirmaron que la causa
antiimperialista y antiterrateniente de Cuba era la causa de
todos los trabajadores de América, y que por ello la CGT
debía pronunciar su solidaridad.
La clase obrera tenía ahora más
elementos para juzgar las distintas posiciones que se
definían en el movimiento obrero. Por un lado aquellos que
estaban comprometidos con el gobierno y en virtud de ese
compromiso habían recibido la CGT, y por el otro, quienes
luchaban por ideales y propósitos, tratando de imprimir a
la CGT un espíritu de clase.
Ese año el 1ro. De mayo no se pudo celebrar
con un acto central unitario, desde cuyas tribunas hablaran los
representantes de todas las clases.
La CGT organizó un acto oficialistas que fue
un fracaso, ya que prohibió llevar carteles con
inscripciones de lucha y designó grupos aliancistas
armados, para atacar a los trabajadores, que se pronunciaran a
favor de Cuba.
El MUCS realizó un acto el 30 de abril en el
estadio de Castro Barros 75, donde una numerosa concurrencia
vibró de entusiasmo y combatividad, expresó sus
ansias de lucha por la solución de los problemas
nacionales y la solidaridad con Cuba.
El segundo plenario de la CGT, efectuado el 10 de
julio de 1961 fue diametralmente opuesto al anterior, por la
actitud desacertada de sus representantes y además, en los
hechos ese sector entraba en contradicción con el gobierno
de Frondizi.
El 6 de junio, ante la falta de solución a
los graves problemas obreros, y bajo presión de la clase
trabajadora, la dirección de la CGT declaró el
estado de alerta.
Sus dirigentes se entrevistaron con Frondizi, pero
no hubo una respuesta positiva a sus demandas. De ahí que
el segundo plenario se viera en un clima de protesta y la palabra
de los dirigentes del MUCS fuera escuchada y
respetada,
Finalmente se aprobó una resolución
de paro general para el 18 de julio.
Entre tanto el gobierno dio a conocer un proyecto
de ley de Defensa de la Democracia.
La propia dirección de la CGT ungida por el
Gobierno debió comprender que si se aprobaba dicho
proyecto se ponía en peligro la existencia misma del
movimiento sindical.
Por ello en un nuevo plenario cegetista,
fijó la siguiente posición: ante el envío al
cenado, por parte del PE de un monstruo proyecto de ley contra
las libertades publicas y populares, la CGT iniciará
inmediatamente en el orden nacional una intensa campaña
para impedir su sanción, recurriendo, si lo estima
conveniente, ala huelga general…
El MUCS apoyó públicamente esta
decisión de la CGT.
El primero de agosto y el 21 de septiembre se
producen 2 nuevas entrevistas de
la dirección de la CGT con el gobierno, pero sus
resultados no son satisfactorios. La ruptura de la CGT con el
Gobierno aparece ahora total.
Declara un paro general el 6 de octubre, el
segundo en el año. Toda la clase obrera paraliza sus
actividades, tanto en la industria, comercios y servicios
públicos. Los dirigentes peronistas e independientes
suavizan su actitud ante los dirigentes
comunistas.
Desde el 30 de octubre hasta el 10 de diciembre se
produjo la huelga ferroviaria. Conocido el Plan Larkin de
liquidación de los ferrocarriles, el gremio ferroviario
realizó varios paros. Pero Frondizi y sus ministros
Acevedo dictaron el decreto 4061, que disponía la
cesantía de 80000 trabajadores, sumada ala
jubilación acelerada de otros 20000, la clausura de 11
talleres ferroviarios y levantamiento de 23000 KM. De vías
y reformas de los escalafones ( convenios), sin discusiones y
acuerdos de partes.
El Gobierno lanzó toda la represión
contra los huelguistas. Decretó la "requisición"
del gremio ferroviario, por la noche la policía
invadió los hogares de los huelguistas llevándolos
para que trabajen, pero se negaron, centenares de ellos fueron a
parar a la cárcel. Todo el pueblo se solidarizó con
ellos, realizó colectas en todo el país,
también otros Sindicatos de otros países, enviaron
fondos y exigieron a Frondizi la satisfacción de sus
demandas
La CGT declaró un paro de 72 horas, y en el
plenario del 30 de noviembre resolvió:
1)Que las organizaciones federadas dispongan el
aporte in mediato de medio jornal por afiliado para los
ferroviarios.
2) Realizar un gran motín de solidaridad el
6 de noviembre en parque Patricio.
3) Llamar a todos los partidos políticos e
instituciones populares a constituir una comisión nacional
de solidaridad.
Los partidos políticos y organizaciones
populares se reunieron el primero de diciembre en la unión
ferroviaria, y el 4 en la CGT. El 6, en parque Patricios, se
congregaron más de100000 personas y participaron de
aquellas decisiones.
La huelga había triunfado, y el Gobierno
dio marcha atrás, aunque no todas las disposiciones fueron
totalmente cumplidas, ya que quedaron 3000 cesantes, 90 detenidos
y 8 talleres cerrados, pero el resultado fue en general
satisfactorio, ya que se pago el 80% de los días de huelga
y un 20% de aumento en los salarios.
El 24 y 25 de febrero de 1962 se realiza el
plenario del MUCS, el cual se concentró en los
preparativos del congreso de la CGT, que se había
anunciado para ese año, aunque luego fue postergado para
enero de 1963. El plenario exhortó a todas las
organizaciones a realizar asambleas, reuniones y congresos para
dar mandato a sus delegados, a fin de que en el congreso de la
CGT sostuvieran posiciones firmes por la unidad sin exclusiones
del movimiento obrero, por una dirección única,
formada sobre la base de la representación proporcional de
todas las corrientes, por la independencia de la central y por un
programa en común que inspirase las futuras
luchas.
El18 de marzo de 1962 hubo elecciones nacionales,
como los peronistas estaban prescriptos, se unieron con la
unión popular, que en esa oportunidad contó con el
apoyo de los comunistas; esta triunfó en varias
provincias, en consecuencia el gobierno las
intervino.
El MUCS y las "62" declararon en forma coincidente
un paro general para el 23 de marzo, pero la CGT, para evitar una
intervención, no tomó cartas en el
asunto, el paro se cumplió parcialmente. Los militares lo
derriban a Frondizi y dejan a Guido como
presidente.
En abril la comisión provisional de la CGT
decreta el "Estado de huelga" y en mayo formula un programa de 8
puntos, reclamando la actualización inmediata de los
convenios colectivos, control de costos y
fijación de precios máximos. Rebaja de los aforos
aduaneros y de impuestos a las
ventas,
adecuación de la política crediticia,
represión a la especulación y al contrabando, plena
ocupación, pago de las sumas adeudadas por el estado a las
cajas de jubilaciones.
El23 de mayo se reúne la CGT y se dispone a
realizar un paro general de 24 horas del día 29 y otro de
48 horas los días 18 y 19 de junio. La clase obrera cumple
el del 29 de mayo en tanto que el segundo se posterga porque la
CGT había aceptado la invitación de las centrales
patronales ( la Unión Industrial Argentina y la
Confederación General Económica), para tratar un
acuerdo social.
El paro se llevó a cavo los días 1 y
2 de agosto,
Después de este paro el Gobierno
dictó el decreto que reglamenta el derecho de huelga,
retiró la personería de la asociación obrera
textil, Sindicato Argentino de Músicos, Federación
Gráfica Bonaerense, FOECYT y asociación de
telegrafistas.
Durante este lapso se produjeron la huelga de los
gráficos y de la carne, que no consiguieron
nada.
25. El congreso
"normalizador" de la CGT
En esas circunstancias se preparó y
realizó el congreso de la CGT que tubo lugar a fines de
enero de 1963.
La convocatoria fijaba la realización del
congreso los días 28 y 29 para discutir solamente la
reforma de los estatutos y la reunión del Comité
Central Confederal los días 30 y 31, al solo efecto de
elegir las autoridades para la Central Obrera.
Pero los jerarcas sindicales, tanto los de la "62"
como los "independientes", para ellos el punto neurálgico
del congreso residía en la elección de las
autoridades de la CGT. En ello pusieron mayor empeño ,
chocaron, discutieron, hubo idas y venidas, reuniones a puertas
cerradas, y por último ambos nucleamientos se pusieron de
acuerdo en la formación del secretariado y del concejo
directivo, excluyendo a los representantes del MUCS y de la
Unión Ferroviaria. Esta insidiosa discriminación
había sido dictada por los " factores del poder"
dominantes y formaban parte del plan de marginar cada vez
más a la corriente clasista, dejando la conducción
del movimiento obrero en mano de los jerarcas
claudicantes.
Frente a las nuevas elecciones nacionales, las
"62" sus dirigentes, se habían integrado en el llamado
"Frente Nacional y Popular", encabezado por el conservador
Vicente Solano Lima, en tanto que los independientes
tenían compromisos con otros partidos
políticos.
El "Frente" peronista conservador fracasó
estrepitosamente antes del comicio, porque los Sindicatos y
regionales cegetistas del interior del país no lo
aceptaron y repudiaron al contubernio. Más de tres
millones de votos en blanco y abstenciones fueron la respuesta al
fraude y las proscripciones.
La fórmula centrista Illia-Perete
ganó los comicios, candidatos de la Unión
Cívica Radical del Pueblo, que prometió rescatar
el
petróleo y demás riquezas nacionales, acabar
con la sumisión del FMI, impulsar una política
exterior independiente, derogar la legislación represiva,
liberar los `presos gremiales y políticos, paralizar la
carestía, etc.
Inmediatamente después de las elecciones el
MUCS llamó a la unidad sindical en la CGT para exigir la
plena realización de las promesas electorales. La
posición de estos podía resumirse así:
apoyar todas las medidas positivas del gobierno, criticar
constructivamente sus pasos negativos y enfrentar las precisiones
gorilas mediante la movilización de las masas, a fin de
que el Gobierno sus promesas.
En cambio los dirigentes de la "62" se negaron a
adoptar esa actitud constructiva, idearon un plan
psicológico y de acción para hostilizar al
Gobierno.
Los independientes, por su parte, adoptaron la
actitud contraria, de puro oficialismo y de esa forma paralizaba
la lucha de los trabajadores por sus derechos y
reivindicaciones.
Si bien el Gobierno de IlIia cumplió alguna
de las promesas electorales, los dirigentes sindicales
peronistas, hostilizaron al nuevo Gobierno por rodos los medios,
y terminaron colaborando con los militares que desalojaron a
Illia para implantar una dictadura militar
en1966.
Desde 1963 y hasta el 25 de junio de 1966, que fue
el Gobierno de estado, dado por los militares, el movimiento
obrero se encontró dividido. Por un lado el MUCS que
luchaba contra el imperialismo y los Oligarcas que doblaban el
brazo a Illia y no lo dejaban gobernar este nucleamiento apoyaba
al presidente.
Por el otro la CGT, también se
dividía, porque a los peronistas lo único que les
interesaba era la vuelta de Perón, y no la defensa del
obrero, razón por la cual los independientes se van
retirando de la CGT.
De esta manera los dirigentes peronistas, tienen
la CGT para ellos solos, e instalan su plan de lucha, creando
inestabilidad en el gobierno actual.
La primera medida del plan de lucha fue: ocupar
las fábricas en forma pacífica, la orden llegaba
por sobre cerrado a las comisiones internas, bajo el sello de
"reservado". Los personales se enteraban a último momento
y debían cumplirlas. A las ocupaciones se les
insufló un clima político,"por el retorno de
Perón", al margen de las necesidades de los
trabajadores.
Si bien los propietarios de las empresas
reclamaban el estado de sitio y la represión, el Gobierno
no les respondía, y debieron recurrir a la
justicia.
La segunda etapa consistió, en la
realización de cabildos abiertos en todas las ciudades del
país. Este era una asamblea obrero-popular en la que
participaban: los sindicatos, los partidos políticos, los
centros de estudiantes, los organismos vecinales y
populares.
El MUCS consideró que esta
resolución entrañaba la posibilidad de reforzar los
lazos de la clase obrera en todos los sectores populares y
plasmar, 4el germen de un frente antiimperialista y
antioligárquico, y por ello exhortó a organizar con
responsabilidad los cabildos abiertos.
El peronismo y las"62" organizaron la
operación retorno, y trataron de complicar a la CGT.
Vandor y otros dirigentes viajaron a Madrid y se embarcaron con
Perón de regreso, al hacer escala el avión en
Brasil, el
Gobierno de ese país
a solicitud del nuestro, lo hace regresar a
España. El fracaso de la operación no se
debió solo al Gobierno, sino al pueblo que no salió
a las calles para defender el egreso de un jefe político.
Esta operación fue un fracaso.
El paro general de 17 y 18 de diciembre se cumple
parcialmente, ya que lo acata el 50%, dado el descontento de la
clase obrera.
En el congreso de la CGT convocado para enero de
1965 no se presentaron los Independientes, esto favoreció
los planes sectarios de la"62", cuyo propósito era
monopolizar la dirección de la CGT. Pero en el mismo se
demostró que había descontento en su propio
ceno.
Una comisión del congreso, encargada de
analizar los documentos de
trabajo puestos a su consideración, encargó dicha
tarea a la dirección de la CGT, esta por su parte la
encargó a un grupo de sociólogos y economistas,
quienes elaboraron en folleto que la CGT publicó en
febrero de 1965.
El trabajo en cuestión indicaba que la CGT
inclinaba peligrosamente hacia la derecha, con el estímulo
del Sindicalismo libre. El puente entre el Sindicalismo peronista
y el sindicalismo libre era sin lugar a duda la camarilla de la
federación de Luz y Fuerza, pero algunas versiones
sostenían que José Alonso, secretario de la CGT se
había plegado a esas tendencias. Resultó
desconcertante, sin embargo, que la corriente alonsistas
adhirieran algunos dirigentes peronistas de izquierda. Eran
Ricardo de Lucas (navales), Armando Olmos (sanidad), Lorenzo Pepe
(ferroviario) y Juan Serial (de calzado), bajo el patrocinio de
Isabel Martinez de Perón.
A esa fracción se oponía la
corriente vandorista: Adolfo Cavalli ( petrolero), Anteo Poccione
(en cueros), Miguel Gazzera( fideero), Rogelio Corea (
construcción) y Nestor Carrasco (frigorífico
nacional).
La división del peronismo era un hecho.
Alonsistas y vandoristas compitieron para ganarse el apoyo de las
"62", pero sus fricciones se trasladaron también al campo
político. Este conflicto tendría más arde
graves derivaciones, al ser asesinados, primero Vandor y luego
Alonzo.
A fin de fortalecer sus posiciones frente al
sector alonsista, el sector vandorista del peronismo
decidió propiciar una apertura hacia los independientes y
el MUCS. La inclusión de estos sectores fue para que los
apoyaran en los diferentes actos y motines.
La pugna en el ceno del peronismo, entre el sector
alonsista y vandorista, engendró una crisis en la CGT. Por
eso el consejo directivo, resuelve separar a Alonzo, argumentando
que las actitudes y conductas de este compañero no
condicen con los aspectos orgánicos que dice
defender.
Para mediar en el conflicto interno, Perón
envía a su tercer esposa, Isabel Martinez de Perón
quien apoya a José Alonzo y reúne a sus seguidores
en las "62" de pie junto a Perón. Por su parte Vandor,
para hacerse fuerte en la CGT, acepta reunirse con los
independientes y el MUCS. También van la UOM, Luz u
Fuerza, SUPE, SUPA, Carne, Obras Sanitarias, Unión
Ferroviaria, Transporte, Químicos.
Esta gestión estuvo a punto de ser
empañada por el pleito interno de la Unión Obrera
Metalúrgica: el 13 de Mayo, en una confitería de
Avellaneda se produce un tiroteo entre dos fracciones de esa
unidad, y muere el dirigente Rosendo García. Insistentes
versiones señalan a Vandor como el asesino.
Se convoca a continuación el Comité
Central Confederal de la CGT, que el 19 de mayo de 1966 elige una
dirección provisional con un mandato de 90 días. En
ella participan representantes de las "62", los independientes y
el MUCS, no participó las "62" de "Pie". El vigor que esta
fugaz unidad otorgó las luchas obreras pudo advertirse en
la magnitud lograda por le paro general del 7 de junio de 1966,
resuelto como protesta ante el voto presidencial a reforma a la
ley 11.729 de despidos, aprobada por el
congreso.
Pero el centro de la atención de los
dirigentes peronistas no se encontraba en lucha de los
trabajadores para mejorar sus condiciones de vida y de trabajo,
sino e los contactos con los generales que preparaban el golpe de
Estado para derrocar al gobierno Radical. Ya el 18 de marzo de
1966, Vandor, Prado. Taccone. Izzeta, Cavalli y otros dirigentes
peronistas se reunieron en una amistosa cena con los generales
Lanusse y levington, según informó un diario.
Resultaban inocultable las simpatías de esos dirigentes
por el general Onganía, quien había sido destituido
de la jefatura del ejército.
El 28 de junio de 1966 se produce el golpe de
Estado militar, encabezado por el general Juan Carlos
Onganía, quien se hace nombrar presidente de la
nación. Las jerarquías sindicales peronistas
expresaban su beneplácito
Podríamos decir que en poco más de un
siglo ( 1850 – 1966 ), el trabajador ha podido, a
través de la importante acción de los sindicatos,
lograr condiciones que le sean favorables. Tales
como:
- Jornadas de no más de 8 horas
diarias. - Salarios justos
- Condiciones de trabajo dignas
- Libertad de huelgas que manifiesten su
descontento - Protección ante sus
jefes - Exigencia del cumplimiento de las leyes que
establecían. Por ejemplo: vacaciones pagas,
protección contra despidos arbitrarios y
restricción de los monopolios. - Se crearon tribunales de
trabajo - Se implementó el sistema de
jubilaciones - Creación y respeto de sus
derechos
27. Citas textuales y
Referencias
1) F.T.R.A.: La Federación fue conocida por
varias denominaciones. Sigo a Oddone al referirme a ella como
FTRA.
2) Sólo en 1891 abandonaron la Argentina
81.932 inmigrantes para estadísticas relativas a la inmigración. Véase República
Argentina 3er. Censo Nacional Buenos Aires, Rosso y Cía,
en 1917 volumen 10,
página 399.
3) La información sobre Justo se basa en
Dardo Cúneo: Juan B. Justo, Buenos Aires, Alpe 1956.
páginas 15 – 50 Juan B. Justo: La realización
del Socialismo, Buenos Aires, La Vanguardia,
1947, páginas 29 – 31.
4) Antonio Pellecer Paraire: análisis de la cuestión de la vida.
Barcelona P. Cuesta, Diego Abad de Santillana: La Fora. Buenos
Aires Nervio, 1933 página 63.
5) El "Comunismo Anarquista" se refiere a una forma
comunitaria de anarquismo y no a la combinación
filosófica del anarquismo y el comunismo. Diego Abad de
Santillana, La Fora, páginas 125 –
130.
6) La protesta 3 al 8 de Mayo de 1909 y el
19/9/1909. La Nación 2 al 8 de Mayo, 1909; Martín
S. Casaretto: Movimiento obrero volumen 1 páginas 90
– 93.
7) James Bryce. South América, Nueva York,
Macmillan, 1913, página 343.
8) República Argentina, Departamento
Nacional del Trabajo: boletín número 8, 31 de Marzo
de 1909 páginas 16 – 30.
9) Para un análisis completo de esta ley
véase Ingenieros: Sociología argentina: páginas 243
– 271. José Luis Romero: Las ideas políticas
páginas 200 –204. Rubén Iscaro: Origen y
desarrollo del movimiento sindical argentino, Buenos Aires,
Anteo, 1958, páginas 68 – 69.
10) Jacinto Oddone: Socialismo volumen 2
página 380.
11) Para versiones sobre este período
véase Abad de Santillana: La Fora página 212, La
Nación, mayo – junio de 1910.
12) Samuel L. Baily: Movimiento obrero Nacionalismo
y política en la Argentina, ver cuadro página
41.
13) S. Marotta, Movimiento sindical volumen 2,
página 182, L. B. Cerrutti Costa: El Sindicalismo, las
masas y el poder, Buenos Aires, Trafac, 1957 página 94. J.
V. Chiti y F. Agnelli: La Fraternidad, Buenos Aires 1937,
página 371. Las cifras de estos autores son exageradas,
fueron reducidas en un 25%.
14) Sebastián Marotta: Movimiento Sindical
volumen 2 páginas 257 – 259.
15) El empleo del
término "sectores medios"; según John J. Jonson,
para designar a los grupos que abarca desde el empleado
público de cuello blanco y poco sueldo, con
educación limitada y casi siempre sin útiles
vinculaciones de familia, hasta
los adinerados propietarios de empresas comerciales o industrias,
los profesionales educados, maestros, burócratas oficiales
de alto nivel, por lo común procedentes de viejas
familias. Ver J.J. Jonson versión castellana, "La
transformación política de América Latina:
surgimiento de los sectores medios de Buenos Aires, Hachette de
más autores ver página 44.
16) Gabriel del Mazo: El pensamiento escrito de
Yrigoyen, Buenos Aires, Raigal, 1945 página
110.
17) Gabriel del Mazo: El Radicalismo, Buenos Aires
1957 volumen 1 página 209; A. Palacios: Derecho,
páginas 194 – 203. Para un análisis
pormenorizado de la huelga de los marítimos ver
República Argentina, Departamento Nacional de Trabajo
boletín número 37 ( marzo 1918 ).
18) Esta descripción se basa en los
siguientes libros,
representativos de diferentes puntos de vista. J. Oddone:
Gremialismo páginas 286 – 295, que representa la
posición socialista. S. Martota: Movimiento sindical
volumen 2 páginas 241 – 248, los sindicalistas. R
Iscaro: Movimiento sindical, páginas 105 – 107, los
comunistas. C. Ibarguren: La historia que he vivido, Buenos
Aires, Peuser, 1955 páginas 341 – 344, los
conservadores.
19) Alfredo Palacios: Derecho, páginas 35 –
194 – 200. Manuel Ugarte: EL porvenir de América
Latina , Buenos Aires, Indoamérica, 1953 páginas
44, 112 – 118. Marotta: Movimiento sindical volumen 2
páginas 188 – 192.
20) Véase Unión sindical Argentina:
Carta orgánica Buenos aires, La Internacional, 1921
página 2.
21) J. Oddone: Gremialismo página 311, R.
Iscaro: Movimiento sindical, página 139, M. S. Casaretto:
Movimiento obrero volumen 10 página 71.
22) Unión Ferroviaria : Memoria y
balance, 1928, Buenos Aires, La Vanguardia, 1929 página
6
23) Ver crónica de Medio Siglo,
1930
24) Jacinto Odonne: Gremialismo, páginas 328
– 330
25) Alberto Uriburu: La palabra del General
Uriburu, Buenos Aires, Roldán, 1933, páginas 21
– 25
26) Jacinto Odonne: Gremialismo página 374,
Alfredo Gallietti: La política y los partidos, Buenos
Aires, Fondo de Cultura
Económica, 1961 página 94.
27) La Fraternidad, 20 de Agosto de 1930. Es el
periódico del gremio de maquinistas y foguistas del mismo
nombre.
28) CGT, 25/1 /1934, 14/12/1934. CGT 14/12/1934. La
Fraternidad 5 /11/1933
29) Ver CGT 28/2/1934; 20/4/1934;
20/12/1935
30) CGT 10/4/1936; Cerrutti Costa: El sindicalismo
página 130.
31) Confederación General de Empleados de
Comercio, Memorias del
Concejo Administrativo al segundo Congreso Ordinario, Buenos
Aires, 1930 página 50.
32) La Fraternidad 5/11/1937
33) CGT 31/12/1937
34) Nicolás Repetto: Mi paso por la
política de Uriburu a Perón. Buenos Aires Santiago
Rueda, 1957 páginas 150 – 153, 184 – 189, 212
– 216.
35) Los trabajadores sin sindicalizar eran
migrantes no calificados procedentes del
interior.
36) CGT 27/12/1935, 3/3/1939; República
Argentina, Departamento Nacional del Trabajo, División de
Estadísticas: Organización Sindical: Asociaciones
obreras y patronales, Buenos Aires 1941 página
6.
37) CGT: Actas del Comité Central ( 1942 )
páginas 34, 230 – 233
38) Jacinto Oddone: Gremialismo páginas 376
– 378. Ángel Perelman, uno de los primeros
dirigentes peronistas antiliberales, señala que el grupo
de Domenich era también el más nacionalista de los
dos. C. F. Ángel Perelman: Como hicimos el 17 de octubre,
Buenos Aires, Coyoacan, 1961, página 43.
39) CGT: Acta de las reuniones del Comité
Central Confederal, Buenos Aires, La Vanguardia, 1943,
página 19.
40) Jacinto Oddone: Gremialismo páginas 398
– 400
41) Entrevista con Perez Leirós, 14/6/1963
"La historia del peronismo", 11, primera plana, 24/8/1965,
páginas 42 – 45.
42) Juan Domingo Perón: EL trabajo a
través del pensamiento de Perón, Buenos Aires,
Secretario de Prensa y Difusión página
20.
43) J.D. Perón: Pensamientos página
19.
44) Perelman: Como hicimios el 17 de
octubre.
45) El término "laboristas" es para
identificar a los liberales que apoyaron a Perón, ya que
fueron los individuos que más influencia tuvieron en la
creación del Partido Laborista.
46) Alberto Belloni: Peronismo, páginas 50
– 53; Perelman: Cómo hicimos, páginas 71
– 79, Cipriano Reyes: ¿Qué es el laborismo?,
Buenos Aires, Ediciones RA, 1946, páginas 45 –
52
47) Es discutible el papel de Eva Perón en
los sucesos del 17 de octubre. Según Bailly no fue muy
importante si se compara con Luis Gay y C. Reyes. La citada no
alcanzó gran influencia en el movimiento obrero sino poco
después que Perón asumió la
presidencia.
48) Argentina Fabril, enero de 1946. Se trata de la
publicación mensual de la Unión Industrial
Argentina.
49) Entrevista a Luis Gay, 29/07/1963. Walter
Beveraggi Allende: El fracaso de Perón y el Problema
argentino, Buenos Aires, Rosso, 1956, páginas 41 –
45.
50) CGT 16/02/1947. Ver American Federation of
Labor. American Labor Looks at the World. Washington, 1947,
páginas 20 – 27.
51) CGT: Labor realizada por el Secretario
Confederal, Buenos Aires, 1947, páginas 15 –
17.
52) American Federation of Labor: World
página 21. Entrevista con Candido Gregorio, ex secretario
General del Sindicato Textil, 05/07/1963.
53) CGT: Labor realizada, página 23.
Entrevista con S. Marotta, 11/07/1963.
54) CGT: 16/02/1947; 01/11/1947
55) J. D. Perón: Habla Perón a los
ferroviarios, Buenos Aires, Subsecretraría de
Informaciones, 1951, páginas 7 –
13.
56) República Argentina: Dirección
Nacional de Estadísticas y Censo, anuario
estadístico de la República Argentina. Buenos
Aires, 1957, página 143.
57) La Fraternidad volvió a afiliarse
más tarde a la CGT, para intentar reformarla desde
adentro.
58) Fraternidad. Actas de 1946, página 249;
1948, páginas 27 – 193; 1950 página
252.
59) U.S. Commerse: Economic Review, 1951 ,
página 15
60) La Confederación General
Económica ( CGE ), representaba a los nuevos industriales
manufactureros, mientras que la Unión Industrial Argentina
representaba grupos vinculados con las industrias tradicionales
de exportación.
61) CGT 23/05/1952; 23/01/1954
62) Para diferentes versiones sobre la
relación entre Perón y la Iglesia ver: R. J.
Alexander: Perón página 127; Pablo S. Marsal:
Perón y la Iglesia, Buenos Aires, Rex, 1955; Pedro
Badanelli: Perón, La Iglesia y un cura, Buenos Aires,
Tortisson, 1960, y las entrevistas a dos dirigentes
antiliberales, Juan C. Labolaberry, 23/07/1963 y H. Salvo,
27/07/1963.
63) Robert J. Alexander: Perón,
páginas 188 – 193; CGT 22/02/1952.
64) CGT 29/02/1952; para un análisis de la
tercera posición, ver GI: Blanksten: Perón,
páginas 277 – 293, 423 – 439; J. A. Magnet:
Vecinos
65) República Argentina: Libro negro,
página 254 y siguientes; R. J. Alexander: Perón,
página 189 y siguientes.
66) República Argentina, Vicepresidencia de
la Nación, Comisión Nacional de Investigaciones,
documentación, autores y cómplices de las
irregularidades cometidas durante la segunda tiranía,
Buenos Aires, 1958, volumen 5 página 120.
67) Entrevistas con H. Salvo; 27/07/1963. La U.O.M.
Actas 25/11/1952. La Vanguardia 26/05/1954.
68) CGT 24/06/1955, La Nación, 30/06 y 02/07
de 1955. Arthur P. Whitaker, Argentine Upheavel, Nueva York,
Praeger, 1956, página 25. La Nación
16/07/1955.
69) La Nación, 25/08/1955; Clarín
25/08/1955. Los firmantes de esta declaración
incluían entre otras a gremialistas, S. Marotta,
Jesús Fernández y Roberto Testa.
70) La Nación, 08/09/1955 ; Franklin Lucero:
El precio de la
lealtad, Buenos Aires, Propulsión, 1959, página
126.
71) Bonifacio del Carril: Crónica interna de
la Revolución Libertadora, Buenos Aires, EMECÉ,
1959, página 128. Ver relato del hijo de Leonardi: Dios es
justo, Buenos Aires, Itinerarium, 1958, páginas 192
– 200
72) La división del movimiento obrero en
estos grupos se basa en información contenida en la CGT,
11/11/1955, Congreso General Extraordinario de la CGT,
26/08/1957, 05/09/1957. Empleo independientes para designar a
todos los antiperonistas, si bien el término no se
usó en este sentido hasta cierto tiempo
después.
73) La Prensa, uno de los diarios más
antiguos y prestigiosos de la Argentina, había sido
confiscado por Perón, y entregado a la CGT en
1951.
74) La mayoría de esta información
sobre el período de Leonardi proviene de la
CGT.
75) CGT 11/11/1955, el Obrero Ferroviario,
09/09/1955
76) CGT 11/09/1955, el New York Times,
14/10/1955
77) COASI, diciembre de 1955
78) Anales de Legislación Argentina, 1955,
volumen A, páginas 563 – 566
79) David C. Jordan: Argentina´s Nationality.
Movement and the political parties, 1930 – 1963. Tesis
doctoral, University of Pennsylvania, 1964, páginas 243
– 248
80) New York Times, 16/11/1955
81) Anales de Legislación Argentina, 1955,
volumen A, páginas 580 –581.
82) New York Times, 31/12/1955
83) República Argentina: Libro negro,
páginas 21 – 146. El Obrero Ferroviario, diciembre
de 1955, este periódico no podía reflejar opiniones
gremiales.
84) Anales de la Legislación Argentina 1956,
páginas 436 – 479
85) CGT, Congreso 1957, página 365 y
siguientes.
Movimiento Obrero, nacionalismo y política
en la Argentina de Samuel Bailly.
Historia del movimiento sindical de Rubén
Iscaro
El movimiento obrero de Roberto
Campbell
Enciclopedia Microsoft
Encarta 2000
Autor:
Gustavo
ggaa61[arroba]hotmail.com