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La Arquitectura Tallán: El Centro administrativo, político y religioso de Narihuala (página 2)



Partes: 1, 2

Es quizá la presencia de avanzadas Huari en
la serranía de Piura a finales del Intermedio Temprano
las que obligan a los ancestros tallanes a
migrar a la costa en busca de paz y bienestar. Las luchas de
conquista y colonización obligo al desplazamiento
voluntario e involuntario de grupos
humanos serranos locales a la costa , quienes huyendo de sus
tierras invadidas llegaron a la costa en busca de nuevas y
mejores condiciones de vida. Trajeron su lengua y
la adaptaron con el tiempo a
las nuevas condiciones biogeográficas,
económicas y culturales del nuevo medio

El extinto investigador Juan José Vega
(1985:46) explica al respecto que el "éxodo a la costa
habría sido motivado por las guerras
adversas que sostuvieron en sus asientos originales, que
fueron conquistados por estados vecinos mas
poderosos".

Al mismo tiempo que se sucedían migraciones
de la sierra a la costa, llegaron también expediciones
de migrantes que vinieron por la mar y al establecerse en la
costa litoral, conformaron curacazgos como el caso de los
Sechura, a quienes se les vincula como descendientes de los
Mochica. Las evidencias
idiomáticas reflejan un parentesco con este grupo
yunga del Intermedio temprano.

LA SOCIEDAD

Los tallanes como toda complejo cultural mantuvieron
una organización social basada en un
sistema de
linajes y prerrogativas hereditarias de curacazgos; los
cuales se establecieron en diversos valles de la costa y
zonas del litoral. Estos curacazgos mantenían entre si
una unidad cultural, que los llevo en un determinado momento
?aun n o precisado- a conformar una nación regional, que si bien no tenia
la fuerza,
extensión y botado del Chimu Capac, se
mantenía firma en estas tierras norteñas y
serranas.

Socialmente todas tenían una función que realizar. Parece que cada
grupo social mantenía una especialización, un
espacio socio económico y una tradición
idiomática , propia de su condición social.
Ello podría explicar a cantidad de dialectos dentro de
la lengua tallan

La organización social tallan estaba
organizada en un sistema estratificado de linajes y de
tradiciones hereditarias de carácter religioso.

En conjunto, se puede establecer una
organización diferenciada en dos sectores: el
aristocrático o elite gobernante curacal; y el Plebeyo
o clase
dominada, conformada por el pueblo en general y que se
organizaba en torno a
una especialización socio económica productiva:
comerciantes, pescadores, agricultores, artesanos, alfareros,
tejedores, etc. Todos ellos reunidos en parcialidades , y
caracterizados cada uno por su especialidad
económica.

Las evidencias demuestran una sociedad
marcadamente estratificada, con diversas ocupaciones
productivas o no, señalan una gran complejidad social.
Al parecer esta complejidad encuadraba de la siguiente manera
:

Cada valle tomaba el nombre del curaca principal, y
estos a su vez conformaban la cabeza socio político y
económico del curacazgo. Así tenemos noticias
de los curacas Lachira (Valle del Chira, Sullana)
Amotape, Pabur, Colán, etc. Los
señores curacas eran obedecidos y respetados y temidos
por su población. El cronista Cieza de
León señala que :

"Los señores antiguos… eran temidos y muy
obedecidos por sus súbditos…y servidos con grandes
ceremonias."

(Cieza de León. Edición 1984. Cap.
LIX:186))

El curaca era el jefe étnico tradicional
entre cuyas funciones se
encontraba la
administración de los bienes
comunales (sapsi o space), el control de
las energía humana emplea con la finalidad de
redistribuirla.

El poder del
curaca se sustentaba en su capacidad para organizar a la
población en una serie de tareas que iban desde la
obtención de recursos
de áreas lejanas o núcleos ecológicos
diferentes al natural, hasta la construcción de caminos y limpieza de
canales. (Francklin Pease)

Bajo la dirección de los curacas y supervisión de la clase administrativa
(sacerdotes, indios principales y guerreros) estaba
organizada la producción agrícola, ganadera,
comercial de la región. Asimismo en los curacazgos de
la región litoral esta producción estaba dada
por el comercio
marítimo y la pesca.

Los curacas pro sus condición de nobles y
grandes señores estaban exceptuados del trabajo, y
vivían con gran pompa y solemnidad, dedicándose
tan solo a ordenar y dirigir a su población bajo su
cargo

La nobleza regional tallan mantenía una
jerarquía de poder conformada por el curaca principal
y señora principal, indios principales o curacas
"segundas personas" y una serie de funcionarios
públicos y administrativos.

CAPÍTULO II

LA
ARQUITECTURA
TALLÁN

LA ARQUITECTURA TALLÁN

La arquitectura tallan no es muy monumental ni tan
espaciosas como las de sus contemporáneos yungas del
Chimu. La alfarería tallan no registra evidencias de
viviendas o sitios monumentales, salvo aquellos
cerámicos de origen chimu. El
conocimiento del espacio arquitectónico tallan solo
se circunscribe a los vestigios monumentales de
montículos y construcciones piramidales de adobe (vg:
Narihuala, chaquira, alto de la cruz, etc) restos de paredes de
adobe (cumbibira) y a las reminiscencias etnohistóricas
visibles en los innumerables centros poblados campesinos del
departamento.

Los tallanes fueron granes constructores de templos y
residencias suntuosas, ello se fundamenta en la diversidad de
restos construcciones existentes y diseminadas a nuestro
territorio.

Existieron dos tipos básicos de construcciones
: la Monumental, constituida por los templos y centros
administrativos; y la Popular, en su totalidad conformadas por
las viviendas del pueblo, artesanos, pescadores y
agricultores.

En sus construcciones emplearon el adobe para sus
edificios monumentales y la quincha para las construcciones
populares.

Las construcciones de los edificios suntuosos estaba
dado por el ,levantamiento del plano, luego levantaban muros
anchos de adobe unidos con argamasa de barro, los cuales en
conjunto conformaban recintos y cuartos rectangulares,
destinados a los oficios cultistas y actividades
administrativas así como a algunos servicios
elementales domésticos como cocinas, depósitos,
dormitorios, etc. En la mayoría de los casos los centros
administrativos y templos piramidales se construían
sobre la base de plataformas y terrazas artificiales
superpuestas, con largas y anchas murallas que conformaban
pasajes destinados a la defensa y comunicación entre los mismos. Los
recintos internos se comunicaban entre si mediante un sistema
de pasadizos anchos y angostos según la importancia el
lugar, generalmente tarrajeados y se utilizaban un excelente
sistema de rampas para la
comunicación entre las plataformas o niveles e
ocupación tallan.

Las ciudades.

Con anterioridad a la conquista del pueblo
tallán por el Imperio, sólo se pueden suponer
algunos pocos asentamientos humanos como: Tumbes, Poechos,
Amotape, Tangarará, Marcavelica, Catacaos  y Pabur.
Esto para referirnos solo al área tallán.
 

No se puede decir lo mismo de Vicús, ya que
parece que no constituyó un conglomerado urbano de
importancia. Ellos formaban aldeas de cincuenta o cien
viviendas dispersas en una amplia zona. Las necrópolis
eran comunes para varias de esas aldeas. 

Bernabé Cobo, al enumerar las ciudades cabeza
de región no cita a ninguna de la región
tallán. Las mencionadas son: Quito,
Latacunga, Tumibamba, Cajamarca, Jauja, Pachacamac, Chincha y
Vilcas.   

Otro cronista ?el Padre Velasco? menciona como
ciudades principales del reino de Quito a Huncabamba y
Tumbes. 

Francisco de Jerez en su Relación, cuando
cuenta el viaje de Pizarro de Tumbes a Tangarará,
menciona además de Tumbes, muchos
pueblos.     

Uno de esos pueblos fue Puechío ?se refiere
indudablemente a Poechos? el cual tenía una gran plaza,
y una fortaleza cercada con muchos aposentos en donde se
alojaron Pizarro y sus huestes. Los curacas del bajo Chira,
salieron a recibir a los españoles dispensándoles
un trato cordial, como era la costumbre entre los tallanes para
con sus huéspedes. Durante la estadía de los
españoles, les llevaron alimentos para
ellos y para sus caballos. 

Desde Poechos envió Pizarro a explorar la zona
de la costa y encontraron las aldeas marítimas de
Colán, Paita y Pariñas. También
encontraron a las poblaciones de Amotape, de Marcavelica y de
Tangarará. 

Cuando el cronista español Cieza de León
ingresó al Perú lo hizo por la sierra de Ayabaca
y luego bajó a la costa visitando la población de
la Solana y a continuación Poechos del que dice
debió ser antes de la llegada de los españoles
muy poblado, "pero que ahora su población se ha
consumido y no quedan sino grandes sepulturas de aquellos que
siendo vivos, eran -los campos- por ellos sembrados y
cultivados, tantos  como en el valle
están". 

Poechos tenía muchas construcciones hechas por
los Incas como
un palacio para el gobernador, templos y una fortaleza que
fue  donde se alojo Pizarro, cuya ubicación no se
ha precisado.

De las sepulturas y grandes edificios citados por
Cieza de León, no quedan en la actualidad ni vestigios.
Al construirse la represa de Poechos, se movieron grandes masas
de tierra, pero
no se encontraron ni rastros de la importante población
que en el pasado pudo ser Poechos. ¿Pudo estar Poechos
en otro lugar que el que por mucho tiempo se
supuso? 

Juan Ruiz de Arce, cronista español que estuvo
con Pizarro en Tangarará y después en el reparto,
decía en 1543 por Tangarará que "tendría
unas mil casas. Había una casa fuerte, hecha con el
más lindo arte que nunca
se vio. Tenía 5 puertas antes que llegasen a los
aposentos y entre puerta y puerta habían más de
100 pasos, tenia muchas cercas y muchos aposentos, de muchas
pinturas….. y en medio había una plaza y más
allá de la plaza habían otros aposentos en torno
a un gran patio…….y en medio del patio se abría un
jardín y junto al jardín cantaba alegre el agua de
una fuente. El señor que mando hacer ese palacio fue
Guatima-aynacaba. Esta tierra es buena, de mucha comida.
Había ovejas (llamas), patos, conejos (cuyes), pavas
(pava blanca). Es tierra de oro y plata,
es tierra de mucha fruta. Estuvimos allí cuatro
meses". 

Ruiz de Arce había nacido en 1506 en la ciudad
de Alburquerque en España.
En 1525 vino a América y estuvo en Santo Domingo,
Jamaica, Honduras y Nicaragua y luego en el Perú.
Partió con Pizarro a Cajamarca, logró cuantiosa
participación de oro y plata en el rescate y
acrecentó su fortuna con la toma del Cuzco. Luego se
retiro a España y escribió sus memorias

Por el relato de Ruiz Arce podernos decir que
Tangarará no era por entonces una población tan
pequeña, pues si tenía 1.000 casas tendría
entre 3.000 y 4.000 habitantes. La casa del curaca tenía
también gigantescas dimensiones, pues su frente era de
400 pasos y como cada paso tenia en medidas actuales unos 33
centímetros, el frente era entonces 132 metros.
Allí se alojó Pizarro. 

En el Alto Piura existía las poblaciones de
Pirhúa (Piura), Pavor (Pabur) y Zarán
(Serrán). Cuando menos Pabur había sido una
población de cierta importancia, protegida por un cerco,
que se atrevió a resistir el Inca Huayna Capac por cuyo
motivo éste, la destruyó. El curaca que
recibió a Pizarro cuando éste se dirigía a
Cajamarca, le contó que estaba muy resentido con los
Incas del Cuzco y que tenía muy malos recuerdos de
Huayna Capac al que llamaba Cuzco Viejo.  

No mencionamos las poblaciones de Calvas, Ayahuaca,
Caxas y Hancapampa, por que no estuvieron ubicadas en
territorio tallán. 

En el Bajo Piura, la población más
importante sin duda fue Narihualá, de la que los
cronistas españoles no dicen nada. El edificio
más importante de esta población, fue sin duda el
templo, en cuyas proximidades se estableció el poblado,
que todo hace suponer no tenia la importancia de
Poechos. 

Las ciudades tallanas o tallancas eran sin duda alguna
de caña y barro, por lo cual no resistieron la acción del tiempo y de los elementos
naturales. Los edificios que construyeron los Incas, fueron de
adobe y de piedra. 

Eh el baje Chira, hay restos de muros de adobe en el
sitio que precisamente se llama Paredones, pero no se ha podido
establecer si allí estuvo la antigua Amotape o se
trató de otra población.

Las viviendas. 

En parte serrana de la región piurana las
viviendas fueron construidas generalmente de piedra. En las
primeras estribaciones de la sierra también se
hacían de adobes y en la costa de
carrizo. 

Cieza de León al llegar a Piura por el año
1548, inicia su relato diciendo: "Le daré noticias de los
yungas y de sus grandes edificios". Luego prosigue: "digo que
yendo por el propio camino real de la sierra se llega a las
Provincias de Caxas y Ayabaca……..en la provincia de Caxas
habían grandes aposentos y depósitos mandados hacer
por el gobernador, con número de mitimaes que
tenían cuidado de cobrar los tributos.
Saliendo de Caxas, se va hasta llegar a la provincia de
Guancabamba (sic) donde estaban mayores edificios que en Calva,
por que los incas tenían allí sus
fuerzas……..adelante de Guancabamba hay otros aposentos y
pueblos". 

De las poblaciones que habían en lo que ahora es
provincia de Sullana, Cieza se expresa del siguiente modo: "Desde
este valle de Tumbes se va en dos jornadas al valle de Solana,
que antiguamente fue muy poblado, y que había en él
edificios y depósitos……saliendo, de Solana se llega a
Poechos, que está sobre el río llamado
también Poechos -  así llamaban a esa parte
del Chira ? aun que algunos le llamaban Maicabilca – ahora
Marcavelica – por que por abajo del valle estaba un principal o
señor llamado de este nombre. Este valle fue en extremo
muy poblado, y cierto debió ser cosa y mucha la gente de
él, según lo dan a entender los edificios grandes
y  muchos, los cuales aunque están gastados, se ve
haber sido verdad lo que de él cuentan y la mucha
estimación en que los reyes incas le tuvieron, pues en
este valle tenían sus palacios reales y otros aposentos y
depósitos; con el tiempo y guerras se había todo
consumido en tanta manera, que no se ve, para que se crea lo que
se afirma, otra cosa que las muchas y muy grandes sepulturas de
los muertos y ver, que siendo vivos, eran por ellos sembrados y
cultivados, tantos campos como en el valle
están". 

Como se puede apreciar por este relato, en Poechos
existía una población de bastante importancia con
fortalezas, palacios del inca y templo, edificios que de acuerdo
a la costumbre incaica, eran de adobe o piedra.. Sólo
bastaron 12 años de la llegada de los españoles,
para que el lugar quedara despoblado y la ciudad
semi-destruida. 

Sin embargo, Cieza de León pudo apreciar esas
ruinas lo mismo que su gran cementerio y darse cuenta de que
había sido un importante núcleo humano que
había llevado una vida tranquila entregado a las labores
de cultivar los extensos campos del valle, cosa que
también menciona Cieza. 

Dice Cieza que con el tiempo y guerras, los palacios y
viviendas se han consumido. Las guerras tienen que haber sido las
que protagonizaron los españoles, en las que los indios se
vieron obligados a intervenir contra su voluntad cuando eran
enganchados para actuar como elementos auxiliares o para el
carguío. Piura fue escenario de muchas acciones de
guerra en los
tiempos del Virrey Blasco Núñez de Vela, y muchos
poblados indios quedaron destruidos.

Las comodidades de Poechos permitieron el alojamiento de
toda la tropilla de Pizarro y años entes, 40.000 soldados
de Huayna Capac, vivaquearon  en su campiña, cuando
se intentaba llevar adelante un ataque contra
Tumbes. 

El cronista Oviedo refiriéndose a la
región tallán y resto de la costa opinaba que sus
habitantes  no tenían verdaderas casas y
vivían en corrales de carrizo. 

También Gutiérrez de Santa Clara se
refiere a algo parecido cuando dice, que los indios hacían
sus casas debajo de los árboles, los cuales les daban cobertura y
en torno a ellos construían cercos de cañas, que
parecían corrales de ovejas y no los cubrían con
techos por que nunca llovía en la
región. 

Esto sin duda era la vivienda campesina aislada de los
centros poblados, ya que los demás cronistas dicen otra
cosa. 

El padre Cobo, relataba que en la costa la viviendas se
hacían de quincha o sea de caña y barro y que otras
eran de adobe. Los techos eran de esteras, carrizos y juncos.
Habían tapiales con barro bien amasado y enlucido con
moldes de carrizo. Unas paredes se levantaban a plomo y otras
eran escarpadas, más anchas de abajo y con altura de tres
o cuatro estados. 

El estado era una
medida de longitud equivalente a la estatura de un hombre.
Siempre de acuerdo al mismo padre Cobo, un hogar indio tenia una
gran cantidad de tinajas y vasijas de barro, donde guardaban en
unas el maíz y
otros, alimentos y en las demás los vestidos. En un
extremo de la vivienda, estaba  erala cocina, con fogones de
adobe, ollas de barro y usaban leña, tenían muchas
clases de tazas, vasos, calabazas (mates), dormían sobre
esteras y se cubrían con matas de algodón. Usaban hamacas y banquillos de
madera
labrada, cuyo largo era de dos palmos y su altura de un palmo,
con superficie ligeramente cóncava para ajustarse a las
asentaderas. El maíz lo tostabas en casuelas agujeradas de
barro. Usaban un sofá para trabajar las
chaquiras.

Las casas campesinas se hacían, sobre todo cuando
se trataba de gente principal en lo alto de las lomas y de
material fuerte. Algunas veces cuando el suelo llano
construían una loma artificial. Los Vicús
tenían la costumbre de utilizar las lomas para construir
sus viviendas.  

Tumbes era una cuidad de adobe. En el relato de Candia a
Pizarro decía que  los edificios eran de piedra, pero
eso  fue pura fantasía para alentar a los
españoles a seguir adelante en la conquista.

Fortalezas. 

El cronista Pedro Cieza de León,
refiriéndose al río Tumbes expresaba: "Cerca de
él solía estar una fortaleza muy fuerte y de linda
obra, hecha por los Incas, reyes del Cuzco y señores de
todo el Perú……Ya está el edificio de esta
fortaleza muy gastado y deshecho, más no para que deje de
dar muestras de lo mucho que fue".

El padre Cieza León, cuando visitó la
destruida fortaleza era en  l548. Estaba ubicada en el
actual distrito de Corrales. 

Juan Ruiz de Arce que estuvo presente en el desembarco
de Tumbes, relataba años más tarde, que se
exploró la fortaleza y  les pareció hecha por
el más lindo arte que nunca se vio. Todo hace suponer que
anteriormente hubo en Tumbes otra fortaleza 

De acuerdo a la relación de Francisco de Jerez,
"poco antes de llegar al pueblo de Puechio (Poechos),
había una gran plaza con una fortaleza cercada y dentro
muchos aposentos donde se alojaron Pizarro y los
suyos". 

La relación francesa de la Conquista del
Perú, hace el relato: "Después de breve contienda,
los indios se sometieron a los españoles que avanzaron
hasta el río que fue bautizado con el nombre de San
Miguel, a cuya orillas habían muchos pueblos y una casa
brande, alta y hermosa hecha de piedra a manera de fortaleza,
junto a la cual estaba la ciudad muy poblada y abundante de
víveres".

En esta relación como se puede ver, se insiste al
considerar que se puso el nombre de San Miguel al río. Por
otras partes la fortaleza no debió ser de piedra sino de
adobe.

En la margen derecha del Chira, y a un costado de la
represa de Poechos, había hasta 1976 un pequeño
villorrio del mismo nombre. No quedan rastros de lo que fuera la
ciudad, con sus palacios, templo y fortaleza. Tampoco rastros del
cementerio indígena. El movimiento de
tierras que fue necesario para construir el reservorio, no
permitió el descubrimiento de lo que bien pudo ser un
poblado importante. Eso hace suponer que la desaparecida
población pudo estar en otro lugar.. Sin embargo hay que
hacer notar que en la margen izquierda, hay un cerro llamado
Fortaleza, que parece haber sido una atalaya, y que en su cima
puede haberse construido una pequeña
fortaleza. 

De la fortaleza de Poechos que tanto alaban los
cronistas españoles no existe una exacta referencia sobre
su ubicación. Pero los cronistas dicen que allí se
alojaron lo conquistadores, por lo cual debió haber estado
construida en la margen derecha.

En la margen izquierda del Alto Chira, habían una
fortaleza: en  Pelingará al sur oeste del pueblo de
Las Lomas. 

Más al norte del que fue pueblo de  Poechos,
existía la fortaleza de Huaypirá, que fue descrita
por Carlos Robles Rázuri en el N° 127 de la Revista EPOCA
del mes de Diciembre de 1978 y transcrita esa versión por
el Dr. Guillermo Burneo Cardó en la serie de
artículos que con el nombre de "Breve estudio de la
Provincia de Sullana" se publicó en el diario CORREO en
Noviembre de 1981.  

Carlos Robles que visitó la fortaleza dice:
"Detrás de los  cerros Tronador y Puntudo, se llega
primero a una plataforma edificada de piedra, inequívoca
construcción Inca. Las losas estaban (en ese momento,
antes de 1983) desparramadas. El conjunto tiene un área de
3.200 m2 y consta de dos partes orientadas de sur a
norte". 

"El primer sector es un fortín de 20 x 17 con 5
compartimientos de diversas medidas, siendo el mayor de 12 x
17".  

El segundo sector tiene 132 metros de largo por 22 m y
contenía alojamientos de diversos tamaños, con
varios pasadizos y laberintos". 

El ancho de los muros  varía de 0.50 m. a
1.50 m. y hasta el siglo pasado los muros aún se
levantaban a 1.50 m. sobre el nivel del piso. La plataforma
estaba invadida por las piedras de las paredes destruidas, por la
acción depredadora más que por agentes
naturales. 

Por canales se le suministraba agua del
río Chira. George Peterson Gaulke  la estudio en
1948. 

Los naturales la llamaban la Iglesia de los
Huacos, por la gran cantidad de ceramios que tenía lo cual
alentó la depredación. Peterson, levantó un
plano que más tarde fue publicado en el "Estudio
Histórico Social del Distrito de Lancones" de Manuel
Vásquez R.  

De la fortaleza de Pelingará se ocupa brevemente
Miguel Arturo Seminario en
"Historia de
Sullana". Dice que se trata de una construcción de piedra
levantada por los Incas, cuya existencia fue revelada por un
juicio que tuvo lugar en 1780 entre Fernández de Otero y
el Presbítero Silvestre Antonio del Castillo. Su
ubicación exacta es en el Portachuelo de Pelingará,
a un costado del antiguo camino real que iba a
Loja. 

La fortaleza de Tumbes fue hecha de adobe y era de tres
pisos de diez metros de altura cada uno. El primero era de una
mezcla bastante sólida de adobe que ha desafiado al tiempo
y las lluvias, pues aún existe en buena parte. El largo de
la fortaleza de Tumbes era nada menos de 500 metros y su ancho de
100 m. Se trataba por lo tanto de una construcción
impresionante y con capacidad para albergar a miles de guerreros.
Disponía de lugares especiales para los vigías.
Cuando los españoles llegaron a Tumbes , gran parte de la
fortaleza había sido destruida en la guerra de los
tumbesinos con los naturales de la isla de Puná. Pese a
todo sirvió de alojamiento a las huestes de
Pizarro.      

En el Bajo Chira, en Vichayal existen los restos de
grandes paredes de adobe, que no han sido estudiados y pudieron
pertenecer también a una fortaleza. Igual sucede con
Huaquillas al norte de Casitas en el departamento de
Tumbes.   

De la fortaleza de Huancabamba y de la de Aypate nos
ocuparemos más tarde, pues no estuvieron en territorio
tallán

Los templos. 

Todos los templos que se levantaron en la zona
Piura-Tumbes y que puedan ser considerados como tales,
corresponden a la época del Imperio
Incaico. 

Generalmente cundo los Incas conquistaban un sitio
importante en la costa disponían que se levantara un
Templo al Sol, palacios reales, una mansión para las
escogidas o acllahuasi y una fortaleza para alojar a la
guarnición militar. 

Los incas trataban de difundir el culto al Inti, pero
respetaban los dioses locales de los pueblos conquistados.
Generalmente llevaban al Cuzco a ídolos representativos de
tales dioses, no como prisioneros, ni como rehenes, sino para que
hicieran una especie de Olimpo o morada de los Dioses, bajo la
tutela del Dios
de todo el Imperio el padre Sol. 

Es posible que los tallanes y los antiguos piuranos de
la sierra, hayan levantado adoratorios y santuarios para los
dioses locales y regionales, que por otra parte fueron variados
de acuerdo a la época y al grado de desarrollo
cultural. De esos templetes, no queda vestigio
alguno. 

Para el escritor  cataquense fallecido en 1994, don
Jacobo Cruz Villegas, el torreón situado al Sudoeste de
las ruinas de Narihualá, fue en sus orígenes un
templo dedicado a un dios llamado Walac.

La  construcción fue toda de adobe y Cruz
asegura que era pre-incaica. Es esta la parte más afectada
por las demoliciones anteriores a 1983 para construir la
carretera a Sechura, una escuela y una
capilla.  

El templo indio en sí, consiste en tres
terraneles o plataformas, la primera de las cuales está
formada por elevados muros, sobre la cual descansan una segunda
plataforma de menor altura y sobre ésta existía un
templete o urna para el ídolo.   
 

Cuando había grandes ceremonias religiosas, los
sacerdotes o hechiceros y los principales del régulo, se
distribuían entre las dos plataformas y el pueblo se
congregaba en torno al templo, en su parte exterior.

El templo, al igual que los antiguos faraones de
Egipcio, sirvió de tumba al fundador de la dinastía
de los Mec Nom. No se sabe sin embargo de que se haya encontrado
restos en las ruinas.   

Es posible que en las antiquísimas ciudades de
Chusis y de Illescas, así como en Avic cerca de Sechura se
hubieran levantado templos al Dios Ni, como llamaban al mar y a
la diosa Shi como denominaban a la Luna. 

En La Huaca, había igualmente un adoratorio de
regulares dimensiones en cuyo torno se sepultaban a los nobles.
Eso fue en los que en 1532 produjo la codicia de los
españoles que al profanar las tumbas y el templete
produjeron la furia de los naturales que se sublevaron dando
origen a una feroz represalia de Pizarro. 

En Marcavelica había también un
adoratorio, al que concurrían los indios de las comarcas
cercanas, aún pertenecientes a otros régulos.
Marca-wilca en
quechua, quiere decir adoratorio del pueblo. En efecto, la voz
Marca en quechua es región o pueblo. Los cronistas le
decían instintivamente Maricobelica o Marcawilca. El
escritor cataquense  Jacobo Cruz, recogiendo una
versión dada en 1922 por el Dr. Manuel Yarleque, dice que
la voz tallán es Marca huilca y significa, bohemio y
dicharachero

Las huacas. 

El padre Cobo dice que las tumban eran tenidas por
los indios como lugares sagrados.  Las huacas eran objeto de
culto familiar y local. En todo lugar de adoración, en
donde se podía existía un ídolo o un
sepulcro de persona
principal.

El cronista al que se llama el jesuita anónimo,
refiriéndose a los sepulcros de personas notables en la
región yunga, decía que los enterraban con sus
tesoros, ropa, vajillas, bebidas y alimentos, autorizando a los
que querían acompañarlos en la otra vida. "estos
sepulcros o huacas estuvieron mucho tiempo patentes ?abiertos?
excepto los aposentos donde estaban los difuntos y los tesoros,
pues  estaban tapiadas las puertas y ventanas, empero los
atrios, portales, salas y otras piezas estaban abiertas para que
entrasen a rogar a los dioses por aquellos difuntos y a
guardarlos por sus tandas y tareas, por que fue grande la
vigilancia que tuvieron acerca de honrar, guardar y conservar a
los difuntos". 

CAPÍTULO II

EL
CENTRO ADMINISTRATIVO POLÍTICO DE
NARIHUALÁ.

Ubicación del centro poblado de
Narihualá

Es un caserío ubicado a 2Km de la ciudad de
Catacaos siguiendo la pista asfáltica del Bajo
Piura.

Históricamente puede decirse que
constituyó el principal asentamiento de los tallanes,
ostentando el centro político-administrativo cuya
evidencia más significativa es la "Huaca
Narihualá".

Catacaos se constituía en el centro de administración religiosa. Actualmente su
población se dedica a la agricultura y
la artesanía destacando su famosa producción de
sombreros de toquilla, además de la festividad de la
Bajada de Reyes en la que cada 6 de enero se representa la
espectacular danza y
música de
reminiscencias aborígenes y mestizas llenas de colorido
musical y de teatralización popular. En esta fiesta se
pueden degustar comidas y bebidas de la región como el
corpús, pepián de pavo, chicha de jora y
clarito.

Ubicación del sitio arqueológico de
Narihualá

A 14 kilómetros de la ciudad de Piura, se ubica
la más importante evidencia arquitectónica en adobe
de la etnia tallan.
La huaca Narihualá, la más importante evidencia
arqueológica del departamento de Piura muestra dos
pirámides truncas que elevan su presencia y prestancia
telúrica entre el verdor del valle del Bajo
Piura.

El impresionante santuario tallan exhibe con esta
colosal obra el desarrollo arquitectónico adquirido
así como la estrategia
bélica y hegemonía que ostentaba entre los grupos
étnicos en el siglo XV en el valle de Piura.

Forma parte del entorno arqueológico de la huaca,
su Museo de Sitio que exhibe material cultural de las investigaciones
arqueológicas realizadas como la ofrenda funeraria del
perro sin pelo, textiles, metalurgia,
cerámica, tipología de adobes.
Recientemente se ha incorporado una sala de etnohistoria
que provee información relacionada con la costumbre y
tradición de la población actual.

La Fortaleza de Narihualá

Corresponde a Jacobo  Cruz Villegas, escritor e
investigador del pasado histórico de Catacaos, la valiosa
información que se tiene sobre la fortaleza-templo de
Narihualá y sobre el culto que en esta zona tallan se
habría rendido a un Dios denominado Walac.
 

Sobre este interesante tema, Jacobo Cruz ha publicado en
el diario el CORREO de Piura, muchos artículos en 1981
y  posteriormente en su libro "Catac
Ccaos".

Para Cruz Villegas la colosal construcción,
habría sido obra de los tallanes y no de los Incas, y se
habría hecho en dos etapas distanciadas por un largo
período de tiempo. Primero habría sido construido
el templo y luego la fortaleza propiamente dicha. Sería
sin duda una gran novedad el origen tallan de la
fortaleza.

A 5 kilómetros al sur de Catacaos, se encuentra
el pueblo de Narihualá y dominando todo el paisaje, un
promontorio que se ha venido denominando, cerro de
Narihualá.    

En realidad no se ha tratado de un accidente
orográfico, sino de una monumental fortaleza-templo de
40.000 m2 construida toda de adobe y barro,  que
al sufrir el efecto del tiempo, de los saqueos y de la erosión de
las lluvias, sobre todo las caídas en 1925, le hicieron
perder su originaria apariencia externa y tomar la de un cerro.
Algo parecido en Poechos con el llamado cerro
Fortaleza. 

En Jacobo Cruz, esta pasión por conocer el pasado
histórico de su pueblo, le venia familia, pues en
1891 José Manuel Cruz Zapata, también hizo
investigaciones y estudios de esta fortaleza, acompañando
a la arqueóloga alemana Teresa Golte. 

El conjunto en su origen habría sido un inmenso
rectángulo amurallado, con latas paredes de adobe, que en
uno de sus cuatro frentes  tenía dos atalayas o
torreones. Uno de ellos destinado a fines religiosos, en donde
según Cruz Villegas se adoraba al dios Walac y el otro
para fines guerreros, que era la fortaleza propiamente
dicha. 

La fortaleza tenía la forma de las
pirámides aztecas y
mayas, o sea
plataformas rectangulares y truncadas. En la de Narihualá
eran cuatro. Entre plataforma y plataforma había
escalinatas, que conducían desde la parte exterior de la
primera plataforma hasta la más alta. Esto es lo que
confunde, por que este fácil acceso deja desguarnecido
todo el imponente conjunto. 

Del templo también se puede seguir y ascender a
la primera plataforma de la fortaleza, mediante una larga
escalera interna de 2 y ½ metros de ancho, que está
construida entre una serie de ambientes que dan unos hacia el
exterior y los otros hacia un gran patio interior. La escalera
como se puede apreciar en el croquis que hizo Cruz, 
está debidamente protegida. Los ambientes con puertas
hacia adentro, podían servir de carceletas y
también para almacenes. Los
exteriores, para tiendas o alojamiento. Adosados internamente a
la fortaleza, hay cuatro grandes ambientes con puertas al patio.
Después de las lluvias de 1925, se utilizó mucho
material de la fortaleza para construir sobre sus derruidos muros
y cimientos, una capilla. 

En 1977 se inauguró un museo de sitio en el
lugar, pero las lluvias de 1983 le hicieron mucho daño
por lo cual para el Niño de 1998, el área de la
fortaleza fue protegida con plástico

No obstante la arqueología ha definido que la
llamada "fortaleza de Narihuala" fue sin lugar a dudas un centro
administrativo político desde el cual se dictaminaba
la
organización, políticas,
derechos y reglas
socio culturales el mundo tallan.

El centro administrativo Político de de
Narihualá

Muestra representativa de la arquitectura monumental
Tallan lo ,constituyen la mal llamada "Fortaleza de Narihuala"
que en realidad es un centro administrativo cultista, ubicado en
las cercanías de la ciudad de catacaos, Valle del bajo
Piura. Otras muestras de esta arquitectura la constituyen el
montículo piramidal de Chaquira )Bajo Piura) el llamado
"Alto de la cruz" (La Legua) un montículo piramidal en el
ámbito del caserío La Legua, a 07 Kilómetros
al S de la ciudad de Piura. En este caserío existen otros
vestigios arquitectónicos importantes. Bajo los cimientos
de la iglesia San José Obrero existen construcciones del
tipo tallan. Estas construcciones han sido cercenadas por la
mitad a construirse el canal de agua que pasa a un costado delc
aserio. Es admirable también las construcciones del sitio
conocido como "El Alto del Moro" en donde existen cuartos y
recintos cuadrangulares del tipo narihuala. Todos estos vestigios
se encuentran localizados en el ámbito del caserío
e La Legua.

Importante es anotar que el patrón de
construcción tallan siguió una línea que
puede ser considerado como estilo. Ello en que todas las
construcciones están alineadas en la misma
dirección. El material de construcción es adobe con
dimensiones standard de 60 x 30 x 10 cm y el ancho de los muros
es de 1.10 a 1.20 mts. Todos los sitios arqueológicos
considerados como tallan presentan los mismos elementos
constructivos y similitudes arquitectónicas.

Los techos de los centros administrativos y cultistas,
así como de las viviendas se construían de materiales de
la zona apropiados para se fin. El techo estaban constituidos por
postes horizontales y verticales como sostén, y el techo
propiamente dicho estaba construido de ramas de totora o
caña brava atados mediante lianas de junco, al cuales e el
agregaba un empastado o torta de barro encima, al igual que la
paredes de quincha.

Las viviendas del pueblo eran construidas de material
rustico, el cual generalmente estaba dado por paredes de quincha
o "bahareque" con techos aplanados a modo de ramada. La
"Relación de la ciudad de Piura" (1571) señala que
" como no llueve es tierra calurosa, cualquier cercado y
defensa les basta (sic) y estaban derramados en barrios
".
Tenía grandes espacios abiertos para procurarse la
ventilación total de la vivienda debido al clima caluroso.
Estas viviendas no mantenían un orden alguno. Se
encontraban alejadas unas de otras, no tenían calles sino
pequeños pasadizos entre cada vivienda, y se encontraban
ubicados generalmente en las cercanías de los templos y
centros administrativos de sus curacas. Un paseo por el
caserío Simbila puede darnos una idea de cómo se
daba la comunicación entre las viviendas, particularmente
en el sector de los alfareros tradicionales.

Existían también viviendas alejadas de
estos núcleos poblacionales se edificaban cerca de los
campos de cultivo para su cuidad y mantenimiento.

La razón de no encontrase vestigios de las
viviendas populares estriba en que esta estaban construidas de
material perecedero. La mano del hombre, los fenómenos
naturales y otras causas han contribuido a su total
desaparición. Pero quedan vestigios etnohistóricas
en los muchos poblados de nuestro ámbito rural
departamental.

Quisiera resaltar que los templos y centros
administrativos se diferenciaban de las viviendas del pueblo por
estar construidas con gran "belleza y orden" y por estar
asentadas en los partes altas de los centros poblados.

Por sobre todo, falta escudriñar aun mas los
restos arqueológicos para definir en su totalidad el
patrón de asentamiento y construcción del complejo
tallan. Lo aquí vertido es tan solo una
aproximación.

Según el jesuita anónimo los difuntos no
fueron adorados, sino venerados y a causa de las guerras y
lluvias que se produjeron, se dieron a la tarea de cerrar las
sepulturas, echando tierra encima y haciendo túmulos y
terraplenes sobre ellos como si fueran cerros, con lo cual
además los sustrajeron de la codicia de los
españoles que no se detenían a profanar las
tumbas

CONCLUSIONES

  1. Los tallanes como grupo cultural
    demostraron ser tenaces y perseverantes en la lucha por
    vencer lo agreste de la naturaleza
    que les toco vivir.
  2. La arquitectura Tallan se caracteriza por
    su sencillez, majestuosidad monumental y por dotarla de un
    espíritu religioso.
  3. La mal llamada fortaleza de
    Narihualá constituyo durante el periodo intermedio
    tardío la capital
    administrativa, política y religiosa de los tallanes de
    la región de los valles del bajo
    Piura.
  4. Las autoridades locales deberían
    establecer un plan de
    conservación y difusión del centro
    arqueológico de Narihualá, de manera que los
    recursos recaudados ayuden a su conservación de tan
    importante patrimonio.
  5. Los huaqueros y los agentes naturales
    además e la desidia de alguna autoridades ha generado
    que el sitio arqueologicote Narihualá no haya sido
    promocionado ni conservado adecuadamente, estando en peligro
    de destrucción continua.

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    editores técnicos Asociados, 1968. T.I

 

Por

Rudy Mendoza Palacios

 

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