1.
Introducción
3.
Efectos de la contaminación del
agua
4.
Fuentes y control
5. Contaminación
marina
6.
Depuración de
Aguas
7.
Depuración de aguas
residuales
8. Estanque de estabilización o
laguna
9. Tratamiento avanzado de las aguas
residuales
10.
Conclusión
11.
Anexos
12. Resumen
En el trabajo a
continuación se encuentra la información acerca del análisis del agua,
más específicamente, de los distintos procesos para
determinar el tipo de contaminación que posee una muestra de
agua.
Para introducirnos en el tema, es necesario saber
claramente que conocemos como agua y contaminación.
El agua es el nombre común que se aplica al
estado
líquido del compuesto de hidrógeno y oxígeno
H2O. Los antiguos filósofos consideraban el agua como
un elemento básico que representaba a todas las sustancias
líquidas. Los científicos no descartaron esta idea
hasta la última mitad del siglo XVIII. En 1781 el
químico británico Henry Cavendish sintetizó
agua detonando una mezcla de hidrógeno y aire. Sin
embargo, los resultados de este experimento no fueron
interpretados claramente hasta dos años más tarde,
cuando el químico francés Antoine Laurent de
Lavoisier propuso que el agua no era
un elemento sino un compuesto de oxígeno e
hidrógeno. En un documento científico presentado en
1804, el químico francés Joseph Louis Gay-Lussac y
el naturalista alemán Alexander von Humboldt demostraron
conjuntamente que el agua consistía en dos
volúmenes de hidrógeno y uno de oxígeno, tal
como se expresa en la fórmula actual H2O.
La contaminación es la impregnación del
aire, el agua o
el suelo con
productos que
afectan a la salud del hombre, la
calidad de
vida o el funcionamiento natural de los ecosistemas.
La contaminación del agua es la
incorporación al agua de materias extrañas, como
microorganismos, productos
químicos, residuos industriales y de otros tipos, o aguas
residuales. Estas materias deterioran la calidad del agua
y la hacen inútil para los usos pretendidos.
2. La Contaminación
del Agua
Los principales contaminantes del agua son los
siguientes:
Aguas residuales y otros residuos que demandan
oxígeno (en su mayor parte materia
orgánica, cuya descomposición produce la
desoxigenación del agua).
Agentes infecciosos.
- Nutrientes vegetales que pueden estimular el
crecimiento de las plantas
acuáticas. Éstas, a su vez, interfieren con los
usos a los que se destina el agua y, al descomponerse, agotan
el oxígeno disuelto y producen olores
desagradables. - Productos químicos, incluyendo los
pesticidas, diversos productos industriales, las sustancias
tensioactivas contenidas en los detergentes, y los productos
de la descomposición de otros compuestos
orgánicos. - Petróleo, especialmente el procedente de los
vertidos accidentales. - Minerales inorgánicos y compuestos
químicos. - Sedimentos formados por partículas del
suelo y
minerales
arrastrados por las tormentas y escorrentías desde las
tierras de cultivo, los suelos sin
protección, las explotaciones mineras, las carreteras
y los derribos urbanos. - Sustancias radiactivas procedentes de los residuos
producidos por la minería y el refinado del uranio y el
torio, las centrales nucleares y el uso industrial,
médico y científico de materiales
radiactivos.
- El calor
también puede ser considerado un contaminante cuando
el vertido del agua empleada para la refrigeración de las fábricas y
las centrales energéticas hace subir la temperatura del agua de la que se
abastecen.
3. Efectos de la
contaminación del agua
Los efectos de la contaminación del agua incluyen
los que afectan a la salud humana. La presencia
de nitratos (sales del ácido nítrico) en el agua
potable puede producir una enfermedad infantil que en ocasiones
es mortal. El cadmio presente en los fertilizantes derivados del
cieno o lodo puede ser absorbido por las cosechas; de ser
ingerido en cantidad suficiente, el metal puede producir un
trastorno diarreico agudo, así como lesiones en el
hígado y los riñones. Hace tiempo que se
conoce o se sospecha de la peligrosidad de sustancias
inorgánicas, como el mercurio, el arsénico y el
plomo.
Los lagos son especialmente vulnerables a la
contaminación. Hay un problema, la eutrofización,
que se produce cuando el agua se enriquece de modo artificial con
nutrientes, lo que produce un crecimiento anormal de las plantas. Los
fertilizantes químicos arrastrados por el agua desde los
campos de cultivo pueden ser los responsables. El proceso de
eutrofización puede ocasionar problemas
estéticos, como mal sabor y olor, y un cúmulo de
algas o verdín desagradable a la vista, así como un
crecimiento denso de las plantas con raíces, el
agotamiento del oxígeno en las aguas más profundas
y la acumulación de sedimentos en el fondo de los lagos,
así como otros cambios químicos, tales como la
precipitación del carbonato de calcio en las aguas duras.
Otro problema cada vez más preocupante es la lluvia
ácida, que ha dejado muchos lagos del norte y el este
de Europa y del
noreste de Norteamérica totalmente desprovistos de
vida.
Las principales fuentes de
contaminación acuática pueden clasificarse como
urbanas, industriales y agrícolas:
La contaminación urbana está formada por
las aguas residuales de los hogares y los establecimientos
comerciales. Durante muchos años, el principal objetivo de la
eliminación de residuos urbanos fue tan sólo
reducir su contenido en materias que demandan oxígeno,
sólidos en suspensión, compuestos
inorgánicos disueltos (en especial compuestos de
fósforo y nitrógeno) y bacterias
dañinas. En los últimos años, por el
contrario, se ha hecho más hincapié en mejorar los
medios de
eliminación de los residuos sólidos producidos por
los procesos de
depuración. Los principales métodos de
tratamiento de las aguas residuales urbanas tienen tres fases: el
tratamiento primario, que incluye la eliminación de
arenillas, la filtración, el molido, la floculación
(agregación de los sólidos) y la
sedimentación; el tratamiento secundario, que implica la
oxidación de la materia
orgánica disuelta por medio de lodo biológicamente
activo, que seguidamente es filtrado; y el tratamiento terciario,
en el que se emplean métodos
biológicos avanzados para la eliminación del
nitrógeno, y métodos físicos y
químicos, tales como la filtración granular y la
adsorción por carbono
activado. La manipulación y eliminación de los
residuos sólidos representa entre un 25 y un 50% del
capital y los
costes operativos de una planta depuradora.
Las características de las aguas residuales
industriales pueden diferir mucho tanto dentro como entre las
empresas. El
impacto de los vertidos industriales depende no sólo de
sus características comunes, como la demanda
bioquímica
de oxígeno, sino también de su contenido en
sustancias orgánicas e inorgánicas
específicas. Hay tres opciones (que no son mutuamente
excluyentes) para controlar los vertidos industriales. El
control puede
tener lugar allí donde se generan dentro de la planta; las
aguas pueden tratarse previamente y descargarse en el sistema de
depuración urbana; o pueden depurarse por completo en la
planta y ser reutilizadas o vertidas sin más en corrientes
o masas de agua.
La agricultura,
la ganadería comercial y las granjas avícolas, son
la fuente de muchos contaminantes orgánicos e
inorgánicos de las aguas superficiales y
subterráneas. Estos contaminantes incluyen tanto
sedimentos procedentes de la erosión de las tierras de
cultivo como compuestos de fósforo y nitrógeno que,
en parte, proceden de los residuos animales y los
fertilizantes comerciales. Los residuos animales tienen
un alto contenido en nitrógeno, fósforo y materia
consumidora de oxígeno, y a menudo albergan organismos
patógenos. Los residuos de los criaderos industriales se
eliminan en tierra por
contención, por lo que el principal peligro que
representan es el de la filtración y las
escorrentías. Las medidas de control pueden incluir el uso
de depósitos de sedimentación para líquidos,
el tratamiento biológico limitado en lagunas
aeróbicas o anaeróbicas, y toda una serie de
métodos adicionales.
Los vertidos que llegan directamente al mar contienen
sustancias tóxicas que los organismos marinos absorben de
forma inmediata. Además forman importantes
depósitos en los ríos que suponen a su vez un
desarrollo
enorme de nuevos elementos contaminantes y un crecimiento
excesivo de organismos indeseables. Estos depósitos
proceden de las estaciones depuradoras, de los residuos de
dragados (especialmente en los puertos y estuarios), de las
graveras, de los áridos, así como de una gran
variedad de sustancias tóxicas orgánicas y
químicas.
Vertidos de petróleo
(mareas negras)
Las descargas accidentales y a gran escala de
petróleo líquido son una importante
causa de contaminación de las costas. Los casos más
espectaculares de contaminación por crudos suelen estar a
cargo de los superpetroleros empleados para transportarlos, pero
hay otros muchos barcos que vierten también
petróleo, y la explotación de las plataformas
petrolíferas marinas supone también una importante
aportación de vertidos. Se estima que de cada
millón de toneladas de crudo embarcadas se vierte una
tonelada. Entre las mayores mareas negras registradas hasta el
momento se encuentran la producida por el petrolero Amoco
Cádiz frente a las costas francesas en 1978 (1,6
millones de barriles de crudo) y la producida por el pozo
petrolífero Ixtoc I en el golfo de México en
1979 (3,3 millones de barriles). El vertido de 240.000 barriles
por el petrolero Exxon Valdez en el Prince William Sound,
en el golfo de Alaska, en marzo de 1989, produjo, en el plazo de
una semana, una marea negra de 6.700 km2, que puso en
peligro la vida silvestre y las pesquerías de toda el
área. Por el contrario, los 680.000 barriles vertidos por
el Braer frente a la costa de las islas Shetland en enero
de 1993 se dispersaron en pocos días por acción de
las olas propias de unas tormentas excepcionalmente
fuertes.
Los vertidos de petróleo acaecidos en el golfo
Pérsico en 1983, durante el conflicto
Irán–Irak, y en
1991, durante la Guerra del
Golfo, en los que se liberaron hasta 8 millones de barriles de
crudo, produjeron enormes daños en toda la zona, sobre
todo por lo que se refiere a la vida marina.
La depuración de aguas es el nombre que reciben
los distintos procesos implicados en la extracción,
tratamiento y control sanitario de los productos de desecho
arrastrados por el agua y procedentes de viviendas e industrias. La
depuración cobró importancia progresivamente desde
principios de
la década de 1970 como resultado de la preocupación
general expresada en todo el mundo sobre el problema, cada vez
mayor, de la contaminación humana del medio
ambiente, desde el aire a los ríos, lagos,
océanos y aguas subterráneas, por los desperdicios
domésticos, industriales, municipales y agrícolas.
El río no tiene espacios para autodepurarse y acaba
convirtiéndose en una cloaca.
Las aguas residuales
El origen, composición y cantidad de los desechos
están relacionados con los hábitos de vida
vigentes. Cuando un producto de
desecho se incorpora al agua, el líquido resultante recibe
el nombre de agua residual.
Las aguas residuales tienen un origen doméstico,
industrial, subterráneo y meteorológico, y estos
tipos de aguas residuales suelen llamarse respectivamente,
domésticas, industriales, de infiltración y
pluviales.
Las aguas residuales domésticas son el resultado
de actividades cotidianas de las personas. La cantidad y naturaleza de los
vertidos industriales es muy variada, dependiendo del tipo de
industria, de
la gestión
de su consumo de
agua y del grado de tratamiento que los vertidos reciben antes de
su descarga. Una acería, por ejemplo, puede descargar
entre 5.700 y 151.000 litros por tonelada de acero fabricado.
Si se practica el reciclado, se necesita menos agua.
La infiltración se produce cuando se
sitúan conductos de alcantarillado por debajo del nivel
freático o cuando el agua de lluvia se filtra hasta el
nivel de la tubería. Esto no es deseable, ya que impone
una mayor carga de trabajo al tendido general y a la planta
depuradora. La cantidad de agua de lluvia que habrá que
drenar dependerá de la pluviosidad así como de las
escorrentías o rendimiento de la cuenca de
drenaje.
Un área metropolitana estándar vierte un
volumen de
aguas residuales entre el 60 y el 80% de sus requerimientos
diarios totales, y el resto se usa para lavar coches y regar
jardines, así como en procesos como el enlatado y
embotellado de alimentos.
Composición
La composición de las aguas residuales se analiza
con diversas mediciones físicas, químicas y
biológicas. Las mediciones más comunes incluyen la
determinación del contenido en sólidos, la demanda
bioquímica
de oxígeno (DBO5), la demanda química de
oxígeno (DQO) y el pH.
Los residuos sólidos comprenden los
sólidos disueltos y en suspensión. Los
sólidos disueltos son productos capaces de atravesar un
papel de
filtro, y los suspendidos los que no pueden hacerlo. Los
sólidos en suspensión se dividen a su vez en
depositables y no depositables, dependiendo del número de
miligramos de sólido que se depositan a partir de 1 litro
de agua residual en una hora. Todos estos sólidos pueden
dividirse en volátiles y fijos, siendo los
volátiles, por lo general, productos orgánicos y
los fijos materia inorgánica o mineral.
DBO (demanda biológica de oxígeno):
cantidad de oxígeno requerida por los organismos
descomponedores aeróbicos para descomponer la materia
orgánica disuelta o en suspensión.
La concentración de materia orgánica se
mide con los análisis DBO5 y DQO. La DBO5 es la cantidad
de oxígeno empleado por los microorganismos a lo largo de
un periodo de cinco días para descomponer la materia
orgánica de las aguas residuales a una temperatura de
20 °C. De modo similar, la DQO es la cantidad de
oxígeno necesario para oxidar la materia orgánica
por medio de dicromato en una solución ácida y
convertirla en dióxido de carbono y
agua. El valor de la
DQO es siempre superior al de la DBO5 porque muchas sustancias
orgánicas pueden oxidarse químicamente, pero no
biológicamente. La DBO5 suele emplearse para comprobar la
carga orgánica de las aguas residuales municipales e
industriales biodegradables, sin tratar y tratadas. La DQO se usa
para comprobar la carga orgánica de aguas residuales que,
o no son biodegradables o contienen compuestos que inhiben la
actividad de los microorganismos. El pH mide la
acidez de una muestra de aguas
residuales. Los valores
típicos para los residuos sólidos presentes en el
agua y la DBO5 del agua residual doméstica aparecen en la
tabla adjunta. El contenido típico en materia
orgánica de estas aguas es un 50% de carbohidratos,
un 40% de proteínas
y un 10% de grasas; y entre 6,5 y 8,0, el pH puede
variar.
No es fácil caracterizar la composición de
los residuos industriales con arreglo a un rango típico de
valores dado
según el proceso de
fabricación. La concentración de un residuo
industrial se pone de manifiesto enunciando el número de
personas, o equivalente de población (PE), necesario para producir la
misma cantidad de residuos. Este valor
acostumbra a expresarse en términos de DBO5. Para la
determinación del PE se emplea un valor medio de 0,077 kg,
en 5 días, a 20 °C de DBO por persona y
día. El equivalente de población de un matadero, por ejemplo,
oscilará entre 5 y 25 PE por animal.
La composición de las infiltraciones depende de
la naturaleza de
las aguas subterráneas que penetran en la
canalización. El agua de lluvia residual contiene
concentraciones significativas de bacterias,
elementos traza, petróleo y productos químicos
orgánicos.
7. Depuración de
aguas residuales
Los procesos empleados en las plantas depuradoras
municipales suelen clasificarse como parte del tratamiento
primario, secundario o terciario.
Tratamiento primario : Las aguas residuales que entran
en una depuradora contienen materiales que
podrían atascar o dañar las bombas y la
maquinaria. Estos materiales se eliminan por medio de enrejados o
barras verticales, y se queman o se entierran tras ser recogidos
manual o
mecánicamente. El agua residual pasa a continuación
a través de una trituradora, donde las hojas y otros
materiales orgánicos son triturados para facilitar su
posterior procesamiento y eliminación.
Cámara de arena
En el pasado, se usaban tanques de deposición,
largos y estrechos, en forma de canales, para eliminar materia
inorgánica o mineral como arena, sedimentos y grava. Estas
cámaras estaban diseñadas de modo que permitieran
que las partículas inorgánicas de 0,2 mm o
más se depositaran en el fondo, mientras que las
partículas más pequeñas y la mayoría
de los sólidos orgánicos que permanecen en
suspensión continuaban su recorrido. Hoy en día las
más usadas son las cámaras aireadas de flujo en
espiral con fondo en tolva, o clarificadores, provistos de brazos
mecánicos encargados de raspar. Se elimina el residuo
mineral y se vierte en vertederos sanitarios. La
acumulación de estos residuos puede ir de los 0,08 a los
0,23 m3 por cada 3,8 millones de litros de aguas
residuales.
Sedimentación
Una vez eliminada la fracción mineral
sólida, el agua pasa a un depósito de
sedimentación donde se depositan los materiales
orgánicos, que son retirados para su eliminación.
El proceso de sedimentación puede reducir de un 20 a un
40% la DBO5 y de un 40 a un 60% los sólidos en
suspensión.
La tasa de sedimentación se incrementa en algunas
plantas de tratamiento industrial incorporando procesos llamados
coagulación y floculación químicas al tanque
de sedimentación. La coagulación es un proceso que
consiste en añadir productos químicos como el
sulfato de aluminio, el
cloruro férrico o polielectrolitos a las aguas residuales;
esto altera las características superficiales de los
sólidos en suspensión de modo que se adhieren los
unos a los otros y precipitan. La floculación provoca la
aglutinación de los sólidos en suspensión.
Ambos procesos eliminan más del 80% de los sólidos
en suspensión.
Flotación
Una alternativa a la sedimentación, utilizada en
el tratamiento de algunas aguas residuales, es la
flotación, en la que se fuerza la
entrada de aire en las mismas, a presiones de entre 1,75 y 3,5 kg
por cm2. El agua residual, supersaturada de aire, se descarga a
continuación en un depósito abierto. En él,
la ascensión de las burbujas de aire hace que los
sólidos en suspensión suban a la superficie, de
donde son retirados. La flotación puede eliminar
más de un 75% de los sólidos en
suspensión.
Digestión
La digestión es un proceso microbiológico
que convierte el lodo, orgánicamente complejo, en metano,
dióxido de carbono y un material inofensivo similar al
humus. Las reacciones se producen en un tanque cerrado o
digestor, y son anaerobias, esto es, se producen en ausencia de
oxígeno. La conversión se produce mediante una
serie de reacciones. En primer lugar, la materia sólida se
hace soluble por la acción de enzimas. La
sustancia resultante fermenta por la acción de un grupo de
bacterias productoras de ácidos, que la reducen a
ácidos orgánicos sencillos, como el ácido
acético. Entonces los ácidos orgánicos son
convertidos en metano y dióxido de carbono por bacterias.
Se añade lodo espesado y calentado al digestor tan
frecuentemente como sea posible, donde permanece entre 10 y 30
días hasta que se descompone. La digestión reduce
el contenido en materia orgánica entre un 45 y un 60 por
ciento.
Desecación
El lodo digerido se extiende sobre lechos de arena para
que se seque al aire. La absorción por la arena y la
evaporación son los principales procesos responsables de
la desecación. El secado al aire requiere un clima seco y
relativamente cálido para que su eficacia sea
óptima, y algunas depuradoras tienen una estructura
tipo invernadero para proteger los lechos de arena. El lodo
desecado se usa sobre todo como acondicionador del suelo; en
ocasiones se usa como fertilizante, debido a que contiene un 2%
de nitrógeno y un 1% de fósforo.
Tratamiento secundario: Una vez eliminados de un 40 a un
60% de los sólidos en suspensión y reducida de un
20 a un 40% la DBO5 por medios
físicos en el tratamiento primario, el tratamiento
secundario reduce la cantidad de materia orgánica en el
agua. Por lo general, los procesos microbianos empleados son
aeróbicos, es decir, los microorganismos actúan en
presencia de oxígeno disuelto. El tratamiento secundario
supone, de hecho, emplear y acelerar los procesos naturales de
eliminación de los residuos. En presencia de
oxígeno, las bacterias aeróbicas convierten la
materia orgánica en formas estables, como dióxido
de carbono, agua, nitratos y fosfatos, así como otros
materiales orgánicos. La producción de materia orgánica nueva
es un resultado indirecto de los procesos de tratamiento
biológico, y debe eliminarse antes de descargar el agua en
el cauce receptor.
Hay diversos procesos alternativos para el tratamiento
secundario, incluyendo el filtro de goteo, el lodo activado y las
lagunas.
Filtro de goteo
En este proceso, una corriente de aguas residuales se
distribuye intermitentemente sobre un lecho o columna de
algún medio poroso revestido con una película
gelatinosa de microorganismos que actúan como agentes
destructores. La materia orgánica de la corriente de agua
residual es absorbida por la película microbiana y
transformada en dióxido de carbono y agua. El proceso de
goteo, cuando va precedido de sedimentación, puede reducir
cerca de un 85% la DBO5.
Fango activado
Se trata de un proceso aeróbico en el que
partículas gelatinosas de lodo quedan suspendidas en un
tanque de aireación y reciben oxígeno. Las
partículas de lodo activado, llamadas floc,
están compuestas por millones de bacterias en crecimiento
activo aglutinadas por una sustancia gelatinosa. El floc
absorbe la materia orgánica y la convierte en productos
aeróbicos. La reducción de la DBO5 fluctúa
entre el 60 y el 85 por ciento.
Un importante acompañante en toda planta que use
lodo activado o un filtro de goteo es el clarificador secundario,
que elimina las bacterias del agua antes de su
descarga.
8. Estanque de estabilización o
laguna
Otra forma de tratamiento biológico es el
estanque de estabilización o laguna, que requiere una
extensión de terreno considerable y, por tanto, suelen
construirse en zonas rurales. Las lagunas opcionales, que
funcionan en condiciones mixtas, son las más comunes, con
una profundidad de 0,6 a 1,5 m y una extensión
superior a una hectárea. En la zona del fondo, donde se
descomponen los sólidos, las condiciones son anaerobias;
la zona próxima a la superficie es aeróbica,
permitiendo la oxidación de la materia orgánica
disuelta y coloidal. Puede lograrse una reducción de la
DBO5 de un 75 a un 85 por ciento.
9. Tratamiento avanzado de
las aguas residuales
Si el agua que ha de recibir el vertido requiere un
grado de tratamiento mayor que el que puede aportar el proceso
secundario, o si el efluente va a reutilizarse, es necesario un
tratamiento avanzado de las aguas residuales. A menudo se usa el
término tratamiento terciario como sinónimo
de tratamiento avanzado, pero no son exactamente lo mismo. El
tratamiento terciario, o de tercera fase, suele emplearse para
eliminar el fósforo, mientras que el tratamiento avanzado
podría incluir pasos adicionales para mejorar la calidad del
efluente eliminando los contaminantes recalcitrantes. Hay
procesos que permiten eliminar más de un 99% de los
sólidos en suspensión y reducir la DBO5 en similar
medida. Los sólidos disueltos se reducen por medio de
procesos como la ósmosis inversa y la
electrodiálisis. La eliminación del
amoníaco, la desnitrificación y la
precipitación de los fosfatos pueden reducir el contenido
en nutrientes. Si se pretende la reutilización del agua
residual, la desinfección por tratamiento con ozono es
considerada el método
más fiable, excepción hecha de la cloración
extrema. Es probable que en el futuro se generalice el uso de
estos y otros métodos de tratamiento de los residuos a la
vista de los esfuerzos que se están haciendo para
conservar el agua mediante su reutilización.
Vertido del líquido
El vertido final del agua tratada se realiza de varias
formas. La más habitual es el vertido directo a un
río o lago receptor. En aquellas partes del mundo que se
enfrentan a una creciente escasez de agua, tanto de uso
doméstico como industrial, las autoridades empiezan a
recurrir a la reutilización de las aguas tratadas para
rellenar los acuíferos, regar cultivos no comestibles,
procesos industriales, recreo y otros usos. En un proyecto de este
tipo, en la Potable Reuse Demonstration Plant de Denver,
Colorado, el proceso de tratamiento comprende los tratamientos
convencionales primario y secundario, seguidos de una limpieza
por cal para eliminar los compuestos orgánicos en
suspensión. Durante este proceso, se crea un medio
alcalino (pH elevado) para potenciar el proceso. En el paso
siguiente se emplea la recarbonatación para volver a un pH
neutro. A continuación se filtra el agua a través
de múltiples capas de arena y carbón vegetal, y el
amoníaco es eliminado por ionización. Los
pesticidas y demás compuestos orgánicos aún
en suspensión son absorbidos por un filtro granular de
carbón activado. Los virus y bacterias
se eliminan por ozonización. En esta fase el agua
debería estar libre de todo contaminante pero, para mayor
seguridad, se
emplean la segunda fase de absorción sobre carbón y
la ósmosis inversa y, finalmente, se añade
dióxido de cloro para obtener un agua de calidad
máxima.
Fosa séptica
Un proceso de tratamiento de las aguas residuales que
suele usarse para los residuos domésticos es la fosa
séptica: una fosa de cemento,
bloques de ladrillo o metal en la que sedimentan los
sólidos y asciende la materia flotante. El líquido
aclarado en parte fluye por una salida sumergida hasta zanjas
subterráneas llenas de rocas a
través de las cuales puede fluir y filtrarse en la tierra,
donde se oxida aeróbicamente. La materia flotante y los
sólidos depositados pueden conservarse entre seis meses y
varios años, durante los cuales se descomponen
anaeróbicamente.
A través de este trabajo, aprendimos que el agua
es el compuesto más abundante en la naturaleza. Cada
molécula está formada por un átomo de
oxigeno y dos
de hidrógeno, unidos por enlaces covalentes polares que
forman entre sí un ángulo de 105º.
El agua constituye un 70% de nuestro cuerpo.
Además es insípida, incolora e inodora y es un
recurso renovable en peligro por culpa de la actividad humana, ya
que toda agua pura procede de la lluvia.
La contaminación puntualmente es la que procede
de fuentes localizadas y es controlada mediante plantas
depuradoras. Pero ninguna medida de control será efectiva,
sino va acompañada de disposiciones destinadas a reducir
la cantidad de residuos y a reciclar todo lo que se pueda. Por
esto es importante concientizar a la población para que
cuide nuestro recurso, ya que existe desde tiempos
prehistóricos y el hombre
siempre se ha establecido cerca de lugares de fácil
abastecimiento de agua, porque esta es una necesidad
básica para el desarrollo de
la vida y hay que mantenerla incolora, insípida e inodora
De lo contrario (si el agua estuviera contaminada y no presentara
las características anteriormente mencionadas)
provocaría enfermedades como diarrea
aguda, lesiones en el hígado y en los riñones, etc.
Y no solamente a los humanos, sino que también a los
animales al ingerirla y a las planta al absorberla.
Un análisis del agua del Riachuelo
El ecólogo David Kuczynski, especialista en
contaminación hídrica, realizo un estudio tomando
muestras en cuatro puntos del Riachuelo: la Boca y los puentes La
Noria, Victorino de la Plaza y Pueyrredon. El resultado del
análisis es el siguiente:
Oxigeno disuelto: Indica la ¨salud¨ del agua. Un
río sano supera los 8 mg por litro y los peces mueren
cuando hay menos de 4,5. Las cuatro muestras analizadas rozan la
anoxia (falta total de oxigeno).
Fluctúan entre 0,3 (en Abellaneda, donde hay más
fabricas) y 1. Se detectaron microorganismos que no consumen
oxigeno y que suelen metabolizar el sulfuro de hidrógeno,
causante del típico olor a ¨ huevo podrido
¨.
Bacterias coliformes: su hábitat natural es el
intestino humano y su presencia en el río indica
contaminación cloacal. Para que el agua sea potable no
debe tener más de 2/100 ml (dos bacterias cada 100
mililitros) y para que un rió sea factible de potabilizar
no puede superar los 5.000/ml En el riachuelo fluctúan
entre 2.400.000 y 7.900.000 ml. Este ultimo índice tomado
en puente La Noria señalaría una mayor descarga de
desechos cloacales.
Cromo: el agua dulce virgen tiene menos de un microgramo
por litro. La ley permite
arrojar cromo por los desagües hasta un máximo de 2
por litro. En el riachuelo se detectaron de 20 a 45 por litro.
Las curtiembres y los talleres de cromado son los que más
aportan. La alta concentración de cromo irrita las mucosas
y produce graves daños e intoxicaciones.
Fenoles: la ley establece un
limite de 1 microgramo por litro para la protección de la
vida acuática. Las muestras oscilan entre 27 y 52 por
litro, registrándose el máximo a la altura de
Avellaneda. Los fenoles, altamente tóxicos, provienen de
desechos que arrojan químicas, petroleras, papeleras,
textiles, plásticas y fabricas de pintura.
Además de matar a la fauna provocan
sabor y olor desagradable.
PH (índice de acidez): Los valores
hallados son aceptables. Las muestras están entre 7 y 8
unidades de p. Pero, en realidad, la cantidad y variedad de
compuestos del agua es tan grande que las sustancias que elevan
los índices de ph. podrían estar
neutralizándose entre sí.
En este trabajo se pueden encontrar factores que
contaminan el agua, provocando un deterioro de este recursos
renovable, el cual es más que indispensable en la vida de
todo ser.
Para detener este desastre, existen diversos
procesos de depuración y potabilización del agua,
los cuales requieren de cierta concientización de la
población y una fuerte campaña de educación, para
comprender su uso y efecto.
En conclusión, en la monografía
encontramos las herramientas
que nos indican cómo utilizar este recurso sin devastarlo
(desarrollo
sustentable).
Autor:
Daniela A. Bujan
Ins. Juan Mantovani
Materia Recursos
Naturales
16 años