- Breve reseña
histórica del Brasil - La
caída de la "República vieja" - Los
primeros gobiernos de Vargas - El "Estado
Novo" - El retorno
de Vargas
1.
Breve reseña histórica del Brasil.
Brasil, a diferencia de los demás Estados en
Sudamérica, no nació a la vida independiente como
república. En su lugar se proclamó más bien
un Imperio.
Esta circunstancia estuvo determinada desde el momento
en que las potencias ibéricas (España y
Portugal) se vieron envueltas en las guerras
napoleónicas en Europa. Cuando
Napoleón entró a la península
con su ejército depuso al Rey de España Fernando
VII y tenía la firme intención de hacer lo mismo en
Portugal, pues eran los portugueses, como aliados de Inglaterra, que
se oponían a someterse al bloqueo comercial que Francia
había impuesto a Gran
Bretaña.
Los diversos rumbos de las colonias portuguesas y
españolas en América
estuvieron marcados desde el momento en que el rey de
España cae preso de Napoleón mientras que la reina
portuguesa María I, su regente y su corte alcanzaron a
huir, con ayuda inglesa, a sus colonias en
América.
De este modo, si bien Portugal caería en manos de
Napoleón, los reyes no serían sus prisioneros,
generando un vacío de poder en sus
colonias (como sucedió con las colonias españolas).
En Brasil, en cambio, la
monarquía portuguesa fortaleció su
dominio
instalando un reino unido del Portugal y Brasil con sede en
Río de Janeiro. Más aún en 1816, el regente
se coronó Rey en lugar de la reina enferma con el nombre
de Juan VI.
Una vez vencido Napoleón en Europa y restauradas
las monarquías del antiguo régimen en Europa, no
tuvieron paz por el movimiento
liberal generado por las ideas de la Revolución
Francesa. Entonces se crearon movimientos para
constitucionalizar las monarquías de tal modo que los
reyes accedieran a someterse a una constitución. Eso sucedería
también en Portugal en la que el Rey, Juan VI, fue llamado
ante la convulsión que vivía el país. Juan
VI se vio en un verdadero dilema, pues no podía dejar de
retornar al Portugal, pues corría el riesgo inminente
de perder el trono allá. Sin embargo, en Brasil
también se habían desarrollado protestas y
sublevaciones, algunas liberales, otras francamente
independentistas. Dejar el Brasil, podía significarle
perder este territorio para su reino.
Juan VI, envuelto en su dilema, optó por acudir
al llamado de Portugal en 1821, pero dejar en Brasil como regente
a su Hijo, don Pedro, que debía hacer frente al franco
estado de
rebelión que existía allá, en parte por la
influencia de la guerra
independentista hispanoamericana.
La situación se puso todavía más
compleja cuando las cortes en Lisboa (una especie de parlamento)
reclamaron que el Brasil retornará a su calidad de
colonia, exigiendo además también el retorno del
príncipe, don Pedro. Si el
príncipe se hubiese sometido al deseo de las cortes,
la situación en el Brasil hubiera evolucionado hacia una
guerra independentista como en el resto del
continente.
Eso lo sabía muy bien Pedro y por este motivo, se
negó a obedecer el llamado de Lisboa y ante la exigencia
se puso en franca sublevación, convocando a un congreso de
procuradores de las provincias del Brasil, los que a su turno
convocaron a una Asamblea Constituyente.
Las cortes de Lisboa desautorizaron todo lo ocurrido en
Brasil, intentando retrotraer los acontecimientos. Entonces Pedro
en una proclama conocida como el "grito de Ipiranga"
declaró al Brasil imperio soberano y se proclamó
como Pedro I, emperador del Brasil. De este modo nació
Brasil a la vida independiente.
La República tardaría en proclamarse hasta
1889 en la que un pronunciamiento militar encabezado por el
general Manuel Deodoro de Fonseca derrocaría al emperador
Pedro II, hijo del fundador del Imperio del Brasil. Para eso se
debieron fortalecerse las posiciones liberales en luchas contra
el conservadurismo del emperador, que inicialmente y, como una
concesión había proclamado en 1871 la "ley de libertad de
vientres" que implicaba que los hijos de los esclavos de ese
entonces recién serían libres. La lucha por el
abolicionismo de la esclavitud fue
solo una de las expresiones de la pugna entre conservadores y
liberales.
El fondo económico de la lucha radicaba,
más bien en la pugna entre los terratenientes del noreste
que hacían uso de mano de obra esclava y de los
cafeticultores del sur que deseaban implantar una economía de tipo
capitalista para exportar el café.
Cuando los liberales tomaron el poder se dieron
facilidades a las inversiones
extranjeras y se promovió la exportación masiva del café
consolidando economías de enclave como en el resto de la
región.
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