- El rol
determinante del observador en la mecánica
cuántica - En esto
se parece a la religión - La
desconcertante Teoría del Enmaraño – La
"telepatía" del Cosmos - El
Principio Antrópico - El
origen de la vida - Las
constantes universales - En
resumen
El Principio Antrópico (PA) constituye una
formulación científica de introducción reciente que analiza la
relación que existe entre el ser humano y el universo en
que vive. Este principio hace su aparición en los
años 70s en el campo de la Cosmología como
resultado de los esfuerzos de un grupo de
científicos de distintas ramas del saber y orientaciones
diversas.
PA mantiene que el universo tiende a
preservar la existencia de lo humano haciendo posible la
expresión de la vida, y a mantenerla en evolución constante hasta alcanzar la meta del
entendimiento propio que la conciencia, como
auto-conocimiento,
representa.
Hay fenómenos físicos de
extraordinaria naturaleza que
en sus actividades soportan esta noción de la
preservación de la existencia misma en la
configuración de las leyes que rigen
el equilibrio del
cosmos. Por ejemplo, si el agua al
congelarse, en lugar de flotar, cuando se convierte en hielo, se
solidificara como una roca, los océanos no
existirían haciendo de la vida un fenómeno
imposible -pero no es así-. El hielo flota en aguas cuyas
temperaturas son más bajas que las del témpano
flotante. Lo hace, por razones tan sorprendentes para el
científico, como son las causas del equilibrio sutil que
mantiene otras constantes universales
estables.
El significado, la validez y la capacidad
heurística del PA produjeron, cuando se propagaron, un
acalorado debate que en
poco tiempo
trascendió el círculo de especialistas que lo
propusieran para llegar a otras categorías de intelectuales,
como filósofos y políticos. Hoy su
prestancia atrae el interés
del público cultivado por razones
ético/filosóficas.
Este marcado interés y la fuerte controversia
engendrada, se deben probablemente al hecho de que las
implicaciones de este principio tuvieron reverberación en
campos muy alejados de la Cosmología. El PA -al menos en
algunas de sus formulaciones definidas como "fuertes"- constituye
efectivamente la superación y hasta podría decirse
la inversión de la visión tradicional
de la relación entre el ser humano y el cosmos que
la ciencia ha
elaborado durante los últimos siglos y que ha pasado a
formar parte del sistema de
creencias básico de Occidente.
En la Cosmología científica tradicional,
el ser humano se concibe como ser puramente natural, como un
fenómeno animado que representa un producto
secundario y accidental de la evolución de la materia. Esta
visión considera a la conciencia, fenómeno
psicológico, como el resultado de una
estructuración compleja de la masa cerebral, o como
producto de organizaciones
moleculares específicas que se han ido constituyendo
durante millones de años por mutaciones casuales y por
selección en función de
las condiciones ambientales presentes. Entonces, el proceso
evolutivo de la materia, desde el Big-Bang hasta el ser
humano de hoy, es considerado un proceso puramente fortuito, sin
finalidad alguna, determinado por el proceso y la implacable
inmanencia de leyes físicas.
Según el Segundo Principio de
la Termodinámica –o Principio de la Entropía que
todavía representa uno de los ejes centrales de la
visión científica actual- existe una dirección irreversible en la
evolución del universo, siempre que éste sea
concebido como un sistema termodinámicamente
cerrado. Tal progresión llevará necesariamente,
aunque no se sepa cuándo, a la llamada "muerte
entrópica", es decir a la desaparición de todo
orden, de toda estructura
organizada, a una situación indiferenciada en la que todas
las partículas constituyentes de la materia se
encontrarán en la misma situación energética
de desorden y caos primordiales.
Por el contrario, algunas de las formulaciones "fuertes"
del PA sugieren que la conciencia no es el resultado casual de la
evolución de la materia, sino que constituye el punto de
llegada de una historia cósmica que
apuntaba precisamente a ese fin. Es decir que si el universo ha
ido evolucionando hasta ser lo que hoy es, es porque de ese modo
ha dado lugar al surgimiento de la conciencia como corolario
natural a la ocurrencia del ser humano.
En otras palabras, el PA celebra en su esencia el hecho
de que existimos, porque es inmanente que así
sea.
El PA postula la existencia de una unión
indisoluble entre el cosmos y la conciencia de quien o quienes lo
observan, traduciendo así este aspecto central de la
mecánica
cuántica al campo de la Cosmología. El PA
establece un origen común al universo, a los cuerpos que
lo llenan y los seres que en éste hacen su morada como
seres vivientes.
Big-Bang
Para comprender mejor todo esto, y sin necesariamente
entrar en detalles, es preciso trazar una breve historia de
cómo se va modificando la visión científica
y la función del observador a medida que avanzan
las fronteras de la física en el mundo
atómico y subatómico.
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