Introducción
La vida de un niño se inicia en la
gestación y desde entonces atraviesa por diferentes etapas
claves para el desarrollo de
sus capacidades y la generación de oportunidades en el
futuro.
Una gran proporción de los niños
en el Perú enfrenta una situación caracterizada por
la baja calidad de
vida, escasez de
oportunidades, falta de acceso a los servicios
básicos y pobreza.
Estos niños no sólo verán
vulnerados sus derechos fundamentales, sino
que además, en la mayoría de los casos,
están destinados a repetir el ciclo de la pobreza con
las generaciones futuras.
El Estado de la
Niñez en el Perú, revela que la situación de
nuestra infancia no
sólo responde a situaciones recientes, sino que es
consecuencia de la acumulación ?a lo largo de
generaciones- de carencias económicas y barreras
sociales.
El desafío para los gobiernos que asuman la
conducción de un Perú empobrecido a lo largo de
varias décadas, será romper con este ciclo de
pobreza y la salida única y más eficaz es abordar
la problemática de la infancia con responsabilidad y compromiso.
La niñez en nuestro país no será
capaz de aprovechar los esfuerzos del Estado en materia de
educación,
salud e
infraestructura mientras no se encuentre física, cognitiva y
emocionalmente preparada. Esta afirmación debería
llevarnos a replantear estrategias y
enfoques para el largo plazo y para la sostenibilidad de los
avances en las políticas
públicas.
Como ejemplo de ello, y para diagnosticar la
situación de la niñez peruana en la coyuntura, este
documento debería permitirnos entender la emergencia
educativa como un problema que se inicia desde la
gestación y que va más allá de las
posibilidades presupuestales y de las negociaciones
sindicales.
Mientras sigan existiendo 1.200.000 niños menores
de 2 años que sufren de anemia por
deficiencia de hierro1, no habrá presupuesto
alguno del sector educación que permita que esos
niños tengan las capacidades cognitivas suficientes como
para aprovechar los conocimientos transmitidos en la escuela.
Abordar la problemática de la infancia requiere
de una estrategia que
contemple dos elementos vitales. En primer lugar, un enfoque
integral y en segundo, una clara percepción
de las etapas del ciclo de la niñez2 y la
problemática que aqueja a cada una de
ellas.
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