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Los Sindicatos y el desarrollo en la Argentina




Enviado por ggaa61



    1.
    Introducción

    Todos los años miles y miles de personas,
    buscan la posibilidad de conseguir trabajo en fábricas,
    empresas,
    multinacionales, etc . Esta gente posee derechos laborales que los
    protegen. Los sindicatos son los encargados de que se respeten
    los mismos. Hay diferentes tipos de sindicatos que plantean
    distintas posiciones ideológicas.

    El obrero no siempre tuvo la protección de
    los sindicatos para hacer valer sus derechos. A través del
    tiempo los
    trabajadores tuvieron que realizar grandes sacrificios y combatir
    ferozmente con sectores de la sociedad que
    siempre buscaron el beneficio personal para
    hacerse más ricos a costa de los que menos tenían.
    Esos combates comienzan en la temprana edad de los esclavos,
    sigue por los oficiales, aprendices y vasallos de la Edad Media,
    continúa con los operarios de las manufacturas y culmina
    con la Revolución
    Industrial, de los obreros que trabajan en los modernos
    establecimientos fabriles.

    Debemos tener en cuenta que la acción de los
    sindicatos ha hecho que las voces de la gente más pobre y
    desamparada llegue a los oídos del gobierno y de
    gente muy poderosa. Podemos decir que más de una vez los
    sindicatos han hecho torcer los brazos más poderosos a
    favor de los que menos tienen, aunque sabemos muy bien que muchos
    sindicatos no siempre acatan a las peticiones del obrero, y
    sólo están interesados en el beneficio
    personal.

    Los sindicatos reiteradas veces participan en la
    vida política de un país, influyendo en
    varios momentos, ya que ejercen presión para que se
    promulguen determinadas leyes , o apoyan
    a algún candidato que defienda los intereses de los
    trabajadores.

    Antes de comenzar a presentar este trabajo escrito,
    creemos conveniente realizar una pequeña síntesis
    del significado de la palabra sindicato,
    para posteriormente estar ambientado de lo que vamos a
    desarrollar en esta monografía: podríamos definir al
    sindicato como una asociación formada para la defensa de
    intereses económicos, sociales y hasta políticos
    que tengan en común los trabajadores, y además para
    protegerlos de posibles abusos injustos que sufran de sus
    "patrones" ante los cuales están indefensos o con miedo de
    oponerse y en consecuencia perder sus empleos.

    A continuación trataremos de mostrar las
    funciones,
    tipos y fines de los sindicatos en la República Argentina.

    2. El Sindicalismo y
    su evolución

    Sindicalismo: Significado
    ideológico:

    Es una doctrina inspirada por George Sorel ( 1847
    – 1922 ), que propiciaba un socialismo
    sindical en contraposición al socialismo de estado.

    El Sindicalismo propone realizar la
    socialización, entregando los medios de
    producción a los sindicatos en lugar de
    nacionalizarlos.

    De esta manera se organizará una
    Confederación de Sindicatos que tendrá a su cargo
    la planificación de la economía.

    El Parlamento liberal, en que está
    reemplazada la ciudadanía en forma general, será
    sustituido por una representación de delegados sindicales.
    El Sindicalismo se opone al Estado, en nombre de la libertad
    humana.

    Sus métodos de
    lucha se oponen al parlamento y a las reformas que implican
    mejoras salariales y de condiciones de trabajo, propiciando la
    acción directa y la huelga
    revolucionaria con el fin de lograr el control sindical
    de los medios de producción. Estos conceptos acercan el
    Sindicalismo al anarquismo.

    El Sindicalismo es elitista y voluntarista en la
    medida en que propicia la acción directa y la huelga que
    desembocara en la "huelga general revolucionaria" que
    permitirá a los sindicatos tomar el control de los medios
    de producción.

    3. Síntesis de
    los
    principios
    sindicalistas

    1- La implementación de un socialismo donde
    los medios de producción estén controlados por los
    sindicatos.

    2- Organización de una Confederación de
    Sindicatos en lugar del Estado.

    3- Supresión del Parlamento liberal que debe
    ser reemplazado por la representación
    sindical.

    4- Rechazo de los partidos
    políticos.

    Significado Actual:

    Hoy el término Sindicalismo está
    referido a los sindicatos, como organización obrera,
    prescindiendo de todo contenido ideológico en el sentido
    que tuvo el movimiento
    inspirado por Sorel.

    4. Evolución histórica y
    antecedentes

    Desde los tiempos más antiguos el hombre ha
    intentado agruparse de acuerdo con sus ocupaciones y en defensa
    de sus intereses comunes. Por ejemplo, en el Egipto de 4000
    años a. C ya existían diferentes asociaciones de
    mercaderes, o febres embalsamadores, etc. También en el
    imperio romano
    las leyes protegían con privilegios especiales a los
    Colegium, uniones de trabajadores de una misma especialidad, bajo
    normas de
    conducta.

    Pero cuando realmente las asociaciones laborales
    adquirieron tal grado de organización e importancia fue en
    la Edad Media europea, en donde la vida social de los pueblos
    giraba alrededor de las mismas.

    La adhesión a los gremios medievales era tan
    aguda que se asimilaba a la esclavitud, esto
    movió a los revolucionarios franceses ( 1789 ) a decretar
    la abolición de toda forma de liberalismo.
    El resultado de esto dejó al obrero en soledad y con falta
    de apoyo frente a la parte patronal.

    El desamparo obrero llegó a fondos
    críticos cuando llegó la Revolución
    Industrial ( siglos XVIII y XIX ) que enfrentó a la clase
    obrera con las nuevas máquinas de vapor. Para solucionar
    esta injusticia surgieron agrupamientos obreros que serían
    los antepasados de los sindicatos actuales. Lamentablemente
    éstas asociaciones no eran reconocidas legalmente y fueron
    perseguidas por las autoridades, acusadas de fomentar el desorden
    y la anarquía.

    En el año 1864, Carlos Marx y
    Federico Engels impulsaron la creación de la
    Asociación Internacional de Obreros, o la Primera
    Internacional. Fueron prohibidos por leyes expresas de diferentes
    gobiernos y actuaron en la clandestinidad.

    La Primera Internacional influyó en la
    formación de sindicatos obreros en América
    Latina, especialmente en Argentina.

    El objetivo del
    movimiento obrero en las últimas décadas del S XIX
    tenía como fin principal la conquista del poder y su
    acción era guiada por el principio de la lucha de
    clases.

    Además de Francia, los
    países industrializados reconocieron el derecho de los
    obreros a formar asociaciones en un período de tiempo que
    puede situarse entre 1884 y 1930.

    La Iglesia
    Católica no estuvo ausente del movimiento obrero. En 1891,
    el Papa León XIII da a conocer las ancíclicas Rerum
    Novarum, que aprueba la
    organización obrera en tanto no estén en contra
    de la justicia y el
    bien del Estado.

    5. Los sindicatos en la
    Argentina:

    Entre 1857 y 1914, en particular durante los
    períodos prósperos de la década de 1880 y
    1900, se radican en la Argentina más de 2 millones de
    inmigrantes.

    Para 1914, eran extranjeros 3 de cada 10 individuos
    que vivían en Argentina, y la mitad de los que
    residían en Buenos
    Aires.

    El inmigrante típico era el español o
    el italiano, de 15 a 64 años. Era un agricultor o un
    trabajador especializado o semiespecializado, ocupado en una
    pequeña fábrica o taller. La mayoría se
    concentraron en las provincias del litoral, principalmente en
    Buenos Aires y Rosario.

    Una de las necesidades más imperiosas de los
    trabajadores inmigrantes, era la de formar lazos comunitarios.
    Sus primeras tentativas fueron las sociedades de
    socorro mutuo, carente de contenidos políticos y
    revolucionarios.

    En 1857 se fundaron dos sociedades para
    proporcionar a los inmigrantes españoles hospitales,
    escuelas y seguros por
    accidentes,
    enfermad y sepelio. Luego se crearon las italianas. A fines de
    siglo había en la Argentina 79 Sociedades Italianas de
    Socorros y 57 españolas.

    Algunas de estas sociedades se organizaron en
    torno a un oficio
    en particular, en lugar de la nacionalidad.

    Sus actividades se ampliaron para la defensa de los
    intereses económicos, así como el socorro
    mutuo.

    La primera de ellas, la Sociedad Tipográfica
    Bonaerense, que fue creada en 1857, luego de 21 años de
    limitada actividad sindical, los afiliados a esta sociedad
    formaron la Unión Tipográfica, para iniciar una
    política más vigorosa. La Unión fue a la
    huelga cuando no se satisfacieron por completo sus demandas de
    aumento de salarios y
    reducción de las horas de labor. El gremio perdió
    la huelga y la organización madre la disolvió por
    su ineficacia.

    Otras sociedades iniciaron actividades gremiales,
    pero ningún grupo
    resultó efectivo.

    El éxito reducido de las sociedades de
    socorros mutuos con orientación sindical, y de las
    secciones de la Primera Internacional ( dirigentes europeos de
    esta sociedad que migraron a la Argentina al ser reprimidos en
    sus países de origen ), no restó fuerza a otros
    intentos organizativos.

    El Vorwärds, fue el primer grupo organizado
    importante que difundió el socialismo. Formado en 1882 por
    refugiados obreros de Alemania. Si
    bien ésta organización ponía énfasis
    en los objetivos
    políticos, también ayudó a constituir
    sindicatos como uno de los medios para organizar la clase
    obrera.

    Además instó a los trabajadores para
    que adoptaran técnicas parlamentarias no revolucionarias
    para mejorar la situación económica. Comenzó
    una campaña para naturalizar a los inmigrantes europeos,
    con el fin de que los trabajadores ejercitaran el sufragio y
    obtuvieran el control político del Estado. Este tipo de
    programa no
    funcionó en nuestro país, debido a
    que apenas comenzaba la industrialización y era un
    país principalmente agrícola – ganadero
    gobernado por una oligarquía
    terrateniente.

    En 1880 el deterioro de la situación
    económica del país produjo una baja de los salarios
    reales, la desocupación y una serie de paros y huelgas. En
    1887 los zapateros ganaron una huelga a favor de una
    reducción de horas de trabajo. En 1888 los obreros de los
    talleres del Ferrocarril Sur fueron a la huelga para que sus
    salarios se pagasen en oro, en lugar de peso papel que
    sufría cada vez más los efectos de la
    inflación. Y en 1889, 3000 carpinteros y 6000
    albañiles consiguieron un aumento de sueldos del 20%,
    porque había escasez de mano de obra en ambos
    edificios.

    En 1889 el Vowärds convocó a las
    organizaciones
    obreras de Buenos Aires para constituir el Comité
    Internacional Obrero, que señalaba la necesidad de
    peticionar al congreso Nacional que aprobase una
    legislación laboral
    favorable.

    En 1890 al caer el presidente Juárez Celman,
    el comité consiguió organizar la primera
    federación sindical argentina, la Federación de
    Trabajadores de la República Argentina ( FTRA
    ).1

    El 1ero de Mayo en nuestro país diferentes
    comisiones para lograr que el obrero trabaje 8 horas diarias.
    Esta petición tiene antecedentes en Chicago, EE.UU., donde
    el 1ero de Mayo de 1886 un grupo de trabajadores fue brutalmente
    reprimido por la policía por presenciar una
    manifestación en la que pretendían lo mismo que los
    trabajadores argentinos. su fin era:

    • Crear una reunión el primer día de
      Mayo
    • Formar una organización de
      obreros
    • Confeccionar un informe para
      proteger a la clase obrera
    • Elevar este informe al Congreso de la
      Nación solicitando la sanción de leyes
      proteccionista para los obreros.

    Buenos Aires fue la principal ciudad donde se
    realizaron concentraciones. La petición se firmó
    por más de 7400 trabajadores e integrantes de los
    sindicatos. Se presentó al Congreso Nacional el primero de
    Agosto de 1890, este nunca la admitió, al otro año
    se remitió el archivo. Los
    patricios de la generación del 80 no asumieron los
    problemas del
    pueblo trabajador, pensaron que la Constitución de 1853 no influía en
    los trabajadores considerados de segunda clase.

    El FTRA si bien acogió a los socialistas y a
    los anarquistas, poseía una evidente orientación
    socialista. En su segundo congreso de 1892 los afiliados apoyaron
    la politización de la clase obrera, la
    nacionalización de las industrias y el
    arbitraje de
    los conflictos
    laborales. En consecuencia, la mayoría anarquista se
    retiró, este gesto debilitó a la FTRA, pero fueron
    otros los factores que la llevaron a su destrucción, tales
    como: no tenía respaldo financiero apropiado, y debido a
    la crisis
    económica aumentaba la desocupación y muchos de sus
    afiliados volvieron a Europa.2

    En la misma década los socialistas hicieron
    otros intentos, pero no pudieron encuadrar a los trabajadores, y
    como su interés
    primordial era conseguir el control

    Político de la sociedad, se dedicaron a
    formar un partido político.

    Juan B. Justo fue el creador del partido Socialista
    en 1896.3

    Pese a la debilidad del movimiento socialista
    durante la década de 1889 y 1890, los anarquistas no
    lograron competir con él por la dirección de la clase obrera argentina,
    porque se hallaban divididos.

    En 1900 Pellicer Paraire publicó una serie
    de artículos titulados "Organización Obrera", donde
    señalaba la ineficiencia de las acciones
    individuales, decía: "La mayoría de los anarquistas
    se mostraban adversos a toda coordinación permanente de
    voluntades, pero la minoría dirigente dominaba por su
    organización y, para poder acabar con este gobierno de
    minorías, los trabajadores tendrían que organizar
    fuerzas superiores.4

    Este autor proponía que cada grupo local de
    trabajadores del mismo oficio, o cada unidad de fábrica
    tendría que organizar una sociedad de resistencia.
    Estas sociedades locales deben unirse en una federación de
    oficios que luchase por mejorar las condiciones
    económicas, sociales, de libertad y existencia,
    transformándose así en el núcleo de la
    sociedad anarquista futura.

    La nueva preocupación de los anarquistas por
    la organización y el bienestar económico, los
    llevó en 1901, a unirse a los socialistas en la
    fundación de la Federación Obrera Argentina ( FOA
    ).

    En 1902 se divide la FOA por problemas de
    representación de sus delegados y al final se retira las
    19 filiales socialistas.

    Los socialistas por un lado crean en 1903 la
    Unión General de Trabajadores ( UGT ).

    Los anarquistas que quedaron en la FOA,
    constituyeron la fracción más poderosa,
    utilizándola para difundir sus ideas, su nombre
    cambió por el de Federación Obrera Regional
    Argentina ( FORA ), en 1905 eliminaría a todos los que no
    fueren anarquistas, de la federación. 5

    La huelga general revolucionaria fue el método
    más importante empleado por los anarquistas para derrocar
    al Gobierno y conquistar beneficios para los obreros. En mayo de
    1904 entre 20.000 y 30.000 trabajadores de Buenos Aires fueron a
    la huelga para protestar contra los asesinatos policiales. La
    huelga terminó cuando el Gobierno accedió a muchas
    demandas de los obreros. 6

    Otra técnica importante introducida por los
    anarquistas fue la propaganda de
    acción, creían que los actos individuales de
    terrorismo se
    justificaban cuando fracasaba la acción
    conjunta.

    El 11 de mayo d 1905 un anarquista trató de
    asesinar al presidente Manuel Quintana.

    El 14 de Noviembre de 1909 otro anarquista
    mató al Coronel Falcón y hubo muchos otros actos de
    violencia y
    terror.

    Esto llevó a la policía a allanar
    sedes sindicales, a utilizar informantes en los gremios, a
    detener obreros en gran escala y a
    prohibir la publicación de periódicos
    gremiales.

    La participación en una huelga lo
    convertía al obrero en un extranjero indeseable, en
    agitador profesional o en elemento subversivo, a los cuales los
    deportaba o los encarcelaba, aplicando la Ley de Residencia
    o la Ley de Defensa Social.

    James Bryce, quien visitó a la Argentina
    para esa época, comentó lo siguiente para esta
    situación paradójica: "Nuestro tiempo ha
    presenciado demasiados incidentes raros como para sorprenderse de
    que se realicen actos de violencia en un país donde, si
    bien existe un despliegue ostentoso de riquezas, el trabajo es
    más abundante y los salarios son más elevados que
    en cualquier otro país del mundo. Tales actos no se
    dirigen contra la opresión, ni a las condiciones
    industriales, sino contra el propio Gobierno". 7

    Por la misma naturaleza dual
    de los anarquistas, o sea una acción militante contra el
    Gobierno, también trataban de mejorar la situación
    económica del obrero, en lo social y en lo
    económico, pudieron dirigir por tiempo más eficaz
    el movimiento obrero organizado que los
    socialistas.

    Entre 1904 y 1909 los salarios de los obreros
    especializados y semiespecializados aumentaron con mayor rapidez
    que el costo de vida, la
    jornada laboral promedio de dichos grupos se redujo
    en una o dos horas y se rebajaron los alquileres en ciertos
    barrios de Buenos Aires.8 En su mayoría la
    Oligarquía terrateniente conservadora se mantuvo en el
    poder desde 1880 a 1916, manifestó poca compresión
    o simpatía por el movimiento obrero naciente. Pocos
    individuos como Carlos Pelegrini, Joaquín Gonzales, Roque
    Saenz Peña, reconocieron la necesidad de ayudar a la clase
    obrera.

    En 1904 el ministro del interior J. V.
    Gonzáles, uno de los miembros más progresistas de
    la oligarquía, el Congreso un proyecto de Ley
    Nacional del Trabajo que establecía la jornada de 8 horas,
    reglamentación del trabajo nocturno, el descanso
    dominical, el seguro por
    accidente, la reglamentación del trabajo femenino y la
    prohibición del trabajo a los menores. Al mismo tiempo el
    proyecto disponía de una reglamentación oficial
    para las actividades sindicales.9

    Tanto los empresarios como los sindicatos se
    opusieron. Los patrones pensaron que se otorgaban concesiones
    inauditas e innecesarias, y los sindicatos creyeron que
    pondrían fin a su independencia.

    Este proyecto que de haberse sancionado en ley,
    hubiese constituido un paso adelante en las relaciones entre el
    movimiento obrero y el
    Estado.

    En 1907 el Congreso creó el Departamento de
    Trabajo, invitó a la FORA y a la UGT a participar de un
    tribunal que resolvería los conflictos entre patrones y
    obreros, pero ambas federaciones gremiales se negaron a apoyar al
    Gobierno. 10

    El fracaso de estos y otros esfuerzos a cargo de
    los elementos más progresistas de la oligarquía por
    establecer canales eficaces de comunicación entre los patrones, el
    Gobierno y el movimiento obrero, se debía a que ninguna
    quería hacer concesiones y como resultado fue la
    supresión directa del movimiento obrero en
    1910.

    6. Segunda etapa del
    Sindicalismo en la Argentina ( 1915 – 1930

    )

    En 1909 para intentar la unidad del movimiento
    obrero, los sindicalistas y los gremios autónomos,
    constituyeron un nuevo organismo: la Confederación Obrera
    de la República Argentina ( CORA ) y en 1915 la
    disolvieron para plegarse a la FORA.11

    En 1915 la FORA se divide en el Noveno Congreso
    pasando a llamarse FORA IX, el mismo repudió a los
    anarquistas comunistas, los cuales se concentraron en la FORA V,
    por que en este congreso ( 1905 ) la Federación
    había adoptado ésta filosofía
    política.

    La FORA IX sindicalista y apolítica, que
    controló el movimiento obrero desde 1915 hasta 1922, fue
    la central gremial independiente de mayor eficacia en la
    historia del
    país. Mientras se recuperaba de los sucesos de 1910 y la
    división de 1915, creció de 51 filiales a 734 con
    unos 70.000 afiliados. El número anual de huelgas se
    quintuplicó , y el número de huelguistas
    pasó de 12.000 a 300.000. Pero resultó mucho
    más importante para el trabajador el hecho de que los
    salarios aumentaron como consecuencia de dicha actividad,
    además de la prosperidad acarreada por la 1er. Guerra
    Mundial.12

    En esta etapa lo más importante fue el
    cambio de la
    composición de la clase obrera. La FORA contó con
    el apoyo de artesanos inmigrantes de Italia y España,
    que trabajaban en estrecho contacto con sus patrones, y sus
    filiales fueron de oficio: zapateros, panaderos, carpinteros y
    albañiles.

    La década de 1920, se componía
    primordialmente de trabajadores del transporte,
    que vivían a lo largo y a lo ancho del país. Este
    gremio creció rápidamente debido al gran desarrollo
    de la industria
    ferroviaria y marítima, para 1920 los trabajadores del
    transporte representaban más de la mitad de los obreros
    sindicalizados del país.13

    Un tercer cambio en la clase obrera fue le
    desarrollo de un grupo reducido llamado "cuellos blancos" y
    empleados públicos . Durante este período se
    organizaron los bancarios, los periodistas, los trabajadores del
    telégrafo, los empleados de correo en la Capital
    Federal, los maestros de Mendoza y los empleados de comercio en
    Rosario.14

    Los dirigentes de los gremios ferroviarios y
    marítimos que representaban a hombres de todo el
    país y que trabajaban cada vez en situación
    más impersonal, comenzaron a entender que el Gobierno
    local ya no podía resolver sus problemas fundamentales.
    Las huelgas locales tenían cada vez menos eficacia, y el
    sindicato local nada podía hacer para evitarla discriminación regional de los salarios, el
    costo elevado de vida, la especulación y el desempleo. Estos
    dirigente sindicales comprendieron que sus problemas eran
    problemas nacionales, y se dieron cuenta gradualmente de la
    necesidad de adquirir influencia a nivel
    nacional.

    También la sindicalización de algunos
    trabajadores de cuello blanco y empleados públicos
    infundió actitudes
    nuevas e importantes en el movimiento obrero. Los bancarios, los
    maestros y los empleados de correo, no eran revolucionarios,
    querían reformar el sistema
    capitalista argentino, pero no destruirlo, y por lo tanto
    buscaban tener influencia dentro del aparato
    gubernativo.

    7. Organización
    de los sindicatos

    El gobierno de Yrigoyen:

    Con la elección de Yrigoyen en 1916, el
    Gobierno cambió su actitud hacia
    el movimiento obrero organizado, los sectores medios
    "conquistaron una influencia decisiva en la dirección del
    país".15

    La política laboral del presidente reflejaba
    este hecho: comprendió las necesidades y aspiraciones de
    los obreros porque los consideraba un elemento legítimo de
    la sociedad, pero dicha comprensión tenía sus
    límites. Entre 1916 y 1919, el Estado apoyó muchas
    demandas del movimiento obrero pero, a partir de 1919, a medida
    que declinaba la prosperidad y se difundía en los sectores
    medios, el temor de la revolución social, comenzaron a
    restringirse las actividades sindicales.

    Yrigoyen insistía en que el Gobierno debe
    ser imparcial. Debe actuar, debe poner fin a los "privilegios y
    fueros que puedan desvirtuar el principio básico de la
    unidad nacional". "Debe amparar a todas las clases y cuidar los
    intereses, buscando en le bienestar común la seguridad de cada
    uno"…16

    También protegió los derechos de
    sindicalización y de huelga del movimiento obrero y
    comprometió al Estado en las disputas entre el capital y
    el trabajo, para asegurar la justicia de ambas
    partes.

    Como resultado de esto las organizaciones
    sindicales, durante los 3 años de su presidencia, pudieron
    abarcar nuevas industrias, nuevas zonas geográficas, que
    hasta la fecha sólo se hallaban parcialmente
    sindicalizadas, por ejemplo: Los obreros de los
    frigoríficos de Berisso, los trabajadores textiles y
    metalúrgicos de Buenos Aires, los azucareros del norte,
    etc.

    Además el Gobierno intervino en la
    importante huelga marítima de 1916, la huelga ferroviaria
    de 1917, para proteger los intereses de los obreros, así
    como los de los patrones y del país en su
    conjunto.

    Si bien varios representantes de la industria y el
    comercio, solicitaron al presidente la intervención de la
    marina para poner fin a la huelga, el mismo no les
    respondió, en cambio dijo: "Entiendan señores, que
    los privilegios han concluido en el país y que de hoy en
    más, las fuerzas armadas de la Nación, no se
    moverán sino en defensa del honor o de su integridad"
    17

    El fracaso de institucionalizar los derechos del
    movimiento obrero, implicaba que los trabajadores sólo se
    verían protegidos cuando era presidente un hombre que
    comprendía la causa, el movimiento obrero lamentaba que el
    Gobierno no se esforzara por aprobar la legislación
    laboral protectora de sus intereses por un lado, y por otro no
    derogó la Ley de Residencia o Ley de Defensa
    Social.

    Los sucesos de la Semana Trágica, del 7 al
    14 de Enero d 1919, ejemplificaron tanto el temor oficial como el
    grado del apoyo gubernativo al movimiento obrero
    organizado.

    8. Sucesos de la Semana
    Trágica
    :18

    El 2 de diciembre d 1918, la mayoría de los
    2500 trabajadores de los talleres metalúrgicos Vasena, en
    Buenos Aires, fueron a la huelga como protesta frente al despido
    de varios de sus compañeros, por realizar actividades
    sindicales. Como no obtuvieron resultado decidieron iniciar otra
    huelga más prolongada y ampliar sus demandas: a) Exigieron
    8 horas de trabajo, b) un aumento en sus salarios del 20% c) la
    reincorporación de sus compañeros.

    La huelga siguió sin incidentes hasta el 7
    de enero de 1919, cuando los huelguistas chocaron con los
    "rompehuelgas" llamados por la
    empresa.

    La policía intervino para sofocar los
    conflictos, el resultado, un trabajador muerto y muchos heridos.
    A medida que continuaba la huelga, otros sindicatos apoyaron a
    los metalúrgicos y la FORA IX, se hizo cargo de la
    situación.

    Cuando los trabajadores intentaron dar sepelio al
    compañero muerto, se desencadenó otro combate con
    la policía, que provocó mas muertos y
    heridos.

    La FORA IX declaró una huelga general y el
    jefe de policía de Buenos Aires fue reemplazado por el
    ministro de guerra.

    El 10 de enero, el conflicto
    adquirió aspectos más serios. Un grupo de obreros
    pretendió atacar el Correo Central y la Jefatura de
    Policía. Organizaciones privadas como la Liga
    Patriótica y la Asociación del Trabajo,
    representaban ambos a los intereses empresariales conservadores,
    se unieron a la policía y al ejército para contener
    las manifestaciones.

    Los dirigentes de la FORA IX , decidieron poner fin
    al conflicto, negando su responsabilidad por estos ataques y presentaron al
    Gobierno sus exigencias para llegar a un acuerdo. Se reunieron
    con el presidente y sus funcionarios. Se concedió al
    gremio las mejoras de salarios y horas de trabajo solicitadas,
    aunque no liberó a los presos.

    El 12 de enero cuando el conflicto parecía
    solucionado, la policía apoyada por la Liga
    Patriótica y la Asociación del Trabajo,
    incursionó por los barrios de Buenos Aires, alegando una
    conspiración para derrocar al Gobierno. El resultado fue
    la muerte,
    lesiones y cárcel para cientos de personas en especial
    judíos y anarquistas.

    Con estos sucesos los metalúrgicos de
    Vassenna se negaron a volver al trabajo, hasta que todos los
    obreros fueran puestos en libertad. Los mismos fueron llamados el
    15 de enero, después de una reunión entre una
    delegación sindical con Yrigoyen y sus
    funcionarios.

    La actitud y política laboral de Yrigoyen
    eran ambivalentes, como reflejo del respaldo que su
    régimen encontraba en los sectores medios. Sin embargo,
    sus acciones durante la Semana Trágica y otras crisis
    similares, por severas e injustas que le parecieran a muchos, no
    podía ocultar el hecho de que el Estado consideraba al
    movimiento obrero organizado, como un elemento vital e
    incomprendido por la sociedad, con derechos a idénticas
    consideraciones, protección y respeto de
    acuerdo a la ley.

    Las ideas de muchos socialistas como Justo, Ugarte,
    Palacio, fueron tan importantes para el desarrollo del nacionalismo
    en el movimiento obrero, como lo fue la política de
    cooperación con el Estado que había sido implantada
    por la FORA IX.19

    Con la elección de Alvear en 1922, y sus
    ideas más conservadoras, indicaron que el movimiento
    obrero iba a recibir menos protección del Gobierno que
    antes.

    Si bien el movimiento obrero organizado
    alcanzó cierto apogeo en 1920, se fragmentó
    después. La FORA IX se disolvió en 1922, siendo
    reemplazada por la Unión Sindical Argentina ( USA
    ).

    Los gremios ferroviarios controlados por los
    socialistas se retiraron de inmediato, y los sindicalistas
    apoyados por los comunistas, quedaron al frente de la nueva
    federación.

    Los dirigentes de la USA interpretaban el
    gremialismo apolítico, a diferencia de la FORA IX, de un
    modo tal que eliminaba por completo su colaboración con el
    Gobierno.20

    La USA había calculado mal la naturaleza y
    la importancia de los cambios ocurridos en la clase obrera,
    aparte de los trabajadores del transporte se retiraron los
    municipales en 1924, porque su secretario general Francisco
    López Leirós y a la vez diputado nacional por el
    partido socialista, fue expulsado por participar en
    política.

    También se fueron los gráficos de
    Buenos Aires por desacuerdos políticos. Los comunistas por
    no haber podido controlar la USA para afiliarla a la
    Internacional de Moscú.21

    La Unión Ferroviaria surgió de la
    incorporación de la fraternidad ( que eran los foguistas y
    maquinistas ) y otros diferentes gremios que representaban a los
    trabajadores del riel, que no se ocupaban de las locomotoras de
    todo el país.

    Sus dirigentes siguieron la posición de la
    FORA IX, que era no revolucionaria y apolítica.
    Reconocieron con claridad que debían hacer sentir su
    influencia a nivel nacional, para poder actuar dentro de la
    estructura
    institucional del país y defender la Constitución
    de 1853.

    Los dirigentes de estos gremios, influenciados por
    las ideas de Manuel Ugarte, buscaron unir el nacionalismo para
    mejorar su situación económica y elaborar sus
    demandas en términos del interés nacional.
    Así por ejemplo: en 1928 uno de los ferrocarriles
    extranjeros pretendió reducir el número de
    operarios que empleaba en sus talleres para la construcción de vagones, con el pretexto de
    que no tenían mucho que hacer. Al mismo tiempo la empresa importaba
    vagones, violando un acuerdo con el gremio ( 1926 ) en el sentido
    que los fabricaría en Argentina en la medida de lo
    posible. 22

    Conquistaron la opinión pública y el
    Gobierno coincidió ampliamente, reconociendo que, en tal
    emergencia, la Unión Ferroviaria no estaba inspirada
    exclusivamente en propósitos corporativos, sino que
    encaraba una cuestión trascendental, con un amplio
    criterio de intereses generales.

    Resultó eficaz la unión del
    nacionalismo para proteger los empleos de los afiliados al
    gremio, llegaron al país los vagones que se habían
    encargado en el extranjero, pero la empresa también
    accedió a construir un mínimo de dos vagones por
    mes en sus propios talleres.

    En 1926 la Unión ferroviaria, la Fraternidad
    y los trabajadores municipales se unieron para formar la
    Confederación Obrera Argentina ( COA ) de
    orientación socialista. Fue las más importante
    entre 1926 y 1930 con cerca de 70.000 afiliados.

    9. La década del
    30

    El 27 de abril de 1930 por disposición del
    presidente Hipólito Yrigoyen, se estableció la
    celebración del 1ero. de mayo como Fiesta del Trabajo en
    todo el territorio de la Nación. Para los dirigentes de la
    época, la fecha había tenido un significado de
    lucha y protesta.23

    El mes de septiembre de 1930 fue un mes importante
    para el movimiento obrero organizado de la República
    Argentina, porque tuvo un cambio fundamental de Gobierno ( el 5
    de Septiembre el General Uriburu derroco a Yrigoyen e
    inauguró un período de 13 años de gobiernos
    militares ) y porque la mayoría de las fracciones
    sindicales se unieron en una sola
    confederación.

    Pocas semanas mas tarde, el 27 de septiembre, los
    integrantes de la COA controlada por los socialistas, la USA
    controlada por los sindicalistas y un grupo de sindicatos
    autónomos, se formaron para establecer la
    organización que desde entonces ha dominado al movimiento
    obrero argentino, la Confederación General del Trabajo (
    CGT ).

    El acuerdo escrito que unificó a dichos
    grupos, estableció que la CGT sería gobernada por
    un congreso nacional anual de delegados nombrados por
    elección, y por un comité ejecutivo, hasta que
    pudieran redactarse y aprobarse los estatutos formales, la CGT
    sería gobernada por un Comité Nacional Sindical
    provisorio, compuesto por 15 miembros de la COA, 15 de la USA y
    10 de los sindicatos autónomos.

    La función básica del Comité
    Nacional Sindical consistió en redactar los estatutos, y
    en convocar a una asamblea constituyente para dar carácter
    oficial a la organización. 24

    Para conservar la unidad gremial, los dirigentes de
    la CGT insistieron en que ésta fuera independiente de
    todos los partidos políticos y grupos
    ideológicos.

    Muchos dirigentes sindicales mostraron
    preocupación por las ideas antidemocráticas y
    antiliberales de Uriburu ya que éste expresó
    simpatía fascista.25

    Si bien muchos grupos democráticos en la
    Argentina aceptaron el nuevo régimen, y la Corte Suprema
    la había otorgado a la CGT reconocimiento legal, , los
    dirigentes después de entrevistarse con un representante
    de Uriburu, dieron a publicar una declaración que esbozaba
    lo que consideraban una postura neutral.

    "La Confederación General del Trabajo,
    órgano representativo de las fuerzas obreras sanas del
    país, está convencida de la obra de
    renovación administrativa del Gobierno provisional y
    dispuesta a apoyarla… también está convencida
    esta confederación de que el Gobierno provisional no
    mantiene en vigencia la Ley Marcial, sino para asegurar la
    tranquilidad pública"26

    Los dirigentes sindicales se daban cuenta de la
    importancia de un Gobierno favorable a sus intereses, y a cambio
    de apoyar a Uriburu deseaban el mismo tipo de relación que
    habían tenido con Yrigoyen.

    Pero el movimiento obrero vio frustradas sus
    aspiraciones cuando el Gobierno dio a conocer un programa que
    abrogaba las garantías constitucionales de muchos
    ciudadanos, y que otorgaba privilegios a otros grupos
    especiales.

    El general Uriburu denunció la Ley de
    Salarios Mínimos, dificultó las reuniones
    sindicales, estableció un sistema de espías en los
    gremios, aplastó huelgas mediante la acción
    policial y no se preocupó por hacer cumplir la
    legislación laboral existente.27

    Los dirigentes de la CGT protestaron con
    energía la violación de los derechos legales y
    constitucionales, y subrayaron que deseaban disfrutar de los
    mismos derechos que todos los ciudadanos. Por ejemplo: de esta
    injusticia señalaron que el Gobierno había creado
    una Comisión Nacional de Desempleo, integrado por 10
    miembros, la cual contaba con un solo representante de la
    CGT.28

    Otra violación del principio legal de
    igualdad de
    protección lo constituía la negativa oficial a
    restringirlas actividades de grupos armados particulares, como la
    "Legión Cívica", que atacaban a obreros, actuaban
    como rompe huelgas, a veces asesinaban con
    impunidad.

    Para complicar la situación, la gran
    desocupación y la estabilización de los salarios
    reales presionaron de modo particular a los dirigentes de la CGT.
    Los dirigentes sindicales querían saber cómo
    podía funcionar la CGT, dentro de los límites de su
    programa apolítico, para modificar la actitud de un
    régimen hostil y para proteger sus derechos
    legales.

    El dilema produjo un serio conflicto dentro de la
    CGT, porque los sindicalistas de la anterior USA y los
    socialistas de la ex COA proponían soluciones
    diferentes a la cuestión. Los sindicalistas propiciaban la
    continuación de programa de gremialismo apolítico,
    para concentrarse en problemas económicos
    específicos. Los socialistas querían abolir el
    gremialismo apolítico para que la CGT se identificara
    activamente con los grupos políticos que se oponían
    a la oligarquía, el fascismo y el
    Gobierno, defendían lo que consideraban amenazas a un
    Estado democrático.

    La lucha ocurrió dentro del Comité
    Nacional Sindical provisorio de la CGT, porque los sindicalistas
    ( que habían conseguido controlar la organización )
    nunca llegaron a convocar a un Congreso Nacional. A medida que se
    desarrolló la disputa, los socialistas creyeron que la
    oligarquía y el capital extranjero se habían unido
    con el fascismo internacional para privar a los trabajadores de
    sus derechos constitucionales, y que los sindicalistas al
    conservar su neutralidad política estaban brindando apoyo
    tácito a la coalición "pro fascista y
    antiobrera".

    Hacia fines de 1933, el programa apolítico
    de los sindicalistas contaba con el apoyo de la mayoría
    del Comité Nacional Sindical, pero no pudieron conseguir
    la adhesión de los gremios grandes controlados por los
    socialistas, tales como los ferroviarios, empleados de comercio,
    municipales y gráficos.29

    La lucha continuó intensificándose
    hasta el 12 de diciembre de 1935 cuando los dirigentes
    socialistas de la Unión Ferroviaria, La Fraternidad, la
    Confederación General de Empleados de Comercio, la Unidad
    Tranviaria, la Unión Obrera Municipal y la
    Asociación de Trabajadores del Estado que representaban
    una importante mayoría en el movimiento obrero, se
    constituyeron en un nuevo comité ejecutivo de la
    CGT.

    El nuevo cuerpo explicó que se había
    hecho cargo de la situación porque el anterior
    comité ejecutivo había contrariado la voluntad de
    la mayoría de los afiliados a la CGT. Pocos meses
    más tarde, convocó a un congreso constituyente que
    establecía formalmente a la federación bajo la
    dirección de un Comité Central y un congreso
    nacional anual.

    El triunfo de la rebelión socialista de 1935
    se debió a que las ideas de los nuevos dirigentes eran
    más adecuadas a la situación política de la
    década del 30.

    El programa de gremialismo apolítico y
    cooperación con el Gobierno estuvo bien con Yrigoyen y los
    radicales. Sin embargo, los gobiernos de Uriburu y Justo, que
    representaban a diferentes grupos de la sociedad, se mostraron
    hostiles al Sindicalismo.

    Los nuevos dirigentes socialistas de la CGT, que
    creen que los intereses de los trabajadores y del Estado
    democrático se hallaban amenazados por la alianza del
    fascismo internacional con los intereses conservadores y
    antidemocráticos de la Argentina, empezaron un
    nacionalismo liberal popular.

    En el Congreso Constituyente de la CGT de 1936, sus
    dirigentes reafirmaron la independencia absoluta frente a todos
    los partidos políticos y grupos ideológicos, pero
    al mismo tiempo señalaron que la CGT "intervendrá
    constantemente en todos los problemas nacionales que afecten a
    los trabajadores".30

    En forma dramática la CGT hizo
    públicas las consecuencias de su nuevo nacionalismo
    liberal al conmemorar el 1º de mayo de 1936, junto a todos
    los elementos democráticos de las sociedades organizadas.
    En el acto hablaron José Doménech por la CGT,
    Arturo Frondizi por la Unión Cívica Radical,
    Lisandro de la Torre por el partido Demócrata Progresista
    y Mario Bravo por el partido Socialista.

    El tema de todos los discursos fue
    la defensa de la democracia
    argentina contra la creciente amenaza del
    fascismo.

    Los empleados de comercio expresaron con un
    lenguaje
    más directo. EL acto del 1º de mayo, evidenció
    la independencia política de la CGT, pero sin enajenarla
    de las fuerzas que respaldaban propuestas concretas y comunes
    para la defensa de la democracia.31

    Los dirigentes gremiales, amenazados por las
    actividades antihuelguistas del Gobierno, exigían el
    reconocimiento del trabajador como un integrante igual de la
    sociedad con derechos a respeto y protección plena bajo la
    ley.

    El autor de un artículo publicado en La
    Fraternidad, sostenía que los Unos eran enemigos de la
    policía o del Estado. Pero subraya que la policía y
    el Gobierno deben reconocer que las huelgas no se dirigían
    necesariamente en su contra y también que no eran
    ideológicas: las huelgas constituían una simple
    tentativa de obtener beneficios
    económicos.32

    Sin embargo, se continuaron sucediendo actos que el
    movimiento obrero consideraba arbitrarios e inconstitucionales.
    Como consecuencia de una huelga de albañiles, el Gobierno
    arrestó y deportó a cinco dirigentes gremiales de
    acuerdo con lo prescripto en la Ley de
    Residencia.33

    Mediante esta ley, los terratenientes
    querían privar a los trabajadores de su
    patria.

    En 1937 con el ascenso de Roberto M. de Ortiz a la
    presidencia, conviniendo que éste parecía
    simpatizar con la aspiraciones de las clases populares, los
    sindicalistas decidieron reafirmar la necesidad de
    cooperación entre el Gobierno y los
    gremios.34

    Pese a estos deseos del presidente, las mismas
    intenciones del mismo eran anuladas por la aposición
    existente dentro de su gobierno.

    Se ignoraba la legislación laboral existente
    y seguían siendo fuertes los sentimientos
    antisindicalistas a nivel oficial.

    El nacionalismo liberal surgido del movimiento
    obrero entre 1935 y 1939, se acentuó durante los cuatro
    años siguientes porque se utilizó para nuevos
    fines. El nacionalismo de la CGT dirigida por los socialistas
    apareció como precursora para defender tanto los intereses
    obreros como las instituciones
    democráticas amenazadas del país, pero
    después de 1939 los socialistas unidos al nacionalismo
    para intentar conservar su liderazgo en
    el movimiento.

    En 1935 los socialistas tuvieron éxito al
    enfrentar a los sindicalistas por e control de la CGT, pues
    éstos no habían logrado proteger al trabajador
    frente a las hostilidades de los gobiernos de Uriburu y Justo,
    pero de 1935 en adelante no pudieron mejorar los salarios reales
    que desde 1939 declinaban en pequeñas proporciones.
    Además muchos obreros no estaban sindicalizados sobre todo
    los de las industrias.35

    Los sindicatos comunistas de reciente
    organización y los gremios sindicalistas desplazados
    disputaron a los socialistas la dirección del movimiento
    obrero.

    El aumento de la influencia comunista en el
    movimiento obrero se relacionaba muy de cerca con el aumento de
    los sindicatos por industrias, ya que tesoneros y militantes
    fueron los únicos que organizaron a estos nuevos
    trabajadores industriales.

    En 1936 después de la huelga de la
    construcción, crearon la Federación Obrera Nacional
    de la Construcción ( FONC ) que llegaría a tener
    importancia bajo el control comunista. La formación del
    FONC y su afiliación a la CGT otorgó a los
    comunistas gran influencia dentro del movimiento obrero,
    cambiando el equilibrio
    sindical de fuerzas. Cuando se reunió en 1939 el primer
    Congreso Ordinario de la CGT, la FONC tuvo 19 representantes
    sobre un total de 138.36

    Los sindicatos industriales con dirección
    comunista se unieron a los socialistas para defender las
    instituciones democráticas argentinas frente a los ataques
    de la alianza "conservadora fascista"

    El buen clima
    terminó bruscamente cuando en la Argentina para agosto de
    1939, cuando Hitler y Stalin
    firmaron un pacto de no agresión. Los comunistas y los
    socialistas se atacaron con violencia, los socialistas replicaron
    con el emblema del nacionalismo liberal para defender su propia
    posición y desacreditar a los comunistas.

    10. El Sindicalismo
    de 1940 a 1945

    En la reunión del Comité Central de
    la CGT en 1940, el secretario, el general Doménech sostuvo
    que el problema actual de la contienda europea era la
    opción entre la democracia o el fascismo, y que una
    victoria democrática favorecía mejor los intereses
    del movimiento obrero.

    Pedro Chiaranti, dirigente de la FONC ( comunista )
    manifestó entonces que el problema de la guerra era la
    rivalidad de los imperialismos, y no la opción entre la
    democracia y el fascismo. El Sindicalismo argentino
    declaró se declaró neutral.

    En realidad las diferencias entre socialistas y
    comunistas eran más que nada para lograr el poder de
    controlar el movimiento obrero.

    Los socialistas controlaban los gremios más
    fuertes y grandes como La Fraternidad, la Unión
    Ferroviaria, la Unión Tranviaria, los Empleados de
    Comercio y los Trabajadores municipales.

    Muchos de ellos eran propietarios de sedes
    gremiales, colonias de vacaciones y hospitales. Algunos gozaban
    de los beneficios jubilatorios y sociales, y otros procuraban
    obtenerlos. Los gremios no eran revolucionarios, creían
    que para proteger sus intereses era indispensable colaborar con
    el Estado, por mas que la misma se hallara temporariamente
    frustrada.

    Los comunistas representaban sindicatos más
    nuevos: Obreros de la Construcción, Textiles,
    Metalúrgicos, tenían que proteger pocas sedes
    sindicales, colonias de vacaciones, hospitales o jubilaciones.
    Tenían poco o nada que proteger y sus dirigentes
    provenían de una generación más joven y
    agresiva, que no estaban comprometidos con la cooperación
    al Estado.

    Los dirigentes socialistas de la CGT, concentraron
    sus esfuerzos en desacreditar a los comunistas.

    En agosto de 1940, la CGT convoca a un acto en el
    Luna Park para oponerse a la ocupación de Europa por
    Hitler, así como el reemplazo del enfermo Ortiz por el
    vicepresidente Castollo, de tendencia favorable al
    eje.

    La pugna socialistas – comunistas por el control
    del movimiento obrero se manifestó otra vez en la
    reunión del Comité Central de la CGT en octubre de
    1942. El Comité expulsó a un dirigente comunista de
    la construcción por haber escrito un artículo que
    criticaba a los socialistas, y también censuró el
    diario comunista "La Hora" por sus repetidos ataques a la CGT.
    37

    11. La CGT se
    divide

    La formulación del nacionalismo liberal no
    pudo oscurecer las divisiones sectarias tan marcadas dentro del
    movimiento obrero, y la lucha continua hasta que la CGT se
    dividió formalmente en dos organizaciones. Pero, en si
    misma, la división de la CGT entre comunista y socialista
    no llegó a dividir el movimiento sindical, pues los
    socialistas lo controlaban con una mayoría apreciable en
    el Comité Central.

    A su vez los socialistas se dividen: en un grupo
    estaba Doménech con la Unión Ferroviaria, otro
    Pérez Leiros de los municipales, 3ro Ángel
    Borlenghi de los empleados de comercio. Esto fue causado por
    rivalidades personales, y al resentimiento por el predominio de
    la Unión Ferroviaria en la CGT. La verdadera razón
    de esta división fue que Doménech quería
    convertir a la CGT en un partido Laborista o crear un Partido
    Laborista Independiente, para que cualquiera de ellos asumiera la
    tarea de unir a los elementos de mocráticos del
    país.

    El grupo de Leiros-Borlenghi deseaba que el PS38
    representara los intereses políticos del movimiento obrero
    y temí que el de Doménech convirtiera a la CGT en
    una organización política rival para reemplazar al
    PS. En la reunión del Comité Central de 1942
    Doménech renunció a su cargo de secretario general
    aparentemente porque el comité había permitido que
    la Federación Gráfica Bonaerense continuara en la
    CGT, aunque estaba atrasada en el pago de sus cuotas, que de
    acuerdo a los estatutos de la CGT, prohibían de modo
    específico que una filial siguiera en el Comité
    Central si no tenía sus cuotas al
    día.

    La verdadera escisión ocurrió en la
    reunión del Comité Central de marzo de 1943, cuando
    sus miembros debían elegir nuevas autoridades. Se
    presentaron dos listas: La lista N1 encabezada por
    Doménech y la lista N2 por Pérez Leiros, que
    recibió el apoyo de los comunistas y del grupo socialista
    contrario a Doménech.

    Ganó la lista N1 ajustadamente por 23 votos
    a 22. 39

    Como Doménech y Leiros pertenecían
    al PS, su comité ejecutivo intentó resolver el
    problema. Pero la división se produjo porque
    Doménech y sus seguidores eran más leales al
    movimiento obrero que al PS, en consecuencia era imposible
    arreglar el diferendo.

    Por lo tanto la CGT se dividió en dos
    fracciones hostiles de fuerzas numéricas casi
    parejas.

    La CGT N1 compuesta por los gremios cuya lealtad
    se refería al movimiento obrero, más la
    Unión Ferroviaria, Unión Tranviaria, y el sindicato
    de Cerveceros. La CGT N2, que incluía a los gremios cuya
    lealtad básica era para el PS o le comunista, la
    Fraternidad, los Empleados de Comercio, los Municipales, los
    Gráficos, los trabajadores del Estado y la FONC
    40

    En víspera de la era Perón la
    CGT se encontraba en posición ambigua. Contaba con 331.000
    afiliados, sobre un total de 547.000 obreros sindicalizados en le
    pías. Por otro lado, estaba sindicalizado menos de un
    tercio de los trabajadores de la industria y cerca de la
    décima parte de todos los empleados en relación de
    dependencia. La mayoría se encontraba en BS. AS. Y
    Rosario.

    El movimiento obrero organizado había
    elaborado un nacionalismo liberal para defender sus intereses,
    pero se hallaba dividido, y por cierto, no era un movimiento
    auténticamente representativo no
    nacional.

    12. El movimiento obrero y
    el ascenso de Perón

    Perón fue el primer dirigente importante en
    comprender el significado político potencial, a las
    aspiraciones frustradas de los trabajadores. Entre 1943 y 1946
    utilizó con habilidad las ideas y los grupos del
    movimiento obrero como base para obtener el poder
    político.

    Por un lado, socavó la influencia de los
    partidos Comunistas y Socialistas, afirmando que eran ajenos a la
    tradición argentina, y por le otro apoyó a quienes
    quería que el movimiento obrero debía constituir
    una fuerza política independiente, y estimuló el
    desarrollo del nacionalismo criollo entre los trabajadores
    migrantes del interior, cuyo número crecía
    rápidamente.

    El resultado fue que Perón conquistó
    el poder político y durante el proceso, el
    movimiento obrero logró un nuevo status en la sociedad
    argentina.

    Perón figuraba entre los coroneles y
    generales partidarios del eje, que participaron en el golpe del 4
    de junio de 1943, para derrocar a Castillo, e impedir su
    reemplazo por Patrón Costa, de tendencia pro-aliada.
    Después de varios días de luchas políticas
    entre los militares y el general P. Ramirez surgió como
    presidente provisional.

    Aunque pasajera, la reacción inicial de las
    organizaciones obreras fue favorable al Gobierno de Ramirez, pues
    cualquier gobierno debió ser mejor que el anterior. A
    mediados de julio, el Gobierno disolvió la CGT N2 porque
    era un "organismo extremista" y muchas de sus filiales con
    reservas se unieron a la CGT N1, hecho que agradó a sus
    dirigentes que durante julio y agosto continuó apoyando al
    Gobierno.

    No cuestionaron el decreto sobre asociaciones
    profesionales, que establecía, una reglamentación
    oficial para las actividades de los gremios.

    Pero, pronto fue evidente que el Gobierno de
    Ramirez era favorable al gremialismo.

    En agosto la poderosa Unión Ferroviaria y
    la fraternidad fueron intervenidas y obligadas a retirarse de la
    CGT. En consecuencia Doménech renunció al cargo. El
    comité ejecutivo de la CGT trasladó los archivos y los
    fondos de la organización a los domicilios particulares de
    varios de sus integrantes y el mobiliario a la sede de la
    Unión Tranviaria.

    Dejó de sesionar hasta que los restantes
    miembros del comité decidieran si la confederación
    debía continuar sus actividades o no.

    Dichos miembros decidieron reestructurar el
    comité central de la CGT, a pesar de la ausencia forzosa
    de los miembros del riel, y antes de tres semanas eligieron un
    nuevo Comité Ejecutivo. Los dirigentes de la CGT
    criticaron entonces el decreto de asociaciones profesionales que
    muchos habían aceptado con anterioridad. Ahora subrayaban
    que la medida legal obligaba a los trabajadores a sindicalizarse,
    discriminaba en contra de los inmigrantes, y quitaba a ciertas
    personas la libertada de agremiación.

    El Gobierno en esa época había
    comenzado una campaña ilógica contra el gremialismo
    en Tucumán, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y
    Corrientes, que permitía a los patrones la libertad de
    explotar a los obreros.

    Durante el mes de Octubre de 1943 aumentó
    la intranquilidad gremial igual que las huelgas. La respuesta
    oficial fue el arresto de docenas de dirigentes sindicales. En
    Diciembre, el Gobierno contrarió más a los
    dirigentes obreros liberales, al implantar la enseñanza
    religiosa católica en las escuelas públicas, al
    proscribir los partidos políticos y al establecer un
    rígido control sobre la prensa.

    El Coronel Perón vigilaba muy de cerca el
    desarrollo de las relaciones entre los sindicatos y el Estado.
    Comprendió que el actual Gobierno no podría
    sobrevivir exclusivamente por la fuerza como en
    1930.

    Entendió que para prolongarse en el tiempo,
    debía contar con un amplio apoyo político del
    pueblo, y se decidió a emplear al movimiento obrero como
    la base de su respaldo, así Perón forjaba
    relaciones personales con algunos dirigentes.

    El contacto ocurrió en julio de 1943, con
    Ángel Brolenghi y José Argaña,
    representantes de la fracción Pérez Leirós
    de la CGT. Aunque la CGT N2 fue intervenida pocas semanas
    más tarde, estos hombres siguieron en contacto con
    Perón.

    Al grupo le sumaron J. A. Bramuglia, abogado de la
    Unión Ferroviaria, F. P. Capozzi de la fraternidad y
    otros.

    De estas reuniones, Perón extrajo los
    deseos de los gremialistas que eran:

    La libertad de agremiación en todo el
    país.

    Un Ministerio de Trabajo eficaz.

    Un sistema de jubilaciones y previsiones
    sociales.

    El fin de la intervención oficial de los gremios
    41

    Perón deseoso de tenerlos de su lado,
    utilizó su influencia dentro del nuevo régimen para
    cumplir algunas de estas demandas.

    En la huelga de los frigoríficos en
    Septiembre de1943, triunfó gracias a Perón, y los
    obreros firmaron su convenio Colectivo de Trabajo. Además
    Perón recorrió las calles de Berisso del brazo de
    Cipriano Reyes dirigente de estos trabajadores.

    El 27 de Octubre de1943, el Gobierno de facto
    nombró a Perón Director del Departamento de Trabajo
    y Previsión Social, cargo en apariencia
    insignificante.

    En un mes consiguió aumentar la importancia
    de su puesto, convirtiéndolo en una secretaria
    independiente, cuyo titular poseía el rango
    ministerial.

    Perón si bien no terminó con la
    intervención de los gremios, cambió los inventores,
    así por ejemplo en el gremio ferroviario nombró al
    Coronel Mercante, hijo de maquinista, que tenía
    simpatía entre los dirigentes y los trabajadores y en
    Diciembre de 1943 Perón provocó la
    suspensión del decreto de Asociaciones
    Profesionales.

    Perón comprendió que los dirigentes
    gremiales deseaban la ayuda oficial para obtener un nuevo status
    en la sociedad. En su discurso
    inaugural como Secretario de Trabajo, Perón dice: …el
    Estado mantease alejado de la población trabajadora, no regularizaba las
    actividades sociales como era su deber, solo tomaba contacto…
    cuando el temor de ver turbado el orden aparente de la calle le
    obligaba a descender de la torre de marfil. Ahora el Gobierno
    debe fomentar una organización sindical, con una amor profundo
    a la patria y un respeto absoluto por la ley, y en el camino de
    la grandeza de la patria a de contar con el fervor y la
    adhesión de todos los hombres de trabajo que anhele el
    bien supremo del país.

    Los dirigentes de la CGT quedaron encantados con
    Perón, estaba indicando un papel para el movimiento
    obrero, en el que ellos apenas habían
    soñado.

    Para poder seguir con sus planteos Perón
    necesitaba obtener más poder y para ello debía
    escalar más puestos en el Gobierno, así en Febrero
    de 1944, al renunciar el general Ramirez, el general Farell lo
    reemplaza y lleva a Perón como vicepresidente en
    julio.

    Como Ministro de Trabajo, Ministro de Guerra y
    Vicepresidente era el hombre más poderoso del
    régimen.

    En unos de sus discursos Perón dice: …que
    los jefes de la revolución habían dividido al
    país en dos grupos. Unos eran los hombres que trabajaban,
    otros, los hombres que viven de quienes trabajan. Nos hemos
    colocado abiertamente al lado de los hombres que trabajan…
    42

    Estimuló y colaboró en la
    sindicalización de los obreros azucareros del norte, los
    trabajadores vitivinícolas de Mendoza, los de la madera y
    otros.

    Exigió el cumplimiento de las leyes
    existentes como lo que establecían vacaciones pagas, la
    protección contra despidos arbitrarios y la
    restricción de los monopolios. Hizo aprobar una
    legislación para crear Tribunales de Trabajo en todo el
    país, colaboró con los empleados de comercio para
    dar forma a un sistema de jubilaciones y con los ferroviarios
    mejorar la recaudación de fondos para una clínica,
    obtener aumentos de salarios y poner fin a la intervención
    oficial de los gremios.

    Una acción estratégica de
    Perón fue nombrar a individuos de los gremios para ocupar
    cargos importantes en el Gobierno por ejemplo: nombró
    interventor nacional a J. A. Bramuglio, ex abogado de la
    fraternidad.

    Perón para conquistar el apoyo
    político de los trabajadores, rechazó la influencia
    de los PS y P. Comunista, tratándolos de virus de la peor
    enfermedad de la masa obrera. 43

    Su política existió en la medida que
    ganó el apoyo de la mayoría de los trabajadores
    liberales, si bien algunos liberales se identificaron con el PS y
    se oponían al Gobierno, pero cuando surgía un
    problema específico, la CGT seguía la
    orientación de Perón, y estos dirigentes
    parecían acercarse a algunos de sus programas.

    El apoyo de la CGT a la industria nacional se vio
    favorecido al crear Perón el Banco de Crédito
    Industrial, la Secretaría de Industria y Comercio, tarifas
    protectoras para algunos artículos.

    La CGT tradicional orientada al liberalismo,
    estuvo de acuerdo con esto. Otro ejemplo del cambio de sus ideas,
    fue cuando se declaró neutral en cuanto a la
    política exterior del país.

    Para fines de 1944 la CGT y muchos de los
    principales gremios apoyaban a Perón y al Estado. Al mismo
    tiempo que ganaba simpatía de los sindicalistas y en
    particular de los liberales en la CGT N1, perón
    también buscaba también el apoyo de los
    trabajadores no agremiados del interior que constituían
    una masa muy importante, ya sea que hayan migrado a Buenos Aires
    o permanezcan en sus provincias.

    Para lograra su simpatía los ayudó a
    organizar sindicatos para proteger sus intereses
    económicos, llegaron a considerarlo como una especie de
    nuevo Patrón, pero a la vez su jefe sindical, su gobierno
    y la encarnación de su Nación.

    Ángel Perelman, secretario de la
    Unión Obrera Metalúrgica, fundada en 1943,
    enunció con claridad éste nacionalismo criollo o
    antiliberal. Sostenía que los partido socialistas y
    comunistas, junto con la CGT habían traicionado los
    intereses de los trabajadores y del país.

    Quería saber por qué la CGT no
    sindicalizaba a los trabajadores criollos no calificados, que
    cubrían las vacantes en la nueva industria argentina.
    44

    Perelman indicaba que el país
    requería un partido laboralista y una Federación
    Obrera auténticamente nacionales, actuando de común
    acuerdo, debían tratar de incorporar al trabajador
    criollo, proteger la industria local y destruir el poder de la
    burguesía liberal, los terratenientes y los capitalistas
    extranjeros.

    Si bien Perón había conquistado el
    apoyo de la mayoría de las organizaciones obreras hacia
    fines de 1944, el mismo no resultaba tan
    absoluto.

    A mediados de 1945 con los preparativos para las
    elecciones nacionales, provocaron un aflojamiento de las
    restricciones oficiales sobre las actividades de los gremios y
    los partidos políticos. Como resultado surgió una
    considerable oposición sindical. Los socialistas de la CGT
    N2 (cada vez más aislados) rompieron con los dirigentes de
    la CGT existente, atacando a Perón y al Gobierno por
    subvenir el sistema democrático liberal.

    Por un lado, había una minoría
    socialista y comunista convencidos de que sus partidos
    debían representar los intereses políticos del
    trabajador y que criticaban a Perón por su fascismo. A
    partir de 1945 se los llamó a éstos
    liberales.

    Por el otro había una gran mayoría
    de sindicalistas y socialistas que otorgaban su lealtad primaria
    al movimiento obrero, que creían que los obreros
    necesitaban un partido político, nuevo e independiente
    para representar sus intereses, y que apoyaban a Perón. A
    éstos se los llamó "laboristas".
    45

    Los gremios liberales que se oponían a
    Perón eran: La Fraternidad, Los Obreros de Calzado, Los
    Textiles, una fracción de los Empleados de Comercio, y una
    fracción de la Unidad Tranviaria. Se nuclearon a mediados
    de 1945 para protestar contra la política oficial, las
    restricciones impuestas por el Gobierno al derecho de huelga, la
    intervención de los gremios, municipal y
    metalúrgicos, etc.

    A mediado de 1945, inseguro de la magnitud de la
    oposición sindical al Gobierno, intentó captarlas
    haciendo lugar a algunas de sus demandas: el 9 de junio fueron
    puestos en libertad los presos políticos de
    orientación democrática. El 7 de julio Farell
    anunció que en un futuro próximo se
    realizarían comicios presidenciales. El 6 de agosto el
    régimen levantó el estado de sitio que venía
    de 1941.

    A pesar de estos esfuerzos, Perón no pudo
    satisfacer a sus críticos sindicales liberales, y
    decidió poner fin a la misma sin reparar en los
    métodos.

    Frente a la oposición activa de los
    liberales y a la actitud expectante de muchos laboristas
    hacía el resultado final de la pugna, Perón se
    dispuso a asegurar su control sobre el movimiento obrero. A fines
    de febrero, forzó un cambio de dirigentes en la CGT
    reemplazando al secretario Alcides Montiel por él
    más "seguro" Silverio Pontieri, pocos días
    después reimplantó el estado de sitio. El 2 de
    Octubre se dictó un nuevo decreto de asociaciones
    profesionales, que autorizaba únicamente a los gremios con
    personería gremial, a negociar con el estado y la
    patronal.

    Mientras Perón pretendía consolidar
    su poderío gremial se volvió más intensa la
    lucha, con el resto de la oposición. El 9 de Octubre la
    guarnición de Campo de Mayo se levanta y con el general
    Avalos al frente obliga a perón a renunciar a sus
    cargos.

    Esto confundió tanto a las fuerzas
    favorables a Perón como a los opositores, sobre todo
    cuando el 10 de Octubre se permitió que Perón
    hablara a los trabajadores, ocasión en que este les
    recordó que había dejado firmado un decreto de
    aumento de salarios, y que esperaba haría efectivo el
    nuevo Gobierno.

    Una vez alejado Perón del cargo, los
    empresarios se negaron a pagar el feriado del 12 de
    octubre.

    La mayoría de los sindicalistas se unieron
    y se organizaron para su propia defensa. Se reunió una
    comisión de 5 laboristas formada por: el secretario
    general de la CGT Pontieri, A. Borlengui, A. Montiel, Luis Gay y
    N. Álvarez para decidir la mejor manera de conservar las
    conquistas logradas en los 2 últimos años. Los
    citados visitaron a Perón, el cual de acuerdo con Gay, no
    los ayudó mucho porque tenía miedo y no
    sabía que rumbo tomar.

    El 14 de Octubre la CGT declara la huelga, y el
    día siguiente Cipriano Reyes, jefe de gremio de la carne
    (muy poderoso), exigió que la misma fuera llevada a cabo
    de inmediato.

    El 16 de octubre sesionó el Comité
    Central de CGT. Los representantes de los gráficos y
    ferroviarios se negaron a la huelga, porque el general Avalos
    controlaba efectivamente el país, y había dado al
    movimiento obrero garantías de que se respetarían
    las conquistas de los 2 años anteriores. Los
    representantes de los gremios Industriales si querían la
    huelga porque no confiaban en el general Avalos. Ganó la
    huelga. 46

    El 17 de Octubre, Eva Duarte, amiga de
    Perón, Cipriano Reyes, Coronel Domingo Marcante, Hilario
    Salvo, Luis Gay, Ángel Perelman y otros recorrieron la
    ciudad y sus alrededores incitando a los trabajadores, cualquiera
    fuese su ideología, a reunirse en la Plaza de Mayo antes
    de la huelga general. 47

    Respondieron una multitud de unas 100.000
    personas. Por la tarde una comisión laborista
    entrevistó a Ferrell, consiguió que pusieran en
    libertad a Perón, y se le permitiera hablar de los
    balcones de la Casa Rosada. Al hacer esto la multitud
    quedó convencida que había vuelto a su puesto en el
    poder, y que se protegerían todas sus
    conquistas.

    El 17 de Octubre fue importante porque los obreros
    fueron consistentes de su propio poder político.
    También permitió a Perón consolidar y
    reafirmar el control sobre sus partidarios militares y
    sindicales.

    Los militares enfrentados con la alternativa entre
    al guerra civil o Perón y su programa social y
    económico eligieron a este último.

    Los dirigentes laboristas de la CGT, enfrentados
    con la alternativa de los métodos a veces no
    democráticos de Perón, junto a su programa social y
    económico, también eligieron a
    Perón.

    Los sucesos del 17 de Octubre de 1945 consolidaron
    la nueva distribución de fuerzas en la estructura
    del poder sindical. Los dirigentes laboristas se unieron a los
    trabajadores antiliberales, para controlar en forma casi absoluta
    el movimiento obrero: y los liberales, que no participaron en las
    manifestaciones quedaron con un pequeño grupo de
    simpatizantes pero sin ninguna influencia.

    Finalmente, el 17 de Octubre fue importante porque
    consagró el título de "descamisados", a las masas
    que apoyaron a Perón. El término había sido
    empleado por las clases altas para indicar su repugnancia por las
    masas, pero después de esta fecha, estas aceptaron de buen
    grado la denominación para indicar de buen grado su
    orgullo de trabajador pobre pero esforzado, representantes de la
    Nueva Nación.

    Poco después del 17 de Octubre, los
    dirigentes laboristas de la CGT, conociendo el triunfo del
    Partido Laborista Británico, fundaron el Partido Laborista
    Argentino. Eligieron a Luis Gay y Cipriano reyes como presidente
    y vicepresidente de la agrupación.

    Ambos se habían ganado el respeto de los
    sectores laboristas y antiliberales del movimiento, habían
    apoyado a Perón desde el comienzo. Además Gay
    había abogado durante años por la formación
    de este tipo de partido laborista independiente y no
    sectario.

    El 15 de enero de 1946, el Partido Laborista
    designó libremente a Perón como su candidato, para
    las elecciones de Febrero, en razón que había hecho
    más por el movimiento obrero, que cualquier otra persona.

    En la campaña política Perón
    fue beneficiado principalmente por la poca fuerza y unidad de la
    oposición. La misma pretendía desacreditarlo,
    llamándolo fascista. Pero él vinculó
    hábilmente esta oposición con los elementos
    europeizantes y conservadores de la argentina, así
    buscó socavar cualquier influencia que pudieran haber
    obtenido aun en los trabajadores.

    En Noviembre de 1945, los socialistas y comunistas,
    junto con sus partidarios de los gremios, se habían unido
    a los radicales y ciertos conservadores, para construir la
    Unión Democrática Antiperonista.

    Perón solo tubo que eludir este hecho para
    convencer a muchos trabajadores de que los partidos obreros
    tradicionales se encontraban aliados con elementos reaccionarios
    tratando de derrocar al régimen de la revolución
    social. Los dirigentes laboristas de la CGT criticaban a ambos
    partidos por apoyar a la oligarquía.

    El principio de la campaña se centró
    en el decreto Nº. 33.302 del 20 de Diciembre de 1945, que
    disponía de aumentos de sueldos para la mayoría de
    los trabajadores y un mes adicional de sueldo como
    aguinaldo.

    Los empresarios reaccionaron con rapidez y en forma
    decisiva ante la situación. La Unión Industrial
    Argentina, declaró que el aguinaldo era inconstitucional y
    que financieramente era imposible para los empresarios. Los
    mismos para hacer sentir con más fuerza sus protestas,
    cerraron sus talleres y fábricas por tres días.
    48

    De inmediato la CGT cursó una nota al
    presidente Ferrell expresando que por ningún concepto los
    trabajadores permitirían que se violará el
    decreto.

    En el momento crítico de esta
    polémica, la Corte Suprema declaró la
    inconstitucionalidad del decreto que autoriza al secretario de
    trabajo a designar delegados provisionales y territoriales, con
    facultad de aplicar multas a quienes no cumplieran la
    Legislación Laboral.

    Buena parte de los gremialistas temía el
    severo deterioro de la conquista de los últimos
    años, si los empleadores podían desobedecer ahora
    con impunidad los Decretos de la Secretaría de
    Trabajo.

    Mucha gente pensaba que la única forma de
    proteger sus intereses era elegir a Perón como
    presidente.

    Una vez en la presidencia Perón dejó
    ver su verdadera personalidad
    omnipotente y de dictador. Cuando no pudo controlar a los gremios
    laboristas, los desacreditó como antes había hecho
    con los liberales, y a reemplazarlos por antiliberales adictos a
    su persona, cuyo nacionalismo criollo coincidía con sus
    propias ideas.

    A pesar de esto, Perón prosiguió la
    revolución social y económica que había
    iniciado dos años antes, para consolidar la lealtad de los
    trabajadores. Esta revolución que atraía por igual
    a laboristas y antiliberales, mejoró en verdad durante
    este período los salarios totales y la posición de
    los obreros, pero también los hizo depender
    económicamente del Estado y de
    Perón.

    Por primera vez en el país, los obreros o
    sus asesore ocuparon ciertas carteras importantes. Ángel
    Borlenghi, secretario general de los Empleados de Comercio, se
    convirtió en Ministro de Interior, Juan A. Bramuglia, ex
    abogado de la Unión Ferroviaria, fue Ministro de
    Relaciones Exteriores, José M. Freire, ex dirigente de los
    trabajadores del vidrio, se
    desempeño como secretario de los trabajadores y luego
    alcanzó rango ministerial.

    Mientras Perón llevaba a cabo su
    revolución, destruía la vez al poder de los
    dirigentes sindicales democráticos y las organizaciones
    gremiales autónomas, ya que eran independientes de su
    persona y del Gobierno (lo cual le causaba temor), y
    ofrecían un gran obstáculo para su control sobre el
    movimiento obrero. Su destrucción la llevaba a cabo a
    través de su demagogia, haciendo ver que cada problema era
    una cuestión de lealtad nacional. En casos concretos,
    asociaba a los dirigentes democráticos con fines
    foráneos consideraba a las huelgas desautorizadas, como
    actos de traición.

    El nuevo partido laborista, fue le primer objetivo
    de Perón. Si bien sus dirigentes lo apoyaban, pero
    pretendía conservar su independencia e insistía en
    un Gobierno democrático para el
    país.

    En mayo de 1946 anunció que
    disolvería coalición electoral para reemplazarla
    por el partido Único de la Revolución
    Nacional.

    Los laboristas entendieron que permitiría la
    existencia de ningún partido obrero independiente. Gay
    renunció, y solo quedó en oposición a
    Perón Cipriano reyes, que fue elegido presidente del
    partido. 49

    El 4 de julio de 1947, se intentó asignar a
    Cipriano Reyes, y el 30 de enero de 1948, el Gobierno
    retiró la personería jurídica al partido,
    impidiendo su participación en los comicios de marzo. Los
    pocos dirigentes que quedaron no tardaron en ser arrestados o
    exiliados.

    El 24 de Septiembre de 1948, el presidente
    anunció que se había perpetrado un atentado contra
    su persona. Acusó a Cipriano Reyes y a otros dirigente
    laboristas, los cuales fueron arrestados ( los que no pudieron
    exiliarse), a reyes se lo encarceló sin ordenarse su
    procesamiento y permaneció allí hasta la
    caída de Perón.

    El resultado fue que a fines de 1948,
    desaparecía la única organización
    política que quedaba en el campo
    sindical.

    Al mismo tiempo Perón trató de
    establecer su control absoluto sobre la CGT.

    En Noviembre de 1946, Luis Gay, volvió a
    derrotar al candidato apoyado por Perón (Ángel
    Borlenghi) en una elección, esta vez la de secretario
    general de la CGT.

    Gay preocupaba al primer mandatario porque era un
    nacionalista liberal, popular entre los obreros, incorruptible e
    Independiente. Era presidente de la Caja Nacional de Ahorro Postal,
    vicepresidente de la empresa mixta Telefónica Argentina y
    secretario general de la CGT, pero solo percibía sueldo
    por su primer trabajo. Había llegado a carecer de
    intereses personales y repudiar la
    ambición.

    Como nuevo secretario general habló con
    Perón para decirle que la confederación
    debía ser independiente del Gobierno, y que sus esfuerzos
    se dedicarían a tal fin.

    Esto molestó bastante a la presidente,
    así que tenía que buscar la forma de destruirlo, ya
    que era muy difícil atacar su popularidad e
    integridad.

    La ocasión se presentó cuando
    gremialistas norteamericanos visitaron la Argentina, los cuales
    fueron agasajados en la CGT.

    Poco después, esa misma noche, se
    reunió el Comité Ejecutivo de la CGT a solicitud de
    Perón, y destituyó a gay de su cargo por
    "colaborar" con los críticos extranjeros del
    régimen. Deseaba hacer creer a los trabajadores que era
    apoyado por los norteamericanos, que habían venido a su
    país y a los trabajadores al imperialismo
    yanqui, en consecuencia tuvo que ser
    reemplazado.

    En su informe los gremialistas norteamericanos
    dijeron lo siguiente: …que si bien el Estado había
    adoptado muy pocas acciones para suprimir las libertades
    públicas, una atmósfera de temor
    perturbaba el ejercicio de las mismas, aprovechando la
    situación económica favorable del país, la
    cual había permito establecer reformas sociales y
    económicas reclamadas desde mucho tiempo atrás, las
    cuales las empleaba con propósitos políticos. Los
    grupos pequeños e independientes de sindicatos opositores,
    la CGT, no tenía, libertad para elegir sus propias
    autoridades, para participar en convenios colectivos privados con
    la patronal, o para administrar sus asuntos internos.
    50

    Aurelio Fernández, fiel protagonista que
    sustituyó a Gay, desarrolló una activa
    campaña para terminar con los últimos vestigios de
    independencia en la CGT. Pretendiendo aparecer tan fervoroso y
    desinteresado como su antecesor, se negó a percibir sueldo
    por este último cargo.

    Mayores consecuencias tubo otras de sus medidas:
    amplió la información del periódico
    de la CGT, aumentó su circulación de 10.000
    ejemplares a 45.000 y lo convirtió en una hoja de
    propaganda oficial, disminuyendo el contenido de gremial y
    aumentando su contenido político. 51

    El primero de marzo de 1947 apareció el
    primer retrato a toda página de Perón y
    Evita.

    Hernández había servido bien a su
    poderoso mentor, para fines de 1947, Perón había
    obtenido el control de la CGT y destruido su independencia. Pero
    hasta el leal Fernández tenía sus días
    contados como dirigente de la CGT a causa de una deferencia de
    opinión con Eva, fue reemplazado al poco tiempo por
    José Espejo. Su principal antecedente para el cargo
    consistía en haber sido portero del edificio donde Eva y
    Perón ocuparon en 1944. cumplía ordenes y no
    molestaba al presidente y su esposa.

    El tercer blanco de Perón fueron los gremios
    individuales. Esta fue su tarea más difícil,
    existían tantos sindicatos en el país que no era
    posible una campaña centralizada o uniforme. Su
    técnica para controlarlos varió con cada
    organización. La continua revolución social y
    económica ganó adherentes, pero no consiguió
    la obediencia absoluta. En consecuencia Perón
    sobornó a algunos dirigentes gremiales, ofreció
    puestos oficiales a otros, intimidó a algunos más y
    encarceló o exilió a unos pocos, también
    denegó personería gremial a ciertos sindicatos
    recalcitrantes, como los textiles y los obreros de calzado.
    52

    Entre otros un ejemplo de lo anterior los vemos a
    través de los gráficos. En 1947 van a alecciones,
    si bien los comicios fueron técnicamente libres, no
    así las campañas que recibieron dinero del
    Gobierno para el candidato peronista, que ganó. Pese a
    esto los gráficos conservaron su independencia, y
    Perón recurrió una vez más a la
    intervención. En febrero de 1949 fueron a la huelga por un
    aumento de salarios, el movimiento fue declarado ilegal y el
    gremio fue intervenido CGT. Para justificar la medida, las nuevas
    autoridades dijeron, que lo hacían para "argentinizar" la
    organización del sindicato contaminado por influencias
    extrañas a la Patria.53

    También para destruir la independencia de los
    sindicatos limitó el derecho de huelga; para explicar esto
    dijo que constituían actos de traición y que
    quiénes lo dirigían eran traidores de la
    patria.

    Entre los derechos de los trabajadores anunciados
    el 24 de febrero de 1947 y luego incorporados a la
    constitución, Perón no incluyó el de huelga.
    Sostenía que ya no eran necesarias en la Argentina, porque
    el Estado protegía los intereses de los trabajadores.
    Además tal opción podía desbaratar la
    economía y perjudicar el interés
    nacional.54

    Quien declaraba una huelga no autorizada era
    atacado como un comunista o un socialista que cooperaba con los
    intereses foráneos.

    En noviembre de 1949 los obreros azucareros de
    Tucumán fueron a la huelga, en demanda de
    aumento salarial, sin contar con la autorización oficial.
    Se la declaró ilegal y sus dirigentes fueron arrestados,
    pero la única forma de que el Gobierno pudo resolver el
    problema fue concediendo un aumento del 60%.

    La huelga ferroviaria de fines de 1950 y
    principios de 1951, se manejaron de la misma manera, los
    trabajadores exigían aumento de salarios y dirigentes
    sindicales más capaces, Perón los atacó como
    traidores al servicio de
    intereses foráneos.

    A principios de 1951, la CGT cursó nota a
    todos los sindicatos solicitando la designación de 4
    delegados, para coordinar los esfuerzos obreros en pro de
    reelección de Perón. La Fraternidad se negó
    a esto, señalando que sus estatutos le prohibían
    todo tipo de participación política. Después
    de una serie de notas y críticas violentas procedentes de
    la CGT y Eva Perón. La Fraternidad resultó
    intervenida porque "no consulta ni refleja el pensamiento y
    la voluntad legitima de los trabajadores de riel". Este acto puso
    fin repentino a la independencia de la ultima organización
    gremial libre de la Argentina.55

    Durante los 6 años de su primera
    presidencia , Perón destruyo el Partido

    Laborista y dominó la CGT los sindicatos
    individuales en el movimiento obrero.

    Entre 1946 y 1951 la cantidad de reuniones sindicales
    por año, realizadas en la zonas de Buenos Aires, bajo de
    759.497 a 169.676 lo cual refleja la creciente inutilidad de esas
    expresiones de democracia gremial. Hacia1951 no había
    sindicatos independientes de Gobierno, y en todos los casos sus
    dirigentes eran antiliberales cuya lealtad primaria se brindaba a
    Perón.56

    La destrucción de los liberales y los
    laboristas creó un vacío a nivel dirigente en el
    movimiento obrero que se expandía

    13. La oposición
    sindical a Perón

    La oposición se desarrollo cuando ciertos
    dirigentes y trabajadores empezaron a comprender que no siempre
    eran idénticos los intereses del movimiento obrero, de la
    nación y de Perón, como este le había
    asegurado en repetidas ocasiones

    Los dirigentes liberales, los laboristas y hasta
    antiliberales protestaron en varios tonos las renovadas
    restricciones a la actividad sindical, e intentaron justificar,
    si éxito sus protestas en los términos de
    nacionalismo. Los liberales fueron los primeros en oponerse al
    régimen. Rompieron con Perón en septiembre de 1945,
    cuando la Fraternidad, los obreros del calzado y los textiles se
    retiraron de la CGT.57 Dirigidos por Candiso Gregorio de los
    textiles, y Alfredo Findanza, del gremio de calzado, se unieron
    poco después de la elección de Perón para
    construir el Comité Obrero Argentino de Sindicatos
    Independientes ( COASI ). Este no tenía peso y tampoco era
    muy eficaz pero conseguía irritar al régimen. Por
    ejemplo, en 1949 un representante de COASI en lugar de uno de la
    CGT, fue admitida la reunión organizativa de la
    Confederación Internacional de Sindicatos Libres, ya que
    los miembros de la CGT no eran independientes del Gobierno. Poco
    después Perón los obligó a exiliarse en
    Montevideo a los integrantes de la COASI.

    En la Argentina la oposición sindical
    más importante en el campo liberal procedía de los
    dirigentes de La Fraternidad, el prestigioso sindicato de
    maquinistas y foguistas. La Fraternidad apoyó en buena
    parte la revolución social y económica de
    Perón. Recibió con gran beneplácito los
    derechos de los trabajadores, la nacionalización de los
    ferrocarriles, la reafirmación oficial de la soberanía argentina sobre las Malvinas y la
    Antártida, y los numerosos aumentos de salarios. Sin
    embargo, el apoyo sindical al Gobierno era limitado, porque el
    gremio no deseaba entregar su independencia a cambio de los
    beneficios de la revolución, sus dirigentes creían
    que, si se sacrificaba la independencia del movimiento obrero, no
    podían conquistarse beneficios permanentes, ni ocurrir una
    verdadera revolución.

    Los ferroviarios emplearon el nacionalismo liberal
    para auspiciar un Sindicalismo independiente y apolítico.
    Exigieron la derogación de todas las leyes que
    restringían el derecho de huelga, la Ley de Residencia, y
    denunciaron las intervenciones a los sindicatos.

    Dentro del gremio los liberales exigían la
    reimplantación de la enseñanza laica para asegurar
    la imparcialidad y la libertad de la educación
    pública. Además exigían la libertad de
    prensa, ya que era la exteriorización más elocuente
    de la democracia.58

    La oposición pragmática de los
    trabajadores fue bastante amplia después de 1948, y en
    cierta medida pero sólo duró mientras el Estado se
    negaba a acceder sus demandas. El Gobierno podía detener a
    un puñado de dirigentes y llamarlos traidores a la patria
    pero no podía detener a miles de obreros que se hallaban
    en huelga reclamando aumento de sueldo, y afirmar que todos ello
    eran traidores. En consecuencia, echaba la culpa de muchas de las
    huelgas a los "agitadores foráneos", arrestaba a unos
    pocos socialistas y comunistas para demostrar sus acusaciones y,
    cuando la huelga terminaba, concedían a los obreros la
    mayoría de las demandas por las cuales había dejado
    sus ocupaciones.

    14. La
    década del 50

    En 1950 el Gobierno dio comienzo a una nueva
    política salarial, que obligaba a los gremios más
    importantes a firmar un convenio por 2 años, en lugar de
    1, pero en la mayoría de los casos la inflación
    forzó a Perón a conceder aumentos de sueldos antes
    del vencimiento de dichos convenios.

    Con la intención de hacer
    todo lo posible para detener la inflación, el Gobierno
    elaboró una fórmula con los patrones, por la cual
    éstos concederían a sus obreros una
    bonificación por asistencia y rendimiento o mayor
    producción, en lugar de un aumento
    salarial.59

    En 1951 después de la reelección de
    Perón, al sentirse fuerte ayudó a la
    Constitución de la Confederación General
    Económica ( CGE ) para representar los intereses de los
    empresarios, y solicitó a la CGE, a la CGT y al Consejo
    Económico Nacional, la estabilización de los
    precios y
    salarios.60

    Como era de prever, la denominada CGT apoyó la
    campaña antinflacionaria oficial.

    Para 1954, los dirigentes instaban a que los
    obreros tuvieses un nuevo tipo de moderación. Explicaban
    que los sindicatos no solo debían garantizar la unidad y
    las disciplinas colectivas, sino asegurar que los trabajadores, "
    que han recibido la justicia social lógica
    y necesaria, no se extralimiten en sus demandas más
    allá de lo razonablemente justo", y debían
    comprender que los convenios colectivos tienen la
    intención de proteger a ambas partes.61

    La nueva política
    económica no alcanzó a lograr sus objetivos,
    pero sin embargo hizo que buena parte del movimiento obrero
    organizado cuestionara que tipos de intereses representaban el
    Gobierno y Perón.

    Los ataques de Perón a la Iglesia católica
    en 1954 y 1955, ofendieron en apariencia a muchos integrantes del
    sector antiliberal en el movimiento obrero, pocos trabajadores
    eran católicos practicantes, no obstante como la Iglesia
    había ejercido considerable influencia entre los peones
    rurales, y había sido una de las escasas organizaciones
    conocidas y amistosas que los migrantes internos encontraron en
    la ciudad.

    La posterior actividad oficial en el campo de la
    previsión social, y su pretensión de reemplazar la
    enseñanza religiosa por la del peronismo,
    llevaron a una relación poco cordial con la
    Iglesia.62

    En Febrero de 1952 se reunieron en asunción
    de Paraguay 133
    delegados en representación de 19 países, bajo el
    patrocinio de Perón, para construir el Comité de la
    Unidad Sindical Latinoamericana ( CUSL ). El propósito de
    este era luchar contra la miseria, la explotación y el
    colonialismo en América
    Latina de toda influencia foránea.63

    En los meses posteriores a la formación del
    CUSL, los dirigentes antiliberales de la CGT expresaron sus
    objetivos con más detalles. En la Confederación de
    Trabajadores de América Latina ( CTLA ), La
    Confederación Interamericana de Trabajadores ( CIT ) y la
    Organización Interamericana de Trabajadores ( ORIT ), no
    habían podido satisfacer las necesidades de los
    trabajadores de América por carecer de autonomía
    desde el momento de su fundación. Habían sido
    dominados por los comunistas o por el movimiento sindical
    norteamericano, siempre complaciente con Wall Street. Los
    dirigentes de la CGT afirmaban que la CUSL sería diferente
    pues, en el campo del Sindicalismo internacional,
    adoptaría la Tercera Posición de Perón entre
    el colectivismo y el capitalismo.64

    En noviembre de 1952, los integrantes del CUSL se
    reunieron en México
    para ampliar la organización, hacerla más atractiva
    y cambiar su nombre por el de Agrupación de Trabajadores
    Latino Americanos Sindicalizados ( ATLAS ). ATLAS fue la criatura
    de la CGT argentina y de Perón durante el régimen
    de éste. Su primer secretario fue José Espejo, ex
    secretario de la CGT. Perón y el movimiento obrero
    argentino suministraron la inmensa mayoría de fondos para
    el funcionamiento de la organización.

    ATLAS tuvo más éxito en las naciones
    con regímenes dictatoriales, aunque también
    progresó en algunas otras.65

    Muchos dictaron vieron con buenos ojos a esta
    organización porque les resultaba útil. Pese al
    apoyo de éstos y a la creación de filiales en
    diversos países, ATLAS nunca resultó una
    organización internacional poderosa y representativa.66
    Nunca fue rival para la ORIT.

    ATLAS se redujo a la nada después de la
    caída de Perón.

    A partir de 1953 comienza una lucha en el
    país, donde los verdaderos dirigentes sindicales, aquellos
    que conocían su trabajo, ( los que fueron desplazados del
    mismo por Perón para colocar gente que siendo incapaz para
    su puesto ya que su función era simplemente de vocero del
    presidente ). Comenzaron a hacer una campaña en contra del
    mismo. Por un lado los gremios ferroviarios, por otro los
    metalúrgicos a través de sus ex dirigentes y
    sumando a ellos los obreros que veían que los dirigentes
    actuales no respondían a sus reclamos, y que trataban de
    dominarlos por la fuerza a través de amenazas con armas de
    fuego.67

    Entre el 16 de junio y el 16 de septiembre de 1955,
    volvieron todos los conflictos desarrollados durante la segunda
    presidencia de Perón. La sublevación militar del 16
    de junio no llegó a derrocar al Gobierno, pero
    aterrorizó lo suficiente a Perón como para permitir
    que el ejército redujera todavía más la
    influencia y el poder sindical. Los militares se apoderaron de
    los restos de un arsenal de 5000 rifles y revólveres que
    conservaba la CGT.68

    El periódico de la CGT publicó un
    editorial instando a los trabajadores a respetar las leyes en
    beneficio del Sindicalismo y la Nación. Ángel
    Borlenghi y Eduardo Vuletich ( desde la muerte de Eva
    los principales agitadores del movimiento obrero ) renunciaron a
    sus cargos respectivos de Ministro de lnterior y Secretario de la
    CGT, y el 15 de julio Perón anunció el fin de la
    revolución.

    También se intensificó el conflicto
    entre el Estado y la Iglesia. En esta coyuntura comenzó su
    ataque al régimen la oposición no peronista.
    Concentración Obrera, un minúsculo partido de
    izquierda, protestó públicamente por la falta de
    libertad en este país. El PS exigió la
    eliminación del peronismo, Los escasos restos de la FORA
    anarquista, pidieron la independencia y la libertad gremial
    ,además de la libertad de huelga, de asociación y
    de palabra.

    Una declaración dada a conocer por 56 ex
    dirigentes gremiales de orientación gremial y laborista
    constituyó, quizás, el ataque más
    perjudicial a régimen procedente de la clase obrera. Entre
    otras cosas el documento decía: "Uno de los factores
    fundamentales de la actual crisis nacional es la pérdida
    de la autonomía del movimiento obrero y la
    anulación de los derechos individuales de sus
    integrantes… Necesitan para ello de organizaciones cuyo
    período no debe medirse por el enriquecimiento y la
    fastuosidad de sus dirigentes, sino por su austeridad,
    abnegación y ascendiente moral: para
    que sean ante los gobiernos y la clase patronal representantes de
    los trabajadores y no agentes gubernamentales ante los
    trabajadores".69

    A medida que aumentaba la oposición dentro y
    fuera del movimiento obrero Perón intentó defender
    su posición. La CGT comenzó a publicar editoriales
    incendiarias combatiendo toda oposición al régimen,
    y también desató una intensa campaña para
    volver a identificar a Perón con su difunta esposa. Como
    prefacio a los cuidadosa puesta escena del espectáculo,
    dio a conocer su renuncia.

    La CGT y el partido peronista, de acuerdo con el
    libreto, rechazaron la renuncia, y para evocar un paralelo
    completo con el 17 de octubre de 1945, se llevó en trenes
    y ómnibus a los trabajadores para una gran
    concentración en la Plaza de Mayo. A "pedido" de la
    muchedumbre mucho más reducida, y considerablemente menos
    entusiasta que 10 años atrás, Perón
    retiró su renuncia y pronunció el discurso
    más incendiario de su vida. Entre otras cosas dijo: "Con
    nuestra tolerancia
    exagerada nos hemos ganado el derecho de reprimirlos
    violentamente… Y cuando uno de los nuestros caiga,
    caerán cinco de ellos… El dilema es bien claro: o
    luchamos y vencemos para consolidara las conquistas alcanzadas, o
    la oligarquía las va a destrozar al final…Hoy comienza
    para todos nosotros una nueva vigilia en armas".

    Poco después de esta arenga se reunió
    al Comité Central de la CGT, y aprobó una
    moción propuesta por el secretario general Hugo Di Pietro
    para colocar las reservas voluntarias de trabajadores a
    disposición del ejército.

    El ejército, inquieto, desde tiempo
    atrás por la perspectiva de milicias obreras,
    rechazó la oferta.

    El 16 de septiembre de 1955 el General Eduardo Leonardi
    inició la Revolución libertadora que
    derrocaría a Perón.70 La razón de
    esto fue que el movimiento obrero hizo muy poco para defenderlo,
    y si bien el secretario general Di Pietro habló por
    radio para
    pedir a los trabajadores que lucharan por Perón, pero
    sólo respondieron al llamado del dirigente grupos aislados
    en Buenos Aires, Rosario y unas pocas ciudades más. Esto
    se debió a que no había dirigentes capaces de
    suministrar una conducción eficaz de las masas. Los
    desacreditados lugartenientes de Perón ocupaban las sedes
    sindicales, pero los trabajadores no los
    seguían.

    15.
    Después de la caída de
    Perón.

    El problema más difícil enfrentado por los
    jefes de la Revolución libertadora fue el destino de la
    CGT.

    Los dirigentes militantes de las facciones
    antiliberales y liberales, concordaban en poner fin a la
    influencia de Perón en el movimiento obrero, pero
    diferían en la forma de lograrlo. Los antiliberales
    querían apartar a los obreros de Perón
    prosiguiendo, bajo su propia dirección, buena parte de la
    revolución social y económica. Los liberales
    sentían la necesidad de eliminar del movimiento obrero a
    quiénes de algún modo estuvieron estrechamente
    vinculados con el peronismo.

    El General Leonardi, presidente provisional desde
    mediados de septiembre de 1955, intentó la neutralidad en
    el conflicto desatado entre los dos grupos militantes, utilizando
    el lema de Urquiza "Ni vencedores ni vencidos". Leonardi
    sabía que le apoyo de la CGT era esencial si se
    pretendía entregar al Gobierno a los civiles en un futuro
    próximo.71

    Tanto el Sindicalismo como los militares se
    encontraban divididos.72 Dentro del Sindicalismo estaban los
    peronistas que controlaban la mayoría de los gremios y
    representaban a un 70% de los trabajadores. Dentro de este sector
    existía un pequeño grupo de importantes
    gremialistas que insistían en el regreso de
    Perón.

    Otro grupo de dirigentes peronistas más
    jóvenes y menos influyentes, contando con al aparente
    apoyo de una gran mayoría de los obreros, se hallaban
    más dispuestos a negociar con el Gobierno para proteger
    las conquistas laborales de los últimos 12
    años.

    Un distinto grupo fundamental dentro del
    movimiento obrero eran los "independientes", incluían a
    todo tipo de antiperonistas, socialistas, comunistas, radicales y
    algunos ex miembros del Partido Laborista.

    El General Leonardi, tendió a ignorar a los
    independientes , atacó a los peronistas intransigentes y
    pretendió ganarse a la generación moderada de
    jóvenes peronistas.

    El problema que preocupaba a los obreros era saber
    si se conservarían las conquistas de los últimos 12
    años, quién iba a controlar la CGT, los sindicatos
    individuales y los diarios obreros.

    El 25 de septiembre Leonardi inició una
    campaña para conseguir el apoyo de la CGT, conferenciando
    con su secretario el General Di Pietro, como resultado de la
    reunión, el Estado se comprometió a aceptar toda la
    legislación social y los convenios colectivos de trabajo,
    a respetar los derechos de la CGT y sus filiales, a prohibir
    cualquier medida legal contraria al organismo gremial y a
    permitir que la CGT continuara publicando el diario La
    Prensa.73

    Al día siguiente nombró ministro de
    trabajo a Luis B. Cerrutti Costa, un abogado laboral nacionalista
    y católico, que había apoyado a Perón en los
    primeros años de su régimen.

    Sin embargo, en el plazo de una semana,
    estalló la primera de las dos crisis más
    importantes entres los obreros y el Gobierno. Para empezar la
    administración dio comienzo a una
    campaña para desacreditar a Perón, a separarlo de
    la revolución social y económica de los
    trabajadores.

    Por otro lado los trabajadores peronistas se
    preocuparon más por los grupos armados de independientes
    que tomaron por la fuerza muchas sedes sindicales, inclusive la
    de la Unión Ferroviaria. El 3 de octubre los dirigentes de
    la CGT reclamaron al Gobierno por tales agresiones y el ministro
    de Trabajo Cerrutti Costa les aseguró que Leonardi
    quería cumplir su promesa.

    No obstante, esa misma tarde el Comité Ejecutivo
    de la CGT redactó una carta a Leonardi
    condenando los ataques violentos a los sindicatos, y exigiendo
    protección contra futuros asaltos. La misma aseguraba que
    los dirigentes convocarían de inmediato a las elecciones
    libres, y declararían una admistía para que
    participaran en los comicios todos los trabajadores, sin tener en
    cuenta sus afiliaciones ideológicas. También
    solicitaban al Gobierno los fondos para financiar esas
    elecciones. Leonardi se entrevistó con el Comité
    Ejecutivo de la CGT, recivió su carta y volvió a
    asegurar a los dirigentes que protegería los intereses
    obreros.74

    Durante los siguientes días se
    desató una importante rebelión peronista en las
    bases, que condujo a la exclusión de la generación
    más vieja de dirigentes peronistas intransigentes. Era
    evidente que los trabajadores ya no querían tolerar a sus
    jefes tradicionales, corruptos y serviles. El resultado fue que,
    el 5 de octubre dos peronistas jóvenes, Andrés
    Framini del gremio textil, y Luis Natalini de Luz y Fuerza
    sustituyeron a Di Pietro y su comité ejecutivo como
    dirigentes de la CGT.

    Este cambio al más alto nivel, que
    llevó al poder a los elementos peronistas moderados que el
    régimen consideraba capaces de colaborar con él,
    significó un triunfo para Leonardi. En consecuencia, el
    Ministro de Trabajo se apresuró a reconocer a los nuevos
    dirigentes, y en seguida formalizó con ellos un acuerdo
    para fortalecerlos en su posición, con fecha 6 de octubre
    de 1955.

    Según lo establecido, todas las filiales de
    la CGT llamarían a elecciones dentro de los 120
    días, se dispondría una amnistía general
    para que los trabajadores pudieran participar en los comicios.
    Las autoridades a elegirse designarían representantes al
    Comité Central de la CGT que a su vez debería
    elegir al Comité Ejecutivo y al Secretario de la
    Confederación; y el Ministro de Trabajo
    supervisaría las elecciones a la vez que protegería
    a todos loa gremios de nuevos ataques armados por parte de grupos
    opositores.75

    Una vez conseguido este acuerdo, el Gobierno
    intervino en varios sindicatos que habían sido ocupados
    por los independientes de modo violento ( incluyendo los
    sindicatos ferroviarios, de la carne, telefónicos y
    marítimos ) para devolverlos a sus dirigentes
    peronistas.

    Pero esta tranquilidad duró poco, dado que
    el Gobierno volvió con sus pruebas para
    desacreditar a Perón y a Eva Perón. El mismo
    llamó a peronistas de todo el mundo para que examinen las
    joyas, pieles y vestidos que coleccionaba la señora, a la
    cual llamaban abanderada de los pobres, o como a ella le gustaba
    decir que era una descamisada más, y aparte acusó
    al peronismo de fraudes electorales.

    Por otro lado, los elementos antiperonostas
    volvieron a atacar a varias sedes gremiales, y expulsaron a los
    interventores de la CGT.76

    Los nuevos dirigentes de la CGT, deseoso de
    colaborar con el Gobierno, respondieron al principio con
    moderación, pero la crisis creció
    rápidamente.

    El 19 de octubre se reunió un grupo de
    dirigentes gremiales independientes y dio a publicidad una
    declaración que criticaba a los peronistas y
    también al ministro de trabajo. Los independientes
    sostenían que Cerrutti Costa no interpretaba los
    principios democráticos de la Revolución
    Libertadora, denunciaban las acciones comprometedoras del
    funcionario en especial su plan de celebrar
    elecciones dentro de 120 días, y exigían el
    cumplimiento de los auténticos objetivos de la
    revolución.77

    En las semanas siguientes continuaron los asaltos
    a los gremios, mientras el Gobierno poco hacía para
    evitarlos, ya que se hallaba atrapado por las luchas entre las
    dos facciones militares y los dos grupos sindicales. De acuerdo
    con la CGT, 14 gremios habían sido ocupados por la fuerza.
    El 26 de octubre, Framini y Natalini, más unos 300
    funcionarios sindicales, solicitaron y consiguieron una entrevista con
    Cerrutti Costa dónde insistieron otra vez en sus
    reivindicaciones.

    Como vocero del grupo, Framini recalcó que
    la CGT deseaba colaborar con el Gobierno provisional, y no pagar
    obligaciones
    políticas, tal como habían acusado ciertos
    independientes.

    Al día siguiente el Gobierno dio a conocer
    el Gobierno de Prebisch.

    Los nacionalistas criollos de la CGT recibieron
    con mucho desagrado este informe, que además de criticar a
    Perón y su época, las soluciones de los economistas
    indicaban el deseo oficial de volver a la tradicional
    economía exportadora del laisser faire, que los obreros
    temían que iban a subordinar sus intereses a los de la
    oligarquía terrateniente.

    La CGT afirmaba que dicho plan, tendía a
    perjudicar a la clase trabajadora, ya que se iba a devaluar el
    peso, aumentar el costo de vida y promover el enriquecimiento de
    los menos a expensas de las miserias de los
    demás.

    Las tensiones eran elevadas cuando el Ministro de
    Trabajo respondió el 28 de octubre a las demandas
    presentadas por la CGT dos días antes. La posición
    oficial tomó cuerpo en un decreto que disponía
    elecciones en los gremios. El decreto suspendía a todos
    los funcionarios de la CGT y sus filiales; autorizaba al Ministro
    de Trabajo a designar tres veedores por cada sindicato para
    garantizar la calma, asegurar el libre acceso de todos a la
    organización e insertarlos a participar en los comicios;
    establecía una comisión electoral para llevar a
    cabo las elecciones integradas por funcionarios públicos;
    permitía que votasen los afiliados de 18 años o
    más, disponía el voto directo, secreto y
    obligatorio; que permitía que cualquier grupo presentara
    candidatos, siempre que contara con las firmas del 5% de los
    afiliados al sindicato y recalcaba que las elecciones se
    llevarían a cabo dentro de los 120
    días.78

    Los dirigentes de la CGT se irritaron porque el
    Gobierno no los había consultado con anterioridad sobre el
    decreto, y porque fueron desplazados del control que
    ejercían sobre la Confederación y los gremios
    individuales, Framini y Natalini y los secretarios generales de
    los principales sindicatos peronistas, llamaron a reunión
    y redactaron 3 resoluciones:

    a) Establecía el nombramiento de una
    comisión de 6 miembros para que se reuniera con los
    dirigentes de la CGT a fin de considerar la forma en que
    debían responder al nuevo decreto del
    régimen.

    b) La resolución declaraba una huelga
    general, si los dirigentes gremiales no conseguían obtener
    garantías adecuadas por parte del
    Gobierno.

    La comisión especial se entrevistó
    varias veces con Cerrutti Costa, pero sin llegar a ningún
    acuerdo. Se declara huelga genera el 31 de
    octubre.

    Leonardi temiendo las consecuencias
    políticas de una continua agitación gremial, se
    encargó personalmente de las negociaciones, y el 2 de
    noviembre llegó a un acuerdo con los dirigentes obreros.
    Framini y Natilini no serían removidos de la CGT, y los
    interventores designados por la central obrera seguirían
    al frente de los sindicatos que no habían sido asaltados,
    hasta la fecha de las elecciones. Los gremios asaltados
    serían intervenidos por el Ministerio de Trabajo y sus
    asuntos quedarían en manos de una comisión conjunta
    con representantes peronistas e independientes. Y, finalmente se
    pondría en libertad a todos los trabajadores detenidos por
    razones políticas.

    El acuerdo con el Gobierno fue bien recibido por
    la mayoría de los obreros, pero dividió más
    a las dos facciones militares de la Revolución
    Libertadora, que eran antiliberales y liberales ( mayormente
    ).

    La crisis culminó el 12 de noviembre,
    cuando un liberal como Aramburu y antiperonista, reemplazó
    a Leonardi.79

    Durante sus dos primeros días en el cargo,
    Aramburu evidenció claramente su posición frente a
    los sindicatos. Permitió que los independientes se
    apoderaran por la fuerza de los gremios. Impuso el control del
    Estado sobre las editoriales de los diarios obreros "El Líder"
    y "La Prensa". Reemplazó a Cerrutti Costa por Raúl
    Migone, de firme trayectoria antiperonista.80

    El 15 de noviembre, los dirigentes de la CGT
    declararon una huelga general como repudio a la nueva
    política sindical oficial.

    El régimen la consideró un acto de
    subversión política y la reprimió con
    energía. Efectivos y militares intervinieron en la CGT y
    todas sus filiales, un destacamento de infantes de marina se
    apoderó del edificio de la CGT, se detuvo a Famini y
    Natalini y a muchos otros dirigentes gremiales por haber ordenado
    la huelga ilegal, i se estableció una comisión para
    investigar la CGT.81

    A las intervenciones de los gremios sucedió
    el arresto de casi todos los dirigentes sindicales peronistas
    fuera de Framini y Natalini, el Gobierno detuvo a José
    Espejo, Eduardo Vuletich, Hugo Di Pietro, José Alonso y
    muchos otros. Se calcula que 200 dirigentes gremiales fueron
    recluidos únicamente en el establecimiento penal de
    Ushuaia.82

    A la vez que arrestaban a los peronistas, el
    régimen estimuló a la minoría de
    independientes para que dirigiera el movimiento obrero. Por
    ejemplo: formó una junta asesora gremial integrada por
    independientes para colaborar con el interventor de la CGT
    Capitán de navío Alberto Patrón Laplacette.
    Entre los miembros de la junta se hallaba el veterano dirigente
    sindicalista Sebastián Martota, y también ciertos
    gremialistas antiperonistas muy inflexibles como Cándido
    Gregorio.

    Se prosiguió con la campaña
    difamatoria de Perón, pero a diferencia de Leonardi, la
    misma se llevó a cabo en los periódicos oficiales
    de la CGT, El Obrero Ferroviario, La Fraternidad y otros. Por
    ejemplo en un ejemplar del Obrero Ferroviario un artículo
    decía: durante el mes de octubre de 1948 el Comité
    Ejecutivo del sindicato había autorizado gastos
    equivalentes a $300 para un regalo de bodas a José Espejo,
    $4500 para un almuerzo en honor a Eva Perón y $1000 para
    un regalo de cumpleaños a la esposa del presidente.
    Además había asignado

    $1000 para que Pablo López viajara a los
    EE.UU para ser intervenido quirúrgicamente, $50.000 para
    la campaña de relación de Perón en 1951 y
    muchas otras cosas más y finaliza el artículo con
    la frase: "Todos con fondos sociales".83

    Al intervenirse la CGT se tomaron estas y muchas
    pruebas de lo que hizo Perón con la organización
    obrera y sus fondos, se publicó un libro llamado
    "Libro Negro de la Segunda Tiranía", ya que la primera se
    consideraba la de Rosas.

    En marzo y abril de 1956 el Gobierno
    deterioró más la influencia de los peronistas,
    mediante un decreto que estableció que no podrían
    ocupar cargos públicos, ni gremiales aquellas personas que
    lo hubieran hecho o apoyado a Perón, desde junio de 1946 a
    septiembre de 1955.

    El 27 de abril de 1956, Aramburu, anuló por
    decreto la Constitución peronista de 1949 y
    reimplantó la Constitución liberal de 1853. Se
    eliminaron los artículos 37 al 40 que establecían
    la función social de la propiedad
    privada y los derechos del trabajador.

    El 1º de mayo de 1956 la tradicional
    celebración obrera no fue un momento agradable para los
    trabajadores peronistas. Hablaron los militares, Aramburu les
    prometió la protección actual y futura de sus
    derechos y conquistas. Pero al referirse a la CGT,
    advirtió que no se permitiría la existencia de otro
    Estado en el Estado argentino. También dijo, que el
    Gobierno entregaría los gremios a los trabajadores pero
    sin permitir el regreso al poder de los
    peronistas.

    El 23 de mayo el Gobierno estableció por
    decreto un nuevo régimen de asociaciones profesionales,
    también la realización de elecciones en los gremios
    dentro de 150 días. Reiteraba la proscripción de
    los peronistas que hubieran sido dirigentes gremiales durante la
    segunda presidencia de Perón, y ajustaba los detalles del
    proceso comercial.

    También incluía un nuevo
    artículo que fijaba la representación de la
    minoría en el Comité Ejecutivo de cada sindicato,
    lo cual favorecía a los independientes, pues eran
    minoritarios en la mayoría de los
    casos.84

    El movimiento obrero continuó su protesta
    acusó a trabajadores peronista de atacar a funcionarios
    públicos y de practicar actos de sabotaje en la
    fábricas.

    Más importante resultó que lo
    gremios iniciaron muchas huelgas, sosteniendo que en el medio de
    respaldar sus exigencias de aumentos salariales. De este modo
    fueron a la huelga por razones económicas los empleados de
    comercio, los gráficos y los telefónicos (
    considerados independientes ), mientras obedecían a
    motivos económicos y políticos, las huelgas de los
    textiles y metalúrgicos peronistas.

    El Gobierno también pretendió
    acceder algunas de las que consideraba demandas legítimas
    de los obreros.

    Sin derogar el decreto que restringía la
    participación peronista, procuró de volver a
    normalizar la mayor cantidad posible de los gremios. Así,
    para abril de 1957, se habían normalizado 59 de las 119
    filiales de la CGT en Buenos Aires. Treinta y cincos se hallaban
    en proceso de conseguirlo, y no se proyectaba nada al respecto
    para el futuro inmediato de 24 filiales, ya se habían
    normalizado 113 de los 159 gremios del interior.

    La culminación por devolver los gremios a
    los trabajadores no peronistas, consistió en normalizar la
    CGT. El 25 de julio de 1957 se dictó un decreto que
    facultaba a su interventor para convocar a un Congreso General
    extraordinario de la filiales de la CGT que contaran con 1000
    afiliados o más. El primer objetivo del Congreso
    sería la sanción de nuevos estatutos, la
    elección de autoridades y el término de la
    intervención.

    El Congreso no llego a realizar ninguno de su
    fines, después de reunirse durante 5 sesiones violentas,
    borrascosas y polémicas, entre el 25 de agosto y el 4 de
    septiembre.

    El problema fue la validez de la credenciales de
    los delegados.

    La consecuencia fue que se retiraron los
    principales gremios independientes: Unión Ferroviaria,
    Empleados de Comercio, trabajadores del vestido, empleados
    municipales, Trabajadores del Estado, Bancarios y
    gráficos.

    Se dio término al congreso por falta de
    quórum y la CGT tardó en normalizarse otros cinco
    años y medio.85 Otras de las causas del fracaso del
    Congreso fue la intransigencia de los sectores
    antagónicos: uno el de los peronistas (
    metalúrgicos, textiles, transporte, panadero, sanidad,
    vitivinícolas, etc)

    Y otro el de los socialistas y sindicalistas libres
    ( mercantiles, ferroviarios, personal civil de la Nación,
    vestidos, municipales, gráficos, etc ). Tanto un sector
    como el otro procuraron conquistar la hegemonía y aplicar
    un criterio excluyente. Los sindicalistas libres se jactaban de
    contar con el apoyo del Gobierno y la intervención para
    lograr la dirección de la CGT, en tanto el sector
    peronista, haciendo gala de un criterio no menos absorcionista,
    se consideraba representante la mayoría de los
    trabajadores.

    Frente a ambas posiciones irreductibles,
    surgió un tercer grupo de organizaciones orientadas por
    los comunistas, peronistas de izquierda y delegados unitarios (
    luz y fuerza, construcción, madera, telefónicos,
    telegráficos, químicos, cerveceros, petroleros
    privados, etc ). El principal vocero de este núcleo era la
    delegación de la Unión de Sindicatos de la
    Industria de la Madera, a la que secundaban en sus posiciones
    otras 20 delegaciones.

    Estas adoptaron un criterio unificador
    constructivo y se esforzaron por descongelar los antagonismos
    cerrados, por persuadir a las otras delegaciones de la necesidad
    de un acuerdo que permitiera recuperar la CGT y darle una
    dirección unitaria. Fracasaron al chocar con la
    intolerancia de los sectores en pugna y a principios de
    septiembre el Congreso quedó roto en la práctica,
    al retirarse los sindicalistas libres.

    En tales circunstancias, los delegados unitarios
    conversaron por separarse con uno y otro sector en pugna, y por
    último lograron que se formara una comisión
    integrada por 21 delegaciones, a razón de 7 por cada uno
    de los tres sectores. Esta comisión se reunió el 16
    de septiembre en la sede de La Fraternidad, pero la
    delegación del sector peronista no asistió y en
    cambio realizaron una reunión separada en el sindicato de
    la Sanidad. En ambas reuniones prevalecieron posiciones
    irreductibles. En la Fraternidad, los libres adoptaron una
    táctica dilatoria, argumentando que no se podía
    reiniciar el Congreso hasta tanto se investigasen a fondo las
    representaciones actuantes; su propósito era ganar tiempo
    para mejorar sus posiciones y asegurarse la mayoría.
    Mientras tanto en la Sanidad se resolvió enviar una nota
    al interventor Patrón Laplacette, en la cual exigía
    la reanudación del Congreso, pero hubo divergencia en la
    redacción de la misma y se
    suspendió.

    Los delegados de la afiliación comunista
    realizaron una intensa labor un favor de la unidad, denunciando
    la posiciones negativas de unos y otros sectores. La
    solución propuesta consistía en dejar de lado todo
    intento de utilizar el número de la mayoría para
    desplazar al número de la minoría, constituir una
    Mesa Directiva unitaria del Congreso con participación de
    todos los sectores; de la misma manera, establecer un
    dirección provisional de la CGT, constituir en el Congreso
    una comisión de proporciones para que produjese despecho
    sobre los problemas fundamentales planteados a la clase obrera en
    esos momentos, elaborar un proyecto de reforma a los estatutos de
    la CGT, para darle un carácter federativo y no
    intervencionista y someterlo a consideración de un
    próximo Congreso en el plazo de 90 o 120
    días.

    El Gobierno jamás se reunió, pero la
    existencia de conflictos gremiales era un hecho cierto. Los
    representantes de 62 sindicatos se reunieron en la sede de la
    Federación de Luz y Fuerza, el 23 de septiembre y
    resolvieron presentar al Gobierno un petitorio que
    contenía 3 puntos: solución satisfactoria de los
    conflictos telefónicos y telegráficos,
    derogación del decreto 824 que prorrogaba la vigencia de
    los convenios, y derogación del decreto 10596, que negaba
    el derecho de huelga.

    En caso de no satisfacer estas demandas se
    resolvía efectuar un paro general de 24 horas en todo el
    país para el viernes 27 de septiembre..

    No hubo solución de los problemas
    planteados y el paro se llevó a cabo. Centenares de miles
    de trabajadores paralizaron las actividades industriales,
    portuarias, la banca, el
    transporte, etc. Como no contaban con la CGT, estructuraban otra
    forma de coordinación intersindical. Las 62 organizaciones
    que habían exigido la continuación del Congreso de
    la CGT y resuelto el paro, constituyeron el nucleamiento de las
    "62 organizaciones", integrado por sindicatos constituidos por
    los peronistas y los comunistas.

    Mientras que los gremios que se habían
    retirado del Congreso y se opusieron a la continuación
    formaron otro nucleamiento, llamado pomposamente "32 Gremios
    Mayoritarios Democráticos", que se enroló en las
    posiciones de la ORIT.

    EL carácter de éstos grupos que se
    hallaba enteramente definido, dado que en cada una de ellas
    actuaban fuerzas dispares.

    16. La convención
    constituyente y el paro general

    El 28 de julio de 1957 se realizaron en el país
    elecciones nacionales para elegir una convención
    constituyente, encargada de reformar la carta magna de
    la nación. Los peronistas estaban impedidos de participar
    con candidatos propios, se abstuvieron, los frondositas
    participaron, Perón en un acto demagógico
    presentaron la renuncia de sus candidatos electos. Los comunistas
    entendieron que era adoptar una actitud positiva: presentarse al
    acto laboral, utilizar la campaña para esclarecer a la
    opinión pública y luchar dentro de la
    convención a favor de una constitución realmente
    democrática, que contuviera sólidas
    garantías para los trabajadores y el pueblo.

    En la sesión del 18 de octubre, el Sr.
    Rodolfo Ghioldi ( comunista), expuso las reformas que
    debían hacerse a la constitución: Garantías
    personales, eliminación del estado de sitio,
    derogación de la ley de Residencia, respeto al federalismo, etc.
    También la reforma
    agraria y la nacionalización de las empresas
    extranjeras.

    El tema que más interesaba a la clase obrera
    eran los derechos sociales de los trabajadores, que si se lograba
    incluir en la constitución, el movimiento sindical
    contaría con un importantísimo instrumento legal
    para defenderlos y hacerlos valer en la vida
    práctica.

    Por su parte la gran patronal, en especial los
    monopolios, no querían que se discutieran esos derechos,
    para poder tener impunidad en su diaria explotación a los
    trabajadores y se negara a aceptar los derechos sociales, y se
    hiciera eco en cambio, de la campaña conspiradora de
    ciertos jefes militares que deseaban impedir el cumplimiento de
    la promesa gubernamental, de elecciones para febrero del
    año siguiente.

    En esas circunstancias las "62" Organizaciones
    resolvieron un paro general de 48 horas para los días 22 y
    23 de Octubre de 1957. el ejercito rodeo las fábricas y
    patrulló las calles, los soldados fueron instruidos en el
    manejo de tranvías, se intervino otra vez el Sindicato
    Gastronómico de la capital, la Unión Tranviarios
    Automotor, la Asociación de Trabajadores del Estado y la
    Federación Obrera del Aceite, otros sindicatos fueron
    allanados. Durante los días en que se realizaban el paro
    hablaron en la Constituyente los diputados comunistas Pedro
    Tadioli e Irma Othar, quienes abogaron por los derechos sociales,
    que fuesen incluidos en la Constitución Nacional,
    también se expuso que se limitasen las ganancias de las
    empresas para facilitar la elevación de los salarios y el
    consiguiente nivel de vida de los trabajadores, ya que de esta
    forma, el aumento salarial no se trasladaría a los
    precios.

    Después del paro las "62" Organizaciones,
    señalaron su exitoso cumplimiento y reiteraron el
    petitorio que motivó la lucha:

    1. Aumento general de emergencia para hacer frente
      a la carestía de la vida.
    2. Libertad inmediata de todos los presos gremiales
      y levantamiento del estado de sitio.
    3. Derogación de los decretos 824 y 10.596,
      de prorroga de los convenios y reglamentación de huelga,
      más los 7 decretos de incentivación del trabajo
      que anulan las conquistas obreras.
    4. Solución de los conflictos de los gremios
      telefónicos, telegrafistas y vestidos.
    5. Reanudación del congreso de la
      CGT.

    17. La huelga de la
    construcción

    El gremio de la construcción, donde la influencia
    de los militares comunistas era decisiva. El congreso que
    sesionó entre el 19 de Octubre y el 5 de Noviembre de 1957
    eligió una Comisión Directiva Nacional, de
    carácter unitario y combativo, que inmediatamente
    incidió sus trabajos para mejorar las condiciones de
    trabajo y retribución de éste sufrido
    gremio.

    Una de las primeras medidas fue presentar a la
    patronal un petitorio de aumento de salarios. Ante el silencio de
    la Cámara Argentina de la Constitución, se
    insistió en el petitorio y se emplazó a la
    patronal. Ya en la primera semana se presentaron en el sindicato
    ingenieros, arquitectos y directores de empresas para dejar
    constancia de que concedían el aumento pedido, pero las
    grandes empresas de la Cámara se negaron hasta
    último momento, con la intención de vencer la
    huelga por el hambre.

    Los trabajadores del andamio respondieron con
    unanimidad a su dirección: se formaron comités de
    huelgas en las obras, y comisiones de recorrida que las
    inspeccionaban, asimismo, comisiones de solidaridad, en
    que participaron también las esposas de los huelguistas,
    quienes se encargaban de conseguir el aporte de la
    población y del comercio, destinado a ayudar a las
    familias más necesitadas. También se hicieron ollas
    populares para darle de comer a los huelguistas y sus familias.
    Esta actividad no solamente se vio en la capital, sino
    también en el interior.

    Frente a la huelga pasiva dirigida desde arriba, la
    huelga de la construcción puso en vigencia nuevos
    métodos que movieron a familiares de trabajadores,
    despertaron las energías y capacidades del gremio, y
    elevaron a decenas de militares al rango de cuadros
    dirigentes.

    Junto con la huelga de la construcción se
    desarrolló la del gremio de la madera. Esta huelga
    también puso en práctica métodos
    democráticos y clasistas, que conquistó igualmente
    un notable triunfo como la de
    construcción.

    Las huelgas y los resultados y los resultados
    obtenidos por estos dos gremios estimularon a los demás
    gremios a salir a la lucha para vencer sus demandas de salarios,
    y tonificaron el movimiento obrero general.

    18.
    Descomposición de las "62"

    Durante su primera época, las "62"
    organizaciones, con una dirección compuesta por peronistas
    y comunistas, desempeñaron un importante papel en la
    organización de la lucha obrera, y en la acción de
    recuperar la CGT. Pero algunos dirigentes peronistas sectarios
    retomaron las posiciones intransigentes y exclusivistas que
    habían adoptado en el congreso de 1957 y quisieron
    convertir a las "62" en un nucleamiento partidario. Esto lo
    demostraron en el acto llevado a cabo en el Luna Park, donde
    convirtieron la asamblea en un acto partidario y en una
    demostración de apoyo político al líder
    depuesto. Esa actitud produjo malestar en muchos sindicatos de
    las "62".

    Convocada a elecciones nacionales para el 23 de
    Febrero de 1958 los dirigentes peronistas y comunistas de las
    "62" resolvieron apoyar a Frondizi, que se presentaba con un
    programa democrático y progresista.

    Pero las promesas de Frondizi no fueron cumplidas,
    ya que se encontraba entre dos presiones: por un lado el
    imperialismo y la oligarquía y por el otro los peronistas,
    que habían suscrito un pacto secreto con Frondizi, en la
    cual esta se comprometía a facilitar la entrega de los
    sindicatos a ese sector político a cambio de su apoyo
    electoral.

    No fue casual que a la Mesa Coordinadora de las
    "62" no fueran invitados los dos representantes comunistas. Se
    trataba de impedir que su oposición al plan de
    intervenciones frustrase las ambiciones de
    predominio.

    Importantes organizaciones se opusieron
    enérgicamente al intervencionismo estatal y se
    pronunciaron por la convocatoria de las elecciones
    sindicales.

    Los 19 sindicatos que se opusieron al plan de
    absorción constituyeron en marzo de 1958 el movimiento
    Sindical Antintervencionsta. La firme posición de este, y
    la fuerza de los gremios que lo componían, frustraron el
    plan de intervención de los sindicatos. Impidieron que los
    trabajadores fueran divididos en peronistas y anti-peronistas.
    Pero el Ministerio de Trabajo, lejos de actuar con la prometida
    imparcialidad, trató de contener el avance de esta
    línea clasista.

    Para defender la unidad, la democracia y la
    independencia sindical, el Movimiento Nacional
    Antintervencionsta, lejos de disolverse al cumplir su cometido,
    resolvió a fines de 1958 convertirse en nucleamiento
    permanente, y pasó a denominarse Movimiento de Unidad y
    Coordinación Sindical ( MUCS.

    Al no existir la CGT como tal, las "62"
    también dividida, las huelgas que se hicieron, tanto de
    los frigoríficos como la de los bancarios, azucareros,
    etc. no tuvieron éxito…

    19. El movimiento obrero
    unificado (MOU)

    El 17 de Agosto el MUCS, las "62" y los gremios
    independiente llegaron a un acuerdo para establecer bases de
    acción conjunta, mediante la creación del llamado
    Movimiento Obrero Unificado. (MOU)

    Desde hacía tiempo el MUCS venía
    gestionando la formación de un comando único para
    una dirección planificada y coordinada de las luchas
    obreras. Las "62" se había negado a ello, absorbidas como
    estaban por una política exclusivista y exclusionista,
    tendiente a copar todas las organizaciones de ayuda del gobierno,
    de acuerdo a un pacto secreto preelectoral. Pero antes el giro de
    Frondizi, y obligadas por el momentáneo debilitamiento
    producido por una división interna, las "62" tuvieron que
    acceder, a establecer una dirección
    compartida.

    La mesa de la "62" se había reorganizado con
    la incorporación de representantes de los sindicatos
    chicos.

    Vandor hostilizó con sus fuerzas a dicha
    Mesa y ésta, para ampliar su base de apoyo, acepó
    la alianza del MUCS y los independientes.

    El MOU tuvo una vida efímera, dado que este
    grupo se armó sobre una base no-identificación de
    objetivos ideológicos y métodos que trasciendan las
    circunstancias inmediatas. Las "62" no luchaba por modificaciones
    estructurales, sino por un egoísmo, interés
    partidista, eran proclives al pacto y a la maniobra. Mientras que
    el MUCS era franco y leal es su gestión
    unitaria, se empeñaba en superar el partidismo par unir a
    la clase obrera en su lucha inmediata y con vista a objetivos
    más altos y avanzados el MOU fracasó, no por el
    MUCS, sino por el "62".

    Bajo la conducción conjunta del MOU se
    realizaron unas pocas acciones, pero que adquirieron una
    extraordinaria enverdura. Los días 23 y 24 de Septiembre
    de 1959 hubo u formidable paro general de 48 horas, en el que
    participaron tres millones y medios de
    trabajadores.

    El 6 y 7 de Noviembre sesionó el primer y
    último plenario nacional del MOU, en la sede del Sindicato
    de Trabajadores de Barracas de Lanas, la "62" no se
    presentó.

    Finalizado el plenario, a las 5,30 horas de la
    madrugada, el dirigente José Miguel Zárate, alma y
    principal inspirador del MOU, fue detenido por la policía
    y liberado en 1969.

    Este fue, el último plenario del MOU. Las "62",
    en su plenario nacional del 20 de mayo, expresaron que el MOU ya
    había cumplido su función y que era totalmente
    inoperante y carece de posibilidades de continuación. En
    adelante el MOU siguió existiendo de nombre, pues las "62"
    de dieron la espalda.

    20. Plenario nacional del
    MUCS

    Los días 24 y 25 de junio de 1960, en el
    salón de actos de la Unión Obrera
    Gastronómica, sesionó el Plenario Nacional del
    MUCS.

    Después de entonarse con fervor el himno
    nacional, el dirigente de la construcción Antonio Cabrera,
    en nombre del Consejo Nacional del MUCS, nombró la
    presidencia del plenario y las comisiones de poderes, de
    resoluciones, de prensas y actas.

    Al tratar sobre la situación
    económica-social de la clase obrera éste
    señalaba que durante 1959 el costo de la vida había
    aumentado un 113,7%, en tanto que los salarios crecieron un
    68,3%. Los planes del FMI en el
    país llevan a la súper explotación, hasta el
    punto de que los frigoríficos, que en 1957 contaban con un
    personal de 58.851 trabajadores, ahora realizaban la misma
    producción con 20.400. Los despidos habían afectado
    asimismo a 50.000 empleados estatales y a 50.000 obreros
    textiles. El informe explicó la razón de ser del
    MOU. Estando intervenida la CGT, las distintas corrientes que
    animan el movimiento sindical se expresan en distintos
    nucleamientos.

    En este plenario participaron: 586 delegados de 23
    regionales de la CGT, 10 federaciones obreras nacionales, 129
    sindicatos, 63 movimientos unitarios y 92 comisiones internas y
    grupos de trabajadores de empresas.

    Luego se expusieron cinco puntos que, a juicio del
    MUCS serían sus bases:

    1. Establecer con claridad las bases de un programa
      nacional de lucha de la clase obrera, que contenga las
      reivindicaciones fundamentales de los trabajadores de todo el
      país.
    2. Constitución de una dirección
      única, sin discriminaciones, con representación
      proporcional, respetando los métodos y las normas de una
      afectiva democracia sindical.
    3. Reconocimiento de las direcciones de las
      organizaciones e intervenidas a fin de no legalizar las
      intervenciones de Frondizi-Alzogaray-Puente. Reconocimiento de
      las direcciones elegidas por los trabajadores hasta la
      realización de nuevas elecciones.
    4. Libertad de ideas, de opiniones y de
      acción de las organizaciones, para asegurar la lucha por
      el programa nacional de la clase obrera, y la justa
      posición de las organizaciones sindicales frente a los
      problemas de interés general de los trabajadores,
      mientras no sea normalizada la CGT.
    5. Plan de acción inmediato en la lucha por
      un aumento de salarios, contra la carestía de la vida,
      por la conquista de los convenios de trabajo, la libertad de
      los presos, contra las torturas, por el levantamiento del
      estado de sitio, por la anulación del plan Conintes,
      contra las intervenciones estatales en los sindicatos y otras
      reivindicaciones.

    Estos fueron aprobados en su totalidad y por
    unanimidad.

    21. La entrega de la
    CGT a los "20"

    A 5 años de la intervención de la CGT,
    Frondizi deseaba desentenderse de ese problema, pero al mismo
    tiempo dejar la central obrera en manos de elementos potables
    para el capital.

    A través de Frigerio, su asesor, el mismo
    llamó a las "62" ( los miembros más derechistas) y
    a los independientes, sugiriéndoles que cada uno de dichos
    nucleamientos nombrase sus representantes y que se entendieran
    entre ellos. Sobre esa base, y siempre que supieran excluir al
    MUCS y los comunistas, sería posible la normalización de la CGT.

    En Octubre de 1960, las "62" designaron 10
    representantes, y los independientes otros diez. Unos y otros
    entablaron contactos y constituyeron la "comisión de los
    20".

    El 30 de enero de 1961, el departamento de Prensa
    del Ministerio de Trabajo, da a conocer la información, en
    la que comunica que " reconoció personería
    jurídica para hacerse cargo de la CGT a la comisión
    de las 20 organizaciones, y los hizo, no solo por la
    representatividad de las distintas entidades que la integran,
    sino también por haberse constituido al margen de
    intereses extra gremiales, en cuanto participan dirigentes
    obreros de las más distintas
    ideologías.

    El 16 de marzo de 1962 se entrega la CGT a la
    comisión de los 20, que en los hechos quedó
    convertida en dirección provisional de la CGT, sin
    asamblea, congreso, ni plenario que la eligiese.

    Entre otras cosas al asumir afirmaron:
    …Ajustaremos nuestro accionar en defensa de postulados de
    régimen nacional, que den soluciones a los graves
    problemas económicos, políticos y sociales que
    aquejan a nuestro pueblo, y no admitiremos interferencias
    extrañas, sean estas foráneas, gubernamentales, de
    los partidos políticos u otros sectores ajenos a la clase
    trabajadora…

    Quien haya seguido con atención los
    acontecimientos posteriores, comprenderá que las altas
    jerarquías derechistas adueñadas de la
    dirección ex sindicales jamás respetaron la
    independencia sindical, y mucho menos la democracia sindical,
    proclamad en aquella declaración. El fraude, las
    maniobras, el partidismo, la discriminación, se
    convirtieron en las normas cotidianas, al amparo de un
    estado gobernado por los agentes de los monopolios, la
    oligarquía y la burguesía intermediaria. Las altas
    jerarquías sindicales, enfrentadas, se mantenían
    además divorciadas de las grandes masa
    trabajadoras.

    Década del 60

    22. Nuevas luchas
    obreras y tentativas de unidad

    La entrega de la CGT a la comisión de los 20 no
    provocó entusiasmo en la fila de la clase obrera. Para
    todos era claro que ese acto no podía significar la
    normalización de la CGT.

    Un grupo de dirigentes de las "62" había
    recorrido los pasillos de los ministerios e inclusive se
    entrevistaron con el general Toranzo Montero, para convencerlo de
    que ellos eran el " dique de contención del comunismo" por
    eso la CGT debía pasar a sus manos.

    Antes las nuevas circunstancias, el MUCS
    convocó a una Asamblea Nacional por la unidad de la clase
    obrera realizada los días 25 y 26 de marzo de 1961.
    sesionó en el salón de la Unidad Obrera
    Gastronómica de la capital: concurrieron 861 delegados de
    469 sindicatos, federaciones, regionales de la CGT y comisiones
    internas, además de 130 movimientos unitarios de gremios.
    Las delegaciones provenían de capital, BS. AS. ,Santa Fe,
    Córdoba, Mendoza, Santiago del Estero, San Juan, San Luis,
    Entre Ríos, Chaco y Tucumán.

    Esta asamblea resolvió, en áreas de
    la unidad de la clase obrera argentina, volcar todas la fuerzas
    unitarias y clasistas en la CGT, y trabajar en un seño por
    una efectiva normalización y por una dirección
    unitaria y representativa de todos los sectores.

    23. Primer plenario de
    la CGT "normalizada"

    El 20 de abril de 1961, se realizó la primera
    reunión de la CGT "normalizada", temas: considerar la
    situación financiera de la misma, para lo cual
    proponía el aumento de la cuota de los trabajadores, y el
    acto del 1ro. De mayo.

    Los trabajadores que esperaban que se tratasen sus
    problemas, vieron la total falta de sensibilidad de ésta
    CGT, frente a la clase obrera.

    Los militares del MICS propusieron que se
    discutiera la responsabilidad de la clase obrera y su central par
    evitar el golpe de Estado
    que preparaban el almirante Rojas y el general Toranzo Montero, y
    que además de tratarse la solidaridad con Cuba, que
    días antes había sido invadida por los Estados Unidos,
    esta moción fue aprobada por 66 votos contra 6, por lo que
    se pasó a discutir tan importante
    asuntos.

    Por otro lado, los miembros pertenecientes a las
    "62" sostuvieron que a los trabajadores no les importaba lo que
    hicieran Rojas y Toranzo Montero, que en definitiva la
    responsabilidad caía sobre el gobierno, y que la CGT
    debía mantenerse al margen.

    Los miembros del MUCS afirmaron que la causa
    antiimperialista y antiterrateniente de Cuba era la causa de
    todos los trabajadores de América, y que por ello la CGT
    debía pronunciar su solidaridad.

    La clase obrera tenía ahora más
    elementos para juzgar las distintas posiciones que se
    definían en el movimiento obrero. Por un lado aquellos que
    estaban comprometidos con el gobierno y en virtud de ese
    compromiso habían recibido la CGT, y por el otro, quienes
    luchaban por ideales y propósitos, tratando de imprimir a
    la CGT un espíritu de clase.

    Ese año el 1ro. De mayo no se pudo celebrar
    con un acto central unitario, desde cuyas tribunas hablaran los
    representantes de todas las clases.

    La CGT organizó un acto oficialistas que fue
    un fracaso, ya que prohibió llevar carteles con
    inscripciones de lucha y designó grupos aliancistas
    armados, para atacar a los trabajadores, que se pronunciaran a
    favor de Cuba.

    El MUCS realizó un acto el 30 de abril en el
    estadio de Castro Barros 75, donde una numerosa concurrencia
    vibró de entusiasmo y combatividad, expresó sus
    ansias de lucha por la solución de los problemas
    nacionales y la solidaridad con Cuba.

    24. Nuevos
    paros

    El segundo plenario de la CGT, efectuado el 10 de
    julio de 1961 fue diametralmente opuesto al anterior, por la
    actitud desacertada de sus representantes y además, en los
    hechos ese sector entraba en contradicción con el gobierno
    de Frondizi.

    El 6 de junio, ante la falta de solución a
    los graves problemas obreros, y bajo presión de la clase
    trabajadora, la dirección de la CGT declaró el
    estado de alerta.

    Sus dirigentes se entrevistaron con Frondizi, pero
    no hubo una respuesta positiva a sus demandas. De ahí que
    el segundo plenario se viera en un clima de protesta y la palabra
    de los dirigentes del MUCS fuera escuchada y
    respetada,

    Finalmente se aprobó una resolución
    de paro general para el 18 de julio.

    Entre tanto el gobierno dio a conocer un proyecto
    de ley de Defensa de la Democracia.

    La propia dirección de la CGT ungida por el
    Gobierno debió comprender que si se aprobaba dicho
    proyecto se ponía en peligro la existencia misma del
    movimiento sindical.

    Por ello en un nuevo plenario cegetista,
    fijó la siguiente posición: ante el envío al
    cenado, por parte del PE de un monstruo proyecto de ley contra
    las libertades publicas y populares, la CGT iniciará
    inmediatamente en el orden nacional una intensa campaña
    para impedir su sanción, recurriendo, si lo estima
    conveniente, ala huelga general…

    El MUCS apoyó públicamente esta
    decisión de la CGT.

    El primero de agosto y el 21 de septiembre se
    producen 2 nuevas entrevistas de
    la dirección de la CGT con el gobierno, pero sus
    resultados no son satisfactorios. La ruptura de la CGT con el
    Gobierno aparece ahora total.

    Declara un paro general el 6 de octubre, el
    segundo en el año. Toda la clase obrera paraliza sus
    actividades, tanto en la industria, comercios y servicios
    públicos. Los dirigentes peronistas e independientes
    suavizan su actitud ante los dirigentes
    comunistas.

    Desde el 30 de octubre hasta el 10 de diciembre se
    produjo la huelga ferroviaria. Conocido el Plan Larkin de
    liquidación de los ferrocarriles, el gremio ferroviario
    realizó varios paros. Pero Frondizi y sus ministros
    Acevedo dictaron el decreto 4061, que disponía la
    cesantía de 80000 trabajadores, sumada ala
    jubilación acelerada de otros 20000, la clausura de 11
    talleres ferroviarios y levantamiento de 23000 KM. De vías
    y reformas de los escalafones ( convenios), sin discusiones y
    acuerdos de partes.

    El Gobierno lanzó toda la represión
    contra los huelguistas. Decretó la "requisición"
    del gremio ferroviario, por la noche la policía
    invadió los hogares de los huelguistas llevándolos
    para que trabajen, pero se negaron, centenares de ellos fueron a
    parar a la cárcel. Todo el pueblo se solidarizó con
    ellos, realizó colectas en todo el país,
    también otros Sindicatos de otros países, enviaron
    fondos y exigieron a Frondizi la satisfacción de sus
    demandas

    La CGT declaró un paro de 72 horas, y en el
    plenario del 30 de noviembre resolvió:

    1)Que las organizaciones federadas dispongan el
    aporte in mediato de medio jornal por afiliado para los
    ferroviarios.

    2) Realizar un gran motín de solidaridad el
    6 de noviembre en parque Patricio.

    3) Llamar a todos los partidos políticos e
    instituciones populares a constituir una comisión nacional
    de solidaridad.

    Los partidos políticos y organizaciones
    populares se reunieron el primero de diciembre en la unión
    ferroviaria, y el 4 en la CGT. El 6, en parque Patricios, se
    congregaron más de100000 personas y participaron de
    aquellas decisiones.

    La huelga había triunfado, y el Gobierno
    dio marcha atrás, aunque no todas las disposiciones fueron
    totalmente cumplidas, ya que quedaron 3000 cesantes, 90 detenidos
    y 8 talleres cerrados, pero el resultado fue en general
    satisfactorio, ya que se pago el 80% de los días de huelga
    y un 20% de aumento en los salarios.

    El 24 y 25 de febrero de 1962 se realiza el
    plenario del MUCS, el cual se concentró en los
    preparativos del congreso de la CGT, que se había
    anunciado para ese año, aunque luego fue postergado para
    enero de 1963. El plenario exhortó a todas las
    organizaciones a realizar asambleas, reuniones y congresos para
    dar mandato a sus delegados, a fin de que en el congreso de la
    CGT sostuvieran posiciones firmes por la unidad sin exclusiones
    del movimiento obrero, por una dirección única,
    formada sobre la base de la representación proporcional de
    todas las corrientes, por la independencia de la central y por un
    programa en común que inspirase las futuras
    luchas.

    El18 de marzo de 1962 hubo elecciones nacionales,
    como los peronistas estaban prescriptos, se unieron con la
    unión popular, que en esa oportunidad contó con el
    apoyo de los comunistas; esta triunfó en varias
    provincias, en consecuencia el gobierno las
    intervino.

    El MUCS y las "62" declararon en forma coincidente
    un paro general para el 23 de marzo, pero la CGT, para evitar una
    intervención, no tomó cartas en el
    asunto, el paro se cumplió parcialmente. Los militares lo
    derriban a Frondizi y dejan a Guido como
    presidente.

    En abril la comisión provisional de la CGT
    decreta el "Estado de huelga" y en mayo formula un programa de 8
    puntos, reclamando la actualización inmediata de los
    convenios colectivos, control de costos y
    fijación de precios máximos. Rebaja de los aforos
    aduaneros y de impuestos a las
    ventas,
    adecuación de la política crediticia,
    represión a la especulación y al contrabando, plena
    ocupación, pago de las sumas adeudadas por el estado a las
    cajas de jubilaciones.

    El23 de mayo se reúne la CGT y se dispone a
    realizar un paro general de 24 horas del día 29 y otro de
    48 horas los días 18 y 19 de junio. La clase obrera cumple
    el del 29 de mayo en tanto que el segundo se posterga porque la
    CGT había aceptado la invitación de las centrales
    patronales ( la Unión Industrial Argentina y la
    Confederación General Económica), para tratar un
    acuerdo social.

    El paro se llevó a cavo los días 1 y
    2 de agosto,

    Después de este paro el Gobierno
    dictó el decreto que reglamenta el derecho de huelga,
    retiró la personería de la asociación obrera
    textil, Sindicato Argentino de Músicos, Federación
    Gráfica Bonaerense, FOECYT y asociación de
    telegrafistas.

    Durante este lapso se produjeron la huelga de los
    gráficos y de la carne, que no consiguieron
    nada.

    25. El congreso
    "normalizador" de la CGT

    En esas circunstancias se preparó y
    realizó el congreso de la CGT que tubo lugar a fines de
    enero de 1963.

    La convocatoria fijaba la realización del
    congreso los días 28 y 29 para discutir solamente la
    reforma de los estatutos y la reunión del Comité
    Central Confederal los días 30 y 31, al solo efecto de
    elegir las autoridades para la Central Obrera.

    Pero los jerarcas sindicales, tanto los de la "62"
    como los "independientes", para ellos el punto neurálgico
    del congreso residía en la elección de las
    autoridades de la CGT. En ello pusieron mayor empeño ,
    chocaron, discutieron, hubo idas y venidas, reuniones a puertas
    cerradas, y por último ambos nucleamientos se pusieron de
    acuerdo en la formación del secretariado y del concejo
    directivo, excluyendo a los representantes del MUCS y de la
    Unión Ferroviaria. Esta insidiosa discriminación
    había sido dictada por los " factores del poder"
    dominantes y formaban parte del plan de marginar cada vez
    más a la corriente clasista, dejando la conducción
    del movimiento obrero en mano de los jerarcas
    claudicantes.

    Frente a las nuevas elecciones nacionales, las
    "62" sus dirigentes, se habían integrado en el llamado
    "Frente Nacional y Popular", encabezado por el conservador
    Vicente Solano Lima, en tanto que los independientes
    tenían compromisos con otros partidos
    políticos.

    El "Frente" peronista conservador fracasó
    estrepitosamente antes del comicio, porque los Sindicatos y
    regionales cegetistas del interior del país no lo
    aceptaron y repudiaron al contubernio. Más de tres
    millones de votos en blanco y abstenciones fueron la respuesta al
    fraude y las proscripciones.

    La fórmula centrista Illia-Perete
    ganó los comicios, candidatos de la Unión
    Cívica Radical del Pueblo, que prometió rescatar
    el
    petróleo y demás riquezas nacionales, acabar
    con la sumisión del FMI, impulsar una política
    exterior independiente, derogar la legislación represiva,
    liberar los `presos gremiales y políticos, paralizar la
    carestía, etc.

    Inmediatamente después de las elecciones el
    MUCS llamó a la unidad sindical en la CGT para exigir la
    plena realización de las promesas electorales. La
    posición de estos podía resumirse así:
    apoyar todas las medidas positivas del gobierno, criticar
    constructivamente sus pasos negativos y enfrentar las precisiones
    gorilas mediante la movilización de las masas, a fin de
    que el Gobierno sus promesas.

    En cambio los dirigentes de la "62" se negaron a
    adoptar esa actitud constructiva, idearon un plan
    psicológico y de acción para hostilizar al
    Gobierno.

    Los independientes, por su parte, adoptaron la
    actitud contraria, de puro oficialismo y de esa forma paralizaba
    la lucha de los trabajadores por sus derechos y
    reivindicaciones.

    Si bien el Gobierno de IlIia cumplió alguna
    de las promesas electorales, los dirigentes sindicales
    peronistas, hostilizaron al nuevo Gobierno por rodos los medios,
    y terminaron colaborando con los militares que desalojaron a
    Illia para implantar una dictadura militar
    en1966.

    Desde 1963 y hasta el 25 de junio de 1966, que fue
    el Gobierno de estado, dado por los militares, el movimiento
    obrero se encontró dividido. Por un lado el MUCS que
    luchaba contra el imperialismo y los Oligarcas que doblaban el
    brazo a Illia y no lo dejaban gobernar este nucleamiento apoyaba
    al presidente.

    Por el otro la CGT, también se
    dividía, porque a los peronistas lo único que les
    interesaba era la vuelta de Perón, y no la defensa del
    obrero, razón por la cual los independientes se van
    retirando de la CGT.

    De esta manera los dirigentes peronistas, tienen
    la CGT para ellos solos, e instalan su plan de lucha, creando
    inestabilidad en el gobierno actual.

    La primera medida del plan de lucha fue: ocupar
    las fábricas en forma pacífica, la orden llegaba
    por sobre cerrado a las comisiones internas, bajo el sello de
    "reservado". Los personales se enteraban a último momento
    y debían cumplirlas. A las ocupaciones se les
    insufló un clima político,"por el retorno de
    Perón", al margen de las necesidades de los
    trabajadores.

    Si bien los propietarios de las empresas
    reclamaban el estado de sitio y la represión, el Gobierno
    no les respondía, y debieron recurrir a la
    justicia.

    La segunda etapa consistió, en la
    realización de cabildos abiertos en todas las ciudades del
    país. Este era una asamblea obrero-popular en la que
    participaban: los sindicatos, los partidos políticos, los
    centros de estudiantes, los organismos vecinales y
    populares.

    El MUCS consideró que esta
    resolución entrañaba la posibilidad de reforzar los
    lazos de la clase obrera en todos los sectores populares y
    plasmar, 4el germen de un frente antiimperialista y
    antioligárquico, y por ello exhortó a organizar con
    responsabilidad los cabildos abiertos.

    El peronismo y las"62" organizaron la
    operación retorno, y trataron de complicar a la CGT.
    Vandor y otros dirigentes viajaron a Madrid y se embarcaron con
    Perón de regreso, al hacer escala el avión en
    Brasil, el
    Gobierno de ese país

    a solicitud del nuestro, lo hace regresar a
    España. El fracaso de la operación no se
    debió solo al Gobierno, sino al pueblo que no salió
    a las calles para defender el egreso de un jefe político.
    Esta operación fue un fracaso.

    El paro general de 17 y 18 de diciembre se cumple
    parcialmente, ya que lo acata el 50%, dado el descontento de la
    clase obrera.

    En el congreso de la CGT convocado para enero de
    1965 no se presentaron los Independientes, esto favoreció
    los planes sectarios de la"62", cuyo propósito era
    monopolizar la dirección de la CGT. Pero en el mismo se
    demostró que había descontento en su propio
    ceno.

    Una comisión del congreso, encargada de
    analizar los documentos de
    trabajo puestos a su consideración, encargó dicha
    tarea a la dirección de la CGT, esta por su parte la
    encargó a un grupo de sociólogos y economistas,
    quienes elaboraron en folleto que la CGT publicó en
    febrero de 1965.

    El trabajo en cuestión indicaba que la CGT
    inclinaba peligrosamente hacia la derecha, con el estímulo
    del Sindicalismo libre. El puente entre el Sindicalismo peronista
    y el sindicalismo libre era sin lugar a duda la camarilla de la
    federación de Luz y Fuerza, pero algunas versiones
    sostenían que José Alonso, secretario de la CGT se
    había plegado a esas tendencias. Resultó
    desconcertante, sin embargo, que la corriente alonsistas
    adhirieran algunos dirigentes peronistas de izquierda. Eran
    Ricardo de Lucas (navales), Armando Olmos (sanidad), Lorenzo Pepe
    (ferroviario) y Juan Serial (de calzado), bajo el patrocinio de
    Isabel Martinez de Perón.

    A esa fracción se oponía la
    corriente vandorista: Adolfo Cavalli ( petrolero), Anteo Poccione
    (en cueros), Miguel Gazzera( fideero), Rogelio Corea (
    construcción) y Nestor Carrasco (frigorífico
    nacional).

    La división del peronismo era un hecho.
    Alonsistas y vandoristas compitieron para ganarse el apoyo de las
    "62", pero sus fricciones se trasladaron también al campo
    político. Este conflicto tendría más arde
    graves derivaciones, al ser asesinados, primero Vandor y luego
    Alonzo.

    A fin de fortalecer sus posiciones frente al
    sector alonsista, el sector vandorista del peronismo
    decidió propiciar una apertura hacia los independientes y
    el MUCS. La inclusión de estos sectores fue para que los
    apoyaran en los diferentes actos y motines.

    La pugna en el ceno del peronismo, entre el sector
    alonsista y vandorista, engendró una crisis en la CGT. Por
    eso el consejo directivo, resuelve separar a Alonzo, argumentando
    que las actitudes y conductas de este compañero no
    condicen con los aspectos orgánicos que dice
    defender.

    Para mediar en el conflicto interno, Perón
    envía a su tercer esposa, Isabel Martinez de Perón
    quien apoya a José Alonzo y reúne a sus seguidores
    en las "62" de pie junto a Perón. Por su parte Vandor,
    para hacerse fuerte en la CGT, acepta reunirse con los
    independientes y el MUCS. También van la UOM, Luz u
    Fuerza, SUPE, SUPA, Carne, Obras Sanitarias, Unión
    Ferroviaria, Transporte, Químicos.

    Esta gestión estuvo a punto de ser
    empañada por el pleito interno de la Unión Obrera
    Metalúrgica: el 13 de Mayo, en una confitería de
    Avellaneda se produce un tiroteo entre dos fracciones de esa
    unidad, y muere el dirigente Rosendo García. Insistentes
    versiones señalan a Vandor como el asesino.

    Se convoca a continuación el Comité
    Central Confederal de la CGT, que el 19 de mayo de 1966 elige una
    dirección provisional con un mandato de 90 días. En
    ella participan representantes de las "62", los independientes y
    el MUCS, no participó las "62" de "Pie". El vigor que esta
    fugaz unidad otorgó las luchas obreras pudo advertirse en
    la magnitud lograda por le paro general del 7 de junio de 1966,
    resuelto como protesta ante el voto presidencial a reforma a la
    ley 11.729 de despidos, aprobada por el
    congreso.

    Pero el centro de la atención de los
    dirigentes peronistas no se encontraba en lucha de los
    trabajadores para mejorar sus condiciones de vida y de trabajo,
    sino e los contactos con los generales que preparaban el golpe de
    Estado para derrocar al gobierno Radical. Ya el 18 de marzo de
    1966, Vandor, Prado. Taccone. Izzeta, Cavalli y otros dirigentes
    peronistas se reunieron en una amistosa cena con los generales
    Lanusse y levington, según informó un diario.
    Resultaban inocultable las simpatías de esos dirigentes
    por el general Onganía, quien había sido destituido
    de la jefatura del ejército.

    El 28 de junio de 1966 se produce el golpe de
    Estado militar, encabezado por el general Juan Carlos
    Onganía, quien se hace nombrar presidente de la
    nación. Las jerarquías sindicales peronistas
    expresaban su beneplácito

    26.
    Conclusiones

    Podríamos decir que en poco más de un
    siglo ( 1850 – 1966 ), el trabajador ha podido, a
    través de la importante acción de los sindicatos,
    lograr condiciones que le sean favorables. Tales
    como:

    • Jornadas de no más de 8 horas
      diarias.
    • Salarios justos
    • Condiciones de trabajo dignas
    • Libertad de huelgas que manifiesten su
      descontento
    • Protección ante sus
      jefes
    • Exigencia del cumplimiento de las leyes que
      establecían. Por ejemplo: vacaciones pagas,
      protección contra despidos arbitrarios y
      restricción de los monopolios.
    • Se crearon tribunales de
      trabajo
    • Se implementó el sistema de
      jubilaciones
    • Creación y respeto de sus
      derechos

    27. Citas textuales y
    Referencias

    1) F.T.R.A.: La Federación fue conocida por
    varias denominaciones. Sigo a Oddone al referirme a ella como
    FTRA.

    2) Sólo en 1891 abandonaron la Argentina
    81.932 inmigrantes para estadísticas relativas a la inmigración. Véase República
    Argentina 3er. Censo Nacional Buenos Aires, Rosso y Cía,
    en 1917 volumen 10,
    página 399.

    3) La información sobre Justo se basa en
    Dardo Cúneo: Juan B. Justo, Buenos Aires, Alpe 1956.
    páginas 15 – 50 Juan B. Justo: La realización
    del Socialismo, Buenos Aires, La Vanguardia,
    1947, páginas 29 – 31.

    4) Antonio Pellecer Paraire: análisis de la cuestión de la vida.
    Barcelona P. Cuesta, Diego Abad de Santillana: La Fora. Buenos
    Aires Nervio, 1933 página 63.

    5) El "Comunismo Anarquista" se refiere a una forma
    comunitaria de anarquismo y no a la combinación
    filosófica del anarquismo y el comunismo. Diego Abad de
    Santillana, La Fora, páginas 125 –
    130.

    6) La protesta 3 al 8 de Mayo de 1909 y el
    19/9/1909. La Nación 2 al 8 de Mayo, 1909; Martín
    S. Casaretto: Movimiento obrero volumen 1 páginas 90
    – 93.

    7) James Bryce. South América, Nueva York,
    Macmillan, 1913, página 343.

    8) República Argentina, Departamento
    Nacional del Trabajo: boletín número 8, 31 de Marzo
    de 1909 páginas 16 – 30.

    9) Para un análisis completo de esta ley
    véase Ingenieros: Sociología argentina: páginas 243
    – 271. José Luis Romero: Las ideas políticas
    páginas 200 –204. Rubén Iscaro: Origen y
    desarrollo del movimiento sindical argentino, Buenos Aires,
    Anteo, 1958, páginas 68 – 69.

    10) Jacinto Oddone: Socialismo volumen 2
    página 380.

    11) Para versiones sobre este período
    véase Abad de Santillana: La Fora página 212, La
    Nación, mayo – junio de 1910.

    12) Samuel L. Baily: Movimiento obrero Nacionalismo
    y política en la Argentina, ver cuadro página
    41.

    13) S. Marotta, Movimiento sindical volumen 2,
    página 182, L. B. Cerrutti Costa: El Sindicalismo, las
    masas y el poder, Buenos Aires, Trafac, 1957 página 94. J.
    V. Chiti y F. Agnelli: La Fraternidad, Buenos Aires 1937,
    página 371. Las cifras de estos autores son exageradas,
    fueron reducidas en un 25%.

    14) Sebastián Marotta: Movimiento Sindical
    volumen 2 páginas 257 – 259.

    15) El empleo del
    término "sectores medios"; según John J. Jonson,
    para designar a los grupos que abarca desde el empleado
    público de cuello blanco y poco sueldo, con
    educación limitada y casi siempre sin útiles
    vinculaciones de familia, hasta
    los adinerados propietarios de empresas comerciales o industrias,
    los profesionales educados, maestros, burócratas oficiales
    de alto nivel, por lo común procedentes de viejas
    familias. Ver J.J. Jonson versión castellana, "La
    transformación política de América Latina:
    surgimiento de los sectores medios de Buenos Aires, Hachette de
    más autores ver página 44.

    16) Gabriel del Mazo: El pensamiento escrito de
    Yrigoyen, Buenos Aires, Raigal, 1945 página
    110.

    17) Gabriel del Mazo: El Radicalismo, Buenos Aires
    1957 volumen 1 página 209; A. Palacios: Derecho,
    páginas 194 – 203. Para un análisis
    pormenorizado de la huelga de los marítimos ver
    República Argentina, Departamento Nacional de Trabajo
    boletín número 37 ( marzo 1918 ).

    18) Esta descripción se basa en los
    siguientes libros,
    representativos de diferentes puntos de vista. J. Oddone:
    Gremialismo páginas 286 – 295, que representa la
    posición socialista. S. Martota: Movimiento sindical
    volumen 2 páginas 241 – 248, los sindicalistas. R
    Iscaro: Movimiento sindical, páginas 105 – 107, los
    comunistas. C. Ibarguren: La historia que he vivido, Buenos
    Aires, Peuser, 1955 páginas 341 – 344, los
    conservadores.

    19) Alfredo Palacios: Derecho, páginas 35 –
    194 – 200. Manuel Ugarte: EL porvenir de América
    Latina , Buenos Aires, Indoamérica, 1953 páginas
    44, 112 – 118. Marotta: Movimiento sindical volumen 2
    páginas 188 – 192.

    20) Véase Unión sindical Argentina:
    Carta orgánica Buenos aires, La Internacional, 1921
    página 2.

    21) J. Oddone: Gremialismo página 311, R.
    Iscaro: Movimiento sindical, página 139, M. S. Casaretto:
    Movimiento obrero volumen 10 página 71.

    22) Unión Ferroviaria : Memoria y
    balance, 1928, Buenos Aires, La Vanguardia, 1929 página
    6

    23) Ver crónica de Medio Siglo,
    1930

    24) Jacinto Odonne: Gremialismo, páginas 328
    – 330

    25) Alberto Uriburu: La palabra del General
    Uriburu, Buenos Aires, Roldán, 1933, páginas 21
    – 25

    26) Jacinto Odonne: Gremialismo página 374,
    Alfredo Gallietti: La política y los partidos, Buenos
    Aires, Fondo de Cultura
    Económica, 1961 página 94.

    27) La Fraternidad, 20 de Agosto de 1930. Es el
    periódico del gremio de maquinistas y foguistas del mismo
    nombre.

    28) CGT, 25/1 /1934, 14/12/1934. CGT 14/12/1934. La
    Fraternidad 5 /11/1933

    29) Ver CGT 28/2/1934; 20/4/1934;
    20/12/1935

    30) CGT 10/4/1936; Cerrutti Costa: El sindicalismo
    página 130.

    31) Confederación General de Empleados de
    Comercio, Memorias del
    Concejo Administrativo al segundo Congreso Ordinario, Buenos
    Aires, 1930 página 50.

    32) La Fraternidad 5/11/1937

    33) CGT 31/12/1937

    34) Nicolás Repetto: Mi paso por la
    política de Uriburu a Perón. Buenos Aires Santiago
    Rueda, 1957 páginas 150 – 153, 184 – 189, 212
    – 216.

    35) Los trabajadores sin sindicalizar eran
    migrantes no calificados procedentes del
    interior.

    36) CGT 27/12/1935, 3/3/1939; República
    Argentina, Departamento Nacional del Trabajo, División de
    Estadísticas: Organización Sindical: Asociaciones
    obreras y patronales, Buenos Aires 1941 página
    6.

    37) CGT: Actas del Comité Central ( 1942 )
    páginas 34, 230 – 233

    38) Jacinto Oddone: Gremialismo páginas 376
    – 378. Ángel Perelman, uno de los primeros
    dirigentes peronistas antiliberales, señala que el grupo
    de Domenich era también el más nacionalista de los
    dos. C. F. Ángel Perelman: Como hicimos el 17 de octubre,
    Buenos Aires, Coyoacan, 1961, página 43.

    39) CGT: Acta de las reuniones del Comité
    Central Confederal, Buenos Aires, La Vanguardia, 1943,
    página 19.

    40) Jacinto Oddone: Gremialismo páginas 398
    – 400

    41) Entrevista con Perez Leirós, 14/6/1963
    "La historia del peronismo", 11, primera plana, 24/8/1965,
    páginas 42 – 45.

    42) Juan Domingo Perón: EL trabajo a
    través del pensamiento de Perón, Buenos Aires,
    Secretario de Prensa y Difusión página
    20.

    43) J.D. Perón: Pensamientos página
    19.

    44) Perelman: Como hicimios el 17 de
    octubre.

    45) El término "laboristas" es para
    identificar a los liberales que apoyaron a Perón, ya que
    fueron los individuos que más influencia tuvieron en la
    creación del Partido Laborista.

    46) Alberto Belloni: Peronismo, páginas 50
    – 53; Perelman: Cómo hicimos, páginas 71
    – 79, Cipriano Reyes: ¿Qué es el laborismo?,
    Buenos Aires, Ediciones RA, 1946, páginas 45 –
    52

    47) Es discutible el papel de Eva Perón en
    los sucesos del 17 de octubre. Según Bailly no fue muy
    importante si se compara con Luis Gay y C. Reyes. La citada no
    alcanzó gran influencia en el movimiento obrero sino poco
    después que Perón asumió la
    presidencia.

    48) Argentina Fabril, enero de 1946. Se trata de la
    publicación mensual de la Unión Industrial
    Argentina.

    49) Entrevista a Luis Gay, 29/07/1963. Walter
    Beveraggi Allende: El fracaso de Perón y el Problema
    argentino, Buenos Aires, Rosso, 1956, páginas 41 –
    45.

    50) CGT 16/02/1947. Ver American Federation of
    Labor. American Labor Looks at the World. Washington, 1947,
    páginas 20 – 27.

    51) CGT: Labor realizada por el Secretario
    Confederal, Buenos Aires, 1947, páginas 15 –
    17.

    52) American Federation of Labor: World
    página 21. Entrevista con Candido Gregorio, ex secretario
    General del Sindicato Textil, 05/07/1963.

    53) CGT: Labor realizada, página 23.
    Entrevista con S. Marotta, 11/07/1963.

    54) CGT: 16/02/1947; 01/11/1947

    55) J. D. Perón: Habla Perón a los
    ferroviarios, Buenos Aires, Subsecretraría de
    Informaciones, 1951, páginas 7 –
    13.

    56) República Argentina: Dirección
    Nacional de Estadísticas y Censo, anuario
    estadístico de la República Argentina. Buenos
    Aires, 1957, página 143.

    57) La Fraternidad volvió a afiliarse
    más tarde a la CGT, para intentar reformarla desde
    adentro.

    58) Fraternidad. Actas de 1946, página 249;
    1948, páginas 27 – 193; 1950 página
    252.

    59) U.S. Commerse: Economic Review, 1951 ,
    página 15

    60) La Confederación General
    Económica ( CGE ), representaba a los nuevos industriales
    manufactureros, mientras que la Unión Industrial Argentina
    representaba grupos vinculados con las industrias tradicionales
    de exportación.

    61) CGT 23/05/1952; 23/01/1954

    62) Para diferentes versiones sobre la
    relación entre Perón y la Iglesia ver: R. J.
    Alexander: Perón página 127; Pablo S. Marsal:
    Perón y la Iglesia, Buenos Aires, Rex, 1955; Pedro
    Badanelli: Perón, La Iglesia y un cura, Buenos Aires,
    Tortisson, 1960, y las entrevistas a dos dirigentes
    antiliberales, Juan C. Labolaberry, 23/07/1963 y H. Salvo,
    27/07/1963.

    63) Robert J. Alexander: Perón,
    páginas 188 – 193; CGT 22/02/1952.

    64) CGT 29/02/1952; para un análisis de la
    tercera posición, ver GI: Blanksten: Perón,
    páginas 277 – 293, 423 – 439; J. A. Magnet:
    Vecinos

    65) República Argentina: Libro negro,
    página 254 y siguientes; R. J. Alexander: Perón,
    página 189 y siguientes.

    66) República Argentina, Vicepresidencia de
    la Nación, Comisión Nacional de Investigaciones,
    documentación, autores y cómplices de las
    irregularidades cometidas durante la segunda tiranía,
    Buenos Aires, 1958, volumen 5 página 120.

    67) Entrevistas con H. Salvo; 27/07/1963. La U.O.M.
    Actas 25/11/1952. La Vanguardia 26/05/1954.

    68) CGT 24/06/1955, La Nación, 30/06 y 02/07
    de 1955. Arthur P. Whitaker, Argentine Upheavel, Nueva York,
    Praeger, 1956, página 25. La Nación
    16/07/1955.

    69) La Nación, 25/08/1955; Clarín
    25/08/1955. Los firmantes de esta declaración
    incluían entre otras a gremialistas, S. Marotta,
    Jesús Fernández y Roberto Testa.

    70) La Nación, 08/09/1955 ; Franklin Lucero:
    El precio de la
    lealtad, Buenos Aires, Propulsión, 1959, página
    126.

    71) Bonifacio del Carril: Crónica interna de
    la Revolución Libertadora, Buenos Aires, EMECÉ,
    1959, página 128. Ver relato del hijo de Leonardi: Dios es
    justo, Buenos Aires, Itinerarium, 1958, páginas 192
    – 200

    72) La división del movimiento obrero en
    estos grupos se basa en información contenida en la CGT,
    11/11/1955, Congreso General Extraordinario de la CGT,
    26/08/1957, 05/09/1957. Empleo independientes para designar a
    todos los antiperonistas, si bien el término no se
    usó en este sentido hasta cierto tiempo
    después.

    73) La Prensa, uno de los diarios más
    antiguos y prestigiosos de la Argentina, había sido
    confiscado por Perón, y entregado a la CGT en
    1951.

    74) La mayoría de esta información
    sobre el período de Leonardi proviene de la
    CGT.

    75) CGT 11/11/1955, el Obrero Ferroviario,
    09/09/1955

    76) CGT 11/09/1955, el New York Times,
    14/10/1955

    77) COASI, diciembre de 1955

    78) Anales de Legislación Argentina, 1955,
    volumen A, páginas 563 – 566

    79) David C. Jordan: Argentina´s Nationality.
    Movement and the political parties, 1930 – 1963. Tesis
    doctoral, University of Pennsylvania, 1964, páginas 243
    – 248

    80) New York Times, 16/11/1955

    81) Anales de Legislación Argentina, 1955,
    volumen A, páginas 580 –581.

    82) New York Times, 31/12/1955

    83) República Argentina: Libro negro,
    páginas 21 – 146. El Obrero Ferroviario, diciembre
    de 1955, este periódico no podía reflejar opiniones
    gremiales.

    84) Anales de la Legislación Argentina 1956,
    páginas 436 – 479

    85) CGT, Congreso 1957, página 365 y
    siguientes.

    28.
    Bibliografía

    Movimiento Obrero, nacionalismo y política
    en la Argentina de Samuel Bailly.

    Historia del movimiento sindical de Rubén
    Iscaro

    El movimiento obrero de Roberto
    Campbell

    Enciclopedia Microsoft
    Encarta 2000

     

     

    Autor:

    Gustavo

    ggaa61[arroba]hotmail.com

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