Donde se dice de los Trastornos Hipocondríacos, se Aprende del Dolor de la Espalda, La Educación Sexual y de sus Problemas con los Niños
- La
hipocondría - Síndrome
del Alcoholismo Fetal - Disgenesia
Gonadal, Monosomía X o Síndrome de Turner y su
Asociación con la Anorexia Nervosa - El caso de
Felicia - El
Buzón Universitario. La intoxicación con el
agua - Temas
actualizados. El entrenamiento sexual de los
niños - Bibliografía
La
hipocondría
Comenzaremos esta lección con un caso
clínico. El caso de don Sebastián.
Don Sebastián había contraído
nupcias en varias ocasiones. La primera vez, porque el honor lo
exigiera — después de reflexionarlo con calma, el joven
Sebastián, entonces de apenas diecinueve años
cumplidos, consideró y siguió el aviso de su padre.
Concluyendo que casarse sería preferible al destino cierto
de su muerte
inminente, si la niña que había embarazado no
llevara su apellido.
El papá de la muchacha era coronel retirado de la
guardia trujillista…
La segunda vez, fue cuando descubriera el "amor de su
vida". Una señora divorciada, decididamente mucho mayor
que él, pero cuyos talentos en el lecho amatorio eran
proverbiales y por todos conocidos. Con ella procrearía
tres niños y
un nieto, ya que su hijastra, asimismo, salió embarazada
por él.
Entonces, sintiendo necesidad por el prestigio de usar
un uniforme, se enganchó en la guardia donde se
distinguiría por hacer uso de sus conexiones familiares,
retirándose, como buen economista dominicano — con una
enorme pensión del gobierno.
(Véase mi ponencia al respecto: Que el
Hábito no Hace al Monje).
Para celebrarlo su jubilación del
ejército, se casó por la última
vez.
Decía su amigo Miguel, "Sebi se casó
vestido de blanco con una morenota bien gorda — no es que le
gusta casarse — lo que a él sí le gusta es el
pastel de bodas"…
¡No, el azúcar,
de nuevo!
¡A Sebi!,
entonces…
De esta unión resultaron varios hijos, mientras
que don Sebastián se dedicaba a nuevas empresas.
Varios de sus negocios
fracasaron por falta de planeamiento. Una
fue la agencia de viajes, que
localizara de modo insensato, frente a una de las más
importantes del país.
Otro negocio fallido. Un restaurante italiano, llamado
"El Peruano" — Negocio éste que, de modo poco
sorpresivo, no atrajo clientes. Ya que
el chef era un chinito oriundo de Aruba, apodado Dani.
Y, finalmente, una tienda de gourmet, "La Vinagreta
Albinona", donde conociéramos a ambos, don
Sebastián y a Dina, su esposa
portorriqueña.
Don Sebastián se quejaba de dolores de espalda y
de los hombros constantemente. En su oficina
tenía un surtido de instrumentos médicos para
asegurarse de que estaba vivo. Dina, le tomaba la presión
arterial con frecuencia desmedida, mientras que el marido
consumía una cantidad inmensa de píldoras. Algunas
recetadas por sus médicos, otras — como la uña de
gato — por las amantes de sus amigos y otras que él
mismo descubriera.
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