En 1973 se editan tres libros
radicales contra el sistema
capitalista: "Marx, Freud y la
crítica
a la vida cotidiana" de Bruce Brown, "Neurosis y
Civilización" de Schneider y "El Asesinato del Alma, la
persecución del Niño en la familia
Autoritaria" de Morton Schatzman. Sobre este último
trataremos aquí.
Después de "La carta al
Padre", de Kafka, no se había escrito otra
acusación contra la sociedad
burguesa Paternalista Autoritaria.
Schatzman basándose en el caso del eminente juez
alemán Daniel Paúl Schereber, cuestiona la pedagogía autoritaria, el papel
domesticador de la Autoridad
paterna, la psiquiatría oficial punitiva y, en general,
la moral e
ideología dominante.
Daniel P. Schreber, enloqueció a los cuarenta y
dos años de edad, recuperándose luego y recayendo
ocho años y medio después.
Su padre, que supervisó su educación, fue un
destacado médico y pedagogo alemán.
Según el padre de Daniel la influencia del
progenitor sobre la vida del hijo debe ser tiránica, ante
la época "blanda" y "decadente".
Debido a la laxitud de la educación y la
falta de disciplina a
los niños
en el hogar y en la escuela, propuso
combatir la "flojera" de su época, mediante un sistema de
educación, cuyo fin era hacer a los niños
obedientes y sumisos.
Pensaba que la aplicación de sus preceptos
redundaría en una sociedad y en una "raza"
mejores.
Aplicó a la educación de los niños
los mismos principios
básicos que los regimenes totalitarios, seculares y
religiosos.
Igual que ellos creía que la obediencia y la
disciplina en un niño eran más importantes que
cualquier otra cosa.
Tuvo dos hijos; el mayor, Daniel, y Gustavo, que
enloqueció, suicidándose después.
Las ideas del Dr. y educador Schreber, padre, acerca de
la vida familiar reflejan en miniatura, las ideologías
ampliamente difundidas en el sistema capitalista, en su actual
etapa de decadencia.
Los padres, por ignorantes, fanáticos o
intolerantes que sean, tienen que supervisar la moral de sus
vástagos hasta por lo menos al final de la adolescencia.
Los niños, según este autor, tienen que
aprender pronto a agachar la cabeza, a menudo sin
críticas, a la voluntad de sus padres, con el fin de
adaptarse a la sociedad actual, donde también
deberán someterse sumisamente, a la autoridad de la
clase
dominante.
Hasta hace poco los psiquiatras se han dedicado a
estudiar solamente al paciente, sin considerar su contexto
social.
Se estudia al enfermo, no la conducta
patológica de la gente que lo rodea.
Las personas consideradas como esquizofrénicas
describen durante su "enfermedad", mediante símbolos, situaciones sociales pasadas y
presentes.
Cuanto más se sabe acerca de sus vidas,
más claras son sus palabras y actos.
Ni sus familiares, ni los médicos quieren
comprender lo que dicen y hacen los pacientes.
Trece años de su vida los pasó Daniel P.
Schreber, en hospitales mentales y a los 71 años de edad
publicó "Memorias de mi
enfermedad nerviosa".
El psiquiatra famoso Belnder, así como todos los
demás que atendieron y han conocido el caso del juez
alemán que nos ocupa, lo han considerado paranoico y
esquizofrénico.
Ellos no trataron de comprender las palabras de Shreber,
no pensaron que en las mencionadas memorias, se encuentra el
mensaje familiar y social de un individuo
víctima de la sociedad autoritaria actual y su
institución más importante: la familia.
Es Sigmund Freud, el
primero que intentó comprender lo que decían los
pacientes y de ligar sus experiencias a hechos sucedidos durante
la infancia.
Freud no conoció a Shreber, pero basándose
en su libro
mencionado escribió un análisis sobre él.
Cabe señalar que, así como el complejo de
Edipo, tesis
básica del psicoanálisis, no fue relacionado con la
culpa de Layo, también el caso Schereber, no fue
articulado con la culpa del padre del juez alemán, por el
fundador de la teoría
psicoanalítica.
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